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TRABAJO DE FILOSOFIA SOBRE EL

EXISTENCIALISMO

Presentado por: Andrés Farith Perdomo


Castañeda
PARA: Alexander Ramírez

MARTIN HEIDEGGER

NEIVA- HUILA

2019
BIOGRAFIA DE MARTIN HEIDEGGER

(Messkirch, Baden- Wurtemberg, Alemania; 26 de septiembre de 1889 –


Friburgo de Brisgovia, Baden- Wurtemberg, Alemania 26 de mayo de 1976)
fue un filósofo alemán, considerado, junto con Edmund Husserl y Ludwig
Wittgenstein, como el pensador más influyente del siglo XX y de la filosofía
contemporánea. Tras sus inicios en la teología católica, desarrollo una
filosofía que influyo en campos tan diversos como la teoría literaria, social y
política, el arte y la estética, la arquitectura, la antropología cultural, el
diseño, el ecologismo, el psicoanálisis y la psicoterapia.

Nació en Messkirch, distinto de Baden, el 26 de septiembre de 1889, hijo de


Friedrich Heidegger, tonelero y sacristan, y de Johanna Heidegger (Johanna
Kemp de soltera). Estudio teología católica, ciencias naturales y filosofía.
Pronto se aleja del catolicismo, al que considera una influencia
¨extrafilosofica¨ para pasar de la teología católica ¨primero a la filosofía y
después al protestancialismo, tal y como se desprende de su carta al párroco
católico que le había casado, Engelbert Krebs del 9 de enero de 1919 en la
que manifiesta su ruptura con el sistema católico, el cual se le hace
inadmisible, y su preferencia por un cristianismo libre. Se comprende así que
Bultmann afirmara a su vez de Heidegger: procede del catolicismo, pero es
completamente protestante.
EXISTENCIALISMO SEGÚN MARTIN HEIDEGGER

La teoría existencialista de Martin Heidegger es considerada uno de los principales


exponentes de este movimiento filosófico, asociado sobre todo a autores de finales
del siglo XIX y principios del XX. A su vez, el existencialismo ha sido un movimiento
que ha influido mucho a la corriente de la psicología humanista, cuyos principales
representantes fueron Abraham Maslow y Carl Rogers y que durante las últimas
décadas se ha transformado en la psicología positiva.

La principal obra de Heidegger es ¨ser y tiempo¨. En ella el autor trata de responder


a una pregunta clave: ¿Que significa exactamente ¨ser¨? ¿En qué consiste la
existencia y cuál es su característica fundamental, si es que existe una? De este
modo recupero una cuestión que, en su opinión, había sido dejada de lado por la
filosofía desde el periodo clásico.

En este libro Heidegger plantea que esta pregunta debe ser reformulada en busca
del sentido del ser, más que de este en sí mismo. En torno a esto afirma que no es
posible separar el sentido del ser de un contexto espacial y temporal (con la
muerte como elemento estructurador) determinado; así, habla de la existencia
humana como ¨ Dasein¨ o ¨ ser en el mundo¨.

A diferencia de lo que planteaban Descartes y otros autores previos, Heidegger


consideraba que las personas no somos entes pensantes aislados del mundo que
nos rodea, sino que la propia interacción con el entorno es un aspecto nuclear del
ser. Es por eso que no es posible dominar el ser e intentar hacerlo lleva a una vida
carente de autenticidad.
En consecuencia, la capacidad humana para pensar tiene un carácter secundario y
no debe ser entendida como aquello que define nuestro ser. Descubrimos el
mundo a través del ser en el mundo, es decir, de la existencia en si misma; Para
Heidegger la cognición es tan solo un reflejo de esta, y por tanto también lo son la
reflexión y otros procesos similares.

La existencia no depende de la voluntad, sino que somos ¨arrojados¨ al mundo y


sabemos que es inevitable que nuestra vida termine. La aceptación de estos
hechos, así como la comprensión de que somos una parte más del mundo, permite
dar sentido a la vida, que Heidegger conceptualiza como el proyecto del ser en el
mundo.

