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ESQUEMA DE ESTUDIO
Para la ciencia clásica, hasta principios del siglo XX, había objetos materiales, de orden sustancial,
aislables, autosuficientes en su ser, independientes del medio natural y del observador humano. Todo
objeto fenoménico se componía de elementos simples, cuya unidad básica era el átomo, indivisible e
irreductible y poseedor de todas las propiedades de la materia. Explicar era descomponer el objeto en
sus unidades simples y hallar las reglas simples a partir de las cuáles estaba construido lo más
complejo. La explicación reduccionista de la física se convirtió en el patrón para todas las otras ciencias.
Sin embargo, para la ciencia del siglo XX, la idea de objeto o elemento simple ha sido sustituida por la
de organización. El átomo, la molécula, el astro, la vida, la sociedad son sistemas organizados; aunque
quede por elucidar qué se entiende por organización. El fundamento sustancial de la física se hundió por
la base. La partícula subatómica no es del todo aislable de la interferencia del observador, ni es en sí
autosubsistente. Hizo crisis tanto la idea de objeto como la idea de elemento simple. El átomo constituye
un sistema cuya explicación no deriva solo de sus constituyentes, sino que radica en su naturaleza
organizacional. El universo no se funda en unidades indivisibles. Es un universo fundado en sistemas y
sistemas de sistemas. Fuera del sistema no hay más que dispersión.
En física, en biología y en sociología, todo lo que se tenía por objeto se ha convertido en sistema. Y los
sistemas se construyen unos sobre otros:
"Así, el ser humano forma parte de un sistema social, en el seno de un ecosistema natural, el cual está
en el seno de un sistema solar, el cual está en el seno de un sistema galáctico; está compuesto por
sistemas celulares, los cuales están compuestos por sistemas moleculares, los cuales están compuestos
por sistemas atómicos" (1977a: 121).
Tenemos ahí un macroconcepto con tres polos que deben entenderse como facetas de un mismo
fenómeno: interrelación, sistema y organización. La organización «es la disposición de relaciones entre
componentes o individuos que produce una unidad compleja o sistema, dotado de cualidades
desconocidas en el nivel de los componentes o individuos» (1977a: 126). Toda interrelación estabilizada
Todo sistema constituye una unitas multiplex, una unidad compleja organizada, una globalidad de la cual
emergen cualidades o propiedades nuevas, es decir, inexistentes en los componentes cuando están
separados. Por sus emergencias, «el todo es más que la suma de las partes» (1977a: 129).
Toda nueva cualidad emergente resulta del acontecimiento que conforma el sistema, resulta de la
organización, y es irreductible a ningún elemento fenoménico previo. Es, asimismo, indeducible
lógicamente antes de haberse presentado como un hecho. La emergencia produce un salto cualitativo,
creativo: el paso a la materia, a la vida, a la conciencia. A la inversa de las idealizaciones de la filosofía
dominante, aquí se observa que las cualidades más eminentes son emergencias tardías y muy frágiles,
que de ningún modo cabe interpretar como esencia inalterable ni como fundamento ontológico.
Insiste Morin en otras virtualidades de la relación todo-partes. Opuesto no solo al atomismo sino también
a la reducción «holista» al todo, sostiene: «El todo es menos que la suma de las partes» (1977a: 135),
en la medida en que la totalidad inhibe ciertas propiedades que las partes muestran cuando existen
fuera del sistema. Cualquier organización impone constreñimientos, sojuzgamientos y represiones a los
constituyentes subordinados, jerarquizados, integrados. Aunque también estimule a veces en ellos otras
expresiones individuales, precisamente por estar en el seno del sistema, como es propio que ocurra, por
ejemplo, en las sociedades democráticas que instauran condiciones favorables para el ejercicio de las
libertades individuales.
En la morfogénesis del sistema, este se forma como un todo a la par que se transforman sus elementos.
Formación y transformación se aúnan, poniendo de relieve un principio sistémico clave: la relación
partes-todo.
