Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CÁTEDRA DE TRAUMATOLOGÍA
DOCENTE:
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
FRACTURA DE ESCAFOIDES CARPIANO
FRACTURA DE PRIMER METACARPIANO
FRACTURA DE QUINTO METACARPIANO
FRACTURA DE FALANGE
RESPONSABLE:
DÉCIMO NIVEL
PARALELO: “C”
PERIODO:
ABRIL 2019 – SEPTIEMBRE 2019
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
FRACTURA DE ESCAFOIDES CARPIANO
El escafoides es uno de los huesos pequeños de la muñeca. Es el hueso de la muñeca
con más probabilidad de romperse.
La fractura de escafoides es la más frecuente de las fracturas de los huesos del carpo
y la segunda más frecuente en la extremidad superior después de las fracturas de
epífisis distal del radio.
Entre el 13% y hasta la mitad de las lesiones a nivel del polo proximal evolucionarán
a una pseudoartrosis o necrosis.
MECANISMO DE LESIÓN
Diversos autores han estudiado en qué circunstancias se produce una fractura de
escafoides. Parece probado que el mecanismo principal se produce cuando aparece
una carga axial con la muñeca en extensión dorsal y desviación radial.
Cuánto mayor flexión dorsal, más distal se producía la fractura. De este modo, con
flexiones mayores a 90º la fractura siempre se producía a nivel del carpo. También
observó cómo era más probable la aparición de la fractura a nivel del escafoides si
añadía cierto grado de desviación radial.
Por otro lado, Weber y Chao también estudiaron la relevancia del punto de impacto.
Si el punto de contusión se producía en la mitad radial de la palma, en una muñeca
en extensión dorsal y desviación radial, se reproducía una fractura de escafoides.
ANATOMÍA Y VASCULARIZACIÓN
El escafoides carpiano es un hueso recubierto casi en su totalidad (80%) por cartílago
articular. De hecho, se articula con el radio, semilunar, hueso grande, trapecio y
trapezoide, sirviendo de nexo mecánico entre la primera y la segunda hileras del
carpo, estando constantemente sujeto a fuerzas de compresión y cizallamiento. Sin
embargo, esta circunstancia también limita sus inserciones ligamentarias y su aporte
vascular.
El otro aporte llega al escafoides por su cara volar, pero se limita a irrigar la región
del tubérculo del escafoides.
Las fracturas a nivel del polo proximal se consideran inestables por definición, ya
que el polo proximal tan solo presenta inserción del ligamento profundo
radioescafolunar. También hay que tener en cuenta que el polo proximal es una
superficie de cartílago hialino articular y que la introducción de líquido sinovial a
nivel del foco de fractura también podría dificultar la consolidación.
SÍNTOMATOLOGÍA
Las fracturas de escafoides generalmente causan dolor e inflamación en la base del
pulgar. El dolor podría ser severo cuando se mueve el pulgar o muñeca, o cuando se
trata de asir alguna cosa.
A menos que la muñeca esté deformada, puede que no sea obvio que el escafoides
está fracturado. En algunos casos, el dolor no es severo y podría confundirse con un
esguince.
Cualquier dolor en la muñeca que no se val al cabo de un día de la lesión podría ser
un signo de fractura. Una muñeca “esguinzada” simple es muy rara y es importante
ver a un médico si el dolor persiste.
EXÁMENES Y ESTUDIOS
La sospecha de hallarse frente a una fractura de escafoides es eminentemente
clínica. El paciente suele acudir con un mecanismo lesional compatible con dolor y
edema a nivel de la tabaquera anatómica. Pero esta sospecha requiere siempre una
confirmación radiológica.
La gammagrafía sin captación a las 48h descarta la presencia de una fractura. Pero
una gammagrafía positiva puede deberse a una lesión ósea o ligamentaria.
