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HOMO SAPIENS

2.- EL ÁRBOL DEL SABER


En el período comprendido entre hace 70.000 y 30.000 años el homo sapiens
desplegó habilidades y cambios notables que constituyen lo que YH llama la
revolución cognitiva. Surgen las habilidades de fabricación de barcos y navegación,
la religión, el comercio, la estratificación social, los primeros objetos de arte, las
lámparas de aceite, la confección de ropa…

YH comparte la teoría de que dicha revolución se inició con una mutación genética
accidental que cambió las conexiones internas del cerebro humano, permitiendo el
desarrollo de un tipo de lenguaje totalmente nuevo. La llama la mutación del árbol
del saber.

YH analiza dos teorías que intentan explicar la novedad del nuevo lenguaje. Una de
ellas apela a la flexibilidad del mismo basada en la combinación de múltiples sonidos
y señales para producir un número infinito de frases. Otra defiende que el lenguaje
evolucionó como una variante del chismorreo dado que el hombre es ante todo un
animal social.

Pero YH defiende que la característica verdaderamente diferencial del nuevo


lenguaje de los sapiens es su capacidad de transmitir información sobre cosas que
no existen, es decir, de crear ficciones y creérselas. Con la revolución cognitiva
aparecen las leyendas, los mitos, los dioses y las religiones. Y las ficciones nos han
permitido no solo imaginar cosas, sino hacerlo colectivamente. YH defiende que
gracias a esta habilidad, los sapiens pueden cooperar de modos extremadamente
flexibles con un número incontable de extraños, y que esa es la razón por la que los
sapiens dominan el mundo.

LA LEYENDA DE PEUGEOT
YH relata el modo de organización de los chimpancés en tropillas de entre 20 y 50,
con un macho alfa en la cumbre jerárquica. Describe también la necesidad del
conocimiento íntimo entre cada uno de ellos para poder cooperar, lo que limita el
número de miembros del grupo.

Con la revolución cognitiva y el chismorreo, los sapiens lograron aumentar el


tamaño de los grupos. Pero el chismorreo también tiene un límite natural, y por
encima de 150 miembros ya no es posible mantener la unidad del grupo. YH explica
que el Homo Sapiens logró superar esa barrera gracias a su capacidad de crear
ficciones compartidas o mitos comunes.

Las iglesias, los estados, las naciones, el dinero, las leyes, los derechos humanos
y todas nuestras instituciones son ficciones.

YH cuenta la historia de la empresa Peugeot como ejemplo de la ficción que


suponen las compañías de responsabilidad limitada, algo que los abogados llaman
“ficción legal”. El logo de Peugeot es el león de Stadel, una estatuilla de 30.000 años
de antigüedad. YH equipara la creación de las compañías mediante trámites
burocráticos y abogados con los modos de actuación de los antiguos sacerdotes y
hechiceros.

“Contar relatos efectivos no es fácil. La dificultad no estriba en contarlos, sino en


convencer a todos y cada uno para que se los crean. Gran parte de la historia gira
en torno a esta cuestión.” YH destaca que cuando se consigue, se logra la
cooperación de millones de extraños lo que explica el enorme poder de los sapiens
como especie.

Sobre la realidad tal como se percibe, los sapiens superponen una realidad
imaginada y así viven en una realidad dual. Con el paso del tiempo la realidad
imagina se fue haciendo más y más preponderante, al punto que hoy la realidad
real de los ríos y el medioambiente depende de la imaginada en forma de dioses,
naciones y corporaciones.

PASANDO POR ALTO EL GENOMA


La utilización del mito como herramienta de cooperación humana a gran escala,
abrió también la posibilidad de la evolución cultural acelerada basada en los
cambios de dichos mitos. YH da el ejemplo de la revolución francesa, y como en un
momento se pasa de creer en el mito del derecho divino al mito de la soberanía del
pueblo. Esta capacidad diferencia a sapiens del resto de animales, cuyo
comportamiento está determinado en gran medida por los genes. Con la revolución
cognitiva, los sapiens se hicieron capaces de cambiar y evolucionar rápidamente
sin necesidad de cambio genético, pudiendo modificar sus estructuras sociales, las
relaciones interpersonales, sus actividades económicas, etc. Y esta fue la clave de
su éxito.

Gracias a esta capacidad se impusieron al resto de especies humanas como los


neandertales. Y lograron desarrollar actividades que ningún otro animal realiza,
como por ejemplo el comercio, que depende de la confianza que permiten generar
los mitos colectivos (hoy día el dólar, la reserva federal o las marcas registradas,
por ejemplo)

HISTORIA Y BIOLOGÍA
Las realidades imaginadas y los comportamientos asociados a ellas los llamamos
“cultura”, y la narración de su evolución la llamamos “historia”.

“La revolución cognitiva es el punto en el que la historia declaró la independencia


de la biología”

A partir de la revolución cognitiva, la evolución humana no se explica sólo desde la


biología como había sido hasta ese momento, sino a través de los mitos colectivos
que fue capaz de crear.

YH explica el cambio de relación entre biología e historia después de la revolución


cognitiva:
1) La biología establece los parámetros básicos para el comportamiento humano
2) Pero, con su capacidad de crear ficciones, los sapiens aprenden a jugar una
asombrosa variedad de juegos que cada vez se complejizan más
3) Por tanto, para poder comprender como se comportan los sapiens hay que
describir la evolución histórica de sus acciones. La biología ya no basta como
explicación.

3.- UN DÍA EN LA VIDA DE ADÁN Y EVA


Para comprender nuestra psicología debemos penetrar en la cabeza de nuestros
antepasados cazadores-recolectores, ya que durante casi toda nuestra existencia
vivimos como recolectores de alimento. Los 10.000 años de vida como agricultores
y los últimos 200 años como trabajadores urbanos y oficinistas son solo un parpadeo
en el tiempo.

YH sigue a los psicólogos evolutivos, y plantea que nuestros hábitos alimentarios,


nuestros conflictos y nuestra sexualidad son el resultado del choque entre nuestra
mente cazadora-recolectora y la realidad postindustrial de megaciudades, bienes
abundantes y tecnología en la que vivimos.

Da el ejemplo de la teoría del “gen tragón” que deriva nuestro afán de alimentación
hipercalórica de nuestra psicología recolectora, y que explica así la epidemia de
obesidad a la que nos enfrentamos.

Da también el ejemplo de la teoría de la “comuna antigua”, aunque en este caso


indica que su apoyo está más dividido que la anterior. Esta teoría explicaría que la
dificultad de sostener el modelo monogámico de relaciones se debe que en nuestra
etapa recolectora vivíamos en tribus con multitud de relaciones cruzadas (una
suerte de poliamor original).

YH explica la dificultad de reconstruir la vida de los cazadores-recolectores dada la


escasez de utensilios. Justamente la supervivencia de sólo parte de ellos, los
realizados en piedra, ha dado la falsa impresión de que se trató de una edad de
piedra cuando debéria llamarse más acertadamente la edad de la madera. Otro
modo de analizar la vida de estas comunidades es estudiar las pocas que aún
existen. El problema es la influencia de nuestras sociedades modernas en ellas, así
como la disparidad de culturas y costumbres que impiden deducir comportamientos
uniformes. YH concluye que desde la revolución cognitiva, el homo sapiens no vivió
un único modo de vida natural, sino una infinidad de variantes culturales.

LA SOCIEDAD OPULENTA ORIGINAL


La vida en el mundo preagrícola era en cuadrillas de humanos, a los que se podía
sumar el primer animal domesticado por el Homo sapiens, el perro, y que lleva
conviviendo con nosotros desde hace 15.000 años.

La soledad y la privacidad eran raras. Todo se realizaba en comunidad. Cada


cuadrilla vivía en relativo aislamiento de otras, con casi nulos encuentros. El único
“comercio” que pudo haber entre bandas vecinas es el de objetos de prestigio. La
mayoría de las bandas vivían viajando de un sitio a otro en busca de comida. En
casos excepcionales, al dar con una fuente abundante de alimento, se realizaron
asentamientos permanente, como en el caso de las aldeas de pescadores.

La alimentación era flexible y oportunista y basada en la recolección. Eso llevó a los


cazadores-recolectores a desarrollar un conocimiento profundo de su entorno
inmediato, infinitamente superior al que hoy tenemos. Hoy día, gracias a la
cooperación, el colectivo humano tiene sabe muchísimas más cosas de las que
sabían las antiguas cuadrillas, pero a nivel individual los antiguos cazadores-
recolectores estaban más informados y eran más diestros. Esto hace que incluso
se haya reducido el tamaño del cerebro desde aquel entonces a hoy, abriéndose
“nuevos nichos para imbéciles”, en palabras de YH. Además, los cazadores-
recolectores estaban en una forma física excepcional, como la de un corredor de
maratón actual.

Los cazadores-recolectores vivían mejor que sus sucesores campesinos, pastores,


jornaleros y oficinistas, tenían una vida más interesante y más tiempo libre. Además,
su dieta variada constituía una alimentación ideal, lo que los hacia más altos y
saludables que sus sucesores, ya que padecían menos enfermedades infecciosas.
De cualquier modo, YH llama a no idealizar la vida de los cazadores-recolectores.
Cuenta el caso de ejemplos de extrema crueldad como el de los aché de Paraguay,
que sobrevivieron hasta la década de 1960 en la selva paraguaya.

HABLANDO A LOS ESPÍRITUS


En cuanto a sus creencias, YH se suma a la mayor parte de los expertos para
afirmar que los cazadores-recolectores eran animistas, es decir, que asignaban
conciencia y sentimientos a los animales, plantas y fenómenos naturales y
consideraban posible su comunicación con los humanos. La característica de las
religiones animistas es que siempre se limita a invocar entidades locales, nunca se
dan dioses universales. El mundo no gira en torno de los humanos.

YH también indica que en relación al mundo sociopolítico de los cazadores-


recolectores no sabemos apenas nada. Los restos de enterramientos dan algunas
pistas de existencia de jerarquías sociales ya hace 30.000 años (los niños de Sungir,
Rusia)

PAZ O GUERRA
Sobre el papel de la guerra en las sociedades de cazadores-recolectores, YH
explica que hay dos teorías contradictorias, la que defiende la falta de conflictos y
la que considera que era un período excepcionalmente cruel y violento. YH asume
que no se trata de una respuesta única, y que dependiendo del tiempo y el lugar,
seguramente se hayan dado sociedades de uno y otro tipo.

EL TELÓN DE SILENCIO
YH usa la metáfora del telón de silencio para evidenciar la falta de restos de que
disponemos, y que producen un vacío informativo en relación al período de la
revolución cognitiva, lo que puede llevarnos a la conclusión absurda de que en dicho
período los humanos no hicieron nada de importancia.
YH defiende a idea contraria: que los sapiens tuvieron una incidencia crucial en el
mundo que nos rodea de aquel entonces y como cambiaron radicalmente la
ecología del mismo.

5.- EL MAYOR FRAUDE DE LA HISTORIA


Durante 2,5M de años nos alimentamos recolectando plantas y cazando animales
que vivían y se reproducían sin su intervención, pero hace 10.000 años
comenzamos a manipular y domesticar algunas pocas especies de plantas y
animales para controlar su producción y convertirlos en nuestra fuente de
alimentación: fue el inicio de la revolución agrícola.

Nuestra mente es de cazadores-recolectores y nuestra cocina es de agricultores.


Harari desmiente que la revolución agrícola haya sido un salto adelante motivado
por el desarrollo de la inteligencia humana. Opina que se trató del mayor fraude de
la historia, porque la vida de la gente y su alimentación empeoraron. El trigo, las
patatas y el arroz domesticaron al homo sapiens y no al revés.

El trabajo agrícola generó dolencias como las hernias discales y artritis. La


alimentación se redujo a una escasa variedad de cereales. La seguridad alimentaria
se redujo, y las plagas, sequías o lluvías arruinaban las cosechas matando a la
gente por miles. También se incrementó la violencia debida a la disputa por las
tierras.

El gran aporte del cultivo de cereales fue la cantidad de alimento que se pudo
comenzar a generar. Y aunque la gente viviese peor, se incrementó notablemente
la reproducción humana gracias al incremento de alimentos que representó la
revolución agrícola.

LA TRAMPA DEL LUJO


De un modo gradual, hace unos 10.000 años los sapiens comenzaron a domesticar
algunas especies de cereales y a abandonar la vida nómade y asentarse junto a
tierras de cultivo. Su vida fue convirtiéndose progresivamente en una vida dedicada
a la agricultura, una vida mucho más dura e insalubre que la de cazador-recolector.
Creyeron que con esfuerzo lograrían tener una vida mejor, pero lo cierto fue que la
abundancia de grano y el sedentarismo incrementó la procreación, aumentando así
la población de los grupos y obligando a mayor producción de alimentos.

Según YH, los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas


obligaciones. Compara la “esclavitud” del agricultor con la de los humanos
contemporáneos, esclavos del trabajo y sometidos al stress de la hiper
comunicación. El relato de la trampa del lujo supone una lección importante,
concluye.
INTERVENCIÓN DIVINA
YH indica la posibilidad de que adoptar una vida más dura no haya sido un error
sino algo buscado como medio para conseguir otras aspiraciones. Da el ejemplo de
las estructuras monumentales de Göbekli Tepe en Turquía, que datan de hace
9.500 años, y podrían haber sido la razón de ser del asentamiento humano
necesario para su construcción y de la domesticación del trigo necesaria para
alimentar a miles de trabajadores… Algo sorprendente considerando que todo
indica que la sociedad de la época era de cazadores-recolectores.

