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La meta es y será siempre la Jerusalén Celestial

2
HUMBERTO MARIO MERCADO

Impreso en Provincia de San Juan, Capital


República Argentina
Primera edición, creado y publicado en marzo del 2018.

3
HUMBERTO MARIO MERCADO

Amar y sentirse
Amado
como discípulo de Jesús

Reflexionar y actuar sobre nuestra conducta


cristiana es personalizarnos y convertirnos en
verdaderos discípulos de Jesús, desde la mirada de
sus Mandamientos y Amor filial.

2018

4
INDICE
Prólogo.................................................................pág.8

Introducción.......................................................pág.13
Amarás .......................................................pág.15
 El Primer Mandamiento
¿Amar? ¿A quién?.....................................pág.18
 El Segundo Mandamiento
A tu prójimo...............................................pág.23
Como a ti mismo........................................pág.29
Desafíos .....................................................pág.30
La imagen de Dios ...................................pág.31
La Misericordia .......................................pág.32

Capítulo 1: Amarás a Dios sobre todas las cosas.


................................................................................pág.39
Para amar a Dios es necesario encontrarlo: La
virtud de la Fe teologal.............................pág.43
¿Cómo podemos amar y obedecer a Dios al que
no vemos?....................................................pág.45
Transformación y conversión a la luz del
mandamiento primero ..............................pág.47
¿Qué pasa cuando Dios no es deseado? ...pág.49
¿Cuál es el medio más eficaz para comunicarnos
con Dios?....................................................pág.51

5
La personalización en el proceso de
Transformación.........................................pág.53
El Misterio Pascual .................................pág.57
El Misterio Pascual de Jesús ¿está reflejado en
mi vida?.....................................................pág.58
Reflexión……..........................................pág.62
La Meta de Dios......................................pág.63
Algunas Conclusiones...............................pág.69
Dios nos hace libres para amar...............pág.71

Capítulo 2: y a tu prójimo ................................pág.73


¿Y quién es mi prójimo?...........................pág.78
Bienaventurados los Misericordiosos .....pág.81
¿Cómo conocemos la realidad? ...............pág.85
La Integración como camino a la transformación
....................................................................pág.87
La Esperanza en dar al hermano, a ejemplo
de la viuda ................................................pág.88
¿Qué imagen tengo de Dios? ...................pág.90
La virtud de la Esperanza la descubro
con el hermano..........................................pág.92
Algunas conclusiones................................pág.94

6
Capítulo 3: como a ti mismo ..........................pág.95
Nadie da lo que no tiene.....................................pág.99
Como a ti mismo: ¿hay alguien más dentro mío,
más que yo mismo, al que debo amar?
...................................................................pág.101
Afectividad configuradora cara a cara con Dios.
...................................................................pág.103
No hay relación sin oración ...................pág.105
Las Moradas de Santa Teresa de Jesúspág.108
Método de Oración Teresiano ..............pág.110
San Juan de la Cruz: Santísima
Trinidad..................................................pág.111
Sobre todas las cosas............................................pág.116
No hay libertad sin renuncia..................pág.118
La unificación y la Conversión..............pág.120

Capítulo 4: Conclusión ...................................pág.129


De la muerte a la Pascua del Amor......pág.132
¿Cómo encontrar a Dios en medio del Smog?
Mensaje Papa Francisco en New York en el año
2015.........................................................pág.133

7
1
«Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?»

1
Juan 20,15

8
PRÓLOGO:
Contar la experiencia que ha motivado la
creación de este libro sería algo extenso, cada
detalle y escena es infinitamente complejo,
pero es simple a la hora de graficar con
palabras el contenido y las conclusiones que
he podido extraer de ella.
Mi intención es exponer un compendio de
reflexiones y apuntes de doctrina y
espiritualidad cristiana orientado al
crecimiento y desempeño del joven adulto,
maduro, y por qué no, anciano/a también, que
está iniciado o está por iniciarse en el camino
de la fe. Espero que sirva como ejemplo en el
discernimiento diario de la palabra de Dios de
cara al seno de la comunidad cristiana a la que
pertenece.
Deseo que quien lea esto se sienta llamado
por otro cristiano a replantearse nuevos
desafíos e interrogantes frente a Dios y para
los demás; partiendo del Amor como virtud
teologal y vertebral, para la unidad de la
Iglesia y plenitud de las almas.

9
Sobrevivir en un mundo cada vez más
convulsionado, globalizado y exigente
sin llegar a prescindir de la presencia de Dios es
hoy el mayor desafío. Asumirlo y afrontarlo es
la tarea de todos los hombres de fe.
Vivir en el mundo sin pertenecer a él no es tarea
fácil. Más complicado se torna cuando
carecemos de la formación y las estrategias para
hacer frente a las adversidades individualistas y
consumistas que desvirtúan el sentido de ser y
sentirse discípulo de Jesús; que como
consecuencia traen el abandono del apostolado,
la masificación, la secularización y el quebranto
de las virtudes personales y teologales,
limitándonos a recibir la amistad de Dios en la
comunión de su gracia con los hermanos.
Pretendo que esto sea un humilde aporte a
la comunidad sin jamás pasar por encima de la
doctrina que se me ha enseñado. Para ello me
valdré de algunos pasajes del Evangelio, el
Catecismo de la Iglesia Católica, algunos
apuntes de teología, antropología y
espiritualidad cristiana.

10
Compartiré maneras de entender la
personalización y conversión cristiana en relación
a Dios en Jesucristo, desde la mirada de los
Mandamientos, a la luz del Nuevo Testamento:
arrojando diversas conclusiones para hacer
reflexionar al lector sobre la vida cristiana a nivel
personal y comunitario; camino para integrar las
partes que configuran el ser y quehacer con
Jesús hasta la muerte en Cruz y Resurrección final.
Convertirse verdaderamente a la fe es nacer de
nuevo, volver a Dios; centro, causa y origen de
nuestro amor interior, agua, vida y manantial de
gracias que brotan desde lo más profundo de
nuestra alma. Descubrir a Dios en un encuentro
amoroso es ser yo mismo, y yo con Él sin máscaras;
donde me siento amado y capaz de amar.
Alcanzar la meta de la salvación no viene de
arriba, mas hay que jugarse la vida en ello.
Hemos recibido el infinito amor que Dios nos
tiene por medio de Jesucristo, su Único Hijo, al
haberse entregado por nosotros en la cruz.
“Dios está deseoso de mirar a cada uno de sus hijos,
siguiendo el camino que los lleve a ser Hombres

11
Nuevos hechos a imagen y semejanza suya en Cristo,
Jesús.”
Quien emprende un camino de
autoconocimiento, valoración e identificación
con el propósito de Dios podrá Amar y sentirse
Amado como discípulo de Jesús, ya que Dios
tiene en 2Él toda su predilección.
Si miras al cielo pretendiendo alcanzarlo, no
sueñes diciendo: “Algún día iré” …, más bien ponte
en marcha y véncete…que con la con ayuda de Dios
podrás construir las alas que te llevarán a su
encuentro en un abrazo de Amor eterno: de Madre y
Padre, Esposo y Compañero, Hermano y Amigo que
nunca te fallarán.
El Autor

2
Mateo 3,17

12
13
INTRODUCCIÓN

“Cuando me ensanches el corazón, correré por el


camino de tus mandamientos”
(Salmo 118,17)

14
3
«El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que
sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su
gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña
entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo
fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos
del amo se acercaron a decirle: Señor, ¿no sembraste
semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?
Él les contestó: Algún enemigo ha hecho esto.
¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla? No, no sea
que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo.
Jesús respondió: Dejad que ambos crezcan juntos hasta
la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores:
Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para
quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero.»

3
Mateo 13, 24-30

15
INTRODUCCIÓN
La palabra de Jesús en el Evangelio es más
penetrante 4que espada de doble filo.
Para desarrollar este trabajo me centraré en
el Evangelio de San Marcos: 5Un escriba que
los oyó discutir, al ver que les había respondido
bien, se acercó y le preguntó: “¿Cuál es el primero
de los mandamientos?” Jesús respondió: “El
primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios
es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo
tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay
otro mandamiento más grande que estos”.
Amarás:
Es el mandamiento del amor; el absoluto,
porque proviene de lo ABSOLUTO; cuya
abismal profundidad nos lleva a la
comprensión parcial y totalizadora para la

4
Hebreos 4,12
5
Marcos 12,28-31

16
cual hemos sido creados y criados por Dios
en la Tierra.
6
Los mandamientos de Dios son una
manifestación de su amor y de su solicitud paterna
por el hombre. Sin embargo, el hombre moderno
no comprende los mandamientos; los toma por
prohibiciones arbitrarias de Dios, por límites
opuestos a su libertad.
El Amor es el misterio más hermoso, por el
cual los seres vivos con conciencia podemos
percibir.
Basta con salir fuera de nuestras casas
muy temprano, cuando vamos al
trabajo o a la escuela… y apreciar lo
más imponente: la luz visible de nuestro
Sol que nos da el ánimo suficiente para
vivir, crecer y ver el mundo que nos
rodea.
¡Cuánto nos ama Dios que nos da a gustar
todas estas cosas!

6
P. Raniero Cantalamessa, Homilética, Ciclo B.

17
La palabra que define e impulsa el verbo
AMAR es la AUTO-DONACIÓN
incondicional.
Siempre decimos que Dios nos da, y hasta los
ateos, ante un evento providencial dicen
“gracias a Dios”. El amor de Dios no tiene
límites, incluso para los incrédulos.
7“El amor es fruto del servicio”: la auto-
donación en beneficio de mi hermano.
No hay duda que Dios se ha manifestado al
mundo 8revelándose por medio de la historia
de Salvación y hasta nuestros días por medio
de Jesucristo, dándonos a entender y vivir su
Misterio Pascual por medio de su Santo
Espíritu:9“Conformando la Santísima Trinidad:
la unidad en la divinidad de tres personas de una
misma sustancia, poder y eternidad; Dios Padre,
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo(…)”. El
misterio revelado en Jesús es pura Gracia

7
Madre Teresa de Calcuta
8
Catecismo de la Iglesia Católica – Por qué creemos 50-53.
9
Esta es una confesión de Fe de Westminster 1648

18
para dimensionar y vivenciar el don de la fe
por medio de su Iglesia.
Pero para comprender DEBEMOS AMAR
con sinceridad y experimentar el amor divino
dentro de nuestra limitación humana,
manifestándola en lo más visible y tangible
de nuestras actitudes y acciones.
El Primer Mandamiento
¿Amar? ¿A quién?
A tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma,
con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas:
Pero antes que nada diré lo que NO es Dios
para evitar algunas confusiones en el lector.
Dios no es un objeto de uso, como un
celular o una tarjeta de crédito. No es
un holograma que se obtiene de una
placa de radiografía, tampoco es un
espejismo visto en mis más oscuras
necesidades y debilidades. No es un
ancianito con una barba blanca y larga,
con un cetro en su mano que usa para
19
juzgar las acciones de los hombres,
entre otras cosas que desarrollaré más
adelante.
Si aún no conoces a Dios y quieres
hacerlo, puedes hacerte algunas
preguntas como: ¿Por qué intuyo que
existe algo superior en el Universo?.
¿Soy alguien limitado o lo puedo
controlar todo?. ¿He tenido alguna
manifestación de Dios en mi vida?.
¿Cómo es mi pensamiento sobre Dios
cuando me pasan cosas buenas?.
¿Y cuando ocurren las malas?.
Bueno es saber que si se piensa en esto es
porque somos 10capaces de Dios, ya que Él ha
puesto en nuestro corazón el deseo de buscarlo y
encontrarlo. San Agustín dice: “Nos hiciste,
Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que no descanse en ti”. Este deseo y búsqueda
de Dios lo llamamos Religión.

10
Catecismo de la Iglesia Católica , Por qué creemos, nro. 27-30.

20
Y si creo conocer a Dios: ¿Amo a Dios
realmente?. ¿Qué imagen tengo de Dios
hoy?. ¿Qué lugar ocupa en mi vida?.
¿Dónde está colocado según el orden de
mis valores y prioridades?.
Es claro que estas preguntas se dirigen al
creyente que se ha planteado la existencia de
“alguien superior”.
11
Camina a nuestro lado. Sin embargo, no
lo vemos. Lo hacemos por medio de la
12
FE y la razón.
Mas el verdadero encuentro con Dios
producirá la conversión definitiva, que
dará inicio al camino del discípulo
hecho a imagen y semejanza de
Jesucristo.

