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José Francisco de San Martín, mejor conocido como José de San Martín, nació en Yapeyú,
Argentina, junto al río Uruguay, el 25 de febrero de 1778. Fue un político y militar,
reconocido como el Libertador de Argentina, Chile y Perú.
Sus padres era Juan de San Martín, entonces gobernador del departamento y su madre
Gregoria Matorras, sobrina de un conquistador del Chaco. En 1784, José de San Martín se
marchó a España junto con su familia, donde estudió en el Seminario de Nobles de Madrid y
posteriormente, en 1789, emprendió su carrera militar en el Regimiento de Murcia. Así, sirvió
en las filas de España durante las guerras contra los franceses y en 1808, hizo parte del
combate en la “Batalla de Baylén” contra los ejércitos de Napoleón que habían invadido la
Península.
San Martín
Así, en el año 1816, José de San Martín envió por la provincia de Cuyo, delegados al Congreso
que se reunieron en Tucumán con órdenes de insistir en la Declaración de la Independencia
de España. Declaración que se proclamó el 9 de julio de ese mismo año. Mientras desde
Mendoza, José de San Martín continuaba preparando con escasos medios su
ejército; todo el pueblo, decidió contribuir tanto con trabajo como con sus bienes para
emprender la peligrosa expedición. Entonces, insistió ante el gobierno de Buenos Aires para
que le fuera concedida la autorización a sus tropas para cruzar la cordillera. De esta manera,
en enero de 1817, comenzó a hacerse el cruce del ejército, que contaba con alrededor de 4000
hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes. Poco tiempo
después, tomaron la determinación de cruzar divididos en dos columnas por el paso de Los
Patos y por el de Uspallata, y se reencontraron en Santa Rosa de los Andes.
El 12 de febrero de 1817, pocos días después de haber hecho el paso de la Cordillera, el
ejército de los Andes venció exitosamente a los Realistas en la denominada: “Batalla de
Chacabuco”, y pocos días después, el Libertador (José de San Martín) entró en la ciudad de
Santiago. Allí, el Cabildo se reunió y tomó la decisión de designar a San Martín como Director
Supremo, pero él renunció al honor y en su lugar, fue electo para el cargo el General Bernardo
O´Higgins. Sin embargo, en los primeros días del año 1818, un ejército Realista desembarcó
del Perú, avanzando hacia la capital de Chile. Lo que conllevó, a que, el 19 de marzo de ese
mismo año, en un ataque nocturno, los Realistas derrotaran a los Patriotas en la “Batalla de
Cancharrayada” y O’Higgins fuera gravemente herido en batalla. Sin embargo, el Ejército
Unido argentino – chileno se reagrupó, y el 5 de abril, consiguió derrotar completamente a los
Realistas en la “Batalla de Maipú”, que significó el fin de los esfuerzos españoles por mantener
la dominación del país. El 20 de agosto de 1820, el ejército expedicionario argentino chileno
marchó desde el Puerto de Valparaíso hasta el Perú. A mediados del año siguiente, entró
triunfante a la ciudad de Lima, proclamando finalmente la esperada Independencia, fue desde
entonces designado Protector del Perú y ejerció el Gobierno.
El 26 de julio de 1822, tuvo lugar un encuentro memorable para la Historia de América del
Sur, José de San Martín se reunió con Simón Bolívar en la ciudad de Guayaquil, hoy
Ecuador. Los dos libertadores de Sudamérica, del norte y del sur, conversaron en secreto por
más de cuatro horas y San Martín retornó a Lima la noche del mismo día. Meses después, el
20 de septiembre de ese mismo año, se reunió en Lima con el primer Congreso del Perú, y San
Martín, el Protector del Perú, decidió renunciar a su cargo. El mismo día, se embarcó rumbo a
Chile y breve tiempo después, cruzó hasta Mendoza.
Un año más tarde, el 3 de agosto de 1823 falleció su esposa en Buenos Aires. En febrero de
1824, sumamente disgustado por las guerras civiles en las que estaban envueltas las
Provincias Unidas del Río de la Plata, decidió partir nuevamente, embarcando con destino a
Francia junto con su hija Mercedes. En 1829, tuvo su última tentativa de regreso a Buenos
Aires, movido por la intención de mediar en el devastador conflicto entre Federalistas y
Centralistas. Pero, al llegar allí, se dio cuenta de que su patria estaba en un grado demasiado
alto de descomposición a causa de tales luchas fratricidas, que, profundamente decepcionado,
desistió de dicho intento. Y, pese a la insistencia de varios amigos, no quiso volver a poner un
pie en la Costa argentina, nunca más.