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A B S T R A C T.
En el presente artículo aborda el autor la necesidad de efectuar determinadas
reformas legislativas en el ámbito constitucional, contencioso-administrativo,
penal y procesal penal, así como en la doctrina jurisprudencial de nuestros
tribunales en punto a dotar de una mayor eficacia y celeridad a la justicia penal
en la lucha contra la corrupción política que desgraciadamente se ha impuesto en
la mayoría de las Comunidades Autónomas, fundamentalmente del arco
mediterráneo.
I. Introducción.
Las medidas orgánicas comunes tienen por objeto dotar de una mayor eficacia
y celeridad a nuestra anquilosada administración de Justicia, pudiendo, a su vez
ser sistematizadas en presupuestarias, de autogobierno y de enjuiciamiento.
A) Presupuestarias.
3
Según manifestación efectuada el 16 de noviembre de 2012 en “Les Corts” valencianas por los
grupos parlamentarios de Izquierda Unida, Compromis y PSPV con ocasión de la presentación de la
Memoria de dicho Parlamento autonómico.
4
Que han llegado a cometer incluso algún que otro delito de sangre, como es el caso del asesinato del
Alcalde de Polop.
5
Ésta es la leyenda que se puede ver en la pancarta de una vivienda de Palermo.
2
encuentra como consecuencia de una insuficiente inversión, cuyo resultado es
que nuestro Poder Judicial no se puede situar, en la actualidad, a una altura
similar a la de la mayor partes de los países europeos.
Sea suficiente constatar el escaso número de Jueces y Magistrados: unos 5.300,
cifra que arroja una “ratio” de 1 Juez por cada 100.000 habitantes,
diferenciándose notablemente de la de los políticos (103 por cada 100.000
habitantes). Algo similar ocurre también con los miembros del Ministerio
Público, unos 2.300, número de efectivos asimismo y a todas luces insuficiente
para asumir, no sólo la anunciada dirección de la instrucción, sino incluso sus
cometidos actuales6.
De aquí la conveniencia de que, cuando salgamos de la crisis y entremos en
una fase de expansión económica, debieran sustancialmente ser incrementadas
las partidas presupuestarias destinadas a la administración de Justicia.
B) De autogobierno.
2. Específicas.
6
De aquí que el Proyecto de reforma del C.P. proponga la polémica supresión de las faltas.
7
En la actualidad auténticos funcionarios, regidos por el principio de unidad y dependencia jerárquica,
en último término, del Ministro de Justicia. Cfr. arts. 435.2, 440, 450, 452.1, 462 y 464 LOPJ
8
El Proyecto de L.O. de control de la actividad económica-financiera de los partidos políticos, de 22
de febrero de 2014, pretende la rebaja de dicha cifra a 50.000 euros, debiendo, las cantidades superiores a
los 25.000 euros, ser comunicadas al Tribunal de Cuentas.
Asimismo se prohíben a las personas jurídicas y empresas efectuar tales donaciones (art. 4), así como
la condonación de las deudas pendientes.
3
Nada impide, sin embargo, bien trocear dicha cantidad en donaciones
inferiores9, bien la elusión de esta prohibición a través de una financiación
indirecta por los particulares a las Fundaciones o empresas ligadas a los partidos
políticos. Por otra parte, los recursos de estas formaciones políticas pueden
integrarse también mediante préstamos de entidades financieras (art. 2.2.d) que
posteriormente, una vez el partido político haya triunfado en las elecciones y
consolidado en el poder, podrían ser condonados a cambio de determinados
“favores” del Ejecutivo a la entidad financiera.
Por esta razón, el art. 4 de la L.O. 8/2007 fue modificado por la L.O. 5/2012,
de 22 de Octubre en el sentido de que no podrán condonarse más de 100.000
euros anuales y el Proyecto de L.O. de control de los partidos políticos, de 22 de
febrero de 2014, (art. 4.4) prohíbe dichas condonaciones.
