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Teoría Tradicional y Teoría Crítica de Max Horkheimer.

Reporte de lectura por Iván Ibarra Germán

A diferencia del pensamiento de Heidegger con el dasein y su omisión de los


términos naturaleza y sociedad, la escuela de Frankfurt cree necesaria la inserción
de esos conceptos, de hecho, fundamentales para llegar a una vertiente de
pensamiento basada en la autonomía de las decisiones razonadas por cada
persona, en lugar del seguimiento mecánico de un sistema en el cual se habita;
esto puede considerarse como la principal diferencia entre teoría tradicional y
teoría crítica y Horkheimer comienza su ensayo mostrando las características que
fundamentan a la primera.

Teoría Tradicional

Para Horkheimer, la teoría es la acumulación del saber, utilizable para caracterizar


hechos de la manera más acabada posible. En la investigación corriente, la teoría
equivale a un conjunto de proposiciones acerca de un campo de objetos que, se
relacionan de tal modo que de unas se puedan deducir de las restantes (condición
lógica) y que entre menos proposiciones, más perfecta será la teoría. Para que la
teoría tenga una validez real, la misma tiene que coincidir con hechos concretos,
“la teoría según los hechos es siempre una hipótesis” porque aún falta compararla
con hechos, llevarlo a la experiencia, una vez hecho eso, la teoría se acepta o se
revisa (tanto los principios como la observación del hecho).

Como meta final de la teoría, aparece el sistema universal de la ciencia, un


sistema que abarca a todos los objetos posibles, o sea, que las proposiciones que
persigue la ciencia son idénticas de manera tal, que el sistema puede ser aplicado
a cualquier caso.

Este sistema lo atribuye Horkheimer a una consecuencia de los comienzos de la


Filosofía Moderna, con Descartes donde, la deducción matemática aplicable a
todas las ciencias hace que el lógico haga de las proposiciones generales, de
donde parte la deducción, juicios empíricos (principios establecidos de manera
arbitraria). El autor relaciona esta atribución con el concepto de teoría que define
Husserl, donde teoría es un sistema cerrado de proposiciones de una ciencia; un
encadenamiento sistemático de proposiciones bajo la forma de una deducción
sistemáticamente unitaria; por tanto, la ciencia se puede considerar como un
universo de dichas proposiciones, mismas que surgen de manera constante en la
actividad teórica y donde ese orden sistemático hace que los objetos alcancen su
determinación. Hay una regla en este sistema para el sujeto teórico: la
encadenación de proposiciones sin excepción ni contradicción.
El problema de las ciencias con el hombre y la sociedad

En el lugar donde seguir la idea de recolección de hechos o construcción de


principios, nada tiene que ver con la teoría, los especialistas sociales, tratan de
introducirse al estudio con una diferencia del quehacer científico tradicional, a
saber, la aplicación de la teoría al hecho ya que, al ser aplicada la teoría, se pone
en evidencia el carácter problemático de la teoría.

Al describir fenómenos y compararlos de manera particular para después formar


conceptos generales, en la “ciencia social”1 esclarece el primer problema, ya que
en la teoría tradicional, las proposiciones serán deductivas y aquí se propone
como inductiva. En la teoría tradicional, el saber formulado de manera conceptual
es primero, después hay una situación objetiva (objeto) que se incluye al saber
estableciendo relación entre el saber conceptual y el hecho, de manera deductiva.
Ésta es la explicación teórica que, en el caso de la ciencia social, así mostrada,
siendo independiente del objeto y formulada en otra parte, deja de ser teoría y se
convierte en ideología.

El segundo problema, la idea de independencia que abraza la ciencia, creyéndose


tal por su aparente deslindamiento entre sujeto y objeto, donde el sujeto de
estudio cree no estar relacionado a sujetos económicos de su sociedad, tampoco
a eventos psicológicos, cree pues, que no hay relación con procesos sociales
reales y sólo con elementos lógicos y, más importante, olvida que el desarrollo
científico no surge de un proceso intracientífico, es consecuencia de una exigencia
social que tiene una función también social. En la búsqueda del logos divino2 y
unitario de la teoría tradicional a través de la lógica, se encuentra la exigencia que
vincula la teoría tradicional con la sociedad, a saber, el dominio de la naturaleza
para el autoconocimiento del hombre.

