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Ferrocarril subterráneo

El ferrocarril subterráneo (en inglés, Underground Railroad) fue una red clandestina
organizada en el siglo XIX en Estados Unidos y Canadá para ayudar a
los esclavos afroamericanos que escaparan de las plantaciones del sur hacia estados libres o
Canadá.12
El nombre de «Ferrocarril Subterráneo» viene por el hecho de que sus miembros utilizaban
términos ferroviarios de modo metafórico para referirse a sus actividades.
Por ejemplo, los conductores o maquinistas eran quienes ayudaban a los esclavos fugitivos en
los propios estados esclavistas de Sur. Les proporcionaban disfraces, mapas, instrucciones
sobre sitios para hospedarse y en ocasiones los acompañaban guiándoles durante el trayecto.
Eran por lo tanto activistas muy audaces, pues en aquella época el ayudar a esclavos fugitivos
estaba castigado incluso con la muerte o los castigaban brutalmente
Otros activistas establecían estaciones del ferrocarril, es decir, lugares (normalmente casas
particulares) a donde los fugitivos llegaban y podían esconderse, comer, descansar, recibir
asistencia médica e información sobre la siguiente etapa del viaje. Por ejemplo el matrimonio
de cuáqueros formado por Levi y Catherine Coffin, que vivían en Newport, Indiana,
fueron jefes de estación por más de veinte años y en este tiempo pasaron por su casa
(la estación) unos 2.000 esclavos fugitivos.
Los esclavos fugitivos eran los pasajeros. Las rutas de escape se llamaban carriles. La
jefatura era la Estación Central y los estados del norte o Canadá eran el destino.
Los miembros de Ferrocarril Subterráneo operaban en la clandestinidad y normalmente solo
se conocían entre sí por sus pseudónimos, para no comprometer su seguridad. También
hacían jurar a los pasajeros que guardarían el secreto.
El Ferrocarril Subterráneo buscaba a sus colaboradores dentro del movimiento abolicionista,
del que era parte, y así iba extendiendo sus actividades siempre al margen de la ley.
Quizá el personaje más famoso y popular en la historia del Ferrocarril Subterráneo fue Harriet
Tubman, a quien llamaban la Moisés de los esclavos, y que fue una conductora que había
nacido esclava en Maryland y que se escapó en 1848. Una vez llegada al Norte y alcanzada
su libertad se incorporó al Ferrocarril Subterráneo y en los años siguientes regresó hasta 19
veces al Sur para ayudar a escapar a cientos de esclavos. Los esclavistas llegaron a ofrecer
una recompensa por capturarla viva o muerta, pero ella siguió con su labor.
El Ferrocarril Subterráneo funcionó hasta que tras la Guerra de Secesión (1861–1865) se
abolió definitivamente la esclavitud. Las personas que habían colaborado con el Ferrocarril
Subterráneo jugaron un importante papel en la guerra por la instrucción recibida y el
conocimiento del terreno.
A lo largo de su existencia, el Ferrocarril Subterráneo consiguió liberar a miles de esclavos y
también influyó en la opinión publica para ganar partidarios a la causa abolicionista.
Harriet Tubman
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Harriet Tubman, nacida como Araminta Ross (1820-9 de marzo de 1913), fue una luchadora
por la libertad de los afroamericanos esclavizados en Estados Unidos. Tras escapar de la
esclavitud, realizó trece misiones de rescate en las que liberó a cerca de setenta esclavos1
utilizando la red antiesclavista conocida como ferrocarril subterráneo. Posteriormente ayudó
a John Brown tras su toma del arsenal de Harpers Ferry, y tras la guerra luchó por conseguir
el sufragio para las mujeres.
Nació en la esclavitud en el Condado de Dorchester, Maryland. Durante su niñez fue apaleada
y golpeada con látigo por varios de sus propietarios. Siendo adolescente, sufrió una fuerte
herida en la cabeza cuando uno de sus propietarios la alcanzó accidentalmente con un objeto
pesado que había lanzado contra otro esclavo.2 Como consecuencia de la herida,
sufrió ataques cerebrovasculares, dolores de cabeza, visiones y episodios de hipersomnia a lo
largo de toda su vida. Devota cristiana, atribuía sus visiones y sueños a premoniciones
divinas.
En 1849, Tubman escapó a Filadelfia. Tras ello, regresó inmediatamente a Maryland para
rescatar a su familia. Poco a poco, fue sacando del estado a sus diversos parientes, en
ocasiones guiando personalmente a docenas de esclavos hacia la libertad. Viajando de noche
y en extremo secreto, Tubman (o «Moisés», como era llamada) «nunca perdió un pasajero».3
A lo largo de los años se ofrecieron diversas recompensas por la captura de los esclavos
huidos, pero nunca se supo que Harriet era quien estaba ayudándolos. Cuando la Ley contra
los esclavos fugitivos se aprobó en 1850, ayudó a muchos esclavos a huir hacia Canadá.4
Rit, la madre de Harriet, luchó para mantener la familia unida pero la esclavitud lo impidió.
Edgard Brodess vendió a tres de sus hermanas (Linah, Mariah Ritty y Soph), separándolas de
la familia para siempre.5 Cuando un comerciante de Georgia propuso a los Brodess la compra
del menor de los hijos de Rit (Moisés), esta le escondió durante un mes ayudada por otros
esclavos y negros libres de la comunidad,6 e incluso llegó a enfrentarse directamente con su
propietario por la venta.7 Finalmente, cuando Brodess y el comerciante de Georgia fueron a
los alojamientos de los esclavos para llevarse al niño, Rit les amenazó directamente con
«abrirles la cabeza».7 Brodess se retractó de su idea y abandonó la venta.8 Los biógrafos de
Tubman coinciden en la idea de que este episodio influyó directamente en ella haciéndola
creer en sus posibilidades de rebelarse frente a la esclavitud.89

Infancia[editar]
Como su madre fue asignada como criada a la casa del patrón, desde niña Harriet tuvo que
cuidar de un hermano menor y de un bebé.10 A la edad de seis años, la empleó como niñera
una mujer de nombre «Miss Susan». A Tubman se le encomendó la misión de vigilar a un
bebé mientras este dormía. Si el niño se despertaba llorando, Tubman era azotada con
el látigo. Ella contaba que una vez fue flagelada hasta cinco veces antes del desayuno. Las
cicatrices ocasionadas la dejarían marcada de por vida.11 En una ocasión, amenazada tras
robar un terrón de azúcar, Tubman se escondió en una pocilga cercana durante cinco días.
Allí se alimentó de la comida que echaban a los animales. Tras ser descubierta regresó a la
casa de Miss Susan donde recibió una dura paliza.12 Para protegerse de los latigazos, en
muchas ocasiones se vestía con varias capas de ropa.13 En otra ocasión, mordió en la rodilla
a un hombre blanco que la estaba golpeando, tras ello el hombre no volvió a acercársele.13
Seres Humanos Esclavizados – como este hombre, fotografiado en 1863 – eran brutalmente flagelados.

Tubman trabajó también en la casa de un hacendado de nombre James Cook, donde se la


