Está en la página 1de 7

IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

2. PECULIARIDADES DE LOS RIEGOS LOCALIZADOS DE


ALTA FRECUENCIA (RLAF)

2.1 GENERALIDADES
Los riegos localizados de alta frecuencia (RLAF) se caracterizan por dos hechos
fundamentales: la localización y la alta frecuencia.

La localización consiste en que sólo se humedece parte del volumen de suelo y se


pretende que las raíces obtengan de ese volumen el agua y los nutrientes que necesitan. El
efecto de la localización se manifiesta en modificar la evaporación y la transpiración, la
distribución de las raíces, en un régimen especial de las sales. Además, la localización del
riego casi obliga a que este se aplique con alta frecuencia porque el volumen de suelo
mojado es reducido y por tanto la capacidad de almacenamiento es baja , por lo que hay
que aplicar dosis reducidas de riego, y para satisfacer las demandas de los cultivos con
estas pequeñas dosis se deben aplicar con alta frecuencia.

La alta frecuencia del riego tiene importantes consecuencia en el régimen de humedad, el


suelo se mantiene constantemente a una humedad elevada, lo que afecta a la absorción de
agua, concentración de sales, aireación, etc.

2.2 NECESIDADES DE AGUA DE LOS CULTIVOS EN RLAF

Se señalan que una de las ventajas de los RLAF es el ahorro de agua. Veamos cómo la
localización y la alta frecuencia afectan a las pérdidas, a la evaporación directa y a la
transpiración. Sobre el primer caso, la localización se consigue conduciendo el agua por
medio de tuberías y aplicándola muy cerca de la planta y sólo la zona de raíces; esto
elimina las pérdidas por infiltración y evaporación en los canales, acequias, surcos, bandas,
etc., se limitan las pérdidas por escurrimiento superficial, lo que supone un importante
ahorro de agua.

2.2.1 Efectos de la localización en el valor de ETc

En el riego localizado sólo se moja una parte de la superficie del suelo, mientras que en el
riego convencional se moja toda; en consecuencia, la evaporación directa desde el suelo [E]
será menor en el riego localizado, lo que constituye un mecanismo de ahorro de agua. En
cambio la transpiración [T] puede aumentar ligeramente por varias causas: un suelo seco se
calienta más que el húmedo, emite radiación de onda larga que es captada por la parte
aérea de la planta, aumentando la transpiración. El aire situado sobre el suelo no mojado se
calienta más que si todo el suelo estuviera húmedo, y debido a la microadvección aporta
más energía al follaje, aumentando igualmente la transpiración.

El efecto de la alta frecuencia también favorece el aumento de la transpiración, ya que en


los riegos convencionales la humedad desciende bastante en los días anteriores al riego y la
transpiración es más difícil.; en el riego de alta frecuencia hay disponibilidad frecuente de
agua para la pérdida por transpiración.

En resumen, el efecto de la localización y la alta frecuencia es disminuir E e incrementar


T, el balance supone una disminución de la ETc, cuya magnitud depende de las partes
transpirantes de las plantas: masa del follaje, superficie total de las hojas, volumen de la
copa, etc.

R. Meneses R. Guía de Estudio 1


IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

2.2.2 El ahorro de agua con RLAF


¿Cuánta agua se ahorra? Como se ha dicho, hay dos causas para el ahorro de agua: una la
menor evapotranspiración, y otra, la eliminación de pérdidas de conducción y
distribución y la gran disminución de las aplicaciones.

En cuanto a la menor evapotranspiración, hay cierto ahorro en el caso de árboles, sobre


todo en los primeros años, y prácticamente no se ahorra en cultivos en hileras. En cuanto a
las pérdidas, que es donde se produce el gran ahorro, las cifras son muy variables, según la
cuantía de dichas pérdidas en los métodos de riego tradicionales.

2.2.3 Riegos deficitarios de alta frecuencia

Se puede presentar este cuadro cuando se aplica agua pero en cantidades inferiores a la
ETc máxima, debido a una inadecuada frecuencia, y se supone que las plantas en esas
condiciones experimentan unas adaptaciones que hacen que los rendimientos no
disminuyan o en caso contrario, los rendimientos se verán disminuidas.