11
Papa Francisco, Discurso en New York, año 2015
12
Catecismo de la Iglesia Católica, Por qué creemos, nro 31-36, 44-47.

21
Conocer no es lo mismo que encontrar.
El encuentro produce alegría; en cambio un
suceso racional e intelectual no.
¿Es la misma experiencia escuchar y ver
en foto a nuestro cantante favorito que
ir a su recital en vivo? Más aún, si
después de escuchar sus canciones
logramos hablar con él a la salida del
recital, ¿nos pondremos tristes?
Partiendo del supuesto de que Dios es
buscado; más si se calzan los zapatos de los
personajes del Nuevo Testamento, se podrá
ver que Jesús pasa todos los días frente a la
vida, manifestándose constantemente en toda
la creación y sus criaturas.
Sin embargo, quién soy yo para
interceptar a Dios en sus caminos,
atraparlo y hacerme merecedor de su
amor. Por esa razón Dios no es un
objeto, cosa, masa exterior o gas que
flota en el espacio dispuesto a resolver
mis problemas.
22
No hay duda de que todos los hombres y
mujeres merecemos ser amados por Dios.
Pero este amor ya se ha manifestado en el
mundo a través del Misterio Pascual de
Jesús:: 13“Porque tanto amó Dios al mundo que
dio a su Hijo único, para que todo el que crea en
Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque
Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para
juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve
por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el
que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído
en el Nombre del Hijo único de Dios”. Jesús no
solo es el puente humano para conectarnos
con Dios, sino que es Dios mismo hecho
hombre para darse en Amor Absoluto por
nosotros; para abrirnos paso a su Reino,
correspondiéndole a Él con el mismo Amor.
El paso de Dios hecho hombre por el mundo
fue, es y será una manifestación constante y
dinámica de dar. Esto lo vemos incluso desde
el momento de su concepción, tomando a

13
Jn.3, 16-18

23
María como Madre; y haciendo ella también,
su entrega generosa a la humanidad para la
realización del Misterio: 14 “María contestó al
ángel: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en
mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su
presencia”. No hay duda de que la Virgen
María es el mejor ejemplo de criatura amada
que responde humildemente al amor de Dios,
dando vida a Jesús, el Salvador.
Ella ha manifestado en su “Sí” que la fe es un
auto donarse totalmente y sin reservas a
Dios.
El Segundo Mandamiento:
A tu prójimo:
Si partimos del supuesto cuando Dios
nos creó: 15 “se miró así mismo, sopló a la
materia más caliente y concentrada, dando
vida al Universo, y entre él, una de tantas
galaxias como la Vía Láctea; y en uno de
sus brazos allí, nuestro planeta Tierra
14
Lucas.1,38
15
Teoría del Big Bang, P. Manuel Carreira S.J

24
orbitando el Sistema Solar sometido a
todas las leyes universales”; nos hizo
partícipes de todo lo visible e invisible
del mundo, para vivir felizmente en él.
Con esta comparación, haz un zoom
imaginario: de afuera hacia dentro, de
arriba hacia abajo, del cielo a la tierra;
y mirando al horizonte asómate por la
ventana, la puerta de tu casa o el
balcón, y dime…
¿Qué ves además de edificios, plazas,
monumentos, shoppings, montañas,
etc.?
Podrías responder racionalmente que
ves un paisaje, urbano o rural, por el
cual circulan personas.
Entonces, ¿qué percibes con tus otros
sentidos?. ¿Podrías describir la
situación de cada uno de ellos?

25
Pregúntate sin compararte: ¿Cuál será
la realidad de cada uno?. ¿Qué tiene
que ver amar a Dios con amar a toda
esa gente?. ¿Tengo la obligación de
sentir algo por ellos?
La respuesta a todos estos interrogantes es
manifestada por Juan, el discípulo amado:
16
“Queridos, amémonos unos a otros, porque el
amor viene de Dios; todo el que ama es hijo de
Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha
conocido a Dios, ya que Dios es amor.”
17
“Nosotros amamos porque Él nos amó antes. Si
uno dice que ama a Dios mientras odia a su
hermano, miente; porque si no ama al hermano a
quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve.
Y el mandamiento que nos dio es que quien ama
a Dios ame también a su hermano.”
Para el hombre moderno (sin Dios) amar e
intentarlo es parte esencial de la vida.

16
I Juan.4,7-8
17
I Juan.4, 19-20

26
Es filantrópico. Para él constituye una virtud
que lo conduce a su autorrealización plena y
definitiva.
Sin embargo, vive de lo efímero. Tiene prisa
por vivir, pues morirá. La “esperanza de
vida” se torna finita, agobiante y asfixiante.
Se refugia en mecanismos de defensa vacíos e
innecesarios de los que se vale para justificar
sus actitudes frente a la vida.
El hombre religioso vive y posee la conciencia
de finitud; con humildad y de prisa va
preocupado por el mundo ocupándose de su
transformación, esperando junto al hermano
la plenitud del Salvador que vendrá como
premio en la Resurrección final. Vive de lo
eterno y dentro-afuera. Nada escapa de la
realidad propia y ajena. Pues madura a luz de
la fe en común-unión con la colectividad
cristiana.
A través de la observación de las
distintas experiencias del amor, la
imperfección más evidente está en el
27
pecado; cuyo mal está enraizado en la
ambición, la traición a la confianza del
otro y la mentira (entre dos o más
personas, incluso entre pueblos o
naciones). Éstos, como todo pecado, son
camino seguro para la pérdida de la vida
en el hoyo de la muerte y la desolación.
Pecados trágicos que terminan por
estrangular el amor entre familias, los
amigos, las parejas, y cualquier tipo de
relación.
Dios existe y está en nosotros: no hay duda de
que la existencia de Dios es irrefutable, no
solo por las pruebas científicas que lo avalan,
sino también por las incontables experiencias
interiores o místicas que nos han transmitido
los santos; como Santa Teresa de Jesús (en
“Las Moradas”), San Juan de la Cruz (con “La
noche oscura del alma”), y San Ignacio de
Loyola (en sus “Ejercicios espirituales”).
El hombre ha sido creado y criado para amar,
alabar y adorar a Dios. ¿Cuáles serán los

28
medios para lograrlo? Probablemente hacer
oración y obras de caridad, cumplir los
mandamientos e ir los domingos a misa,
consagrar la vida a los pobres, etc.
No amemos solo de palabra, porque Dios existe
y está entre nosotros a través de la causa y la
existencia del otro, del hermano que espera
ayuda y cercanía.
El Santo Cura Brochero afirma: “Dios es como
los piojos, porque está en todos lados e incluso
entre los más pobres”. Esta es la sabiduría del
hombre que busca a Dios reconociéndolo en
todo y en todos. No se pone por encima de
nadie, al contrario, se abaja. No busca pasar
desapercibido; sino que decide no pasar de
largo.
Como a ti mismo:
Es necesario preguntarse hoy: ¿Cuánto
me amo a mí mismo? Sin llegar a
confundirlo con la autocompasión para
defendernos del inocente y vulnerable

29
ser que un día fuimos, reclamando a los
demás que nos amen y acepten como
somos. Para revertir esto, es necesario
personalizarse a sí mismo (organizarse
humanamente, a partir del plan pensado
por Dios), desechando viejos esquemas
y falsas construcciones personales; es
someterse a un proceso de
transformación personal que
reconquista nuestra autenticidad para ir
desnudando las capas del Ego que,
hasta ahora, nos mantienen con vida.
Desafíos:
Nadie da lo que no tiene: es muy cierto
saber que, sin amor propio, poco y nada se
podrá hacer por los demás.
Sobre todas las cosas: Amar sanamente
implica estar con o sin la presencia del otro,
sin perder nuestra individualidad. Depender
de alguien es vivir condenado a una vida sin
amor, de esclavitud y de muerte.
Desprenderse de todo aquello que NO es
30
Dios es el primer paso a la apertura del Amor
Absoluto de Dios en nuestra vida. Esto no
quiere decir que no se ame al prójimo. Por el
contrario, se lo amará más y como Dios lo
hace. Pues Él nos ama tan desprendidamente
que ni siquiera depende de nosotros para
existir y amar a sus criaturas. Él es el AMOR
mismo. Confiemos en Él.
Amor vs odio, autonomía vs dependencia,
cielo y tierra, bien y mal, naturaleza humana
vs naturaleza divina son los desafíos más
profundos y confusos que deberá afrontar el
iniciado en el camino de la fe, el apostolado y
la vida misma.
“No somos ángeles, sino que tenemos
18

cuerpo”; y con él debemos enfrentar la


realidad.
El pecar no nos convierte en bestias,
sino que nos acerca a nuestra naturaleza
más primitiva. No somos prisioneros
del pecado; somos libres de elegir y
18
Santa Teresa de Jesús, Vida Cap. XXVII, P. Maximiliano Herráiz, Ocd.

31
tomar nuestras propias decisiones,
seamos conscientes o no de ello.
La imagen de Dios: Se ha creído comúnmente,
y hasta nuestros días en un Dios castigador.
Hasta nuestros padres y abuelos nos
decían cuando éramos pequeños que si
hacíamos una travesura Dios nos iba a
castigar. Con el tiempo y al padecer
situaciones funestas hicimos crecer
estas comparaciones sin ninguna lógica.
Creemos que Dios da y quita, daña e
incluso parece que fuese Él el culpable
de todas nuestras pérdidas y desgracias.
Para comprender más aun será necesario
preguntarse ¿qué imagen tengo de Dios? .
La Misericordia
Los practicantes hablamos de un Dios justo,
pero Misericordioso.
La misericordia de Dios la he podido
entender no como la desaparición
definitiva del mal que he causado, pues
32
lo hecho, hecho está; y la culpa, con
sincero arrepentimiento, puede ser
absuelta por medio de la Reconciliación.
Es la entrega de algo propio en pos de
beneficio del otro: sea el perdón, mis
talentos, un servicio, etc.
Por un lado, comprobado está, que la
lectura de la propia historia de salvación,
dispuesta por Dios con misericordia, ha
de separar toda maldad operante en el
hombre: como el trigo fue apartado de la
mala hierba. Así se convertirá nuestra
vida para repararla y purificarla de sus
acciones y actitudes.
Por el otro, resulta un beneficio para el
alma ya que nos puede llevar a las crisis
más profundas de fe, y hasta podemos
llegar a replantearnos el porqué de
nuestra existencia en el mundo,
sumiéndonos, incluso, en las
depresiones más profundas.

33
El camino es cuesta arriba y parecerá
una eternidad; a menos que tomemos la
firme decisión de cargar con nuestra
cruz siguiendo a Jesús en sus mandatos:
como discípulo que confía en su maestro
por sus enseñanzas y desea 19”hacerse
espaldas con su amigo”.
En esta decisión no estamos solos:
"Vengan a mí los que van cansados, llevando
20

pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi


yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde
de corazón, y sus almas encontrarán descanso.
Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.»"
El yugo es un instrumento de madera al cual,
formando yunta, se unen por el cuello las
mulas o los bueyes.
El efecto del yugo es unir estrechamente a
dos seres vivos, haciéndolos compartir
idéntica ruta y un mismo destino

19
Teresa de Jesús. Confianza en el amado.
20
Mateo 11, 28-30

34
El plan de Dios para nuestras vidas ha sido
proclamado por Jesús a la multitud en las
21
Bienaventuranzas:
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos
es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en
herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán
consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos
verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.

21
Mateo 5,3-12

35
Bienaventurados serán cuando los injurien, los persigan
y digan con mentira toda clase de mal contra ustedes por
mi causa.
Alégrense y regocíjense porque su recompensa será grande
en los cielos”.
Si reflexionamos con las bienaventuranzas,
sería absurdo pensar que Dios ha venido al
mundo para castigar; más bien, Él se ha
dispuesto a “felicitarme”, llamarme feliz por
ser pobre de espíritu, ser manso y llorar,
22
misericordiar y limpiar mi corazón, buscar el
bien, la justicia y la paz.
Dios tiene predilección por los pobres, pero
la vocación proclamada es para todos:
hombres y mujeres, ricos y pobres, buenos y
malos, ambiciosos y despojados, limpios y
sucios, sanos y enfermos. Todos somos hijos
de Dios con el Bautismo recibido en Jesús.
Por lo tanto, todos tenemos derecho a ser
redimidos partiendo de su búsqueda
incansable.