encomendó vigilar las trampas para ratas de un pantano cercano. Como la obligaban a
trabajar en aguas muy frías, enfermó seriamente y fue devuelta a casa, donde su madre cuidó
de ella hasta su restablecimiento. Después fue asignada a trabajar a varias granjas.14 A
medida que crecía se le asignaron trabajos de campo cada vez más penosos y duros como
arar o transportar troncos.15
Herida en la cabeza[editar]
Un día, siendo adolescente, Tubman fue a un almacén de telas para recoger suministros. Allí
encontró a un esclavo, propiedad de otra familia, que había abandonado sus tierras sin
permiso. Su supervisor, furioso, ordenó a Tubman que le ayudara a capturar al joven pero ella
se negó. El esclavo salió corriendo y el supervisor, para evitar su huida, le lanzó una pesa de
un kilogramo desde el almacén. Sin embargo, falló el lanzamiento y golpeó accidentalmente a
Tubman.2 Esta siempre creyó que su pelo (recogido como si fuera una cesta) le había salvado
la vida.2 Sangrando y semiconsciente, regresó a la casa de su dueño y se sentó en el telar,
permaneciendo allí durante dos días sin recibir asistencia médica.2 Inmediatamente fue
enviada de nuevo a trabajar la tierra.2Su jefe dijo que no valía nada y se la devolvió a Brodess,
quien intentó venderla sin éxito.16 Fue en esa época cuando comenzó a sufrir mareos y, en
ocasiones, a desmayarse, episodios que fueron alarmando a su familia. Larson sugiere que
ella sufría epilepsia del lóbulo temporal como resultado del impacto.17
Tubman recibió la herida en la cabeza en un momento de su vida en el que se estaba
convirtiendo en una persona profundamente religiosa. Como era analfabeta, su conocimiento
de la Biblia lo había adquirido gracias a las historias que su madre le había contado desde
niña.18 Ella rechazaba las interpretaciones de las escrituras realizadas por los blancos,
relativas a la obediencia de los esclavos, y encontró su guía en las enseñanzas del Antiguo
Testamento. Tras su traumatismo craneal, Tubman comenzó a experimentar visiones y
sueños, que consideraba signos de la presencia de Dios. Esta perspectiva religiosa influyó
profundamente en toda su vida.19
Familia y matrimonio[editar]
En 1840, el padre de Tubman, Ben, fue liberado de la esclavitud a la edad de 44 años, como
estipulaba el testamento de su antiguo dueño. Él continuó trabajando como capataz para la
familia Thompson, quienes habían sido sus propietarios.20 Años después, Tubman contrató a
un abogado blanco al que pagó cinco dólares para investigar sobre el estatus legal de su
madre. El abogado descubrió que su propietario había dado instrucciones para que Rit, al
igual que su marido, fuera liberada a la edad de 45 años. Esto significaba que una resolución
similar se aplicaría a los hijos de Rit y, por tanto, todos sus descendientes nacidos después de
que ella cumpliera 45 años serían legalmente libres. Sin embargo, las familias Pattison y
Brodess habían ignorado esta cláusula cuando heredaron los esclavos.21
En, o alrededor de, 1844, Harriet se casó con un hombre negro libre llamado John Tubman.22
Aunque no se sabe mucho de él o de su vida juntos, la unión fue complicada debido al estatus
de esclava de ella. Esto implicaba que cualquier hijo nacido del matrimonio pasaría a ser
esclavo. Los matrimonios entre personas esclavas y libres eran comunes en el Eastern Shore
de Maryland, donde la mitad de la población negra era libre. Larson indica que la pareja podría
haberse planteado la compra de la libertad de Tubman.23
Tubman cambió su nombre de Araminta a Harriet tan pronto se casó, aunque la fecha exacta
se desconoce. Larson sugiere la posibilidad de que el cambio se realizara inmediatamente
después de la boda,22 y Clinton coincide en que Tubman planeaba escapar de la esclavitud.24
Adoptó el nombre de su madre como parte de su conversión religiosa o en honor a una
hermana desaparecida.2224

Huida de la esclavitud[editar]
En 1849, Tubman volvió a enfermar, por lo que su valor como esclava volvió a disminuir.
Edward Brodess intentó venderla por este motivo pero no encontró ningún comprador.25
Enfadada por la decisión de Brodess, Tubman comenzó a rezar, rogando a Dios que le hiciera
cambiar de opinión.26 «Recé todas las noches a mi Señor», diría después, «hasta principios
de marzo estuvo trayendo a gente e intentando venderme».27 Cuando parecía que la venta
podía concretarse, cambió de táctica. «Cambié mis oraciones» dijo. «A principios de marzo
empecé a rezar, Oh Señor, si no puedes cambiar el corazón de ese hombre, mátale».27 Una
semana después, Brodess murió, y Tubman se arrepintió de sus sentimientos.28 Irónicamente,
la muerte de Brodess aumentó las posibilidades de vender a Tubman y de que por lo tanto su
familia fuera separada.29 Su viuda Eliza comenzó a gestionar la venta de los esclavos de la
familia.30 Tubman se negó a esperar que la familia Brodess la vendiese y decidió huir, a pesar
de los esfuerzos que hizo su marido para disuadirla.31 «Podía hacer dos cosas», explicaría,
«libertad o muerte; si no podía tener una, tendría la otra».32

Anuncio publicado en el Cambridge Democrat, ofreciendo trescientos dólares de recompensa por


Araminta (Minty) y sus hermanos Harry y Ben.

Tubman escapó junto a sus hermanos Ben y Henry el 17 de septiembre de 1849. Tubman
había sido vendida al Dr. Anthony Thompson, quien poseía una extensa plantación llamada
Poplar Neck en las cercanías del condado de Carolina, donde también trabajaban sus
hermanos. Como los esclavos estaban ya vendidos a otro propietario, Eliza Brodess
probablemente no detectó la ausencia durante unos días. Sin embargo dos semanas después
publicó un anuncio en el Democrat, ofreciendo cien dólares por cada esclavo devuelto.33 A
pesar de haber conseguido escapar, los hermanos de Tubman lo pensaron mejor, Ben había
sido padre recientemente, y decidieron regresar forzando a Tubman a regresar con ellos.34
Poco después, Tubman escapó por segunda vez, en esta ocasión sin sus hermanos.35 La
noche anterior a su fuga, Tubman intentó despedirse de su madre. Localizó a Mary, una
compañera de confianza, y le cantó una canción con una despedida codificada en ella: «te
encontraré en la mañana», entonó, «me dirigiré a la tierra prometida».36
La ruta utilizada por Tubman para su huida no se conoce con exactitud, de lo que si se tiene
constancia es de que Tubman utilizó la red conocida como ferrocarril subterráneo. Este
sistema informal pero bien organizado estaba formado por negros libres,
blancos abolicionistas y activistas cristianos. Muchos de sus miembros pertenecían a
la Sociedad Religiosa de los Amigos, a menudo llamados cuáqueros.35 La zona de Preston
cercana a Poplar Neck en el Condado de Caroline, Maryland contaba con una importante
comunidad cuáquera, y fue probablemente el primer lugar donde Harriet paró durante su
huida.37 Desde allí es probable que tomara una ruta bastante común en las huidas de
esclavos: hacia el noroeste atravesando Choptank River y Delaware y luego hacia el norte
para entrar en Pensilvania.38 Un viaje de casi noventa millas (145 kilómetros) que, realizado a
pie, podía durar entre cinco días y tres semanas.39
El peligroso viaje obligó a Tubman a viajar de noche, guiada por la Estrella Polar, para evitar a
los cazadores de esclavos.40 Los guías del ferrocarril subterráneo utilizaban diversas
instalaciones para esconder a los fugados, como las conocidas “Casas Seguras”, que
pertenecían a blancos abolicionistas. En una de sus primeras paradas, la señora de la casa
ordenó a Tubman que barriera la hierba de forma que pareciera que trabajaba para la familia.
Cuando cayó la noche, la familia la escondió en un carro y la llevó hasta la siguiente casa.41
Dada la familiaridad de Tubman con los bosques y pantanos de la región, es posible que se
escondiera en estas zonas durante el día.38 Tubman no habló de la ruta que había utilizado
para escapar hasta los últimos años de su vida, con objeto de que otros esclavos pudieran
utilizarlas.42
Cuando llegó a Pensilvania sintió una mezcla de alivio y emoción. Años después, al recordar
la experiencia, dijo: «Cuando supe que había atravesado la frontera, miré mis manos para
comprobar si seguía siendo la misma persona. El sol con sus rayos dorados atravesaba los
árboles y caía sobre los campos y yo sentí que estaba en el Cielo».36

"Moisés"[editar]
Nada más llegar a la ciudad de Filadelfia, Tubman empezó a añorar a su familia. «Era una
extraña en una tierra extraña —diría—. Mis padres y hermanos estaban en Maryland. Pero yo
era libre y quería que ellos también lo fueran».43 Comenzó a trabajar y a ahorrar dinero.44 Al
mismo tiempo el Congreso de los Estados Unidos aprobó la «Ley de Esclavos Fugitivos», la
cual obligaba a los organismos oficiales (incluidos los de aquellos estados en los que no
existía esclavitud) a ayudar en la captura de los esclavos que habían huido, e imponía fuertes
castigos a quienes escaparan. La ley aumentó los riesgos para los esclavos que se habían
escapado, por lo que muchos marcharon a Canadá.45 Mientras, la tensión racial aumentaba
en la ciudad de Filadelfia.46
En diciembre de 1850, Tubman fue informada de que su sobrina Kessiah iba ser vendida
(junto a sus dos hijos, James Alfred de seis años y la recién nacida Araminta) en Cambridge,
Maryland. Horrorizada por la posibilidad de que su familia quedara rota, Tubman hizo algo que
pocos esclavos solían hacer: voluntariamente regresó a la tierra de su esclavitud. Fue
a Baltimore donde su cuñado Tom Tubman, la escondió hasta el momento de la venta. El
marido de Kessiah, un hombre negro libre llamado John Bowley, realizó una puja por su mujer.
Posteriormente cuando él preparaba el pago, Kessiah y sus niños se escondieron en una
“Casa segura” cercana. Cuando llegó la noche, Bowley embarcó a su familia en una canoa y
navegaron sesenta millas hasta Baltimore, desde donde Tubman llevó a la familia hasta
Filadelfia.47
La siguiente primavera regresó a Maryland para guiar hacia la libertad a otros miembros de su
familia. En este segundo viaje ayudó a escapar a su hermano Moisés y a dos hombres no
identificados.48 En ese tiempo Tubman trabajaba con el abolicionista Thomas Garrett en
Wilminton, Delaware;49 y comenzó a ser conocida como Moses (Moisés, en inglés), en alusión
al profeta que guió a los hebreos hacia la libertad.50
Durante una entrevista con el autor Wilbur Siebert en 1897, Tubman reveló algunos de los
nombres de los colaboradores y lugares utilizados por el ferrocarril subterráneo. Se alojaba en
la casa de Sam Green, un pastor negro y libre de New Market, Maryland; además se escondía
en las cercanías del hogar de sus padres en Poplar Neck en el condado de Carolina. Desde
allí viajaba hacia el noroeste a Sandtown y a Willow Grove, Delaware, y a la zona de Camden
donde William y Nat Brinkley, y Abraham Gibbs la guiaban hacia el norte hasta llegar a Dover,
Smyrna, y Blackbird, donde otros guías la ayudaban a cruzar el canal Chesapeake-Delaware
hacia New Castle y Wilmington. En Wilmington, Thomas Garrett se encargaba del transporte
hasta la oficina de William Still o hacia las casas de otros miembros del ferrocarril subterráneo
en la zona de Filadelfia. Still, un famoso colaborador negro, era el responsable de ayudar a los
huidos en su camino hacia otras zonas más seguras, como Nueva York, Nueva
Inglaterra y Canadá.51 A finales de 1851, Tubman regresó al Condado de Dorchester por
primera vez desde su huida; con intención de encontrar a su marido John. Había ahorrado
dinero, con el que compró una chaqueta para él y viajó al sur. Mientras, John se había casado
con otra mujer llamada Caroline. Tubman intentó convencerle para que se uniera a ella, pero
él insistió en que se encontraba feliz en aquel lugar. Conteniendo su enfado, ayudó a escapar
a otros esclavos y los guió hacia Filadelfia.52 John y Caroline crearon una familia juntos hasta
que él fue asesinado, dieciséis años después, en una discusión con un hombre blanco
llamado Robert Vincent.53