2.3 EL BULBO HUMEDO EN RIEGO LOCALIZADO

Se denomina bulbo húmedo a la parte del suelo humedecida por un emisor de riego
localizado. Veamos como se crea el bulbo y los factores que afectan su forma. La
explicación se hace para un emisor puntual, cuando el emisor es del tipo de una larga cinta
porosa o hay traslape entre bulbos humedecidos, el suelo humedecido es un cilindro cuya
sección toma la forma de un bulbo.

2.3.1 Formación del bulbo

A pesar de que los emisores de riegos localizados descargan pequeños caudales, el agua
comienza a fluir sobre una reducida superficie, provocando un pequeño charco, cuyo radio
se va extendiendo a medida que el riego continúa. A partir del disco de suelo saturado que
es el charco, el agua se distribuye por los poros vecinos, cuya humedad es menor. En esta
zona vecina, el potencial está compuesto por el potencial gravimétrico y el potencial
mátrico, y como el contenido de humedad es bajo, el potencial mátrico es superior y el
primero empieza a intervenir en el movimiento del agua cuando se supera una cierta
humedad.

La acción combinada de las fuerzas mátricas y gravimétricas originan la forma


característica del bulbo húmedo, que en general presenta la configuración mostrada en la
figura.

2.3.2 Factores que afectan a la forma del bulbo

a) Tipo de suelo: en los suelos pesados la velocidad de infiltración es menor que en los
ligeros, lo que hace que el radio del charco sea mayor, y el bulbo se extienda más
horizontalmente; también porque el mayor porcentaje de microporos de los suelos
pesados hace que las fuerzas mátricas dominen a las gravitacionales en una mayor
gama de humedad que en el caso de suelos ligeros, y en consecuencia la
redistribución horizontal es más intensa en aquellos. En la fig. se muestra el bulbo
húmedo para tres tipos de suelos cuando se ha aplicado el mismo volumen.

Este hecho tiene implicancias en el número de emisores por planta, y la reducida


extensión del bulbo en suelos arenosos ha permitido el desarrollo del riego por
microaspersión.
R. Meneses R. Guía de Estudio 2
IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

b) La estratificación: en la práctica no existen suelos uniformes. En la naturaleza lo


normal es que se presenten estratos de distinta porosidad, lo que afecta al flujo y a la
retención del agua, y en consecuencia al bulbo húmedo.

Cuando el frente de humedecimiento alcanza un estrato diferente, ésta se comporta


inicialmente como una barrera al avance del agua, aunque sea más permeable que el
suelo situado sobre él. En la figura se muestran tres casos.

 En estrato arenoso: el agua que venía circulando por unos poros pequeños, cuando
alcanza el estrato arenoso, se encuentra con unos espacios aéreos mucho mayores,
que retienen el agua con menos fuerza (menor potencial mátrico). En consecuencia el
agua antes de atravesar la interfase se acumula en el suelo sobre el estrato, hasta que
el potencial mátrico disminuye lo suficiente para que el agua sea atraída por la arena.
Una vez que el agua penetra en el estrato arenoso, debido a su mayor permeabilidad
el frente húmedo necesita menos sección para avanzar; por lo que el bulbo se
estrecha. Cuando el frente alcanza el suelo situado bajo el estrato arenoso, el bulbo
adopta la forma que tendría con un emisor cuyo charco fuese la zona húmeda de la
arena.

 En estrato arcilloso: cuando el frente húmedo alcanza la arcilla, el agua penetra


inmediatamente en ella, pero debido a la menor permeabilidad del estrato intermedio,
el agua pasa con menor velocidad, acumulándose en el estrato superior, que de esta
forma se extiende más.

 En estrato impermeable: la presencia de piedras o lentejones de material muy poco


permeable hace que el bulbo se extienda lateralmente hasta que el agua rebosa por
los bordes.
c) Caudal del emisor y tiempo de riego: En la fig. se muestra la forma del bulbo
húmedo para dos suelos distintos, arenoso y franco, con distintos caudales por emisor
(4 y 20 l/h), y con distintos volúmenes de agua aplicados (4, 8 y 16 horas). El análisis
conduce a lo siguiente:

 El bulbo se extiende horizontalmente en los suelos más pesados.