Posteriormente los intereses de Heidegger se trasladaron a otros temas. Destaco la


relevancia del lenguaje como herramienta fundamental para entender el mundo,
exploro la relación entre el arte y la búsqueda de la ¨verdad¨ y critico la actitud
despectiva e irresponsable de los países occidentales con respecto a la naturaleza.

VISTA FILOSOFICA ANTROPOLOGICA


La antropología de Heidegger procura dejar muy claro la oposición que existe entre
sujeto y objeto, entre hombre y cosa. La criatura humana no sería un objeto más
de la naturaleza, sino una realidad consciente capaz de asumir la tarea de
escudriñar el mundo que le rodea. Uno de los principales asuntos que atraviesa casi
todo el pensamiento heideggeriano es el problema de la muerte. El hecho de que
el hombre, nada más nacer, sea ya suficientemente viejo para morir. La realidad de
esta ruptura de la existencia humana es algo propio, constitutivo y característico.
Nadie puede desprenderse de su propia muerte, ni tomar para si la de otro. El
hombre sería un ser para la muerte que procura reprimir la angustia que esta le
produce, olvidándose de ella o distribuyéndola entre todos los demás, mediante
frases como: ¨Todos tenemos que morir alguna vez aunque todavía no¨. Sin
embargo, Heidegger propone correr hacia el encuentro de la muerte en vez de huir
constantemente de ella. Habría que aprender a vivir en esa angustia existencial
hasta lograr que el temor se transformara en amor a la muerte. El hombre podría
vencer el miedo al fin de sus días aprendiendo a ¨gustar¨ de la muerte,
desarrollando un secreto gusto por ella. Este sería el sentido último de la
existencia. De manera que el filósofo de Baden propone una antropología que sería
una especie de ¨mística de la mortalidad¨ un ascetismo heroico del amor a la
muerte. ¿Pero no es esta pretencion excesivamente idealista y utópica? El discípulo
más notable de Heidegger, el francés Jean Paul Sartre (905-1980), se opondrá a
esta mística de su maestro mostrando la crudeza y realidad a la que conducen tales
análisis. La muerte seria para él la gran expropiadora del ser humano. La que le
roba el sentido a su existencia. Quien convierte al hombre en botín de sus
supervivientes. Para Sartre sería absurdo porque todo estaría consagrado a la nada.
Si Heidegger hablaba de ¨angustia¨ ante la realidad de la finitud humana, Sartre
prefiere hablar de ¨nausea¨ como experiencia fundamental de la existencia. El
hombre se concibe como un proceso abierto e incabado, distinto al resto de los
seres que serían cerrados en sí mismo y, por tanto, acabados. Lo malo de este
proceso abierto de autorrealización que se da en el hombre es que se trunca con la
muerte. De ahí que la antropología existencialista sea, en realidad, una teoría sobre
la muerte, una tanatología. La sensación de la vida pondría al descubierto que el
sujeto humano es portador, en sus mismas entrañas, del terrible gusano de la
nada. Si el Dios de la fe cristiana fue el creador del ser a partir de la nada, el filósofo
existencial seria el creador de la nada a partir del ser. Tal concepción pesimista
acerca de lo absurdo de la vida humana llevaría a algunos, como al escritor francés
Albert Camus, a pensar en el suicidio como ¨solución¨ al problema existencial. Si la
vida no tiene sentido lo mejor sería desprenderse de ella. El
existencialismo inicial que pretendía elevar el sujeto humano por
encima de todos los demás seres, acaba haciendo del hombre un
individuo devaluado e inconsistente del que la nada constituye la
esencia de su mismo ser. Una realidad subjetiva que se queda a un
paso de convertirse en un objeto más. Este es el paso que daría el
estructuralismo, la antropología que analizaremos el domingo de la
próxima semana

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