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EL suicidio asistido

¿Qué es el suicidio asistido?


El suicidio asistido médicamente es el acto mediante el cual un doctor capacita a
su paciente para acabar con su propia vida. . Esto se hace normalmente con la
administración de una combinación letal de un sedante fuerte que pone al paciente
a dormir, seguido por una gran dosis de relajante muscular, que causa que el
corazón deje de latir. El doctor no administra esa medicación letal, en cambio la
hace accesible para que el paciente se la auto administre. Después de ingerir las
drogas, el paciente es puesto a dormir en un sueño del que jamás despertará

Características

"A)- La muerte se presenta como una elección del paciente, que, informado
sobre su estado patológico irreversible, prefiere no solamente renunciar a terapias
inútiles, sino además acelerar un fin que, por otro lado, no se puede evitar.
B)- El papel del médico tendría que limitarse a proporcionar tanto el medio para
matarse (con las oportunas instrucciones) como la asistencia para que la muerte
ocurra de manera cierta y sin dolor.
C)- El motivo que convertiría en legítima y obligada la intervención del médico no
sería ya un sentimiento evanescente, como la piedad, sino el deber riguroso
de respetar la voluntad y autonomía del paciente".

Causas
1-Todos los pacientes que toman esta decisión como último recurso, son
enfermos terminales o en una situación de dolor físico crónico extremo, del cual no
han podido tener ningún alivio.
2-En casos muy raros podría tratarse de pacientes con una enfermedad grave e
incurable, y con una probabilidad más o menos importante de que esa fase
terminal pueda extenderse más allá de los seis meses.

Consecuencia
1-Por razones obvias, esta práctica trae como consecuencia serios problemas
éticos, legales y filosóficos.
---La pregunta final es muy simple: ¿Una persona tiene el derecho de quitarse la
vida? Cualquier respuesta es un acelerador para un futuro debate en los límites
que marca la pregunta de investigación. ¿Cuál es la definición de la palabra
“derecho”? Buscar el concepto para esa definición parece virtualmente imposible.
Además, aunque la pregunta es profundamente filosófica, todas y cada una de las
respuestas son absolutamente personales. En otras palabras, no son los éticos ni
los filósofos quienes deben responder a la pregunta, sino cada ser humano
afectado que se enfrenta con la decisión de vivir o morir.
-Esto nos lleva a una segunda, y más práctica pregunta. ¿Puede una persona
acabar con su vida? En última instancia, la respuesta a esto es “sí” (aun cuando
se necesite de alguien que ayude a llevar a cabo el acto).
-Si una persona tiene derecho o no a quitarse la vida requiere de una única
respuesta personal, y si puede, de hecho, quitarse la vida, nos lleva a una tercera
pregunta filosófica muy relevante. ¿Debe una persona acabar con su vida? Otra
vez, cada respuesta es individual.

Síntomas
-Tener dificultad para concentrarse o pensar claramente.
-Regalar las pertenencias.
-Hablar acerca de marcharse o la necesidad de "dejar todos mis asuntos en
orden".
-Cambio repentino en el comportamiento, sobre todo calma después de un período
de ansiedad.
-Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
-Hablar acerca de la muerte o el suicidio o incluso declarar el deseo de hacerse
daño.
-Hablar acerca de sentirse desesperado o culpable.
-Cambiar los hábitos de sueño o comidas.

Etapas a pasar
Es justo decir que casi toda persona, cuando se enfrenta a la noticia de una
enfermedad terminal, permanente o crónica, estará choqueada, confusa, enojada,
y seguramente pierda el curso de una acción racional. Es entendible que
necesiten tiempo para “absorber” la trágica noticia. Entonces se vuelve obvio que
una parte integral del tratamiento debe ser una terapia.

Etapa 1: (Nivel normal de funcionamiento). Representa el nivel normal de


funcionamiento de la persona, antes de que se presente la crisis.

