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Jusmen pore, | tada con las pruebas institucionalmente acotada y libre de refe- 4 Fencias a nuestra situaci6n personal, parece no s6lo aceptable : sino esencial en el jaicio ptiblico, Es la emocidn del espeeador CES julcoso, la emociba gue las obras iteraras oan cn vasesionc, te ne que aprenden lo que es sentir emocién no por "una masa andni, ma ¢ indiferenciada” sino por el "ser humano individual y sing. Jar”, Ello significa que las obras literarias son lo que Smith creia gue eran: elaboraciones artficiales de’clertos elementos crc Jes para una norma de racionalidad piblica, y valiosas gufas para luna respuesta acertaca, i ee goo Ut cgo qu me cone. Eta Inend « Chote, 9 hablbe daa las os Se Cara Bons nu dee Eye Cond gue nav) mira dad mr gus 0 ea Lon tej quent no ses san fit dil dc tur yas pro haber si ipa in ite toga fuel a eojry eta gale, coment, Carta ron de fue no tor en uc Clan depres dca ia et ‘ary ecda edo soit, y cada cul ton ne tn ue conan, Cada wa dat Hsiang sole a sn foes Cae wa ent tra Bate hms namo Ajo fons, eos, vidas, 9 to nt tonne Ast gue Trea mevao eh rei mil parr ares Stephen 6. Breyer, 1 Comité Judicial del Senado, en las audiencias para su nominacion para la Corte Suprema de Estados Unidos, i Al decir a los res que ningiin aspedo de su individualidad esté ampara- do por tas garantias constitucionale, ri siguira la foto de un bij 0 wna carta de la esposa, la Cone rompe con wna tradicim Sica que yo oréa | consagrada para siempre en nuestra jurispradencia. Juez Stevens, Hudson contra Palmar, 1984 ae _wsnea rosea Elarbitro de lo diverso En 1867, a “orillas del azul Ontario", Walt Whitman “reflexioe haba sobre el retomo de esos dias de guerra y paz, y en loo muertos sin retorn3". ¥, mientras reflexionaba, un “Fantasms Gigantesco y altivo, de severo semblante, se aproximé”, exigien. do poetas para la vida pGblica de a nacién. Este Fantasma cocahe Radion, creo yo, de los jovenes muertos en la Guetra de Secesién ¥ del Presidente asesinado~ afirma que slo los poetas estan Plenamente dotadot para encarnar normas de juico que man, (GpBaN Unidos estos estados en una sola nacin. “Sus presidens (i coomenta el Fanasma~ no serén su arbitro comin tal came lo seran sus poetas.” Fr gaiasma des:ribe al poeta como una especie de juez Pero este poctayjuez encarna una norma muy particular dey jue Go, que Jo pone en entredicho con los modelos convenes De estos estados e! poeta es hombre ecudnime, noen 41 sino fuers de él las cosas son grotescas, excéntricas ¢ infructuosas, El otorga a cada objeto o cualidad su justa proporcién, ni més ni menos, es el arbitro de lo diverso, es la clave, es el igualador de su época y su tierra, Los veleidosos afios él sostiene con fe firme, Gino es pendenda, sino juicio (la naturaleza lo acepta absolutamente), 7Ro ju2ga como el juez, sino como el sol lamiendo una criatura ju cu indefensa... Five la eteridad en hombres y mujeres, no ye a hombres y mujeres como suetios o puntos minisculos Waktman llama al poetajuer “el hombre ecuinime”, fijando fuiceal en wna tradicion de razonamiento legal y judicial que se remite a Arist6teles; quien desarroll6 una concepeién normativs 116 ___ 20s Pons como ces el juicio igualitario destinada a reemplazar una confianza sim plista 0 reduccionista en princiios abstractos generales. Whitman, como Aristételes, sostiene que este juicio flexible y contextual no es una concesién a lo irracional, sino la més cabal expresin de Jo politicamente racional: no ‘en él” sino “fuera de él, las cosas “son grotescas, excéntricas, infructuosas". El poeta no es una criatura antojadiza, sino la pertona mejor dotada para otorgar “a cada objeto o cualidad su justa proporcién’, sopesando debida- mente los reclamos de una poblacién diversa, con la mirada fja tanto en las normas de la imparcialidad (*es el igualador de su Epoca y su tierra”) como en la historia (“los veleidosos atios é1 sostiene con fe firme”). Tanto la imparcialidad como la historia siempre corren peligro en Ja democracia; el poetzjuez es su protector. Luego el Fantasma de Whitman dice algunas cosas oscuras y aparentemente contradictorias. Primero, el poeta ‘no es penden- cia, sino juicio”, y “no juzga como el juez sino como el sol alum brando a una criatura indefensa”. gPor qué el poeta no es “pendencia, sino juicio"? gCémo puede ser juicio si no “juzga como el juez"? 2¥ qué manera de juzgar se insinia en la extratia metafora de la luz? Sugiero que Ia elayc de estos veisus desconcertantes.se en+ cuentra en el verso posterior, donde el pocta ‘ve la eternidad en hombres y mujeres, no ve a hombres y mujeres como suefios 0 Puntos mindsculos”, Aqui hay un contraste entre una visién abs- facta y seudomatematica de los seres humanos y una visién rica Yconcreta que hace justicia a la vida humana, Creo que también debemos interpretar de este modo el contraste entre ser “pen- dencia’ y ser ‘juicio’: el poeta ro solo presenta consideraciones formales abstractas, sino juicios ecudnimes, juicios que concuer- dan con las complejidades histSricas y humanas de una causa particular. El Fantasma observa que la mayorfa de los jueces no ‘actia asf: el poeta no ‘juzga como el juez". Podemos tener una idea mas acabada de este procedimiento, sugiere, pensando en el modo en que el sol alumbra a una “criatura indefensa”, Esta osada imagen sugiere, primero gran detalle y particularidad, Cuando el sol alumbra a una criatura ilumina cada curva, cada Tecoveco; nada permanece ocultp, todo se percibe. Asi alumbra el juicio del poeta, petcibiendo y revelando todos los detalles. uz PP PP PRR ARERR ERR RARE (La imagen es similar a la imagen aristotélica de la regla flexible del arquitecto, que se curva para adecuarse a la forma de ln piedra.)