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Preferencia generica

por LUTKAS | buenastareas.com

PREFERENCIA GENÉRICA

INTRODUCCIÓN

Cuando decimos que vivimos en una sociedad sexista lo que queremos dar a
entender es que nuestra sociedad todavía prima la división del mundo en función de
sexos. Así, entonces, hablar de una preferencia genérica nos limita a que a los
hombres se les asigne el nivel de supremacía y a las mujeres el nivel imaginario; “no
hay más”.

Descifrando el nivel de la supremacía a todo lo que conlleva trabajar fuera de casa,


remuneración, prestigio, poder y reconocimiento. Mientras que el nivel imaginario,
asignado a la mujer; queda limitado a la esfera de lo doméstico, donde se restringe el
desarrollo de lo laboral al ámbito del hogar, no se remuneran, ni tiene poder, ni
prestigio, ni reconocimiento social. Se dice que todo dependerá de la cultura, el
aprendizaje, la sociedad, la política, incluso, del poder como el ejercicio que se
práctica en relación con un “otro”, en donde interviene un tercer elemento que puede
ser la ideología, disfrazada con posiciones de costumbres verdaderas, legítimas y
aceptadas.

Esta tradicional y sexista concepción de muchas de las sociedades que habitan el


planeta se ha mantenido a lo largo de los siglos por una visión androcéntrica en la
que el hombre es la medida de todas las cosas.

Por ello, en el presente ensayo se pretende establecer las conexiones entre diversos
conceptos básicos, tales como: género, sexo, estereotipo, rol y equidad de género,
que nos lleven a responder la pregunta:

¿Cómo se construye socialmente una preferencia genérica?

DESARROLLO

En todaslas sociedades humanas el instinto sexual se enfrenta a un complicado y sutil


sistema de prohibiciones, reglas y valores, costumbres que van más allá de las
necesidades biológicas, y que enmarcan a la sexualidad como una construcción
cultural. Hoy la sexualidad es el resultado de la interacción del mundo interno y
externo de la subjetividad y la organización. Social. Es así como, la construcción social
de un género se relaciona con las maneras múltiples e intrincadas en que las
emociones, deseos y relaciones son configuradas por la sociedad en que vivimos.

El Dr. Juan Luis Alvarez Gayou (2000), presenta un modelo de la Preferencia Genérica,
que se basa fundamentalmente en la premisa de que la principal expresión de la
preferencia es la atracción por personas del mismo género o del otro o por ambos y
la experiencia erótica no es el factor determinante. El Dr. Gayou, del mismo modo que
otros autores, llama la atención sobre la necesidad de desgenitalizar la sexualidad y
por ende reconocer que la homosexualidad, igual que la heterosexualidad y la
bisexualidad trascienden las dimensiones exclusivamente eróticas.

La atracción no se restringe únicamente a un aspecto sexual erótico, ya que por


ejemplo, en el amor y en el enamoramiento los aspectos eróticos tienen importancia
secundaria; además de que es innegable la existencia de una Preferencia Genérica
incluso en personas sin experiencia erótica como pudiera ser el caso de algún o
alguna religiosa.

La dimensión cultural y política de la sexualidad interactúa con las premisas de


género. Lasdiferencias entre hombres y mujeres se han conceptualizado
metafóricamente como oposiciones binarias y hay una tendencia universal para
alinear lo masculino con la cultura y lo femenino con la naturaleza.

En este contexto, las relaciones asimétricas del poder han hecho de los actos sexuales
actos políticos, el orden institucional impone reglas del juego que se presentan como
“naturales”. La hegemonía masculina sustenta las prácticas de poder que incluyen la
explotación de los hombres hacia las mujeres, así como la subordinación y
denigración de otros hombres; y todo basado en el propio significado que se le han
otorgado a constructos, tales como:

SEXO, unas de las definiciones categóricas que se le han otorgado a este concepto es:
“Diferencias determinadas genética, biológica y fisiológicamente entre mujer y
hombre”. (Weeks, 1998). Lo que solo se explica como la apariencia física que se
establece en el nacimiento y se aplica siempre y cuando se trate de características
naturales e inmodificables.

De acuerdo con esta definición, se enfatiza que las diferencias biológicas son
evidentes, pero en esta terminología también puede ser aplicada en su absolutismo a
las preferencias genéricas, porque de la misma manera que existen diferencias
biológicas y fisiológicas en el sexo de igual forma existen variables genéricas,
psicológicas y emocionales que no están consideradas en muchos de los conceptos
básicos del orden social.

Si partimos del significado que algunos autores han otorgado al concepto GENERO, en
donde se especifica que es un:Conjunto de ideas, creencias y atribuciones asignadas a
hombres y a mujeres según el momento histórico y cultural específico que
determinan las relaciones entre ambos. (Weeks, 1998).

Entonces se puede determinar que el termino género no es sinónimo de sexo, como


algunas veces ha sido interpretado; sino que hace referencia a lo socialmente
construido.

Si lo socialmente construido nos parece, adaptable o conveniente a nuestra sociedad,


a nuestro poder, a nuestra cultura o a nuestras conveniencias, entonces; género se
refiere a los roles y responsabilidades exclusivos de la mujer y del hombre que son
determinados socialmente.