Frederick Douglass, quien trabajó para abolir la esclavitud junto a Tubman.

Debido a la legislación existente, el norte de Estados Unidos se había convertido en una zona
cada vez más peligrosa para los esclavos huidos, por ello muchos comenzaron emigrar hacia
Canadá. En diciembre de 1851, Tubman guió hacia ese país, a un grupo de once fugitivos-
entre los que posiblemente se incluía la familia Bowleys. Existen evidencias para afirmar que
en su viaje el grupo se alojó en la casa del abolicionista Frederick Douglass.54 En su biografía
Douglas escribe: “En una ocasión tuve once fugitivos al mismo tiempo bajo mi techo, los
cuales permanecieron conmigo hasta que reuní el suficiente dinero como para enviarles a
Canadá. Fue el grupo más numeroso que cobijé y tuve dificultades para proporcionarles
comida y alojamiento…”55 Por el número de personas y la fecha es posible que se tratara del
grupo de Tubman.54
Douglass y Tubman sentían gran admiración mutua y lucharon juntos contra la esclavitud.
Cuando se escribió la primera biografía de Tubman en 1868, Douglass redactó una carta en
su honor.56
Viajes y estrategias[editar]
Durante once años Tubman regresó una y otra vez al Eastern Shore de Maryland, rescatando
alrededor de setenta esclavos, incluyendo a sus otros tres hermanos (Henry, Ben, y Robert),
sus mujeres y algunos de sus hijos. Además proporcionó instrucciones precisas para facilitar
la huida de entre cincuenta y sesenta esclavos que escaparon hacia el norte.57 Su peligroso
trabajo requirió grandes dosis de ingenio y normalmente trabajaba durante los meses de
invierno para reducir las posibilidades de que el grupo fuera descubierto. Un admirador de
Tubman dijo: «ella siempre regresaba en invierno, cuando las noches eran largas y oscuras y
la gente se quedaba en sus casas».58 Una vez que contactaba con los esclavos dispuestos a
escapar, abandonaba la ciudad la tarde del sábado, sabiendo que los periódicos no
imprimirían noticias hasta la mañana del lunes.59
Debido a que sus viajes de regreso a la tierra de la esclavitud suponían un serio riesgo, Harriet
utilizaba diversas técnicas para evitar ser descubierta. A menudo se disfrazaba con un gorro y
llevaba dos pollos vivos para dar la impresión de ser una vendedora ambulante. En una
ocasión caminando por el Condado de Dorchester se encontró con uno de sus antiguos
propietarios, para evitar ser vista por él, tiró de las patas de los animales que transportaba y la
agitación de estos evitó el contacto visual entre ambos.60 En otra ocasión coincidió con otro
antiguo propietario en un tren, entonces cogió un periódico cercano y, aunque era analfabeta,
empezó a simular que lo leía; el hombre la ignoró.61
Su fe religiosa fue una importante motivación para aventurarse una y otra vez en Maryland.
Las visiones que tenía desde su adolescencia debido a su herida en la cabeza, eran
interpretadas por ella como premoniciones divinas. Ella hablaba de «consultas a Dios» y
confiaba en que él la mantendría a salvo.62 Thomas Garrett dijo en una ocasión: «nunca he
conocido a una persona, sea del color que sea, que tuviera mayor confianza en la voz de Dios;
era como si hablara directamente a su alma».63 Además utilizaba cantos espirituales para
mandar mensajes cifrados, avisando de la existencia de peligros o para indicar que el camino
estaba despejado.64
Tubman llevaba un revólver y no le asustaba tener que utilizarlo. En una ocasión contó la
historia de que escapando con un grupo de esclavos, y cuando la moral estaba baja por la
dificultad de las adversidades, uno de los hombres insistió en regresar a la plantación. Le
apuntó con la pistola y le dijo: «continúa o te mataré».65 Días después el hombre se
encontraba en el grupo que alcanzó Canadá.62 Tubman llevaba también la pistola para
defenderse de los cazadores de esclavos y de sus perros.
Probablemente los cazadores de esclavos de la región nunca se hayan percatado que
«Minty», la diminuta esclava que había escapado años antes y que nunca había regresado,
era la responsable de la huida de muchos de los esclavos de su comunidad. A finales de la
década de 1850 comenzaron las sospechas sobre que un abolicionista blanco del norte
estaba ayudando a escapar a esclavos. Incluso llegaron a considerar la posibilidad de que
John Brown hubiera viajado en persona hasta el Eastern Shore para convencer a los esclavos
para que escaparan antes de su fallida incursión en Harper´s Ferry en octubre de 1859.
Aunque se dice que se llegó a ofrecer una recompensa de 40.000 dólares por la captura de
Tubman, esto no es más que una creencia popular derivada del artículo escrito en 1868 por el
abolicionista Salley Holley en apoyo de Tubman, para la obtención de una pensión tras la
Guerra Civil.66 Dicha recompensa es notoriamente desproporcionada, si se tiene en cuenta
que el gobierno federal había ofrecido una recompensa de 25.000 dólares por la captura de
cualquier conspirador relacionado con el asesinato de Lincoln. En los periódicos de la época
no existe ninguna referencia a tal recompensa y Catherine Clinton sugiere que 40.000 dólares
podría ser la suma total de todas las recompensas ofrecidas en la región.67 A pesar de los
esfuerzos de los cazadores de esclavos, Tubman nunca fue capturada. Años más tarde
declaró: «fui guía del ferrocarril subterráneo durante ocho años, y puedo decir algo que no
todos los guías pueden hacer, y es que yo no perdí ningún pasajero».68
Una de sus últimas misiones consistió en recuperar a sus padres. Su padre, Ben, había
comprado a su madre por 20 dólares en 1855.69 Pero, aunque ambos eran libres, la zona era
territorio hostil para ellos. Dos años después Tubman recibió la noticia de que su padre había
encubierto a un grupo de ocho esclavos huidos, y que corría el riesgo de ser arrestado. Por
ello viajó hasta el Eastern Shore y les guió hacia el norte hasta la ciudad canadiense de St.
Catharines, Ontario, donde se había asentado una comunidad de esclavos huidos, incluyendo
a los hermanos de Tubman y otros parientes y amigos.70

John Brown y Harpers Ferry[editar]


En abril de 1858, le presentaron a Tubman al abolicionista John Brown, un insurgente que
apoyaba la violencia como forma de erradicar la esclavitud en los Estados Unidos. Aunque
nunca apoyó la violencia contra los blancos, Harriet apoyaba su estrategia de acción y sus
objetivos.71 Al igual que Tubman, John se sentía llamado por la voz de Dios, y confiaba en que
el Divino le salvara de la ira de los cazadores de esclavos.72

John Brown.