Etapa 2: (Principio de la crisis) Es el punto donde la persona por primera vez


recibe noticias de su enfermedad terminal. Hay una reacción inicial de shock.
Cuando saben de la gravedad de su predicamento, es natural que entren en una
espiral descendente.
Etapa 3 (Rápido descenso a la desesperación). Es razonable pensar que
alguien a quien le han detectado un cáncer inoperable, una condición de
debilitamiento terminal, o una enfermedad crónica dolorosa, entre en
Etapa 4 (Tratando de salir después de tocar fondo) es la etapa en donde el
desánimo, la desesperación y depresión toman física y emocionalmente la
fortaleza de la persona. Además, en esta etapa la persona normalmente empieza
a pensar en el suicidio asistido como una alternativa a sus sufrimientos. Sin
embargo, aquellos que sucumben y llevan a cabo este acto, han escogido una
decisión en contra del sentido. Esto es, mientras “tratan de salir después de tocar
fondo”, están permitiendo que su condición los controle (en vez de ellos controlar
su situación) y negándole la oportunidad de florecer a su espiritualidad. Si se dejan
llevar por la desesperación y el desánimo, que naturalmente acompaña a la Etapa
4, cometiendo un suicidio asistido, están dejando atrás la posibilidad de una
herencia positiva, significativa y orientada hacia la vida.

En contraste con la decisión de un suicidio asistido, la meta es capacitar a la


persona a la Etapa 5 (Mejoría progresiva durante la intervención clínica) y
después a la
Etapa 6 (Regreso al nivel de previo funcionamiento) para llegar a la Etapa 7
(Trascendiendo el trauma).

¿Qué pasaría si la persona que se quiere suicidar no


tiene una enfermedad terminal?
El suicidio asistido por un médico no es, por tanto, un recurso con que cuentan
jóvenes o viejos que se han “cansado de la vida”. Confundir una cosa con otra
puede ser contraproducente para la campaña que realiza las asociaciones laicas
en mira a la legalización del suicidio asistido para enfermos terminales.

Condiciones para llevar a cabo el suicidio asistido


Una condición central del suicidio asistido es que el paciente sea consciente de su
estado y se halle informado (sepa qué enfermedad padece, cuál es su diagnóstico
y cuáles son las terapias a que se lo somete). En este sentido, el paciente debe
expresar voluntaria y repetidamente su intención de terminar con su vida,
abreviando así la duración de una existencia que se le ha vuelto insoportable, no
sólo por los sufrimientos físicos que padece sino también por la angustia de verse
reducido a un estado que considera indigno o alienante.
Donde es legal y donde no
Es ilegal en la mayor parte de países del mundo, pero en algunos europeos como
en Bélgica, Luxemburgo, Holanda o Suiza está permitida siempre que se cumplan
ciertas condiciones. El último país en aprobar esta práctica fue Colombia.

