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Introducción
161
162 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
El siglo XX
1
Cortés, “Surgir”, 1982, p. 3.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 163
2
Arredondo, “Tranvias”, 1982, p. 7.
164 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
3
Ibid., p. 6.
4
Arias, Irapuato, 1994, p. 80.
5
Martínez, Monografía, 1999, p. 108.
6
Ibid., p. 98.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 165
7
Rionda, Conservadurismo, 2001, p. 23.
8
Ibid., p. 27.
9
Arias, Irapuato, 1994, p. 88.
166 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
10
Rionda, Conservadurismo, 2001, p. 28.
11
Arias, Irapuato, 1994, p. 89.
12
Ibid., p. 116.
13
Ibid.
14
Ibid., p. 117.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 167
15
Ibid., p. 104.
16
Ibid., p. 107.
Imagen 1. Centro recreativo Revolución
Fuente: Centro recreativo Revolución, Irapuato, ca. 1942, Museo de la Ciudad de Irapuato, clasificación en proceso.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 169
17
Ibid., pp. 112-113.
170 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
1961-1967, bajo la gestión del entonces gobernador Juan José Torres Lan-
da, gracias a lo cual Irapuato no sólo adquirió una nueva fisonomía, sino
que también transformó su identidad como ciudad tradicionalista: “Allí se
buscaba, de manera explícita, separar el espacio urbano de acuerdo con
una distinción funcional [...] dejar al centro de la ciudad como un ámbito
exclusivo de comercio y servicios, es decir, cada vez menos residencial”.18
Para este propósito, Torres Landa consideró la “concentración de servicios
bancarios y hoteleros, de restoranes y espectáculos públicos, las amplias zo-
nas de estacionamiento y la fácil y funcional liga de plazas, calles y jardines
[que] permitiría [...] un acelerado desarrollo de las actividades comerciales
y [...] constituir el escaparate de la capacidad económica de la ciudad”.19 El
acierto del plan de Torres Landa es que armonizó esta reconfiguración con
“Los aspectos coloniales de la construcción y las realizaciones de nuestra
época: viejos templos y edificios nuevos forman un conjunto de tradición
y modernidad, cuyos valores estéticos, sin descuidar la funcionalidad, han
sido realizados y valorados mediante la construcción de plazas, fuentes,
portales y zonas ajardinadas [para] hacer resaltar su belleza”.20
También, para favorecer la sinergia en el desarrollo de las principales
ciudades de Guanajuato, “la calle Adolfo López Mateos de León fue con-
vertida en una gran avenida, [se convirtió] en calle ‘subterránea’ el cauce
del río Guanajuato que atraviesa la ciudad de Guanajuato, [y se] dotó de
una vía de circulación para automotores ante la carencia de ellas, por su es-
tructura urbana [...]”,21 entre otras acciones.
En Irapuato, pues, la vida económica y social volvió a repuntar y,
para darle continuidad, como parte de las acciones del Plan Guanajuato,
se construyó en 1964 el Anillo Interior, conjunto de calles y avenidas que
comunicó el centro de la ciudad con la periferia. En torno al Anillo Inte-
rior fueron construyéndose zonas habitacionales, como los fraccionamien-
tos Las Américas, El Cubano, Primero de Mayo, San Antonio, Los Presi-
dentes, Ibarra, Guanajuato, Plan de Guanajuato, Las Fuentes, Ortiz y Los
Eucaliptos, entre otros. En esa época también se edificaron las primeras
tiendas departamentales en el centro: Sears, en 1967; Salinas y Rocha, en
1968; Woolworth y la tienda de autoservicio Comercial Mexicana, en 1970.
18
Ibid., p. 130.
19
“Primer”, 1962, p. 178.
20
“Cuarto”, 1965, p. 245.
21
Ibid.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 171
22
Arias, Irapuato, 1994, p. 132.
Imagen 2. Nuevas avenidas
Fuente: Foto Estudio Vázquez, Nuevas avenidas, Irapuato, arriba ca. 1930, abajo ca., 1975, Museo de la Ciudad de Irapuato, clasificación en proceso.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 173
trial alejado del centro, y en la cual se hacen patentes los visos del desarro-
llo sustentado en otras centralidades (hacia el norte, principalmente), en la
fragmentación territorial y socioeconómica de la ciudad. La remodelación
del Centro Histórico, la llegada de tiendas departamentales, la inaugura-
ción de la Central Camionera y la apertura de nuevas avenidas construidas
sobre los ríos son acciones aisladas que los titulares de gobierno gestiona-
ron en su momento por mantener el centro como elemento de articulación
urbana de la ciudad. No obstante el esfuerzo, la pérdida de la primacía del
centro sobre la periferia fue inevitable, si bien este fenómeno se advertiría
años más tarde como tal, cuando se dieron las condiciones de conceptuali-
zación de esa otra lógica de articulación urbana por la cual nuevas centrali-
dades aparecerían en torno al Centro Histórico pero sin articulación entre
sí ni entre aquellas y este.
