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Carrera: DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

Curso: DERECHO CIVIL

Turno: NOCHE

Profesor: DR. ÁNGEL SEGURA

Alumno: DIOSELINA ESTHER MANZANILLA JIMÉNEZ


DEDICATORIA

A mi madre, por el gran amor y la devoción que tienes a tus hijos,

por el apoyo ilimitado e incondicional que siempre me has dado,

por tener siempre la fortaleza de salir adelante sin importar los

obstáculos, por haberme formado como una mujer de bien, y por ser

la mujer que me dio la vida y me enseño a vivirla.

A mi esposo, por su paciencia y comprensión. A mis hijos, que les

sirva de ejemplo de superación para cultivar un corazón noble en

cada una de las etapas de sus vidas.

AGRADECIMIENTO

A los docentes de esta prestigiosa Universidad, por brindarnos su

sabiduría en el desarrollo de este trabajo.

2
ÍNDICE

Introducción 5

La ausencia 5

Javier de Belaúnde L. de R. 6

Desaparición 6

Declaración de Ausencia 7

Declaración de muerte presunta 8

Carlos Enrique Becerra Palomino 10

Ausencia 10

Noción y contenido 10

Francisco José Visoso del Valle 13

Juan Andrés Orrego Acuña 15

La muerte presunta 15

Concepto 15

Objeto 15

Condiciones para que tenga lugar la muerte presunta. 15

Períodos de la muerte presunta. 16

Juez competente 16

3
Formalidades que deben cumplirse para obtener la declaración de

muerte presunta. 17

Fijación del día presuntivo de la muerte 18

Lidia Diego Nacarino 20

La declaración de ausencia 20

La declaración de fallecimiento 22

BIBLIOGRAFÍA 23

4
INTRODUCCIÓN

La ausencia

El término ausencia puede definirse, etimológicamente hablando, como "no estar presente".

Ahora bien, jurídicamente, se amplía con una situación de interinidad y de incertidumbre sobre

la existencia de la persona ausente. Partiendo de lo anterior, se podría definir la ausencia como

la situación en la que se halla una persona cuyo paradero y existencia se desconoce en el ámbito

en el que se desenvuelve la misma. En sentido jurídico, una persona está ausente, no

simplemente cuando la misma no se encuentra en su domicilio o residencia, sino cuando

además no se tiene noticias de la misma, y existen dudas acerca de si vive o no. En concreto,

la declaración de ausencia está contemplada en los arts. 181 a192 CC.

5
Javier de Belaúnde L. de R.

El nuevo Código diferencia tres situaciones posibles: la desaparición (Arts. 47 y 48), la

declaración de ausencia (Arts. 49 a 60) y la muerte presunta (Arts. 63 a 69).

2.1) Desaparición

El Código no ha previsto explícitamente una declaración judicial de desaparición. No obstante,

ella se configura cuando concurren tres supuestos: una persona no se halla en el lugar de su

domicilio (no se requiere plazo), se carece de noticias sobre su paradero y no tiene mandatario

con facultades suficientes. A petición de parte interesada o del Ministerio Público, puede

proceder por el Juez la designación de un curador interino. De acuerdo a la amplísima remisión

del Art. 48, tal curatela se rige, en cuanto sea pertinente, por las disposiciones de los Arts. 564

a 618.

Como precisa Fernández Sessarego, "el hecho de la desaparición, como lo señala el propio Art.

47, genera como única consecuencia jurídica la designación de un curador interino encargado

de custodiar los bienes del desaparecido. El Art. 47 no imputa ningún otro efecto jurídico aparte

del que acabamos de mencionar". "Lo que pretende el codificador es la custodia de los bienes

del desaparecido cuando no exista representante con poderes suficientes".1

No hay consecuencias jurídicas que importen asumir una duda sobre la vida del desaparecido.

De otro lado, las facultades del curador no atañen a la persona del ausente. La curatela es a los

bienes, no a la persona (Art. 597 del Código Civil).

