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CFE – Literatura

Versificación

La versificación es el conjunto de reglas que rige a los versos, es la acción por la cual éstos
se componen. A la hora de analizar un poema, no sólo importa el contenido sino también la
forma, es decir los rasgos formales: el ritmo –la musicalidad dada por los acentos y las pausas–,
el metro –la cantidad de sílabas de un verso– y la rima –la identidad acústica de los versos–.

Un verso es un conjunto de palabras sujetas a medida (métrica) y cadencia (ritmo); por lo


tanto, el verso puede definirse como una estructura rítmica, sintáctica y semántica que se repite
a lo largo del poema.

Según sus características, el verso puede ser clásico, blanco o libre. El verso clásico es
aquél que se somete a las leyes de la métrica y la rima, el verso blanco es el que toma en cuenta
sólo la rima y el verso libre se caracteriza por no tener medida fija de sus versos ni rima
determinada, solamente considera la distribución de los acentos, los que le proporcionan un
ritmo interno. El ritmo es el rasgo característico del verso, siempre está presente.

 El metro

El verso como unidad métrica tiene determinada medida: el metro. La unidad para medir
los versos es la sílaba fónica (o fonética). Al respecto expresa Baher: “El verso como entidad o
cuerpo rítmico no consiste en palabras sueltas, sino en las unidades rítmicas que éstas forman.
La métrica no tiene en cuenta las sílabas que constituyen una palabra, sino que mide las
rítmicas. (...) En oposición a la sílaba gramatical, la sílaba rítmica no está sujeta al límite de la
entidad morfológica de la palabra”.

Para escandir un verso, es decir: para contar el número de sílabas que lo compone, es
necesario tener en cuenta las licencias métricas: sinalefa, hiato, sinéresis, diéresis y ley del
acento final.

 La sinalefa es el enlace de sílabas que se produce cuando en el interior de un verso


una palabra termina en vocal y la siguiente comienza en vocal. La última sílaba de
la primera palabra y la primera sílaba de la palabra siguiente se cuentan como una
sola sílaba fónica. Las consonantes “h” e “y” también permiten la formación de
sinalefa.

En el siguiente ejemplo hay dos sinalefas, una en el primer verso y otra en el último. En
esos versos hay 9 sílabas gramaticales pero como la sinalefa une dos sílabas gramaticales en
una fónica, en total son 8 sílabas fónicas. En el segundo y tercer verso no hay licencias métricas,
coinciden las sílabas fónicas con las sílabas gramaticales.

De u / na / to / rre / de / pa / la / cio
1 2 3 4 5 6 7 8
se / sa / lió /por / un / pos / ti / go
1 2 3 4 5 6 7 8
la / Ca / va / con / sus / don / ce / llas
1 2 3 4 5 6 7 8
con / gran / fies / ta y / re/ go / ci / jo
1 2 3 4 5 6 7 8
(Romance de la Cava Florinda, anónimo)
 El hiato es el encuentro dentro del verso de dos vocales fuertes o abiertas,
pertenecientes a palabras distintas (final de una y comienzo de la siguiente). Esto
evita que se produzca la sinalefa. En este caso, al igual que en la diéresis, será el
oído quien evidencie la pronunciación en sílabas distintas.

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Nótese el ejemplo en el primer verso: “de/oro”, se señala con amarillo las sinalefas

Y es / la / gran / lu / na / de / o / ro
1 2 3 4 5 6 7 8
que, en / los / pi / na / res / le / ja / nos,
1 2 3 4 5 6 7 8
ti / ñe / cris / ta / li / na / men/ te
1 2 3 4 5 6 7 8
el / a / ban / do / no / del / cam/ po
1 2 3 4 5 6 7 8
(Juan Ramón Jiménez)

 Se llama sinéresis a la pronunciación en una sola sílaba de dos vocales de una


palabra que ordinariamente se pronuncian separadas. Es decir, es la unión de dos
vocales que por su naturaleza no forman diptongo.1

Ejemplo: “de–sear” en vez de “de–se–ar”.

¡Tan / to / de / sear, / se / tiem / bre, / tu / lle / ga /da!


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
(B. Fernández Moreno)

 Recibe el nombre de diéresis la pronunciación en dos sílabas de las vocales de un


diptongo.

Ejemplo: “vi-a-je” en vez de “via-je”. Se señala con amarillo la sinalefa.