El 18 de agosto de 1973, en Irapuato, tuvo lugar un trágico aconte-
cimiento, de gran importancia en la historia de la ciudad. Me refiero a la
peor inundación que sufrieron los irapuatenses hasta la fecha, causada por
la ruptura de las presas La Llave, La Gavia y El Conejo, situadas aguas arri-
ba del río Silao. Fueron asolados barrios enteros y puede asegurarse que
no hubo en la ciudad persona que no resintiera, en mayor o menor grado,
algún perjuicio. Cientos de casas fueron derribadas y numerosas personas
perecieron ahogadas (véase imagen 3).
Los efectos de la inundación en el desarrollo urbano de la ciudad se
dieron en dos vertientes: por un lado, la ciudad quedó paralizada en su
economía debido a la pérdida de infraestructura, productos y cosechas; por
el otro, la detonación del crecimiento urbano en un intento de recuperarse
condicionó definitivamente las características de la actual ciudad. Así, en
1974 se construyeron el segundo Anillo Vial General Anaya, los bulevares
Prolongación Guerrero y San Roque y la vialidad de entronque con la ca-
rretera a León. Estas vialidades comunicaron el centro de la ciudad con el
noreste y con los fraccionamientos Las Plazas, Santa Fe, La Pradera, Taba-
chines, La Hacienda, Los Príncipes, Ciudad Deportiva, Lomas de Españita,
Las Rosas, Lomas de Santa Cecilia, La Paz, Estrella, Solidaridad, Las Áni-
mas, Los Girasoles, Las Carmelitas y Colón, entre otros.
Villas de Irapuato fue construida en estas circunstancias durante 1974.
Este fraccionamiento habitacional campestre fue el primero en su tipo; se lo-
Imagen 3. Inundación de Irapuato en 1973
Fuente: Sinecio Witrago, Inundación de Irapuato en 1973, Irapuato, calles Guerrero y Allende, 1973, Museo de la Ciudad de Irapuato, clasifi-
cación en proceso.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 175
calizó sobre la ladera del cerro de Arandas, alejado no sólo del centro23 sino
de la propia ciudad y a resguardo de las inundaciones, pero al crearse como
una zona de confort ambiental y seguridad, propició una severa fragmenta-
ción física que, con el tiempo, significó la fragmentación social de la ciudad.
“Vivir entre árboles, en un lugar exclusivo”, rezaba la publicidad de Villas
de Irapuato enfatizando que se encontraba a quince metros por encima de
Irapuato: “aquí no se inunda”. Por supuesto, la publicidad surtió su efecto y
ya para 1975 el fraccionamiento contaba con una extensión de 196 875 hec-
táreas. Este hecho conmocionó a la ciudad y a los especialistas en urbanismo
de aquel tiempo. Era el inicio de la hoy llamada segregación territorial, de la sepa-
ración que puso en tensión la vida urbana entre los habitantes que vivían en
el centro de la ciudad y de los que empezaron a habitar en Villas de Irapuato.
De esta manera, la ciudad alcanzó un territorio de 2 417 hectáreas en
1975, con un crecimiento de 24.98% respecto al ocupado en 1970. La po-
blación de Irapuato era de 140 894 habitantes, con una tasa anual de cre-
cimiento respecto a 1970 de 4.15%, el porcentaje más alto desde 1631. El
crecimiento territorial de la ciudad se extendió paulatinamente hacia el nor-
te y el noreste con la construcción de fraccionamientos como Villas del Do-
rado, Residencial Bugambilias, Profesor Bernardo Cobos, Laboratorio de
la Comisión Federal de Electricidad y Tenerías de Irapuato. Asimismo, las
áreas periféricas del sur comenzaron a ser pobladas con fraccionamientos
habitacionales como Los Reyes, Nuevo México, Playa Azul, Los Ángeles,
San Marcos, Irapuato, 18 de Agosto y Municipio Libre.24
En 1980, la problemática del tránsito vehicular debido a la ubicación
de la estación del ferrocarril y las vías férreas en zonas aledañas al centro,
provocó retrasos en la actividad socioeconómica de la ciudad, además de
malestar entre los habitantes. Para resolver ese problema, se construyó el
paso a desnivel sobre la avenida Ejército Nacional, en el fraccionamiento La
Pradera. Esto introdujo una modificación más a la estructura urbana de Ira-
puato, con un significativo impacto en la movilización cotidiana, toda vez
que en cinco años la población Irapuatense aumentó a 170 138 habitantes
(a un ritmo anual de 3.43%), población que siguió redistribuyéndose hacia
la periferia hasta ocupar 1.98% más del territorio ocupado en 1975: para
1980 Irapuato ocupaba ya 2 466 hectáreas.25
23
El fraccionamiento se localizaba a ocho kilómetros del centro de la ciudad, tomando como
referencia el palacio municipal.
24
Primer, 2004, p. 32.
25
Ibid.
176 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
26
Arias, Irapuato, 1994, p. 135.
27
Dirección, Subdirección, 2004.
28
Pradilla, Territorios, 1993, p. 65.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 177
29
Segundo, 1996, p. 24.
178 Las “otras ciudades” mexicanas. Procesos de urbanización olvidados
Conclusiones
Fuente: Arturo Rojas Arroyo, Mapa de la ciudad de Irapuato, H. Ayuntamiento de Irapuato 2009-2012, Irapuato, 2013.
La transformación urbana de Irapuato en el siglo xx 181
Bibliografía