Entonces para el estudio social, resulta conveniente que apliquen cambios a la


teoría tradicional, donde las ciencias especializadas (que tienen su actividad,
rama, contenido y objeto específico) sean conscientes de sus limitaciones y no
sólo eso, sino que, en busca de una supresión de unilateralidad de pensamiento,
se encuentren relaciones entre los hechos y ese orden conceptual del que todas
forman parte, de tal suerte que, en lugar de dar por supuesta la facticidad de los
hechos que a su ciencia no acontecen, se tomen a consideración tanto para el
sujeto científico como para el individuo cognoscente en general, quien también
forma parte de la sociedad y para quien el mundo existe y debe ser aceptado

1
Término que no fue empleado por Horkheimer pero considero prudente ya que engloba la relación
entre ciencia-teoría tradicional y también hace referencia de una ciencia especializada en la
sociedad.
2
Aquí, la palabra divino alude a la concepción griega donde divino significa perfecto, ingénito,
inmortal y permanente. El vínculo radica en lo que la ciencia misma persigue, a saber, un conjunto
de proposiciones aplicables a todo, inamovibles y que tienden a la perfección, es este logos
entonces, una búsqueda de estabilidad que será inamovible cuanto más perfecta sea, su ideal es
serlo.
según su orden social, así, se muestra más aún la relación entre la teoría y
sociedad, donde la teoría responde de mejor manera a las necesidades, no sólo
científicas sino del individuo general que se encuentran en el orden social.

La inclusión de los hechos en sistemas conceptuales ya existentes y su revisión


mediante la simplificación o eliminación de contradicciones forma entonces parte
de la praxis social en general. Los grupos y clases sociales, tienen una relación
con dicha praxis. La teoría tradicional ejerce así una función que construye y/o
posibilita el orden social, aplicado a necesidades y fines, experiencias y destrezas,
costumbres y tendencias del hombre que se rige por, y que es en, ese orden,
haya o no producción material, contribuirá a la existencia de la sociedad, sea
productiva para ella o posibilitándola.

Teoría Crítica

Hay un comportamiento humano cuyo objeto es la sociedad misma. Este


comportamiento se origina en la sociedad pero no se empeña en que una cosa
funcione mejor en esa estructura; sospecha de las categorías dominantes de la
estructura social (lo mejor, lo útil, adecuado, productivo, valioso); como individuo
común, no acata las orientaciones que la vida social pone en sus manos; relativiza
la supuesta naturalidad de los límites de las actividades dedicadas a su objeto;
pone en duda la separación entre individuo y sociedad, duda si los límites
prefijados a su actividad son naturales; reconoce el carácter dividido del orden
social, poniendo en duda, por su origen humano, si su condición es natural o
planificada por una persecución racional de fines. Al hacer esto, identifica que las
formas económicas y culturales fundadas en la sociedad son producto humano y
fungen como organización que la humanidad se dio a sí misma, se convierten
pues en su propio mundo; también identifica que la humanidad se hace
comparable a cualquier proceso mecánico, inhumano. La humanidad sólo es
explicada como funciones mecánicas.

Para el comportamiento crítico, la razón no puede comprenderse a sí misma


mientras los hombres actúen como miembros de un organismo irracional. El
comportamiento crítico se orienta a la emancipación de ese sistema, por tanto, no
tendrá el carácter pragmático (socialmente útil) que el pensamiento tradicional
tiene. Horkheimer se pregunta ¿Qué otra cosa podría representar un
procedimiento teórico que, en última instancia, no se reduzca a la determinación
de hechos a partir de los sistemas de conceptos lo más simples y diferenciados
que se pueda, sino un juego intelectual y falto de dirección, mitad fantasía
abstracta, mitad expresión impotente de estados de ánimo? La totalidad.

Sujeto y Naturaleza

Para los representantes del pensamiento crítico, los hechos, tal como provienen
del trabajo en la sociedad, no son exteriores, son entendidos como productos bajo
el control del hombre o que lo estarán y pierden entonces su carácter fáctico. Hay
entonces una diferencia entre el sujeto del pensamiento tradicional y el sujeto del
pensamiento crítico. El primero donde en el mismo sujeto se presentan dos
antagónicos, a saber, el científico que se ve exterior de su objeto de estudio, que
no es afectado por las condiciones del orden social y se limita a la racionalidad y
descripción de la realidad social y, por otro lado, el sujeto ciudadano quien sí tiene
intereses y afecciones como parte del orden social, que le es atribuida a su
condición psicológica donde hay una conciencia de fines.