1
Fernández Sessarego, Carlos: op. cit., pp. 268 y 270.

6
2.2) Declaración de Ausencia

De acuerdo a la regulación del Código, cualquiera con legítimo interés o el Ministerio Público

puede pedir la declaración de ausencia, si el hecho de la desaparición de una persona dura más

de dos años.

A diferencia de la desaparición, el Código define que la ausencia requiere de una declaración

judicial expresa que supone, como elemento de hecho, la desaparición, con el añadido de un

transcurso de tiempo.

Esta declaración judicial de ausencia, no supone necesariamente el previo nombramiento de un

curador.

El principal efecto jurídico de la declaración de ausencia está previsto en el Art. 50 del Código

Civil. El juez ordena dar la posesión temporal de los bienes del ausente a quienes serían sus

herederos forzosos al tiempo de dictarla. El poseedor tiene los derechos y obligaciones

inherentes a la posesión y goza de los frutos con la limitación de reservar de éstos una parte

igual a la cuota de libre disposición del ausente. Salvo casos de necesidad o utilidad, los bienes

materia de la posesión temporal no pueden ser enajenados ni gravados (Arts. 51 y 52). A

solicitud de cualquiera de los que hubiesen obtenido tal posesión temporal, procede la

designación de un administrador judicial (Art. 54).

A diferencia de la situación de simple desaparición, en la cual la existencia de un apoderado

hace innecesaria la designación de curador, la declaración de ausencia extingue los poderes

otorgados por el ausente (Art. 53). Es que "en lo que respecta a la vida del ausente, la

declaración de ausencia legal significa la apertura de la existencia de un estado de duda oficial

sobre ella".2

2
Diez-Picazo, Luis y Gullón, Antonio: op. cit., p. 309.

7
A pesar del desliz del segundo párrafo del Art. 334 del Código Civil, es indudable que la

ausencia no es más en nuestro Código causal de incapacidad. Entre otros efectos que produce

la declaración judicial de ausencia, podemos citar la suspensión de la patria potestad (Art. 466)

y la extinción de la sociedad de gananciales (Art. 318).

Los efectos de la declaración judicial de ausencia cesan ya sea por el regreso del ausente o por

la designación de apoderado con facultades suficientes hecha por el ausente con posterioridad

a la declaración, o por la comprobación de la muerte del ausente o la declaración judicial de

muerte presunta (Art. 59).

2.3) Declaración de muerte presunta

La constatación de la desaparición con el consiguiente nombramiento de curador y la

declaración de ausencia no afectan la personalidad. La declaración judicial de muerte presunta,

en cambio, sí importa, en determinados casos, reputar muerto a un desaparecido.

El Título VII del Libro 1 del Código Civil, regula, de un lado, la muerte natural, y de otro, la

muerte presunta. La declaración de muerte presunta opera en casos en que la desaparición se

ha prolongado en el tiempo, lo suficiente como para hacer presumir que la carencia de noticias,

significa razonablemente la muerte, o en casos en que la desaparición se produjo en

circunstancias de riesgo evidente de muerte. En ambos casos, no se cuenta con un cadáver o

éste no ha sido reconocido. El Art. 63 del Código Civil, prevé tres casos:

A) Cuando hayan transcurrido 10 años desde las últimas noticias del desaparecido ó 5 si

es que tuviere más de 80 años de edad;

B) Cuando hayan transcurrido dos años y la desaparición se produjo en circunstancias

constitutivas de peligro de muerte;

C) Cuando exista certeza de la muerte sin que el cadáver sea encontrado o reconocido.

8
La declaración de muerte presunta no requiere la previa declaración de ausencia. Los efectos

jurídicos, son todos los de la muerte. Jurídicamente un muerto presunto es un muerto. El Art.

64 del Código Civil, en esa línea, aclara que "la declaración de muerte presunta disuelve el

matrimonio del desaparecido". Dicha resolución se inscribe en el Registro de Defunciones.

Cuestión interesante constituye el tratamiento que da el Código Civil en el Capítulo Tercero al

Reconocimiento de Existencia. El Código se pone en el caso, por cierto posible, de que el

muerto presunto aparezca. Este reconocimiento cabe en el mismo proceso en el cual se declaró

al reaparecido como muerto presunto.