Así cuando comenzó a reclutar seguidores para atacar a los defensores de la esclavitud,
Brown solicitó al «General Tubman» (así la llamaba) que le ayudara,71 puesto que su
conocimiento de las infraestructuras y recursos existentes en las fronteras de los estados de
Pensilvania, Maryland y Delaware eran de un gran valor para Brown y sus planes. Aunque
otros abolicionistas como Frederick Douglass y William Lloyd Garrison no compartían sus
tácticas, Brown soñaba con que la lucha sirviera para crear un nuevo estado formado por
esclavos libres. Tras la primera batalla creyó que los esclavos vencerían,73 y pidió a Tubman
que convenciera a los esclavos establecidos en Canadá para unirse a él.74
En mayo de 1858, Brown pronunció un discurso en Ontario, donde desveló sus planes de
realizar una incursión en Harpers Ferry. Cuando la incursión tuvo lugar el 16 de
octubrede 1859, Tubman no estaba presente. Algunos historiadores creen que se encontraba
en Nueva York, enferma con fiebre como consecuencia de su herida en la cabeza. Otros
proponen que se encontraba ayudando a escapar a más esclavos en dirección a Canadá,75 y
Kate Clifford Larson sugiere que podría estar en Maryland, reclutando seguidores para Brown
o intentando rescatar más miembros de su familia.76
El plan de Brown fracasó y fue detenido, acusado de traición y ahorcado en diciembre. Sus
actos se convirtieron en todo un símbolo de orgullo y resistencia para los abolicionistas, siendo
elevado a la categoría de mártir.77 Tubman diría posteriormente sobre Brown: «hizo más
muriendo, que cien hombres viviendo».78

Auburn y Margaret[editar]
A principios de 1859 el senador abolicionista William H. Seward vendió a Tubman una
pequeña porción de tierra en Auburn por 1.200 dólares.79 La ciudad era un centro de activismo
antiesclavista, y Tubman vio la posibilidad de traer de vuelta a sus padres desde los duros
inviernos de Canadá.80 Debido a las leyes de aquel entonces, el regreso a los Estados Unidos
implicaba el riesgo de ser enviados de regreso a los estados del sur, por lo que sus hermanos
expresaron ciertas reservas. Durante años, acogió a sus parientes y amigos, ofreciendo un
lugar seguro para los americanos negros que buscaban una vida mejor en el norte.53
Poco después de asentarse en Auburn, Harriet volvió a ir a Maryland para regresar con su
“sobrina”, una niña de ocho años de nombre Margaret.80 Las circunstancias en las que se
realizó la expedición permanecen en misterio. Existe una gran confusión sobre la identidad de
los padres de Margaret, aunque Tubman indicó que eran negros libres. La niña dejó en
Maryland a un hermano mellizo.81 Años después la hija de Margaret calificó los actos de
Tubman como egoístas, puesto que «había sacado a una niña de un hogar feliz y la había
llevado a un lugar donde nadie se preocupaba de ella».82 Alice describió aquel acto como si se
tratara de un secuestro.83
Sin embargo, tanto Clinton como Larson proponen la posibilidad de que Margaret fuera hija de
Tubman.8485 Larson indica que ambas tenían un fuerte parecido, y argumenta que Tubman,
conociendo el dolor que supone para un niño ser separado de su madre, nunca causaría ese
daño a una familia.86 Clinton presenta evidencias del fuerte parecido físico de ambas, el cual
Alice desconocía.84 Ambos historiadores coinciden en afirmar que no existen evidencias
concretas para afirmar totalmente la relación materno filial, por lo que el misterio ha
permanecido hasta nuestros días.87
En noviembre de 1860, Tubman dirigió su última misión. Durante la década de 1850 no había
sido posible la huida de su amada hermana Rachel y de los dos hijos de ella (Ben y Angerine).
Al regresar al Condado de Dorchester descubrió que Rachel había fallecido y que sus dos
hijos solo podían ser liberados mediante el pago de 30 dólares por cada uno. Ella carecía del
dinero por lo que los niños deberían permanecer esclavos. Para que el viaje no resultara en
balde, Tubman juntó otro grupo, incluyendo a los niños, y emprendió el viaje hacia el norte. El
viaje les tomó semanas, dado que el acoso de los cazadores de esclavos les obligaba a
esconderse continuamente. Además el tiempo fue especialmente frío y no tenían comida
suficiente. Pero por fin el 28 de diciembre alcanzaron el hogar de Martha y David Wright en
Auburn.

El general unionista David Huntertrabajó junto a Tubman durante la Guerra Civil y compartió sus ideas
abolicionistas.

Guerra Civil[editar]
Cuando comenzó la Guerra Civil en 1861, Harriet vio la posibilidad de que se aboliera la
esclavitud si el norte lograba la victoria. El general Benjamin Butler ayudó a unos esclavos
escapados en Fort Monroe y los puso a trabajar como miembros de las tropas unionistas al
considerarlos “contrabands”, término utilizado en la Guerra Civil para referirse a esclavos
huidos que pasaban a ser propiedad de las tropas de la unión.88 Tubman ofreció su propia
experiencia y habilidad a la causa y pronto se unió a un grupo de abolicionistas de Boston y
Filadelfia. Inicialmente desempeñó labores de enfermería, asistiendo a fugitivos.89
Tubman conoció al General David Hunter, ferviente seguidor del movimiento abolicionista.
Hunter declaró libres a todos los “contrabands” de la región de Port Royal y comenzó a
reclutar a esclavos huidos para formar un regimiento de soldados negros.90 El
presidente Abraham Lincoln, sin embargo, reprendió a Hunter por sus iniciativas.90 Tubman
condenó entonces la reacción de Lincoln y su falta de voluntad para acabar con la esclavitud
en los Estados Unidos: «Dios no permitirá que el señor Lincoln venza al sur hasta que no haga
lo correcto» dijo.
El señor Lincoln es un gran hombre, y yo soy una pobre negra; pero el negro puede decirle a Lincoln
cómo ahorrar dinero y vidas jóvenes. Él puede hacerlo liberando a los negros. Supongamos que una
asquerosa serpiente está en el suelo. Ella te muerde. Tu gente asustada te envía al médico para que te
cure la herida y no mueras; pero la serpiente continúa rodeándote tu pierna y mientras el doctor te está
curando ella te vuelve a morder. El doctor te cura esa mordedura, pero mientras lo hace la serpiente
vuelve a morderte y seguirá haciéndolo hasta que la mates. Eso es lo que debería saber el señor
Lincoln.91

Tubman sirvió como enfermera en Port Royal, preparando remedios con plantas locales para
evitar que los soldados sufrieran de disentería. El que atendiera a hombres enfermos
de viruela y nunca contrajera la enfermedad, generó comentarios relativos a que se
encontraba bendecida por Dios.92 Inicialmente recibió víveres del gobierno por su trabajo, pero
los negros recién liberados pensaban que ella estaba recibiendo un trato de favor por lo que
renunció a dichos víveres y comenzó a vender cerveza y pasteles (que hacía durante la
noche) para ganar dinero.93
Exploración y asalto al río Combahee[editar]
Cuando Lincoln finalmente emitió la Proclamación de Emancipación en enero de 1863,
Tubman lo consideró un importante paso en la obtención del objetivo de liberar a todo hombre,
mujer o niño de la esclavitud.94 Ella sintió renovado su espíritu para vencer a los estados
confederados, y pronto se encontró guiando a un grupo de exploradores a lo largo de la región
de Port Royal. Los pantanos y ríos de Carolina del Sur eran muy similares a los existentes en
el Eastern Shore de Maryland; por lo que sus conocimientos fueron de gran valor.95 Su grupo
trabajó bajo las órdenes del Secretario de guerra Edwin M. Stanton, reconociendo el terreno y
a sus habitantes.96 Posteriormente trabajaría con el Coronel James Montgomery, en la captura
de Jacksonville.96
El último año de la Guerra, Tubman se convirtió en la primera mujer en dirigir un asalto
armado. Cuando las tropas de Montgomery procedieron a asaltar Combahee River, Tubman
actuó como consejera y acompañó a las tropas. La mañana del 2 de junio de 1863, Tubman
guió tres barcos de vapor a través de las aguas confederadas (que se encontraban llenas de
minas) hasta tierra firme.97 Una vez en tierra, las tropas de la Unión abrieron fuego
destruyendo las infraestructuras e incautando miles de dólares en comida y provisiones.98
Cuando los pitos de los barcos sonaron, los esclavos de la zona entendieron que estaban
siendo liberados y salieron corriendo hacia los barcos.99 Aunque sus propietarios armados de
pistolas y látigos intentaron parar la huida, sus esfuerzos fueron inútiles.98
Más de setecientos esclavos fueron rescatados en la operación de Combahee River.100101 Los
periódicos recogieron el patriotismo, sagacidad, energía y habilidad de Tubman.
Posteriormente trabajó con el Coronel Robert Gould Shaw en el asalto al fuerte Wagner.102
Ella describió la batalla diciendo: «Primero vimos el rayo, que eran las pistolas; y luego
escuchamos el trueno que eran los cañones; y luego escuchamos la lluvia caer, que eran
gotas de sangre cayendo; y cuando fuimos a recoger los campos eran hombres muertos lo
que cosechamos».103
Durante dos años trabajó para las tropas de la unión, atendiendo a los esclavos recién
liberados, realizando incursiones de exploración en el territorio confederado y ocasionalmente
atendiendo a los soldados heridos en Virginia104 Además periódicamente realizó visitas a
Auburn para visitar a su familia y cuidar a sus padres.105 La Confederación se rindió en abril
de 1865 tras lo que Tubman regresó casa.106

Grabado representando a Tubman durante la Guerra Civil.