El sujeto del pensamiento crítico pretende superar esas barreras, es concebido


como un hombre que se opone a sí mismo hasta que haya una identidad entre los
dos sujetos del pensamiento tradicional, “si el actuar conforme a la razón es propio
del hombre, la praxis social dada es inhumana […] y este carácter inhumano
repercute en todo lo que realiza la sociedad” (pág. 242) es decir, el razonar, el
pensar es natural en el hombre para su actuar, la existencia de algo (praxis social)
que omite el pensar para únicamente ejecutar, le quita al hombre su condición
humana.

La actividad intelectual del hombre, siempre tendrá algo exterior: la naturaleza,


entendida como la suma de factores no dominados aún en cada época y con los
cuales está en relación. Si a la naturaleza se le agregan las circunstancias que
dependen del hombre, como la relación sociedad-trabajo, o la marcha de la
historia del hombre, “sólo refleja el signo de una lamentable impotencia cuya
aceptación es antihumana y antirracional” (pág. 243).

Pensamiento crítico y la relación del sujeto

El sujeto en el pensamiento crítico es un individuo determinado, que tiene


relaciones reales con otros individuos y grupos, una relación crítica con una
determinada clase y, en su trabazón, relación con la totalidad y la naturaleza. Esto
permite ver en el pensar del sujeto, al mismo tiempo que un proceso lógico, un
proceso histórico concreto donde hay transformación social y la relación que éste
tiene con ella. A diferencia de la teoría tradicional donde la causa última del mundo
es el sujeto y todo lo demás es naturaleza y, gracias a esto, se concibe una teoría
única, unitaria y aplicable a todo.

Pensamiento crítico y la experiencia

En la realidad social, el pensar no es en sí mismo, el pensamiento está


correlacionado con el desarrollo de la totalidad y descubre en ella su función. El
pensamiento como elemento crítico y propulsor de una sociedad basada en la
razón, pare del desarrollo de las masas, pero no consiste en formular los
sentimientos e ideas de clase de estas, ya que describirlas (intercambio equitativo,
libre competencia, etc.) no proporcionaría la verdad de las clases (de la burguesa
por ejemplo), asimismo, el pensar tampoco consiste en registrar y publicar las
ideas de grupos, partidos o conductores; todo eso pertenece a las ciencias
especializadas.
Entender el pensar como formulación de teoría por un lado y, que al mismo
tiempo, se comprenda el objeto, se presenta como una salida para determinar la
función del pensar, valiéndose de la confrontación crítica entre los sectores
avanzados de la clase social y los individuos que declaran la verdad sobre ella
(proletariado), siendo esta relación “un proceso de acción recíproca en la cual la
conciencia desarrolla, al mismo tiempo que sus fuerzas liberadoras, sus fuerzas
propulsoras, disciplinares y agresivas” (pág. 247), dicho de otro modo, en el
pensar tradicional, donde el pensar es completamente separado del objeto y se
forma por sí, considerando todo lo demás como exterior, condena a todo aquello
que sea propio del hombre a lo fáctico; comprender al pensar como relación
directa entre sujeto y objeto, pone en evidencia la conciencia de fines del orden
social y busca en él la manera de liberarse, entonces el oficio del crítico radica en
posibilitar la lucha ante ese orden social y nunca debe separar su pensamiento de
esa lucha.

La motivación de la teoría crítica es lograr una sociedad fundada en la razón, la


cual no actúa al servicio de una realidad ya existente; expresa su secreto para
consumar el futuro como una comunidad libre. Problematiza la totalidad gracias a
la diferencia que tiene con la teoría tradicional al no desarrollar la idea de orden
social desde el exterior de la experiencia histórica (objeto), sino que es pensada
por el mismo sujeto, sujeto a la totalidad y es él quien quiere imponer los hechos.
El azar cede el paso a la relación entre el propósito racional y su realización,
empero, para tal empresa no hay experiencia de la cual valerse para conocer el
devenir, sólo hay experiencia tradicional de la cual valerse para dar el primer paso.
Esto establece una diferencia con la utopía abstracta, pues esta última, tiene como
prueba de su posibilidad real el estado de las fuerzas humanas de producción de
la época, en cambio con la teoría crítica, el número de posibilidades que conducen
al futuro incierto, imaginado desde la comprensión del presente, es variable.