 Para el mismo suelo se cumple:

a) Si el caudal se mantiene constante, la extensión superficial del bulbo no varía mucho


con el tiempo o lo que es lo mismo con el volumen aplicado, y algo similar ocurre con
la máxima extensión horizontal subterránea del bulbo. En cambio a medida que pasa
el tiempo, el bulbo se va desarrollando en profundidad. Un tiempo excesivo de riego
hace que el agua se pierda por percolación.
b) Para un mismo tiempo de riego o para un mismo volumen de agua, cuanto mayor es
el caudal del emisor, mayor es la extensión horizontal del bulbo. Sin embargo, el
aumento del bulbo es mucho menos que directamente proporcional al tiempo de riego.

En el suelo arenoso se pueden aplicar 8 litros a base de 4 l/h ó 20 l/h. En el primer


caso el mayor radio del bulbo es 23 cm y en el segundo de 28 cm. Con los mismos
datos para el suelo franco los radios son de 32 y 44 cm. En los dos casos el aumento
del radio es del orden del 25 – 35%, mientras que el del caudal es del 500%.

Por lo tanto, la extensión del bulbo húmedo no se puede modificar indefinidamente


variando el caudal del emisor ni el tiempo de riego. Para conseguir una determinada
superficie mojada de suelo a cierta profundidad, la variable más importante es el
número de emisores.

R. Meneses R. Guía de Estudio 3


IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

2.4 ADAPTACION DE LAS RAICES AL RIEGO LOCALIZADO

El efecto del riego localizado se traducen que solamente se humedece una parte del suelo,
lo que plantea inmediatamente una interrogante: ¿qué volumen de suelo necesitan las
plantas? y derivado de ello, ¿hasta qué punto se pueden reducir los marcos de plantación
usuales en riegos convencionales?

Experimentos realizados confirman que las plantas necesitan un volumen de suelo muy
inferior al que exploran en secano o con otros sistemas de riego, por el dinamismo y la
plasticidad del sistema radicular. Las raíces se adaptan velozmente al régimen de humedad,
concentrándose en el bulbo húmedo, que puede contener una densidad de raíces tres o
cuatro veces superior a un suelo con riego no localizado.

La reducción del volumen de suelo hasta un orden de 30 a 40 % es generalmente


aceptada, sin afectar los rendimientos, por debajo de ellos se corre el riesgo de que sea
insuficiente. Por encima de dichos valores la situación es más segura pero la instalación del
riego es más cara. Esta es una característica que hay que decir en el proyecto de riego, al
momento del diseño.

Las posibilidades de reducción del volumen de suelo implicaría la reducción de los marcos
de plantación en esos mismos porcentajes; sin embargo tal posibilidad se ve limitado por las
necesidades de luz del follaje, la necesidad de espacio para las labores culturales, el paso
de las máquinas, etc., de manera que hay que ser prudentes al tratar de reducir los marcos
de plantación.

2.5 REGIMEN DE HUMEDAD EN EL SUELO

2.5.1 Los rendimientos de los cultivos y el régimen de humedad

Otro aspecto importante en los riegos localizados es el aumento de los rendimientos


debido a la alta frecuencia. Según este principio, al mantenerse constantemente en el suelo
una humedad elevada, la absorción de agua por las raíces exige un menor esfuerzo a la
planta y la producción se desarrolla en mejores condiciones, aumentando los rendimientos.

Comparando ambos métodos: donde en los riegos convencionales tales como gravedad o
aspersión sin cobertura total el intervalo de riego es amplio (7 días), si la dosis de riego en
mm es “D”, la evapotranspiración diaria será D/7 (sin considerar pérdidas). En el caso de un
riego de alta frecuencia, concretamente un riego diario cuya dosis “d” coincide con la
evapotranspiración. Se comprueba que en los riegos convencionales la humedad
experimenta variaciones mayores.

Se ha demostrado que existe un valor umbral de humedad, que es mejor establecerlo en


términos de potencial, que se caracteriza porque mientras la humedad se mantenga por
encima de ese valor, la producción del cultivo no es afectada.