!*Ante todo, el sol ilumina la situacién de los indefen, 808, que habitualmente esté envuelta en Ia oscuridad. Pero esta imidad es también severa y algo despiadada: al comparar el juicio con Ia luz del sol y no con una suave sombra, Whitman sugiere que el compromiso del poeta con la imparcialidad no sscumbe al favoritismo, que su confrontacién con lo particular, por intima que sca, es inflexible. Hay aqui un ideal de neutralidad judicial, pero una neutralidad que no se asocia con una general dad remota sino con una rica concrecion histérica, no con la abs tracci6n cuasicientifica sino con una visi6n del mundo humano, Todo esto es una descripcién del juicio, También es una descripcién de la imaginacién literaria, Whitman hace la asom. brosa afirmacién de que la imaginacién literaria debe cumplir una funcion importante otorgando a “estos estados” normas de razonamiento legal 5, sobre todo, judicial, por medio de una concepcién aristotélica del juicio prictico, En este capitulo de- fenderé esa afirmacién de Whitman, aunque no sin acotaciones, Pues insistiré en que el razonamiento técnico legal, el conoci. miento de la ley y. los constreitimientos de los precedentes de. sempefian una funcién central en el buen juicio, circunscribiendo los limites dentro de los cuales debe obrar la imaginacién, El Juez no puede ser simplemente un poeta, ni siquiera un hombre ‘ecudnime aristotélico, Whitman desdefia los constrefiimientos ins. tincionales del papel del jucz, tatindolo vomo st fuera libre Para seguir sus propics fantasia, y esto es un error. Pero argu. mentazé que la clase de imaginacién que deseribo en los eapiulos 2y 8, con las debidas restricciones, puede constituir un valioso suplemento para los owas aspecios del razonamiento judicial. La concepcién aristotélice-literaria, combinada con restricciones in timacionales, ofrece un complejo ideal de la neutralidad judicial, que constituye un poderoso rival de otras influyentes concepcio. nes de esa norma. En particular, cont-astaré al juez literario con tres rivales: un Juez que cultiva el distanciamiento escéptico, un juez que conci- be el razonamiento judicial segtin el modelo del razonamiento formal cientifico, y un juez que prefiere una altiva distancia res- ecto de los particulares por motivos de neutralidad judicial. El ns junc Jjuea literario tiene buenas razones pars evitar el distanciamiento ‘escéptico y para preferir un rezonamiento préético basado en evaluaciones humanistas en vez de en un modelo cuasicientifico; dichas razones estin hondamerte arraigadas en Ia tradicién del derecho consitetudinario. Busca la neutralidad, pero de un modo que se aviene con nuestra des:ripcién del espectador juicioso (capitulo 8), y requiere de un conocimiento empatico de datos hhumanos cargados de valores. Abordando luego la afirmacién de Whitman de que el poeta es “el igualador de su época y m tierra’, desarrollaré la asocia- cin entre imaginacién literaria e interés por la igualdad social, Por tltimo, examinaré algunas sentencias judiciales que suminis- tran buenos y malos ejemplos de la clase de juicio que recomienda Whitman, : ‘Téngase en cuenta que considero que los aspectos especificar mente literarios de mi ‘juez literario” constituyen s6to una faceta del pensamiento de un juez de Ia vida real. Bl juez de la vida real también tequiere de otras aptitudes y conocimientos, y esté cons treitide por su papel institucional y por las exigencias del estatu- to y los precedentes, que ya establecen lo que puede o no considerar sobresaliente. Los aspectos literarios del juicio son mis ficiles de incorporar a una comprensién del razonamiento Judicial que derive de la tradicién del derecho consuetudinario, ‘con su énfasis aristotélico en lo particular. Pero esa tradicién 0 mite que el jez practique desmedidamente la compasisn y la Entasia.Deberos preguntar, pues come opera Ia favs dene to de los estrictos limites dé una funcién judicial formal. Ni escepticismo ni cientificismo Cuando leemos una novela ccmo Tiempos dificiles, no como tedricos de la literatura en busca de teorfas de la interpreta- cién sino como seres humanos que se conmueven y sc delei- tan, somos espectadores juiciosos, libres de la parcialidad y et favoritismo personales. Al mismo tiempo, no somos escépti- cos. No todos reaccionamos de la misma manera ante los per- sonajes 7 su situaci6n, Pero la estructura de Ia novela -su

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