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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

FACULTAD DE CIENCIAS

VARIABLE COMPLEJA
PROF. PRISCILLA ELIZABETH IGLESIAS VÁZQUEZ

TRABAJO FINAL

APLICACIONES DE LOS NÚMEROS COMPLEJOS


EN EL ANÁLISIS DE ESTADO SENOIDAL
PERMANENTE DE CIRCUITOS ELÉCTRICOS

INTEGRANTES

Arriaga Reyes Ángel 347088


Quezada Luna Hiram Jair 351239

Licenciatura en Física

ENSENADA, B. C. A 29 DE MAYO DEL 2019


INTRODUCCIÓN

El análisis de las señales de voltaje (tensión eléctrica) y de corriente que varían senoidalmente en el
tiempo es fundamental ya que tienen muchas aplicaciones en los sistemas eléctricos, electrónicos, de
comunicación e industriales, además de que son las señales disponibles en las tomas de corriente
eléctrica doméstica, así como la tensión de las líneas de potencia que se conectan a las áreas residenciales
e industriales.
Cuando en un circuito lineal se manejan fuentes senoidales es posible caracterizar a los elementos de este
mediante una magnitud llamada impedancia; esta cantidad resulta ser de gran utilidad porque simplifica
el proceso de análisis mediante el uso de números complejos.

FUNDAMENTOS

Gran parte del análisis de circuitos eléctricos se basa en los circuitos lineales. La consecuencia más
importante de la linealidad es el principio de superposición, el cual es fundamental en el análisis de
circuitos. Curiosamente, el hecho de no poder aplicar la superposición en los circuitos no lineales es la
principal razón de que sean tan difíciles de analizar.

Se definirá primero un elemento lineal como un elemento pasivo (aquel que nunca suministra energía)
que tiene una relación lineal de voltaje-corriente. Con relación lineal se entiende que al multiplicar la
corriente que atraviesa el elemento por una constante K se tiene como resultado la multiplicación de la
tensión en el elemento por la misma constante K; lo anterior también se satisface si el voltaje y la corriente
se relacionan mediante una derivada.

Ahora se define un circuito lineal como el que está compuesto en forma completa por fuentes
independientes y elementos lineales. A partir de esta definición se observa que la multiplicación de todas
las tensiones y corrientes de fuente independiente por una constante K incrementa todas las respuestas
de corriente y tensión por el mismo factor K (incluyendo las salidas de tensión y corriente de la fuente
dependiente). Las fuentes se llaman funciones forzadas y las tensiones que producen se denominan
funciones de respuesta o simplemente respuestas.

Como se mencionó previamente, el principio de superposición es aplicable cuando se estudian circuitos


lineales. Este establece que la respuesta (una corriente o tensión deseada) en un circuito lineal que tiene
más de una fuente independiente se obtiene mediante la suma de las respuestas ocasionadas por las
fuentes independientes separadas que actúan solas.

Por último, se sabe que la respuesta completa de un circuito eléctrico lineal se compone de dos partes: la
respuesta natural y la respuesta forzada. La primera es la respuesta transitoria de corta duración de un
circuito ante un cambio abrupto en su estado, y la segunda es la respuesta de estado permanente a largo
plazo de un circuito a cualquier fuente.

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ESTADO SENOIDAL PERMANENTE

El estado permanente se refiere sólo a la condición en el circuito que se alcanza después de que se anula
la respuesta transitoria, ya que la respuesta senoidal de estado permanente en definitiva cambia con el
tiempo. Se sabe que la respuesta forzada tiene la forma matemática de la función forzada (fuente en el
circuito). Con este conocimiento, uno de los métodos mediante el que se calcula la respuesta forzada
consiste en suponer una solución compuesta por una suma de tales funciones, donde cada una tiene que
determinar una amplitud desconocida mediante la sustitución directa en la ecuación diferencial.

Considérese el circuito RL (resistor e inductor en serie) de la figura 1. Supongamos que la tensión de


fuente senoidal 𝑣𝑠 = 𝑉𝑚 cos 𝜔𝑡 se conmutó en el circuito en algún momento anterior y la respuesta
transitoria se amortiguó por completo. Se busca la respuesta forzada (o “estado permanente”), que, de
acuerdo con la ley de voltajes de Kirchhoff aplicada al lazo cerrado, debe cumplir con la ecuación
diferencial

𝑑𝑖 [1]
𝐿 + 𝑅𝑖 = 𝑉𝑚 cos 𝜔𝑡
𝑑𝑡

En cualquier instante en el que la derivada es igual


a cero, observamos que la corriente debe tener la forma
𝑖 ∝ 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡. De manera similar, en el instante en el que
la corriente es igual a cero, la derivada debe ser
proporcional a 𝑐𝑜𝑠 𝜔𝑡, lo que implica una corriente de Figura 1. Circuito RL en serie para el cual se desea
la forma 𝑠𝑒𝑛 𝜔𝑡. la respuesta forzada.
Proponiendo una solución tentativa y sustituyendo en la
ecuación [1] se llega a que la corriente i tiene la forma

