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Desde la administración local actual, la del alcalde Enrique Peñalosa, se ha mantenido una
constante preocupación por la búsqueda de la ampliación del espacio público en Bogotá. Esto
se ha hecho conforme a su visión de ciudad, y sin grandes consensos al respecto. Para dicho
fin, entre otras medidas, la alcaldía le ha “hecho la guerra”1 a los vendedores informales que,
en su intento por buscarse su sustento diario, según el alcalde, cooptan el espacio público
para lograr sus fines económicos sin la necesidad de hacerlo2, perjudicando así el ideal
estético y funcional del espacio público que defiende la alcaldía. Con el fin de defender este
ideal, en algunas ocasiones, no se ha tenido reparos en usar la represión institucional
mediante la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), sin embargo,
luego de la intervención de estos, los vendedores desocupan el espacio público, pero tarde o
temprano vuelven a ocupar los espacios de venta.
Esto, desde varias corrientes políticas no acordes a la del alcalde, es una visión estrecha de
esta grave problemática pues ignora que los vendedores informales no desarrollan estas
actividades de “autoempleo” por gusto, sino por la necesidad, como resultado de las precarias
condiciones en las que viven, y estas condiciones son resultado del desempleo.
En todo caso, el hecho es que, desde donde se mire, los vendedores informales son un
gravísimo problema, y son un problema que es creciente. Así lo muestran las cifras del
Instituto para la Economía Social (IPES) quienes informaron que solo en Bogotá, para el 31
de diciembre del año pasado, habían 52.908 vendedores informales repartidos por todas las
localidades3, cuando solo seis meses antes, en junio del 2018, se contabilizaban 51.823
vendedores informales4, y seis meses antes, para el 31 diciembre del 2017, los vendedore
1
Según algunos líderes de opinión, el Decreto 552 del 2018 tiene como fin primordial el perseguir a los
vendedores informales sin respetarle sus derechos fundamentales: entre estos el derecho al trabajo que, según la
Corte Constitucional, debe primar sobre otros. Entre las sentencias de la Corte Constitucional en las que, en
efecto, se prima el derecho al trabajo sobre las Políticas de recuperación del espacio público están la Sentencia
T-701/17, la Sentencia T-152/11 y la Sentencia T-424/17, entre otras.
2
Vargas, Juan Manuel. Peñalosa: Vendedores Ambulantes no Están en Condiciones Vulnerables. [en línea]. En:
La Fm. 12 de julio del 2018.
3
Alcaldía de Bogotá. Número de Vendedores Informales por Localidad 2018-12-31. [en Línea].
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Alcaldía de Bogotá. Número de Vendedores Informales por Localidad 2018-06-30. [en Línea].
informales eran 51.5255. Esto quiere decir que diariamente entre enero y junio del 2018, se
sumó a las ventas informales aproximadamente un promedio de 1.6 personas; mientras que
entre julio y diciembre del mismo año eran aproximadamente 5.8 personas que diariamente se
unían a las ventas informales.
Sin embargo, hay que aclarar que este crecimiento debe ser realmente mucho más alto hoy en
dia y es de esperarse que aumentará exponencialmente el número de vendedores informales
en Bogotá, todo esto teniendo en cuenta la gigantesca migración venezolana. No obstante, no
hay cifras más recientes al respecto.
Así mismo es necesario entender que los vendedores ambulantes no solamente ocupan
parques, calles y otros espacios fijos y definidos por sus propios parámetros sino que estos
espacios se extienden a los espacios donde más se concentran personas, tales como portales e
incluso los mismos articulados de Transmilenio, en el que el espacio en disputa se encuentra
mucho más restringido y hace que una mediación entre partes sea aún más complicada.
Es por esta enorme magnitud del problema que es necesario que el Estado, mediante la
alcaldía de Bogotá, conciba y ejecute soluciones, en el modo de Política Pública, que
garantice los derechos de todos los ciudadanos, tanto de los vendedores informales, como de
los ciudadanos que se ven afectados por la ocupación incontrolada del espacio público. Si
esto no se hace, sería de esperar que, como ha sucedido hasta hoy, el problema siga
aumentando sus magnitudes hasta ser virtualmente incontrolable.
Esta Política Pública debe intervenir en las causas que generan este alto número de
vendedores informales. para esto, primero hay que entender que los vendedores son gente
que ha quedado relegada de la economía formal por una de sobreoferta laboral (o desde la
otra perspectiva una diminuta demanda laboral) que se puede dar por muchos motivos como
el desplazamiento forzado, el desempleo, la pobreza, la poca preparación académica, la
dinámica cultural según la cual una persona se desenvuelven mejor en la informalidad, etc.
5
Alcaldía de Bogotá. Número de Vendedores Informales por Localidad 2017-12-31. [en Línea].
desplazándose de vuelta a los lugares que siempre han ocupado. Sin embargo, estas
intervenciones se dan en las consecuencias y no en las causas del problema.
Referencias:
Alcaldía de Bogotá. Número de Vendedores Informales por Localidad 2018-06 - 30. [en
Línea]. Disponible
en:http://datosabiertos.bogota.gov.co/dataset/rivi-vendedoresinformales/resource/bf4fb4fe-a9
7d-47d8-8d48-3e7c9ed2bae3