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1.

MARCO NORMATIVO: LOTC

El art. 56 Ley orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC) prescribe lo siguiente:

“1. La interposición del recurso de amparo no suspenderá los efectos del acto o sentencia
impugnados.

2. Ello no obstante, cuando la ejecución del acto o sentencia impugnados produzca un


perjuicio al recurrente que pudiera hacer perder al amparo su finalidad, la Sala, o la Sección
en el supuesto del artículo 52.2, de oficio o a instancia del recurrente, podrá disponer la
suspensión, total o parcial, de sus efectos, siempre y cuando la suspensión no ocasione
perturbación grave a un interés constitucionalmente protegido, ni a los derechos
fundamentales o libertades de otra persona.

3. Asimismo, la Sala o la Sección podrá adoptar cualesquiera medidas cautelares y


resoluciones provisionales previstas en el ordenamiento, que, por su naturaleza, puedan
aplicarse en el proceso de amparo y tiendan a evitar que el recurso pierda su finalidad.

4. La suspensión u otra medida cautelar podrá pedirse en cualquier tiempo, antes de


haberse pronunciado la sentencia o decidirse el amparo de otro modo. El incidente de
suspensión se sustanciará con audiencia de las partes y del Ministerio Fiscal, por un plazo
común que no excederá de tres días y con el informe de las autoridades responsables de la
ejecución, si la Sala o la Sección lo creyera necesario. La Sala o la Sección podrá condicionar
la denegación de la suspensión en el caso de que pudiera seguirse perturbación grave de los
derechos de un tercero, a la constitución de caución suficiente para responder de los daños
o perjuicios que pudieran originarse.

5. La Sala o la Sección podrá condicionar la suspensión de la ejecución y la adopción de las


medidas cautelares a la satisfacción por el interesado de la oportuna fianza suficiente para
responder de los daños y perjuicios que pudieren originarse. Su fijación y determinación
podrá delegarse en el órgano jurisdiccional de instancia.

6. En supuestos de urgencia excepcional, la adopción de la suspensión y de las medidas


cautelares y provisionales podrá efectuarse en la resolución de la admisión a trámite. Dicha
adopción podrá ser impugnada en el plazo de cinco días desde su notificación, por el
Ministerio Fiscal y demás partes personadas. La Sala o la Sección resolverá el incidente
mediante auto no susceptible de recurso alguno”.

2. MONTERO AROCA, Juan / FLORS MATÍES, José, Amparo constitucional y proceso civil, 2.a ed.,
Valencia, Tirant lo Blanch, 2008.

Suspensión y otras medidas cautelares

[300] El art. 56 LOTC establece la posibilidad de decretar la suspensión de la ejecución “cuando


(esa) ejecución del acto o sentencia impugnados produzca un perjuicio al recurrente que pudiera
hacer perder al amparo su finalidad” (apdo. 2), estableciendo las exigencias formales y
materiales para ello.

El art. 56.1 prevé, pues, la suspensión del acto recurrido en amparo como una posibilidad no
como una medida automática sino más bien lo contrario: “la interposición del recurso de
amparo no suspenderá los efectos del acto o sentencia impugnados”, suspensión que, por tanto,
debe decretarse en cada caso

Por otra parte, la suspensión no es la única medida cautelar posible de adoptar sino que el art,
56.3 LOTC otorga amplios poderes ya que permite a la Sala o Sección “adoptar cualesquiera
medidas cautelares y resoluciones provisionales previstas en el ordenamiento, que, por su
naturaleza, puedan aplicarse en el procesal de amparo y tiendan a evitar que el recurso pierda
su finalidad”.

Analizando la forma en que se desenvuelve el incidente hay que comenzar por señalar que la
adopción de medidas cautelares puede hacerse tanto de oficio como a instancia de parte.

Por lo que se refiere al momento de la adopción de la medida cautelar hay que distinguir tres
supuestos.

El primero, u ordinario, es el que se prevé en el art. 56.3 LOTC que implica la apertura de la
correspondiente pieza una vez admitida a trámite la demanda, en general a petición del
recurrente, pieza que concluye con la decisión que procesa.

Pero, junto a este supuesto está también la adopción de lo que en ocasiones se ha denominado
“suspensión cautelarísima” (ATC 111/2011), que, basada en una práctica previa, ha encontrado
reflejo en la nueva redacción del art, 56.6 LOTC, que prevé que “en supuestos de urgencia
excepcional la adopción de la suspensión y de las medidas cautelares y provisionales podrá
efectuarse en la resolución de la admisión a trámite”.