A pesar de sus años de servicio, nunca recibió un salario regular y durante años se le negó
cualquier tipo de compensación.107108 Su estado no oficial y lo desigual de los pagos recibidos
por los soldados negros, hicieron que el proceso de reconocimiento de su pensión por parte el
gobierno fuera sumamente lento,109 y no recibió una pensión por su servicio en la Guerra Civil
hasta el año 1899.110 Su constante trabajo humanitario tanto con su familia como con otros
esclavos la mantuvieron en una constante situación de pobreza, y los trámites para obtener
una pensión del gobierno no hicieron sino ocasionarle mayores gastos.111
Cuando regresaba a Auburn tras finalizar la Guerra pudo comprobar lo poco que habían
cambiado las opiniones de los blancos sobre la gente de color. Durante el viaje en tren a
Nueva York, el revisor le ordenó que fuera al vagón de fumadores. Ella se negó exponiendo su
servicio al gobierno pero el funcionario, luego de insultarla, comenzó a utilizar la fuerza física
contra ella para obligarla a retirarse. Debido a la resistencia de Harriet, el revisor solicitó la
ayuda de otros dos pasajeros, llegando a romperle el brazo, antes de arrojarla al vagón de
fumadores. Durante el altercado otros pasajeros blancos no dejaron de insultarla y gritar al
conductor que la sacaran del tren.112
Tubman (a la izquierda), su hija adoptada Gertie (de pie junto a ella), y sus vecinos John "Pop"
Alexander, Walter Green, la anciana Blind "Aunty" Sarah Parker y Dora Stewart en la casa de Tubman
en Auburnalrededor de 1887.

Vida tras la Guerra Civil[editar]


Tubman pasó los últimos años de su vida en Auburn cuidando de su familia y de otra gente
necesitada. Trabajó en varios empleos para ayudar a sus ancianos padres y alojó huéspedes
para poder pagar las diversas facturas.53 Una de las personas que alojó en su casa fue un
veterano de la Guerra Civil de nombre Nelson Davis, quien comenzó trabajando en Auburn
como albañil. Pronto se enamoraron y a pesar de que ella era veintidós años mayor, ambos se
casaron el 18 de marzo de 1869 en la Central Presbiterian Church.113 Desde ese momento
pasarían juntos veinte años, y en 1874 adoptarían una niña llamada Gertie.114
Sus amigos y seguidores desde los días de la abolición recaudaron fondos para apoyarla. Una
admiradora, Sarah H. Bradford, escribió una biografía titulada Scenes in the Life of Harriet
Tubman, un volumen de 132 páginas publicado en 1869, que proporcionó a Tubman 1200
dólares.115 Criticado por los biógrafos modernos por sus licencias artísticas y su subjetivo
punto de vista,116 el libro, sin embargo, permanece como una importante fuente de información
sobre la vida de Tubman. En 1886 Bradford lanzó otro volumen llamado Harriet, the Moses of
her People (Harriet, el Moisés de su Pueblo), el cual presentaba una visión menos cáustica
sobre la esclavitud y sobre los estados del sur. Este libro también fue publicado para mejorar
la situación financiera de Tubman.117
En 1883 Tubman fue víctima de una estafa en un traslado de oro. Dos hombres, de nombres
Stevenson y John Thomas afirmaban tener en su poder un alijo de oro traído de contrabando
desde Carolina del Sur,118119 ofreciéndole este tesoro, cuyo valor —sostenían— era de 5000
dólares, a cambio de 2000 dólares en efectivo. Ellos insistieron en que conocían a un familiar
de Tubman, y ésta les alojó en su casa durante muchos días.120 Tubman sabía que muchos
blancos habían enterrado sus objetos de valor cuando las tropas unionistas entraron en las
regiones del sur y que además los hombres de color eran frecuentemente encomendados a
realizar dichos trabajos. Por ello la historia resultaba creíble, lo que junto a una combinación
de su negativa situación financiera y su naturaleza confiada la hicieron continuar con el
plan.118 Pidió prestado el dinero a un amigo llamado Anthony Shimer, y acordó con los dos
hombres entregárselo una noche. Pero uno de ellos la engañó y la llevó al bosque donde la
atacaron y durmieron con cloroformo, robándole el dinero, luego de ser atada y amordazada.
Cuando fue encontrada por su familia, se sentía aturdida y estaba herida.121118 Nueva York
respondió con indignación por el incidente, mostrando compasión por la situación económica
de Tubman.122 El incidente refrescó la memoria popular sobre el servicio prestado por Harriet
en el pasado y Gerry W. Hazelton, representante de Wisconsin en el Congreso, presentó una
proposición de ley para que le fueran pagados a Tubman dos mil dólares, en pago por los
servicios prestados a la Unión como exploradora, enfermera y espía.123 La propuesta fue
rechazada.

Susan B. Anthony trabajó junto a Tubman en la lucha por el sufragio femenino.

Activismo sufragista[editar]
Durante sus últimos años trabajó para promover la causa sufragista (reclamo del derecho a
votar de las mujeres). En una ocasión una mujer blanca le preguntó a Tubman si creía que las
mujeres debían poder votar a lo que respondió: «He sufrido lo suficiente como para
creerlo».124 Tubman comenzó a asistir a actos de organizaciones sufragistas y pronto empezó
a trabajar con Susan B. Anthony y Emily Howland.125126 Viajó a Nueva
York, Boston y Washington para dar discursos a favor del derecho al voto de las mujeres. En
ellos describía sus propias acciones durante la Guerra Civil y utilizaba los sacrificios
acometidos por mujeres en la historia moderna como evidencia de la igualdad entre hombres y
mujeres. Cuando se fundó en 1886 la Federación Nacional de mujeres afroamericanas,
Tubman pronunció el discurso de apertura.127
Este activismo conllevó una nueva ola de admiración entre la prensa de los Estados Unidos, y
una publicación de nombre The Woman's Era (La era de la mujer) publicó una serie de
artículos sobre eminentes mujeres entre las que se encontraba Tubman.127 En 1897 un
periódico sufragista realizó una serie de celebraciones en Boston en honor de Tubman, pero
ésta se encontraba otra vez en bancarrota por lo que tuvo que vender una vaca para poder
comprar el billete de tren y acudir a los actos.128
Iglesia Episcopal Metodista Africana Sion, enfermedad y muerte[editar]
Coincidiendo con el cambio de siglo, Tubman se implicó profundamente en la Iglesia
Episcopal Metodista Africana Sion de Auburn. En 1903, donó una de sus propiedades a la
iglesia bajo la condición de que en el terreno se construyera una residencia para la gente
anciana e indigente de color.129 El hogar no abrió sus puertas hasta cinco años después, y
cuando lo hizo la iglesia pidió a cada residente cien dólares como condición para su entrada.
Esto frustró a Tubman pero aun así fue la invitada de honor cuando la residencia abrió sus
puertas el 23 de junio de 1908130

Tubman c. 1910.

Durante su vejez los problemas derivados de la herida de su adolescencia continuaban


afectándola. A finales de la década de 1890 se sometió a una intervención cerebral en
el Hospital General de Massachusetts en Boston. Incapaz de dormir debido a los dolores y a
un continuo zumbido, fue ella quien le solicitó al médico la operación cerebral. 131 Fue operada
sin anestesia dado que prefirió morder una bala como había observado hacer a los soldados
de la Guerra Civil durante las amputaciones.132
En 1911 su estado era muy delicado y fue admitida en la residencia que se había construido
en su honor. Luego de que un periódico de Nueva York describiera su grave estado de salud y
económico, se produjo un importante número de donaciones espontáneas.133 Rodeada de sus
amigos y familiares, Harriet Tubman falleció nonagenaria de una neumonía el 10 de
marzo de 1913.133