22
Papa Francisco: Déjate “misericordiar” del corazón a las manos.

36
Por otra parte, el perdonar y pedir perdón
van de la mano con la misericordia. Ya
habremos escuchado que quien perdona mucho,
ama mucho.
Sin embargo, todo mal causado por nosotros
no escapa de la justicia de Dios. La impunidad
es insostenible para Dios. Toda acción
contraria al bien del otro trae consecuencias,
tanto para el que lo hace como para quien lo
recibe. No pasamos desapercibidos en el
mundo por parte de Dios. Él desea nuestro
crecimiento. No practicar la
misericordia sería pasar de largo frente al
otro, negándole la posibilidad de
trascendencia, dentro-afuera, de abajo hacia
arriba, 23del suelo hacia la luz. En
definitiva, necesitamos del otro para poner en
práctica el camino de las bienaventuranzas.
Dios es más rápido que la luz, pues Él es la
LUZ y siempre saca provecho del mal

23
Arq. Frank Lloyd Wright, “Casa de la Cascada”, 1946-47

37
causado, iluminándolo y convirtiéndolo todo
a nuestro favor.
La vocación del hombre es un llamado
de Dios a ser Santo, por lo tanto,
alegrémonos en ser portadores de la
Buena Nueva.
Para ello, debemos ser capaces de
integrar a nuestro cotidiano vivir los
talentos y defectos, trabajos y desvelos,
bondades y pecados, superando las
necesidades básicas haciéndonos uno
con Él.
Vivir divididos por dentro en la culpa
innecesaria o, por el contrario, sentirse ya en
el cielo, donde nada ni nadie me hará daño, es
inmadurez. Integrar el todo a la vida,
transformará nuestro egoísmo en
conversión. La auto donación del todo al otro
será sin máscaras. La Autenticidad será el
lema del cristiano que irá madurando a
imagen de Jesús. Sin altibajos, ni fariseísmos,
con equilibrio, transparencia y naturalidad.

38
Tomaré mi vida en mis manos, afrontaré, subiré
la quebrada más empinada; y teniendo a Dios de
mi lado, podré Amar y sentirme Amado como
discípulo de Jesús.
Dicen que un hombre es el arquitecto de su propio
destino. En los próximos apartados
descubriremos la manera de entender el
camino cristiano para unirse al propósito de
la vida a partir del Mandamiento de Jesús.

39
Capítulo 1

AMARÁS A DIOS
SOBRE TODAS LAS COSAS

24
“Quien cumple sus mandatos permanece con
Dios y Dios con él.”

24
I Juan.3,24

40
41
Capítulo 1
AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Los fariseos se pusieron de acuerdo para
poner a Jesús a prueba. Uno de ellos, un
doctor de la Ley, le dirigió esta pregunta:
Maestro, en la Ley, ¿cuál es el gran
mandamiento?.
Jesús, respondió:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
25

con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el


grande y primer mandamiento”
Jesús pone en primer lugar el Amar a Dios
sobre todas las cosas. Está colocando en el
centro de la vida del hombre al Padre
Celestial, al Dios de Abraham, Isaac, Jacob y
Moisés. Nos recuerda al Dios de nuestra
Historia de Salvación en el Antiguo
Testamento.

25
Deuteronomio 6,5

42
26Jesús no lo pone encima, pero si en el
centro, porque del corazón todo tiene que
partir, ha de retornar y hacer referencia.
El amor de Dios está hecho de amor paterno
en su impulso de hacer crecer a sus criaturas;
y muestra una imagen de amor materno,
27
¿Acaso olvida una mujer a su niño, sin
compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues
aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido; y
se brinda en el amor de un esposo, 28es fuerte el
amor como la muerte, es centella de fuego,
llamarada divina.
Por eso decimos que el Amor de Dios es
Absoluto.
Amar es el verbo que implica la capacidad de
una persona para salir de sí misma, dándose
al otro. Dios sale al encuentro del Hombre,

26
Catequesis Papa Francisco sobre el Mandamiento de Jesús.
27
Isaías 49,15
28
Cantar de los Cantares 8,6

43
para mostrarse como Él desea: está ansioso de
amar y ser amado.
Sin embargo, dijo Dios: Amarás; es una orden,
no una súplica. Ahora bien, escucharla y
acatarla (en libertad liberada) es el desafío de
todos los cristianos.
Para amar a Dios es necesario encontrarlo:
La Virtud de la Fe teologal
Por medio de la Fe, virtud teologal que
procede de los atributos de Dios (y como
respuesta del Hombre a Dios), lo hará digno de
su encuentro amoroso.
Los profetas anuncian que Dios establecerá
una Alianza Nueva y Eterna que realizará la
renovación radical y redención definitiva de
los cautivos. 29Esta Alianza está abierta a todos
los hombres y la que conocemos por fe
anunciada o prefigurada.

29
CATIC, Porque creemos, nro. 54-64, 70-72

44
La fe es recibida en el seno Virginal de María
Santísima, pues «Feliz de Ti por haber creído
que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte
del Señor»; y su castísimo esposo San José
(padre de la fe).
Por los apóstoles y las tradiciones, Jesucristo
es revelado al mundo: 30”Este es mi Hijo amado,
en quien tengo puesta mi complacencia”.
La fe recibida en el Bautismo, por medio del
Agua, purifica la mancha del pecado original;
convirtiéndonos en hijos adoptivos de Dios,
colocando en nosotros la semilla de la fe.
Semilla que debe ser plantada con la oración
confiada y regada con las buenas obras.
Para los iniciados, descubrir los propósitos de
Dios es un camino de fe en la Iglesia, la
palabra de Dios proclamada (Kerigma) y los
sacramentos; es unirse al cuerpo místico,
sirviendo de testimonio para los demás.

30
Mateo 3, 17

45
¿Cómo podemos amar y obedecer a Dios, al que no
vemos?
Es una actitud que requiere de confianza.
La amistad que Cristo nos ofrece en la
Última Cena es más fuerte que un
parentesco e implica depositar la
confianza plena en el vínculo.
Por la fe proclamada a la luz de la revelación
divina, el corazón del hombre debe abrirse al
infinito “porque del corazón todo tiene que
partir”.
Además, la fe se manifiesta litúrgicamente en
la Santa Misa cuando la profesamos por
medio del Credo, cuyos 16 puntos los
recordaré:
1. Creo en Dios Padre Todopoderoso,
Creador del Cielo y de la Tierra.
2. Creo en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro
Señor
3. que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo
46
4. y nació de Santa María Virgen.
5. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado
6. Descendió a los infiernos.
7. Al tercer día resucitó de entre los muertos,
8. subió a los Cielos.
9. Y está sentado a la derecha de Dios Padre
Todopoderoso.
10. Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos.
11. Creo en el Espíritu Santo,
12. en la Santa Iglesia Católica,
13. en la Comunión de los Santos,
14. el perdón de los pecados,
15. la resurrección de la carne
16. y la Vida Eterna. Amén

47
Transformación y Conversión a la luz del
mandamiento primero:
“Dios aparece en el horizonte de la
31

autorrealización del hombre como fundamento de


sentido”.
Dios es Absoluto, por tanto, sus mandatos
también: Amarás al Señor, tu Dios.
Nuestro ser es implantado por Dios debajo
las leyes físicas del universo, haciendo que el
hombre viva desde abajo:
Si se mira al cielo con la intención de
saber y escudriñar qué está más allá de
él, se está cuestionando el misterioso
origen de todo. Los filósofos lo
llamarán tener deseo de lo
trascendente; para nosotros, es tener el
deseo de Dios.
Dios ha de ser deseado.

31
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”. pág. 33.

48
El problema aparece cuando los
cristianos no están maduros en la fe.
Dios puede llegar a ser objetivado,
empleándose como algo que se puede
usar o poseer a nuestro favor, dando
solución inmediata a nuestros
problemas. Creemos que Dios es la
causa y efecto de todas nuestras
negligencias.
El deseo de Dios ha de ser purificado y
transformado, según la realidad de Dios
mismo. Los místicos llaman a este proceso
Purificación del deseo.
Teológicamente, el mismo deseo de Dios es
obra de Dios, por lo tanto, Gracia. Sin ella no
hay horizonte de Dios; para iniciar un camino
de conversión a Dios es necesario desearlo,
creciendo con la oración dirigida y confiada.
Es el medio, no el fin. El fin es ponernos en
contacto con Dios y hacer Su voluntad; de esta
forma configuraremos nuestra fe en
comunión con todos.
49
La respuesta la encontraremos en los signos
que Dios mismo pondrá en nuestra realidad
temporal para comunicar su amor y
viceversa.
¿Qué pasa cuando Dios no es deseado?
La respuesta pertenece al horizonte cultural
en el que nos movemos, corriendo peligro
nuestra espiritualidad, ya que las personas
somos parte del mundo secular.
La secularidad permite liberarnos de Dios,
tratándolo como si fuera un objeto de
necesidad. Para él la libertad no es medio,
sino fin. El mundo secular piensa que el
hombre puede realizarse sin Dios, a
diferencia del hombre religioso, que
encuentra su realización definitiva en Dios.
Sin embargo, esto puede servir como punto
de partida para configurar y/o propiciar la
experiencia de Dios en la persona (espiritual):
Quizás la calidad de nuestras
experiencias no ha podido conectarnos

50
con lo más auténtico y profundo de
nosotros mismos.
San Agustín también en un momento de
su vida estuvo sediento de felicidad, la
buscó y fue tras ella. Pero en un
momento de lucidez y claridad se dio
cuenta de que la tenía dentro de sí, muy
adentro de su corazón, hasta llegar a
exclamar:
¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde
te amé!
Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te
buscaba, y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas
por Ti.
Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo.
Me retenían lejos de Ti todas las cosas, aunque, si no
estuviesen en Ti, nada serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera. Brillaste y
resplandeciste y pusiste en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume y respiré y suspiro por Ti.
Gusté de Ti y siento hambre y sed.
Me tocaste y me abraso en tu paz.
51
Lo contrario ocurre cuando somos
como aquellos maestros de la ley, que
ocupan el templo pero sin habitarlo:
Existe actualmente un fariseísmo que
aqueja al pueblo de Dios; y sin
remitirme a nadie, pues cada uno sabrá
en su conciencia de qué lado está y hacia
dónde quiere ir; que destruye, divide e
incluso pone por debajo a otros
hermanos que quieren conocer y formar
parte del cuerpo místico de la Iglesia.
Esto es un sacrilegio.
¿Cuál es el medio eficaz para conectarnos con
Dios?
32
“Es la oración sino un trato de amistad con el
Señor. Estando muchas veces solas con quien
sabemos nos ama”
La relación con Dios es un trato de amistad, de
persona a persona (interpersonal). Del tú con
el Tú.

32
Santa Teresa de Jesús, “Vida”, 8, 5.

52
Orar es como si pusiéramos un chip de
celular en nuestro cerebro enviando
señales a un satélite que orbita la tierra.
La señal del chip representa nuestro
deseo de Dios y el satélite sería Dios. La
conexión será establecida por medio del
Espíritu Santo y su mensaje la Palabra
Dios, encarnada en Jesús.
La humildad será la virtud religiosa que
servirá como llave para dar sentido personal
a nuestro trato con Dios.
Una parábola de Jesús sobre la verdadera
oración diferencia pedagógicamente la
actitud farisaica con la verdadera humildad.
33 “Dijo también esta parábola a algunos que

confiaban en sí mismos teniéndose por justos y


despreciaban a los demás: Dos hombres subieron
al Templo para orar: uno era fariseo, y el otro
publicano. El fariseo, quedándose de pie, oraba
para sus adentros: Oh Dios, te doy gracias porque
no soy como los demás hombres, ladrones, injustos,
33
Lucas 18, 9-14

53
adúlteros, ni como ese publicano. Ayuno dos veces
por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo.
Pero el publicano, quedándose lejos, ni siquiera se
atrevía a levantar sus ojos al cielo, sino que se
golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios ten
compasión de mí que soy un pecador. Os digo que
éste bajó justificado a su casa, y aquél no. Porque
todo el que se ensalza será humillado, y todo el que
se humilla será ensalzado”.
Esta virtud permitirá reconocer y mirar
nuestro “yo real”, comparándolo con el “yo
que hemos construido”, llegando hasta el
fondo de nosotros mismos para descubrir a
ese Dios revelado por el conocimiento propio
que, como cristianos, profesamos
La personalización en el proceso de
transformación.
Habré dicho que conocer no es lo mismo que
encontrar. Para ello:

54
34Hay que desarrollar el modelo de
personalización, previo a la conversión:
La personalización se entiende cuando
conlleva a la transformación en sentido
bíblico; y consiste en experimentar la
densidad de lo real, distinto a lo que
podemos imaginar (ideal)
 Se rompe la imagen de Dios
(infantil)
 El camino del Reino no responde a
nuestros deseos y expectativas.
 Encuentro con el sufrimiento.
 Condiciones insalvables de la
condición humana son asumidas:
pecado, muerte, mentira existencial,
etc.
La personalización da la máxima importancia
a la CRISIS, pues no huye de lo real y
objetual de la existencia.

