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La negociación del TLC se acerca a la fecha

límite con los grandes frentes abiertos


El representante comercial estadounidense, Robert Lighthizer, este viernes en
Washington.

Estados Unidos, México y Canadá encaran la recta final de la negociación para


reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC o Nafta, en sus
siglas en inglés) con pocas certezas y todos los grandes escollos por
superar. Llegó el teórico día D, marcado en rojo en el calendario de Ildefonso
Guajardo, y se marchó con más pena que gloria. El titular de Economía mexicano
había dicho que entre el jueves y el viernes habría certeza sobre si el acuerdo era
o no posible a corto plazo. Pero, terminadas las reuniones entre los tres
ministros, no hubo ninguna señal en un sentido o en otro.

A la salida del encuentro ministerial en el que trataron las reglas de origen, el


tema más importante para Washington y, por tanto, más complejo, los mensajes
siguieron la misma línea de los últimos días: pocas palabras del representante
comercial estadounidense, Robert Lighthizer; optimismo de la canciller
canadiense Chrystia Freeland e insistencia de Guajardo en la idea de que México
no hipotecará el futuro con un acuerdo rápido, pero no satisfactorio para sus
intereses. Ni una referencia del secretario mexicano, eso sí, a la fecha límite fijada
poco más de 24 horas antes.

Las palabras de Guajardo hay que enclavarlas en el actual contexto de campaña


electoral en México. Al Gobierno deEnrique Peña Nieto (PRI) no le interesa llegar
a los comicioscon una ruptura del acuerdo, pero si las continuas señales de
optimismo no se traducen en nada concreto el riesgo también es la pérdida de
valor de la palabra. No es la primera vez que las autoridades mexicanas dan alas
al optimismo: a principios de abril, el propio titular de Economía subrayó.
El comercio electrónico avanza a medias en el
país.
El crecimiento del comercio electrónico el año pasado en Colombia, un 24 % frente a 2016, da
cuenta de los pasos que en esta materia se han dado en el país. Sin embargo, hay dos puntos
centrales que se deben reforzar para que este sector siga en ascenso: conectividad y
bancarización.
Mientras en 2016, el monto del total de las operaciones llegó a 41,3 billones de pesos, en 2017
esa cifra alcanzó los 51,2 billones de pesos, según el Cuarto Estudio de Transacciones Digitales
en Colombia 2016 – 2017, realizado entre el Ministerio de Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones (MinTIC), la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (Ccce) y la Red
Nacional Académica de Tecnología Avanzada (Renata) publicado el pasado mes de abril.
“Esto evidencia la tendencia de los colombianos a realizar cada vez más adquisiciones de
bienes y servicios a través de Internet”, comentó Viviana Virviescas, presidente Ejecutiva de la
Ccce.
Según explicó la líder gremial, mientras en 2014 se realizaron 16,6 millones de transacciones,
la cifra “se multiplicó más de cinco veces para 2017, cuando el total de operaciones llegó a 87,8
millones”. Si se compara con 2016, la cifra ha tenido a un crecimiento del 36%, desde 64,6
millones.
De ese universo de transacciones referenciado por el Estudio de Transacciones Digitales en
Colombia, el eCommerce registró un valor de 14,6 billones de pesos el año pasado, un
porcentaje equivalente al 1,6 % de la economía si se toma en cuenta que el Producto Interno
Bruto (PIB) llegó a 912,5 billones de pesos.

En la región
“Colombia ha hecho un gran esfuerzo para aumentar exponencialmente el crecimiento
económico del país y posicionarse como uno de los cuatro países de Latinoamérica con un
eCommerce significativo, al lado de Brasil, México y Argentina”, apuntó Virviescas (ver Informe).
No obstante, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) considera que para que evolucione
el comercio electrónico en la región es necesario que se aborden tanto los obstáculos
tradicionales al comercio como las dificultades que se derivan de la naturaleza digital de esta
nueva forma de comerciar.
“Al igual que con el comercio tradicional, el electrónico se ve afectado, entre otros factores, por
la inestabilidad macroeconómica, la falta de acceso a servicios financieros, la escasez de mano
de obra calificada, la falta de infraestructura adecuada y la complejidad de los procedimientos
aduaneros”, sostiene la entidad en el reporte “Más allá de la recuperación, la competencia por
los mercados en la era digital”, publicado en noviembre de 2017.
El BID destaca que la mayoría de sus países miembros, entre esos Colombia, han
implementado programas para expandir la disponibilidad y la adopción de las TIC, los cuales
han tenido resultados positivos en ciertas áreas, como en la banda ancha móvil. De hecho, el
número promedio de suscripciones para este servicio pasó de 5,6 en 2011 a 59,1 por cada 100
habitantes en 2016.
Sin embargo, todavía existen diferencias entre las subregiones y la penetración sigue siendo
menor que la de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(Ocde), con un promedio de 87,1 líneas por cada 100 habitantes en 2016.

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