Por ello, parece conveniente, de un lado, incrementar el catálogo de
prohibiciones y, de otro, dotar de una mayor agilidad y eficacia al Tribunal de
Cuentas en su función de fiscalización de la financiación de los partidos,
incluyendo expresamente, en el art. 4.1 de su Ley creadora, la L.O. 2/1982, al
Banco de España a fin de que dicho alto Tribunal pueda requerirle expresamente
la oportuna información contable10.
De hecho esta agilización ya se ha efectuado tras la promulgación de la L.O.
5/2012 y, así los partidos políticos deben remitir al Tribunal de Cuentas sus
cuentas anuales consolidadas antes del 30 de junio del año siguiente al que
aquéllas se refieran. El Tribunal de Cuentas debe emitir informe sobre su
regularidad en el plazo de 6 meses (art. 16.3), estando obligado el partido político
a publicar, en su página Web, la cuantía de los créditos concedidos la entidad
concedente y las condonaciones efectuadas (art. 14.8).
Por otra parte, el Proyecto de L.O. de control de la actividad económico-
financiera de los partidos políticos, de 22 de febrero de 2014, obliga a publicar,
en dicha página web, las subvenciones recibidas, legados y donaciones superiores
a 50.000 euros, así como la identidad del donante
B) Revisión de los “aforamientos”:
9
Así, según el diario “El País”, correspondiente al 18 de abril de 2013, entre los años 2002 y 2007 el
P.P. troceó 1’3 millones de euros en cantidades de 60.000 euros.
10
El control del Tribunal de Cuentas sobre el Banco de España permanece en la actualidad al mero
nivel de su fiscalización externa (art. 4.2.II Ley 13/1994, de 1 de junio, de autonomía del Banco de
España). Pero el art. 7.1 de la L.O. 2/1982 del Tribunal de Cuentas, que establece la obligación de
suministro de información de las entidades públicas previstas en su art. 4, al no contemplar expresamente
al Banco de España, posibilita que esta entidad pueda incumplir sus requerimientos.
El Proyecto de control económico-financiero de los Partidos Políticos, de febrero de 2014, efectúa una
nueva redacción del art. 7.1 de la LOTCu, que, al incluir a todas las personas jurídico públicas en su labor
de fiscalización, permitiría la inclusión del Banco de España.
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Es cierto que, si los Diputados y Senadores, el Presidente y los miembros del
Gobierno gozan del aforamiento11, desde un punto de vista estrictamente
constitucional, parece natural, como así se ha previsto en los distintos Estatutos
de autonomía12, que este privilegio procesal sea perfectamente trasladable a los
miembros de gobierno y parlamentarios autonómicos; pero tampoco lo es menos
que la experiencia de estos últimos años nos demuestra que, al menos en las
C.C.A.A. del arco mediterráneo, el aforamiento no cumple con su genuina
función de garantizar la independencia y regular funcionamiento de las Cámaras
legislativas, sino que, debido a la existencia de una, en mi opinión, censurable
doctrina del T.C. 13, que extiende el aforamiento a hechos punibles cometidos con
anterioridad a la toma de posesión del cargo autonómico y que nada tienen que
ver con desempeño de su oficio, se convierte, en la práctica, en un auténtico
privilegio procesal de la autoridad local que, cuando piensa que pueda contra él
incoarse un procedimiento penal, solicita y obtiene de su Partido político su
inclusión en las listas de diputados autonómicos para ser enjuiciado, con las
consiguientes dilaciones, por el T.S.J. tras dos instrucciones o dos idas y venidas:
la del Juez natural y la del Magistrado delegado instructor de dicho alto tribunal,
todo ello sin perjuicio de que, como así ha acontecido con la imputación de Díaz
Alperi o de Dª Milagrosa Rodríguez por el T.S.J. valenciano, renuncie a su acta
de diputado autonómico, una vez abierto el juicio oral ante el T.S.J., pierda el
aforamiento y vuelta a empezar ante el Juez legal instructor.
Sin duda estas corruptelas entrañan un auténtico fraude procesal y de aquí que
el T.S., en la STS, de 10 de diciembre de 2014, haya declarado que, una vez
abierto el juicio oral, el T.S.J., como consecuencia de la “perpetuatio
iurusdictionis”, no pierde su competencia por el hecho de la renuncia al acta de
diputado.