Y / cuan / do / lle / gue el / dí / a / del / úl / ti / mo / vi / a / je


1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
(Antonio Machado)
 Ley del acento final. En castellano las palabras tienen mayoritariamente el
acento en la penúltima sílaba, son graves. Todo verso castellano se considera grave,
tiene un acento forzoso en la penúltima sílaba.
Si la palabra final del verso es aguda, se agrega una sílaba más
multiplicando la vocal acentuada y formando dos sílabas a partir de esa vocal. Por
ejemplo: “ma-ar” en vez de “mar”. Si la última palabra es esdrújula se resta una
sílaba contando como una sola sílaba fónica las últimas dos sílabas gramaticales.
Ejemplo: “lá-mina” en vez de “lá-mi-na”.
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El diptongo es el conjunto de dos vocales que se pronuncian en una misma sílaba. A efectos
ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos situaciones:
a) Que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa, siempre que la
cerrada no sea tónica. En consecuencia, son diptongos las siguientes combinaciones: ai, au, ei, eu, oi, ou,
ia, ie, io, ua, ue, uo. Ejemplos: ai-re, cau-sa, pei-ne, Ceu-ta, oi-ga, bou, via-je, cie-go, quios-co, sua-ve,
fuer-te, cuo-ta.
b) Que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu. Ejemplos: rui-do, diu-réti-co.
El hiato es la secuencia de dos vocales que no se pronuncian dentro de una misma sílaba
sino que forman parte de sílabas consecutivas. Ejemplos: te-a-tro, a-é-re-o, vi-gí-a, ve-o, sa-lí-as.
A efectos ortográficos, existen tres clases de hiatos, según el tipo de vocales que están en contacto:
a) Combinación de dos vocales iguales. Ejemplos: Sa-a-ve-dra, chi-ita, co-op-tar, du-un-vi-ro.
b) Vocal abierta + vocal abierta distintas. Ejemplos: me-o-llo, hé-ro-e, co-ar-ta-da, ca-en. Aunque
desde el punto de vista fonético el conjunto de dos vocales iguales o de dos vocales abiertas distintas se
puede pronunciar como un diptongo más o menos consolidado, en lo que respecta a las reglas de
acentuación gráfica siempre se trata de un hiato.
c) Vocal abierta átona + vocal cerrada tónica o viceversa. Ejemplos: ca-í-mos, a-ú-llan, pú-a, lí-e,
re-í-s.
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Con / de / Ni / ño, / por / a / mo / res


1 2 3 4 5 6 7 8
es / ni / ño y / pa / só a / la / mar; [ma-ar] (“mar” es palabra aguda)
1 2 3 4 5 6 7 8
va a / dar / a / gua a / su / ca / ba / llo
1 2 3 4 5 6 7 8
la / ma / ña / na / de / San / Juan [Jua-an] (“Juan” es palabra aguda)
1 2 3 4 5 6 7 8
(Romance del amor más poderosos que la muerte, anónimo)

De acuerdo al número de sílabas que tengan los versos, éstos reciben distintos nombres:
bisílabo (de 2 sílabas), trisílabo (de 3 sílabas), tetrasílabo (de 4 sílabas), pentasílabo (de 5
sílabas), hexasílabo (de 6 sílabas), heptasílabo (de 7 sílabas), octosílabo (de 8 sílabas),
eneasílabo (de 9 sílabas), decasílabo (de 10 sílabas), endecasílabo (de 11 sílabas), dodecasílabo
(de 12 sílabas), tridecasílabo (de 13 sílabas), alejandrino (de 14 sílabas), pentadecasílabo (de 15
sílabas), octonario (de 16 sílabas).
A su vez, según el número de sílabas, los versos pueden ser de arte mayor o de arte
menor. Son versos de arte mayor los que tienen de nueve sílabas o más y de arte menor los que
tienen ocho sílabas o menos.

Ejemplo de versos bisílabos:


¿Viste
triste
sol?
Triste
como
él,
sufro
mucho
yo.
(Rubén Darío)
Ejemplo de versos eneasílabos:
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
(Rubén Darío)

Se llama estrofa al conjunto de versos con rima (asonante o consonante) que se


distribuye de un modo fijo a lo largo del poema.
Dependiendo del número de versos, las estrofas reciben distintos nombres. Cuando la
estrofa está formada por dos versos se les llama versos pareados, a la estrofa de tres versos se le
llama terceto. Cuarteto y sextilla son las estrofas de cuatro y seis versos respectivamente. Ver las
páginas 87 y 88 de la “Guía docente” donde se profundiza en este punto.
 La rima

La rima es la coincidencia de sonidos que se produce al final de los versos a partir de la


última vocal acentuada.
La coincidencia puede ser total o parcial. Si coinciden todos los sonidos (vocales y
consonantes) a partir de la vocal acentuada, la rima es consonante.
Si la coincidencia es parcial: si coinciden sólo las vocales, la rima se denomina asonante.