VÍCTIMAS DE LA REVOLUCIÓN
Los sapiens no solo domesticaron plantas, también comenzaron a domesticar
animales. El sacrificio de los ejemplares rebeldes priorizó la reproducción de los
dóciles y sumisos, logrando la domesticación de especies (Da el ejemplo de las
ovejas) Comenzaron a aparecer tribus de pastores.

Los animales domesticados crecieron como los humanos, o más. Hoy hay 1.000
millones de ovejas, 1.000 millones de cerdos, 1.000 millones de vacas y 25.000
millones de gallinas en todo el planeta.

YH denuncia que vacas y gallinas son los animales más desdichados que jamás
hayan existido a causa de la brutalidad que representan los métodos de
domesticación. Para hacerlo, se quiebran sus instintos naturales, se contiene su
agresividad y sexualidad y se reduce su libertad de movimientos. Además, la
mayoría de los animales domésticos son sacrificados a muy corta edad cuando han
alcanzado el peso suficiente para ser consumidos, cuando en libertad podrían vivir
muchos años más.

(YH da varios ejemplos de brutalidad en la domesticación: corte de nariz de cerdos,


quitarle los ojos a los cerdos, mantener preñadas a las vacas de manera continuada
para que no dejen nunca de dar leche)

Los animales domesticados triunfaron desde un punto de vista evolutivo porque


crecieron en número de un modo notable, pero se vieron abocados al mayor
sufrimiento individual posible. Esta combinación de éxito colectivo pero sufrimiento
individual es una seña de identidad de nuestra especie.

10.- EL ORDEN DEL DINERO


YH cuenta como el dinero traspasaba fronteras religiosas, y monedas cristianas
eran usadas por musulmanes y viceversa, mientras guerreaban entre ellos.
También como los españoles eran adictos al oro y lo demostraron al conquistar a
los aztecas en México.

¿CUÁNTO CUESTA?
Los cazadores-recolectores no tenían dinero y en todo caso se basaban en una
economía de trueque. Esto se mantuvo también en la primera fase de la revolución
agrícola, cuando las comunidades seguían siendo de grupos pequeños. Pero al
formarse aldeas y ciudades de más tamaño, se generó la oportunidad de desarrollar
oficios. Con el cambio de escala, el trueque dejó de ser suficiente ya que es un
sistema basado en la confianza personal lo que limita el número de intercambios.
El dinero fue el invento que resolvió este problema.

CONCHAS Y CIGARRILLOS
El dinero se creó muchas veces y en varios sitios distintos. El dinero no son las
monedas, sino una realidad intersubjetiva (mental), que permite comparar
fácilmente el valor de bienes distintos. El dinero puede ser cualquier cosa a la que
se le atribuya la capacidad de representar valor. El objeto de representación más
común es la moneda, pero se han usado muchas cosas distintas: conchas, ganado,
pieles, cigarrillos, etc. Hoy día la suma total del dinero en el mundo es de 60 billones
de dólares, de los cuales solo un 10% son monedas y billetes, el resto es solo
apuntes contables que se mueven informáticamente.

El dinero es un medio universal de intercambio que permite convertir casi todo en


cualquier cosa. Y además, no se echa a perder, perdura, y es fácilmente
transportable, lo que lo ha convertido en clave para la aparición de redes
comerciales complejas y mercados dinámicos.

¿CÓMO FUNCIONA EL DINERO?


El dinero no es una realidad material, sino un constructo psicológico basado en la
confianza. El dinero es el más universal y eficiente sistema de confianza mutua que
jamás se haya inventado.

Al principio, la no existir dicha confianza, los medios de intercambio elegidos debían


tenr un valor intrínseco. El primer dinero fue la cebada para los sumerios en
3.000a.c., y apareció al tiempo que se inventaba la escritura.

A mediados del tercer milenio a.c. apareció el primer dinero sin valor intrínseco: el
siclo de plata en la Mesopotamia (plata a granel usada como medio de pago). Hacia
el año 640 a.c. aparecen las primeras monedas en Lidia, Anatolia occidental,
acuñadas con la imagen del rey y la indicación del valor.

EL EVANGELIO DEL ORO


La confianza en los denarios romanos era tan fuerte que hasta fuera de los límites
del imperio a la gente le gustaba recibir su paga en denarios. En el siglo I d.c. se
usaban denarios hasta en la India, a miles de kilómetros del imperio. E incluso
autoridades indias acuñaban moneda a imagen del denario reproduciendo la
imagen del emperador romano. Los califas musulmanes también los utilizaron,
arabizando su nombre a dinares, que es la moneda que hoy se sigue utilizando en
Irak, Serbia, Macedonia, Túnez y otros países. A fines de la era moderna, todo el
mundo era una única zona monetaria basada en el oro y la plata. Más adelante,
fueron el dólar y la libra las monedas universales.

El dinero fue un factor de unificación, traspasando las fronteras de culturas


totalmente diferentes. Durante miles de años, el dinero fue vilipendiado por filósofos,
pensadores y profetas, pero YH hace un elogio, subrayando que el dinero es el
único sistema de confianza creado por los humanos que puede salvar casi cualquier
brecha cultural, y por ello representa el apogeo de la tolerancia humana. Gracias al
dinero, personas que no se conocen pueden cooperar entre ellas.

EL PRECIO DEL DINERO


El dinero se basa en dos principios universales:
1) Convertibilidad universal: permite intercambiar cualquier cosa
2) Confianza universal: permite cooperar a cualquiera

Según dice YH, el lado oscuro del dinero es la mercantilización de todo y su


corrosión de los valores humanos y las relaciones íntimas. De este modo siempre
ha habido una tensión entre la creencia en el dinero y otras creencias de valor
inmaterial que lo intentaban contener. Hoy se dice que el mercado lo domina todo,
pero no es así según YH, y por eso es imposible entender la unificación de la
humanidad considerando este único factor económico.

14.- EL DESCUBRIMIENTO DE LA IGNORANCIA


En los últimos 500 años la población se ha multiplicado por 14, la producción por
240 y el consumo de energía por 115. El desarrollo científico humano ha llegado al
límite de permitirnos ser capaces de destruir el planeta: la bomba atómica, 1945.
Los últimos 500 años es el período que Harari llama la revolución científica.

Ignoramus
La novedad de la ciencia reside en 3 caracteristicas según YH:
1) La disposición a admitir ignorancia
2) La centralidad de la observación y de las matemáticas
3) La adquisición de nuevos poderes

La ciencia moderna es una tradición única de conocimiento porque admite la


ignorancia colectiva.

El dogma científico
El conocimiento científico se construye a través de observaciones y su conexión en
teorías generales cuyo lenguaje son las matemáticas. En los últimos 200 años las
matemáticas han desarrollado a su vez una rama específica para tratar los aspectos
más complejos de la realidad: la estadística. El ejemplo del origen de los planes de
pensiones, creados por escoceses con mentalidad práctica y bases de análisis
estadísticos (Viudas escocesas)

Saber es poder
En los últimos tiempos, la ciencia y la tecnología se han relacionado al punto de
confundirse una en la otra[JP1] . En este proceso, la búsqueda de mejorar la
tecnología militar ha sido el gran impulsor de la investigación científica. El
capitalismo ha sido a su vez el detonante del entrelazamiento entre ciencia, industria
y tecnología y la transformación vertiginosa del mundo que esto produjo.
El ideal de progreso
Hasta la revolución científica, la mayoría de las culturas no creían en la posibilidad
de progreso generado por propia iniciativa humana. Las adversidades eran
consideradas inevitables y ajenas a nuestro control.

El proyecto Gilgamesh
Uno de los problemas insolubles de la humanidad fue siempre en de la muerte. Las
mentes lúcidas de todas las épocas en concentraban en darle sentido, no en intentar
escapar de ella. YH narra el mito de Gilgamesh, rey de Uruk en Sumer, que buscó
la inmortalidad, pero regresó de esa búsqueda con la convicción de su inevitabilidad.
A diferencia de los antiguos, los científicos no consideran la muerte como inevitable
y se enfrentan a ella como a un problema técnico. Así hoy día, el proyecto principal
de la revolución científica es dar a la humanidad la vida eterna. YH describe la
evolución de la esperanza de vida que se ha producido hasta hoy (Leer como
ejemplo la historia del rey Eduardo i y la reina Leonor en el 1200)

Algunos científicos ya pronostican humanos “amortales” para 2050.

YH destaca que hasta el siglo XVlll todas las ideologías y religiones daban gran
importancia a la vida después de la muerte, algo que ha desaparecido ya. La única
ideología que sigue dando importancia a la muerte es el nacionalismo…

El viejo amante de la ciencia


Vivimos en una era técnica que considera que todos los problemas tienen una
solución técnica.

Sin embargo la ciencia es un asunto caro. YH explica que siempre ha habido quien
la financia en el afán de obtener objetivos políticos, económicos o religiosos. Esto
hace que la orientación de la ciencia responda a intereses ajenos a la misma. En
resumen, que la investigación científica solo puede florecer en alianza con alguna
religión o ideología.

16.- EL CREDO CAPITALISTA


Según YH, el concepto de “crecimiento” es la clave de la historia económica.
Durante la mayor parte de la historia la economía se mantuvo aproximadamente al
mismo tamaño, pero en los últimos 500 años ha crecido de manera brutal (“como
un quinceañero saturado de hormonas”)

Como explicación de este proceso, YH cuenta una historia de una hipotética


panadera que tiene una idea de negocio y pide dinero al banco. El trasfondo de la
historia coincide con nuestra lectura anterior de Economía sin corbata, de Yanis
Varoufakis: el dinero que prestan los bancos es una creación de dinero de la nada
basada en la expectativa de crecimiento futuro, de confianza en el futuro. Esta
confianza es el único respaldo para la mayor parte del dinero del mundo.

YH indica que durante miles de años la humanidad estuvo atrapada en el dilema del
emprendedor (esquema pag. 339) hasta que se inventó un sistema de confianza en
el futuro basado en bienes imaginarios y un tipo de dinero especial llamado “crédito”.
Este sistema se basa en el principio de que nuestros recursos futuros serán siempre
mayores que los presentes.

Mientras se creía que la economía era un juego estático de suma cero, el crédito no
fluía, pero al aceptar que el pastel está constantemente en crecimiento, luego el
crédito fluye como factor de ese crecimiento. El mundo premoderno tenía por ello
una economía estancada que no crecía.

Un pastel que crece


Los últimos 500 años están marcados por la idea de que el pastel global puede
crecer debido a la confianza en el futuro.

YH destaca “La riqueza de las naciones” de Adam Smith como el manifiesto


económico más importante de todos los tiempos. Su idea es revolucionaria: la
codicia es buena, al hacerme rico yo beneficio a todos. El egoísmo es altruismo. En
el relato de Smith, los ricos se hacen ricos aumentando el tamaño global del pastel.
Smith apostaba por una nueva ética: reinvertir los beneficios para crecer. De allí el
nombre de capitalismo: el capital como el conjunto de dinero, bienes y recursos que
se invierten para aumentar la producción. La nueva elite no son nobles ociosos, sino
empresarios y accionistas que gastan solo una pequeña parte de sus beneficios en
actividades no productivas, reinvirtiendo la mayor parte.

YH indica que el capitalismo no solo determinó un sistema económico sino una ética
basada en que el crecimiento económico es el bien supremo. Un nueva religión, que
cree en el crecimiento económico perpetuo, lo que a su vez va en contra de todo lo
que conocemos en el universo…

Según YH, el sistema pone todas las esperanzas en los avances científicos como
factores de crecimiento. En esta crisis se han impreso miles de millones de dinero
futuro, que solo cobrarán sentido si logran dar lugar a avances que permitan hacer
crecer la economía. “Todo depende de la gente que hay en los laboratorios”.

Colón busca un inversor


Mientras en Asia las guerras se financiaban con tributos y saqueo, en Europa los
reyes y generales fueron gradualmente adoptando el modo mercantil de pensar,
hasta que mercaderes y banqueros se convirtieron en la elite gobernante. La
conquista europea del mundo se financió así con créditos que buscaban el máximo
retorno. Todo el mundo está contento de invertir, pero no de pagar impuestos.

YH cuenta el caso de Colón, y como el descubrimiento de América desató un circulo


virtuoso de inversión y retorno. El sistema se perfeccionó luego con la creación de
sociedades por acciones para financiar las expediciones, lo que redujo los riesgos
y aumentó el número de inversores. Se desarrolló en Europa occidental una
capacidad de reunir grandes cantidades de crédito en poco tiempo y ponerlo a
disposición de la empresa privada y de gobiernos.
YH da el ejemplo de Holanda tras su independencia de España, un caso de
crecimiento vertiginoso basado en crédito. Las claves fueron dos:
1) Fueron escrupulosos en la devolución de los préstamos
2) Tenían un sistema judicial independiente que protegía los derechos, y en
particular los de propiedad privada.

YH destaca que es mejor hacer negocios con comerciantes que con reyes, y mejor
hacerlos en Holanda que en Madrid, lo cual es la clave del declive español y del
repunte holandés en el siglo XVII.

YH cuenta los casos de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VUC) y la


de las Occidentales (WIC) como ejemplos de la expansión imperial de empresas
privadas. También cuenta el caso de la burbuja de la Compañía del Mississippi, su
colapso y como esto afectó la reputación del Estado Francés, el cual dejó de poder
conseguir crédito con facilidad. Y como esta situación endeudó al país a niveles
insoportables, lo que fue una de las causas de la revolución francesa. Mientras
tanto, el Imperio británico se expandía rápidamente, gracias a la compañías
anónimas por acciones, privadas, radicadas en la Bolsa de valores de Londres.