En ambos casos se sustancia la correspondiente pieza de suspensión, debiendo oírse a las partes
en el proceso, así como al Ministerio Fiscal por plazo común de tres días. Asimismo, el Tribunal
puede solicitar informe de la autoridad responsable de ejecución, si lo estima conveniente (art.
56.4 LOTC). En el supuesto ordinario la pieza concluye con la decisión sobre la admisión mientras
que en el caso de la “suspensión cautelarísima” del art. 56.6 LOTC lo que procede es la
confirmación o no de la medida adoptada en el momento de la admisión a trámite.

[301]

ATC 104/2012 (F.J. 1º)


“…no siendo discutible la competencia de este Tribunal para acordar medidas cautelares
inaudita parte en la providencia en que se admita a trámite un recurso de amparo (art. 56.6
LOTC), el propio Tribunal ha considerado necesario, pese a no exigirlo el precepto legal, dictar
siempre una posterior resolución motivada en la que se mantenga, modifique o levante la
medida inicialmente acordada, tras oír a las partes. Claramente, esa audiencia ha de
entenderse con quienes ya desde el momento mismo de la admisión a trámite de la demanda
son partes necesarias del proceso de amparo: el propio demandante y el Ministerio Fiscal.
Pero es también obvio que en ese momento inicial no hay más partes, ni es posible anticipar
si las habrá, pues la personación de otras eventuales partes es voluntaria e incierta en el
tiempo, ya que sólo tendrá lugar tras los emplazamientos llevados a cabo por el órgano
judicial.

Por consiguiente, dado el carácter perentorio, y a veces apremiante, de las medidas


cautelares, es práctica constante de este Tribunal que la audiencia a las partes se lleve a cabo
sólo con las que estén personadas al tiempo de sustanciarse el incidente, sin esperar a
personaciones futuras. Por ello hemos señalado en ocasiones precedentes que no es un
motivo suficiente para reabrir el incidente de suspensión la eventualidad de que quienes lo
solicitan no hubieran sido oídos oportunamente en la pieza de suspensión, si al sustanciarse
ésta no se hubiesen podido personar en el recurso de amparo (AATC 834/1985, de 27 de
noviembre, F.J. 1º; 671/1987, de 3 de junio, F.J. único; y 54/1989, de 31 de enero, F.J. 1º).
Como dijimos en el ATC 493/1989, de 16 de octubre (F.J. 1º), ‘se ha reiterado por este Tribunal
que la adopción de una medida cautelar como la suspensión en un momento del
procedimiento en el que aún no se han personado los afectados no implica indefensión alguna
de éstos; como tal medida cautelar, se adopta a la vista de las alegaciones del recurrente y
con intervención del Ministerio Fiscal’”.

Existen casos en que dadas las circunstancias del asunto, la suspensión se decreta incluso antes
de la admisión a trámite para evitar que el amparo pierda su finialidad. En esos supuestos, no
obstante la medida debe confirmarse o levantarse en caso de admisión )ATC 16/2011).

Aunque esta suspensión urgente o “cautelarísima” se adopta en el momento de la admisión a


trámite de la demanda, la medida se confirma o no tras la sustanciación del correspondiente
incidente y, por tanto, con las garantías ya indicadas.

ATC 213/2009 (F.J. 1º) “1…Ahora bien, la concurrencia de una urgencia excepcional que
autorice a este Tribunal a adoptar medidas cautelares sin oír a las partes y a hacerlo sin
consignar motivación —al acordarse en la propia providencia de admisión a trámite del
recurso de amparo— no implica que no deban remediarse estas carencias mediante una
nueva resolución motivada en la que, tras oír a las partes, se expresen

[302]

las razones que lleven al Tribunal a mantener, modificar o levantar la medida inicialmente
acordada”.

Sólo quienes pueden ser parte en el proceso de amparo y efectivamente lo son pueden
intervenir en el incidente de suspensión.

ATC 223/1999 (F.J. 1º) “…y otro tanto cabe decir respecto de los incidentes que durante el
mismo se puedan suscitar, como los previstos en los arts. 56 y 57 LOTC, cuya legitimación
para su promoción deriva necesariamente de la tenida para ser parte en el recurso de
amparo en cuestión”.