Patrimonialmente, el reconocimiento de existencia faculta a la persona a reivindicar sus bienes.

El Art. 68, de otro lado, ha resuelto quizás el tema de mayor trascendencia que plantea el

reconocimiento de existencia: ¿qué ocurre si el cónyuge del muerto presunto contrajo un nuevo

matrimonio? La solución del Código es totalmente coherente con el supuesto de que la

declaración de muerte presunta genera todos los efectos jurídicos de la extinción de

personalidad. El reconocimiento de existencia no inválida el nuevo matrimonio que hubiera

contralado el cónyuge del muerto presunto.

9
Carlos Enrique Becerra Palomino

En los Códigos Civiles de 1836,1852 y 1936 se había regulado el régimen de la ausencia y la

muerte presunta, aunque no diferenciando claramente las etapas. El Código Civil de 1984

considera dos etapas tratándose de la ausencia: a) desaparición, y b) declaración de ausencia.

(Libro I, Título VI). Fernández Sessarego afirma que se trata de una innovación sistemática en

nuestra normatividad civil y que obedece en "alguna medida a una inspiración nativa"; no

obstante, reconoce las influencias externas, como lo veremos en el desarrollo del presente

ensayo. Es importante señalar la posición singular que tiene este cuerpo de leyes frente a la

legislación comparada ya que regula la declaración de muerte presunta en el mismo título que

trata de la muerte real (Título VII).

1. Ausencia

1.1 Noción y contenido

En sentido material o común la ausencia es una falta de presencia. Sin embargo, jurídicamente,

tiene otra connotación. Serrano y Serrano la define como "un estado civil de la persona de

quien se duda si vive, bien porque se desconoce su paradero durante cierto tiempo, bien porque

desapareció en una circunstancia de peligro para la vida sin haberse vuelto a saber más de ella".

Dicho autor señala que la verdadera esencia de la ausencia radica en la incertidumbre acerca

de la persona ausente3. Rescigno tiene idéntico parecer: "Es decisiva, dice, la ignorancia sobre

el hecho mismo de la existencia de la persona, más que la ignorancia del lugar donde ella se

encuentra"4. Diez-Picazo y Gullón niegan que se trate de un estado civil, ya que la ausencia no

3
SERRANO Y SERRANO, Ignacio. La ausencia en el Derecho Español. Revista de Derecho Privado. Madrid. 1943.
p. 1 y p. 86. Moisset de Espanés recalca que frente al concepto amplio de ausencia tenemos la ausencia en
sentido técnico: "calificada por alguna circunstancia particular, en virtud de la cual la ley atribuye
determinadas consecuenciasjuridicas". MOISSET DE ESPANES, Luis. Ausencia y desaparición. En: Jurisprudencia
Argentina. Buenos Aires, 1975. Junio 12, p. l.
4
RESCIGNO, Pietro. Manuale del diritto privato italiano. Napoli, Casa Editrice Eugenio Jóvene, 1984, p. 133.

10
modifica la capacidad del ausente, pero están de acuerdo en la duda sobre la existencia de la

persona: "El ausente, jurídicamente expresado, es una persona que no sabemos si existe ni

donde existe". Para los Mazeaud, "es el individuo del que no se sabe si está vivo o muerto5.

Espín asevera que ausente, en sentido técnico, "es el que desapareció, ignorándose su paradero

y dudándose de su existencia; la ausencia exige, pues, la incertidumbre absoluta sobre la

existencia de una persona (an sit et ubi sit)6. Ogáyar y Ayllón descarta la idea de peligro

tratándose de la desaparición e incide en que ésta se haya producido en circunstancias normales.

Albaladejo menciona la carencia de noticias y Castán señala que la ausencia propiamente dicha

"es la del que se halla fuera de su domicilio desconociéndose su paradero y su existencia" 7. A

lo expuesto debe agregarse el hecho de que no exista representante con facultades suficientes,

ya que de haberlo se presume que la persona previó su alejamiento por alguna circunstancia

especial. La ausencia se refiere a la situación de una persona que:

A) No se encuentra en el lugar de su domicilio

B) Se ignora su paradero

C) Carece de representante suficientemente facultado

D) Respecto de quien puede llegar a dudarse sobre su existencia con el transcurso del

tiempo.