Napoleón se burlaba de los ingleses por ser una nación de tenderos… pero esos
tenderos derrotaron a Napoleón y construyeron el mayor imperio del mundo. Los
ganadores de las guerras fueron los empresarios.

En el nombre del capital


En el S. XIX los gobiernos cumplían el mandato del gran dinero. YH cuenta el
conflicto entre Gran Bretaña y China, y como el lobby empresarial ingles conducía
la política exterior británica y sometía las economías de los países con los que
comerciaba (el caso de la exportación de opio a China, el caso de la intervención
inglesa en la guerra de independencia griega frente a los turcos)
YH destaca que hoy día es más importante la calificación crediticia de un país que
sus recursos naturales, ya que son el indicador de probabilidad de que un país
pague sus deudas. (Leer párrafo central pág. 360)

El culto del libre mercado


Los empresarios defienden la minima ingerencia del Estado en el Mercado, pero YH
afirma que creer en el libre mercado es tan ingenuo como creer en Papá Noel.
Teniendo en cuenta que el recurso económico más importante es la confianza en el
futuro, es fundamental el papel de los sistemas políticos para mantener dicha
confianza en niveles aceptables.

El infierno capitalista
Sin control del Estado, el mercado tiende a convertirse en tiránico e inhumano. YH
cuenta como el esclavismo moderno fue el resultado de las ansias de beneficio del
primer capitalismo. También cuenta como el consumo de azúcar se disparó en
Europa a causa de su cultivo en América, y como las ansias de lucro y de reducción
de costes llevaron a la importación de esclavos africanos para las plantaciones.
“Todo para que los europeos pudiesen gozar de su té dulce y sus golosinas”. El
tráfico de esclavos estaba fuera del control de los Estados, y era manejado
exclusivamente por las fuerzas del mercado. Las compañías de esclavos vendían
acciones en las bolsas europeas, y los europeos medios las compraban… porque
reportaban ganancias del 6% anual a lo largo de todo el S. XIX.

El capitalismo de libre mercado no puede asegurar que los beneficios se obtengan


y distribuyan de manera justa. El capitalismo ha matado a millones de personas por
su indiferencia y avaricia.

YH cuenta la cruenta intervención de Bélgica en el Congo para la extracción de


caucho, que supuso la muerte a un 20% de la población congoleña entre 1885 y
1908.

YH concluye denunciando que el crecimiento del capitalismo va siempre de la mano


de mayor desigualdad. A esto, el capitalismo tiene dos respuestas:
1) Que no hay otro sistema. El único intento, el comunismo, fue un desastre y
nadie se anima ni a intentar repetirlo.
2) Que hay que tener paciencia, que al crecer el pastel todos terminarán
mejorando.

YH reconoce que hay señales positivas cuando se compara la mejora de las


condiciones materiales de la humanidad entre 1914 a 2014 por ejemplo (esperanza
de vida, ingesta calórica, mortalidad infantil…). Pero se pregunta cómo el pastel
económico puede crecer indefinidamente sin que se agoten las materias primas y
la energía de la tierra.

17.- LAS RUEDAS DE LA INDUSTRIA


La economía capitalista no solo necesita confianza, también necesita energía y
materias primas, y estas son finitas. Pero la historia muestra que ante cada escasez
el ser humano desarrolló innovaciones que le permitieron sortearla.

YH destaca qua casi todo lo que hicieron los humanos hasta hoy ha sido accionado
por la energía solar que es captada por las plantas y transformada en potencia
muscular. Esta relación da lugar a ciclos positivos y negativos, dependiendo de la
abundancia o escasez de trigo, arroz o patatas…

El secreto en la cocina
En 1700 se inventa en Inglaterra la máquina de vapor, basada en el sencillo principio
de utilizar el vapor de agua en ebullición para producir movimiento. Un fenómeno
que se daba en las cocinas pero de la que nadie se había percatado…
En 1825 se inventan los trenes a vapor. Luego los coches con motor a explosión y
el uso del petróleo como combustible. Luego la electricidad…

Un océano de energía
La revolución industrial ha sido una revolución en la conversión de energía. YH dice
que los descubrimientos de nuevas fuentes de energía han hecho que la energía
disponible no haya hecho más que aumentar.
YH dice que es evidente que el mundo no carece de energía (por ejemplo los
combustibles fósiles con una insignificancia frente a la energía solar que llega a la
tierra, a la que deben sumarse la nuclear y la gravitatoria). El problema es
simplemente la ignorancia de como dominarlas y ponerlas a nuestra disposición. Lo
único que nos corresponde hacer son los inventos adecuados.

YH describe la evolución de las materias primas, dando algunos ejemplos notables,


como el descubrimiento de la posibilidad de producir amoníaco a partir de aire que
tanto ayudó a los alemanes en la primera guerra mundial.

Vida en la cinta transportadora


La revolución industrial produjo una combinación sin precedentes de energía barata
y abundante y de materias primas baratas y abundantes. El resultado fue una
explosión de productividad humana.

YH destaca que la revolución industrial fue ante todo una segunda revolución
agrícola debido a la llegada de la tecnología a los campos. Los animales de granja
dejaron de ser criaturas para convertirse en máquinas. Los humanos tratan a los
animales de producción con total indiferencia, sin preocuparse por su dolor físico y
su malestar emocional. Se ha montado un sistema de agricultura y ganadería
industrial que es la base de todo el orden socioeconómico moderno, y que se basa
en tecnología intensiva con escasísima necesidad de mano de obra. Esta liberación
del trabajo agrícola está en la base del crecimiento de las poblaciones urbanas de
hoy, y de la superproducción de manufacturas y productos. La oferta comenzó a
superar a la demanda. YH se pregunta “¿quién iba a comprar todo ese material?”…

La edad de las compras


Surge el consumismo, como un nuevo tipo de ética que favorece el consumo de la
superproducción de productos. El ser humano había vivido siempre en una ética de
la escasez, hasta que el consumismo le ha dado la vuelta a la tortilla, considerando
positivo el consumo de productos y servicios.

El consumismo se ha impuesto convenciendo a la gente que los caprichos son


buenos y que la frugalidad es una forma de masoquismo. Comprar se ha convertido
en uno de los pasatiempos favoritos de la gente. Las sociedades agrícolas vivían
bajo la sombra de la hambruna. En el mundo opulento de hoy, uno de los principales
de problemas de salud es la obesidad.

La ética capitalista y la consumista son caras de una misma moneda: la primera


dice a los ricos que inviertan, y la segunda dice al resto que compren.

18.- UNA REVOLUCIÓN PERMANENTE


Nuestro planeta, antaño verde y azul se está convirtiendo en un centro comercial de
hormigón y plástico. Hay una reducción drástica de población animal a excepción
de los animales domésticos. YH concluye que la humanidad se ha apoderado del
mundo.
YH diferencia entre degradación ecológica y escasez de recursos. Considera que la
primera se está produciendo, pero no cree en la visión catastrofista que da lugar la
segunda. Muchos hablan de destrucción de la naturaleza, pero no es destrucción
sino cambio. Mientras a muchas especies les va mal otras florecen, como es el caso
de ratas y cucarachas…

También considera prematuros los rumores de nuestra propia extinción: hemos


pasado de ser 700 millones en 1700, a ser 7.000 millones en la actualidad (al
momento de escribir el libro en 2013)

Época moderna
Antes se vivía en sincronía con los ciclos del tiempo natural Hoy día vivimos ajenos
a ellos, con muy poca preocupación por el sol o las estaciones. Aparece el horario,
que sigue la misma lógica que en una cadena de montaje. (Recién en 1880 Gran
Bretaña adoptó un horario único para todo el país…)

Hoy hay que hacer un esfuerzo consciente para no saber que hora es…
Pero de todos los cambios, el más trascendental es el desplome de la familia y de
la comunidad local y su sustitución por el Estado y el mercado.

El desplome de la familia y de la comunidad


Antes de la rev industrial, la vida transcurría en el marco de tres estructuras: La
familia nuclear, la familia extendida y la comunidad local íntima (que dependen entre
sí para su supervivencia)

Solo un 10% de las transacciones podían implicar dinero. El resto era una economía
de favores dentro del marco de las tres estructuras mencionadas. Fuera de ellas,
era imposible vivir.

Todo esto cambió de modo radical en los últimos 2 siglos, en los que el mercado y
el Estado se convirtieron en el marco de nuestras vidas. Nos convertimos en
“individuos”.

YH considera que los nuevos individuos son hijos del Estado y el Mercado. Y que
en sólo 200 años nos hemos cargado nuestra vida en comunidad para convertirnos
en individuos alienados, lo que atestigua el apabullante poder de la cultura.

La familia nuclear no ha desaparecido del todo, pero está muy pautada por el
mercado. También el Estado interviene cada vez más en la relación de padres e
hijos, limitando y reglando el accionar de los primeros.

Comunidades imaginadas
El Estado y el Mercado han desplazado a las comunidades locales, pero han
desarrollado comunidades imaginadas de pertenencia: una comunidad imaginada
es una comunidad de gente que en realidad no se conocen mutuamente pero que
imaginan que sí…
La comunidad imaginada del Estado es la nación, y la comunidad imaginada del
Mercado es la tribu de consumidores. Hoy día conviven comunidades nacionales
con comunidades de consumidores.

Perpetuum mobile
Vivimos una época de cambio permanente. Ningún partido político defiende el status
quo, porque el status quo ya no existe… Estado de revolución permanente.
Los últimos 70 años, desde el final del segunda guerra hasta hoy, han sido los más
pacíficos de la historia de la humanidad por la reducción de los conflictos violentos,
y a la vez los más revolucionarios.

Paz en nuestra época


La mayoría de a gente no aprecia lo pacífica que es la era en la que vivimos. Y YH
lo atribuye al papel creciente del Estado.

Retirada imperial
YH subraya la caída de la violencia internacional, y la relaciona con una retirada
pacífica de los imperios. Da el ejemplo de la disolución del imperio de Gran Bretaña
o de la URSS.

Pax atómica
Con pocas excepciones, desde 1945 ya no hay Estados que invadan a otros con el
fin de absorberlos. La humanidad ha roto la ley de la jungla. La paz se ha
generalizado tanto que la guerra se ha hecho inconcebible. La riqueza ya no se
asocia al territorio a valores más móviles, como el capital humano, el conocimiento
y la estructura económica, y eso le ha restado sentido a una guerra normalmente
orientada a apropiarse de riquezas físicas.

La paz es rentable, gracias a que con ella florecen el comercio y la inversión. YH


destaca un círculo virtuoso: La amenaza nuclear promueve el pacifismo, que a su
vez hace retroceder la guerra y prosperar el comercio, que a su vez aumenta tanto
los beneficios de la paz como los costes de la guerra.

Según YH, estamos asistiendo a la formación de un imperio global, que al lograr la


paz interior logra la paz global.

YH concluye el capítulo diciendo que nos hallamos en el umbral tanto del cielo como
del infierno, y podemos ir en una o en otra dirección.

21 LECCIONES PARA EL SIGLO XXI

1. Decepción ante la ausencia de una ideología convincente


Tras la caída del fascismo y del comunismo, el liberalismo se ha impuesto casi por
todo el mundo de una u otra forma, defendiendo cosas tan bonitas como la libertad,
los derechos humanos, la libertad de movimiento (más para el dinero que para las
personas, ciertamente), o el libre mercado (que con tanto acierto criticó N. Klein).
Pero desde la crisis global de 2008, los decepcionados por el liberalismo
crecen y hay, además, dos retos que para Harari son muy inquietantes:
la infotecnología (desarrollos tecnológicos, inteligencia artificial, robots…) y
la biotecnología (modificar genes, transgénicos…). “Los humanos siempre han
sido mucho más duchos en inventar herramientas que en usarlas sabiamente. Es
más fácil reconducir un río mediante la construcción de una presa que predecir las
complejas consecuencias que ello tendrá para el sistema ecológico de la región”.

El poder de “manipular el mundo” ha llevado a que “nos enfrentamos a un colapso


ecológico”, porque las revoluciones en biotecnología y en infotecnología las lideran
científicos o emprendedores “que apenas son conscientes de las implicaciones
políticas de sus decisiones”. Así, “Donald Trump advirtió a los votantes que
mexicanos y chinos les quitarían el trabajo y (…) nunca advirtió a los votantes que
los algoritmos les quitarían el trabajo” (poniendo a las máquinas a trabajar). “Quizá
en el siglo XXI las revueltas populistas se organicen no contra una élite económica
que explota a la gente, sino contra una élite económica que no la necesita”. Cada
vez se precisan menos trabajadores y ahora debemos ya empezar a buscar
soluciones (como reducir la jornada laboral o la renta básica), antes de alcanzar el
“desempleo masivo”.

Los que votaron a Trump en EE.UU. o a favor del Brexit en Reino Unido, no
rechazaron el liberalismo totalmente pero sí quisieron encerrarse un poco en su
casa y que se adoptaran “políticas intolerantes para con los extranjeros”. Pretender
aislarse, como pide el nacionalismo, es una política inviable en la era de internet y
del calentamiento global. China lo hace al revés: aplica el liberalismo más fuera de
sus fronteras que dentro, mientras Rusia aplica un liberalismo atroz que genera la
“mayor desigualdad del mundo” (el 87% de la riqueza está en manos del 10% de
los más ricos) y el islamismo solo atrae a algunos de los que crecieron en su seno.