HOLANDA
El Parlamento holandés aprobó la eutanasia y el suicidio asistido en 2001. Los
médicos pueden asistir el suicidio en el caso de que los pacientes lo deseen y
padezcan dolores insoportables y no haya ninguna esperanza de curación.
BÉLGICA
Aprobó su ley de eutanasia en 2002 y en febrero de 2014 el Parlamento votó
a favor de aplicar esta ley a menores de edad en estado terminal, con el
consentimiento de los padres.
LUXEMBURGO
Respeta la "libertad de conciencia del médico" pero afirma que ésta no puede
"justificar el forzar a un paciente en una situación terminal a continuar viviendo con
angustia y sufrimiento".
SUIZA
La ley permite el suicidio asistido, en el que se facilita a los enfermos
terminales consejo y las sustancias letales para morir, que ingieren por su
cuenta. La organización Exit sólo acepta peticiones de suizos o residentes en
Suiza mientras que Dignitas acepta peticiones de suicidio asistido de personas de
todo el mundo.
ESTADOS UNIDOS
La eutanasia está prohibida pero algunos estados permiten que los médicos
ayuden en el suicidio asistido, bajo estrictas condiciones. Dos médicos deben
acreditar que al enfermo le quedan probablemente menos de seis meses de vida.
Los afectados deben ser mayores de edad y haber dejado constancia de su deseo
de morir varias veces de forma oral y escrita.
COLOMBIA
El procedimiento en este país es legal pero problemático para ciertos sectores de
la sociedad.
Simon Binner
A los 57 años Simon Binner creía que todavía tenía muchos sueños por cumplir.
Y nunca pensó que su último y eterno sueño sería visto por millones de personas
alrededor del mundo por la BBC. Eso fue lo que ocurrió luego de que acordara con
la cadena británica realizar un documental sobre sus últimos instantes y su lucha
por tener la muerte que, él creía, se merecía.
En enero de 2015, Binner fue diagnosticado con la enfermedad de la neurona
motora (MND, por sus siglas en inglés) luego de haber hecho una consulta con
varios médicos. En diciembre de 2014, mientras su esposa Debbie se
encontraba de viaje, le dijo que notaba una deficiencia en el habla y que
creía que se trataba de un ACV. Sin embargo, el diagnóstico fue peor del
esperado. La expectativa de vida sería de entre dos y cinco años y el progreso
sería devastador para Simon.
Fue en ese momento en que Simon comenzó a evaluar alternativas diferentes
para no atravesar el sufrimiento y el declive que irremediablemente le esperaba.
Sin embargo, en el Reino Unido no le permitieron concretar una muerte asistida,
pese a los reclamos que presentó ante la Justicia. Finalmente, la opción no llegó
en su propia tierra. Fue por eso que Simon y Debbie tuvieron que ir rumbo a una
clínica de Suiza, donde finalmente pudieron concretar el último sueño de este
empresario de 57 años.
En una larga declaración que realizó al diario Telegraph, Debbie señaló que la
decisión de un suicidio asistido "fue lo correcto". "Luego de buscar mucho en
mi alma, creo que fue probablemente lo correcto para mi esposo, en sus
circunstancias particulares", contó la mujer, quien también sufrió la pérdida de
su hija Chloe hace seis años, mientras confiesa que "la muerte ha sido una
parte íntima de su vida en los últimos años".
La BBC acompañó a Simon durante los últimos meses y emitió anoche el
documental Cómo morir: la elección de Simon, que tuvo millones de
espectadores frente a las pantallas y que despertó una inmensa polémica en las
redes sociales por las imágenes que se mostraron sobre el paciente terminal
y la escena en que está frente a su mujer, tomados de la mano a punto
de "desconectarse" de la vida.
La muerte de Simon se produjo el pasado 19 de octubre en la Fundación
Espíritu Eterno, una clínica de asistencia al suicidio con base en Suiza. La
decisión -que estaba prevista para que se produjera el 2 de noviembre- se
adelantó debido al deterioro que este empresario inglés notaba. Ya no soportaba
la "humillación" que sentía. "Tendré un asistente que me ayudará a bañarme y
a vestirme la semana que viene. Lo odio. Es una humillación, siento
impotencia y es impropio de un hombre", había dicho Simon al momento de
adelantar la fecha de partida. Creía que la decisión que estaba tomando era la
correcta y lo estampó en un papel, con el pulso débil: "Ni 1% de miedo. Tengo
0% de miedo. Será un alivio".
Prácticamente imposibilitado para hablar por su enfermedad, Simon escribió una
desgarradora carta final a Debbie, que fue leída al aire por el locutor de la señal
británica:

"Hola, Debbie. Soy Simon, te he amado mucho, mucho Debbie. No te merecí ni a


ti, ni a Hanna ni a Zoe (N. de R: asistentes). Tan amables y devotas jóvenes
mujeres, y yo he sido un gruñón la mayoría del tiempo.

"Pero realmente te amo, Debbie. Tuvimos un matrimonio divertido y lleno de risas,


fuimos bendecidos por habernos encontrado el uno al otro.

"La bendición de un lento declive es que tuvimos tiempo para hablar de cosas los
últimos diez meses, no es como perderme en un accidente de autos.

"Dijimos todo lo que necesitábamos que fuera dicho. Tú has sido una verdadera y
fantástica esposa para mí, Debbie y sé que tú me amaste y yo te amé.

"De todos modos, el tiempo y la marea no esperan a ningún hombre. Te amo


mucho, Debbie. Adiós".

Simon también escribió una breve nota final a su madre, Jean, quien aceptó la
dura decisión de su hijo. El texto era no menos duro que el escrito a Debbie: "Es
triste, pero es para mejor. Gracias por ser mi madre".

Enfermedad de la neurona motor


La MND es una enfermedad terminal que mata a las células nerviosas que envían
los mensajes a los músculos para que estos puedan moverse de forma correcta.
La mayoría de los diagnósticos se dan en personas entre los 50 y los 70 años.
Quienes sufren MND pueden llegar a padecer la parálisis total de su cuerpo, sin
posibilidades de hablar, moverse, tragar o respirar. Se cree que el 10% de los
casos son genéticos, aunque las causas no están determinadas.

Conclusión
El propósito de esta breve exposición es aclarar que cada ser humano tiene
distintos pensamientos los cuales pueden llevarnos a tomar decisiones que a
muchas de las personas puede resultarles una locura siquiera pensar en ello así
como a otras puede parecerles la respuesta con más sentido que se le puede dar
en esas situaciones tan complicadas, también puedo decir que, sí es posible es
mejor tomar una decisión adecuada cuando estemos en el mejor estado posible ya
que podríamos causar un gran daño a quienes más amamos.

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