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AGRADECIDO POR SIEMPRE

Querido colegio, eres un amigo lleno de secretos.


Tus aulas guardan nostalgia y miles de recuerdos,
tantos instantes felices, tantos fantásticos sueños,
que se cumplirán un día, al egresar de tu techo.

La despedida será amarga, mas los frutos dulces serán,


nos abres tú el camino, lo recorremos dispuestos
a ser cada vez mejores, a trabajar con esfuerzo
Subauste, eres como un padre que a sus hijos ve creciendo.

Al ver tus verdes primaverales, mi alma se emociona cada día,


al ingresar a tus aulas, mi corazón se hincha de emoción,
conversando entre risas, hablando de proyectos,
imaginando el futuro, un futuro lleno de anhelos.

Nunca podré olvidar las enseñanzas y el afecto


que mis maestros me brindan siempre, y por eso hoy te llevo
en un rincón de mi alma, por tantos gratos momentos,
cinco años compartidos con los amigos sinceros.

A ti amigo subaustino, sigue luchando más cada día,


sigue adelante sin miedo y aunque haya mil tropiezos,
levántate sonriendo y continúa ofreciendo a todos,
tu amor fraterno, tu saber, manantial vivo, tu dedicación, tus consejos.

Mil gracias, mi Alma Màter, por los años que vivo


los más felices, los más alegres, inolvidables y bellos,
porque tú guías mis pasos y eres el mejor colegio,
hoy te prometo que en mi alma, siempre estarás viviendo.

Que el Señor siga guiándote y bendiciendo tu suelo,


para que siempre los jóvenes, que de saber van sedientos,
encuentren su vocación en tu reciento y estudien con ahínco.
¡Por siempre y para siempre, Felipe Subauste del Río, presente!

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