La inteligencia con relación a la sociedad

La inteligencia que Horkheimer pone en juego, es una suerte de espíritu, un


concepto suprasocial, no desarrollado por las clases sociales sino por el contenido
formal de la educación, una visión de conjunto de “profesionales” que debe servir
para tomar decisiones en el acontecer social. El pensamiento crítico está en
contradicción con dicho concepto, a parecer de Horkheimer, “la vanguardia
necesita la perspicacia en la lucha política, no la información académica acerca de
su pretendida posición <<una posición por encima del orden social que brindaría
los académicos también una posición social superior>>” (pág. 253), Horkheimer
considera que el espíritu no está separado de la vida social, por tanto no tiene por
qué sobrevolarla. No hay teoría de la sociedad que esté por encima de la
sociedad.

Función del pensar tradicional y el pensar crítico


La teoría crítica no encuentra en sí la aplicabilidad en casos únicos o repetibles, ya
que eso es empresa de la teoría tradicional y la capacidad de rendimiento de la
teoría, son teorías progresistas. La teoría crítica plantea, de manera parcial,
problemas, algo que le es imposible a la teoría tradicional, no porque ella sea
incapaz, sino por la función que se le da en el orden social.

Las diferencias entre funciones surgen desde su estructura lógica. En la teoría


tradicional se consideran las proposiciones primeras como conceptos universales
bajo los que deben ser comprendidos los hechos de un campo determinado y que
se consideran aislados, tampoco existen diferencias temporales, dichos
conceptos, son considerados como necesidad por su deducción lógica posterior.
En la teoría crítica también se comienza con determinaciones abstractas, según
caracterice a la época actual. Pero la teoría no se agota relacionándola con la
realidad, sino que, en los comienzos de dichas determinaciones, también se
esboza el mecanismo en el cual fluyen: exhiben la totalidad y su relación con la
naturaleza. En la teoría crítica también entran en juego elementos específicos para
alcanzar la realidad diferenciada, la diferencia es que dichos elementos no
aparecen por deducción de los axiomas universales, sino como respuesta a la
noción de hombre y naturaleza, presentes en las ciencias y en el objeto.

El supuesto fundamental de la teoría crítica es la totalidad del saber disponible,


con conceptos relativamente generales que determinan un esquema político-
económico-social a partir de las investigaciones propias y extrañas. La teoría
crítica no rechaza a la tradicional, la aprovecha, sin embargo, sus deducciones
fácticas, aunque similares, la teoría crítica relativiza la importancia de las hipótesis
de dicha deducción, lo que quiere decir que la hipótesis de ese saber puede ser
otra debido a la conexión del objeto con la totalidad de la que forma parte. “La
teoría crítica de la sociedad es en su totalidad, un único juicio de existencia
desarrollado” (pág. 258).

El comportamiento crítico es inherente al desarrollo de la sociedad, sujeto y objeto


son inherentes; lo que haga el sujeto, altera al objeto. Así, la construcción del
acontecer histórico (objeto) es producto de un mecanismo económico, contiene la
protesta contra ese orden: una autodeterminación del género humano basado en
sus propias desiciones. “Pensar el objeto de la teoría como separado de ella
falsea la imagen y conduce a un quietismo o conformismo” (pág. 263). Esto
conduce a que la necesidad de las ciencias dependan exclusivamente de lo que
quieren lograr en el objeto aislado, es una necesidad ciega. Por el contrario, si el
sujeto no se aísla del objeto (acontecer histórico, luchas sociales en que participa),
si considera conocer y actuar como conceptos inherentes, la necesidad tiene otro
sentido, se convierte en necesidad con sentido. Como delimitación de la teoría
crítica, a partir de su comparación con nociones positivistas, donde se diferencia
de esta con respecto a la transformación, la teoría crítica no tiene un contenido
que cambiará por otro para comenzar de cero, “sus transformaciones no
condicionan ningún vuelco hacia posiciones totalmente nuevas, mientras la época
no cambie” (pág. 263).
A manera de conclusión:
 La teoría crítica no es una representación que trascienda a los hombres y
los provea de algún tipo de crecimiento.
 La dedicación de las teorías tradicionales en cuanto a ciencias específicas,
y sin alterar su teoría, contribuyen a la totalidad gracias a su dominio de la
naturaleza.
 La teoría crítica tiene el interés, no otro, por la supresión de la injusticia
social, lograda a partir del concepto idealista de razón, que tiene que ver
con las decisiones propias que determinan lo que la propia teoría crítica
puede rendir, para lo que puede servir y su capacidad de concebir la
totalidad con sentido. Todo lo anterior se reduce al concepto pensar.

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