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Tema 11.

El déficit presupuestario
y la política fiscal

11.1 La restricción presupuestaria del estado

La restricción presupuestaria de las economías domesticas dice que el valor presente


de su consumo ha de ser menor o igual que su riqueza inicial más el valor presente
de su renta laboral. El sector público se enfrenta con una restricción semejante: el
valor presente de los bienes y servicios que adquiera debe ser menor o igual que su
riqueza inicial mas el valor presente de lo que recaude en concepto de impuestos.
Así la restricción presupuestaria se puede expresar como:

 
 exp(  R (t ))G (t ) dt   D (0)   exp(  R (t ))T (t ) dt
t 0 t 0

donde: G (t ) : representa el gasto público en (t); T (t ) : representa la recaudación


impositiva en (t); D (0) : valor inicial de la deuda pública real pendiente en (0);
R (t ) : tipo de interés real.

El déficit presupuestario en su versión más sencilla es equivalente a la tasa de


variación de la deuda acumulada:

 (t )   G (t )  T (t )  R (t ) D (t )
D

 G (t )  T (t ) : déficit primario (aquel que no incluye los intereses de la deuda).


Para comprobar cual es la contribución de la política fiscal a la restricción
presupuestaria del estado en un momento determinado es mejor observar el déficit
primario, que no el déficit total.

Podemos rescribir la restricción presupuestaria del estado como sigue:


D (0)   exp(  R (t ))T (t )  G (t ) dt
t 0
Esta ecuación nos dice que el sector público debe mantener un superavit primario lo
suficientemente elevado, como para compensar la deuda inicial.

La restricción presupuestaria del estado no le impide mantenerse endeudado todo el


tiempo, ni siquiera le impide estar siempre aumentando el volumen de su deuda. Lo
que se tiene que cumplir que el limite del valor de su deuda no puede ser positivo:

lim exp( R ( s )) D( s )  0
s
Aspectos relacionados con la medición del déficit

La restricción presupuestaria del estado depende del valor presente de la senda


temporal de gastos e ingresos, no depende del déficit en un determinado período.
Por esta razón, las mediciones convencionales del déficit primario o del déficit total,
pueden llevar a conclusiones equivocadas sobre la influencia de la política fiscal en
la restricción presupuestaria de un período dado.

Vemos aquí tres ejemplos.

El Primero, es el efecto que tiene la inflación sobre la medición del déficit.

La variación de la deuda nominal pendiente, es igual a la diferencia entre los


ingresos nominales y los gastos nominales, y los intereses de la deuda.

B (t )  P (t ) G (t )  T (t )   i (t ) P (t ) D (t )

donde P (t ) representa el nivel de precios y i (t ) el tipo de interés nominal.


Cuando la inflación aumenta, también aumenta el pago de los intereses de la deuda,
ya que para un tipo de interés real dado, un aumento de la inflación eleva el tipo de
interés nominal.

B (t )  P(t ) G (t )  T (t )    R (t )   (t ) P(t ) D (t )

teniendo en cuenta que:

 (t )   G (t )  T (t )  R (t ) D (t )
D

Entonces:

B (t )  P (t ) D
 (t )   (t ) D (t ) : variación del stock nominal de deuda

Si deflactamos la variación del stock nominal de deuda tenemos:

B (t )
 D
 (t )   (t ) D (t )
P(t )

De esta expresión lo que se deduce es que si medimos la variación real de la deuda


por la variación nominal deflactada por un índice de precios, entonces,
observaremos que la inflación si afecta a la variación del stock real de deuda.....

Conclusión: La inflación afecta al déficit presupuestario, aunque midamos este en


términos reales, deflactando el déficit nominal por un índice de precios.

Nota. Mas que nada, la inflación afecta a la medición convencional del déficit
presupuestario.
El segundo ejemplo lo tenemos en la venta de activos. Si el Estado vende un activo,
por ejemplo, una empresa pública, sus ingresos aumentan puntualmente y reduce el
déficit presupuestario. Pero renuncia a los ingresos que podría haber obtenido si
vendiese ese activo en un futuro. En el supuesto de que el valor del activo fuese
igual al valor presente de los ingresos que produciría por una venta futura, la venta
de activos no tiene efectos sobre el valor presente de los ingresos públicos, de modo
que esta venta, modifica el déficit presente, pero no altera la restricción
presupuestaria del gobierno.

Como tercer ejemplo, veamos los créditos presupuestarios. Un crédito


presupuestario es un compromiso del sector público de incurrir en el futuro en
gastos para los que no están previstos ingresos. A diferencia de lo que ocurre con la
venta de un activo, este tipo de operaciones si tiene efectos sobre la restricción
presupuestaria, pero no sobre el déficit presente. Si el estado vende un activo, el
conjunto de políticas que satisfacen la restricción presupuestaria sigue siendo el
mismo. En el caso de un crédito presupuestario, para satisfacer la restricción
presupuestaria, el estado tendrá que elevar los impuestos futuros o reducir el gasto
futuro.