34
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”, pág. 115.

55
Hacer el camino estudiado por Garrido,
implica aprender a comprender los ciclos
vitales ligados al proceso de vida,
configurándolo y fundamentándolo en el
Reino. El discernimiento es capaz de
relacionar los presupuestos biopsíquicos con
las cuestiones existenciales de la vida
teologal, que el espíritu suscita a través de su
historia. A continuación detallaré resumen de
los 35CICLOS VITALES:
 18-25 años: el joven tiene un yo bien
constituido. Optará por un proyecto de
vida. Dará lugar, después de la
iniciación cristiana, a la 1° Conversión:
crisis de la pos adolescencia y la
autoimagen. Tiene la sensación de
haberse encontrado consigo mismo, y
saber qué es lo que quiere.
 25-45 años: el joven adulto iniciará un
camino espiritual y de integración.
Tiene un proyecto de vida definido, o
al menos más asumido. No en función
de ideales, sino en un proceso de
35
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”, pág. 179.

56
personalización y fundamentación. En
este tiempo se vive de todo.
 45-65 años: Despliegue de la vida
teologal. Se apela a la crisis de
reduccionismo y realismo. Aparece la
2°Conversión. A partir de los 40, el
futuro aparece más como barrera que
como posibilidad. El proyecto de vida
es lo ya creado y conocido. Todo se
reduce, se relativiza lo alcanzado y
trabajado. La muerte comienza
aparecer como real.
 60- 65 años: para el adulto anciano
será una época de serenidad y
sabiduría; de libertad interior, en la
simplicidad de la mirada, intacto el
corazón, liberado del egoísmo y
reducida la existencia a la confianza.
Hay dos caminos: morir normalmente
o con culpa.
La crisis representa los momentos decisivos
del proceso e ilumina sus pasos. La Biblia le
llama Pruebas.
Al hacerse consciente de sí mismo, se
replantean los valores, principios y actitudes;
57
esto resulta beneficioso como camino para
liberarse de los grilletes que nos atan al
hombre viejo (con una vieja personalidad).
Al pasar del hombre viejo al nuevo,
descubrimos porqué nos comportamos como
lo hacemos, y qué creencias sustentan los
paradigmas en los que se apoya nuestra vida
actual.
Es útil preguntarse qué nos ha traído hasta
acá y qué queremos dejar atrás. Es configurar
un nuevo yo, a imagen y propósito de Dios.
El Misterio Pascual
La fe tiene a Dios en el centro de la historia
de salvación universal. ¿Cómo podrá el
hombre renacer a la vida nueva y proclamar
su salvación?
En el Misterio Pascual, Dios demuestra el
inmenso amor que nos tiene: 36 “Porque tanto
amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para
que todo el que crea en Él no perezca, sino que
36
Juan 3, 14-21

58
tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a
su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino
para que el mundo se salve por Él. El que cree en
Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está
juzgado, porque no ha creído en el Nombre del
Hijo único de Dios”.
La respuesta está en la relación dentro -
afuera. La vida misma está llena del Misterio
Pascual de Jesús. Esto ha de estar incluido y
plasmado en el discernimiento práctico del
creyente, del grupo, la comunidad y la
sociedad en general.
El Misterio Pascual de Jesús ¿está reflejado en mi
vida?
La respuesta estará en las veces que hemos
podido llegar y sobrevivir para contar dicho
Misterio.
Nacer, crecer, desarrollarnos en el medio del
camino, tropezar con la piedra, caer, seguir
caído; experimentar la muerte existencial de
la vida; final y misteriosamente surgir y
renacer a la esperanza de un futuro mejor.

59
Reiniciar el ciclo nuevamente dará frutos de
experiencia de salvación y conversión.
Si la Resurrección de Cristo posee carácter
sobrenatural, entonces la muerte existencial
que podríamos experimentar ante la crisis,
llevará (con la fe purificada) a nuestra
resurrección sobrenatural. Es gracia y
salvación y, por tanto:
37
“si hemos muerto junto a Cristo, debemos creer
que también viviremos con él. Sabemos que Cristo,
una vez resucitado de entre los muertos, ya no
muere más; desde ahora la muerte no tiene poder
sobre él”.
La fuerza de la resurrección nos impulsa a
salir y transformar la crisis en proyecto,
desafío y lucha en vida por la gracia del
Espíritu que hemos recibido.
Porque aquellos que de antemano conoció,
38

también los predestinó a ser conformes con la

37
Romanos 6,8-9
38
Romanos 8,29

60
imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos.
Hemos aprendido de dicha cita bíblica que la
meta de Dios para los creyentes es la
conformidad de nuestro ser a semejanza de
Cristo; y todo lo que Dios haga en nuestras
vidas pasará a centrarse en su objetivo
supremo, manteniéndolo hasta el día que
estemos completos en Él.
Recomiendo al lector leer Romanos 8.
Pues podremos extraer de él algunas
conclusiones muy clarificadoras para el
iniciado que ha muerto al hombre viejo y
resucitado a la vida nueva en Jesús:
 Dios nos libera del temor. Nuestra paz
se fundamenta en nuestra fidelidad, en
su Nueva Alianza.
 Dios nos hace sus hijos adoptivos. Lo
que importa (y basta) es Amar. Él es el
Amor mismo derramado en nuestros
corazones como Nueva Alianza.

61
 Dios despliega en nosotros la vida
sobrenatural. Vivimos dentro afuera.
Por eso amamos, nos damos al otro. No
ha sido conquista propia, sino proceso
de liberación.
 Dios realiza la unidad perdida de la
humanidad por el cosmos. La historia
de salvación se revela como un largo
parto. La Esperanza se alimenta de la
confianza inquebrantable en el Dios
creador consumador, vencedor de la
muerte.
 Dios nos hace caminar en la
desapropiación. La liberación se alcanza
al esperar (desnudamente) sin
programas ni objetivos. Se debe esperar
en Dios.
 Dios nos enseña a orar según Él mismo.
Nos introduce en su Palabra y los
Sacramentos, especialmente el de la
Eucaristía. Todo proceso de oración es
obra del Espíritu.

62
 Dios nos configura con la Pascua de
Jesús: el Espíritu nos configura con
Jesús, ya no cabe otra ley de la vida que
perderla.
 Dios nos consagra en alabanza de su
gracia y hace consumir todas las cosas,
para el bien de los que lo aman.
En definitiva, cuando morimos a nosotros
mismos, el Padre reproduce en nosotros los
rasgos de Jesús.
El encuentro con lo sobrenatural es gracia, le
otorga alegría y nueva vida al hombre; pero
la persona no se alianza a sí misma, sino que
lo hace a través de rupturas dolorosas.
Reflexión: Obedecer a Dios que me pide
Amarlo implica hacer un camino. No hay
recetas ni fórmulas mágicas, ya está revelado
en el plan de la salvación. Sin embargo,
profundizar día a día este proceso de relación
con Dios no se construye con oración
solamente, sino con obras y de verdad.

63
Cuando amamos a una persona, no solo
se lo decimos, sino que buscamos la
manera de demostrar que la amamos.
La salvación no depende de nuestras
obras, pero sí del amor que hemos
puesto en ellas.
Para ello es necesario rectitud de
intención en las cosas de Dios,
naturalidad y propósito.
A veces nos olvidamos de que todo el
bien que realizamos procede de Dios,
sale desde dentro, por ser templo
espiritual unificado con Él.
El creyente debe ser capaz de integrar lo
humano y lo divino. Debe reconciliar cuerpo
y alma, mundo y vida, compromiso social y
experiencia de Dios, etc.
La meta de Dios:

64
“Felices los pobres de corazón, porque el Reino
39

de los cielos les pertenece”.


Los desposeídos y los desapropiados
merecen poseer y habitar el Reino; son
los desinteresados que no hacen de Dios
el centro de sus intereses objetuales y
eventuales.
Debemos sacar de nuestro corazón las
viejas imágenes que teníamos de Dios,
aprender a trascenderlas por medio de
la fe, las obras y la oración. Adherirse a
Dios es responderle creciendo y
esperando.
Así es como el deseo desaparece, siendo
Dios quien nos trasforma (durante toda
la vida: ciclos vitales del hombre) a
imagen y semejanza de su Hijo
Resucitado por la fuerza del Espíritu
Santo.

39
Mateo 5,3

65
40
“Por esa razón, si la espiritualidad no
fomenta el amor de Dios, terminará por
perder su fuente, olvidando que el fin de la
tierra es el cielo, cara a cara con Dios”.
Al profundizar nuestra relación por medio de
la entrega orante y la acción confiada a Dios
(por la fe recibida), traducida en Espera y
Entrega generosa podremos comprender y
advertir cambios en nuestra conducta, que
nos indicarán que el deseo de Dios ha sido
trasformado:41Este producirá en nosotros
determinados efectos y presupuestos como:
 Unicidad
 Espíritu individual; no individualista.
 Conciencia de poseer una dignidad y valor
irreductibles
 La persona no debe ser reducida a un objeto,
haciéndola impenetrable a todo juicio ajeno.

40
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”, La
personalización. Tercera Tesis, pág. 450
41
pág. 63, 407

66
 Exige respeto, porque es absolutamente
valiosa.
 La persona es fin no medio, etc.
Pertenece al Amor de Dios el don de traer la
dignificación a la persona en su unicidad. Por
lo tanto, todos somos dignos de amar y ser
amados por Dios en sus criaturas.
El camino de la personalización a través del
Mandamiento primero de Jesús es una
experiencia que organiza. Y hace propia la
historia personal con la de salvación.
Descubrirse salvado lleva a la experiencia de
inicio con fundamento en la fe y posterior
conversión. La persona no se constituye
definitivamente, sino que ha de hacerse y
construirse mejor.
Este camino no se apoya en el individualismo
de la autoafirmación, sino que consiste en ser
consciente de una unicidad personal para
desarrollar la relación con el todo y sus
partes en lo real.

67
Cuando perdonamos una ofensa
recibida, sea propia o ajena, estamos
estableciendo una relación inmediata y
real con Dios desde nuestra unicidad
como persona. Traemos a nuestra vida
y a la del otro tranquilidad, sosiego y
paz en la conciencia.
La unicidad tiene como clave el perdón; don
que implica la aceptación y la limitación que
ha causado la herida. La ofensa no se borra,
pero si la culpa que juzga y destruye
cualquier acto de amor. Por eso decimos, que
el perdón es un acto de amor: Y quien perdona
mucho, ama mucho.
Hacer un camino de esta naturaleza
¿Permitirá cumplir el mandamiento primero de
la ley de Dios?
Por supuesto que sí. Sin embargo, y como ya
hemos visto, es necesario pasar por períodos
de autoconocimiento, crisis, rupturas y
desafíos que nos confronten con la realidad;
liberándonos de las falsas ideas y
68
construcciones cognitivas que hemos creado
e idealizado. Al mirarnos por dentro se revela
la grandeza y la miseria. Poco a poco irán
emergiendo dentro, como volcán de lava
ardiendo, todos aquellos sentimientos de
culpa, y heridas pasadas que habían sido
reprimidos a causa de las capas superficiales
del Ego. Y con ello, por medio del encuentro
amoroso con Dios, surgirá todo lo bueno que
tengamos para ofrecerle a Él y al prójimo.
Al revelarse el pecado, la conciencia sacará
chispas al arrepentimiento, y encenderá la luz
del Amor interior que movilizará nuestro ser
para dar cabida al otro.
Es un darse cuenta, despertar y Re-Nacer a la
fe en cada etapa de la vida; entregarse a ella
por entero, como la 42mariposita que se consume
con la luz del candil ardiendo. (7°Morada).
La unificación es fruto de un proceso
dramático de afirmaciones y negaciones

42
Santa Teresa de Jesús, “Las Moradas”, séptima Morada.

69
sostenida por el amor. Solo el amor de Dios
permite mantener la unicidad en la ruptura y
transformar la negación en liberación.
Visualizar mi yo y sentirme salvado
(con mi historia personal)
análogamente con la Historia de
Salvación del pueblo de Dios (Rom. 8);
creará en mí la espera confiada; la
Esperanza de que con 43“determinada
determinación” me pondrá en marcha
para acelerar mis pasos y seguir la
huellas de Jesús.
Algunas conclusiones:
Reconocerse y sentirse salvado despierta el
Amor propio y a los demás. Nace un cristiano
maduro que proclama su fe: el nuevo discípulo.
Crece en gracia y es más:

43
Santa Teresa de Ávila. Camino 21,2

70
 Fiel a la oración.
 Participativo.
 Responsable.
 Comunitario y comunicativo sin
conflictos.
 Entregado a Dios y al prójimo.
 Auténtico.
 Magnánimo, porque ha confrontado y
superado sus actitudes narcisistas.
 Compasivo, perdona con rapidez.
 Resiliente.
Es el discípulo que ama a Dios y que ha
respondido al pedido de Jesús:
“Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean
44

mis discípulos. Bautizándolos en el Nombre del


Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles
a cumplir todo lo que yo les he encomendado a
ustedes. Y Yo estaré con ustedes todos los días
hasta el fin del Mundo”.

