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Trabajo Práctico – Rococó

Alvaro Curuchaga

Analiza: Estructura compositiva, la construcción espacial, el tratamiento de las figuras humanas


y el uso de los elementos plásticos en las obras más abajo citadas.
Confronta las interpretaciones que realizan los distintos autores trabajados.

Jean Antoine Watteau

 Los placeres del baile

Autor: J.A. Watteau

Obra: Los placeres del baile

Año: 1716/1717

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 52.5 x 65.2 cm

Ubicación actual: Dulwich Picture Gallery, Londres.

En un escenario con muchos detalles de paisaje y arquitectura, como comentan Checa y


Morán, tan característico de este arte, Watteau, nos presenta esta obra, como un baile, o una
escena de baile. En la escena encontramos dos grupos de figuras, uno a la izquierda y otro a la
derecha. En el centro la bailarina, y un poco más a la izquierda, la pareja. La bailarina, de espaldas,
innovación del arte en esta época, que se empieza hacer habitual, cuando no lo era. El bailarín,
casi se mezcla con el grupo de figuras de la izquierda, y lo que más resalta de ellos, no es que
participan en el baile, son espectadores y como característica de la serie Fiestas Galantes, como
comenta S. Aznar, conversan. Ambos grupos conversan. Sin grandes gesticulaciones, las figuras,
trasmiten ese acto humano. La monumentalidad del fondo (sobre lo que S. Aznar, propone que es
lo primero que pinta Watteau, por la cuadrícula que se distingue en el piso donde están los
bailarines y un perro), reduce a las figuras a la pequeñez, en dos grupos, que son más bien, dos
masas de figuras humanas, donde apenas es posible separar un individuo de otro. Los que mejor
definidos están, son los que están en primer plano, como es el caso de una señora con vestido
negro de la derecha. Una de las características de las “Fiestas Galantes”y del Rococó, es la técnica
usada de líneas difusas, los límites entre una cosa y otra, están marcados por el cambio de color,
por la luz y la sombra. Las líneas geométricas pautan la división del espacio, son líneas verticales,
la primera desde las mujeres el lado izquierdo de espaldas, cuya silueta se continúa, con una
columna hasta el gran arco, que sirve de marco superior a la escena, y da apertura al paisaje
natural. Casi al centro, del bailarín surge otra vertical que se continua con el chorro de agua de la
fuente al fondo, y sigue subiendo por el árbol, más pequeño, situado detrás. La otra línea vertical,
es desde la mujer de vestido negro, que queda situada inmediatamente, debajo y su figura queda
por efecto de la perspectiva en el medio de las dos estatuas de “Cariátides” y dan marco a una
especie de mesada, con fines de servicio. La luz marcada por colores claros, resalta los personajes
centrales, contrastando en el grupo de la derecha, donde están los músicos que apenas se
distinguen, efecto conseguido con los colores oscuros utilizados. Desde este grupo de músicos,
surge la última línea vertical, que sube por una columna, hasta una balaustrada (como un gran
balcón) donde una figura observa la escena. Detrás del grupo de la izquierda se distingue un
Pierrot junto a otros personajes de la “Comedia del Arte Italiana”, muy en boga en esa época, y
que pintores como Watteau, incluyen en sus obras. Esto es lo iconológico, lo que sabemos del
tema, porque los autores, nos lo dicen.

