Revista de Investigacion Lingiifstica. N° 2 - Vol. Iii - 2000 Pags. 95-122
ORACION COMPLEJA Y ESTRUCTURA DEL DISCURSO:
NUEVOS DESARROLLOS EN SINTAXIS HISTORICA
DEL ESPANOL
RAFAEL CANO AGUILAR
Universidad de Sevilla
1. El estudio histérico de las estructuras oracionales complejas en espafiol
ha experimentado en los tiltimos afios un verdadero salto cualitativo. No sdlo ha
aumentado el ntimero de trabajos consagrados al andlisis de los perfodos com-
plejos, sino que se han introducide nuevas perspectivas y actitudes metodolégi-
cas desde las que poner en claro todos los aspectos pertinentes en este tipo de
construccién sintéctica y en su evolucién histérica.
1.1. La perspectiva tradicional en este campo primaba claramente el andli-
sis de los elementos de conexién: conjunciones o locuciones conjuntivas, 0
expresiones con funcién equivalente de uso mds o menos ocasional, se convert-
an asf en el centro del debate, de modo que un problema basicamente sintécti-
co, de organizacién de la frase, acababa siendo visto como un problema de
estructuras léxicas en variacién. La balanza se inclinaba de modo incuestionable
hacia las unidades concretas que establecfan la vinculacién de los distintos seg-
mentos del discurso, y la arencién hacia la configuracién sintéctica, estructural,
disminuta en la misma medida en que se primaba la atencidn a las unidades con-
juntivas. Incluso puede afirmarse que la dimensién sintdctica de la oracién com-
pleja cedfa su lugar a una visién, no ya Iéxica, sino mds bien morfolégica, pues
se ponfa la atencién preferente, ademds de, por ejemplo, en los orfgenes de que,
en los procesos de construccién de los esquemas complejos (locuciones y corte-
laciones conjuntivas del tipo Adverbio + que, Preposicién + que, etc.).
Dicha actitud es la consagrada en los estudios de ambito roménico que han
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marcado nuestra investigacién: los de Herman (1963) y de Dardel (1983); inclu-
so en los mismos titulos (La formation du systeme roman des conjonctions de subor-
dination y Esquise structurale des subordonnants conjonctionnels en roman commun
respectivamente) aparece reflejada la centralidad de Ia atencién a las conjuncio-
nes. Ast, el primero analiza, entre otros aspectos, cémo construcciones con QUOD
y QUIA sustituyeron a las construcciones latinas de infinitivo subordinado, cémo
QUOD se convirtié en una especie de “subordinante universal”, cémo surgié en
lugar de él, pero con funciones (y génesis) précticamente idénticas, el tipico
subordinante romdnico que, cémo las correlaciones, tan frecuentes en la Roma-
nia, de demostrativo (en la “principal”) y que introductor de la subordinada (en
el otigen de, por ejemplo, el francés parce que o el italiano per cid che) tienen su
antecedente en formaciones latinas semejantes (con EO, HOC, etc. m4s QUOD). En
conjunto, Herman intenta demostrar cémo el sistema conjuntivo romédnico, tan
distinto en principio al latino por basarse en un menor niimero de conjunciones
individuales y en un predominio de las secuencias y correlaciones organizadas en
torno al pivote que, tenfan su antecedente en el mismo latin, de época “clisica” 0
més tardia; en ultimo término, las intenciones de Herman iban en la direccién de
mostrar una clara continuidad entre latfn y romances, garantizando de esta forma
Ja semejanza y convergencia de los desarrollos evolutivos romdnicos.
Por su parte, Dardel analizé la formacién del sistema conjuntivo romdnico
desde una perspectiva “reconstructivista’, de forma que la existencia o no de here-
deros de determinadas unidades de base latina (KA, de QUIA, KO de QUOD, QUO o
QUOMODO, MAKARIE, etc.) le permitfa establecer etapas sucesivas en lo que deno-
miné roman commun (es decir, la base protorromdnica reconstruida como hipé-
tesis a partir de los datos roménicos, no aducida a partir de testimonios textuales
coeténeos). Sefialé igualmente las vinculaciones entre los subordinantes latinos, y
las correlaciones, y los subordinantes y correlaciones roménicas; sin embargo, le
interesé mds destacar las divergencias entre los respectivos modelos de formacién,
y achacé tales diferencias de sistema al cardcter oral del roman commun, cardcter
que llevé a esta lengua, de modo preferente, ano vincular de manera explicita las
secuencias oracionales (dominio de la yuxtaposicién, pues), y a dejar las relacio-
nes a otros procedimientos (orden de palabras, tiempos y modos verbales, uso de
la negacién en determinados contextos, etc.), procedimientos en los que, como
veremos, Dardel apenas entra. Fruto de esta situacién serfan determinados “hue-
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cos” o “lagunas” en el sistema conjuntivo protorroménico, es decir, tipos de tela-
ciones interoracionales que durante algin tiempo quedaron sin marcadores expli-
citos, y que tuvieron que ir recredndolos ya en la situacién de diferenciacién
romnica interna (tales “huecos” afectarfan, segin una Iégica habitual entre los
historiadores, a las relaciones conceptualmente més complejas y abstractas: con-
cesivas, modales “sin que”, temporales de anterioridad, etc.).
Evidentemente, la eleccién de estos estudiosos no es, en principio, critica-
ble: ellos se decidieron, de entre todos los aspectos posibles de la subordinacién,
por estudiar los marcadores explicitos de la relacién interoracional, su génesis y
formacién para el conjunto de la Romania. De hecho, el mismo Dardel pasa
revista, como elementos que fancionan también en la marcacién de la subordi-
nacién, a diversas variables posicionales (colocacién de la subordinada respecto
de la principal, orden Sujeto-Verbo en la subordinada (se observa una preferen-
cia antigua por el orden Verbo-Sujeto en éstas), y posicién del subordinante den-
tro de la subordinada), al funcionamiento de los modos verbales, sobre todo, y
también al de tiempos y aspectos (aunque aqut se refiere casi exclusivamente a
determinadas diferencias en el caso de las temporales), ya la presencia de la nega-
cién en determinadas construcciones modales y comparativas; pero, de todos
modos, tales mecanismos sintdcticos aparecen tratados, ademés de con mayor
brevedad, como simples procedimientos auxiliares a los que echar mano (a veces
los hablantes, a veces los lingiiistas) para sefialar la subordinacién cuando no
existen los procedimientos tipicos, las conjunciones, o cuando éstos se conside-
ran insuficientes (Dardel 1983: 103-118 (§§6.4.2-6.4.5.)).
1.2. La organizacién de Ia exposicién en torno a las conjunciones y locu-
ciones conjuntivas que marcan la relacién interoracional habla sido ya el princi-
pio seguido en antiguas obras sobre la historia de la subordinacién castellana. Es
el caso del andlisis de las causales realizado por Kretschman (1936), quien dedi-
ca el grueso de su trabajo a pasar revista a las unidades que indican el sentido
causal de la relacién, lo mismo en la disposicién asindética (frases causales que
incluyen, 0 no, elementos como asi, tanto, tal, exc.), en la coordinada (uso de
(2), ea, que, pues, etc.) y en la subordinada!, donde diferencia las que introdu-
1 Kretchmann remite a la Gnimadtica académiea y a la de Andrés Bello para la distinci
rnacién causal (causa gic, razén", “causa de haber enunciado la principal”) y subor
stancia causal de la principal”).
in entre coordi-
acién causal (“eircun-
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