La petición de suspensión puede realizarse “en cualquier tiempo antes de haberse pronunciado
sentencia o decidirse el amparo de otro modo”. Por tanto, es posible realizar la solicitud desde
la presentación misma de la demanda, si bien el Tribunal Constitucional no resolverá hasta que
no se haya producido la admisión a trámite de la misma, dejando a un lado el supuesto ya
señalado de las suspensiones cuatelarísimas del art. 56.6 LOTC.

Ahora bien, una vez admitida a trámite, no debe necesariamente esperarse a que concluya el
plazo de personación del art. 51.2 LOTC, debiendo oírse sólo a quienes efectivamente se
hubieran personado en el momento de resolver, sin perjuicio de que, con posterioridad a la
personación, pueda solicitarse la revocación de la previa decisión.

ATC 834/1985 (FF.JJ. 1º y 2º)


“…Inserto en este esquema de desarrollo, el precepto de audiencia de las partes (todas) y el
Ministerio Fiscal, se ofrece a la interpretación en uno de estos dos sentidos extremos: o se
trata de audiencia de todas las partes personadas (mal puede oírse a las ausentes) al decidirse
el incidente, o éste queda sin decidir en una situación de pendencia indefinida o al menos
prolongada, hasta que concluya el plazo del emplazamiento de las otras partes del proceso
judicial o hasta que éstas se personen. Al carácter perentorio de la pretensión de suspensión
repugna esta segunda interpretación por sus efectos dilatorios; y, no siendo posible oír a los
ausentes, es obvio que la audiencia de las partes de que habla el texto legal sólo puede ser
referido a las partes personadas al tiempo de resolverse la suspensión. En nuestro caso,
habiéndose personado los demandados después de dictado el Auto de suspensión, aparece
evidente que, al dictarse éste, había quedado cumplida la preceptiva audiencia.

Consiguientemente no puede modificarse dicho Auto como consecuencia de un recurso de


súplica estrictamente procesal y carente de fundamento frente a una resolución dictada en
un incidente procesalmente completo.

Y si el Auto de suspensión debe ser mantenido, debe serlo, consecuentemente, también la


providencia de 25 de septiembre que abre el trámite de audiencia acerca de la garantía
constituida conforme a lo dispuesto en aquel Auto.

2. El carácter mudable del acuerdo de suspensión tal como lo configura el art. 57 LOTC
permite su modificación de oficio o a instancia de parte tan pronto aparezcan o se conozcan
circunstancias no tenidas en cuenta al adoptarse. De este modo, la audiencia que los
demandados pretenden acerca del fondo de la suspensión y que no ha sido posible en la
dinámica del incidente, puede producirse directamente y en cualquier momento, sin que para
ello sea necesario otorgar o habilitar ningún trámite…”.

3. PÉREZ TREMPS, Pablo, El recurso de amparo, 2.a ed., Valencia, Tirant Lo Blanch, 2015.

[433]

Cap. VI: LA SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN DEL ACTO JUDICIAL Y OTRAS MEDIDAS


CAUTELARES

I. Las medidas cautelares en general:

En la redacción originaria de la LOTC la única referencia que se hacía al proceso cautelar o, si


se prefiere, a las medidas cautelares, se encontraba en los artículos 56, 57 y 58 en los que se
regulaba la suspensión de la ejecución del acto del poder público por el que reclamaba el
amparo constitucional, pero no pueden desconocerse dos circunstancias de interés
imprescindible para entender incluso esa suspensión:

a) La suspensión es una medida cautelar y por lo mismo deben comprenderse estas medidas
para llegar a tener una clara idea de aquélla.

b) La suspensión no es la única medida cautelar que ha acordado el Tribunal Constitucional;


era la única prevista en la LOTC, pero el Tribunal había admitido, forzando la remisión del
artículo 80 de la LOTC a la LEC, otras medidas como la anotación preventiva de la demanda en
el Registro de la Propiedad.

ATC 181/2000, de 18 de julio: «4. … Este Tribunal ha declarado que el art. 56 LOTC permite
que la Sala que conoce de un recurso de amparo, con el fi n de preservar los derechos del
recurrente pueda acordar la anotación preventiva de la demanda de amparo en el Registro
de la Propiedad, con fundamento en el art. 42.1º LH (AATC 81/1995, 114/1996 y 164/1996,
entre otros)».

O su anotación en otro registro público, como el Registro de Marcas de la Ofi cina Española de
Patentes y Marcas (caso del ATC 193/2000, de 24 de julio).