A pesar de todo, la humanidad no puede abandonar el liberalismo, “porque no tiene


ninguna alternativa”, aunque tampoco ofrece respuestas “a los mayores
problemas a los que nos enfrentamos: el colapso ecológico y la disrupción
tecnológica”. El liberalismo todo lo resuelve con el crecimiento económico pero
esa solución no sirve porque ya sabemos que esa es precisamente la causa de la
crisis ecológica y que gran parte de la tecnología tiene un fuerte
impacto social y ambiental. Por eso, para Harari la primera medida es
la perplejidad: reconocer que no sabemos lo que está ocurriendo.

2. Trabajo: en el futuro habrá mucho menos empleo


Es obvio que las máquinas y los robots están efectuando cada vez más
trabajos: mejoran nuestra vida y, a la vez, nos quitan el trabajo. El poder de las
máquinas, junto con la IA (Inteligencia Artificial) es inmenso y tienen dos
capacidades muy importantes: la conectividad y la capacidad de actualización.
Por ejemplo, en conducción automática de vehículos, dos coches podrían
conectarse para acordar quien pasa primero y evitar colisionar. Además, cualquier
nueva norma de tráfico o mejora del software podría actualizarse en todos los
vehículos automáticos de forma inmediata.
También es cierto que se están creando nuevos empleos, pero en general exigen
“un gran nivel de pericia y, por tanto, no resolverán los problemas de los
trabajadores no cualificados”. Podría ocurrir que padezcamos “a la vez unas tasas
de desempleo elevadas y escasez de mano de obra especializada”. Además, dado
la vertiginosa velocidad de cambio, podrían ser profesiones que surgen y
desaparecen en cuestión de una década, por lo que es muy complicado exigir
derechos laborales o crear sindicatos en tales circunstancias. El autor sostiene que
“hoy ya son pocos los empleados que esperan ocupar el mismo empleo toda la
vida”. Además reconoce que “el cambio es siempre estresante” y podría ser
complicado reeducar a miles de empleados.

Por otra parte, evitar la pérdida de puestos de trabajo no es una buena opción,
porque supone abandonar las ventajas de la mecanización, pero tampoco podemos
hacerlo sin dar alternativas a los empleados. Harari alaba lo que ocurre
en Escandinavia, donde los gobiernos siguen el lema «proteger a los obreros, no
los empleos». Una forma de hacer esto es lo que llamamos las dos erres
urgentes: Reducir la jornada laboral y la RBU (Renta Básica Universal). Por
supuesto, también se está aplicando en muchos países la subvención de servicios
básicos universales: educación, sanidad, transporte… Pero en estas opciones el
problema está en definir qué es «universal» y qué es «básico»:

Por universal se suele interpretar la población nacionalizada en un país, pero hay


que tener en cuenta que las principales víctimas de la automatización quizá no vivan
en donde se apruebe la RBU o esos servicios básicos universales. Automatizar en
exceso podría generar la ruina en países en desarrollo que actualmente están
dando mano de obra barata a los países ricos.

Por básico se puede interpretar la comida que un sapiens requiere (entre 1500 y
2500 calorías), pero también se pueden considerar básicos aspectos como la
educación, la sanidad, el acceso a internet…

El problema es complejo, porque contentar a los sapiens no es tarea sencilla.


La felicidad puede depender de las expectativas y éstas dependen de las
circunstancias. Por tanto, aunque se mejoren las condiciones, no se garantiza que
haya satisfacción. Como ejemplo exitoso cita el caso de Israel, país que obtiene
buenos resultados en la satisfacción de la población, en parte gracias a un
montón de personas pobres que no trabajan y que se dedican exclusivamente a
cuestiones religiosas (el 50% de los hombres judíos ultraortodoxos). El gobierno da
generosas subvenciones y se constata que debatir el Talmud es más satisfactorio
que el trabajo de los obreros. Así pues, “la búsqueda de plenitud y de comunidad
podría eclipsar la búsqueda de un puesto de trabajo”. El objetivo debería ser
combinar una red de seguridad económica universal y básica, comunidades fuertes
con servicios básicos universales y educar para una búsqueda de una vida plena.
Esto podría compensar la pérdida de empleos y mejorar la calidad de vida de la
gente.
“Dado el inmenso poder destructor de nuestra civilización, no podemos
permitirnos más modelos fallidos”, pues equivocarnos ahora podría acabar en
una guerra nuclear, en desastres por manipulación genética o en un colapso
completo de la biosfera.

3. Libertad: computadoras y big data contra los derechos humanos


Dice Harari que “los referéndums y las elecciones tienen siempre que ver con
los sentimientos humanos, no con la racionalidad”. Aunque algunas personas
están más informadas y otras son más racionales, al final cada voto cuenta lo mismo
y los sentimientos son los que guían a la mayoría. El biólogo Richard Dawkins dijo
a propósito de la votación del Brexit que someterlo a referéndum es como «dejar
que los pasajeros de un avión votaran en qué pista debería aterrizar el piloto».
Teniendo esto en cuenta, queda claro el alto interés en acceder al corazón humano,
a sus entresijos y a cómo manipularlo. Si se consiguiera en grado suficiente, la
política sería “un espectáculo de títeres emocional”.

Pensemos que, al final, los sentimientos están basados en el cálculo. Millones


de neuronas calculan, por ejemplo, cuando tener miedo según la probabilidad de
ser dañados. Los sentimientos “encarnan la racionalidad evolutiva”, pero “pronto
los algoritmos informáticos podrán aconsejarnos mejor que los sentimientos
humanos”. Seguramente cometerán errores, pero solo se necesita que sean, de
media, mejor que nosotros, lo cual “no es muy difícil, porque la mayoría de las
personas no se conocen muy bien a sí mismas, y (…) suelen cometer terribles
equivocaciones en las decisiones más importantes de su vida”. Incluso en ética, las
máquinas superarán a la mayoría de los humanos, porque las máquinas no tienen
emociones. Se ha demostrado que las emociones humanas controlan las
decisiones humanas, por encima de sus ideologías o de sus planteamientos
filosóficos. La selección natural no ha seleccionado a los homínidos más éticos, sino
a los que gracias a sus emociones (miedo, deseo…) han conseguido reproducirse
con más éxito. Por otra parte, “los ordenadores no tienen subconsciente” y si
fallaran, resultaría “mucho más fácil corregir el programa que librar a los humanos
de sus prejuicios”. Esto abre mercado a los filósofos, pues hará falta la filosofía para
hacer buenos programas.

Cuando las decisiones importantes las tomen los algoritmos, basados en el cómputo
de millones de datos (macrodatos o big data), ¿dónde queda nuestra libertad?
¿Confiaremos en los algoritmos para que nos escojan pareja, qué estudiar o dónde
trabajar? ¿Escogerán también a quien votar? ¿Qué sentido tienen entonces las
elecciones y los mercados libres?
Ya hoy día la gente confía en Google para hallar respuestas mientras “la
capacidad para buscar información por nosotros mismos disminuye”. Esto hace que
la gente considere «verdad» lo que aparece en los primeros resultados de la
respuesta de Google. Más aún, la capacidad para orientarse es como un músculo
que o lo usas o lo pierdes, y mucha gente depende tanto de Google Maps que si
falla se encuentra completamente perdida.
El que controle esos algoritmos de macrodatos, controlará buena parte del mundo.
Un ejemplo está en Israel, país que controla el cielo, las ondas de radio, el
ciberespacio y el mar y, gracias a ello, un puñado de soldados pueden controlar a
2.5 millones de palestinos en Cisjordania. Y lo hacen usando IA: en 2017 un
palestino publicó una foto poniendo en árabe “¡Buenos días!”. Un algoritmo israelí
confundió las letras árabes y lo tradujo como “¡Mátalos!” y el obrero fue detenido.
Quedó en libertad cuando se aclaró el error, pero el incidente demuestra la
importancia de la IA para controlar a la población. Llevado al extremo, en manos de
gobiernos autoritarios las herramientas de IA podrían controlar a la población “más
incluso que en la Alemania nazi”.

Usando las reglas de la selección natural, hemos criado vacas dóciles que producen
más leche, pero que son inferiores en otros aspectos. Igualmente, “estamos
creando humanos mansos” pero que “en absoluto maximizan el potencial
humano”. De hecho, “sabemos poquísimo de la mente humana”, mientras la
investigación se centra en mejorar los ordenadores y los algoritmos. “Si no
somos prudentes, terminaremos con humanos degradados que usarán mal
ordenadores mejorados”. Para Harari esto podría provocar el caos, “acabar con la
libertad” y “crear las sociedades más desiguales que jamás hayan existido”. La
inmensa mayoría de la gente podría sufrir algo peor que la explotación: la
irrelevancia.

6. Civilización: Solo existe ya una civilización


Harari desmonta la teoría de que hay un choque de civilizaciones, pues en realidad
la globalización tiende a unir cada vez más a la gente y no es posible, ni deseable,
dar marcha atrás. “Hace diez mil años la humanidad estaba dividida en incontables
tribus aisladas. Con cada milenio que pasaba, estas tribus se fusionaron en grupos
cada vez mayores”. El proceso de unificación de la humanidad se ve claro si
uno piensa los vínculos que hay entre los distintos grupos y las prácticas
comunes entre ellos. Con sus diferencias, todos los países aceptan una serie de
protocolos diplomáticos, leyes internacionales… y participan en los Juegos
Olímpicos bajo las mismas reglas, lo cual es “un asombroso acuerdo global” y
debemos “sentir orgullo porque la humanidad sea capaz de organizar un
acontecimiento de este tipo”. Más aún, todos comparten similares reglas
económicas, confianza en el dinero, los médicos comparten conocimientos y tienen
similares protocolos… “La gente tiene todavía diferentes religiones e identidades
nacionales. Pero cuando se trata de asuntos prácticos (…) casi todos
pertenecemos a la misma civilización“. Nuestras diversas opiniones traerán
debates y conflictos, pero eso nos hará aún más conectados, más
interdependientes.

7. Nacionalismo: La historia tiende a unirnos, no a separarnos


El Brexit o el nacionalismo en Cataluña… ¿a qué se deben? ¿pueden dar
respuestas a los problemas más importantes? Las formas moderadas de patriotismo
pueden ser benignas. “El problema empieza cuando el patriotismo benigno se
metamorfosea en ultranacionalismo patriotero”, lo cual es “terreno fértil para los
conflictos violentos”. En el pasado era razonable buscar seguridad y sentido en el
regazo de la nación, pero hoy, sin negar eso, tenemos al menos tres retos que nos
obligan a trabajar más conjuntamente. La guerra nuclear es el primero y
ciertamente en este campo lo estamos haciendo bien: a pesar de las guerras, hoy
mueren menos personas por violencia humana que por obesidad, accidentes de
tráfico o suicidio. El miedo a la guerra nuclear hace que los estados poderosos
piensen bien antes de meterse en una guerra que sería desastrosa para el planeta.

El segundo reto es el cambio climático y el desastre ambiental (contaminación de


la agricultura, pérdida de biodiversidad…). “Un agricultor que cultive maíz en Iowa
podría, sin saberlo, estar matando peces en el golfo de México”. Homo sapiens ha
pasado de ser un asesino ecológico en serie (como explica Harari en su
libro Sapiens) a ser un asesino ecológico en masa. “Los científicos están de
acuerdo en que las actividades humanas (…) hacen que el clima de la Tierra cambie
a un ritmo alarmante. (…) Es fundamental que realmente hagamos algo al respecto
ahora”. Harari tiene claro que el nacionalismo no puede sino empeorar la respuesta
a este problema, porque las actuaciones “para ser efectivas, tienen que
emprenderse a un nivel global”. Harari subraya que la industria de la carne,
además del enorme sufrimientoque infringe, “es una de las principales causas
del calentamiento global, una de las principales consumidoras de antibióticos
y venenos, y una de las mayores contaminadoras de aire, tierra y
agua” (producir 1 kilo de carne puede consumir 15.000 litros de agua).

El tercer reto es la disrupción tecnológica (biotecnología e infotecnología). A


muchos nacionalistas les gustaría volver a tiempos pasados, pero eso es algo
imposible. Estos tres retos pueden servir para “forjar una identidad común” que
permita afrontar los riesgos. Por supuesto, queda espacio para “ese patriotismo que
celebra la singularidad de mi nación y destaca mis obligaciones especiales hacia
ella”. Harari ve claro que debemos “globalizar nuestra política”, lo cual no implica
necesariamente un gobierno global, sino que todos los gobiernos (nacionales o de
ciudades) “den mucha más relevancia a los problemas y los intereses globales”. Por
ejemplo, recientemente muchas ciudades se han propuesto muchos retos en el
llamado Pacto de Milán, como por ejemplo reducir el consumo de carne.

11. Guerra: hoy se pierde más con las guerras de lo que se gana
“Las últimas décadas han sido las más pacíficas de la historia de la humanidad” (ver
datos). Antiguamente, ganar una guerra era un símbolo de prosperidad pero las
cosas han cambiado. Hoy las guerras no traen prosperidad, sino miseria,
porque “los principales activos económicos consisten en el conocimiento técnico e
institucional más que en los trigales, las minas de oro o incluso los campos
petrolíferos, y el conocimiento no se conquista mediante la guerra“. De hecho,
tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias derrotadas prosperaron como nunca
antes (Alemania, Japón…). La guerra fue producto de un “error de cálculo”.
Pensaron que sin nuevas conquistas estaban condenados al estancamiento
económico, pero se equivocaron. Por todo esto, las nuevas guerras merecen menos
la pena, pero Harari nos advierte de que no podemos confiarnos, pues “los
humanos son propensos a dedicarse a actividades autodestructivas”. Y dado
que un detonante de la guerra es el sentimiento de superioridad, Harari recomienda
“una dosis de humildad”.