Legado[editar]
Harriet Tubman fue ampliamente conocida y respetada durante su vida, convirtiéndose en un
icono de su país en los años posteriores a su muerte. Una encuesta realizada a finales
del siglo XX la situaba en tercer lugar como una de las personas más famosas de la historia
estadounidense tras Betsy Ross y Paul Revere.134 Ha inspirado a generaciones de
afroamericanos a luchas por la igualdad y por los derechos civiles; siendo elogiada por
políticos de todas las ideologías.135
A su muerte fue enterrada con honores militares en el cementerio de Fort Hill, en Auburn.136La
ciudad la homenajeó con una placa en el palacio de justicia, que fue criticada porque la frase
dialectal utilizada («I nebber run my train off de track»),137 elegida aparentemente por su
autenticidad, no trasmitía la importancia de su figura como patriota estadounidense y
defensora de las causas humanitarias.138 La ceremonia se convirtió en un importante tributo a
su memoria, y Booker T. Washington pronunció el discurso principal.139 La casa de Harriet
Tubman fue abandonada en 1920, para posteriormente ser restaurada por la Iglesia Episcopal
Metodista Africana Sion. Convertida hoy en día en museo y centro de difusión, recibe gran
número de visitantes.140
Las biografías de Bradford fueron seguidas por el libro de Earl Conrad Harriet Tubman: Negro
Soldier and Abolitionist (Harriet Tubman: Soldado negro y abolicionista). Conrad tuvo serios
problemas para encontrar un editor, la búsqueda duró cuatro años, y tuvo que soportar fuertes
rechazos en su esfuerzo por lograr una visión más objetiva y adulta.141 Muchas versiones de la
vida de Tubman han sido realizadas para los niños, muchas de ellas posteriores a la de
Conrad, pero la de Conrad ha sido la más utilizada para transmitir la figura de Tubman a los
estudiantes estadounidenses.142 Finalmente fue publicada en 1942.141 A pesar de su
popularidad, hasta 2003 no se volvió a publicar otra biografía, ese año lo hizo la de Jean
Humez y un año después lo harían las de Kate Larson y Catherine Clinton.
Sin embargo Tubman fue honrada de muchas otras formas en toda la nación desde finales del
siglo XIX. Docenas de estudiantes fueron llamadas Harriet en su honor,143 y tanto la casa de
Harriet Tubman en Auburn como el museo Tubman en Cambridge se convirtieron en
monumentos a su persona y su vida.143 En 1944 la Comisión Marítima de los Estados Unidos
botó el SS Harriet Tubman.141 En 1978, el Servicio Postal de los Estados Unidos puso a la
venta una serie de sellos en honor de personajes afroamericanos entre los que se encontraba
Harriet.144 Además la Iglesia Episcopal de los Estados Unidos la incluye entre sus santos en
su libro de oración; y el 10 de marzo es el día dedicado a Tubman y a Sojourner Truth en
el Calendario de Santos Luterano.
En 2016 el Departamento del Tesoro anunció que Tubman sería la primera mujer cuyo rostro
aparecería en un billete de dólares estadounidenses; concretamente en el de 20 dólares, en
sustitución del expresidente Andrew Jackson.14

ESCLAVITUD EN COLOMBIA: HISTORIA Y ABOLICIÓN

La esclavitud en Colombia fue un periodo histórico que abarcó desde inicios del siglo XVI hasta
1851. Este proceso consistió en la trata de personas de origen africano por parte de los primeros
colonizadores europeos provenientes de España y comerciantes británicos.

En 1520 dio inicio el comercio de esclavos africanos debido a que el número de habitantes
indígenas de Colombia disminuía rápidamente, ya sea por las guerras o por hambruna; como
consecuencia, la Corona española se quedaba sin mano de obra.

La mayoría de los esclavos provenían del Congo, Angola, Sierra Leona, Senegal, Malí, Ghana, Costa
de Marfil y Guinea. Al llegar a Colombia, se asentaron en las dos regiones costeras del país, junto
al océano Pacífico y el mar Caribe.

La manumisión, también conocida como el acto de liberación de esclavos, fue un proceso largo e
irregular. Esta fue integrada por primera vez en la Constitución de Cartagena; sin embargo, le
tomaría más de 40 años al gobierno colombiano llevarla a cabo de manera oficial.

Índice [Ocultar]
1 Historia de la esclavitud en Colombia desde la conquista española

1.1 Detonantes

1.2 Las actividades del esclavo

1.3 Recibimiento en la sociedad colombiana

2 Abolición

2.1 Antecedentes del movimiento abolicionista

2.2 Constitución de Cartagena

3 Consecuencias de la esclavitud en Colombia

3.1 Consecuencias demográficas

4 Referencias

Historia de la esclavitud en Colombia desde la conquista española

La esclavitud es una de las prácticas comerciales humanas más antiguas. En las viejas civilizaciones,
como Egipto o el Imperio romano, se esclavizaba a los prisioneros de guerra. Así se aseguraba que
el trabajo pesado no tuviera costo, por lo que era una actividad económica muy lucrativa, sobre
todo en ciudades recién fundadas.

Por ello, los colonizadores de América incursionaron en la compra y venta de esclavos africanos,
práctica a la que se dedicaban algunos navegantes británicos en el siglo XVI.

A diferencia de otros territorios del continente donde la compra de esclavos fue menor, esta fue
de suma importancia para la Corona española en Colombia.

Detonantes

La conquista de Colombia fue un proceso difícil y, como consecuencia, hubo grandes cantidades de
bajas humanas para los pueblos indígenas.

Las constantes batallas por el territorio y la mala administración de las riquezas naturales
desataron en hambrunas y una rápida disminución de los habitantes nativos.

Al encontrarse con una insuficiente mano de obra, la Corona encontró en el comercio de personas
la solución para estos problemas económicos, que de otra forma hubieran culminado en una
colonia fallida incapaz de ser autosuficiente.

Las actividades del esclavo


Los esclavos provenían de la costa centro-occidental de África, eran transportados en enormes
navíos y realizaban los viajes trasatlánticos en condiciones precarias. La costa de Cartagena de
Indias en Colombia era el puerto principal para los esclavos que llegaban a América.

Una vez en tierra firme los esclavos eran separados; se buscaba que no hubiese personas de la
misma etnia o región juntas. Se exhibían al aire libre y eran presentados como mercancía
disponible para la venta.

De esta región colombiana partieron cientos de miles de esclavos a los territorios de Venezuela,
Ecuador, Panamá y Perú. Eran utilizados sobre todo para la explotación agrícola y minera.

Su comercio fue muy solicitado ya que, gracias a sus países de origen, los esclavos resistían el
clima y las enfermedades tropicales que abundaban en el Caribe.

Recibimiento en la sociedad colombiana

Una vez instaurada la esclavitud en Colombia, se llevaron a cabo movimientos sociales en contra
de la calidad humana de los africanos. Se les llegó a comparar con animales, y por ello eran
despojados de todo derecho.

Fueron ampliamente considerados inferiores y se les excluía de toda actividad o participación


ciudadana. Para negarles también la religión católica, se creó un movimiento que acusaba a los
esclavos de ser criaturas “sin alma”.

Abolición

Después de casi 300 años, la esclavitud sería replanteada y consecuentemente abolida. Sin
embargo, el proceso fue largo y estuvo lleno de irregularidades. El cambio de pensamiento vendría
gracias a los acontecimientos en el panorama internacional de aquella época.

Antecedentes del movimiento abolicionista

Cuando en 1789 detonó la Revolución francesa, esta vino acompañada de ideas sobre la libertad
de los pueblos oprimidos. La Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, el
documento central de la Revolución, encendió una serie de luchas libertarias a lo largo del mundo.

Las luchas independentistas de los pueblos latinoamericanos —inspiradas en este suceso— fueron
los detonantes para la abolición de la esclavitud en el territorio.

En algunos casos, como lo fue en Colombia, esta no sería consolidada sino hasta los primeros años
de su independencia.

Constitución de Cartagena

En 1810, con la creación del estado de Cartagena, se presentó la abolición de la esclavitud en


Colombia de manera oficial. Sin embargo, esta no sería respetada y continuaría la trata y el
comercio de esclavos, a quienes los comerciantes seguían considerando propiedad privada.
Simón Bolívar, el militar venezolano y principal agente libertador de Colombia, liberó de su
condición de esclavos a quienes se unieran a su lucha independentista, siendo así la primera gran
figura en conceder la manumisión a los africanos.

La lucha por la abolición continuaría y en 1823 se declararía prohibida totalmente la venta de


esclavos, ley que continuaría ignorada por el pueblo colombiano.

No fue sino hasta 1851 que la abolición en Colombia se llevó a cabo de manera general, porque el
Estado se comprometió a pagar una indemnización a quienes fueran propietarios.

Consecuencias de la esclavitud en Colombia

Durante la etapa más lucrativa del comercio del esclavos en América, llegaron al Caribe
colombiano cerca de 150000 africanos.

Esto tendría como consecuencia cambios radicales en la cultura y la sociedad del país, cambios
que siguen vigentes hoy, a casi 500 años de su comienzo.

Consecuencias demográficas

Al igual que las costas al norte de Venezuela y las islas del Caribe, la población costera de Colombia
cuenta con un marcado número de afrodescendientes. Estos se dispersaron a orillas del Pacífico
Norte y el mar Caribe.

La mayor concentración de afrodescendientes en el país está en Santander de Quilichao (97 % de


sus habitantes).

En la población de Palenque de San Basilio, a 50 km de Cartagena de Indias —que fue el epicentro


de la esclavitud en Colombia— aún se conservan las tradiciones y las lenguas de estos pueblos.

En la actualidad, los afrocolombianos conforman el 10 % de la población del país, convirtiéndose


así en la quinta población negra más grande de América; le superan los Estados Unidos, Brasil,
Haití y Ecuador.

Abolición de la Esclavitud en Colombia

La abolición de la esclavitud en Colombia fue un proceso largo y con muchos altibajos e


inconsistencias. Fueron varias las décadas que tuvieron que esperar los afrocolombianos para que
se hiciera realidad la abolición definitiva de la esclavitud.

