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Oración e Intercesión

Adela Just

Nada es más básico o fundamental para quiénes somos en Generals Internacionales que los
principios que tenemos con respecto a la oración e intercesión. Ese es nuestro punto de inicio y
todo lo que hacemos fluye desde nuestra creencia en el poder que tiene la oración.

Puesto de una manera más simple, orar es caminar y hablar con Dios. Es la esencia por la cual
fuimos creados—para estar en relación con Él.

La oración deja entrar al orden y echa fuera el caos, saca paz de la confusión y destrucción y trae
gozo en medio del dolor. Toma lo que Satanás destinó para mal y nos trae bondad. La oración—y
el pulso que late entre Dios y nosotros a través de ella—es la esencia de quienes somos como
creyentes.

Nuestra vida sin oración no tiene significado, poder o propósito...la oración para el Cristiano es tan
natural como tomar un respiro. Es una relación que es extraordinaria. Oramos (o hablamos con
Dios) porque es parte de nuestro ADN que está sellado en nuestra composición genética.
Simplemente, fuimos creados para hablar con Dios. (1)

La intercesión se basa en el concepto de oración pero se mueve más allá de una conversación con
Dios acerca de nuestros propios pensamientos, deseos y necesidades; nos abre el camino para
que nos acerquemos a Dios con las necesidades de otras personas o de otras naciones.

A través de la intercesión, tenemos el tremendo honor de ser un puente entre un lugar que ha sido
transformado por el poder de Dios y un lugar que aún necesita experimentar quién es Él. Esto a
menudo se denomina como: “ponerse en medio de o interponerse”.

Cuando hay una persona o circunstancia que aún está definida por cosas que no representan el
corazón de Dios como: la injusticia o quebrantamiento, un intercesor reconoce el espacio entre la
realidad presente y la realidad del reino de Dios—un reino de integridad y justicia— y a través de
la oración busca que el plan de Dios cierre ese espacio, permitiéndole que Su reino venga y Su
voluntad sea hecha en esa situación.

A veces se preguntará por qué la oración es necesaria, después de todo, si Dios lo sabe todo y es
todopoderoso, ¿por qué importa si oramos o intercedemos? La humilde verdad es que Dios escoge
actuar de esta manera invitándonos a conocerle y colaborar con Él a través de la oración por el
simple hecho de que nos ama. Quiere una relación con nosotros, tener conversaciones regulares
con Él son parte importante de ese proceso así como la comunicación es vital para la salud de
cualquier relación que tenemos.

La oración e intercesión nos coloca en un lugar en el que podemos ver la perspectiva de Dios sobre
ciertas cosas en vez de estar limitados por nuestras propias percepciones. Por ejemplo, tal vez hay
una persona en su vida a quien le resulta difícil amar o no le agrada pero conforme comience a orar
por esa persona, Dios le mostrará lo que Él piensa y siente por él o ella. En una escala más grande,
podría haber eventos sucediendo en su ciudad o nación que parecen sombríos y desesperanzados,
pero conforme usted interceda, Dios revelará cómo está trabajando detrás de cámaras o qué está
causando el problema.

Es maravilloso darnos cuenta que Dios quiere derramar generosamente Su sabiduría y corazón en
nosotros a través de este diálogo. No estamos solos resolviendo nuestras vidas. Dios está listo y
más que dispuesto a escuchar nuestros corazones y a abrir el Suyo.

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