CLASIFICACIÓN
Existen diversos sistemas de clasificación para las fracturas del escafoides que
evalúan la localización, la severidad, la estabilidad de los fragmentos, el estado de
consolidación y el intervalo de tiempo desde la lesión hasta el diagnóstico. Las
fracturas agudas son aquéllas en las que el diagnóstico se hace antes de 3 semanas,
con retraso de consolidación de 4 a 6 meses y Pseudoartrosis con más de 6 meses.
CLASIFICACIÓN DE RÜSSE
Divide al escafoides en tres partes para describir la localización de la fractura: tercio
proximal, medio y distal. Las fracturas del tercio medio se subdividen de acuerdo a
la orientación de la línea de fractura con relación al eje longitudinal del hueso. Se
reconoce que las fuerzas de cizallamiento tienden a desplazar aquellas fracturas
cuyo plano de orientación sea vertical, mientras que las fracturas transversas y las
oblicuas horizontales están bajo fuerzas compresivas mayores y es menos frecuente
que se desplacen.
Fractura de escafoides:
a) No desplazada
b) Angulada
c) Desplazada
• Los ligamentos están rotos dorsal y palmar en las crestas, desplazando los
fragmentos. • En la proyección AP se observa un escalón entre los fragmentos en la
superficie del hueso grande.
CLASIFICACIÓN DE PROSSER, BRENKEL, IRVINE
Esta clasificación está diseñada para ubicar las fracturas distales intraarticulares.
TRATAMIENTO
FRACTURAS NO DESPLAZADAS
Inmovilizar con yeso braquiodigital (pulgar), debido a que las fuerzas de stress y
cizallamiento se ejercen en el escafoides durante la pronación y la supinación a
través de los ligamentos radiocarpianos.
Las fracturas del tercio distal consolidan en 8 semanas, las del tercio medio en 8 a 12
semanas y las del tercio proximal de 20 a 23 semanas. El yeso braquiodigital debe
mantenerse por 6 semanas y luego cambiar a uno antebraquiopalmar.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Las fracturas desplazadas o anguladas suelen ser inestables o pueden estar asociadas
a luxaciones perilunares del carpo (100% de necrosis avascular).
Abordaje volar
Se recomienda para las fracturas de la cintura y tercio distal. Entre sus ventajas
destacan una excelente visualización y una menor probabilidad de lesionar la
vascularización del escafoides. Los inconvenientes son una cicatriz capsular que
puede disminuir la extensión de la muñeca, mayor riesgo de inestabilidad del carpo y
posibilidad secundaria a la introducción del tornillo.
Abordaje dorsorradial
Indicado en fracturas del polo proximal, permitiendo una mejor fijación, y además
puede visualizarse el ligamento escafolunar y repararse si fuera necesario. Conserva
además los importantes ligamentos extrínsecos volares.
Percutáneo
Indicado para fracturas agudas no desplazadas o mínimamente desplazadas. Puede
utilizarse tanto una vía dorsal o volar. Debe valorarse como primera opción de
tratamiento en deportistas de élite o pacientes con alta demanda funcional.
Las osteosíntesis usadas son: tornillo sin cabeza de doble rosca o los cónicos Acutrak,
que además de ofrecer una buena osteosíntesis comprensiva pueden hundirse en la
superficie del cartílago articular y no necesitan ser retirados. Se debe usar yeso
corto de 8 a 12 semanas.
FALANGES
Las fracturas de las falanges proximales generalmente presentan una
angulación en extensión (ángulo de vértice volar).
El fragmento proximal se desvía en flexión por acción de los interóseos y el
fragmento distal se desvía en extensión por acción de la bandeleta central.
El desplazamiento de las falanges medias es impredecible.
Las fracturas de las falanges distales suelen ser resultado de aplastamientos
que ocasionan fracturas conminutas del penacho.
MECANISMO DE LESIÓN
La gran variedad de mecanismos de lesión es la causa del amplio espectro de
patrones de lesión de los traumatismos esqueléticos de la mano.
