Cód. 221515613
A su vez, el uso del color negro también se evidencia en la imagen de manera más
sutil en algunos elementos decorativos. Este color se relaciona generalmente con
connotaciones negativas, como lo es la violencia, lo maligno, la fuerza y el poder. Se
podría inferir entonces, que el sujeto dueño de la habitación es una persona que tiene
poder y puede llegar a estados violentos.
La porcelana del payaso que esta sobre el nochero, tiene una sonrisa de maldad. El
payaso, contrario a su objetivo inicial que es producir risa, generalmente ocasiona
cierto tipo de temor en los niños, sobre todo por las características del maquillaje, los
colores vivos, los ojos y sonrisas exageradas y su característica nariz roja pueden
ocasionar choque en la mente del niño; además el uso de este personaje en películas
de terror, donde al principio se le muestra como un ser bueno, y a la final termina
siendo un sádico o psicópata que causa daño. A partir de esto, es posible decir que en
este contexto, el payaso es una representación de la maldad del abusador, que provoca
temor en el niño.
Partiendo desde el análisis de la semiótica visual, encontramos como las
manos que rodean a la niña crean un icono, ya que están representando la forma de
un vestido. A su vez, las manos que rodean a la niña son un símbolo del abuso, las
numerosas manos que la tocan muestra que ha sido abusada frecuentemente, y la
forma en que van subiendo las manos, nos muestra que este hecho puede seguir
sucediendo. Por convención social, las manos son el principal recurso para exteriorizar
los pensamientos y deseos de una persona, ya que estas ejecutan la acción, en este caso,
las perversiones de los abusadores.