13. Dios: ¿Quién dice lo que es correcto?


Dios puede verse como un enigma del que “no sabemos absolutamente nada”, o
bien, como un “legislador severo y mundano, acerca del cual sabemos demasiado”,
pues se han escrito bibliotecas enteras, y se ha usado el nombre de Dios para
justificar intereses de todo tipo. Aunque las religiones pueden generar amor y paz,
también han generado odio y violencia y por eso, para Harari no son estrictamente
necesarias, pues la moral se puede justificar sin acudir a Dios. “Hacer daño a los
demás siempre me hace daño también a mí”, porque antes de hacer algo mal
hay un sentimiento interno que hace daño: “antes de que matemos a alguien,
nuestra ira ya ha matado nuestra paz de espíritu”.

14. Laicismo: Ser responsables sin que lo mande Dios


El laicismo no es rechazar todo lo espiritual, sino no confundir verdad con fe, no
santificar ningún libro, persona o grupo como poseedores de la verdad absoluta. Y
también es el compromiso con la compasión y la comprensión del sufrimiento.
Por ejemplo, “la gente secular se abstiene del homicidio no porque algún libro
antiguo lo prohíba, sino porque matar inflige un sufrimiento inmenso a seres
conscientes”. Es mejor encontrar la motivación en la compasión que en la
obediencia divina. Pero el laicismo también se encuentra con dilemas complejos
y, en tal caso, “sopesan con cuidado los sentimientos de todas las partes”. El
laicismo también valora la responsabilidad: “En lugar de rezar para que ocurran
milagros, necesitamos preguntar qué podemos hacer nosotros para ayudar”.

15. Ignorancia: A la gente no le gustan los hechos reales


Los humanos nos movemos en la ignorancia y en la irracionalidad. “La mayoría
de las decisiones humanas se basan en reacciones emocionales y atajos
heurísticos más que en análisis racionales. (…) No solo la racionalidad es un mito:
también lo es la individualidad. Los humanos rara vez piensan por sí mismos. Más
bien piensan en grupos. (…) Es probable que bombardear a la gente con hechos y
mostrar su ignorancia individual resulte contraproducente. A la mayoría de las
personas no les gustan demasiado los hechos y tampoco parecer estúpidas”. Más
aún, los poderosos en vez de aprovechar su poder para obtener una mejor visión
de la realidad, suelen emplearlo en distorsionar la verdad. Así, los que buscan la
verdad deben alejarse del poder y permitirse “la pérdida de mucho tiempo
vagando por aquí y por allá en la periferia” y como hizo Sócrates, “reconocer
nuestra propia ignorancia individual”.

16. Justicia: ¿Somos responsables de las injusticias de las empresas?


“Nuestro sentido de la justicia podría estar anticuado”. Dependemos de una red
alucinante de lazos económicos y políticos, hasta el punto de costarnos responder
preguntas sencillas como de dónde viene mi almuerzo. ¿Podemos ser inocentes de
las injusticias que generan las multinacionales? Harari afirma que es erróneo tener
en cuenta solo las intenciones sin hacer un esfuerzo sincero por saber lo que se
esconde. Pero también sostiene que “el planeta se ha vuelto demasiado
complicado para nuestro cerebro de cazadores-recolectores“. “Padecemos
problemas globales, sin tener una comunidad global” y por tanto, entender bien
tales problemas es misión imposible. Por eso, mientras unos simplifican la realidad
para hacerla abarcable, otros se centran en alguna historia conmovedora olvidando
los demás datos, otros inventan teorías conspiratorias, y otros depositan su
confianza en algún líder o teoría, porque “la complejidad de la realidad se vuelve
tan irritante que nos vemos impelidos a imaginar una doctrina que no pueda
cuestionarse” y que nos dé tranquilidad, aunque difícilmente proporcione justicia.

17. Posverdad: Los poderosos siempre mienten


Estamos rodeados de mentiras y ficciones, pero la desinformación no es nada
nuevo. El autor comenta varios casos de mentiras históricas, como los relatos falsos
de asesinatos rituales por parte de judíos en la Edad Media, lo cual costó la vida a
muchos judíos inocentes.

Si el ser humano es capaz de matar por una causa, ¿cómo no va a ser capaz
de mentir? De hecho, como explica Harari en su libro anterior, el ser humano
conquistó el planeta gracias a su capacidad de crear ficciones. Cuando un grupo
cree en las mismas ficciones, son capaces de cooperar de manera eficaz. “Cuando
mil personas creen durante un mes algún cuento inventado, esto es una noticia
falsa. Cuando mil millones de personas lo creen durante mil años, es una religión,
y se nos advierte que no lo llamemos «noticia falsa» para no herir los sentimientos
de los fieles”. Pero Harari aclara que no niega “la efectividad ni la benevolencia
potencial de la religión”. Las religiones inspiran buenas y malas acciones.

Una de las mentiras más aceptadas en la actualidad procede de los anuncios de las
marcas comerciales. Nos cuentan repetidamente un relato hasta que la gente se
convence de que es la verdad. Por ejemplo: ¿con qué se asocia la Coca-
Cola? ¿Con jóvenes divirtiéndose o con pacientes con diabetes y sobrepeso en un
hospital? Beber Coca-Cola aumenta la probabilidad de padecer obesidad y
diabetes, y no nos va a hacer jóvenes . ¿Ha funcionado el relato falso que nos
cuenta Coca-Cola en su publicidad?

Harari asegura que “si queremos poder, en algún momento tendremos que
difundir ficciones”, pues la verdad no siempre gusta a todos. “Como especie, los
humanos prefieren el poder a la verdad. Invertimos mucho más tiempo y esfuerzo
en intentar controlar el mundo que en intentar entenderlo”. Por eso, “es
responsabilidad de todos dedicar tiempo y esfuerzo a descubrir nuestros prejuicios
y a verificar nuestras fuentes de información”. Harari ofrece dos reglas para evitar
el lavado de cerebro: a) “Si el lector consigue las noticias gratis, podría muy bien ser
él el producto”. b) “Haga el esfuerzo para leer la literatura científica relevante”, pues
la ciencia suele ser objetiva. Y por eso hace un llamamiento a los científicos a hacer
oír su voz cuando el debate caiga dentro de su campo.

HOMO DEUS

1. LA NUEVA AGENDA HUMANA


Durante toda su historia, el Homo Sapiens se enfrentó a tres dificultades
mayúsculas que condicionaron su vida: la guerra, el hambre y la peste. Sin
embargo, desde hace unas pocas décadas hemos comenzado a ser capaces de
controlar estas 3 adversidades. Hoy mueren más personas por comer demasiado
que por comer poco, más por vejez que por enfermedades infecciosas, y más por
suicidio que por asesinato a manos de la suma de soldados, terroristas y criminales.
A la escala cósmica de la historia, la humanidad puede alzar la vista y empezar a
contemplar nuevos horizontes. En un mundo saludable, próspero y armonioso, ¿qué
vamos a hacer con nosotros? ¿Qué haremos con los inmensos poderes que nos
dan la biotecnología y la tecnología?

EL UMBRAL BIOLÓGICO DE POBREZA


Durante siglos el hambre ha sido el peor enemigo de la humanidad. Harari da varios
ejemplos de las hambrunas recurrentes que se dieron en la historia en todas las
latitudes. “Sin embargo, en los últimos 100 años los avances tecnológicos,
económicos y políticos han creado una red de seguridad cada vez más robusta que
aleja a la humanidad del umbral biológico de pobreza”.
En muchos países hoy día comer en exceso se ha convertido en un problema
mucho mayor que el hambre. Se espera que la mitad de la población mundial sea
obesa en 2030.

EJERCITOS INVISIBLES
El segundo gran enemigo de la humanidad han sido las pestes y las enfermedades
infecciosas. Las ciudades fueron el cimiento de la civilización, pero también un caldo
de cultivo ideal para los patógenos. YH relata diversos episodios como la peste
negra en la década de 1330, que acabó con la vida de entre 75 y 200 millones de
personas. También como los colonos europeos infectaron las poblaciones de
América, Australia e Islas del Pacífico causando verdaderas catástrofes sanitarias
que acabaron con hasta el 90% de las poblaciones locales. Da el ejemplo de
México, que con la llegada de los españoles pasó de 22 millones en 1520 a 2
millones de habitantes en 1580 a causa de las oleadas de viruela, gripe, y demás
enfermedades que produjo la llegada de los conquistadores. Da el ejemplo de
James Cook en Hawai, cuya llegada llevó la población local de 500.000 habitantes
a 70.000 a fines del S. XVIII.

En la primera guerra mundial, una pandemia de la llamada “gripe española” mató


en 1918 a entre 50 y 100 millones de personas en menos de un año, mientras
durante los 5 años de guerra murieron 40 millones…

En las últimas décadas, la incidencia de las pestes se ha reducido de modo


espectacular. La mortalidad infantil es la más baja de toda la historia, llegando en
los países desarrollados a una tasa inferior al 1%, un milagro que se debe a los
progresos sin precedentes de la medicina del S. XX.

Muchas enfermedades se han erradicado, como por ejemplo la viruela. Todas las
nuevas pestes potenciales se han controlado con gran eficacia: el SARS en 2002-
03, la gripe aviar en 2005, la gripe porcina en 2009-10, y el ébola en 2014. Incluso
el SIDA, una enfermedad de alta complejidad, se ha convertido en una enfermedad
crónica.

Las epidemias constituyen hoy una amenaza mucho menor para la salud humanas
que en milenios anteriores. La inmensa mayoría de las personas mueren a
consecuencia de enfermedades no infecciosas, como el cáncer o las cardiopatías,
o simplemente a causa de la vejez.

La medicina avanza mucho más rápido que los pátogenos, los cuales dependen de
la fortuna… Ya hay antibióticos a los que las bacterias no ofrecen resistencia (la
teixobactina), y se avanza en el desarrollo de técnicas basadas en la introducción
de nanorobots en nuestro organismo para identificar enfermedades, matar
patógenos y células cancerosas.

En el futuro el peligro no lo tendrán los patógenos, sino el uso que de ellos puedan
hacer humanos mal intencionados…

QUEBRANTANDO LA LEY DE LA SELVA


Dice Harari que la buena noticia es que las guerras también están desapareciendo.
La guerra era un estado natural de cosas, y los períodos de paz una excepción.
Durante la segunda mitad del siglo XX esta situación se revirtió y en la mayoría de
las regiones las guerras se volvieron más infrecuentes que nunca. En las
sociedades agrícolas, la violencia humana causaba un 15% de las muertes, en el
siglo XX un 5%, y en lo que va del siglo XXI solo un 1%. YH da los datos de muertes
en 2012 como demostración de que hoy día el azúcar (la diabetes) mata bastante
más que la violencia humana.

Hoy la guerra ya es un concepto inconcebible para la mayoría de la gente. En


economías donde el principal valor es el conocimiento, la guerra no sirve como
modo de apropiación de riqueza porque no permite hacerse con los conocimientos
ajenos.

YH no descarta que puedan darse nuevos tipos de guerra, como las basadas en
“bombas lógicas” o ciberguerra. Habla también del terrorismo, calificándolo como
espectáculo de alcance solo publicitario, ya que su eficacia real como contendiente
contra el sistema es nula.

Hoy día el hambre, las pestes y la guerra se han convertido en retos manejables,
gracias al fenomenal crecimiento económico que nos proporciona comida,
medicina, energía y materias primas en abundancia. Pero este super crecimiento
desestabiliza por completo el equilibrio ecológico del planeta, y la humanidad ha
hecho muy poco al respecto. Dice YH que el mayor peligro al que nos enfrentamos
desde ahora somos nosotros mismos…: “Cuando llega el momento de elegir entre
crecimiento económico y estabilidad ecológica, políticos, directores de empresas y
votantes casi siempre prefieren el crecimiento. En el siglo XXI vamos a tener que
hacerlo mejor si queremos evitar la catástrofe.”
YH considera que el curso más sensato a partir de ahora sería mantener a raya el
hambre, la peste y la guerra, y proteger a su vez el equilibrio ecológico, pero
considera improbable que la humanidad lo siga. Los humanos nunca se sienten
satisfechos con lo que ya tienen, y van a por más…

Ante la pregunta de qué haremos con nosotros tras controlar estos tres grandes
desafíos (hambre, pestes, guerra), YH vaticina que los tres grandes nuevos
objetivos de la humanidad serán:
1) La inmortalidad: Superar la vejez e incluso la muerte
2) La felicidad: Lograr ser totalmente felices
3) La divinidad: transformar a Homo Sapiens en Homo Deus

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA MUERTE


El valor supremo de la cultura contemporánea es la vida humana, y esto lleva
lógicamente a buscar la inmortalidad.

Para las religiones la muerte tenía un sentido como paso metafísico al más allá.
Pero para las personas modernas, la muerte se considera un problema técnico que
podemos y deberíamos resolver. Los humanos siempre mueren por un fallo técnico.
Hoy ya hay uns creciente minoría de científicos que trabajan abiertamente para
vencer a la muerte. YH da varios nombres: Aubrey de Grey, Ray Kurzweil (director
de ingeniería de Google, creó Calico, una compañía cuya fin es resolver la muerte)
o Bill Maris (preside el fondo de inversión Google Ventures). Tambien Peter Thiel
(cofundador de Pay Pal). DKurzweil y De Grey anticipàn que en el futuro cada 10
años nos haremos una renovación, regenerando tejidos deteriorados y
rejuveneciendo manos, ojos, y cerebro. Según YH, lograremos ser amortales, ya
que podremos morir por alguna guerra o accidente. Esto nos convertirá en las
personas más ansiosas de la historia.