Yendo un weekend a lo de Damián A una que sale por el canal Sony B


tenía urgencia de hablar con el man A en una serie que está con un pony B
caminé porque pinché mi van A y en mi casa del barrio Marconi B
vi a una mina de la que soy fan A siempre la veo tomándome un Jhonie B
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a las puertas de Moriana d
(Yendo a la casa de Damián)
sofrenaba su rocino; b
Madrugaba Don Alonso a
-Buenos días, Moriana. e
a poco del sol salido; b
-Don Alonso, bienvenido. b
convidando va a su boda c
a los parientes y amigos; b (Romance del veneno de Moriana)

En los versos de la canción de El Cuarto de Nos hay rima consonante, coinciden todos los
sonidos a partir de la vocal acentuada de la última palabra de cada verso. Como se puede ver, se
repite la terminación /an/ en los cuatro primeros versos y en los cuatro siguientes se repite la
terminación /oni/. Nótese que independientemente de la forma en la que se escriban las
palabras, lo que importa en la rima es la repetición de sonidos, no de letras.
El Romance del veneno de Moriana, al igual que todos los romances, tiene rima asonante
en los versos pares. En este caso se repiten los sonidos /i/ y /o/. En los versos pares de este
poema la vocal acentuada de la última palabra es la “i” y después está la vocal “o”,
independientemente de las consonantes que haya en medio. Así, “salido” rima con “amigos”,
“rocino” y “bienvenido” en forma asonante.

La secuencia de la rima se señala con letras al final de cada verso. Se utilizan


mayúsculas para los veros de arte mayor y minúsculas para los de arte menor. En el primer
verso se coloca la letra “A” (o “a” si son versos cortos), cada vez que los sonidos finales de ese
verso coincidan con los de otro/s, se colocará la “A” en esos versos.
Por ejemplo, en la canción Yendo a la casa de Damián los cuatro primeros versos riman
por eso en los cuatro se señaló “A” al final. En el quinto verso aparece una nueva terminación y
por eso se colocó la letra “B”; a su vez, esta terminación se repite en los versos siguientes. A
medida que vayan apareciendo nuevas terminaciones de sonidos al final de los versos se
continúa la secuencia del abecedario: C, D, E, etc.

De acuerdo a la distribución de la rima en el poema, ésta recibe distintos nombres:

Continua: cuando se repite ininterrumpidamente [aaaa]

Pareada: cuando varía cada dos versos [aa bb cc]

Cruzada o alterna: cuando aparece separada por otra [abab]

Abrazada: cuando hay dos pares de rimas y uno está dentro del otro [abba]

 El ritmo

El ritmo es la repetición de sonidos cada ciertos intervalos de tiempo; es la pauta de


repetición a intervalos regulares de sonidos fuertes y débiles. Se trata del movimiento armónico
que existe en el verso dado por la disposición de sus elementos.

El / mar / co / mo un / vas / to / cris / tal / a / zo / ga / do 12


re / fle / ja / la / lá /mina / de un / cie / lo / de / zinc [zi-inc] 12
le / ja / nas / ban / da / das / de / pá / ja / ros / man / chan 12
el / fon / do / bru / ñi / do / de / pá / li / do / gris [gri-is] 12

(Rubén Darío)

En el poema Sinfonía en gris mayor de Rubén Darío, el ritmo está dado por la alternancia
de sonidos débiles y fuertes (segunda, quinta, octava y undécima sílabas de cada verso). En todo
el poema se repite esta secuencia de sonidos fuertes y débiles: hay uno débil al comienzo, uno
fuerte, dos débiles, uno fuerte, dos débiles, etc.
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La distribución del acento cada cierto intervalo produce los hemistiquios, los cuales
dividen al verso en dos partes iguales.
La cesura es una pausa (muchas veces imperceptible en la lectura) que divide los versos
largos (de 9 o más sílabas) en dos partes iguales llamadas hemistiquios. Cada hemistiquio tiene
la mitad del número de sílabas de la totalidad del verso. Es necesario destacar que al final del
primer hemistiquio también se aplica la ley del acento final.