La ausencia de una relación estrecha entre el déficit y la restricción presupuestaria


implica que el gobierno puede cumplir con las normas legales o constitucionales que
regulan el déficit sin necesidad de introducir cambios importantes. La venta de
activos y la sustitución de programas de gasto convencionales por créditos
presupuestarios no son mas que dos de las estrategias que puede emplear el gobierno
para que el déficit estimado se ajuste a las condiciones impuestas sin necesidad de
cambiar realmente su política.

Otras estrategias consisten en introducir gastos fuera de presupuestos, imponer


regulaciones al gasto del sector privado, formular pronósticos irreales y asignar el
gasto entre años fiscales diferentes.

11.2 El resultado de la Equivalencia Ricardiana

Pasamos ahora a evaluar que efectos tiene la decisión del Estado de financiar el
déficit con impuestos o con deuda. La restricción presupuestaria de las familias es la
siguiente:

 
 exp( R (t ))C (t ) dt  K (0)  D (0)   exp( R (t )) w(t )  T (t ) dt
t 0 t 0

La expresión anterior es equivalente a:

  
 exp( R (t ))C (t )dt  K (0)  D(0)   exp( R(t )) w(t ) dt   exp( R (t ))T (t ) dt
t 0 t 0 t 0

Por otro lado, tenemos la restricción presupuestaria del Gobierno que suponemos se
cumple con igualdad:
 
 exp( R (t ))T (t )dt D (0)   exp( R (t ))G (t )dt
t 0 t 0

Sustituyendo en la restricción presupuestaria de los hogares nos queda la siguiente


expresión:

  
 exp(  R (t ))C (t ) dt  K (0)  D (0)   exp(  R (t )) w(t ) dt  D (0)   exp(  R (t ))G (t ) dt
t 0 t 0 t 0
y simplificando:

  
 exp(  R (t ))C (t )dt  K (0)   exp( R (t )) w(t ) dt   exp(  R (t ))G (t )dt
t 0 t 0 t 0

IMPORTANTE!. La restricción presupuestaria de los hogares no depende ni de la


deuda ni de los impuestos, solo del GASTO PÚBLICO.

Los impuestos presentes y futuros, tampoco aparecen en la función de utilidad de los


agentes. Lo mismo se puede decir de la deuda pública, tampoco aparece en la
función de utilidad de los agentes. Como ni los impuestos ni la deuda aparecen en la
restricción presupuestaria, pues entonces la decisión de consumo de los agentes no
parece depender de la forma en que se financie el gasto público. Obviamente, el
consumo de los agentes dependerá del gasto, pero no de cómo éste se financie.

De la ecuación de contabilidad nacional podemos deducir igualmente que la


inversión tampoco depende de los impuestos, ni tampoco de la deuda. Solo depende
de la cuantía del gasto.

Primera implicación: “Lo único que afecta a la economía es la


cuantía del gasto, no de la forma en que este se
financie”.

“La tesis de la irrelevancia de la elección entre


impuestos y endeudamiento para financiar el gasto
público, es la famosa Equivalencia Ricardiana, entre
los impuestos y la deuda”.

En los modelos económicos tradicionales se supone que pasar de una financiación a


través de impuestos a una financiación a través de bonos aumenta el consumo. En
los modelos tradicionales el consumo es una variable que depende solo de la renta
disponible presente Y  T  . Con este supuesto, un recorte impositivo financiado
mediante la emisión de deuda debería elevar el consumo. No es este el único punto
en los que los enfoques tradicionales predicen cosas distintas. Por ejemplo, la tesis
tradicional implica que los elevados déficit presupuestarios de Estados Unidos,
elevan el consumo y reducen la acumulación del capital y el crecimiento económico.
Pero la tesis Ricardiana implica que estos déficit no tienen efectos ni sobre el
consumo ni sobre la acumulación de capital. Para dar otro ejemplo, es frecuente que
durante una recesión el gobierno recorte los impuestos para estimular el consumo.
Según la Equivalencia Ricardiana esta medida no tendría ningún efecto.

11.3 La Equivalencia Ricardiana en la práctica

Muchas han sido las investigaciones destinadas a precisar cuanto hay de cierto en la
Equivalencia Ricardina. Hay muchas razones por las que la Equivalencia Ricardiana
no podria cumplirse. Pero la pregunta relevante es saber si el comportamiento de las
economías se aleja ostensiblemente de lo que predice la E. R.

La entrada de nuevos hogares en la economía

Una razón por la que la equivalencia ricardina no se cumpla exactamente es la


existencia de relevo poblacional. Con la entrada de nuevos individuos a la economía,
parte de la futura carga impositiva asociada a la deuda pública pasarán a soportarla
individuos que no estaban vivos en el momento de la emisión. Entonces, en ese caso,
el bono representa riqueza neta para la generación presente, y en ese caso, si afecta
a su comportamiento y a sus decisiones de consumo.