La doctrina y la legislación comparada no son uniformes en el tratamiento de la ausencia: las

etapas o períodos varían en número y denominación. Como asevera Marinella Essu, la doctrina

5
DIEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Volumen I. Editorial Tecnos, Madrid, 1989, p.
302. MAZEAUD, Henry, Leon y Jean. Lecciones de Derecho Civil . Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa
América, 1965. P. 1, Tomo 1, Vol. II, p.13.
6
ESPIN, Diego. Manual de Derecho Civil Español. Volumen I- Parte General. Editorial Revista de Derecho
Privado. Editoriales de Derecho Reunidas. Madrid, 1982. P. 351.
7
OGAYAR Y AYLLON, Tomás. La Ausencia en Derecho Sustantivo y Adjetivo. Madrid, Editorial REUS S.A. 1936,
p. 6. ALBALADEJO, Manuel. Curso de Derecho Civil. Introducción y Parte General. Barcelona, Bosch, 1983.
CASTAN TOBEÑAS, José, Derecho Civil Español y Foral. 14a. edición. Revisada por José Luis de los Mozos.
Madrid. REUS S.A. 1987. Tomo l. Vol. 11. pp. 32-321. Véase también OGAYAR Y AYLLON, Tomás y LETE DEL RIO,
José Manuel. Comentarios al Código Civil y Compilaciones Forales. Dirigidos por Manuel Albaladejo. Segunda
Edición. Madrid. Editorial Revista de Derecho Privado 1985. Tomo IV, p. 2.

11
predominante considera a la declaración de ausencia como situación de derecho, frente a la

desaparición que es entendida como situación de hecho8. En lo que se refiere a la desaparición,

existen diversas concepciones doctrinarias considerándola como institución independiente

vinculada a las situaciones de catástrofe o peligro para la vida, asimilándola a la ausencia,

utilizándose ambos términos indistintamente, y como una etapa de la ausencia pero

diferenciada de la declaración de la misma (este criterio es seguido por la mayoría de autores

contemporáneos y es la tendencia de la legislación comparada más reciente). Los elementos de

la desaparición son, en resumen:

A) falta de presencia en el lugar del domicilio o residencia

B) ignorancia del paradero de la persona o carencia de noticias

C) inexistencia del representante con facultades suficientes

La desaparición no requiere una declaración judicial, sino que configurada ésta, de acuerdo a

los elementos antes señalados, se procede al nombramiento de alguien que se haga cargo de los

asuntos de la persona desaparecida. Tratándose de la Declaración de Ausencia, la mayoría de

los autores se refieren a ella como el segundo período de la institución de la ausencia, en la

cual adquiere su sentido técnico. Dicha declaración de ausencia se configura, en síntesis:

A) por la desaparición

B) la incertidumbre sobre la existencia (por el transcurso del tiempo)

C) la resolución judicial9.

8
ESSU, Marinella. L'Assenza e la Dichiarazione di Marte Presunta. En: Tratatto di Diritto P¡;ivato. D. RESIGNO,
Pietro. Torino: Utet, 1982. Tomo 2, pp. 435-436.
9
Para mayor información sobre este particular, véase nuestro citado artículo de la nota 6, parágrafos 1.2.1 y
1.2.2., así como las notas.