44
Mateo 28, 19

71
Verdaderamente Amar y sentirse amado, a la
luz del primer mandamiento, es el camino del
discipulado que da vida al testimonio de la
salvación.
Dios nos hace libres para amar:
Amar y servir a Dios sobre todas las cosas es
seguirlo por medio de un proyecto cristiano
concreto. Implica llevar la vida como algo
propio, por dentro, sin subordinar nuestra
libertad a nadie. Dios no desea tener esclavos
en su mies, sino trabajadores libres por el
Reino, ya que la esclavitud fue abolida por
Jesucristo. Seguimos a Jesús con libertad
liberada.
“Dios es digno del hombre” y por eso es capaz
45

de vincularse con las cosas de Dios. Solo Dios


puede crear la respuesta a su Amor, pero la
crea autónoma.

45
San Juan de la Cruz

72
Por eso, somos libres de seguir a Dios. Esta
nueva conciencia es la libertad de espíritu y
significa que la persona va a vivir guiada
“desde adentro” (por el Espíritu derramado en
comunión con todos y la Iglesia).
La persona unificada y de fe se siente amada,
más allá del bien y del mal; dignificada,
dispuesta a DAR y DARSE como DON a
Dios y a sus hermanos. Este será el punto de
partida que servirá para desarrollar la
segunda parte del mandamiento: a tu prójimo,
como a ti mismo; dando a conocer la actitud
que tomamos los cristianos dispuestos a amar
a Dios sobre todas las cosas.

73
Capítulo 2

A TU PRÓJIMO

46
“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así
cumplirán la ley de Cristo”

46
Gálatas 6,1

74
75
Capítulo 2
A TU PRÓJIMO
47Jesús dijo al Escriba: Escucha Israel “Amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda
tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas”.
El Segundo es “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”. No hay mandamiento mayor que
éstos. El letrado respondió: “Muy bien,
maestro; lo que dices: el Señor es uno solo y no hay
otro fuera de él. Que amarlo con todo el corazón,
con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y
amar al prójimo como a mí mismo, VALE MÁS
QUE TODOS LOS HOLOCAUSTOS Y
SACRIFICIOS”. Al ver Jesús que había
respondido acertadamente dijo: “No estás lejos
del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle
más preguntas.
En el capítulo anterior quedó en claro que el
centro de nuestra vida es Dios. Al Amar al
Amor Absoluto damos respuesta a la fe. No
47
Marcos 12, 29-34

76
nos conformamos con esto, queremos
personalizarnos, organizarnos y
convertirnos a partir de la fe recibida
arriesgadamente; transformando y
renovando nuestros más profundos deseos y
propósitos a Dios, atravesando crisis,
contrariedades, replanteos, muerte
existencial, pérdidas dolorosas.
Es por obra de Dios y con la gracia que
alcanzaremos la configuración de nuestra
espiritualidad individual con el Hombre
Nuevo, el Nuevo Adán; con Él Resucitamos a
lo largo de la vida y esperamos confiados en
Él la Glorificación y Resurrección final.
Ahora, en la parte más completa del pasaje, el
letrado es quien trae luz afirmando que “el
Señor es uno solo y no hay otro fuera del Él”; y
añade que “amar al prójimo como a mí mismo,
vale más que todos los holocaustos y sacrificios”.
En la institución de la Eucaristía
Jesús llamó a sus discípulos “amigos”,
mostrándonos que no hay mayor amor

77
que éste, el dar la vida por sus amigos.
Al concluir que vale más que holocaustos
y sacrificios nos podemos remitir a la
cruz. En la cruz Jesús recibió el juicio de
la muerte para salvarnos y redimirnos a
todos.
Para dar de verdad algo de mí al otro,
no sólo es necesario pasar por la
transformación que viene de la fe y el
bautismo; sino que se ha de pasar por la
cruz. De lo contrario, la persona
quedará amarrada a su natural modo de
ser y a su egoísmo (como mecanismo de
defensa). Ponerse en el lugar del otro de
verdad es comprenderlo. Para ello es
indispensable haber madurado
personalmente, confiar en Dios y entrar
en su horizonte de eternidad.
Ahora abriré un espacio al Evangelio de
Lucas, donde el Escriba le pregunta:

78
48
¿Y quién es mi prójimo?
Jesús empezó a decir: “Bajaba un hombre por el
camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de
unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus
ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo
medio muerto. Por casualidad bajaba por ese
camino un sacerdote; lo vio, tomó el otro lado y
siguió. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese
lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo. Un
samaritano también pasó por aquel camino y lo
vio; pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó
sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después
lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a
una posada y se encargó de cuidarlo. Al día
siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero
diciéndole: “Cuídalo, y si gastas más, yo te lo
pagaré a mi vuelta”. Jesús entonces le
preguntó: Según tu parecer, ¿cuál de estos tres
fue el prójimo del hombre que cayó en manos de
los salteadores? El maestro de la Ley contestó:

48
Lc.10,29

79
El que se mostró compasivo con él.” Y Jesús le
dijo: “Vete y haz tú lo mismo.”
Muchas veces hemos vivido situaciones
cotidianas al haber ayudado una anciana
a cruzar la calle, dado auxilio a un
conductor varado; y recibido el
reconocimiento por parte de nuestros
allegados al decirnos: “Sos un buen
samaritano”.
En realidad, tomamos esa actitud
solidaria porque no tuvimos otra
alternativa, pues estaba cerca
de…Actualmente esto se presta a
confusión:
La mayoría de las versiones castellanas
modernas de la Biblia prefieren traducir
con el vocablo “prójimo” toda una serie
de ideas afines y de aplicaciones
originalmente expresadas en hebreo
que indican proximidad.
Pero según las acepciones actuales
“prójimo” es “cualquier persona con
80
respecto a otra”, “un semejante”, “el
otro”, “una persona diferente, distinta,
de alguna manera ajena”.
Parece ser que prójimo, con el tiempo, se
distanció, hasta independizarse, de
próximo, tanto en la grafía, como en el
concepto, y quizás hasta en la práctica.
El buen samaritano no siguió de largo,
pero tampoco se lanzó a perseguir y
castigar a los ladrones, no arremetió
contra la indiferencia de los religiosos
ni pregonó su acto de misericordia.
Simplemente, como era un buen
hombre, y estaba cerca, hizo lo que
hubiera querido que hicieran consigo
mismo.
Las bienaventuranzas permitirán iluminar
este interrogante:
“Bienaventurados los Misericordiosos, porque
alcanzarán Misericordia”

81
Vivir la misericordia es acoger en nosotros la
gracia de salvación que Dios nos propone en
Jesucristo.
Con esto le damos lugar para que se
manifieste en la vida cotidiana a través de
nosotros con nuestro prójimo. 49Los
presupuestos son:
 La misericordia no empieza en los
actos, sino que comienza en las
ACTITUDES, ante una serie de
obras que ocasionalmente es
posible practicar.
 Es un modo de mirarnos a
nosotros mismos, y por supuesto,
es un modo de mirar a los demás.
 Es aquello que nos lleva a
descubrir que todos hemos sido
creados por Amor, y también
fuimos creados para el Amor.

49
Fr Daniel Meurzet, ocd., Ejercicio y efecto de la misericordia en la
vida cotidiana, video de Youtube.

82
Con esto la Misericordia no es un
eslogan, tampoco es un simple rasgo del
cristiano, sino que se trata de MI
FORMA DE SER. Por lo tanto, es algo
imprescindible con nuestra Fe.
Sin Misericordia no hay cristiano. Es
más, decimos que Dios no es
misericordioso, sino que es la
Misericordia misma. Cuando San Pablo
usa la frase 50“Dios es rico en
misericordia”, está intentando
tímidamente expresar la misericordia
infinitamente profunda y muy
parcialmente entendible por nosotros.
Por eso la palabra rico le queda muy
corta frente a Dios.
La misericordia es la forma de ser de
Dios. Y, por lo tanto, decimos que es la
forma de ser de Jesús, de la Iglesia y por
supuesto es nuestra forma de ser.

50
Efesios 2,4

83
Somos misericordiosos porque
conocemos a Dios. Razón por la cual la
misericordia es dinámica.
La misericordia transforma, cambia,
convierte, promueve, renueva, hace
crecer. No es algo pasivo o estático.
Es más, decimos que la misericordia es
una necesidad interior. Es una
exigencia de mi corazón.
Nuestro vocabulario cotidiano
confunde habitualmente el significado
de estas dos palabras: misericordia y
lástima. Ambas voces tienen un
significado muy distinto.
La palabra misericordia tiene sus raíces
en la lengua latina, y es la suma de dos
términos distintos: Miser, que significa
pobre, y corda que podemos traducir por
corazón. La misericordia es la capacidad
de entregar algo de sí mismo a la pobreza
del corazón de mi hermano. Dicho con

84
otras palabras, la misericordia pasa por el
esfuerzo de arrancar algo de mí para que
sirva al crecimiento humano del otro.
Por lo tanto, dista mucho esto de la
palabra lástima, que implica darse
cuenta de la pobreza del otro y sentir
hasta remordimiento o culpa ante el
dolor del hermano. Pero la lástima
acaba por pasar de largo ante el
sufrimiento del prójimo, y tolera que el
estado de sufrimiento se mantenga de
manera permanente.
La misericordia acaba siendo muy
distinta a ésta, pues implica el
crecimiento del otro en humanidad. Es
una virtud muy grande.
La lástima no pasa de ser un triste
defecto. Por otro lado, para descubrir la
realidad de nuestro prójimo, y ser
capaces de ver a Jesús que sufre, es
necesaria una vida de oración. Con esto
se quiere decir, una vida acostumbrada

85
a la REALIDAD de los hombres y VER
esa realidad con los ojos de Dios.
Nosotros, los cristianos, necesitamos
prójimos; pues la misericordia debe ser
eficaz y ejercida a través de ellos.
En este discernimiento podemos comprender
mejor aún la parábola de Jesús. El samaritano
no pasa de largo, pero no termina de resolver
el problema de su prójimo. ¿Cuál es tu
opinión?. ¿Actuarías como el samaritano?.
¿Cómo conocemos la realidad?
¿Qué conocemos de ella?
Conocer la realidad desde una mirada de
misericordia es dejarse conmover por una
realidad de pobreza. Pero también podemos
caer en la tentación de desdramatizarla,
ideologizarla, banalizarla, etc.
¿Y qué es la pobreza para nosotros? . Falta de
conocimientos, de salud, desprotección ante
la naturaleza, mala alimentación, muerte
injusta y antes de tiempo. Por eso debemos
86
preguntarnos: ¿Quién es el pobre?. Similar a
la pregunta ¿quién es mi prójimo?.
Y luego ¿hacemos distinciones a la hora de
ayudar al necesitado? ¿Quiénes son de verdad
nuestros prójimos?
Es verdad que resulta difícil amar
verdaderamente al otro, al nuevo vecino, al
enemigo, etc. Pero si la persona se construye
a partir de valores sólidos es posible que
supere el desafío.
Cuando vienen los golpes de la vida, las
frustraciones, la fatalidad del engaño, etc.,
suele quedarse todo en lo efímero. El otro se
vuelve un extraño al que debo ignorar o
pisotear. En medio de las pruebas de la vida,
nos volvemos resentidos y egoístas, o peor
aún, juzgamos al otro. Es aquí donde ya no se
ama, sino que se condena. No obstante:
51“Dios no envió a su Hijo al mundo, para juzgar

el mundo, sino para que el mundo se salve por

51
Juan 3,17-18

87
medio de Él. El que cree en el Él no es juzgado; el
que no cree ya está juzgado, por no creer en el Hijo
único de Dios”.
Entonces ¿Quién soy yo para juzgar a los
demás?. ¿Estoy en mi derecho de negar la
existencia de alguien más en el mundo,
incluso por sus acciones?
La integración como camino a la transformación:
permite desarrollar humanamente la virtud del
AMOR
Es necesario integrar cristianamente
nuestros valores, principios, ética, sentido
común, entre otros con la virtud del Amor
teologal.
Si deseo seguir a Jesús y reflejarme en Él
debo amarlos a todos, pero con libertad de
hijo de Dios, con fraternidad, serenidad y
desapropiación.
Darme al otro no es poner a su nombre
mi casa o la cuenta bancaria. Es brindar
algo bueno de mí para que el otro pueda