La carga axial sobre el eje del dedo se produce con frecuencia durante la práctica de
deportes con balón, o por un traumatismo por alcance durante las actividades de la
vida diaria, como intentar coger un objeto que acaba de caer. El patrón de lesión
producido por este mecanismo generalmente ocasiona una fractura articular por
cizallamiento o una fractura metafisaria por compresión.
Una carga axial sobre la extremidad superior debe hacer sospechar presencia de
lesiones asociadas en el carpo, el antebrazo, el codo y la cintura escapular.
Un único dedo puede verse atrapado con facilidad en la ropa, un mueble o equipo de
trabajo y sufrir un mecanismo de torsión que da lugar a fracturas espiroídeas o
patrones de luxación más complejos.
DIAGNÓSTICO
EVALUACIÓN CLÍNICA
Anamnesis
Es necesaria una anamnesis detallada, ya que puede condicionar el tratamiento.
Deben evaluarse los siguientes antecedentes.
Edad.
Mano dominante.
Ocupación.
Enfermedades sistémicas.
Mecanismo de lesión: aplastamiento, traumatismo directo, torsión,
arrancamiento, laceración, etc.
Tiempo de evolución (para fracturas expuestas).
Exposición a contaminantes: granjas, agua salobre, mordeduras humanas o
de animales.
Tratamiento realizado: lavado, antisépticos, vendajes, torniquetes.
Cuestiones económicas: incapacidad laboral e indemnizaciones.
Examen físico
Deben evaluarse los siguientes aspectos:
Viabilidad de los dedos (el relleno capilar debe producirse en menos de 2 s).
Situación neurológica (documentada mediante el test de discriminación de
dos puntos [lo normal es 6 mm] y evaluación de cada músculo por separado).
Angulación y deformidad rotacional.
Rango de movilidad (medido con el goniómetro).
CLASIFICACIÓN
CLASIFICACIÓN DESCRIPTIVA
Fractura expuesta versus cerrada (ver más adelante).
Hueso afectado.
Localización en el hueso.
Patrón de fractura: conminuta, transversa, espiroídea, hendidura vertical.
Presencia o ausencia de desplazamiento.
Presencia o ausencia de deformidad (rotación y/o angulación).
Fractura extraarticular versus intraarticular.
Fractura estable versus inestable.
QUIRÚRGICO
Indicaciones de tratamiento quirúrgico:
Fracturas expuestas.
Fracturas inestables.
Fracturas irreductibles.
Fracturas múltiples.
Fracturas con pérdida ósea.
Fracturas con lesiones tendíneas
Fracturas epifisarias.
Fracturas por avulsión de los ligamentos colaterales.
Fracturas oblicuas, verticales y horizontales de la cabeza del metacarpiano.
Fracturas conminutas.
Fractura "del boxeador" con extensión articular.
Fracturas asociadas a pérdida ósea.
Es posible realizar una fijación quirúrgica tras una reducción cerrada mediante
osteosíntesis con agujas intermetacarpiano percutáneo, o tras una reducción abierta
y fijación interna con tornillos interfragmentarios, agujas intramedulares o placas y
tornillos.
Fracturas extraarticulares
-Suelen ser fracturas transversas u oblicuas. La mayoría pueden tratarse mediante
reducción cerrada e inmovilización con yeso, pero algunas fracturas inestables
necesitan reducción cerrada y osteosíntesis con agujas percutáneas. La articulación
de la base del pulgar es bastante tolerante, por lo que no es esencial la reducción
anatómica de las fracturas anguladas de la diáfisis.
Fracturas intraarticulares
Tipo I: Fractura de Bennett: el trazo de fractura separa la mayor parte del
metacarpiano dejando un fragmento en cuña volar, lo que ocasiona una
desestructuración de la primera articulación carpometacarpiana; el primer
metacarpiano se desplaza en dirección proximal por acción del músculo
abductor largo del pulgar.
