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1) LA IZQUIERA Y EL KOMINTERN (1919 – 1943)

El comunismo estuvo bajo la tutela ideológica de la internacional comunista (komintern) desde la


formación de esta etapa en 1919 hasta su disolución en 1943. Por supuesto, factores como la
distancia o falta de información, más la preocupación del komintern por otras regiones del
mundo hacia que en la práctica existiese cierto grado de independencia para los países de
América Latina.
En este periodo la izquierda en Latinoamérica se encuentra subordinada al komintern. El
principal problema, va a ser el dogma de la izquierda soviética, dictado desde el marxismo
ortodoxo. El partido comunista tuvo mucha influencia en el área intelectual y varios de estos
militantes seguían el dogma comunista tal y como los fieles religiosos, hay un sentimiento de
continuar casi con obligación las pautas de la URSS. Los intelectuales participaron activamente
en la vida del partido comunista, se creó así una cultura del marxismo que impregnó la vida
intelectual y luego las universidades. Quizás una de las razones que impulsó a los intelectuales
a acercarse al comunismo residía en que éste se presentaba como un credo opositor a la iglesia
católico. Desde sus comienzos los partidos comunistas de América Latina sufrieron una
represión sistemática y prolongada. Además de ésta otro factor fijaba los límites de la influencia
de la izquierda: el catolicismo, principal sistema de creencia en América Latina como el que
presentaba hostilidad ante el marxismo e incluso el liberalismo.
Otra amenaza para los movimientos marxistas la representaban los movimientos populistas.
Estos expresaban sentimientos nacionalistas, atraían a grupos de todo el espectro social, no
despertaban hostilidad en la iglesia y militares, y no exigían un compromiso doctrinal
incondicional. Además, no repudiaban los valores liberales tan ferozmente.
Además, para el partido comunista se le suma otro problema que es, como concebir desde el
komintern la revolución proletaria y el sistema social del tercer mundo, y tras el análisis de varios
decretos internacionales de parte del partido comunista soviético, hay mucha ausencia de un
análisis o descripción de la realidad latinoamericana. Los líderes komintern nunca pensaron
seriamente que una revolución marxista-leninista pudiera triunfar en Latinoamérica que en
Europa, por tanto estos países se vieron replegados en segundo plano. Sin embargo, el principal
defecto del komintern fue la incapacidad de aceptar a los campesinos. Los partidos del
komintern eran para la clase trabajadora, su concepto de partido revolucionario no solo excluía
al campesino sino que desconfiaba de él. Esto es una América Latina donde el sector
mayoritario de los trabajadores era la población rural.
El komintern debatía sobre distintas cuestiones, pero la principal giraba en torno al carácter de la
revolución: la medida en que la clase principal, el proletariado, podía formar alianzas con las
diferentes clases sociales. Sin embargo, la actuación del komintern como institución ha sido
paradójica ya que se creó para ejercer influencias sobre la práctica, pero se perdía en debates
ideológicos. Se pueden mostrar dos episodios dramáticos en la historia de la izquierda en los
que el komintern fracasa con sus ayudas: el caso salvadoreño con la “ayuda roja internacional” y
el caso de Nicaragua con la “liga antiimperialista”.
Existe un vacío en la lectura de la realidad latinoamericana por parte del komintern, el rol de la
revolución en Latinoamérica no se puede dar de la misma manera que lo dicta el marxismo, ya
que no hay polarización de clases, y sumado a ello, la lectura marxista de las etapas de la
revolución era una lectura lineal. Los partidos comunistas en América Latina debían consolidar a
nivel político el juego democrático de la burguesía para ir hacia un capitalismo desarrollado a
nivel económico, lo cual se va a traducir en alianzas con clases medias de la burguesía por que
tiene la impronta de consolidar el juego democrático de la burguesía para luego construir la
sociedad proletaria.
El único personaje que más aparece en los decretos internacionales del PC, es Sandino en
Nicaragua, pero aun así no coincide con los estereotipos tradicionales del marxismo. Las
excepciones de estas subordinaciones del partido comunista latinoamericano es Costa Rica,
que eran autónomos. Los orígenes del partido comunista en América Latina son muy diferentes
a los partidos comunistas europeos, en argentina y Chile, tienen su origen el socialismo, en
Brasil surgen con los anarquistas, al igual que en México y en las regiones remotas el partido
comunista nace de exiliados políticos.
Para 1935 el komintern cambia sus orientaciones para hacer frente a la propagación del
fascismo. Esta política frente populista recibió fuerte impulso en América Latina al estallar la
guerra civil española, ya que la izquierda y la derecha se identificaron con los bandos de la
contienda. El país en el cual la estrategia frente populista tuvo más efectos fue en Chile donde
se registró un crecimiento extraordinario. La causa de la república española beneficio al partido
comunista chileno quien se valió de la guerra para acusar al partido socialista de no ser
verdaderamente revolucionario.
El sistema mexicano era muy diferente del chileno. El partido comunista declaraba que la
revolución mexicana era incompleta a menos que la dirigiesen los comunistas, esto sin embargo
era improbable a la debilidad de los vínculos con la clase obrera y el campesinado. De todos
modos se ejerció mayor influencia cuando la estrategia frente populista coincidió con la
presidencia de Cárdenas quien creó importantes y los utilizó en la expropiación de compañías
que eran de propiedad extranjera para pasar a pertenecer al estado.
Argentina era un país donde el partido comunista influía poco en la sociedad. Pero más allá de
la fuerza de la izquierda, lo que la elite temía era el potencial de crecimiento del comunismo.
Este temor se debía a la presencia de una nutrida clase de inmigrantes muy consciente de lo
que ocurría en la Italia de Mussolini y la España republicana. Sin embargo lo característico de
este período es la aparición de movimientos nacionalistas. La fuerza de estos sentimientos
anticomunistas llevaría a la elite a optar por Perón en 1945.

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