88
mejorar su vida, su relación con Dios,
su familia, la calidad de vida, la salud,
etc. Ser testimonio para el hermano es
ser instrumentos de auto donación, para
que otro reciba la fe, que quizás nadie
pudo transmitirle nunca.
La Esperanza en dar al hermano, a ejemplo de la
Viuda:
Dar algo propio de sí no es lo mismo que dar
al otro lo que me sobra. A esto podemos traer
el siguiente pasaje:
52“Jesúslevantó la mirada y vio a unos ricos
que depositaban sus ofrendas en el arca del
tesoro del Templo. Vio también a una viuda
de condición muy humilde, que ponía dos
pequeñas monedas de cobre, Entonces dijo:
“En verdad les digo que esa viuda sin recursos ha
echado más que todos ellos, porque estos otros han
dado de lo que les sobra, mientras que ella, no

52
Lc.21, 1-4

89
teniendo recursos, ha echado todo lo que tenía
para vivir”.
Cuántas veces podemos ver bolsas
apiladas en Cáritas, llenas de ropa,
calzados, juguetes, etc. Se distingue el
cuidado que han puesto los donantes en
el planchado, doblado y almidonado de
las prendas preparadas para ser usadas
nuevamente; pero en otras ocasiones
hay solo basura, literalmente; se viste al
otro, al hermano que no tiene
vestimenta con simples despojos.
Ante la asamblea debe valer lo mismo,
quien donó y construyó el campanil de
la Iglesia, que los dos pesos que alguien
colocó en la cesta. Aquí no se trata de
cuánto, sino del modo, la actitud y
condición personal que tenemos para
ofrecer algo. La viuda nos enseña esto
con su ejemplo. Una mujer vulnerable,
sola y necesitada, pero solidaria en
donarse al presentar su ofrenda a Dios.

90
Jesús lo ha dicho todo. Sobre todo, ha
descubierto en aquella mujer una actitud
espléndida: el comportamiento de alguien que
espera todo de Dios.
Creo firmemente que damos al otro conforme
a la imagen que tenemos de Dios. Para
profundizar más aún (en el proceso de
personalización), el iniciado o creyente puede
preguntarse:
¿Qué imagen tengo de Dios?
Una vez leí el lema que cerró el año de
la Misericordia el 20 de diciembre del
2016 en la provincia de San Juan: “Sos lo
que das”.
Somos imagen de Dios, así tanto, como
nos donamos al otro.
Estoy convencido de que todos tenemos
dones y talentos; y se llaman así porque

91
son gracias recibidas gratuitamente de
Dios.
53La IMAGEN DE DIOS dentro del proceso
de personalización.
He aquí algunas de ellas:
• Dios Mágico (sin rostro).
• Dios Abuelo (del que se espera
gratificaciones o castigo).
• Dios Padre-Ley (suscita
responsabilidad y sentido moral).
• Dios Padre (se da en ámbitos
privilegiados con padres maduros).
Al transformarse la relación entre Dios y la
persona cambia la relación; no la imagen
personalizada, sino la afectiva.
Cuando la afectividad es teologal, las
imágenes de Dios comienzan a ser soporte
simbólico. Pero la referencia nuclear ya no es
53
La imagen de Dios. Proceso humano y gracia de Dios. Javier Garrido.
1995

92
la experiencia familiar, cotidiana, sino la
experiencia histórica de Jesucristo. Esto se
debe a que no conocemos a Dios sino a través
de Cristo.
La Virtud de la ESPERANZA la descubro a
través del Hermano:
54A veces resulta difícil comprender la
realidad de la virtud teologal de la
esperanza. La esperanza a nivel humano
es una de las once pasiones más fuertes
de la persona (amor, esperanza, deseo,
gozo, odio, aversión, temor, tristeza,
ira, audacia, desesperación). Consiste
fundamentalmente en el sentimiento
que confía poder poseer el bien ausente.
Este sentimiento sostiene al ser
humano a pesar de las dificultades.
Pero, lógicamente, lo más importante
para nosotros es la esperanza teologal
que es la que nos mantiene a los

54
P. Juan J. Ferrán, “Quien espera algo no lucha por ello”,
Fuente: Catholic.net.

93
cristianos de pie en medio de las
dificultades que se oponen a la
salvación. La esencia de la esperanza
cristiana es el deseo de Dios como bien
supremo nuestro, deseo que se asienta
firmemente en la bondad y
omnipotencia divinas que nos aseguran
el alcanzar la salvación eterna, es decir,
a Dios mismo. Es el amor de Dios hacia
nosotros el que nos asegura esta
posibilidad y logra que no pongamos
nuestro corazón en los bienes de la
tierra, sino más bien en los bienes del
cielo. Este deseo de Dios es realmente
el que estimula el camino del bien.
En nuestra sociedad, desgraciadamente para
muchas personas, Dios no es el Bien primero
ni supremo. Por eso vemos a tantas personas
mirar tanto hacia las cosas de la tierra, correr
animosamente detrás de ellas, desgastarse
por lo que perece, sin preocuparse por las
cosas de Dios.

94
Algunas conclusiones:
Hay que salir de sí mismo para jugarse por el
proyecto clave que Dios ha pensado para cada
uno de nosotros; 55no balconeando la vida,
superando la apatía del mundo. Quedarse en el
egoísmo práctico y la desesperanza de vivir
en la mezquindad y la vanagloria terminará
por aniquilar la propia esencia.
Descubrir y purificar la imagen de Dios
ayudará a transformar y amar con libertad al
otro y a Dios mismo.
La división interior terminará por arrebatar
el Amor y la Esperanza que procede de lo
alto. Integrar es hacernos partes (no
dividirnos, movilizándonos dinámicamente),
asimilando lo bueno y lo malo, convirtiendo
el amor recibido en entrega absoluta y
obediencia de amor a la voluntad de Dios.
En el próximo capítulo veremos, más
claramente, el efecto de la integración y
unificación a nivel personal y comunitario.

55
Papa Francisco, Discurso a los jóvenes de Brasil, año 2013

95
Capítulo 3

COMO A TI MISMO

“Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como


56

semejanza nuestra”

56
Génesis 1,26

96
57
“Si conocieras el don de Dios, si supieras quien
te pide de beber”

57
Juan 4,10

97
Capítulo 3
COMO A MÍ MISMO
En el capítulo 2 ya se advierte, por boca del
letrado, que el amor al prójimo vale más que
cualquier sacrificio y holocausto; Jesús lo
manifiesta en la Última Cena con su amor de
amigo y de servicio por medio de la cruz. No
obstante, ¿quién es mi prójimo?. ¿Es
simplemente quien tengo cerca? La cercanía
debe ser traía al corazón del hombre,
traduciéndola en misericordia; el ser capaz de
ver la pobreza de corazón del hermano y
ofrecerle algo de mí para su crecimiento.
Para ello debemos ponernos en su lugar,
transformando nuestra actitud por la fe y el
bautismo que hemos recibido. Además quien
quiera seguir a Jesús debe cargar su cruz.
Este es el discipulado.
No hay que detenerse a pensar cuánto es lo
que ofrecemos, sino cual es la actitud e
intención con la que actuamos. La viuda no se
vanagloria de su generosidad, pues da lo que

98
tiene en medio de sus condiciones. Para Jesús
esto vale más que el oro. Sean nuestras obras
grandes o pequeñas, es el deber del cristiano
hacerlas con calidad, prestancia,
responsabilidad, autenticidad y
magnanimidad. Aportar es humanizarse y
humanizar la propia vida, la comunidad, el
barrio, la fraternidad, el grupo misionero, el
movimiento apostólico, la familia, etc.
Acrecentamos la esperanza teologal
colectivamente en una conciencia única de la
que emana la providencia y gracia divina.
Ahora bien, dando es como se recibe, a
ejemplo de Pablo en Gálatas:
“Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas,
58

y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien


cree ser algo, cuando en realidad no es nada,
se engaña a sí mismo. Cada cual examine
su propia conducta; y, si tiene algo de qué
presumir, que no se compare con nadie. Que

58
Gálatas. 6, 1-10.

99
cada uno cargue con su propia
responsabilidad.
El que recibe instrucción en la palabra de
Dios comparta todo lo bueno con quien le
enseña.
No se engañen: de Dios nadie se burla.
Cada uno cosecha lo que siembra. El que
siembra para agradar a su naturaleza
pecaminosa, de esa misma naturaleza
cosechará destrucción; el que siembra para
agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará
vida eterna. No nos cansemos de hacer el
bien, porque a su debido tiempo
cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Por lo tanto, siempre que tengamos la
oportunidad, hagamos bien a todos, y en
especial a los de la familia de la fe”.
Nadie da lo que no tiene.
Entonces, ¿qué deberíamos tener
cristianamente para poder estar a la altura de

100
lo que me pide Jesús en el segundo
mandamiento?
Amar implica la auto-donación al otro y sin
condiciones
El DARSE procede de nuestra actitud y
voluntad frente al otro ante Dios.
Por lo tanto, la respuesta a este interrogante
está en Jesús, yendo más allá, hasta mí
mismo.
¡Soy el objetivo de Dios! Creo y creemos por
fe que somos el centro, naturaleza y
propósito más preciado para Dios. Somos ya
infinitamente amados por Dios desde antes de
la creación del mundo59 . Nos ha mostrado, al
hacerse criatura en Jesucristo, 60verbo de
Dios, desde sí mismo, que no hay nadie en el
mundo más valioso que el ser humano.

59
Efesios 1,4
60
Juan 1, 14

101
La humanidad toda es el fundamento de Dios,
y junto con Él todo lo creado: desde lo micro
a lo macro, del cosmos al macro cosmos, del
universo al multiverso, de la Vía Láctea al
Sol.
Fue, es y será el Amor eterno la virtud de
Dios que da forma a nuestra existencia.
¿Acaso tendremos motivos suficientes para
abandonar o negar la existencia propia o
ajena después experimentar semejante
propósito?
Pensar lo contrario sería un asesinato.
Como a ti mismo
La respuesta ya estaba reformulada desde la
eternidad, revelada en Jesús: amar a tu prójimo
COMO A TI MISMO.

102
¿Hay alguien más dentro mío, más que yo mismo,
a quien debo amar?
Es Dios mismo;
Es Jesucristo, Hijo del Dios Creador;
Y el Santo Espíritu que viene de ambos; es
el misterio de la Santísima Trinidad.
"Queridos, amémonos unos a otros, ya que el
61

amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de


Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha
conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se
manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios
envió al mundo a su Hijo único para que vivamos
por medio de él. En esto consiste el amor: no en
que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que
él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación
por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó
de esta manera, también nosotros debemos
amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto
nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios

61
I Juan 4,11-17

103
permanece en nosotros y su amor ha llegado en
nosotros a su plenitud."
"Nosotros hemos visto y damos testimonio de que
el Padre envió a su Hijo, como Salvador del
mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de
Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Y
nosotros hemos conocido el amor que Dios nos
tiene, y hemos creído en él. Dios es Amor y quien
permanece en el amor permanece en Dios y Dios
en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con
nosotros: en que tengamos confianza en el día del
Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este
mundo."
Afectividad configuradora de la relación cara a
cara con Dios.
Del amor teologal emana toda afectividad
interior hacia Dios a partir de mí mismo. Es
el primero que aprendemos en el seno
materno inconscientemente, y en última
instancia en el seno de Dios
(constructivamente). A su vez, ésta
afectividad es para el otro; en dos maneras
104
posibles: la asimétrica y la simétrica. Esta
última es la relación de igualdad, de pareja, de
hermanos, de amigos, etc. que vive de la
dependencia. A diferencia de la primera que
vive de la autonomía.
A partir de aquí, la relación con Dios unifica
el deseo (asimetría) y descentra el narcisismo
(simétrica). Con ello el prójimo comienza a
SER EN MI VIDA LUGAR DE
RELACIÓN CON DIOS.
Con esto experimentamos poco a poco la
experiencia radical de pertenencia: soy tuyo,
vivo simultáneamente el hecho de ser de Dios
y el ser para los demás.
La relación con Dios no tiene forma, es un
proyecto. Hay que discernirlo.
En cualquier tiempo y lugar se puede estar en
relación con Dios, mediante la Fe, la
Esperanza y la Caridad. Así se vive en la
inmediatez espiritual.

