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¿Qué es el efecto Pygmalión?

Mtra. Alejandra Apiquian Guitart


Universidad Anáhuac

Cuenta una leyenda mitológica griega que el rey Pygmalión esculpió una estatua
con la figura ideal de la mujer. A Pygmalión le gustó tanto su obra que quiso que se
convirtiera en un ser real. El deseo fue muy fuerte e hizo todo lo que pudo para
conseguirlo. Pidió ayuda a Venus Afrodita, la diosa del amor, la cual colaboró en que
su sueño se hiciera realidad. Así nació Galatea, su mujer ideal. En este mito griego se
encierran significados complejos que se replican perfectamente en la crianza de los
hijos, la enseñanza de los alumnos y, a veces, en el estilo para dirigir al personal de
una organización. (Eden, D. 1990)
Cuando alguien anticipa un hecho existen muchas probabilidades de que se
cumpla. A este fenómeno en Psicología Social se le llama: “realización automática de
las predicciones” y también se le conoce como “El Efecto Pygmalión” o “La profecía
que se cumple a sí misma”. Podríamos decir que el Efecto Pygmalión es el proceso
por el cual las creencias y expectativas de una persona afectan de tal manera su
conducta que ésta provoca en los demás una respuesta que confirma dichas
expectativas. (Eden, D. 1990)
Este fenómeno se da cuando hay relaciones de dependencia entre las
personas: padres e hijos, profesores y alumnos, jefes y subordinados, etc. El por qué
sucede estaría relacionado con una energía sutil que las personas somos capaces de
enviar a otras. Los padres, los maestros y los jefes tienen una fantasía respecto de
cómo debe ser y funcionar un hijo, un alumno o un colaborador ideal, por lo que dichas
expectativas terminan condicionando su desempeño.
George Bernard Shaw inmortalizó este efecto en su obra Mi bella dama, en la
cual el profesor Higgins transforma a una florista en una dama. Entre sus diálogos la
protagonista, Elisa Doolittle, explica que eso se logró por que “la diferencia entre una
dama y una florista no estriba en cómo se porta, sino en cómo se le trata”. (Eden, D.
1990)
El Efecto Pygmalión fue introducido al área de la educación por el psicólogo
norteamericano Robert Rosenthal, quien realizó un experimento con alumnos y
maestros para demostrar que los estudiantes obtenían mejores rendimientos y más
desarrollo personal en la medida en que las expectativas de sus educadores sobre la
capacidad de los estudiantes eran mayores. Esto fue comprobado a través de una
serie de experimentos aplicados con tests de inteligencia a estudiantes con
dificultades escolares. Posteriormente, a los maestros se les comunicaba los
resultados falseados, en los cuales los muchachos aparecían como mucho más
inteligentes de lo que en realidad obtenían en el test. La consecuencia fue que estos
alumnos pasaron a ser los más destacados en clase y mostraron una inteligencia por
encima del promedio. De este modo, los estudiantes se sintieron más capaces. Lo
anterior se debió, principalmente, a que los profesores esperaban siempre buenos
rendimientos de estos alumnos a los que se les había presentado como especialmente
inteligentes. Movidos por este preconcepto los maestros aplaudían cualquier pequeño
acierto y disimulaban los pequeños fallos. El efecto de esta disposición positiva de los
profesores era que aumentaba en estos alumnos la confianza en sí mismos y, en
consecuencia, mejoraba su rendimiento. (Rosenthal, R. & Jacobson, L. 1980)
El Efecto Pygmalión requiere de tres aspectos: (Eden, D. 1990)
 Creer firmemente en un hecho.
 Tener la expectativa de que se va a cumplir .
 Acompañar con mensajes que animen su consecución.
Es importante revisar nuestras expectativas, pues, en ocasiones y sin darnos
cuenta, somos nosotros mismos los que estamos determinando la actitud y
desempeño de los demás a través de nuestras expectativas. Por lo tanto, es necesario
tener expectativas constructivas sobre los demás para que así consigan sacar lo más
brillante de ellos mismos y desechar las negativas que sólo llevan a la degradación y a
la merma personal del individuo.

Podríamos decir que la moraleja que el Efecto Pygmalión arroja es: “Ten altas
expectativas de alguien, hazle creer que le sobra capacidad para satisfacerlas y las
verás cumplidas”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Eden, D. (1990). Pygmalion in management: Productivity as a self-fulfilling


prophecy. Lexington,Massachussets: Lexington Books.
 Rosenthal, R. & Jacobson, L. (1980). Pygmalion en la escuela: Expectativas del
maestro y desarrollo intelectual del alumno. Madrid: Ed. Maroca.

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