Todo sistema conjuga unidad y multiplicidad: «la diversidad organiza la unidad, que organiza la
diversidad» (1977a: 140). Las partes gozan de una doble identidad, en cuanto partes y en cuanto
partícipes del todo en el cual y con el cual mantienen relaciones complementarias y antagonistas. El
sistema organiza las diferencias, efectuando una complementariedad organizacional, que puede
instituirse de muchas maneras: ya sea como interacciones, como uniones que incluyen una parte
común, como asociaciones y combinaciones de actividades funcionalmente especializadas, como
Así pues, el concepto de organización viene a ser el concepto crucial: une, forma, transforma, mantiene
la permanencia del sistema a nivel generador y estructural y a nivel fenoménico; transforma el desorden
en orden invariante, que es lo que se llama estructura. En los sistemas activos afronta un proceso de
permanente reorganización y desorganización.
Ningún sistema está totalmente cerrado. Todo sistema supone cierre y apertura. Los sistemas llamados
cerrados son organizacionalmente no activos, durante el tiempo en que mantienen su neguentropía
original, porque ninguno escapará al segundo principio de la termodinámica. Los sistemas abiertos, por
Todo sistema, desde el plano físico, es un existente en el devenir: «todo sistema físico es un Dasein
(honor de finitud que se creía reservado al hombre), un ser ahí dependiente de su entorno y sometido al
tiempo» (1977a: 163). Todo sistema nace en el tiempo, debido a interacciones, tiene una historia de
acontecimientos internos y externos que lo transforman, y muere finalmente desintegrado. Parece claro
que, para los sistemas vivos, vida y muerte cobran un sentido más fuerte. Desde la prístina materia,
todo se encuentra en evolución: todo es evolución de sistemas, evolución de la organización, de lo
inorgánico a la célula viva, a los organismos complejos, a las sociedades, a los sistemas noológicos. Y
en esa physis organizada opera -ya se ha mencionado- un principio de selección física que ha primado a
las formas organizativas existentes frente a otras y frente a un puro azar tendente a la dispersión
irremisible.
Desde otra perspectiva, la noción de sistema pretende situarse más allá del formalismo y del realismo.
Embucla ambos enfoques. Todo sistema posee un enraizamiento físico, incluidos los sistemas de ideas.
En cuanto dependiente de la physis, todo sistema escapa al sujeto observador/conceptuador; pero todo
sistema depende también del espíritu que lo aísla y lo conceptúa abstrayéndolo. Morin reseña varias
categorizaciones de sistemas: sistema, subsistema, suprasistema, ecosistema, metasistema (cfr. 1977a:
166); si bien la determinación del carácter de un sistema concreto deberá desprenderse del análisis de
sus condiciones objetivas y subjetivas.
Todo sistema es físico por su base (realismo) y es mental por su cúspide (idealismo). A la inversa, un
sistema mental es en algún aspecto también físico. El sujeto aparece sumergido en la physis. El objeto y
el sujeto, es decir, el sistema observado (con su enraizamiento físico) y el observador sistema (con su
enraizamiento antroposocial), se interrelacionan formando un metasistema, que puede ser captado
desde un «metapunto de vista» o «punto de vista metasistémico» (1977a: 170).
Se afirma una homología organizacional entre la organización física y la organización del conocimiento,
que permite la articulación y la retroacción organizadora entre el entendimiento antroposocial y el
mundo físico, del que ha emergido evolutivamente.
"La complejidad surge, pues, en el corazón de lo Uno a la vez como relatividad, relacionalidad,
diversidad, alteridad, duplicidad, ambigüedad, incertidumbre, antagonismo, y en la unión de estas
nociones que son complementarias, concurrentes y antagonistas las unas respecto de las otras" (1977a:
175).
A partir de aquí, los objetos han perdido la sustancialidad aristotélica; las ideas han perdido la claridad y
distinción cartesiana. Pasa al primer plano el concepto piloto de sistema o unidad compleja organizada.
La complejidad aporta el principio de inteligibilidad para todos los fenómenos de organización, sean
físicos, biológicos, antropológicos o ideológicos. El sistema constituye el concepto complejo básico (lo
(Pedro Gómez García, La antropología compleja de Edgar Morin. Homo complexus. Granada, Editorial
Universidad de Granada, 2003: capítulo 6: 98-104.)
CONCEPTOS Y CUESTIONES
definición de "sistema"
qué es la organización de un sistema
unidad compleja (unitas multiplex)
qué indica el concepto de emergencia
concepción atomista de las relaciones partes-todo
concepción holista de las relaciones partes-todo
concepción emergentista de las relaciones partes-todo
sistema cerrado y sistema abierto
sistema y entorno
REFERENCIAS Y AMPLIACIÓN