𝑉𝑚 𝜔𝐿 [2]
𝑖(𝑡) = cos (𝜔𝑡 − tan−1 )
√𝑅 2 + (𝜔𝐿)2 𝑅

De donde se observa que la amplitud de la respuesta es proporcional a la amplitud de la función forzada;


de otra manera, el concepto de linealidad tendría que descartarse. Se observa también que hay una
diferencia de fase entre 𝑣𝑠 e i, o bien, que la corriente está retrasada respecto de la tensión aplicada por
tan−1(𝜔𝐿/𝑅), un ángulo entre 0 y 90°, ya que 𝜔𝐿 y R son siempre cantidades positivas.

A pesar de que el método anterior nos da la respuesta deseada, este carece de practicidad. El
inconveniente no es la fuente variable con el tiempo, sino el inductor (o en su defecto, el capacitor), ya
que un circuito puramente resistivo no es más difícil de analizar con fuentes senoidales que con fuentes
de cd, ya que sólo resultan ecuaciones algebraicas. Sucede que si no tenemos ningún interés en la
respuesta transitoria hay un procedimiento alterno para obtener la respuesta senoidal en estado estable
de cualquier circuito lineal. La clara ventaja de esta alternativa es que permite relacionar la corriente y la
tensión correspondientes a cualquier elemento usando una simple expresión algebraica. La idea básica
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es que las senoidales y las exponenciales se relacionan mediante números complejos. La identidad de
Euler, por ejemplo, establece que

𝑒 𝑗𝜙 = cos 𝜙 + 𝑗 sen 𝜙 [3]

Donde 𝑗 denota la unidad imaginaria. Se usa 𝑗 y no 𝑖 debido a que en el análisis de circuitos la letra 𝑖 se
restringe para la corriente. Mientras la derivada de una función de coseno da una función seno (negativa),
la derivada de una función exponencial es simplemente una versión escalada de la misma exponencial.
De modo que, agregar fuentes imaginarias a los circuitos da por resultado fuentes complejas que
simplifican el proceso de análisis. Recordemos que la superposición nos asegura que la parte real de la
respuesta compleja la produce la parte real de la función forzada compleja, mientras que la parte
imaginaria de la respuesta la causa la parte imaginaria de la función forzada compleja. El objetivo es que,
en lugar de aplicar una función forzada real para obtener la respuesta real deseada, sustituimos una
función forzada compleja cuya parte real es la función forzada real dada; se espera obtener una respuesta
compleja cuya parte real sea la respuesta real deseada. La ventaja de este procedimiento es que las
ecuaciones integrodiferenciales que describen la respuesta de estado permanente de un circuito se
convierten en simples ecuaciones algebraicas.

Ahora se usará esta técnica al circuito de la figura 1. Se aplica la fuente real 𝑣𝑠 = 𝑉𝑚 cos 𝜔𝑡 y se desea
la respuesta real i(t). Dado que

𝑉𝑚 cos 𝜔𝑡 = 𝑅𝑒 {𝑉𝑚 𝑒 𝑗𝜔𝑡 }

La fuente compleja necesaria es

𝑣̃𝑠 (𝑡) = 𝑉𝑚 𝑒 𝑗𝜔𝑡

Expresamos la respuesta compleja que se produce en términos de una amplitud desconocida Im y un


ángulo de fase desconocido φ:

𝑖̃(𝑡) = 𝐼𝑚 𝑒 𝑗(𝜔𝑡+𝜑)

Sustituyendo el término anterior en la ecuación diferencial para este circuito RL:

𝑑
𝐿 [𝐼 𝑒 (𝑗𝜔𝑡+𝜑) ] + 𝑅𝐼𝑚 𝑒 (𝑗𝜔𝑡+𝜑) = 𝑉𝑚 𝑒 𝑗𝜔𝑡
𝑑𝑡 𝑚

Al tomar la derivada indicada se obtiene la siguiente ecuación algebraica:

𝑗𝜔𝐿𝐼𝑚 𝑒 (𝑗𝜔𝑡+𝜑) + 𝑅𝐼𝑚 𝑒 (𝑗𝜔𝑡+𝜑) = 𝑉𝑚 𝑒 𝑗𝜔𝑡

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La cual se resuelve fácilmente y se obtiene lo siguiente:

𝑉𝑚 [4]
𝐼𝑚 𝑒 𝑗𝜑 =
𝑅 + 𝑗𝜔𝐿

Ahora se observa que los valores de 𝐼𝑚 y 𝜑 se pueden encontrar calculando el módulo y el argumento
principal del lado derecho de [4], de donde se obtiene

𝑉𝑚 −1 (𝜔𝐿/𝑅)
𝐼𝑚 𝑒 𝑗𝜑 = 𝑒 −𝑗 tan
√𝑅 2 + (𝜔𝐿)2

Finalmente, se obtiene la respuesta real i(t) reinsertando el factor 𝑒 𝑗𝜔𝑡 en ambos lados de la ecuación y
tomando la parte real:

𝑉𝑚 𝜔𝐿
𝑖(𝑡) = cos (𝜔𝑡 − tan−1 )
√𝑅 2 + (𝜔𝐿)2 𝑅

Que resulta ser igual que [2].