Con la abolición de la esclavitud el primero de enero de 1852, culminó el largo proceso de


manumisión republicana que se había iniciado 40 años atrás con la expedición de
la Constitución de Cartagena de 1812. Allí se legisló por primera vez en Colombia sobre la libertad
de las personas en esclavitud, libertad que jamás se concretó debido al fracaso del proyecto
político cartagenero, producto de la Reconquista española en 1815 comandada por Pablo Morillo.
No obstante, este personaje logró lo que tal Constitución no pudo: otorgó la libertad a muchos
esclavizados a cambio de la colaboración con la causa española.

Precisamente, debido al contexto en que se inició y desarrolló la discusión sobre la abolición —el
de la guerra de independencia— el problema de la esclavitud, más que un tema humanitario, se
convirtió en una consigna política con la que se buscó insistentemente ganar adeptos y pasar
como benefactores del prójimo, así como modernos y demócratas. Esto hizo Bolívar en 1816,
cuando para salirle al paso a la propuesta de libertad de los esclavizados ofrecida por los
españoles, les prometió también libertad a cambio de la vinculación al ejército patriota.

El espinoso tema de libertad de las personas en esclavitud se discutió después de la


independencia, en el Congreso de Cúcuta. Allí, uno de los aspectos más debatidos fue la Ley de
Libertad de Vientres, sancionada el 19 de julio de 1821. Su texto final fue una clara conciliación
entre los abolicionistas y los anti-abolicionistas. La Ley sólo se aprobó cuando se protegió el
derecho a la propiedad privada de los esclavistas, que se expresó en la consigna de “ser generosos
con los esclavos sin dejar de serlo con los amos”.

Este fue el salvavidas al que se aferraron los anti-abolicionistas, liderados por personajes como el
padre de la Historiografía colombiana, José Manuel Restrepo; Domingo Briceño y el cartagenero
Ildefonso Méndez, entre otros. Este grupo aprobó la Ley sólo cuando se les garantizó la defensa de
sus intereses, que fueron protegidos con el polémico artículo 2º de dicha Ley, en el que se
estableció “que los hijos de las esclavas que nacieran a partir de 1821 serían libres en la medida en
que les trabajaran a los amos de sus madres durante 18 años”. Con esto no sólo aplazaban la
libertad para 1839, sino que otorgaban la libertad a un reducido número de personas y no a todos
los esclavizados, tal como se les había prometido en el transcurso del proceso de independencia.

A esta fórmula debió finalmente adherirse Bolívar, lo que contradecía su posición inicial de
libertad absoluta, inmediata y sin restricciones. Contra los intereses económicos de los esclavistas,
nada tenía que hacer la palabra empeñada de Bolívar, ni los preceptos liberales y modernos que
ideológicamente habían guiado la guerra de independencia: libertad, igualdad y fraternidad.

A partir de ese momento, para los hijos e hijas de los esclavos nacidas en 1821, el año de 1839
tenía un significado especial, cargado de un cúmulo de esperanzas y expectativas, ya que en esa
fecha debían obtener su libertad al cumplir el requisito de los 18 años de trabajo. Pero,
contrariamente a lo esperado, el Estado aprobó la Ley del 29 de Mayo de 1842, con la cual no
solamente se aplazó por 5 años más la libertad de los que debían obtenerla en 1839, sino que se
reabrió el tráfico de personas en esclavitud que había sido prohibido en 1821.

A esta nueva frustración la población en esclavitud respondió con el recurso del cimarronaje. En
efecto, si bien esta fue una práctica recurrente durante el siglo XIX, fue precisamente en 1840, y
especialmente en 1842, cuando el cimarronaje alcanzó su máxima intensidad como respuesta
lógica al incumplimiento de lo establecido en la Ley.
La sistemática presión del imperio inglés sobre los países latinoamericanos para que acabaran con
la esclavitud, el incremento del cimarronaje como consecuencia del fracaso de la manumisión
republicana, el ascenso del liberalismo al poder y la entrada en escena de la Generación del 48 —
llamada así por la influencia recibida por la Revolución Francesa —, quienes consideraban a
la Constitución de Cúcuta como un producto inacabado, fueron sentando las bases para que
la abolición apareciera de nuevo cómo consigna política y como el aspecto más inconcluso y
llamado a corregir de la Constitución de 1821.

En las nuevas condiciones, las Sociedades Democráticas se convirtieron en el espacio desde donde
los sectores populares le reclamaron a la elite la abolición de la esclavitud. Para esto, entre otros
mecanismos, los liberales aprovecharon las fiestas nacionales como el 20 de Julio y las regionales,
como la independencia de Cartagena, para liberar a los pocos esclavizados que les permitía la crisis
económica de las Juntas de Manumisión. En el espectáculo de la ‘libertad’ el número de liberados
era lo menos importante; lo que interesaba realmente a los liberales, además del ritual, era posar
frente a los conservadores como verdaderos demócratas y amantes de libertad. Eran tales los
dividendos políticos de la consigna de la abolición, que los conservadores también la asumieron
como suya a través de las Sociedades Conservadoras.

Desde su llegada a la presidencia en 1850, José Hilario López no sólo defendió, como era de
esperarse, la norma de “Ser generoso con los esclavizados sin dejar de serlo con los propietarios”,
además se inclinó por un proceso de abolición a largo plazo. Solo la presión que se hizo desde el
Congreso, la prensa, las Sociedades Democráticas, y la ejercida por los propios esclavizados, lo
llevaron finalmente a la decisión de la abolición absoluta.

El debate parlamentario sobre la abolición se inició en marzo y concluyó en mayo de 1851. Este
fue una réplica al de Cúcuta: la discusión se centró en el tema de cómo ser justo con los
esclavizados sin dejar de serlo con los esclavistas, es decir la protección del derecho a la propiedad
privada. Cuando la abolición era inminente, conservadores y liberales zanjaron sus diferencias y
contradicciones, y en único bloque defendieron la fórmula de abolición con indemnización.
Únicamente cuando el Estado les garantizó el pago de los esclavos que iban a ser liberados,
aprobaron finalmente la Ley de Manumisión, el 21 de julio de 1851, para que entrara en vigencia
el 1º de enero de 1852, fecha en que aproximadamente 16.000 esclavizados accedieron a la
libertad por la vía de la manumisión republicana.

El 1º de enero de 1852, los liberales, a través de actos públicos, celebraron en todo el país el
triunfo de la libertad con ruidosas fiestas en las que se entregaron las certificaciones de libertad a
los esclavizados y vales a los esclavistas que estipulaban el valor a pagarles por los esclavos
liberados.

Una de estas celebraciones, por ejemplo, fue la que se efectuó en Barranquilla, la cual se inició con
un Tedeum: “después de este acto religioso se colocó el retrato del ciudadano presidente, general
José Hilario López, en la sala de sesiones de la Sociedad Democrática. Por la tarde, presidido por la
Junta de Manumisión, tuvo lugar en la plaza de la Iglesia Parroquial el interesante acto de romper
para siempre las cadenas de la esclavitud a 70 seres que gemían bajo su peso, cuyo acto dispuso
dicha junta con el entusiasmo y solemnidad digno del objeto para dar cumplimiento a lo dispuesto
por la Ley del 21 de julio de 1851. La corporación municipal, las autoridades políticas, judiciales y
eclesiásticas, la Sociedad Democrática y una infinidad de espectadores concurrieron a su mayor
lucimiento”.

En otros actos del Caribe Neogranadino, “en medio de numeroso público, música, bailes y
aclamaciones se colocó en la cabeza de los recién liberados las palabras de libertad, igualdad y
fraternidad”. A su vez, Juan José Nieto, gobernador de la provincia de Cartagena inició el 1º de
enero de 1852 su extenso discurso en el acto de abolición con las siguientes palabras:

“Mis hermanos. Desde hoy se acabaron los esclavos en la Nueva Granada; y es por eso que los
saludo en este día, el más solemne, el más bello que ha tenido la República, porque es el día
complementario de nuestra regeneración política; el día en que ha desaparecido para siempre de
entre nosotros el odioso título de señor y de esclavo, y en que ninguno de nuestros hermanos
lleva colgada de su cuello la poderosa, la negra cadena de la servidumbre”.

Nieto terminó su discurso arengando a la multitud con estas consignas: “Viva la Nueva
Granada. Viva la libertad. Viva la República. Viva la democracia. Viva la administración López”.

Autor: DOLCEY ROMERO JARAMILLO


Profesor de la Universidad del Atlántico y la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.

Fuente:

El Heraldo. Edición digital del la revista dominical del 07-01-14

Benkos Biohó

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Estatua de Benkos Biohó ubicada en San Basilio de Palenque.


Benkos Biohó (Islas Bijagós, segunda mitad del siglo XVI - Cartagena de Indias, 16 de marzo
de 1621), también conocido como Domingo Biohó, fue un líder que comandó una rebelión de
esclavos cimarrones en el Nuevo Reino de Granada en el siglo XVII, convirtiéndose en rey del
pueblo libre de San Basilio de Palenque.