12
Francisco José Visoso del Valle

De manera ordinaria, entendemos que una persona se encuentra ausente cuando no está

presente en un lugar al que deberá asistir, aquel al que se le llama. Así, decimos que está

ausenta el alumno que no atiende la clase a la cual se encuentra inscrito. Está ausente, el

diputado que no asiste a las sesiones de la Cámara. Está ausente, el accionista convocado a

una asamblea que no se encuentra presente al momento de su celebración. Desde luego, todos

estos casos de ausencia tienen consecuencias en el sujeto que no asiste, sin embargo, aún en

su significado jurídico, dista del concepto de la institución materia de nuestro estudio En el

caso a estudio, son presupuestos esenciales la ignorancia del domicilio o la supervivencia del

sujeto ausente. La ausencia como institución, requiere la actualización de hechos de

naturaleza especial, productores de consecuencias específicas. Si no se producen, estaremos

en supuestos diversos, como puede ser ignorar su domicilio para el emplazamiento a un juicio

determinado (art. 122 CPC), o bien, para realizar algún requerimiento, protesto, interpelación

o cualesquiera otro tipo de diligencias jurídicas, debiendo en todos estos casos estar a las

disposiciones aplicables al caso concreto, pero no se actualizara la ausencia como institución

con todos sus efectos Jurídicos. Decimos, con la salvedad que más adelante se precisa, que la

Ausencia es una institución jurídica de orden público, qua tiene como finalidad (en su

primera etapa), la conservación del patrimonio de una persona cuyo paradero se ignora y que

por la falta de noticias sobre su existencia, hace presumir su desaparición o muerte.

Es una institución de orden público, porque tiene por objeto la protección del patrimonio de

la persona que, debido a las circunstancias de hecho de su desaparición y consecuente

abandono de sus bienes, derechos y obligaciones, se encuentra imposibilitado para atenderlos

adecuadamente, colocándose en una situación de desamparo con posibles consecuencias

negativas en perjuicio personal o de sus herederos, testamentarios o legítimos. La institución

de la ausencia tiene diferentes supuestos, basados en las siguientes circunstancias:

13
A) La no presencia.

B) Ignorancia del paradero

C) Desaparición.

D) Ausencia

Estas circunstancias de carácter material, deben ser acompañadas de otras de carácter

psicológico que nuestra legislación contempla:

A) El abandono de su residencia

B) La falta de noticias

C) La inexistencia de representante o apoderado con facultades suficientes

D) El abandono de sus bienes, derechos y obligaciones.

E) El desamparo de sus relaciones jurídicas patrimoniales

Estas circunstancias se convierten en supuestos de derecho, productores de consecuencias

legales, las cuales constituyen la institución de la Ausencia. Como he adelantado, la ausencia

tiene diferentes grados y por lo tanto consecuencias y finalidades diversas de acuerdo a su

grado.

14
Juan Andrés Orrego Acuña

La muerte presunta

1.- Concepto.

Es la declarada por el juez, en conformidad a las reglas legales, respecto de un individuo que

ha desaparecido y de quien se ignora si vive o no. El juez, partiendo de ciertos antecedentes,

presume la muerte de una persona. Por ello, el Código la trata bajo el título “De la presunción

de muerte por desaparecimiento”, en los arts. 80 al 94. La presunción es de carácter

simplemente legal, y se basa en dos circunstancias conocidas: a) La ausencia o

desaparecimiento de un individuo por largo tiempo de su domicilio; b) La carencia de noticias

de éste.

2.- Objeto.

El objeto de la muerte presunta es resguardar diversos intereses. La ley considera:

A) El interés de la persona que ha desaparecido;

B) El interés de los terceros, principalmente de aquellos que tengan derechos eventuales

en la sucesión del desaparecido;

C) El interés general de la sociedad de que no haya bienes y derechos abandonados, lo que

atenta contra el principio de la libre circulación de la riqueza. El principal objeto de la

declaración de muerte presunta es definir la suerte de los bienes que constituían el

patrimonio dejado por el desaparecido o de aquellos bienes que pudieran corresponderle

en las sucesiones abiertas durante su ausencia.

3.- Condiciones para que tenga lugar la muerte presunta.

Del artículo 80 y siguientes, se desprende que para que tenga lugar la muerte presunta, deben

concurrir cuatro requisitos:

15
A) Que sea declarada por sentencia judicial;

B) Que la declaración se haga de conformidad al procedimiento contemplado en el Código

Civil;

C) Que el individuo haya desaparecido, esto es, que se haya ausentado de su domicilio;

D) Que no se tenga noticias de su existencia.-

4.- Períodos de la muerte presunta.