Por esta razón, habría que adoptarse alguna de estas dos soluciones: bien
podría derogarse este privilegio procesal contenido en la C.E. y en los Estatutos
de Autonomía (tesis de UPyD, replicada por el entonces Ministro de Justicia, Sr.
Gallardón), bien debiera el T.C. rectificar su doctrina, que yo denominaría la del
“aforamiento-chubasquero”, en el sentido de que este privilegio procesal tan sólo
debiera proteger a la autoridad estatal o autonómica por los delitos cometidos en
el ejercicio de su función y durante el período de su mandato. En los demás
casos, habría de ser el Juez de instrucción natural o el del lugar de comisión del
delito quien conociera de estos hechos punibles que nada tienen que ver con su
función parlamentaria y sí con su desprestigio.
11
Arts. 71.3 y 102.1 CE; 57.1.2 y 3 y 119.1 LOPJ.
12
Cfr. arts 26.2 EA Asturias, 32.2 EAPV, 38 EAC, 18 EAG, 40.1 EA Andalucía, 20 EA
Cantabria, 33.7 EA Murcia, 19 EACV, 25 EA Aragón, 17.1 EACM, 18.2 EA Canarias, 33.5
EA Baleares, 24.1 EA Madrid, 27 LRARF Navarra…
13
Ésta es la razón, por la cual Pablo García Manzano y yo suscribimos un voto particular a la STC
22/1997, de 22 de febrero que denegó el amparo a un Diputado de las Cortes Generales, condenado sin
suplicatorio por el solo hecho de haber cesado de esa condición en el momento de su condena.
5
Las medidas preventivas tienen como misión evitar que la corrupción local
aparezca y circunscriben su ámbito de aplicación a la jurisdicción contencioso-
administrativa en esa función, que la C.E. le otorga (art. 106), de control de la
legalidad de la actuación administrativa.
1. Concesión a los jueces administrativos de la posibilidad de dictar
licencias urbanísticas.
15
“Este es el caso, entre otros, de los inmuebles afectos al Patrimonio municipal del suelo (arts. 3.2 y
16 RBEL en relación con los arts. 277 y 278 del texto refundido de la Ley sobre el Régimen del Suelo y
Ordenación Urbana ( RCL 1992\1468 y RCL 1993\485), aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1992,
de 26 de junio, preceptos que fueron enjuiciados por este Tribunal en la STC 61/1997, fundamento
jurídico 36). Asimismo, de los montes vecinales en mano común (art. 84 TRRL y Ley 55/1980, de 11 de
noviembre [ RCL 1980\2600 y ApNDL 9941]). Por último, si se trata de bienes muebles de notable valor
histórico, artístico, arqueológico, científico, técnico o cultural a la previsión respecto a su inventario del
art. 22 RBEL se unen las derivadas, en orden a su protección, de los preceptos de la Ley 16/1985, de 25
de junio ( RCL 1985\1547 , 2916 y ApNDL 10714), del Patrimonio Histórico Español y en particular, de
su título III, disposiciones también aplicables a los inmuebles.” (STC 166/1998, F.J. 14).
7
percibirse como <<el precio>> exigido por las autoridades a cambio de tolerar
ilícitos”16.
De aquí que hayamos de centrar nuestro estudio en las dos últimas.
1. Derecho Penal.
Como es sabido, el art. 31 bis.5 del C.P. establecía, junto a la inmunidad penal
del Estado17, la exención de responsabilidad penal de los partidos políticos,
sindicatos y sociedades mercantiles estatales.
a) “Los partidos políticos”.
grave su actividad vulnere los principios democráticos o persiga deteriorar o destruir el régimen de
libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, mediante las conductas a que se refiere el
artículo 9.”
21
Cuales son los contemplados en los arts. 177 bis. 7, 189 bis, 197.8, 251 bis, 261 bis, 264.4, 288,
302.2, 310 bis, 318 bis.4.3º, 319.4, 327 y 328.6, 343.3, 348.3, 369 bis.3º, 399 bis.1.3º, 427.2, 430.3º,
445.2 y 576 bis.3.