 En el riego tradicional, cuanto mayor es el intervalo entre riegos más se aproxima la


humedad al umbral entonces interesa acortar el intervalo desde el punto de vista
agronómico, pero en términos de costo conviene alargar el intervalo aumentando la
dosis. La elección de un correcto intervalo es función del cultivo y del suelo.

R. Meneses R. Guía de Estudio 4


IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

 En los RLAF normalmente se trabaja muy alejado del valor umbral y el intervalo entre
riegos se hace a voluntad, inclusive con mucha más frecuencia (uno o más por día).

En los suelos marginales, de poca capacidad retentiva (arenosos o poco profundos) es


donde los riegos de alta frecuencia pueden aumentar espectacularmente la producción, a
ahí la fama de estos sistemas. En los suelos pesados con los sistemas convencionales se
pueden conseguir un régimen de humedad satisfactorio, pero pueden presentarse algunos
problemas de falta de aireación después de una dosis elevada; con los riegos de alta
frecuencia se mejora estos problemas ya que las pequeñas dosis aplicadas no llegan a
saturar al suelo.

2.5.2 Aireación del suelo en RLAF

En los riegos de baja frecuencia se utilizan dosis elevadas de riego, lo que crea
problemas de falta de aireación en los días siguientes al riego, sumados por la destrucción
superficial de la estructura del suelo y la formación de costra en el riego por aspersión. En
cambio en los RLAF el suelo sólo se satura en un volumen muy reducido próximo al emisor;
a partir de esta zona saturada hay un gradiente de concentración de oxígeno, que
aumenta al acercarse a la periferie del bulbo húmedo.

2.5.3 El “régimen permanente” de humedad

En la práctica, el denominado “régimen permanente”, será más cierta cuando el régimen


más se aproxime al permanente, es decir cuanta más alta sea la frecuencia de riego. Esto
ocurre a partir de una cierta profundidad, ya que los estratos superficiales del suelo se ven
influenciados por la intermitencia de la aplicación del riego.

Este “régimen permanente” tiene una aplicación práctica importante: en los suelos
pesados, donde se tiene problemas de falta de aireación ocasionados por el riego, es
conveniente aplicar riegos de alta frecuencia y baja pluviometría. Cuanto menor sea la
pluviometría, es decir, cuanto menor sea la velocidad de infiltración, menor será la
conductividad hidráulica y menor será la humedad del suelo, aumentando en cambio el
espacio aéreo.

2.5.4 Riego a pulsos

En suelos con problemas de aireación puede ser conveniente la aplicación de riegos de


baja pluviometría; para ello se necesitan de emisores de baja pluviometría del orden de 0.1
– 0.2 l/h, que presentan problemas de obturaciones, lo que ha llevado al desarrollo de una
técnica denominada riego a pulsos.

El riego a pulsos es el riego intermitente, donde es posible aplicar una pluviometría baja [p]
utilizando un emisor de pluviometría [p’] muy superior a [p], con una duración de cada
aplicación [ta] muy corta, del orden de varios minutos y espaciando cada aplicación. Si [t] es
el intervalo entre dos aplicaciones, los valores de [t a] y [t] se pueden ajustar para que se
obtenga una pluviometría media igual a [p].

Las experiencias demuestran que el riego a pulsos se puede aplicar en suelos pesados para
evitar problemas de falta de aireación.

Comparando en un mismo tipo de suelo el bulbo húmedo obtenido por un riego continuo
y un riego a pulsos, utilizando el mismo caudal y aplicando el mismo volumen; se ha
comprobado que el bulbo húmedo en el riego a pulsos será más profundo y más ancho

R. Meneses R. Guía de Estudio 5


IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

que en el riego continuo, pero el aumento de anchura es proporcionalmente superior al


aumento en profundidad. (fig.)

Entonces, la aplicación del riego a pulsos puede estar justificada en los siguientes casos:

 Suelos muy poco permeables, para evitar la falta de aireación.


 Suelos muy permeables, para aumentar la extensión horizontal del bulbo húmedo.