Distinguimos tres períodos:

A) El de la mera ausencia, al fin del cual se pide la declaración de muerte presunta;

B) El de posesión provisoria de los bienes del desaparecido;

C) El de posesión definitiva de los mismos bienes.-

5.- Quienes pueden pedir la declaración de muerte presunta.

Puede ser provocada por cualquiera persona que tenga interés en ella (artículo 81 Nº 3); y es

tal, toda persona que tiene un interés pecuniario subordinado a la muerte del desaparecido (por

ejemplo, los herederos presuntivos, el nudo propietario de bienes que el desaparecido tenía en

usufructo, el fideicomisario a quien por la muerte del desaparecido ha de deferirse el

fideicomiso, los legatarios, etc.). No pueden pedirla los acreedores del ausente, porque su

interés pecuniario no está subordinado a la muerte del desaparecido. En efecto, si los acreedores

quieren hacer valer sus créditos, les basta con dirigirse a los apoderados del ausente o si no los

tenía, provocar el nombramiento de un curador, contra el cual se dirigirá la demanda (arts. 473

y ss.)

6.- Juez competente.

La muerte presunta debe declararse por el juez del último domicilio que el desaparecido haya

tenido en Chile (artículo 81 Nº 1 del Código Civil y artículo 151 del COT.) Si el desaparecido

16
hubiere tenido dos o más domicilios, no habrá inconveniente para que cualquier juez de uno u

otro domicilio, declare la muerte presunta. Si el desaparecido no hubiere tenido domicilio en

Chile, nuestros jueces son incompetentes para declarar la muerte presunta.

7.- Formalidades que deben cumplirse para obtener la declaración de muerte presunta.

A) Los interesados deben justificar previamente que se ignora el paradero del desaparecido

y que se han hecho las diligencias posibles para averiguar tal paradero: artículo 81 Nº

1. Lo anterior puede probarse por medio de información de testigos, sin perjuicio que

el juez, de oficio o a petición de cualquier persona interesada o del defensor de ausentes,

pueda decretar las medidas que estime necesarias para el esclarecimiento de los hechos

(artículo 81 Nº 4).

B) Citación del desaparecido: deberá hacerse hasta por tres veces, en el Diario Oficial,

corriendo más de 2 meses entre cada dos citaciones; por ende, cuatro meses corren a lo

menos entre la primera y tercera citación. (artículo 81 número 2).

C) Intervención del defensor de ausentes (artículo 81 Nº 4).

D) Inserción de la sentencia en el Diario Oficial (artículo 81 Nº 5).

E) Transcurso de cierto plazo mínimo desde la última citación: deben haber transcurrido

tres meses al menos desde la última citación (artículo 81 Nº 3).

F) Transcurso de cierto plazo mínimo desde la fecha de las últimas noticias que se tuvieron

del desaparecido: deben haber transcurrido a lo menos 5 años, desde la fecha de las

últimas noticias del desaparecido (artículo 81 Nº 1).

Se ha discutido en la doctrina acerca del momento desde el cual se cuenta el plazo de 5 años:

si desde que fueron enviadas las últimas noticias (Claro Solar) o desde la fecha en que estas se

recibieron (Somarriva).

17
No es necesario que las últimas noticias del desaparecido provengan directamente de éste

(“...que se tuvieron...”, artículo 81 Nº 1).

El indicado plazo de 5 años debe haber transcurrido cuando llega el momento de la declaración

de muerte presunta y no cuando se inicia el trámite (si así fuere, deberían transcurrir 5 años 7

meses al menos, para declarar la muerte presunta; sin embargo, se requieren sólo 5 años).

8.- Fijación del día presuntivo de la muerte.