22
Según Europa Pres, de 27 de noviembre de 2014.
23
SSTC 281/2005, 185/2003, 198/2004, 308/2000, 20/1985…
5
9
comanditarias de capital) y se rigen por las normas del Derecho privado 24.
Naturalmente estas sociedades pueden delinquir, tal y como ha acontecido con
determinadas Cajas de Ahorro que, aun cuando no participen de esta naturaleza,
son entidades de naturaleza fundacional y de fin social25. Por lo demás, tampoco
se entiende muy bien que ciertas Cajas de Ahorro, como es el caso de BANKIA,
tras un proceso de fusión, se conviertan en entidades financieras y adquieran, por
tanto, responsabilidad penal, para pasar a perderla, de la noche a la mañana, si
son intervenidas por el Estado. Sin embargo, la reforma ocasionada por la L.O.
7/2012 paradójicamente no lo ha hecho y de aquí que gocen de exención penal.
B) ¿Instauración de un nuevo delito de enriquecimiento
injusto?
24
Fundamentalmente por el R.D.-Leg. 1/2010, que aprueba el texto refundido de sociedades de capital
(art. 3).
25
Así las configuran el R. D. L. 11/2010, de órganos de gobierno y otros aspectos de régimen jurídico
de las Cajas de Ahorros y la Ley 31/1985 de regulación de las normas básicas sobre órganos rectores de
las Cajas de Ahorro.
26
Por todos, ASENCIO, La lucha contra la corrupción. El delito de enriquecimiento ilícito, en “El
Estado de Derecho..”, cit., p.p. 82 y s.s.
10
por las cuales no parece que esta conducta deba ser doble o triplemente
tipificada.
2. Derecho Procesal Penal.
Una de las causas de la lentitud de los procesos de corrupción tiene que ver con
la ordenación procesal de los “macro procesos”, por cuyo concepto podemos
entender, bien los suscitados por una ingente pluralidad de víctimas o contra un
considerable número de acusados, bien como consecuencia de la comisión de
delitos por una trama organizada en distintas partes del territorio nacional. Al
primer grupo pertenecería, por ej., el caso del aceite de “colza” o la operación
“MALAYA”, y al segundo, el caso GURTEL.
La extremada lentitud de estos procedimientos debiera llevar al legislador a una
reordenación del ejercicio de la acción penal y civil, del régimen de intervención
de las partes en el proceso y de la instauración del principio de oportunidad.
a) La acción penal popular.
31
Conforme a la nueva redacción del art. 324 que propone el Anteproyecto de Ley orgánica de
modificación de la ley de enjuiciamiento criminal para la agilización de la justicia penal, el
fortalecimiento de las garantías procesales y la regulación de las medidas de investigación
tecnológicas, de 5 de diciembre de 2014, se podrán establecer plazos a la instrucción que, una vez
culminados, ocasionarían su conclusión.
12
De aquí que el Anteproyecto de LECRIM de 2011, haya procedido a modular
el régimen de tales acciones. Así, con respecto a la “acción popular” su art.
82.1.d prohíbe su ejercicio por parte de los “partidos políticos y de los
sindicatos”.
Ciertamente, y en lo que respecta al ejercicio de la acción popular por los
partidos políticos, cabe señalar que ha contribuido notablemente al lamentable
fenómeno conocido como la “judicialización de la vida pública”; pero tampoco
cabe desconocer, que, en nuestro país, las asociaciones portadoras de intereses
colectivos o difusos (así, por ej., las asociaciones de vecinos para combatir la
corrupción en el urbanismo) no se caracterizan por el ejercicio de la acción
popular, vacío que han colmado determinados partidos políticos que, aun cuando
lo hagan por razones electorales, su ejercicio ha contribuido, en la práctica
forense, a poner freno a la corrupción política32.