2.6 SALINIDAD

2.6.1 Efecto de la alta frecuencia

Después de la aplicación de un riego, las sales que contenía la solución del suelo más las
aportadas por el agua de riego se encuentran disueltas en el agua del suelo. Por efecto de
la evapotranspiración va disminuyendo la humedad del suelo, mientras que prácticamente
no se eliminan las sales disueltas. En consecuencia la concentración salina va aumentando
hasta que se aplique el siguiente riego.

Cuanto mayor sea el intervalo entre riegos mayor será la salinidad de la solución del suelo,
las sales disueltas aumentan la presión osmótica de la solución dificultando la absorción
por las raíces, a esto se suma la dificultad de absorción debido a la disminución de la
humedad.

La alta frecuencia en los riegos facilita la absorción de agua por el doble efecto de
mantener alta la humedad y baja la salinidad; ello explica los favorables resultados con riego
por goteo usando aguas cuya salinidad las hacía poco recomendables en sistemas
tradicionales de riego.

2.6.2 Efecto de la localización


La distribución de las sales en el perfil del suelo es una consecuencia del régimen de
humedad. En los riegos localizados hay una distribución bidimensional, donde bajo el
emisor hay una zona muy lavada, rodeada por una zona de baja salinidad que coincide
prácticamente con el volumen ocupado por el bulbo húmedo. Las sales se acumulan en la
periferie del bulbo y sobre todo hacia la superficie del suelo, como una corona circular
blanca característica.

En plantas anuales se puede correr el riesgo de que en la siembra siguiente las semillas se
coloquen en las zonas salinas, perjudicando la germinación; o que las lluvias pueden
arrastrar las sales superficiales e introducirlas en zonas de menor salinidad.

2.6.3 Lavado de sales en riegos localizados

Las peculiaridades del régimen de sales en los riegos localizados obligan a un manejo
especial de riegos y lavados.

Conviene que los lavados sean frecuentes, lo ideal es que cada riego lleve su dosis de
lavado, es decir, que se riegue con cierto exceso. Las ventajas de los lavados frecuentes
son:

 La salinidad del bulbo se mantiene baja.


 Aumenta el volumen de la zona de baja salinidad.

R. Meneses R. Guía de Estudio 6


IR-559: DISEÑO DE SISTEMAS DE RIEGO

El cálculo de la fracción de lavado se hace en función de diversos factores: salinidad del


agua de riego, tipo de suelo, umbral de salinidad de los cultivos, régimen de las lluvias, etc.
En algunos casos las lluvias realizan un lavado suficiente; en otros es frecuente provocar los
lavados mediante riegos complementarios por aspersión y riegos por inundación, con
adecuado sistema de drenaje.

2.7 ABONAMIENTO EN LOS RLAF


Las instalaciones de riego localizado no solo permiten aplicar agua de riego sino también
distintos productos como abonos, correctores de suelos, productos fitosanitarios, etc. La
fertirrigación, abonos disueltos en el agua de riego, ha supuesto una revolución en las
técnicas de cultivo.

Cabe señalar que la aplicación de abonos en el agua de riego no es exclusividad de los


RLAF, pero en ellos es casi una necesidad debido a que las raíces exploran sólo una parte
del suelo, los nutrientes situados fuera de su alcance no son efectivos. Además, la gran
actividad radicular en el bulbo húmedo podría agotar algunos nutrientes si no se repusieran
con frecuencia.

Además la fertirrigación ofrece numerosas ventajas:

 Ahorro de fertilizante
 Mejor asimilación
 Mejor distribución en el suelo
 Aplicación del abono en las necesidades del momento
 Rapidez en la actuación
 Economía en la aplicación de abonos.

También algunos posibles inconvenientes, debido más a un manejo incorrecto son:

 Obturación de emisores por los precipitados químicos.


 Aumento de la salinidad del agua de riego.
 Carencia de algunos elementos que están presentes como impurezas en los abonos
tradicionales

La fertirrigación con nitrógeno es una práctica frecuente y cada vez se utilizan más el
potasio y el fósforo, aunque este último puede precipitar obturando emisores y quedar
inmovilizado sin alcanzar la zona radicular. También se aplican elementos secundarios como
S, Mg, y Ca y los microelementos.

R. Meneses R. Guía de Estudio 7

También podría gustarte