Como puede verse en el mismo poema de Darío, cada hemistiquio tiene 6 sílabas. Como
“lámina” está al final del primer hemistiquio del segundo verso y es palabra esdrújula, las
últimas dos sílabas se cuentan como una sola (se aplicó la ley del acento final). La cesura está
marcada por una barra oblicua:

1º hemistiquio 2º hemistiquio
El mar como un vasto / cristal azogado
refleja la lámina / de un cielo de zinc
lejanas bandadas / de pájaros manchan
el fondo bruñido / de pálido gris

Generalmente, en el verso hay dos pausas rítmicas: la pausa mayor (al final de la estrofa)
y la menor (situada al final del verso o del hemistiquio). El ritmo del verso es producido por la
sucesión de sílabas acentuadas y no acentuadas. Habitualmente, la pausa menor se encuentra
después de la sílaba más acentuada del verso.

Cuando la integridad de un sintagma así lo exige, la pausa menor desaparece debido al


encabalgamiento, que une el final de un verso con el principio del siguiente. El
encabalgamiento es un desajuste entre una pausa sintáctica y una pausa rítmica. Se interrumpe
la estructura sintáctica al final de un verso y se continúa en el siguiente, es decir, el final del
verso no coincide con el final del enunciado. No podemos detener la lectura al final del verso
pues el sentido se completa en el siguiente.

Por ejemplo, en el primer terceto del Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, el primer y el
segundo verso están encabalgados, así como el segundo y el tercero. No podemos detener la
lectura al final de los dos primeros versos, pues su sentido continúa y se completa en el verso
siguiente. La única pausa menor de este terceto está en el segundo verso (la señalé con una
barra oblicua) y la única pausa rítmica que coincide con la pausa sintáctica es la pausa del final
de la estrofa, marcada por el punto:

Coged de vuestra alegre primavera


el dulce fruto / antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Este poema habla de la fugacidad de la vida, de lo rápido que se pasa la juventud. En este
caso el encabalgamiento (la imposibilidad de detener la lectura al final del verso) tiene que ver
con la idea que se está transmitiendo en los versos: la imposibilidad de detener el tiempo. Es
importante que el profesor integre el análisis formal de los versos al análisis conceptual del
poema.

* * *

Por supuesto que sus estudiantes no tienen por qué manejar todos estos conceptos pero
ustedes sí deben tenerlos claros para poder analizar los versos correctamente en sus clases.
Los alumnos deben conocer las licencias métricas (basta con que conozcan la sinalefa y la
ley del acento final, pues son las más comunes), la noción de ritmo y los tipos de rima
(consonante y asonante). Con estos elementos formales ya pueden analizar la estructura externa
de los poemas que ustedes les propongan en sus clases.
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A partir de estos conceptos (número de sílabas, distribución de la rima, tipo de estrofa,


etc.) es posible identificar las distintas formas que pueden tener los poemas: un soneto es
distinto de un romance y de una seguidilla.

En el curso de tercer año los estudiantes deben manejar los aspectos que caracterizan al
soneto. Un soneto es un poema formado por versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos
y dos tercetos, posee rima consonante. En general en los cuartetos el primer verso rima con el
cuarto y el segundo con el tercero: ABBA – ABBA. En los tercetos la secuencia de la rima puede
ordenarse de distintas maneras: CDE – CDE, CCD – EED, etc.

Otra forma poética que se puede trabajar con los estudiantes para presentar los aspectos
formales del género lírico es el romance. En los ejemplos antes citados aparecieron varios
fragmentos de romances. No se debe profundizar en el análisis literario de estos poemas, pues es
un tema que corresponde al curso de cuarto año. Pero sí pueden mostrar cómo toda esta batería
de conceptos sirve para clasificar los distintos poemas. Cuando decimos “soneto” o “romance”,
estamos diciendo qué tipo de verso tiene, si son de arte mayor o de arte menor, si la rima es
consonante o asonante, etc.
El romance es una composición lírica medieval de origen español. Es una tirada de versos
octosílabos con rima asonante en los versos pares, no hay organización en estrofas ni un
número fijo de versos. La extensión de los romances varía, por eso se dice que es una tirada.

Bibliografía

Martínez, G. Nieto, S. Viroga, S. Guía de apoyo al docente. ANEP, Montevideo, 1999.


Molina, Gerardo. La versificación española. Editorial Idea, Montevideo, 1978.
Navarro Tomás, T. Arte del verso. Visor Libros, Madrid, 2004.

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