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Marcano, J; Marcano, J.; Blanco, G. & Delmoral, J.

2019

ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA LITERATURA HISPANOAMERICANA


CONTEMPORÁNEA: EL MODERNISMO Y SUS ASPECTOS LITERARIOS
Primeramente, y antes de entrar en el tema, debemos iniciar resaltando que esta
literatura está constituida por la de todos aquellos países cuya lengua materna es el
español, a pesar de sus diferencias geográficas, culturales y socioeconómicas, lo que
daría origen a una notable diversidad de obras y estilos; por lo tanto, no debemos
limitarnos a algún país en específico. Asimismo, otro aspecto importante de esta
literatura es el conformado por todos aquellos rasgos o características que dieron origen
a los textos que la representan, entre los cuales destacan: la naturaleza, de carácter
grandioso, excesivo y poderoso que se impone al hombre; el mestizaje racial y cultural,
resultado de la mezcla de indígenas, españoles y africanos, reflejado en la diversidad
que encontramos en los escritos a lo largo del tiempo; y, finalmente, la injusticia social,
los problemas económicos y la inestabilidad política de la región, que influyeron en los
temas de estas obras.

Ahora bien, la literatura hispanoamericana se puede decir que inicia realmente


cuando Colón llega a América en 1942 y evoluciona a través del tiempo hasta llegar al
siglo XX, cuando alcanza su madurez y esplendor, y conquista al resto del mundo.
Dicha evolución se da en etapas que coinciden con aquellas de la literatura en España,
por la influencia que tuvieron los conquistadores en nuestra escritura. En primer lugar,
estas etapas inician con la colonialista, que destaca por sus obras didácticas y por las
crónicas, y entre sus máximos representantes cabe hacer mención especial a Bernal Díaz
del Castillo, conquistador e historiador español, autor de “Verdadera historia de la
conquista de Nueva España”; el inca Garcilaso de la Vega, historiador peruano que
narró la historia de los incas durante este período; y el dominico Fray Bartolomé de las
Casas, misionero e historiador. Seguidamente llega el Barroco a estas tierras, donde
alcanzan el éxito las obras de Calderón de la Barca, Luis de Góngora y Sor Juana Inés
de la Cruz, quien escribió prosa, obras de teatro y poemas. Posteriormente llegaría el
Neoclasicismo y las ideas de la Ilustración.

En consecuencia, el enfoque de estos movimientos dio origen a una renovación


de técnicas y estilos. A continuación, durante el proceso de independencia, la política y
revueltas sociales acompañadas de pensamientos liberales influyen en la literatura,
dando origen a las obras patrióticas características de la época. Después de esto, y como
efecto de la influencia española que evidentemente existía y que hasta la fecha
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permanece en Hispanoamérica, llega el romanticismo, ubicado entre 1808 – con la


guerra de oposición a la invasión napoleónica en España – y 1844 – posterior al retorno
de Fernando VII al trono y seguida muerte (en 1833) –, finalizando con la introducción
del Realismo. Posterior a ello, nace el modernismo en la década de 1880, ubicado en un
contexto histórico representado por una serie de hechos entre los que cabe mencionar: la
pérdida de las últimas colonias españolas, el desarrollo industrial, las crisis políticas
continuas, la guerra civil en España, el nombramiento de Don Juan Carlos de Borbón
como Rey de España y el paso de la monarquía a la democracia, con la creación de la
primera constitución.

Con respecto a este último movimiento y a sus aspectos literarios, se considera


que inició en América con la publicación de la obra “Azul” de Rubén Darío y que
culminó con el fallecimiento de este autor en 1916. Además, entre los otros precursores
y precursores del movimiento se mencionan a Silva, Martí, Julián del Casal o Gutiérrez
Nájera.

En ese sentido, el modernismo surge como respuesta a la crisis espiritual


ocasionada por los ideales positivistas que predominaban en Hispanoamérica en aquella
época, los cuales rechazaban la metafísica y disminuían la autoridad del ámbito
religioso. Además, es una reacción a la modernización tecnológica que empezó a hacer
posible la rápida absorción por parte de los escritores hispanoamericanos de las
diferentes especulaciones literarias y filosóficas europeas del siglo XIX.

Asimismo, un rasgo inherente a este movimiento es el isocronismo, es decir, la


existencia de una relación entre el modernismo y las corrientes literarias europeas (en
especial con las francesas), puesto que todos respondían, a su manera y
simultáneamente, a la nueva situación del ser humano en la era de la modernización. En
ese sentido, en el caso de Hispanoamérica la preocupación que se tenía era la falta de
influencia de la modernización, en donde la naturaleza y la barbarie aun representaban
una amenaza al no saber cómo dominarlas.

Cabe señalar que en sus comienzos, el modernismo fue recargado y exuberante


pero con el pasar del tiempo este fue refinándose. Los poetas modernistas preferían
temas sobre lo original y lo insólito; buscaban acercarse a la realidad misteriosa e
inefable del universo; existía una predilección por lo mítico y lo legendario, es decir,
una evasión del mundo real a través de la sugestión y evocación de sensaciones.
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Igualmente, el modernismo se caracterizó por el cosmopolitismo: más que


interesarse por los temas nacionales o los latinoamericanos, sus autores se consideran
“ciudadanos del mundo” y prefieren enfocarse en distintos lugares de la geografía
mundial y civilizaciones de épocas pasadas, atraídos por tierras como las europeas y las
orientales. Sin embargo, a través del cosmopolitismo se contribuye a la revaloración de
lo propio y a la ruptura con las antiguas jerarquías culturales.

Por otro lado, a lo político se le otorgó un papel subordinado en el modernismo,


sobre todo en su época inicial; es en el modernismo tardío donde se adopta una actitud
más política y americana. Podría considerarse que uno de sus aspectos políticos es la
actitud desafiante hacia los valores convencionales de la burguesía. No obstante, existía
una actitud ambivalente ante este tema, ya que a pesar de que los modernistas criticaban
a los burgueses, dependían estructuralmente de ellos.

Además, cabe resaltar que como sucedía en la mayoría de los movimientos


literarios, el Modernismo hispanoamericano se compuso por diferentes etapas: en
primer lugar, el movimiento se desarrolla con mayor fuerza en la zona del Caribe;
luego, el Modernismo se va desplazando hacia la zona sur, en donde se distinguen tres
períodos: Romanticismo-Modernismo (1882-1896), Momento de plenitud del
Modernismo (1896- 1905) y Modernismo- Vanguardia (a partir de 1905).

Para finalizar, podemos resumir el tema expuesto diciendo que, evidentemente,


la producción literaria de los países latinoamericanos forma un conjunto armónico, a
pesar de las diferencias y rasgos propios de cada país. Los eventos que sufrió el
territorio hispanoamericano dieron forma y lugar para que los exquisitos ejemplares
literarios que se han escrito a lo largo del tiempo y que hoy en día se siguen escribiendo
pudieran existir. En ellos se refleja la historia y el padecer de nuestra gente, tanto de
antaño como actual, y forma uno de los pilares principales de la cultura de los países
que conforman este conglomerado.

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