[434]

La LO 6/2007 ha dado nueva redacción al artículo 56 de la LOTC, en el que se regulan ahora


conjuntamente la medida de suspensión del acto judicial impugnado (párrafo 2) y la adopción
de cualesquiera otras medidas cautelares, de las previstas en el ordenamiento jurídico, que,
por su naturaleza, puedan aplicarse al proceso de amparo y tiendan a evitar que el mismo
pierda su fi nalidad (párrafo 3), estableciendo algunas normas procedimentales que son
comunes a todas ellas (párrafos 4, 5 y 6).

[469]
1. Procedimiento de la suspensión

El procedimiento para solicitar y acordar la suspensión de la ejecución se regula con gran


sencillez en el artículo 56.4 LOTC, contemplándose en el artículo 57 la posibilidad de
modificar la suspensión o su denegación por circunstancias sobrevenidas. Para la
sustanciación de todo lo relativo a la adopción de la medida, o su modificación, se mandará
formar pieza separada.

1. Para la adopción de la medida


La petición de suspensión puede formularse en cualquier tiempo, antes de haberse
pronunciado sentencia o de haberse decidido el amparo de otro modo (art. 56.4), pero lo
usual será formular la petición en el mismo escrito

[470]

de demanda y por medio de «otrosí digo», aunque luego la pieza separada se incoE después
de la admisión del amparo.

A. Contenido del escrito

En el escrito en que se solicite la adopción de la medida deberá exponerse


razonadamente el fundamento de la petición y acreditarse cumplidamente el perjuicio
real y efectivo que supondría para el demandante de amparo la ejecución de la
resolución judicial impugnada, justifi cando la cualidad de irreparable de dicho
perjuicio.

ATC 155/1997, de 19 de mayo: «1. … Reiteradamente hemos declarado que si —el


amparo— versa sobre resoluciones judiciales concurre en principio un interés
general en preservar su cumplimiento y efi cacia, salvo que la decisión no suspensiva
acarree un quebranto irreparable o difícilmente reparable, circunstancia que
incumbe acreditar al recurrente».

La acreditación del perjuicio es carga que pesa sobre el demandante y su


incumplimiento determina la denegación de la medida solicitada.

ATC 249/2001, de 17 de septiembre: «3. … La acreditación del perjuicio es carga que


pesa sobre el recurrente de amparo, no pudiendo darse por cumplida con la mera
formulación de hipótesis o conjeturas acerca de la solvencia de quien ostentó la
condición de demandante en el proceso judicial previo. Esta falta de satisfacción de
la meritada carga impide al Tribunal efectuar la ponderación prevista en el art. 56
LOTC por lo que resulta obligada la denegación de la medida cautelar solicitada.»

Todo lo anterior cuestiona la posibilidad de que el Tribunal acuerde oficio la suspensión,


como prevé el propio artículo 56.2; esta previsión es manifiestamente contraria al
principio dispositivo y evidencia, por un lado, la concepción autoritaria de los autores
de la Ley con relación a los poderes del juez y, por otro, la falta de adecuación a la
realidad, pues luego resulta que el Tribunal no hace uso de esos poderes.

B. Audiencia a las partes

Si la demanda de amparo ha sido admitida a trámite, se mandará formar pieza separada


con la solicitud de suspensión y se conferirá audiencia a las

[471]

partes y al Ministerio Fiscal, por plazo común que no excederá de tres días, para que
manifiesten cuanto consideren procedente. Dicha audiencia debe limitarse a las partes
que estuvieran personadas en el proceso de amparo al tiempo de sustanciarse el
incidente de suspensión.

ATC 703/1988, de 6 de junio: «Único.– Como este Tribunal tiene declarado en otras
ocasiones, el incidente de suspensión ha de sustanciarse ciertamente con audiencia
de las partes, de acuerdo con lo dispuesto en el art. 56.2 de la LOTC; pero, debido al
carácter perentorio inherente a la medida de suspensión, la preceptiva audiencia
debe ser de las partes que estén personadas al tiempo de sustanciarse el incidente,
sin esperar a personaciones futuras ni dilaciones que puedan frustrar tal medida
encaminada a salvaguardar la finalidad del amparo, y en el presente caso el trámite
de audiencia por tres días se concedió en providencia de 1 de febrero de 1988,
cuando los impugnantes aún no se habían constituido en parte. Ello no obsta para
que, dada la naturaleza mudable del acuerdo de suspensión, tal como es configurado
en el art. 57 de la LOTC, los recurrentes puedan aducir en cualquier momento las
razones que estimen pertinentes en orden a la modificación del referido acuerdo. El
propio escrito presentado con ocasión del recurso de súplica era, incluso, idóneo
para que los demandados en el proceso de amparo hubieran hecho valer las
alegaciones de fondo oportunas sobre la procedencia o improcedencia de la
suspensión acordada. Sin embargo, se han limitado a aducir que no fueron citados
para comparecer antes de dictarse el Auto recurrido, sin aportar elementos de juicio
o circunstancias que pudieran desvirtuar el fundamento sustantivo del mismo».
Lo anterior supone que es perfectamente posible que la apertura del plazo de audiencia
se realice antes de la personación de las demás partes e incluso antes de su
emplazamiento, con lo que a la postre resulta que la medida cautelar se adopta
normalmente sin oír a las otras partes, salvo el Ministerio Fiscal.