105
Posteriormente, la persona (asumida y
madura) vivirá momentos a lo largo de sus
fases evolutivas donde no necesitará tiempo
ni lugar (pues vive de lo eterno y en
autonomía). Para encontrar su fuente más
allá del deseo, la clave está en la apertura del
corazón con la desapropiación de sí, en
obediencia al Padre: 62“Cuando me ensanches el
corazón, correré por el camino de tus
mandamientos” .
No hay relación sin oración.
Santa Teresa nos lo deja en claro por medio
de su obra maestra y principal en “Las
Moradas”: 63“Considerar nuestra alma como un
castillo todo de un diamante o muy claro cristal
adonde hay muchos aposentos, así como en el cielo
hay muchas moradas…y en el centro y mitad de
todas éstas tiene la más principal, que es adonde
pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el
alma… la puerta para entrar en este castillo es la

62
Salmo 118,17
63
Santa Teresa de Jesús, “Castillo Interior”, Primera Morada.

106
oración y consideración, no digo más mental que
vocal; que como sea oración, ha de ser con
consideración; porque no advierte con quien habla
y lo que pide y quien es quien pide y a quien, no la
llamo yo oración, aunque mucho menee los
labios…” Desgrana la oración en 7 moradas
(frente a las cuatro etapas que comenta en el
Libro de la Vida):

107
Resumiré “Las Moradas” para tenerlas en
cuenta como un posible itinerario a la hora de
buscar dentro la fuente:
64
Jesús, cansado del camino, se sentó
tranquilamente junto al pozo de Jacob. Era
medio día. Una mujer de Samaría llegó a sacar
agua. Jesús le dice: dame de beber. La mujer
contesta: ¡cómo! ¿tú, que eres judío, me pides de
beber a mí, que soy samaritana? (los judíos no se
entendían con los samaritanos).
Jesús le contestó:
Si conocieras el DON de Dios y quien es el que te
pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua
viva. Le dice (la mujer): Señor no tienes con qué
sacar el agua y el pozo es profundo, ¿de dónde vas
a conseguir agua viva? ¿Es que tú eres más que
nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él
bebieron él y sus hijos y sus ganados?
Jesús le respondió: Todo el que beba de esta agua,
volverá a tener sed; pero el que beba del agua que
64
Juan 4

108
yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que
yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que
brota para vida eterna. Le dice la mujer: Señor,
dame de esa agua, para que no tenga más sed y no
tenga que venir aquí a sacarla.
“Las Moradas” constituyen un proceso lineal y
eficaz de meditación para propiciar el encuentro
con Dios:
1. 65Primera Morada: Fuerte llama a vivir
con Dios: ¿qué imagen tengo de Dios?
Leer Génesis. Apoyado en la oración vocal
y de meditación.
2. Segunda Morada: El conocimiento para
seguir a Jesús: ¿qué Jesús se revela en el
Evangelio? Leer Evangelio de Juan.
Apoyado en la oración vocal y de
meditación.
3. Tercera Morada: La firme decisión de
seguir la senda. Relato del Joven Rico. ¿y
qué tengo que hacer para alcanzar la vida

65
Padre Antonio Mas Arrondo, “ Acercar el Cielo”, introducción.

109
eterna? Apoyado en la oración de
Recogimiento sin contentos, y con el
reconocimiento de mis más oscuros defectos
y también las virtudes. Para esto haré
descender mi memoria, entendimiento y
voluntad a mi yo más profundo:
descubriremos la historia de nuestra
salvación.
4. Cuarta Morada: un descanso que nos
prepara para lo que ha de venir. Misterio
de la Transfiguración de Jesús en el Monte
Tabor. Apoyado en la oración de
Recogimiento, oración de Quietud y sueño
de las potencias (no actúa la memoria, el
entendimiento y la voluntad).
5. Quinta Morada: el abandono de la
voluntad para renacer a Dios. Relato de
la Pasión. Apoyado en la Eucaristía, pan
que alimenta para conformar mi
voluntad con la de Dios.
6. Sexta Morada: del amor también se
aprende. Apoyado en el Cantar de los

110
Cantares, el Evangelio de Juan y el discurso
de despedida de Jesús.
7. Séptima Morada: la colaboración con
Jesucristo, porque se ha participado de
su Resurrección. Relato de la tumba vacía
y las apariciones del Resucitado en el
Evangelio Juan. Historia del gusano de
seda y la mariposica.
Recomiendo el 66Método Teresiano de
Oración en síntesis:

66
P. Rómulo Cuartas Londoño, ocd, “Pedagogía de la Oración
Teresiana”, 2014

111
San Juan de la Cruz: la Santísima Trinidad
Existen otros caminos para llegar a la
búsqueda y mejor comprensión del amor
personal de Dios. En las obras completas de
San Juan de la Cruz él refleja que la vida
teologal es Vida Trinitaria, y por ende vida
cristiana.
“Trata de cómo podrá una alma disponerse para
llegar en breve a la divina unión. Da avisos y
doctrina así a los principiantes como a los
aprovechados, muy provechosa, para que sepan
desembarazarse de todo lo temporal, y no
embarazarse con lo espiritual, y quedar en la
suma desnudez y libertad de espíritu, cual se
requiere para la divina unión” (unificación)
Con este preámbulo comienza la obra
de San Juan de la Cruz en que se expone
la canción “En una noche oscura…”
para posteriormente ir explicando el
significado de cada verso. No termina el
comentario en prosa, pues no puede
terminar la comprensión intelectual de
112
lo que San Juan de la Cruz nos quiere
contar: el encuentro con Dios. Él mismo
es consciente de esta limitación: “… ni
basta la ciencia humana para lo saber
entender, ni experiencia para lo saber decir;
porque sólo el que por ello pasa lo sabrá
sentir, mas no decir. (…) me ha movido no
la posibilidad que veo en mí para cosa tan
ardua, sino la confianza que en el Señor
tengo de que ayudará a decir algo, por la
mucha necesidad que tienen muchas almas”.
Esta obra forma una unidad con “La Noche
Oscura”, ya que describe las dos partes de un
mismo proceso: primeramente, en “Subida”,
el desapego a las cosas materiales, “… es de la
parte sensitiva del alma, de la cual se trata en la
presente canción” para adentrarse posteriormente
en “… la segunda noche, o purificación, pertenece
a los ya aprovechados al tiempo que Dios los
quiere ya poner en el estado de la unión con Dios;
y ésta es más oscura y tenebrosa y terrible
purgación, según se dirá después.”

113
La belleza poética de su obra contrasta
con la dureza y radicalidad del camino
propuesto de progresiva renuncia de
cualquier apego, placer y compromiso.
Radicalidad planteada en toda su
crudeza en el capítulo 13 donde leemos:
“Procure inclinarse siempre:
no a lo más fácil, sino a lo más difícultoso;
no a lo más sabroso, sino a lo más desabrido;
no a lo más gustoso, sino a lo que da menos gusto;
no a lo que es descanso, sino a lo que es trabajoso;
no a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo;
no a lo más, sino a lo menos;
no a lo más alto y precioso, sino a lo más bajo y
despreciado;
no a lo que es querer algo, sino a no querer nada;
no a andar buscando lo mejor de las cosas
temporales, sino lo peor, y desear entrar en toda

114
desnudez y vacío y pobreza por Cristo de todo
cuanto hay en el mundo.”
A lo que añade:
“Para venir a gustarlo todo, no quieras tener
gusto en nada.
Para venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo
en nada,
Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en
nada,
Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo
en nada,
Para venir a lo que no gustas, has de ir por donde
no gustas.
Para venir a lo que no sabes, has de ir por donde
no sabes.
Para venir a lo que no posees, has de ir por donde
no posees.
Para venir a lo que no eres, has de ir por donde
no eres.”

115
Las lecturas de estos textos llevan a muchos
a calificar a San Juan de la Cruz de feroz e
inhumano, pero no debemos olvidar que no
es ni nuestro orgullo, voluntad ni inteligencia
los que nos pueden permitir avanzar por el
camino que San Juan de la Cruz nos marca en
su mapa, sino la fe, la esperanza y el amor que
tienen su origen en un Dios que nos llama y
nos ayuda a dar cada paso.
“La Noche Oscura” es para la
conversión del cristiano (con previa
personalización – Cap.1); un período
muy frágil de nuestra existencia, en la
que es útil preservar nuestra energía
cultivar el silencio y el espacio necesario
para que el ego baje el volumen y
podamos escuchar la voz de Dios y
nuestro verdadero yo.
Hay que agradecerle a esta crisis que
haya aflorado en nuestra vida, ya que ha
permitido dejar atrás todo aquello que
ya no nos sirve, esto es vital para

116
impulsar la transformación y suavizar
sus abruptos cambios
…Sobre todas las cosas: volviendo a la
incorporación de todas las dimensiones (la
realidad en la oración, la afectividad y
racionalidad con su fe, cuerpo y alma, etc.) de
la persona. A través de los místicos, puedo
inferir que la integración personal conduce a
la maduración cristiana (integra el principio
de la realidad) e implica renuncias a las
fantasías del deseo. Ver la realidad nos hace
finitos y nos humaniza:
En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: en
67

verdad, en verdad les digo que, si el grano de trigo


no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si
muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la
pierde; y el que odia su vida en este mundo, la
guardará para una vida eterna.

67
Juan 12, 24-26

117
El que quiera servirme, que me siga, y donde yo
estoy estará mi servidor; si uno me sirve, lo
honrará el Padre.
Ésta relación tiene como núcleo de encuentro
la opción. No hay integración si la persona lo
quiere todo. Sólo cuando se opta, se elige una
cosa, renunciando a otras, y posteriormente
se da la integración.
Para nosotros consistirá en integrar el placer
(superándolo), ya que toda trascendencia
integra el placer. Se goza con todo, desde lo
más sencillo y ordinario, pues se está más allá
del todo.
El principio de la integración y renuncia es el
DESASIMIENTO.
OLVIDO DE LO CRIADO
Olvido de lo criado,
memoria del Criador,
atención a lo interior,
y estarse amando al Amado
(San Juan de la Cruz)

118
No hay libertad sin renuncia.
Sin renuncia no hay discipulado.
68
"Un hombre joven se le acercó y le dijo:
«Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para
conseguir la vida eterna?» Jesús contestó: «¿Por
qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo
es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida,
cumple los mandamientos.» El joven dijo:
«¿Cuáles?» Jesús respondió: «No matar, no
cometer adulterio, no hurtar, no levantar falso
testimonio, honrar al padre y a la madre y amar
al prójimo como a sí mismo.» El joven le dijo:
«Todo esto lo he guardado, ¿qué más me falta?»
Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, vende todo
lo que posees y reparte el dinero entre los pobres,
para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven
y sígueme.» Cuando el joven oyó esta respuesta, se
marchó triste, porque era un gran terrateniente.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad
les digo: el que es rico entrará muy difícilmente en

68
Marcos 19, 16-29

119
el Reino de los Cielos. Les aseguro: es más fácil
para un camello pasar por el ojo de una aguja que
para un rico entrar en el Reino de los cielos.» Los
discípulos, al escucharlo, se quedaron asombrados.
Dijeron: «Entonces, ¿quién puede salvarse?»
Fijando en ellos su mirada, Jesús les dijo: «Para
los hombres es imposible, pero para Dios todo es
posible.»"
69Las renuncias implican:
 Olvido de sí.
 Preferencia evangélica por los
desfavorecidos.
 Ayuno.
 Austeridad en el comer y el vestir.
 Pobreza voluntaria.
 Preferir los últimos puestos.