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Trabajo Práctico – Rococó

Alvaro Curuchaga

 La peregrinación a la isla de Citerea

Autor: J.A. Watteau

Obra: La peregrinación o el embarque a la isla de Citerea

Año: 1717

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 1, 29 x 1,94

Ubicación actual: Museo del Louvre, París

Dentro de la serie llamada, las “Fiestas Galantes” S. Aznar comenta que, a través de esta
obra, Watteau logra entrar a la Academia de Artes de París. Se escenifica la ilusión de viajar a
la isla donde cuenta la Mitología Griega, llego Afrodita (Venus para los romanos) luego de nacer
de la espuma del mar. Esta isla forma parte del culto de los cortesanos al amor, y en este caso a
la “Isla del Amor”, el culto a lo sensual, a lo bucólico. Ellos ensalzan estos mitos y ven o quieren
ver en ellos mismo esos dioses y semidioses griegos. El paisaje domina la escena, la claridad y
perfección del día. Sobre la derecha del cuadro vemos un busto de Afrodita y partir de ahí un
despliegue longitudinal de las figuras. Vemos imágenes de parejas en diferentes actitudes, dando
la impresión de que se están yendo, por los barqueros a la izquierda que acercan los botes a la
orilla, barqueros que parecen o representan a griegos o romanos, que a sirvientes franceses del
Siglo XVIII. Pero es parte de la fantasía de la escena como lo son los Cupidos, que vuelan sobre
el lado izquierda, proyectándose al cielo unos y otros destapando un monumento. Son ocho las
parejas “humanas”, S. Aznar comenta de la gran profusión de los trajes de diferentes épocas
diferentes a la que vivía Watteau, por cierto, cubierto todo por una sensación de melancolía.
Jaques y François Gall, en “La pintura galante francesa en el Siglo XVIII”, comentan que este
tipo de estampas, es una costumbre veneciana, que sustituyó a la muestra de vestimenta en rígidos
maniquíes, así como los paisajes y el entorno coinciden todos, es una clara influencia del arte de
aquella ciudad. También J y F Gall, comentan que en realidad es una pareja en diferentes etapas.

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Las líneas son difusas, y los colores pasteles como el anterior y característico de estas
composiciones. Toda la situación marca una línea horizontal, siguiendo las figuras, que
comienzan a la derecha en el busto de Venus-Afrodita y termina donde se eleva una línea vertical,
protagonizada por los Cupidos volando. En las parejas situadas a la derecha, los colores son más
fuertes, más vivos, con el fin de marcar la cercanía y se diluyen en la medida que se alejan,
siguiendo las perspectivas.

 Pierrot o Gilles

Autor: J.A. Watteau

Obra: Pierrot o Gilles

Año: 1718/1719

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 1, 50 x 1,85

Ubicación actual: Museo del Louvre, París

Todas estas obras de Watteau, las sitúa en el exterior, en la naturaleza. Esta refiere a un
personaje de la Comedia del Arte, de la que ya hemos hecho referencia. Detrás del personaje
principal hay cuatro figuras más, y es notorio que Pierrot, está sobre una altura ya que la figura
que está detrás a la izquierda, está sobre un burro, que apenas se distingue. Pierrot destaca por su
languidez, palidez y blancura. Las líneas son claras y sobre todo resaltan los cordones de sus
zapatos. La figura principal domina el espacio central y al ocupar la vertical, es prácticamente un
retrato. La luz resalta sobre él, divide su figura el cuadro en dos partes, del lado izquierda el
personaje montado a un burro, y del otro, tres personajes más en los que se destaca uno de
vestimenta roja, y más a su derecha, un busto, por lo que suponemos está en un jardín palaciego.

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François Boucher

 Diana saliendo del baño.

Autor: F. Boucher

Obra: Diana saliendo del baño o de un baño

Año: 1742

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 0,57 x 0,73

Ubicación actual: Museo del Louvre, París

Boucher, fue famoso por pintar desnudos, que hablan de la sensualidad y el erotismo,
parte del Rococó. Vemos dos figuras femeninas, una que domina la escena con las piernas
cruzadas frente al agua. A su lado otra más abajo como incorporándose. Ambas figuras desnudas.
No sólo por el nombre del cuadro sabemos que la principal es Diana o Artemisa, la diosa
grecorromana, sino por sus atributos, tanto en Carcaj con flechas abajo a la izquierda, como por
las presas de caza del lado derecho. Nos cuentan los conocedores, que la otra es una ninfa que la
acompaña, otro personaje Mitológico.

Es lo que se llama un motivo pastoril, el contacto con la naturaleza, que esa alta sociedad,
tanto valora. Hauser habla del culto sensual a la belleza. Como es característico, en este arte, las
figuras centrales con colores más claros dominan con su luz el centro, su blancura contrasta con
el entorno un tanto oscuro, comparando con la manta azul en que se sienta la diosa. La línea
dominante es una diagonal que atraviesa el cuadro desde el margen inferior izquierdo al ángulo
superior derecho. Nace en el Carcaj con flechas en el piso, pasa por la compañera de Diana, sigue
por su pierna izquierda y sigue hasta el lienzo azul oscuro. Su pierna cruzada es la parte central
del cuadro y de esa diagonal.

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 Pastoral Otoñal n
nnrançois BOUCHER (Par05.5s, 170

Autor: F. Boucher

Obra: Pastoral Otoñal

Año: 1749

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 1,98 x 2, 59 cm.