Conforme al artículo 81 Nº 6, el juez fijará como día presuntivo de la muerte, por regla general,

el último del primer bienio contado desde la fecha de las últimas noticias (vale decir, si las

últimas noticias se tuvieron el 15 de junio de 2000, el día presuntivo de muerte será el 15 de

junio de 2002, día que no podrá fijarse sino por una resolución dictada después del 15 de junio

de 2005). La regla anterior es arbitraria e imperativa para el juez, quien no está facultado para

fijar otra fecha, lo que responde a un principio general en orden a restringir los plazos judiciales,

que según Bello, abren campo a la arbitrariedad. Por eso, el legislador estimó preferible

indicarle cual ha de ser el día presuntivo de muerte. Excepcionalmente, en tres casos, el día

presuntivo de muerte se fija en otra fecha:

A) Día presuntivo de la muerte de una persona que recibió una herida grave en la guerra o

le sobrevino otro peligro semejante: será el de la acción de guerra o peligro y si no es

posible determinar tal día, el juez adoptará un término medio entre el comienzo y fin

de la acción bélica o de peligro (art. 81 Nº 7).

B) Día presuntivo de la muerte de una persona que se encontraba en una nave o aeronave

reputada perdida: se fijará conforme a la regla anterior (art. 81 Nº 8).

C) Día presuntivo de muerte en caso de sismo o catástrofe: será el del sismo, catástrofe o

fenómeno natural (art. 81 Nº 9). Las sentencias ejecutoriadas que declaren la muerte

18
presunta deben inscribirse en el Libro de Defunciones del Registro Civil, en la comuna

correspondiente al tribunal que hizo la declaración (art. 5 Nº 5 Ley de Registro Civil).

19
Lidia Diego Nacarino

Según nuestro Código Civil, la personalidad jurídica, es decir, el reconocimiento de una

persona como sujeto de derechos y deberes, se obtiene una vez que se produce el

desprendimiento completo del seno materno y se extingue cuando se produce el fallecimiento.

Pero, en ocasiones, una persona desaparece sin dejar rastro, no pudiéndose corroborar su

fallecimiento.

Para estos casos, nuestro ordenamiento jurídico presenta dos instrumentos: la declaración de

ausencia y la declaración de fallecimiento.

La declaración de ausencia

La declaración de ausencia se encuentra regulada en el Libro I, Título VII del Código Civil, lo

que se corresponde con los artículos 181 y siguientes. Sería ausencia aquella situación en la

que se desconoce el paradero de una persona, existiendo dudas sobre su permanencia o no

con vida.

Los plazos para determinar que una persona se encuentra ausente dependen de si ésta dejó a

alguien a cargo de la gestión de sus bienes. En caso positivo, el plazo será de tres años desde

su desaparición. En caso contrario, será de un año. Además, si ha transcurrido un año desde las

últimas noticias de la persona desaparecida, el fallecimiento, caducidad o renuncia justificada

del administrador determina la ausencia legal.

Por lo que respecta a las personas que solicitan la declaración de ausencia, debemos

distinguir entre quienes pueden solicitarla y quienes están obligados a ello:

20
 Pueden solicitarla todas aquellas personas que se encuentran interesadas en la misma, como

familiares o sujetos que posean derechos ejercitables contra el ausente o dependientes de su

muerte, así como el Ministerio Fiscal.

 Están obligadas a promoverla e instarla el cónyuge (siempre que no se encuentre legalmente

separado), todos los parientes consanguíneos dentro del cuarto grado, y el Ministerio Fiscal,

de oficio o en virtud de una denuncia.

Por otro lado, mientras se sustancia el procedimiento, el cónyuge mayor de edad no separado

o, de no existir, el pariente mayor de edad más próximo hasta el cuarto grado podrá ser

nombrado por el Secretario Judicial como defensor del ausente en todos aquellos asuntos

imposibles de posponer. Si el desaparecido no tiene familiar alguno que pueda ocupar este

cargo, el Secretario Judicial nombrará un defensor, previa audiencia del Ministerio Fiscal, que

deberá reunir los requisitos de solvencia y buenos antecedentes.