69
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”, pág. 418- 424

120
La unificación y la conversión
A mayor renuncia, mayor integración. Sin
embargo, la integración no es unificación.
Esta última hace referencia al conjunto
armónico o equilibrio de las distintas
dimensiones de la persona:
Psicológico Existencial
Espiritual Humano
Para realizar la unificación se necesita pasar
por la descentración del yo, como habla Juan
de la Cruz.
La unificación espiritual se da a un nuevo
nivel de transformación por obra de la gracia.
Por la afectividad se integra y unifica el
proyecto de vida en relación con Dios.
El fin del pensamiento moderno es la
libertad. Para la religión, el fin es que la
persona sea más persona en sí misma, ósea,
más libre.

121
La segunda conversión es la que unifica con
el paso del yo al Fiat desapropiado.
Presento aquí el relato del “Libro de la Vida
de Teresa” y doy a conocer su conversión
definitiva a los 39 años:
“Buscaba remedio; hacía diligencias; mas no
70

debía entender que todo aprovecha poco si,


quitada de todo punto la confianza de nosotros,
no la ponemos en Dios. Deseaba vivir, que bien
entendía que no vivía, sino que peleaba con una
sombra de muerte, y no había quien me diese la
vida, y no la podía yo tomar; y quien me la podía
dar tenía razón de no socorrerme pues tantas veces
me había tornado a Sí y yo dejándole”.
Acaeciome que, entrando un día en el
oratorio, vi una imagen que habían traído allá,
que se había buscado para cierta fiesta que se
hacía en casa. Era de Cristo muy llagado y tan
devota que, en mirándola…

70
Santa Teresa de Jesús, “Vida”, pág. 51.

122
Fuente: Carmelitas Descalzas de Villa Independencia
Caucete – San Juan

…toda me turbó de verle tal, porque


representaba bien lo que pasó por nosotros. Fue
tanto lo que sentí de lo mal que había agradecido
aquellas llagas, que el corazón me parece se me
partía, y arrojéme cabe Él con grandísimo
derramamiento de lágrimas, suplicándole me
fortaleciese ya de una vez para no ofenderle”.

123
Para ella, la conversión tiene
fundamentalmente dos componentes: el
componente ético con el cambio radical de
vida y costumbres; y el componente
cristológico: Cristo presente en su vida como
referente fundamental, pero en orden
inverso. Ante todo, Cristo en persona se ha
convertido en la razón de su vida consagrada
y de toda su vida, no como un factor más, sino
como una persona presente y motivante. Y
desde Él surge la “determinada determinación”
en su cambio de conducta. Si Teresa se ha
convertido de mala o mediocre en buena
carmelita, o de buena en mejor, se debe a que
su relación con Cristo ha pasado de ser
meramente teórica a profundamente real y
vivencial.
Él le ha cambiado la vida.

124
71La conversión y sus efectos puede
resumirse en las siguientes fórmulas:
1. A + luz de Dios = + luz sobre el propio
pecado.
2. A + esfuerzo = (-) confianza de sí
3. A + paz interior = + capacidad de
sufrimiento
4. A + experiencia de Dios = + noche de
experiencia
5. A + suficiencia de Dios = + humilde
aceptación de lo humano
6. A+ soledad de Dios = + solidaridad con
los hombres
7. A + Amor universal = + preferencia por
los pobres
Entonces el cómo así, mismo no es mera
casualidad. Llegar a Él implica volver a la
fuente misma, haciéndonos parte de ella; e ir
calando hondo por todas aquellas capas de

71
Javier Garrido, “Proceso humano y gracia de Dios”, pág. 427-428

125
afectos y defectos que
nos acercan o alejan del Centro (Dios).
Una vez llegado al ENCUENTRO definitivo
y unitivo podremos hacernos uno con las partes.
Es decir, hacer propio el TODO sin poseerlo,
pues está en nosotros. Es inmanente.
¡Vivamos a fondo la vida por medio de la Fe!
¡Nuestra mayor riqueza es la carencia de todo
aquello que podamos poseer!
Vivir a fondo implica una sola palabra: AMAR,
de una vez y para siempre.
Amar humanamente implica estar con o sin
el otro, sin perder nuestra individualidad.
Depender es vivir condenado a una vida sin
amor, de esclavitud y de muerte.
Desprenderse de todo aquello que NO es
Dios es el primer paso a la apertura del Amor
Absoluto de Dios en nuestra vida. Confiemos
en Él.

126
Dije al principio del capítulo que nadie da lo
que no tiene. La síntesis en el amor al prójimo,
la haré por medio del “Himno a la Caridad” de
San Pablo. El lector podrá reflexionar y sacar
sus propias conclusiones:
“Aunque hablara todas las lenguas de los
72

hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería


como bronce que resuena o campana que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecía y descubriera
todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque
tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me
falta el amor nada soy. Aunque repartiera todo lo
que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero
para recibir alabanzas y sin tener el amor, de
nada me sirve. El amor es paciente y muestra
comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta
ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio
interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo
malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza
en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree
todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor

72
1º Carta a los Corintios, 13, 1-13

127
nunca pasará. Las profecías perderán su razón de
ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber
más elevado. Porque este saber queda muy
imperfecto, y nuestras profecías también son algo
muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que
es limitado desaparecerá. Cuando era niño,
hablaba como niño, pensaba y razonaba como
niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado
las cosas de niño. Así también en el momento
presente vemos las cosas como en un mal espejo y
hay que adivinarlas, pero entonces las veremos
cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces
conoceré como soy conocido. Ahora, pues, son
válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero
la mayor de estas tres es el AMOR."

128
129
Capítulo 4

CONCLUSIÓN

¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?


73

73
Romanos 8,35

130
74
Es fuerte el amor como la muerte, es centella de fuego
llamarada Divina…

“En mi lecho por las noches he buscado, al que mi alma adora, y


75

no le he hallado; torné a buscarle con mayor cuidado; y saltando


del lecho, suspirando, entré por la ciudad, y he rodeado las plazas
y las calles caminando. De tanto caminar, cansada estaba, más
nunca pude hallar al que buscaba. Halláronme los guardias, que
rondando andaban la ciudad en NOCHE OSCURA; y yo
acérqueme a ellas, preguntando: ¿habéis visto, a mi amado por
ventura? Y desque un poco dellos alejando me voy, hallé a mi amor
y mi hermosura. Túvelo yo abrazado y bien asido, y en casa de mi
madre lo he metido”

74
Cantar de los Cantares 8, 6-7A
75
Cantar de los Cantares 3, 1-4.

131
Capítulo 4
CONCLUSIÓN
Es posible vivir el encuentro con Dios a
partir de la respuesta manifestada en el
hombre hacia a Dios, diferenciando
el conocer del encontrar.
Con la revelación de Dios podremos rehacer
(a partir de la historia de salvación del
mundo) la nuestra. Esto es posible en
Jesucristo por medio de la vocación del
hombre descrita en las bienaventuranzas.
Visualizarse y concientizarse de la propia
vida es obra e iniciativa de Dios. Él destapará
todas aquellas resistencias y negaciones que
hacen nuestra libertad prisionera del ego.
Hacerse partes y descubrirse libre; madurar a
la luz de la fe, configurar la imagen personal
a la de Jesucristo es la conversión; pasando y
experimentando la muerte en vida y
resucitando con Cristo en su amor infinito,
que Dios nos ha dado antes nacer en su entrega
generosa:

132
De la muerte a la Pascua del Amor.
No quedarse en las partes es volverse uno con
Él, es arriesgarse a seguir su ejemplo
abriéndose al prójimo
Resumo a modo de reflexión el cierre de este
apartado con un mensaje su Santidad, el Papa
Francisco, cuando visitó New York en 2015.
Dicho mensaje tiene tal profundidad que
podrá arrojar luz al hermano en la
importancia de Amar y sentirse Amado como
discípulo de Jesús.
Creo, en el fondo, que todos tenemos la tendencia
indomable de buscar como la esposa del cantar de
los cantares y la Magdalena al ser Amado, para
convertirnos en ese discípulo Amado que
acompaña a su Amigo hasta el final.
Esto es para mí, seguir los pasos de nuestro
Salvador.
¡Anímate, véncete y atrévete a seguir a Jesús!
La meta es y será siempre la Jerusalén Celestial.

133
PUBBLICATO IL 26/09/2015
ULTIMA MODIFICA IL 26/09/2015
ALLE ORE 01:20
Papa Francisco:
«¿Cómo encontrar a Dios que vive con
nosotros en medio del smog de nuestras
ciudades? ¿Cómo encontrarnos con Jesús
vivo y actuante en el hoy de nuestras
ciudades pluriculturales?». El pueblo que
caminaba en tinieblas ha visto una gran luz’
(Is 9,1). El pueblo que caminaba, el pueblo en
medio de sus actividades, de sus rutinas; el
pueblo que caminaba cargando sobre sí sus
aciertos y equivocaciones, sus miedos y
oportunidades ha visto una gran luz. El
pueblo que caminaba con sus alegrías y
esperanzas, con sus desilusiones y amarguras
ha visto una gran luz». Y ahora, en las
grandes ciudades contemporáneas, «con el
profeta hoy podemos decir: el pueblo que
camina, respira, vive entre el smog, ha visto

134
una gran luz, ha experimentado un aire de
vida»,
«Vivir en una gran ciudad es algo bastante
complejo: contexto pluricultural con grandes
desafíos no fáciles de resolver. Las grandes
ciudades son recuerdo de la riqueza que
esconde nuestro mundo: la diversidad de
culturas, tradiciones e historias. La variedad
de lenguas, de vestidos, de alimentos. Las
grandes ciudades se vuelven polos que
parecen presentar la pluralidad de maneras
que los seres humanos hemos encontrado de
responder al sentido de la vida en las
circunstancias donde nos encontrábamos. A
su vez, las grandes ciudades esconden el
rostro de tantos que parecen no tener
ciudadanía o ser ciudadanos de segunda
categoría. En las grandes ciudades, bajo el
ruido del tránsito, bajo ‘el ritmo del cambio’,
quedan silenciados tantos rostros por no
tener ‘derecho’ a ciudadanía, no tener derecho
a ser parte de la ciudad –los extranjeros, los
hijos de estos (y no solo) que no logran la
135
escolarización, los privados de seguro
médico, los sin techo, los ancianos solos–,
quedando al borde de nuestras calles, en
nuestras veredas, en un anonimato
ensordecedor. Se convierten en parte de un
paisaje urbano que lentamente se va
naturalizando ante nuestros ojos y
especialmente en nuestro corazón. Saber que
Jesús sigue caminando en nuestras calles,
mezclándose vitalmente con su pueblo,
implicándose e implicando a las personas en
una única historia de salvación, nos llena de
esperanza, una esperanza que nos libera de
esa fuerza que nos empuja a aislarnos, a
desentendernos de la vida de los demás, de la
vida de nuestra ciudad. Una esperanza que
nos libra de ‘conexiones’ vacías, de los
análisis abstractos o de las rutinas
sensacionalistas. Una esperanza que no tiene
miedo a involucrarse actuando como
fermento en los rincones donde le toque vivir
y actuar. Una esperanza que nos invita a ver
en medio del smog la presencia de Dios que

136
sigue caminando en nuestra ciudad. Porque
Dios está en la ciudad.
¿Cómo es esta luz que transita nuestras
calles? ¿Cómo encontrar a Dios que vive con
nosotros en medio del smog de nuestras
ciudades? ¿Cómo encontrarnos con Jesús
vivo y actuante en el hoy de nuestras
ciudades pluriculturales?».
La respuesta, la ofrece el mismo profeta Isaías,
cuando define a Jesús «Consejero maravilloso,
Dios fuerte, Padre siempre, (…)».
Consejero maravilloso: Jesús impulsa a sus
discípulos «a sus discípulos ir, salir. Los empuja
a ir al encuentro de los otros, donde realmente
están y no donde nos gustarían que estuviesen.
Vayan, una y otra vez, vayan sin miedo, sin asco,
vayan y anuncien esta alegría que es para todo el
pueblo».
Dios fuerte, que «el Dios-con-nosotros, el Dios
que camina a nuestro lado, que se ha mezclado en
nuestras cosas, en nuestras casas, en nuestras

137
«ollas», como le gustaba decir a santa Teresa de
Jesús».
Padre para siempre: «Vayan y anuncien, vayan y
vivan que Dios está en medio de ustedes como un
Padre misericordioso que sale todas las mañanas
y todas las tardes para ver si su hijo vuelve a casa,
y apenas lo ve venir corre a abrazarlo.
Y esto es lindo. Abrazo que busca asumir,
purificar y elevar la dignidad de sus hijos»

138

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