Ubicación actual: Wallace Collection, Londres.

Tenemos otra escena en la naturaleza, cargada de sensualidad. Frente a una construcción, una
fuente, descansan los pastores con sus ovejas. Es una idealización como la mayoría de estas obras,
lo bucólico, lo ideal, dirigido a clientes, que desconocían, la realidad de esas labores. Un personaje
vestido de chaqueta roja, que es una de las dos figuras centrales, la otra una dama por su
vestimenta (no va vestida como una pastora) , que recibe el racimo de uvas del joven. Da la
impresión de ser la fantasía de una dama de la corte. Lo iconológico de este cuadro, es la imagen
tan romana del dios Baco, ofrecien o comiendo un racimo de uvas, completo símbolo de la vida
en cuanto a placer. Este gesto ciento de veces reproducido (si no miles...)

La obra tiene una línea central vertical, dominada por la estructura de la fuente, que nace
desde el perrito echado en el suelo, pasando por el pecho y la cara iluminada de la dama, contrasta
con el rojo de la chaqueta del joven, cuyo fin es atrapar la atención del espectador. Este eje divide
la escena, a la izquierda los colores más oscuros, con la derecha iluminada por el cielo y la nubes.
En este sentido seguimos viendo el énfasis puesto en la luz de los personajes centrales, es así que
es casi imperceptible, la presencia del pastor, acostado, mezclado entre las ovejas, a la derecha. -
París, 1770)

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Alvaro Curuchaga

Diana saliendo de su baño

 Mujer reclinada
nnrançois BOUCHER (Par05.5s, 170

Autor: F. Boucher

Obra: Mujer reclinada

Año: 1753

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 0,59 x 0,73 cm.

Ubicación actual: Wallraf –Richartz, Museum, Colonia

Esta pintura o series de pinturas (hay por lo menos dos una en Munich y otra en
Colonia, está inspirada en un personaje real Marie-Louise O'Murphy, conocida a veces
como la Belle Morphise o simplemente la Morphise, fue una famosa cortesana francesa,
amante desde su adolescencia del rey Luis XV de Francia.

En cuanto a lo que asistimos es que estamos en un interior, y vemos a una joven


desnuda, acostada “boca abajo” en un diván o un sofá, con sábanas, o sea que oficia de
cama, y apoyada sobre uno de os brazos del sofá mira algo que le ha llamado la atención.
Su ropa se encuentra en el piso, sobre la parte inferior izquierda, y a la misma altura, pero
del lado derecho vemos la figura de dos rosas. Los colores blancos y rosados aplicados
en el cuerpo de la mujer, nos dan la impresión de una luz artificial, que cae sobre ella. La
línea en este caso es horizontal, aunque marca una curva desde su cabeza, en la parte más

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alta de esa horizontal, recorriendo una elipse que pasa por su espalda, sigue por sus nalgas
y termina en la pierna izquierda, siendo este el punto de fuga, en que la vista sigue hasta
la tela dorada. El diván dorado, por su brillo delata que es fino, como seda, las sábanas
blancas sobre las que se recuesta la figura de la mujer. Hauser comenta que Boucher lleva
los motivos eróticos a las artes gráficas.

Jean Honorè Fragonard

 El Columpio
nnrançois BOUCHER (Par05.5s, 170

Autor: J. H. Fragonard

Obra: El columpio o los felices azares del columpio

Año: 1767

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 0,65 x 0,81 cm.

Ubicación actual: Wallace Collection, Londres

Esta obra al parecer se trató de un encargo en homenaje a una amante de un noble.


Volvemos a los motivos de la vida al aire libre, en la parte central una dama en un columpio que
es impulsada por un hombre que se ve detrás. Adelante a la izquierda, en el lado inferior, otro
hombre acostado en el piso, tras unas plantas o setos, y detrás de él, una estatua de un angelito, o
un Cupido. El hecho recreado en la disposición de las figuras, es que el hombre en el piso ve
debajo de las polleras de la mujer hamacada por el otro hombre. Las figuras a su vez que
representan las estatuas, la que está junto al hombre que impulsa el columpio, parecen mira a la
mujer, y el otro a la izquierda parece que le hace la seña de silencio. La interpretación que hacen
los expertos, sobre la situación retratada, es que el hombre que columpia la dama sería el esposo
y el otro que observa escondido desde el piso, su amante. Estamos frente a una escena típica de
este arte, en que los colores claros iluminan la figura central, y el resto del parque está en
penumbra, sensación dada por los colores más oscuros y el trazo muy difuminado. Los colores
pastel dominan la obra. En un detalle de la pintura se observa el zapato de la dama volando por el