Si en el S XX se pasó de una esperanza de vida de 40 a 70 años. Podría esperarse


que en el S XXI se volviese a duplicar la esperanza de vida y lleguésemos a los 150
años promedio… La vida debería organizarse entonces por fases.

YH no cree que se logre este incremento tan rápido, ya que la mejora de la


esperanza de vida del S XX se logró evitando las causas de muerte prematura, pero
no modificando el proceso de envejecimiento. Para lograr esto, la ciencia aún debe
seguir trabajando, y según YH no está claro que podamos hacerlo para 2100.
YH anticipa conflictos políticos derivados del reclamo de eterna juventud de la gente
cuando unas primeras elites lo consigan.

EL DERECHO A LA FELICIDAD
YH vaticina que el segundo gran proyecto será encontrar la clave de la felicidad.
Hace un recorrido por pensadores desde Epicuro (la felicidad como un bien terrenal
que se debe perseguir y que no se consigue a través de la religión) o los utilitaristas
Bentham o Mill, cuyas propuestas de la felicidad como objetivo último de nuestras
vidas se han generalizado como pensamiento general contemporáneo.
YH cuenta como durante los siglos XIX y XX se fueron construyendo grandes
sistemas de educación, salud y prestaciones sociales en los países desarrollados
que se centraban en fortalecer la nación.

En las últimas décadas, las ideas de Bentham se han impuesto pero de un modo
más exigente, al punto que cada vez más gente exige como misión de los Estados
el procurar felicidad a sus ciudadanos

La medición de la riqueza de las naciones mediante el PIB no logra transmitir el


grado de felicidad de la gente, por lo que comienza a reclamarse la existencia de
una FIB, felicidad interior bruta.

YH señala que conseguir la felicidad es un trabajo difícil, como ya lo decía Epicuro.


“A la larga, una amistad profunda nos satisfará más que una orgía frenética”. El gran
crecimiento económico no implica necesariamente un aumento proporcional de
felicidad. YH indica que conseguir la felicidad no será más fácil que vencer a la vejez
y a la muerte.

La dificultad para alcanzar la felicidad tiene dos planos. En el psicológico, la felicidad


pasa por las expectativas, las cuales aumentan a medida que conseguimos
mayores cotas de bienestar. En el biológico, tanto nuestras expectativas como
nuestra felicidad están determinadas por la bioquímica. Como anticiparon Epicuro,
y luego los utilitaristas, la felicidad la da el placer y la ausencia de dolor.

YH explica que las sensaciones de placer que tenemos están relacionadas con
situaciones favorables a asegurar nuestra supervivencia y nuestra reproducción. Y
que los momentos de felicidad son fugaces, para así obligarnos a mantenernos en
su búsqueda, es decir, en la búsqueda de mantener nuestra supervivencia y lograr
nuestra reproducción.

La ciencia actual nos permite actuar sobre nuestro sistema bioquímico para
incrementar las sensaciones placenteras. El número creciente de niños que toman
estimulantes para mejorar su rendimiento, como el Ritalin. El uso de estimulantes
en los ejércitos. La búsqueda de la felicidad mediante la bioquímica es la principal
causa de criminalidad en el mundo…

Según YH, las manipulaciones bioquímicas que refuerzan la estabilidad del sistema
son fomentadas, mientras que las que la ponen en riesgo son prohibidas.

Harari hace referencia a Epicuro y Buda, que cuestionaban la búsqueda de


sensaciones placenteras, en el primer caso por ser fuente de ansiedad e
insatisfacción y en el segundo por ser la raíz misma del sufrimiento humano. Buda
planteaba la necesidad de desacelerar nuestra búsqueda de sensaciones
placenteras, reconociendo su fugacidad y restándoles importancia. Sin embargo,
cuando se acepta que la felicidad la proporcionan las sensaciones placenteras, no
podemos más que buscar la repetición y ampliación de esas sensaciones, y la
bioquímica se convierte en una efectiva fuente de placer continuado. Nuestra
tolerancia al tedio se reduce y así todo lo que se los ofrece son formas de evitarlo y
mantenernos entretenidos y “felices”. YH anticipa que el segundo proyecto de
sapiens será cambiarse a sí mismo para ser capaz de sentir placer de modo
continuado.

LOS DIOSES DEL PLANETA TIERRA


Al buscar la dicha y la felicidad, lo que los humanos buscan en realidad es ascender
a la divinidad. Y para ello tiene tres caminos:
1) Ingeniería biológica
2) Ingeniería ciborg
3) Ingeniería de seres no orgánicos

La ingeniería biológica se propone acelerar el proceso de evolución, hasta ahora


dependiente del azar de las mutaciones, mediante la realización de modificaciones
en nuestro código genético, circuitos cerebrales y equilibrio bioquímico,
transformando de modo premeditado nuestra especie.

La ingeniería ciborg fusionará nuestro cuerpo orgánico con dispositivos no


orgánicos, con la posibilidad añadida de funcionar de modo remoto. Los implantes
de chips para nuestra interacción.

La ingeniería de seres no orgánicos avanza en la creación de seres pensantes no


orgánicos.

YH destaca que la historia del hombre enseña una increíble evolución, pero que se
ha realizado hasta hace poco manteniendo las estructuras biológicas inmodificadas.
A partir de ahora, las modificaciones que comienzan a realizarse comienzan a
alejarnos de la condición de sapiens, y por ello es imposible que los propios sapiens
seamos capaces de anticipar lo que vendrá. Está fuera de nuestra capacidad
concebirlo. YH concluye que el tercer gran proyecto de la humanidad en el S. XXI
será adquirir poderes divinos de creación y destrucción, nuestra transformación de
Homo Sapiens en Homo Deus. Evidentemente encaramos este tercer proyecto con
la idea de superar la muerte, la enfermedad y la infelicidad, pero no podemos saber
que otras cosas querremos cuando lo hayamos logrado y al mismo tiempo seamos
otra cosa… ¿Qué otras necesidades tendremos? Es imposible saberlo.

YH concibe equipara la condición del ser humano divinizado comparándola con la


de los dioses griegos, es decir, poseedores de super poderes concretos, no como
una entidad metafísica vaga: poder diseñar y crear seres vivos, transformar nuestro
propio cuerpo, controlar el ambiente y la meteorología, leer la mente y comunicarse
a distancia, viajar a velocidad muy elevadas, librarse de la muerte y vivir
indefinidamente. Dice YH que los humanos estamos ya dedicados a adquirir todas
estas capacidades y alguna otra. Pero anticipa que se trata de un proceso gradual,
casi imperceptible, en el que ya estamos inmersos, por ejemplo, al concederle a
nuestros smartphones cada día una capacidad más de control sobre nuestras vidas
o al probar un nuevo antidepresivo más eficaz. Paso a paso nos vamos
transformando hasta que un día miremos hacia atrás y tomemos conciencia de que
ya no somos más humanos.

POR FAVOR, ¿PUEDE ALGUIEN PISAR EL FRENO?


Estos cambios nos dan miedo, pero también nos lo da el quedarnos rezagados
frente a los que ya están cambiando. Los desarrollos tecnológicos van a una
velocidad de vértigo que para la mayoría de nosotros es imposible comprender. YH
dice que es probable que los cambios harán el mundo irreconocible en este mismo
siglo. Cuenta la historia de su primer contacto con internet, en 1993, solo algo más
de 20 años atrás…

Por ejemplo, la ampliación de la vida comienza a causar problemas políticos graves,


como la necesidad de rediseñar los sistemas de pensiones y la reforma total del
mercado laboral. Vamos hacia un escenario totalmente desconocido, y muchos
pueden tener la tentación de echar el freno, pero esto es imposible por las razones
siguientes:
1) Nadie sabe dónde está el freno. El conocimiento está fragmentado. Nadie es
capaz de leer el conjunto. Nadie entiende el sistema, por tanto, nadie puede
detenerlo.
2) Pisar el freno significaría detener el crecimiento, y eso derrumbaría la
economía capitalista, que basa su éxito en el crecimiento permanente. De allí que
el sistema nos anime a buscar la inmortalidad, la felicidad y la divinidad, como
nuevos generadores de riqueza y crecimiento. Dice YH que una economía basada
en el crecimiento perpetuo requiere proyectos interminables, como la búsqueda de
la inmortalidad, la dicha y la divinidad…
3) Las habilidades de curación de individuos enfermos se reutilizan como
técnicas de mejora de individuos sanos, y estas ansias de mejora son irrefrenables.
YH da el ejemplo de la medicina estética. Y también el de la manipulación genética
para la selección de óvulos libres de futuras enfermedades, lo que ha dado lugar a
la reciente ley británica que permite tener tres progenitores para lograr este fin
(incorporación de ADN mitocondrial sano de un tercer progenitor). YH concluye este
apartado haciendo un llamado a comprender lo que está sucediendo y poder decidir
al respecto sin que sean los acontecimientos los que decidan por nosotros…

LA PARADOJA DEL CONOCIMIENTO


En este apartado, Harari aclara las motivaciones de su libro y de sus vaticinios,
haciendo las puntualizaciones siguientes:
1) Qué la mayoría de la gente no se dedicará a buscar la inmortalidad, la felicidad
y la divinidad, en el S. XXI, que será un asunto limitado a los más poderosos y las
elites
2) Qué la búsqueda de la inmortalidad, la felicidad y la divinidad es una predicción
histórica que él realiza, no un manifiesto político.
3) Qué buscar no es lo mismo que conseguir. Su predicción es lo que los
humanos buscarán, no lo que conseguirán.
4) Qué esta predicción no la concibe como una profecía, sino como una forma de
analizar nuestras opciones actuales. Dice YH: “Si el análisis hace que elijamos de
manera distinta, para que la predicción resulte equivocada, tanto mejor. ¿Qué
sentido tiene hacer predicciones si éstas no pueden cambiar nada?” Harari recuerda
que el proceso de desarrollo humano reacciona ante las predicciones. Y trae a
colación notables casos de fracasos anticipatorios, como el propio marxismo en su
anuncio del ascenso del proletariado y la ruina del capitalismo. Según YH, el fracaso
vino motivado entre otras cosas porque los sectores dominantes, por ejemplo en
Inglaterra, tomaron nota del mensaje de Marx y reaccionaron adoptando medidas
que mejoraron la suerte de los obreros y los integraron en el sistema político. Las
predicciones de Marx quedaron en nada, y la dictadura del proletariado quedó
relegada a la papelera de la historia. YH señala esta influencia del conocimiento
histórico como una paradoja: Es un conocimiento que actúa sobre el escenario que
analiza y lo modifica con su influencia, perdiendo en ese momento su propio sentido.
YH concluye el apartado reconociendo que, dada la velocidad de los cambios, se
nos hace cada vez más difícil dar sentido al presente y anticipar el futuro. No
tenemos ni idea de cómo será Europa en 2050: no podemos decir por qué clase de
sistema político se regirá, ni como estará estructurado su mercado laboral, ni
siquiera qué tipo de cuerpo tendremos.

UNA BREVE HISTORIA DEL JARDÍN


YH hace una defensa de la finalidad de la Historia como disciplina que nos permite
hacernos conscientes de posibilidades que normalmente no consideramos.
Estudiamos el pasado no para repetirlo, sino para librarnos de él. Por eso, los
movimientos que pretenden cambiar el mundo siempre comienzan reescribiendo la
historia.

YH da un ejemplo de esto con la historia del jardín, el cual surgió como un elemento
de demostración de poderío político, social y económico. Así, este costoso y
trabajoso símbolo que utilizaban las elites, se difundió a las clases medias
suburbanas, que asumieron la necesidad de tener su propio jardín buen cuidado
como modo de expresar prosperidad. YH dice que después de haber leído esta
historia, es posible que decidamos no hacernos un jardín delantero para librarnos
de su pesada carga histórica, y optemos por un jardín de piedras japonés, por
ejemplo. Conocer la historia nos ayuda a relativizar y desprendernos de tradiciones
atávicas.

UNA PISTOLA EN EL PRIMER ACTO


Dice YH que “todas las predicciones que salpican este libro no son otra cosa que
un intento de analizar los dilemas actuales y una invitación a cambiar el futuro.
Predecir que la humanidad intentará conquistar la inmortalidad, la felicidad y la
divinidad es muy parecido a predecir que la gente que construya una casa querrá
un jardín delante. Parece muy probable, pero una vez que lo verbalizamos,
podemos empezar a pensar en alternativas”.

Durante 300 años hemos estado dominados por el Humanismo, que sacraliza la
vida, la felicidad y el poder de los Homo Sapiens. Buscar la inmortalidad, la felicidad
y la divinidad es llevar a su culmen los ideales humanistas.
“Pero ahora quiero poner algo más sobre la mesa: una pistola. Una pistola que
aparece en el primer acto y que será disparada en el tercero”

YH indica que el objetivo esencial de su libro es analizar quién es realmente Homo


Sapiens, como el Humanismo se convirtió en su religión dominante, y porqué es
probable que intentar cumplir el sueño humanista cause su desintegración.

