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En primer lugar me interesaba trabajar con la cantidad de movimiento poco perceptibles y débiles;

pero a medida que lo ponía en práctica estos movimientos tomaban cuerpo y se convertían en
todo lo opuesto sin forzarlo. Entonces decidí tomar mi laboratorio corporal para profundizar y
hacer un pasaje desde movimientos débiles y pequeños a movimientos bruscos y grandes. ¿Como
lo lograría? Investigando y haciendo un proceso que va desde los movimientos que por ejemplo,
genera la respiración, el abrir y cerrar de los ojos, los dedos -tanto de los pies como de las manos-
el movimiento de esto con un mínimo tono muscular, entre otros que son más internos; de acá
pasar a un “lienzo” más grande aún y llevar esta investigación más allá, quizá un poco más
permisiva, e ir ampliando de a poco estos movimientos minimizados.

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