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aire, debido al impulso del columpio. En cuanto a los elementos plásticos de la obra, esta es
atravesada por una línea diagonal, que va desde la parte inferior izquierda, desde el pie de la
estatua, donde se encuentra el hombre echado, y va desde su codo derecho, pasa por sus hombros,
acompañando el gesto con la mirada a su brazo izquierdo que se estira hacia la dama; esta línea
atraviesa lo largo de la mujer, buscando el punto de fuga en su brazo izquierdo continuando hacia
el árbol a través de las cuerdas del columpio. Si tomamos como uno de los lados, la cuerda
derecha, que queda en la parte superior del cuadro, y el gesto de los brazos de la figura del hombre
que impulsa el columpio, se formaría un ángulo en cuyo vértice está “el supuesto amante”.

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 El encuentro o el asalto a la ciudadela


nnrançois BOUCHER (Par05.5s, 170

Autor: J.H. Fragonard

Obra: El encuentro o el asalto a la ciudadela

Año: 1773

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Ubicación actual: Frick Collection, Nueva York.

Fragonard nos presenta una situación aparentemente, no autorizada, dada la actitud de


las figuras en ella representadas. En un jardín “colgante” (nos da la pauta, la balaustrada) de difícil
acceso dada la escalera que por la derecha accede el joven de chaqueta roja, para llegar a la dama
sentada o agachada con el gesto en la mano izquierda como diciendo “cuidado”. Sobre ellos
domina la imagen de una estatua, de “estilo clásico”, cómo estaba de moda en la época. La actitud
de la mujer y del escalador son mirar hacia un lado en actitud de tensión, como si alguien viniera.

Las líneas que trazó el artista en los personajes centrales están bien definidas. Nos
encontramos con un eje vertical que divide a la mitad la obra, pasando por la figura de la joven,
siguiendo por la escultura, continuando hacia un árbol alto detrás. Como en otras descripciones
los colores claros dominan la figura central, tanto en su cuerpo como en su vestido, en contraste
con el lado derecho del “asaltante”, que lleva una camisa roja, rompiendo con los colores pasteles
y tenues, de todo el conjunto. Encontramos una diagonal que atraviesa la obra, que nace en la
mano y bazo izquierdo de la dama, pasando por su cuerpo y cabeza, y continua en la rama que
apunta el cielo. Esa rama junto con la otra, de ese arbusto que parece haber crecido del pilar
estatuario, forman un ángulo, cuyo vértice está en la estatua y enmarca la figura del muchacho.

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 El beso robado
nnrois BOUCHER (Par05.5s, 170

Autor: J. H .Fragonard

Obra: • El beso robado

Año: 1787/1789

Técnica y Materiales: Óleo – Lienzo

Medidas: 0,45 x 0,55 cm.

Ubicación actual: Hermitage, San Petersburgo, Rusia

Dentro de la sensualidad y las situaciones amorosas ensalzadas por estos artistas, esta
escena se desarrolla en una de esas nuevas habitaciones que aparecen en las casas, muchas
veces un estar incorporado a un dormitorio. Se abre una puerta y entra un joven que besa
a una mujer, que mira hacia la derecha en señal de sorpresa, mirando hacia la otra puerta,
donde se encuentran otras mujeres. Por la ropa se diferencia que estamos a fines del siglo
XVIII, como por el beso que no era habitual encontrar en las obras con anterioridad, ya
que siempre se jugaba más con la insinuación que con el hecho mismo. A pesar de esto y
de encontrase a 70 años de las primeras obras de Watteau, las características y los temas
del Rococó, se mantienen. El juego de luces y sombras, que crean los claroscuros, los
trazos difusos, las líneas marcadas por los marcos de tono, la luz sobre el personaje
principal, la sensualidad, la situación indebida a través del erotismo.

También encontramos a través de ese movimiento de arrebato del momento, una


línea que va desde las cabezas juntas por el beso de los jóvenes, atravesando el pecho,
lugar de mayor claridad, bajando por su brazo izquierdo, pasando por esa tela
transparente, termina en la puerta entreabierta donde están sus compañeras de habitación.

A.C. 04.06.2019

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