YH termina el apartado describiendo las intenciones de las 3 partes siguientes del


libro:
1) Parte 1: Analizar las relaciones de Homo Sapiens con el resto de animales
para intentar comprender porque nuestra especie es tan especial. Aunque intente
olvidarlo, Homo Sapiens es un animal. El análisis de sus relaciones con el resto de
animales es interesante como modo de anticipar las relaciones que podrían tener
los superhumanos del futuro con los humanos.
2) Parte 2: Como Homo Sapiens creó el credo humanista, por el cual se situó en
el centro de todo.
3) Parte 3: Analiza porqué los intentos de consumación del credo humanista
pueden llevar a su destrucción. Porqué la búsqueda de la inmortalidad, la felicidad
y la divinidad puede sacudir los cimientos de nuestra creencia en la humanidad. Y
si el humanismo está realmente en peligro, qué podría ocupar su lugar.

3.- LA CHISPA HUMANA


La superioridad moral de los sapiens por sobre el resto de especies. La respuesta
monoteísta apela a la posesión de un alma eterna. Sin embargo, los últimos
descubrimientos científicos contradicen de plano este mito. Las investigaciones
concluyen que no tenemos alma, y que esta idea está en contra del cambio
permanente que constituye el fundamento de la evolución.

¿QUIÉN TEME A CHARLES DARWIN?


YH aporta datos sobre la superioridad del mito religioso en la USA de hoy (la teoría
del diseño inteligente) y la oposición que sigue despertando la teoría de la evolución
por estar basada en cambio permanente y cuestionar las identidades inmutables.
YH explica que la teoría del alma eterna es incompatible con la teoría de la
evolución. Lo más parecido a un alma es nuestro ADN, y el ADN es justamente la
sede de la mutación, no de la eternidad.

POR QUÉ LA BOLSA NO TIENE CONCIENCIA


Otro argumento usado para justificar la superioridad humana es que los humanos
poseemos conciencia y el resto de los animales no. YH defiende que las
experiencias concientes que constituyen el flujo de la mente están formadas por
sensaciones y deseos, y que éstas actúan como algoritmos bioquímicos. ¿Podría
ser que los animales fuesen capaces de procesar datos sin tener sensaciones
subjetivas, ser unos autómatas mecánicos como decía Descartes?

Hoy por hoy, la ciencia sabe muy poco de la mente y la conciencia. YH asume como
explicación más generalizada que el cerebro es un sistema muy complejo con más
de 80.000 millones de neuronas conectadas en numerosas e intrincadas redes, y
que cuando miles de neuronas envían o reciben señales eléctricas, surgen entonces
las experiencias subjetivas. Harari no responde a la pregunta en la relación a la
conciencia de los animales, aduciendo que en este terreno la ciencia aún tiene
enormes desconocimientos.

LA ECUACIÓN DE LA VIDA
YH considera que el desconocimiento de porqué un conjunto de señales eléctricas
produce experiencias subjetivas es la mayor laguna en nuestra comprensión de la
vida. Las experiencias subjetivas se han demostrado hace poco como esenciales
para la supervivencia (por ejemplo las sensaciones de hambre o miedo). Las
experiencias subjetivas podrian ser necesarias para pensar sobre nosotros. Un
modo de representación de actos y decisiones para poder comunicarlas. ¿Podrán
los programas informáticos en algún momento desarrollar conciencia de sus propios
actos?

Algunos científicos restan importancia a la función de la mente y la conciencia, como


si las experiencias subjetivas no jugasen ningún papel relevante (Daniel Dennett,
Stanislas Dehaene)

Otros consideran que la conciencia es real y tiene un elevado valor moral y político,
pero que no lleva a cabo ninguna función biológica. “La conciencia es el subproducto
biológicamente inútil de determinados procesos cerebrales”. Sería una suerte de
ruido o contaminación mental.

YH explica como en cada momento se utiliza el estado de desarrollo de la tecnología


para explicar por analogía el funcionamiento de cerebro humana. Así, el el S. XIX
se usaba el modelo dela máquina de vapor, y hoy día el del ordenador.

YH trae a colación el “Problema de Otras Mentes”, la incapacidad individual de


poder asegurar que uno no es la única mente pensante y que todo lo que te rodea
no es simple producto de nuestra imaginación (Matrix). Ningún descubrimiento
científico ha superado esta duda. La aproximación mayor a su resolución es el Test
de Turing de 1950, pero éste examina solamente convenciones sociales. YH hace
referencia a la condición de homosexual perseguido de Turing, y explica su test
como el modo que tenían los homosexuales de intentar pasar por heterosexuales
para escapar de la persecución policial. Turing terminó suicidándose.

LA DEPRIMENTE VIDA DE LAS RATAS DE LABORATORIO


En este apartado, YH analiza si los animales son sensibles y concientes, y concluye
que sí lo son.

En el ser humano se han ido detectando rúbricas físicas de la conciencia


(determinadas zonas del cerebro que se activan en relación con determinadas
sensaciones o pensamientos). Pruebas iniciales con monos y ratones también
exhiben rúbricas de la conciencia. YH reproduce la frase clave de la Declaración de
Cambridge sobre la Conciencia, de 2012. Hay países que comienzan a legislar en
defensa de la sensibilidad de los animales, por ejemplo Nueva Zelanda o la
provincia canadiense de Quebec.

YH explica como se investiga en el desarrollo de antidepresivos realizando pruebas


con ratones sometidos a situaciones de stress.

EL CHIMPANCÉ CON CONCIENCIA DE SÍ MISMO


En este apartado YH se pregunta si los demás animales no tienen conciencia de sí
mismos.

Trae a colación la historia del chimpancé Santino que tiraba piedras a los visitantes,
preparándolas con anticipación. Se cuestiona la existencia de conciencia en el resto
de animales, porque no serían capaces ni recordar ni de pensar en el futuro, algo
que YH cuestiona de modo irónico.

EL CABALLO INTELIGENTE
YH afirma que “en esencia, los humanos no somos tan diferente de ratas, perros,
delfines y chimpacés. Al igual que ellos, carecemos de alma. Al igual que nosotros,
ellos también tienen conciencia y un complejo mundo de sensaciones y emociones”.
Cuenta luego la historia del caballo alemán Hans der Kluge (“Hans el Listo”), una
celebridad en los primeros años del siglo pasado, que resolvía operaciones
matemáticas leyendo el lenguaje corporal de quienes le hacían las preguntas.

A la pregunta de porqué el ser humano es el “aventajado”, YH responde que los dos


factores que se suelen considerar con la capacidad de producción de utensilios y la
inteligencia, pero afirma que el factor principal ha sido la capacidad de conectar
entre sí a muchos seres humanos. La ventaja de los sapiens ha residido en su
capacidad de cooperación a gran escala y de modos muy flexibles.

¡VIVA LA REVOLUCIÓN!
Los victoriosos de la historia han sido siempre quienes han cooperado mejor. YH
analiza el caso de la caída de Ceausescu en 1989 en Rumanía. Este dicador, había
dominado durante 4 décadas su país mediante tres factores: control de las redes de
cooperación, impedimento de creación de cualquier organización rival, apoyo de
partidos comunistas de la URSS y del entorno de europa Oriental. El nuevo gobierno
que se formó tras la caída de Ceausescu también fue un gobierno de elites, formado
por exdirigentes comunistas. La capacidad de los líderes no era que fuesen más o
menos inteligentes, sino que fueron capaces de estableces redes de cooperación
más amplias.

MÁS ALLÁ DEL SEXO Y LA VIOLENCIA


Nuestra gran clave es la capacidad de cooperación masiva, lo que resta
trascendencia al humano como individuo. YH se pregunta por qué somos capaces
de construir estos sistemas sociales tan extensos y sofisticados.
Como los monos, somos capaces de articular grupos mediante la confianza que
aporta una relación más íntima con cada miembro, pero hay un límite físico que los
últimos estudios establecen en 150 miembros.
YH se refiere al “juego del ultimátum” como ejemplo del interés social de los
humanos por encima de la lógica puramente matemática y fría. Rechazamos las
propuestas injustas porque la gente que las aceptó con actitud sumisa no sobrevivió
en la Edad de Piedra.

También se refiere a un experimento realizado por el primatólogo Frans de Waal


con dos monos capuchinos, en el que también se expresa la prioridad del criterio
igualitarista. Sin embargo, YH indica que este afán igualitarista innato se da solo en
los grupos pequeños basados en la relación íntima de todos sus miembros, pero no
en los grandes grupos humanos. En estos, las redes de cooperación de de gran
escala que se tejen se han basado históricamente en grandes diferencias, con la
recurrencia a la aparición de elites dominantes. Su conclusión es que todas las
grandes redes de cooperación se basan en órdenes imaginados a los que
atribuimos un grado de realidad tan incuestionable como a la ley de la gravedad.

LA RED DEL SENTIDO


A la gente le cuesta entender la idea de los órdenes imaginados porque piensa que
hay solo dos tipos de realidades: las objetivas y las subjetivas. Pero Harari destaca
la existencia de una tercera realidad fundamental: la intersubjetiva. Muchos de los
agentes más importantes de la historia son intersubjetivos, por ejemplo el dinero.
Harari cuanta también la anécdota de la desaparición de la URSS un día concreto
de 1991.

No queremos aceptar que nuestro dios, nuestra nación o nuestros valores son
meras ficciones, porque estas cosas dan sentido a nuestras vidas. Pero la realidad
es que “la mayoría de las personas tiene sentido úinicamente dentro de la red de
historias que se cuentan las unas a las otras”. El sentido se crea cuando muchas
personas entretejen conjuntamente una red común de historias. Es decir, el sentido
es una construcción colectiva.

Harari considera que estudiar historia es analizar como estas redes se tejen y
destejen, y como lo fundamental para unos es absurdo para sus descendientes. Da
como ejemplo el sentido del honor de los cruzados en la edad media, que hoy
sonaría ridículo. “Donde antaño se erguía el castillo, hoy hay un centro comercial”.
Leer frase final pág. 171

TIEMPO DE SOÑAR
Leer frase inicial.
A diferencia del resto de animales, solo los sapiens imaginan y creen en cosas que
solo existen en su imaginación. Lo que nos diferencia es la imaginación. “En el siglo
XXI un banquero que sepa poner es más poderoso que el león más feroz de la
sabana”

Harari vaticina una fusión de biología e historia durante el S. XXI.


6.- LA ALIANZA MODERNA
Según YH la modernidad es un pacto que se resume en una sola frase: los humanos
estamos de acuerdo en renunciar al sentido a cambio del poder. Según explica, los
humanos premodernos creían que su vida ganaba sentido al renunciar al poder y
aceptar que todo tenía una finalidad canalizada a través de la religión.
Por su parte, la cultura moderna rechaza esta creencia en un plan cósmico,
aceptando que la vida no tiene guión ni sentido. El modo de reemplazar este vacío
es volcar todos los esfuerzos humanos en lograr más poder: poder de curar, poder
de ser feliz, poder de durar por siempre.

POR QUÉ LOS BANQUEROS SON DIFERENTES DE LOS VAMPIROS


La búsqueda moderna de poder se basa en la alianza entre progreso científico y
crecimiento económico. Esta alianza tuvo dos claves: confianza en el futuro y
disposición de crédito. Esta fase de crecimiento es sólo reciente, antiguamente la
sociedad estaba estancada económicamente, no existía confianza en el futuro y no
se disponía de crédito.

EL PASTEL MILAGROSO
Antes se pensaba que el mundo era como un pastel estático: el éxito de unos
suponía el fracaso de otros. Ante esta situación, las religiones ofrecían una
recompensa en el más allá. La modernidad en cambio se basa en la creencia de
que el crecimiento económico no solo es posible sino absolutamente esencial. El
crecimiento económico es el punto de encuentro actual de casi todas las religiones,
ideologías y movimientos modernos. A diferencia de otras religiones, el capitalismo
ofrece milagros aquí en la tierra, y a veces incluso los proporciona.

El mandamiento número del capitalismo es: investirás tus beneficios en aumentar


el crecimiento. Nunca llegará un momento en el que el capitalismo considere que
ya es suficiente.

EL SÍNDROME DEL ARCA


¿Pero podemos crecer eternamente? Con el fin de asegurar el crecimiento
perpetuo, de algún modo debemos descubrir una reserva inagotable de recursos.

Al principio se comenzó con la conquista de nuevos territorios para apropiarse de


sus recursos. Hoy La economía humana crece porque los humanos tienen la
capacidad de descubrir nuevos materiales y fuentes de energía. Es decir, hay 3
recursos clave: nuevos materiales, nuevas energías y conocimiento.

YH defiende que el mayor de los descubrimientos científicos de sapiens fue el de la


ignorancia.

Ahora mismo la esperanza es la capacidad humana de descubrir nuevas


tecnologías que permitan asegurar el crecimiento sin que nos carguemos el
planeta… pero el ritmo es cada vez más vertiginoso y el margen de error se
reduce… por tanto el riesgo de no dar en la tecla y que todo colapse aumenta…
LA CARRERA DE RATAS
Vivimos en una carrera cada vez más acelerada y estresante por intentar eludir el
colapso económico y evitar el derrumbe ecológico. Esta carrera se manifiesta en
turbulencias incesantes: cada nueva generación destruye el mundo antiguo y
construye uno nuevo en su lugar. No es fácil vivir en un mundo caótico así y menos
aún gobernarlo. La respuesta de la modernidad es establecer que el crecimiento es
el valor supremo, tanto a nivel colectivo como individual.

“La modernidad animó a la gente a desear más, y desmanteló las disciplinas


milenarias que refrenaban a la codicia”. Las ansiedades generadas fueron aliviadas
en gran medida por el capitalismo de libre mercado, que defiende que es el
crecimiento la solución a todos los problemas.

YH que hoy día la crítica al capitalismo es uno de los puntos de la agenda intelectual,
pero debemos entender que fue el capitalismo el que pudo, en sólo 200 años,
vencer el hambre, la peste y la guerra.

