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¿Aborto?

: La respuesta está en Génesis


por Jonathan Sarfati

Publicado originalmente en 'Prayer News', Australia, Mayo 1998, p.4

Muchas personas, y lamentablemente muchos Cristianos también, piensan que el aborto es un


tema difícil y polémico. Sin embargo, de la misma forma que en el tema de los 'días de la
creación', no hay ninguna dificultad ni controversia en absoluto : siempre y cuando dejemos
que La Biblia nos enseñe, y no impongamos las ideas de personas falibles sobre su claro
significado. Veamos esta llamada 'polémica' a la luz de la Palabra:

1. El niño aún no nacido ('feto') ¿Es un ser humano?

2. Si es así, ¿Es aceptable en algún caso matar al nonato?

La respuesta a ambas preguntas está en Génesis. Génesis 25: 21–22 dice: 'y Rebeca su (de
Isaac) esposa concibió, y los niños luchaban juntos dentro de ella'. Nótese que se refiere a los
gemelos nonatos de Rebeca, Jacob y Esaú, como 'niños'(la palabra hebrea usada es banim,
plural de ben), que se refiere a los niños ya nacidos, y a menudo tiene un significado más
concreto 'hijos'.

El Nuevo Testamento emplea la palabra griega habitual para bebé, brefos, al referirse a Juan el
Bautista antes de nacer, el cual saltó en su vientre (de Elísabet) la causa de la presencia del
Cristo nonato (Lucas 1:41–44). Los bebés aún no nacidos no son conjuntos de tejido
desechable, a pesar de las afirmaciones de muchos pro-abortistas.

Y son, en todo momento, humanos desde el mismo momento de la fecundación, porque todo el
código ADN necesario para desarrollar cada una de las características físicas del individuo se
halla presente en el huevo fecundado.

Es totalmente falso que el ser humano en su desarrollo atraviese alguna fase de pez o reptil, a
pesar de algunas pretensiones evolucionistas descarádamente fraudulentas (Véase en El
Fraude Redescubierto, Creation 20 (2):49–51, Marzo 1998) la escandalosa verdad, con
documentación fotográfica.

No. La Biblia, respaldada por la ciencia, enseña que el bebé venidero es un niño humano
(Véase también Salmos 139: 13–16, Jeremías 1:5).

La segunda pregunta también se halla respondida en Génesis. Génesis 1: 26–29 y 2: 7–23


deja claro que el hombre fue creado diferente a los animales, hecho a la imagen de Dios. En
Génesis 3 se lee que esta imagen fue corrompida por el pecado de los primeros humanos,
Adán y Eva. Apenas una generación más tarde, Caín cometió el primer asesinato, una
destrucción de esta imagen, y por consiguiente una grave afrenta para Dios. La violencia (y
otras perversidades) se propagaron por todo el mundo, tanto que Dios destruyó a toda la
población excepto los pasajeros del Arca con un diluvio que cubrió todo el globo terrestre
(Génesis 6–8). A lo largo de la Escritura, el asesinato : es decir la muerte deliberada de
humanos inocentes : se considera un pecado atroz (Éxodo 20:13, Mateo 19:18, Romanos
13:9).

Dado que el aborto mata a un ser humano inocente, no es menos que un asesinato. De forma
que todos los «casos difíciles» usualmente planteados por los pro-abortistas , es decir, «¿Qué
hacer si la mujer es violada?», «Qué pasa cuando el niño es deforme?» , «¿Qué sucedería si
ella no pudiera guardar al niño? «son completamente irrelevantes

Por otro lado también deberíamos recordar Ezequiel 18: 20, el cual prohíbe la ejecución de un
niño por los crímenes de sus padres : esto significa que incluso los casos trágicos de
embarazos debidos a incesto no son ninguna justificación para matar al niño concebido, que es
inocente. Además, estos son casos muy raros : la inmensa mayoría de los abortos se realizan
por pura comodidad : si podemos deshacernos de los gatitos no deseados, ¿por qué no
deshacernos de los niños no deseados?

Ahora bien ¿qué podemos hacer nosotros como Cristianos? Deberíamos notar que tras el
diluvio, Dios estableció ciertas disposiciones para refrenar el asesinato : cualquiera que
asesinare pagaría con su propia vida (Génesis 9: De esta manera Génesis contiene el origen
del gobierno civil, porque este mandamiento de impartir justicia lleva consigo el concepto de
autoridad Observamos en el Nuevo Testamento (Romanos 13) que la principal función del
gobierno es proteger al inocente y castigar al culpable. Dado que el aborto es un tipo de
asesinato, debería estar prohibido por el gobierno; de modo que una nación que deja que los
bebés aún no nacidos sean asesinados está desafiando a Dios, y no podrá prosperar a largo
plazo La reciente decisión del parlameto del oeste de Australia de despenalizar el aborto es un
triste ejemplo de esto. También leemos en Génesis acerca de Lot, lamentablemente un
prototipo de muchos Cristianos de hoy. Aunque Lot era un varón «justo» (2 Pedro 2: 6–8),
escogió plantar su tienda hacia Sodoma (Génesis 13: 11–13), y rápidamente se vio mezclado
en ella. Al parecer fue atraído por su prosperidad material, pero ignoró los efectos que su
pecado habría de ejercer sobre su familia. Él perdió a dos de sus hijas y a sus maridos cuando
Dios destruyó la ciudad, y perdió a su esposa cuando ella miró hacia atrás desobedeciendo lo
que dijo de Dios.

Los Cristianos que dan más importancia a lo económico que a lo moral están actuando como
Lot. Aunque problemas como los tipos de interés, el empleo, la vivienda y la educación son
importantes, las criaturas que sean asesinadas en los vientres de sus madres jamás podrán
gozar de estos beneficios.

Por último, a pesar de que deberíamos denunciar el grave pecado del aborto sin concesiones,
también debemos señalar que ningún pecado es imperdonable Las mujeres que han abortado,
los médicos que practicaron abortos y los políticos que votaron por la despenalización del
aborto pueden todos tener perdón : si vienen a Cristo con arrepentimiento y fe.

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