Todavía parece menos justificada la exclusión en el ejercicio de la acción
popular, que realiza el Anteproyecto, de las entidades sindicales, las cuales
debieran estar legitimadas para el ejercicio, al menos, de la acción penal, en su
calidad de acusadores particulares (en tanto que portadores de intereses
colectivos), en los procesos instaurados por la comisión de delitos contra los
derechos de los trabajadores.
b) La acción civil.
14
En realidad este tipo de delitos debiera ser del conocimiento de la Audiencia
Nacional. Pero, como quiera que resultan, en él, imputadas diversas autoridades
autonómicas con sus consiguientes “aforamientos”, su objeto procesal habrá de
fragmentarse entre distintos procesos penales, que han de transcurrir ante
diversos T.S.J., concretamente los de Madrid, Valencia y Galicia.
Por esta razón, y en tanto no se adopte la solución de derogación de los
aforamientos autonómicos, una vez más, habría que acudir a la urgente
formación de piezas separadas (art. 762.6ª LECRIM), a fin de agilizar la
tramitación de los diversos procesos penales ante los correspondientes T.S.J.
Asimismo, sería conveniente la instauración del principio de oportunidad para los
acusados por delitos-bagatela, tal y como se ha expuesto supra. III.2.C.c.
38
Así, en el caso Gurtel las escuchas ordenadas por el Juez Garzón fueron anuladas por el ATSJ de
Madrid 28/2010, de 25 de marzo.
39
En el caso Brugal, indiciado en 2006 por el Juzgado de Orihuela por los delitos de cohecho,
extorsión y tráfico de influencias algunas defensas suscitaron la nulidad de las escuchas telefónicas por
falta de competencia del Juzgado de Orihuela que las adoptó. El Magistrado instructor del T.S.J, mediante
Auto de 14 de noviembre de 2012, no atendió dicha petición, estando pendiente, en el momento en que se
redacta este trabajo, de la resolución de su apelación.
40
La cual constituye un auténtico galimatías jurídico, pues, después de declarar la ilicitud de las
intervenciones telefónicas (F.J. 8) y de autorizar al instructor a declarar la consiguiente nulidad de
actuaciones (“En el momento procesal que corresponda, deberá el Magistrado Instructor, de oficio o a
instancia de parte, por la vía del artículo 240.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial declarar, en su
caso, la nulidad de las actuaciones que se deriven de las intervenciones aquí anuladas..”), reconoce al
tribunal sentenciador la facultad de decidir acerca de su validez y extensión de sus efectos (“ Y deberá
preservarse, en todo caso, que sea finalmente el órgano sentenciador el que se pronuncie de forma
definitiva, en su caso, sobre la validez o invalidez de las intervenciones acordadas y de las pruebas
derivadas de ellas.”).
15
Por esta razón, la jurisprudencia del T.C. nunca ha sustentado, con fundamento
en el art. 11.1 LOPJ, la doctrina de la “prueba ilícita” o de la “prueba nula” 41,
sino la tesis germana (“Beweiswürdigungsverbohten”) de la prohibición de
valoración de las pruebas obtenidas con vulneración de los derechos
fundamentales. Y es que las infracciones de la Constitución en materia
probatoria, lo que ha de ocasionar es una jurisprudencia sobre las reglas de
exclusión de valoración de la prueba prohibida42 y no la importación, en la
instrucción, de la doctrina de la nulidad de los actos procesales de los arts. 238 y
s.s. LOPJ, la cual se erigiría en fuente de dilaciones indebidas, desvirtuaría la
función del instructor y sustraería la competencia del órgano decisor sobre la
valoración de la prueba y la extensión de sus efectos.
No se nos oculta, sin embargo, que la exasperada lentitud de nuestra justicia
penal y la pervivencia todavía de jueces inquisidores, tal y como certeramente ha
denunciado el Profesor ASENCIO 43, han llevado a la jurisprudencia a admitir
excepcionalmente la nulidad de diligencias instructoras practicadas con flagrante
y grosera infracción del art. 28.3 C.E. 44, circunstancias, todas ellas, que abonan
por no asumir maximalistamente ninguna de las dos tesis enunciadas hasta tanto
no se produzca la anhelada reforma de nuestra justicia penal que dote de
celeridad a nuestro proceso penal, en cuyo caso la ilicitud de este tipo de actos
instructorios podría ser conferido al Juez de Garantías (cfr. art. 13.4 Anteproyecto
CPP).