Nació en la región de Biohó una región de la que hacen parte las islas Bijagós en la Guinea
Portuguesa (actual Guinea Bissau), en el occidente de África3 , era un miembro de la etnia
bijago. Su nombre de esclavo, Domingo, procedió probablemente de uno de los mercaderes
portugueses que como otros tenía hasta 1595 una licencia y posteriormente un convenio
concedidos por la corona española para el tráfico de seres humanos capturados en África a fin
de ser usados como fuerza esclava en el Nuevo Mundo. El nombre Benkos, recogido en la
tradición oral, corresponde a un lugar al oriente del río Senegal que, así como aquellos el
territorio de Bambuquecon alrededor de trescientos poblados, era una vasallaje del pueblo
masái.3
El pueblo bijago no era favorecido por los esclavistas dado que se les adjudicaba una
naturaleza rebelde, era común entre ellos el cometer suicido a bordo de los barcos negreros
con el fin de evitar la vida entre cadenas,1 del mismo modo se les acreditaba con una
naturaleza guerrera, descripciones contemporáneas señalaban que cada bijago era un
guerrero entrenado tanto en el uso de armas de fuego, como el arte de la espada y el escudo.4
La sociedad bijago era altamente equitativa, cada isla en el archipiélago en la que el grupo
étnico habitaba era gobernada de manera independiente y era dirigida por un grupo de
ancianos, sin reconocimiento de ningún rey. Los dirigentes no se distinguían de los
gobernados y los bienes eran compartidos de manera comunal sin distinción de estrato social
o edad,4 el mismo modo los botines de guerra eran repartidos de manera equitativa entre las
tripulaciones de los barcos de guerra bijagos.5
Fue en este contexto que Biohó fue capturado junto con su esposa Wiwa, su hijo mayor Sando
Biohó y su hija Orika.1 La sociedad bijago era tumultuosa y no era extraño que diversas
tripulaciones se embarcaran en la empresa de capturar esclavos, muy posiblemente fue así
que la familia de Benkos terminó a bordo de un buque negrero europeo como propiedad del
esclavista portugués Pedro Gómez Reynel.1 La familia de esclavos arribó a Cartagena de
Indias, principal puerto del entonces Nuevo Reino de Granada y fueron vendidos inicialmente
a Juan de Palacio, sin embargo en 1596 pasaron a manos del capitán Alonso de Campos,
quien operaba al servicio del gobernador.2
Huida[editar]
Según lo narrado por fray Pedro Simón "por fines de 1599 (...) comenzó un alzamiento y retiro
de ciertos negros cimarrones". La rebelión se encontraba encabezada por Domingo Biohó,
nombre con el que los españoles conocían a Benkos. El líder esclavo, descrito por Simón
como "brioso, valiente y atrevido" ,6 encabezó una expedición inicial de treinta esclavos negros
con dirección al arcabuco y ciénaga de Matuna, al sur de la villa de Tolú.7
En su caza partió Juan Gómez, quién encabezaba una cuadrilla de veinte hombres armados,
con el objetivo de someter a los fugitivos. La empresa fue un fracaso total, sufriendo los
españoles una derrota brutal a manos de los cimarrones y cobrando la vida del líder de la
expedición.7 Los cimarrones de Biohó, victoriosos, continuarían su expedición hacia
los montes de María hasta encontrar un buen terreno para asentarse; ahí establecieron
empalizadas, de estilo muy común en el África Occidental,1 fundando así el Palenque de San
Basilio.7
Ante las noticias del fracaso de la primera expedición el entonces gobernador don Gerónimo
de Suazo y Casasola, conformó una nueva expedición conformada por españoles y esclavos
sumisos. A cargo de la expedición se encontraba el capitán Diego Hernández Calvo, seguido
por Francisco de Campos, hijo de Alonso de Campos el otrora amo de Benkos, como
subalterno. La escuadrilla esclavista fue sorprendida por los cimarrones y derrotada de forma
decisiva, hiriendo a Francisco de Campos a quién tomaron como prisionero.
De acuerdo a la tradición oral recogida entre las gentes de Cartagena de Indias, como cautivo
Francisco de Campos se reencontró con la princesa Orika, joven hija de Benkos, quién en el
pasado había estado al servicio de su familia. Ante la insistencia de la joven, se le permitió el
darle cuidado médico al prisionero herido y de acuerdo a la tradición oral entre los dos surgió
un romance.8 La pareja de amantes decidió entonces emprender la fuga, a sabiendas de que
su relación no podría continuar al interior del palenque. Sin embargo su huida fue interrumpida
cuando Francisco fue alcanzado por una bala de arcabuz proveniente de sus perseguidores
cimarrones, muriendo en los brazos de su amada. La princesa Orika fue entonces forzada a
regresar a San Basilio, donde fue enjuiciada por su traición y condenada a muerte.712
Gobierno[editar]
El rey Benkos Biohó, gobernó en conjunción con un capitán general de nombre Lorencillo. La
estructura del palenque era de carácter militar, incluyendo un teniente de guerra, un alguacil
mayor y un tesorero; adicionalmente había un líder espiritual calificado por los españoles de
zahorí.
Los hombres de Biohó emprendieron campañas en Cartagena, Tolú, Mompós y Tenerife;
asaltando plantaciones y rebaños de ganado a fin de reunir recursos y liberar cimarrones
aliados. Nuevos alzamientos y fugas se dieron cuando la voz del reino de negros libres
comenzó a correr entre los esclavos de la región, aumentando así en número las filas del
Palenque.1
Tratado de paz y captura[editar]
Como no pudo derrotar a los cimarrones, el gobernador de Cartagena Gerónimo de Suazo y
Casasola ofreció el 18 de julio de 1605 un tratado de paz a Benkos Biohó, sin embargo la paz
no se concretaría sino hasta 1613, cuando el sucesor de Suazo, Diego Fernández de
Velasco finalmente pudo acordar una tregua. Así se terminó reconociendo la autonomía
del Palenque de la Matuna y aceptando el libre tránsito de los cimarrones por la ciudad, en
tanto que el palenque se comprometía a no recibir más cimarrones, a no estimular nuevas
fugas y a no usar título de rey.
A Benkos se le permitió que entrase a la ciudad vestido como caballero según lo indica
Fray Pedro Simón
Los cimarrones tuvieron licencia para que enetrasen en la ciudad y saliesen (...) como lo hacían á todas
horas, y el Bioho andaba con tanta arrogancia que demás de andar bien vestido á la española, con
espada y daga dorada, trataba su persona como un gran caballero
Pedro Simón, Noticias historiales de las conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales 6

El tratado fue violado por los españoles en 1619 cuando, andando descuidadamente, Biohó
fue sorprendido por la guardia de la muralla y apresado. El nuevo gobernador Don García
Girón ordenó su ejecución, argumentando que era peligroso el respeto que Biohó generaba en
la población, porque «con embustes y encantos se lleva tras de sí a todas las naciones de
Guinea que hay en la ciudad». El rey Benkos Biohó fue finalmente ahorcado y descuartizado
el 16 de marzo de 1621.9

Desarrollo posterior de los palenques[editar]


Hacia finales del siglo XVII, en la zona de los Montes de María había más de 600 cimarrones,
bajo el mando de Domingo Padilla, que reclamaba para sí el título de «capitán» mientras su
esposa Juana adoptaba el de «virreina», y se opusieron con éxito a los intentos de soberanía
de las autoridades coloniales.
La historiadora María del Carmen Borrego Pla, utilizando dos legajos del Archivo de Indias
delimitó los palenques que existían en los últimos veinticinco años del siglo XVII, en tres áreas
geográficas principales:3

 Los del norte en la sierra de Luruaco compuestos por negros criollos y conocidos con los
nombres de Betancur y Matubere;

 Los del centro en los Montes de María, con gentes de larga trayectoria cimarrona,
organizadas en cuatro palenques, aunque solamente se mencionan dos de ellos, el de
San Miguel y el del Arenal;

 Los del sur en la serranía de San Lucas, entre los ríos Magdalena y Nechí, conocidos
como los palenques de Norosí y Cimarrón, formados por negros criollos.

San Basilio de Palenque[editar]


Artículo principal: San Basilio de Palenque

El después llamado San Basilio de Palenque fue un símbolo de independencia para los
esclavos fugitivos, convirtiéndose en el primer «pueblo libre de América», por decreto real
del rey de España del año 1713. Allí se habla hasta hoy un idioma propio proveniente del
portugués antiguo, incluyendo algunas palabras de idiomas africanos. Los africanos
capturados hablaban en diferentes idiomas y en el barco de traficantes, para poder
comunicarse, aprendían el idioma de sus captores portugueses. Al fugarse aún no había
aprendido el castellano y llegaban al palenque a hablar en portugués.
El San Basilio de Palenque fue declarado en 2005 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Inmaterial de la Humanidad, por la Unesco. A unos 70 kilómetros al sur de Cartagena, sobre
cerros de valor estratégico que eran usados como puestos de vigías, todavía se oyen los
nombres de los palenques vecinos: Sincerín, Mahates, Gambote.10

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