Declarada la persona ausente, se le nombrará un representante, que deberá representarle, así

como proteger y administrar sus bienes. El representante estará obligado a realizar un

inventario de los bienes muebles, presentar una garantía, defender y conservar el patrimonio y

ajustarse a las normas de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

En el caso de que el representante sea el cónyuge, descendiente o ascendiente del ausente,

podrá disfrutar de la posesión temporal del patrimonio y hacer suyos los productos

líquidos en cuantía determinada por el Secretario Judicial, respetando las obligaciones

patrimoniales del ausente. Los hermanos también podrán disfrutar de lo citado, pero siempre y

cuando la cuantía sea inferior a dos tercios de los productos líquidos.

Los representantes no podrán vender, gravar, hipotecar ni dar en prenda los bienes, salvo que

exista una necesidad o utilidad evidente, debiendo obtener autorización del Secretario Judicial.

21
Si se demuestra el fallecimiento del desaparecido, se producirá la apertura de su sucesión,

debiendo entregarles el poseedor temporal el patrimonio, salvo los frutos en la cuantía que

hubiere sido señalada.

Y, ¿qué ocurre si el desaparecido regresa? En este caso, se restituirían sus bienes, con la

excepción de los frutos obtenidos por el representante, salvo que haya mediado mala fe por

parte de este.

La declaración de fallecimiento

Esta declaración se encuentra regulada también en el Código Civil, ocupándose de la misma

sus artículos 193 a 197. Se trata de una resolución judicial que declara la muerte de una persona

que se encuentra desaparecida.

Aunque la declaración de fallecimiento podría parecer la continuación lógica de la declaración

de ausencia, lo cierto es que esta última no es requisito previo de la declaración de

fallecimiento. Es decir, se puede solicitar esta directamente. La declaración de fallecimiento

supone la finalización de la ausencia, en caso de haber sido declarada anteriormente, aunque

solo producirá efectos la muerte desde el momento en que se estableció la declaración de

fallecimiento, salvo que se llegue a una conclusión contraria en la preceptiva investigación.

Los plazos, en este caso, son mucho más amplios. Se tratará de diez años desde las últimas

noticias del desaparecido, por regla general, aunque se reducirá a cinco si, para esa fecha, el

desaparecido hubiera cumplido ya los 75 años.

Para casos especiales, los plazos son más reducidos. En primer lugar, si la desaparición se

produjo después de una situación de violencia con riesgo inminente de muerte, el plazo será de

un año contado desde el día en que se produjo la citada situación. En segundo lugar, si lo que

22
se ha producido es un siniestro, el plazo será de tres meses. Por último, si la desaparición tuvo

lugar en medio de una sublevación política o social, el plazo será de seis meses.

Además, hay otra serie de supuestos especiales, recogidos en el artículo 194 del Código Civil,

que varían los plazos, como la pertenencia del desaparecido a un contingente armado o la

desaparición producida tras un accidente de avión o el naufragio de una nave.

Como es lógico, la declaración de fallecimiento supone la apertura de la sucesión, pero con

ciertas situaciones especiales:

 Los herederos no podrán disponer a título gratuito hasta transcurridos cinco años.

 Los legados no podrán ser entregados ni exigidos hasta transcurridos cinco años, con la

excepción de las mandas piadosas en sufragio del alma del testador o legados otorgados a

instituciones de beneficencia.

 Los sucesores deberán realizar notarialmente inventario de bienes muebles y descripción de

inmuebles.

Si la persona declarada como fallecida se demostrara viva, tendrá derecho a recibir sus bienes

en el estado en que se encuentren y a percibir el precio de lo vendido. Ahora bien, no podrá

exigir las rentas, frutos ni productos que se hayan obtenido durante el periodo de tiempo en el

que se le dio por fallecido.

23
BIBLIOGRAFÍA

Javier de Belaúnde L. de R. (2016) COMENTARIOS AL CODIGO CIVIL Desaparición,

ausencia y muerte presunta, 3 años después. file:///C:/Users/SERVIDOR/Downloads/10726-

42572-1-PB%20(3).pdf

Carlos Enrique Becerra Palomino (1991). AUSENCIA Y MUERTE PRESUNTA EN EL

CODIGO CIVIL DE 1984. file:///C:/Users/SERVIDOR/Downloads/Dialnet-

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