41
Con la única excepción del “obiter dicta” sustentado por la STC 50/2000 (Ponente DE
MENDIZÁBAL).
42
Cfr. STC 28/2002 F.J. 3: “…la prohibición de valoración de la prueba nula y de la de ella derivada
es una regla de exclusión probatoria, orientada a garantizar un proceso justo”.
43
Véase la polémica suscitada al respecto con mi discípulo, ASENCIO, “La exclusión de la prueba
ilícita en la fase de instrucción como expresión de garantía de los derechos fundamentales”, La Ley, de
25 de enero de 2013, “Otra vez sobre la exclusión de las pruebas ilícitas en fase de instrucción penal
(Respuesta al Prof. Gimeno Sendra)”…
44
Pudiéndose citar a este respecto, las SSTS 2216/2011, de 5 de diciembre, (caso “Ballena Blanca) y
301/2013, de 18/04/2013; los ATSJ de Granada, de 18 Sep. 2007 y de Madrid, de 25 marzo 2010; las
SSAN 27/2014, de 7 de noviembre de 2014 y Alicante, Sección 1ª, 263/2014 de 14 de mayo; los AAAP
de Cádiz, 237/2006 de 9 noviembre, Madrid, Sección 30ª, de 19 Jun. 2013 y Sección 1ª, de 30 de enero de
2012, y la Circular 1/2013 de la Fiscalía General del Estado.
16
consecuencia del fenómeno de la “judicialización de la vida pública”), no debiera
resultar de aplicación cuando, tras años de instrucción, el Juez de instrucción
dicta un auto judicial de imputación. En tal supuesto, de permanecer en el
ejercicio de su cargo el político presuntamente corrupto, se ocasionaría un daño
irreparable a la institución en la que ejerce su oficio, a la vez que ocasionaría un
desprestigio en la autoridad e imparcialidad de los tribunales de justicia.
Por ello, tal y como anunció el entonces Ministro de Justicia, Sr. Gallardón, en
su comparecencia ante las Cortes Generales, celebrada el día 17 de abril de 2013,
debiera procederse a la reforma del art. 384 bis LECRIM, que contempla la
posibilidad de suspensión del cargo u oficio del imputado, como efecto de su
procesamiento, pero circunscrita a los supuestos de terrorismo, de tal suerte que,
en nuestro caso, habrá que estar a lo dispuesto en la legislación especial o a la
decisión de su partido político. De aquí la conveniencia de extender sus efectos y
permitir al Juez de instrucción competente o, al menos, al Magistrado instructor
del T.S.J., dictar una resolución provisional que, como consecuencia de su
imputación judicial y a fin de evitar su reiteración delictiva y el desprestigio de la
entidad que representa o de la que forma parte, apartara de su cargo al político
supuestamente corrupto.45
Así mismo, como efecto de su imputación judicial y previa reforma de la Ley
Orgánica electoral46 debiera establecerse, como causa de inegibilidad, la de que
ningún imputado por delitos de corrupción pudiera figurar en las listas electorales
autonómicas.
F) Adopción de la totalidad de medidas cautelares civiles, instauración de la
obligación del imputado de exhibición de su patrimonio al Juez de
Instrucción y levantamiento del velo de las personas jurídicas interpuestas.
45
Otra solución consistiría, tal y como preconiza el Proyecto de L.O. de control de los partidos
políticos, en suspender automáticamente de militancia al político objeto de apertura de un juicio oral en el
que se solicite la pena de inhabilitación.
46
Concretamente del art. 6.2 o del 177.2 de la L.O. 5/1985, del Régimen Electoral General.
47
La medida de comiso tan sólo está expresamente prevista por delitos dolosos o contra imputados
pertenecientes a organizaciones criminales (arts. 367 septies LECRIM, 127 C.P.).