El género se relaciona con la forma en que se nos percibe y se espera que pensemos
y actuemos como mujeres y hombres, por el modo en que la sociedad está
organizada, no por nuestras diferencias biológicas. Pero que pasa con todos y todas
aquellas personas que no cumplen con el pronóstico socialmente establecido: ¿dónde
quedan las “variables genéricas” que no cumplen con esta terminología?.

Aquí se confluye con otro concepto íntimamente ligado al tema, y pertenece al que se
le ha otorgado al ESTEREOTIPO. La palabra es definida en el Diccionario de la Real
Academia de la Lengua Española, como: 1. Plancha utilizada en estereotipia. 2.
Imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter
inmutable.

Los estereotipos son sostenidos por la sociedad como si fueran ley, y son
transmitidos fundamentalmente por la educación, la tradición, los medios de
comunicación y la publicidad. Estos estipulan unamanera rígida no solo lo que debe
ser un hombre y una mujer, sino que también apuntan como deben comportarse
para cumplir con la expectativas de rol que se tiene para cada uno de los sexos; lo
que se denomina “atribuciones de género”.

Por lo que podría determinar que estereotipo es la: “Noción generalizada de lo que es
una persona, basada sólo en el sexo, la raza, la religión, los antecedentes étnicos o
criterios similares de las personas”.

Los estereotipos nos llevan a ejercer un ROL social o de género, es decir, son
representaciones culturales que dicta la sociedad y que nos llevan a desempeñar las
tareas socialmente asignadas que cumplen hombres y mujeres.

El Rol nos vuelve a colocar en la sexista concepción que los promotores de la


"perspectiva de género" insisten en declarar: “que toda relación o actividad de los
seres humanos es resultado de una "construcción social" que otorga al hombre una
posición superior en la sociedad y a la mujer una inferior”. (Weeks, 1998).

Tanto el estereotipo como el rol, impiden, subjetivamente a nuestra sociedad, lograr


una auténtica EQUIDAD DE GÉNERO, la cual se refiere al principio conforme al cual
hombres y mujeres acceden con justicia e igualdad al uso, control y beneficio de los
bienes y servicios, oportunidades y recompensas de la sociedad, con la finalidad de
lograr la participación de los seres humanos con independencia a sus preferencias,
religión, cultura, aprendizaje, costumbres, credos sexuales en la toma de decisiones
de todos los ámbitos de la vida social, económica, política, culturaly familiar.

Finalmente, ante el estancamiento del concepto de género en relación con la


sexualidad y el sexo socialmente establecidos, concluyó con el cuestionamiento que,
Kemy Oyarzún propone: “la necesidad surge de desmontar el binarismo género/sexo,
al igual que otros binarismos preguntándose: “¿Por qué optar, desde una lógica
excluyente, por el género a expensas del cuerpo, por la simbólica de continente
oscuro de la cultura (cuerpo/sexo) que constituiría la piedra de tope de la tarea
desnaturalizadora y secular de la modernidad frente a la diferencia sexual? y ¿por qué
tener que pensar binariamente (otra vez) lo social material y lo social simbólico, lo bio
y lo sociocultural?”. (Richard, 2002)

CONCLUSIONES

En resumen, la construcción de la preferencia genérica no depende solo de nuestra


elección, sino que va totalmente ligada a los conceptos que como seres humanos nos
hemos impuesto tanto social como culturalmente. Se enfrenta a un complicado y sutil
sistema de prohibiciones, reglas y valores, costumbres que van más allá de las
necesidades biológicas, y que enmarcan la sexualidad como una construcción
cultural.

Influenciados socialmente por los estereotipos de género que reflejan las creencias
populares sobre las actividades, roles, y rasgos característicos atribuidos y que
distinguen una marcada concepción sexista que se limita al significado de que sus
conductas se organizan solo en función del género -mujer vs. hombre-.

En este sentido sería importante empezar por reconocer la existencia de una


dificultad real quesurge al pretender definir las preferencias genéricas de una manera
unívoca y lineal, así como la carencia de elementos suficientes para superar las
contradicciones de la asociación directa que se establece entre conceptos o
constructos, como: género, sexo, identidad, preferencia y orientación sexual.

Se entiende que las sexualidades se modifican continuamente, o son símbolos que


sufren cambios en su significación social, que no deben ser estigmatizados sino
aceptados en su diversidad (polimorfa). Esto implica que la ética también sufre sus
modificaciones contextuales. No entenderlo así es negar la capacidad de
transformación del ser humano e inclusive, no atender ni entender la historia
humana; pero sobretodo, no entenderlo es no aceptar la diversidad humana.

REFERENCIAS
§ Álvarez-Gayou, Juan Luis (2000). ”Sexoterapia integral”. 9a. edición. Ed. Manual
Moderno: México.
§ Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. (2002). Ed. Larousse
Planeta : México.
§ Richard, N. (2002). “Feminismo y reconstrucción: otros desafíos críticos”. En: Roberto
Aceituno (eds.), Identidades. Intervenciones y conferencias Coloquio Chileno-Francés
de Psicoanálisis y Disciplinas afines. Santiago de Chile, 2001. Santiago: Universidad
Diego Portales, 2002, pp. 121-134.
§ Weeks, Jeffrey. (1998). “Sexualidad”. Ed. Paidos : México.

Internet
Universidad de Guadalajara. Sistema de Educación Medio Superior, Sexualidad Social
y Humana. (2008). Extraído de la página de internet:
http://ca.forumsyd.org/web_ni_equidadRead=1. Recuperado en Marzo 26 de 2009.

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