Esta crítica se enfrenta a dos dificultades: (1) que los agentes se preocupan por sus
descendientes, (2) que la vida de la gente es lo suficientemente larga como para que
recaiga sobre ellos el coste de rescatar la deuda unas generaciones después de
haberse emitido.

La equivalencia ricardiana y la hipótesis de la renta permanente

La cuestión de si la equivalencia ricardiana es una buena aproximación se encuentra


en estrecha conexión con otra similar: la de si la hipótesis de la renta permanente
constituye una buena aproximación al comportamiento de los consumidores.

En el modelo de la renta permanente lo único que afecta al consumo es la renta


permanente, es decir, su restricción presupuestaria a lo largo del ciclo vital. La
evolución temporal de su renta neta no tiene importancia. Una emisión, de bonos en
el presente que se pague mediante impuestos en el futuro únicamente afectará a la
renta disponible pero no a la restricción presupuestaria a lo largo del ciclo vital. De
modo que si la teoría de la renta permanente describe de forma adecuada el
comportamiento del consumidor, es probable que la equivalencia ricardiana sea
también una buena aproximación. Pero si existen desviaciones significativas
respecto de la hipótesis de la renta permanente, es probable que tampoco se cumpla
la equivalencia ricardiana.

11.4 El ajuste impositivo

Pasamos ahora a la cuestión de cuales son los factores que explican el déficit. En
esta sección veremos el modelo de Barro donde el déficit se elige de forma optima.

El modelo de Barro se centra en minimizar las distorsiones asociadas a la


recaudación impositiva, que probablemente crecen más rápidamente que la cuantía
de lo recaudado. Por ejemplo, en lo modelos tradicionales los impuestos no generan
distorsiones importantes, de modo que si los impuestos son reducidos los costes de
la distorsión son aproximadamente proporcionales al cuadrado de la recaudación.
Cuando las distorsiones son elevadas se suele observar que cuando se aplican
políticas de impuestos variables se generan mayores costes que con impuestos
constantes. De modo que si el gobierno quiere minimizar las distorsiones, una
opción es suavizar la evolución temporal de los impuestos.

El ajuste impositivo en condiciones de certidumbre

El problema que debe resolver el gobierno es la elección de los valores de los


impuestos a lo largo del tiempo que minimice el valor presente de los costes de
distorsión respetando la restricción presupuestaria general del estado.

Los costes asociados a los impuestos se recogen en la siguiente función:

Tt
C t  Yt f ( ), donde: f (0)  0 , f ' (0)  0 , f '' ()  0
Yt

Formalmente el problema es:

 1 T
min  Y f( t)
t t
t  0 (1  r ) Yt
 1  1
s.a.  T  D0  
t t t
Gt
t  0 (1  r ) t  0 (1  r )

supongamos que el estado decide reducir hoy los impuestos en T unidades


monetarias ( T  0 ). Si hoy reduce los impuestos en esta cantidad, en el período
siguiente tendrá que incrementarlos en una cuantía igual a: (1  r )T . Si el estado
reduce los impuestos en t, pero los incrementa en t+1, entonces la restricción
presupuestaria no varía. Pero esa política, aunque no afecta a la restricción
presupuestaria si afecta a las distorsiones

Denotamos por BM al beneficio marginal derivado de reducir los impuestos en


T u.m. en el período -t-. El BM se calcula como:
1 T
BM  t
f ' ( t )T : el benéfico marginal de una reducción de impuestos
(1  r ) Yt
nos mide como se reducen los costes en -t- por dicha
reducción de impuestos.

Reducir los impuestos en –t- en T u.m.,


supone tener que incrementar los impuestos en t+1, en
(1  r ) T u.m.., y eso genera mayores distorsiones.
Denotamos por CM al incremento de los costes que
se generan en t+1 por disminuir en t los impuestos en
T .

1 Tt 1
CM  t
f '( )T : el coste marginal de una reducción de impuestos nos
(1  r ) Yt 1
mide como se incrementan los costes en t+1 cuando en
–t- los impuestos se reducen en T u.m..

La solución optima es aquella tal que: BM  CM

1 Tt 1 T
BM  t
f '( ) T  t
f ' ( t 1 ) T  CM
(1  r ) Yt (1  r ) Yt 1

Tt T
f '( )  f ' ( t 1 )
Yt Yt 1

Tt T
 t 1
Yt Yt 1

Lo optimo es que la presión fiscal permanezca constante. Para ello, los impuestos
tienen que crecer al mismo ritmo que la producción.

El ajuste impositivo en condiciones de incertidumbre

La condición de optimalidad es la misma que en el caso anterior, con una pequeña


modificación:

Tt T
f '( )  Ef ' ( t 1 )
Yt Yt 1

Tt T
 E t 1
Yt Yt 1

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