Tipo II: Fractura de Rolando: requiere una mayor energía que la fractura de
Bennett; en la actualidad se usa para describir una fractura de Bennett
conminuta, una fractura en Y o en T, o una fractura con fragmentos palmares
y dorsales.
Las fracturas de la base del primer metacarpiano tanto de tipo I como de tipo II son
inestables y deben tratarse mediante reducción cerrada y osteosíntesis con agujas
percutáneas o reducción abierta y fijación interna.
Fracturas extraarticulares
Si están desplazadas o son inestables, requieren reducción, cerrada o abierta y
fijación interna. Las fracturas del tercio proximal de la diáfisis de la falange
proximal generalmente presentan una angulación de vértice volar. Será preciso
realizar una reducción cerrada con fijación interna utilizando una aguja que
atraviese la articulación metacarpofalángica inmovilizándola en flexión.
En las fracturas en que no puede conseguirse una reducción cerrada estable, o ésta
no puede mantenerse, hay que hacer una reducción cerrada con osteosíntesis con
agujas percutáneas o una reducción abierta con fijación interna con implantes de
mini fragmentos.
A. Inserción del tendón flexor superficial en la falange media.
B. Fractura a través del cuello de la falange media, con angulación volar
secundaria.
C. Fractura a través de la base de la falange media, con angulación dorsal
secundaria.
Fracturas intraarticulares
Fracturas condíleas: simples, bicondíleas, osteocondrales. Requieren una
reducción anatómica; si hay desplazamiento en cualquier grado es necesario
realizar una reducción, cerrada o abierta y fijación interna. Debe
considerarse la fijación percutánea en las fracturas no desplazadas, pues con
frecuencia son inestables y, una vez inmovilizadas con férula o yeso, es difícil
evaluar si conservan o no la reducción.
Fracturas intraarticulares conminutas: deben tratarse, si es posible,
mediante reconstrucción de la superficie articular. Las fracturas muy
conminutas que no pueden reconstruirse hay que tratarlas de forma cerrada
con movilización precoz protegida. El cirujano debe plantear al paciente la
posibilidad de tener que realizar intervenciones secundarias.
Lesiones por hiperextensión sin luxación con compromiso de menos del 30% al
35% de la superficie articular (no desplazadas): férula de bloqueo dorsal en
20° de flexión y sindactilia mediante tela adhesiva con el dedo adyacente
durante 3 semanas, seguido de una sindactilia con ejercicios activos y activos
asistidos de rango de movilidad.
Compromiso articular mayor o igual a 40%: generalmente son inestables.
Puede utilizarse un fijador externo dinámico (Suzuki/Slade con agujas de
Kirschner de 1 mm y gomas elásticas). Si los fragmentos necesitan una
reducción adicional, puede hacerse una reducción abierta con fijación
interna. Si la lesión es muy conminuta o se trata de una lesión crónica con
compromiso de la superficie articular del 40% al 50%, es posible realizar una
artroplastia de la placa volar o una reconstrucción de la articulación con un
fragmento osteoarticular del ganchoso. Si el compromiso de la superficie
articular es mayor de 50%, se recomienda realizar una reconstrucción con un
fragmento osteoarticular del ganchoso.
Falange distal
Fracturas extraarticulares
Son fracturas transversas, longitudinales y conminutas (es muy habitual la lesión de
la matriz ungueal).
Fracturas intraarticulares
Fracturas en cuña dorsal de la base: una fractura en cuña dorsal de la base de la
falange con rotura del mecanismo extensor puede ocasionar un dedo en martillo. De
forma alternativa, un dedo en martillo puede ser resultado de una rotura tendinosa
pura y no ser visible en las radiografías.
Fracturas volares de la base: se asocian a la rotura del tendón flexor profundo de los
dedos ("dedo de jersey", frecuente en los jugadores de fútbol americano y de rugby,
afecta con más frecuencia al dedo anular).
El tratamiento consiste en la reparación primaria, en especial si hay un gran
fragmento óseo desplazado.