FASORES E IMPEDANCIA

Del método anterior se puede observar que cada voltaje y corriente del circuito contiene el mismo factor
𝑒 𝑗𝜔𝑡 y la frecuencia, aunque importa en el análisis, no cambia en los elementos del circuito. A final de
cuenta, la frecuencia y la dependencia temporal no son relevantes en el proceso. Es por esto por lo que
se usa el concepto de fasor, un numero complejo que representa una función senoidal de frecuencia
arbitraria con amplitud 𝐼𝑚 y fase inicial 𝜑. Con esta consideración y utilizando álgebra de números
complejos, es posible operar con voltajes y corrientes senoidales. La notación es la siguiente:

𝑰 = 𝐼𝑚 ∠ 𝜑

que es equivalente a

𝐼𝑚 𝑒 𝑗𝜙

Se suelen representar con negritas (ya que son vectores), y con mayúscula, debido a que el fasor no es
función del tiempo: sólo contiene información de la amplitud y la fase. En la figura 2 se muestra el
proceso para determinar el fasor de una cantidad eléctrica. Se suele decir que i(t) es la representación en
el dominio del tiempo y que el fasor 𝑰 es la representación en el dominio de la frecuencia.

A partir del análisis basado en fasores se pueden definir relaciones algebraicas entre la tensión y la
corriente en inductores y capacitores (al igual que con los resistores), siempre y cuando se trate del estado
senoidal permanente. El resultado es la versión fasorial de la ley de Ohm, en donde se extiende el
concepto de resistencia para el caso de inductores y capacitores, hablamos de la impedancia.
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La ley de Ohm en forma fasorial es la siguiente:

𝑽 𝑉𝑚 ∠ 𝛼
𝒁= = 𝑍∠ 𝜃 =
𝑰 𝐼𝑚 ∠ 𝛽

donde Z, V e I son los fasores de impedancia, voltaje y corriente


respectivamente. La unidad de la impedancia es el ohm (Ω) y es una
medida de la oposición que un elemento presenta ante una corriente.
Dado que V e I pueden ser complejos, Z también lo será.
En general se tiene que

𝒁 = 𝑅 + 𝑗𝑋

donde la parte real de la impedancia es la resistencia y la parte


imaginaria es la reactancia. La impedancia de un resistor ideal es un
número real, y tanto como para un inductor como un capacitor ideales, Figura 2. Transformación fasorial.
la impedancia es un número imaginario puro y recibe el nombre de
reactancia inductiva y reactancia capacitiva respectivamente. En la figura 3
se muestran las relaciones de impedancia para los tres elementos pasivos.

Se tiene entonces que para el estado senoidal permanente, las derivadas e integrales en el dominio del
tiempo se pueden cambiar por relaciones algebraicas en el dominio de la frecuencia (esto se puede
obtener por medio de la transformada de Laplace).

Figura 3. Correspondencia entre el dominio temporal y el de la frecuencia.

De la figura 3 se puede apreciar que

𝒁𝑅 = 𝑅 ∠ 0°

𝒁𝐿 = 𝑗𝜔𝐿 = 𝜔𝐿 ∠ 90°

1 1
𝒁𝐶 = = ∠ − 90°
𝑗𝜔𝐶 𝜔𝐶

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Cuya representación gráfica es la siguiente

Figura 4. Diagrama fasorial de las impedancias de los 3 elementos pasivos.

CONCLUSIÓN

El uso de funciones forzadas complejas facilita bastante el proceso de análisis, aunque esto es sólo una
técnica matemática, ya que las fuentes complejas no existen en la realidad; simplemente al final se
toma la parte real de la respuesta compleja.
El análisis mediante fasores da otra perspectiva acerca de la relación tensión-corriente entre los elementos
pasivos, al introducir el concepto de diferencia de fase, el cual es muy importante cuando se trata de la
potencia en los sistemas eléctricos de ca. Además, la impedancia permite caracterizar totalmente a un
circuito lineal, abriendo la posibilidad de usar circuitos equivalentes para producir una cierta impedancia
con una fase determinada. Por último, es importante mencionar que todas las técnicas usadas en el análisis
de cd, como el análisis nodal y de malla, transformación de fuentes y los teoremas de Thévenin y Norton,
se pueden implementar en el análisis de estado senoidal permanente.

BIBLIOGRAFÍA

[1] William H. Hayt, Jack E. Kemmerly, Steven M. Durbin. (2012). Análisis de circuitos en
ingeniería. México: McGraw-Hill/Interamericana Editores.

[2] Robert L. Boylestad. (2011). Introducción al análisis de circuitos. México: Pearson Educación.

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