El pacto moderno nos prometió un poder sin precedentes y lo ha cumplido, pero a


cambio hemos renunciado al sentido. En un mundo desprovisto de dioses, lo que
salvó a la humanidad fue una nueva religión revolucionaria, que YH desarrolla en el
siguiente capítulo: el humanismo.

8.- LA BOMBA DE TIEMPO EN EL LABORATORIO


La ciencia va desmontando las premisas que dan sustento al liberalismo: dentro de
nosotros no hay ni alma, ni libre albedrío, ni “yo”… Tan sólo hay genes, hormonas
y neuronas, que obedecen las mismas leyes físicas y químicas que rigen el resto de
la realidad. Todas nuestras acciones son una mezcla de determinismo y azar: el
concepto de libre albedrío sólo existe como un relato inventado.

Dudar del libre albedrío abre las puertas a aceptar que podemos manipular e incluso
controlar nuestros deseos mediante drogas, ingeniería genética y estimulación
directa del cerebro. Las fuerzas armadas norteamericanas están comenzando a
utilizar cascos no intrusivos que estimulan o inhiben mediante campos magnéticos
débiles ciertas zonas del cerebro para lograr mayores niveles de concentración y
rendimiento de los soldados. El testimonio de la periodista Sally Adee, del New
Scientist, que describe como el casco le quitó la sensación de inseguridad.

¿QUIÉNES SOMOS YO?


La ciencia va desmontando también la idea de que tenemos un único yo, único e
indivisible. Los últimos descubrimientos demuestran que en nuestro interior hay una
cacofonía de voces en continuo conflicto. El máximo ejemplo lo dan los dos
hemisferios cerebrales, el izquierdo como sede del habla y la lógica (y los relatos
inventados que buscan darnos sentido), y el derecho como sede de la información
espacial. Tenemos al menos 2 yoes: el yo experimentador y el yo narrador. El yo
experimentador es nuestra conciencia constante, que vive el presente, pero no
recuerda nada. El yo narrador es el que recupera recuerdos, cuenta relatos, y tomas
grandes decisiones. El yo narrador es como una suerte de comentarista de nuestra
vida. Harari describe como el yo narrador se basa en recordar solo los momentos
culminantes y los momentos finales, y evaluar las experiencias en función de su
promedio.

EL SENTIDO DE LA VIDA
El yo narrador es quien se ocupa de buscarlo y explicarlo. Cuantos más sacrificios
hacemos para construir un relato imaginario, más lo defendemos, porque deseamos
desesperadamente darle sentido a todos los esfuerzos que hacemos en base a
dicho relato. En síndrome de “nuestros muchachos no murieron en vano”. YH da
varios ejemplos de muertes en vano debidas a guerras absurdas y cómo se les
intenta siempre seguir dando sentido. El yo narrador siempre está inventando
relatos para justificar nuestras acciones. El yo es por tanto un relato imaginario, al
igual que las naciones, los dioses y el dinero.

Según YH, las ciencias de la vida socavan el liberalismo y aducen que el individuo
libre es solo un cuento ficticio pergeñado por una asamblea de algoritmos
bioquímicos.

9.- LA GRAN DESCONEXIÓN


Según YH, en el S.XXI 3 acontecimientos prácticos pueden disolver la filosofía
liberal:
1) Los humanos perderán su utilidad económica y militar
2) El sistema sólo encontrará valor en los colectivos humanos, no en los
individuos
3) El sistema seguirá encontrando valor en una elite de superhumanos mejorados
Respecto a 1), leer frase pág. 339. Los soldados y pilotos son reemplazados por
robots autónomos y drones. A nivel laboral, también los humanos van siendo
reemplazado por máquinas, ya que la inteligencia se va desconectando de la
conciencia. Estamos desarrollando nuevos tipo de inteligencia no consciente, que
son lo que requieren ejércitos y empresas. Nos les hacen falta las experiencias
subjetivas de los humanos… Los humanos no mejorados serán inútiles.

LA CLASE INÚTIL
El dilema de este siglo que hacer con toda la gente superflua.
La evidencia científica actual indica que:
1) Los organismos son algoritmos
2) Los cálculos algorítmicos no se resienten de los materiales de la calculadora
3) Nada impide que todos los algoritmos puedan ser implementados por seres no
orgánicos.

El avance de los programas de reconocimiento facial. Deep Blue derrotando al


ajedrez a Kasparov en 1996. Los algoritmos del Oakland Athletics de 2002. La
especialización de los humanos es más fácil de reemplazar con IA. La nueva elite
terrateniente será la de la elite de propietarios de los algoritmos.
YH da ejemplos de avance de los algoritmos en la producción artística, por ejemplo
la composición musical.
Según YH, el problema crucial no es crear nuevos empleos. El problema crucial es
crear nuevos empleos en los que los humanos rindan mejor que los algoritmos. YH
describe un posible futuro con masas inútiles entretenidas por drogas y juegos de
ordenador.

UNA PROBABILIDAD DEL 87 POR CIENTO


YH destaca dos amenazas prácticas al liberalismo:
1) Que los humanos se volverán inútiles militar y económicamente
2) Que el sistema comprenderá a los humanos mejor que ellos mismos, y tomará
por ellos la mayor parte de las decisiones.

YH recuerda las bases del liberalismo: que el yo individual es único, completamente


libre y que el yo es quien más sabe de sí mismo. Sin embargo, las ciencias de la
vida ponen este credo en cuestión, demostrando que:
1) Los organismos son algoritmos y los humanos no son individuos
2) Los algoritmos que conforman un humano no son libres, y están modelados
por los genes y las presiones ambientales, y toman decisiones de modo determinista
o por azar, pero no libremente
3) Un algoritmo externo puede teóricamente conocerme mucho mejor de lo que
yo nunca me conoceré.

Esto último ya está sucediendo en el terreno de la medicina. Los ejemplos de las


pulseras Microsoft Band de 2014, o el movimiento Quantified Self o las pulseras de
actividad sexual Bedpost

El caso de Angelina Jolie. La capacidad de Google de reconocer una epidemia de


gripe con inmediatez gracias al análisis masivo de mensajes.

Avanzamos hacia una sociedad transparente. Google nos conocerá más que
nosotros mismos y nos guiará con acierto en todas las grandes decisiones

Según YH, “los humanos ya no serán entidades autónomas dirigidas por los relatos
que inventa su yo narrador. En cambio, serán parte integral de una enorme red
global.” Este dominio del sistema por sobre los individuos pondrá en crisis el sentido
de la democracia liberal. “El liberalismo se vendrá abajo el día que el sistema nos
conozca mejor que nosotros mismos, cosa que es menos difícil de los que parece,
dado que la mayoría de las personas no se conocen bien a sí mismas”. El recurso
más valioso del S. XXI son los datos, y los estamos cediendo alegremente “a cambio
de servicios de correo electrónico y divertidos videos de gatitos”.

DE ORÁCULO A SOBERANO
Cuándo Google o Facebook se conviertan en oráculos omniscientes, bien podrían
evolucionar para convertirse en representantes y finalmente en soberanos. El
ejemplo de la aplicación WAZE. La aplicación Cortana de Microsoft
Según YH, las nuevas tecnologías del S. XXI podrán invertir la revolución
humanista, despojando a a los humanos de su autoridad y confiriendo en cambio
poderes a algoritmos no humanos. Según dice, la culpa es de los biólogos, ya que
son las ciencias de la vida las que han llegado a la conclusión que de que los
organismos son algoritmos. La transferencia de autoridad de los humanos a los
algoritmos ya se está dando como resultado de una avalancha de decisiones
mundanas que van en esa dirección. El individuo no será aplastado por la el Gran
Hermano: se desintegrará desde dentro.

MEJORAR LA DESIGUALDAD
La tercera amenaza al liberalismo es la formación de una elite de superhumanos
mejorados. Humanidad dividida en castas con diferencias biológicas. El ejemplo de
la medicina, que pasó del proyecto de curación al proyecto de mejora, que tiene una
naturaleza elitista. Avanzamos hacia condiciones de desigualdad biológica.

11.- LA RELIGIÓN DE LOS DATOS


El dataismo sostiene que el universo consiste en flujos de datos, y que el valor de
cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al
procesamiento de datos. Esta idea ya ha conquistado a la mayor parte de las altas
esferas de la ciencia.

El dataismo hace que la barrera entre animales y máquinas se desplome. Se basa


en dos disciplinas centrales: la informática y la biología, y de las dos esta última es
la más importante.

No solo los organismos individuales se definen como algoritmos, sino también


sociedades enteras como las colmenas, las colonias de bacterias, los bosques y las
ciudades humanas.

El capitalismo o el comunismo son, según esta visión, sistemas de procesamiento


de datos que compiten, uno emplea un procesamiento distribuido y otro
centralizado.

¿ADÓNDE HA IDO A PARAR TODO EL PODER?


Las estructuras políticas humanas serían también sistemas de procesamiento de
datos. A medida que los sistemas de interpretación de datos fuesen tomando más
autoridad y control, la democracia podría perder el sentido y desaparecer. La
incapacidad de nuestros gobiernos de interpretar la ingente cantidad de datos los
está convirtiendo en meros gestores sin visión de futuro. YH descarta que pueda
existir una elite que controle el mundo actual (leer frase pág. 410)

LA HISTORIA EN UNA CÁSCARA DE NUEZ


Desde la perspectiva dataista, toda la especie humana podría interpretarse como
un sistema de procesamiento de datos. La historia humana sería entonces un
proceso de mejora de la eficiencia del sistema:
1) Aumento del número de procesadores
2) Aumento de la variedad de procesadores
3) Aumento del número de conexiones entre procesadores
4) Aumento de la libertad de movimientos a lo largo de las conexiones existentes

Según este análisis, la historia humana habría pasado por cuatro fases principales:
FASE 1: Dio comienzo con la revolución cognitiva. Los humanos aprovechan su
ventaja en el procesamiento de datos para propagarse por todo el mundo
FASE 2: Comenzó con la revolución agrícola y continuó hasta la invención de la
escritura y el dinero, hace unos 5.000 años.
FASE 3: Comienza con la invención de la escritura y el dinero hace unos 5.000 años
y duró hasta el inicio de la revolución científica.
FASE 4: Comienza hacia 1492, y consiste en el armado de una red humana de
alcance global.

La culminación de este proceso será el internet de todas las cosas, y en ese


momento, Homo Sapiens desaparecerá.

LA INFORMACIÓN QUIERE SER LIBRE


El dataismo está mutando de una teoría científica neutral a una religión. Su primer
mandamiento es que todo dataista debe maximizar el flujo de datos conectándose
a más medios y produciendo y consumiendo cada vez más información. Su segundo
mandamiento es que hay que conectarlo todo al sistema: todo debe conectarse al
Internet de las Cosas. La libertad de información es el mayor de todos los bienes, y
es el valor que viene a reemplazar los valores liberales tradicionales de libertad,
igualdad y fraternidad.

YH cuanta que el dataismo tuvo un primer mártir: Aaron Swartz, que se suicidó en
2013. Era el creador del movimiento de Guerrilla Open Access.

Así como los capitalistas creen que todo lo bueno depende del crecimiento
económico, los dadaístas creen que todo lo bueno depende de la libertad de
información, de liberar los datos. YH habla sobre los coches autónomos

¡REGISTRA, SUBE, COMPARTE!


La gente joven quiere simplemente formar parte del flujo de datos, incluso a costa
de perder privacidad, autonomía e individualidad. Azanzamos hacia formas de
autoría colectiva: el ejemplo de Wikipedia. El individuo se convierte en un minúsculo
chip que envía y recibe datos cada vez con mayor intensidad. Al fusionarte con el
flujo de datos, formas parte de algo mucho que mayor que tú, y por eso queremos
hacerlo.... Antes era dios, ahora son los datos. Nuestro sentido es la conexión. Los
dataistas restan importancia a las experiencias si no son compartidas. Si
experimentas algo, regístralo. Si registras algo, súbelo. Si subes algo, compártelo.
El valor no consiste en tener expèriencias: el valor es convertir las experiencias en
datos que fluyan libremente.

CONÓCETE
El dataismo no cree que las experiencias sean humanas valiosas. Todo es
explicable según patrones matemáticos, no hay otro modo de valoración.
El dataismo adopta un enfoque funcional de la humanidad, y tasa el valor de las
experiencias humanas según su función en los mecanismos de procesamiento de
datos. Al equiparar las experiencias humanas a los patrones de datos, el dataismo
socava nuestra principal fuente de autoridad y sentido, y anuncia una tremenda
revolución religios, como no se ha visto desde el siglo XVIII.

En el S. XXI el dataismo podría dejar de la lado la visión homocéntrica y pasar a


una datacéntrica. Será una revolución que llevará varias décadas si no uno o dos
siglos. Pero tampoco la revolución humanista tuvo lugar de la noche a la mañana.
Leer frase pág. 425

YH se pregunta quien escribe los algoritmos. Hoy lo hacen piratas informáticos o


empresas como Google o Facebook. Pero en un futuro, serán los propios algoritmos
los mejor preparados para recrearse a sí mismos sin intervención humana.

UNA ONDA EN EL FLUJO DE DATOS


Los críticos del dataismo cuestionan que la vida pueda explicarse únicamente como
procesamiento de datos y toma de decisiones.

“Este libro rastrea los orígenes de nuestro comportamiento actual con el fin de aflojar
su agarre y permitirnos pensar de maneras mucho más imaginativas acerca de
nuestro futuro”

¿Cuál es la idea de progreso que muestra el autor?

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