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Planificar es algo esencial.

En un mundo de recursos limitados, especialmente en el ámbito


del sector no lucrativo, la planificación es una potente herramienta que permite decidir como
optimizarlos. Nos ayuda a tomar decisiones sobre la priorización de los objetivos, problemas
y necesidades, y seleccionar el método más adecuado para efectuar una intervención de
calidad.

La planificación es una actividad racional que tiene por objeto decidir sobre la asignación
de recursos escasos en el logro de objetivos múltiples, a través de medios adecuados.

La planificación sirve para analizar la situación, decidir en qué dirección queremos


transformarla, y utilizar eficazmente los recursos, seleccionando entre determinadas
Alternativas la más adecuada.

Así la planificación implica:

1. Establecer el orden de importancia de los objetivos, de acuerdo con los recursos


de los que se dispone.

2. Prever las variables que pueden intervenir para anticipar las condiciones futuras.

3. Escoger entre acciones alternativas las más convenientes para los objetivos en
base a situación actual y a la prevista para el futuro.

4. Decidir el orden de las acciones en el tiempo y su orden.

5. Seleccionar los recursos de entre disponibles en función de las acciones en cada


momento.

6. Prever plazos en la consecución de objetivos.

7. Presupuestar costes.

8. Asignar tareas y responsabilidades para la ejecución.

9. Establecer un sistema de control y seguimiento de las acciones y la consecución


de objetivos.

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