Ello no impide, sin embargo, que, en la práctica forense, a la hora de adoptar el decomiso como
medida cautelar en otra clase de delitos, de entre los que se encuentran los de corrupción, suelen los
Jueces de instrucción invocar el art. 367 bis en relación con el art. 334 LECRIM, habida cuenta además
que el art. 301 C.P. contempla, como delito de blanqueo de capitales, la mera tenencia o transmisión de
bienes que tengan “su origen en una actividad delictiva”.
48
La LEC únicamente contempla dicha obligación en el caso del ejecutado (art. 589 LEC). Pero, a fin
de posibilitar la adopción de medidas cautelares, debiera extenderse también a la fase declarativa civil y a
la instrucción penal.
17
y de sus sociedades interpuestas49, a las que habría que posibilitar el
“levantamiento del velo”, tal y como reconoce la jurisprudencia de la Sala de lo
Penal del T.S.50.
V. CONCLUSIONES.
49
QUIJANO GONZÁLEZ, Corrupción urbanística: una perspectiva desde el Derecho Mercantil, en
“El estado de Derecho..”, cit., p. 144.
50
Cfr. SSTS 952/2006, de 10 de octubre, 986/2005, de 21 de julio, 867/202, de 29 de julio, 274/1996,
de 25 de mayo.., citadas por GRANADOS, Análisis jurisprudencial de la responsabilidad de las
personas jurídicas en el ámbito penal, en “Responsabilidad penal de las personas jurídicas..”, cit.,
p.p.153-156.
18
9. En el supuesto de macro procesos con un número considerable de
imputados, debieran formarse piezas separadas e instaurar un
sobreseimiento por razones de oportunidad para aquéllos que, mediante su
delación, contribuyan a la condena de los autores principales.
10. Debieran nuestros tribunales, salvo supuestos flagrantes de violación del
art. 18.3 C.E., rechazar la aplicación en el proceso penal de la doctrina de
la “prueba ilícita” y, con ella, las peticiones de nulidad de escuchas
telefónicas en sede de la instrucción
11. Debiera ampliarse el contenido del art. 384 bis LECRIM en el sentido de
que el Juez de instrucción, tras su imputación, pueda suspender en su cargo
u oficio al político supuestamente corrupto. Asimismo debiera reformarse
la LOREG y establecer la prohibición de que ningún imputado por la
Autoridad judicial pueda formar parte de las listas electorales.
12. Debiera instaurarse la obligación del imputado de exhibición de su
patrimonio, autorizar expresamente al Juez de instrucción la adopción de la
totalidad de las medidas cautelares civiles y consagrar la doctrina
jurisprudencial del levantamiento del velo de las personas jurídicas
interpuestas a fin de poder decomisar las ganancias procedentes del delito.
ANEXO:
PROYECTO DE LEY ORGÁNICA DE CONTROL DE LA ACTIVIDAD
ECONÓMICO-FINANCIERA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS POR LA QUE
SE MODIFICAN LA LEY ORGÁNICA 8/2007, DE 4 DE JULIO, SOBRE
FINANCIACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS, LA LEY ORGÁNICA
6/2002, DE 27 DE JUNIO, DE PARTIDOS POLÍTICOS Y LA LEY
ORGÁNICA 2/1982, DE 12 DE MAYO, DEL TRIBUNAL DE CUENTAS
Los partidos políticos podrán recibir de acuerdo con sus estatutos, cuotas y
aportaciones de sus afiliados y adheridos.
19
a) Los partidos políticos podrán recibir donaciones no finalistas, nominativas, en
dinero o en especie, procedentes de personas físicas, dentro de los límites y de
acuerdo con los requisitos y condiciones establecidas en esta Ley.
20
c) Donaciones procedentes de personas jurídicas y de entes sin personalidad
jurídica.
Dos. Todas las donaciones superiores a 50.000 euros y en todo caso, las
donaciones de bienes inmuebles, deberán ser objeto de notificación al Tribunal de
Cuentas por el partido político en el plazo de tres meses desde su aceptación."
a) Condenados por sentencia firme a pena privativa de libertad, hasta que se haya
cumplido la condena.
21
Artículo segundo. Modificación de la Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de
Partidos Políticos.
22