Resulta curioso destacar que el artículo 56.4 cuando se refiere a que el incidente se
sustanciara con audiencia de las partes, está interpretándose en el sentido de las partes
personadas, lo que supone que el solicitante de la suspensión es vuelto a oír en ese
plazo de tres días. El Tribunal podría haber entendido que la norma debía interpretarse
como con audiencia de las demás partes, pero no lo ha hecho de esta manera. Esto
lleva a cuestionarse si la falta de audiencia de la parte solicitante (en el caso había
presentado el escrito pero la Sala negó que lo hubiera presentado y no lo tuvo en
cuenta) da lugar o no a la nulidad de actuaciones, lo que es negado por el Tribunal.

ATC 46/1998, de 24 de febrero: «La aplicación supletoria, sea de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, sea de la Ley de Enjuiciamiento Civil, a que se refiere el art. 80 LOTC,
con independencia de que sea admisible en algún supuesto mas allá de los
explícitamente mencionados en este último precepto —por razón de analogía y «en
la medida en que no vaya contra

[472]

la Ley Orgánica y sus principios inspiradores» (STC 86/1982, fundamento jurídico


2.°)—, sólo tiene sentido plantearla en ausencia de específica regulación de nuestra
propia Ley Orgánica, pues de otro modo más que de supletoriedad estaríamos en
presencia de una regulación alternativa a la contenida en la Ley Orgánica que, por
mandato constitucional (art. 165 C.E.), es la única por la que puede regirse el
procedimiento a seguir ante este Tribunal. Existiendo previsiones explícitas y
específicas en dicha Ley Orgánica sobre los recursos procedentes frente a los Autos
dictados por este Tribunal (art. 93.2 LOTC), no es posible entrar a debatir siquiera la
aplicación de reglas extrañas a la misma».

El artículo 56.4 alude a la posibilidad de que la Sala pida informe de la autoridad


responsable de la ejecución, esto es, que pida informe del tribunal civil al que
correspondería la ejecución. Dejando a un lado que esos informes no han tenido
realidad práctica, tampoco queda claro en la LOTC a qué autoridad judicial se pediría el
informe, si a la que dicta la resolución contra la que se formula el amparo o si la que
debe ejecutarla, pues pudiera darse el caso de que no fuera la misma atendido que la
ejecución de las sentencia corresponde siempre al juez de la primera instancia.

C. Decisión
(…)

[474]

D. Adopción inaudita parte

En el número 6 del artículo 56 LOTC se contempla la posibilidad de que, en supuestos


de urgencia excepcional, la Sala o la Sección adopte la medida de suspensión de la
ejecución de la resolución impugnada en la misma resolución en la que acuerde la
admisión a trámite de la demanda de amparo, lo que exige que así se haya solicitado y
justificado cumplidamente por el demandante en dicho escrito de demanda. Se trata
de una aplicación singular de la previsión que con carácter general se contiene en el
artículo 733.2 de la LEC, según el cual, cuando el solicitante así lo pida y acredite que
concurren

[475]

razones de urgencia o que la audiencia del demandado puede comprometer el buen fi


n de la medida cautelar, el tribunal podrá acordarla sin más trámites. En tal caso, la
medida adoptada podrá ser impugnada por el Ministerio Fiscal y por las demás partes
personadas en el plazo de cinco días desde la notificación a las mismas de la resolución
en que dicha suspensión se hubiere acordado. La impugnación dará lugar a un incidente
que resolverá la Sala o la Sección sin ulterior recurso (art. 56.6).

4. PÉREZ TREMPS, Pablo, El recurso de amparo, 2.a ed., Valencia, Tirant Lo Blanch, 2015.

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