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ELEMENTOS DE FÍSICA RADIOLÓGICA

FISICA 2

Jorge Norberto Cornejo

Gráficos e imágenes: Gustavo García Achilli

A todos los lectores de este texto:

La presente obra se encuentra debidamente registrada


en la Cámara Argentina del Libro, de acuerdo a la siguiente ficha de catalogación:

Cornejo, Jorge Norberto. Elementos de física radiológica: segunda parte – electricidad –


técnicas de diagnóstico por imágenes. 1° edición. Buenos Aires: el autor, 2009. CD –
ROM, ISBN 978-987-05-3781-6.

DR Jorge cornejo

Capítulo I: Electrodinámica

2.1. La corriente eléctrica 22


2.2. La intensidad de la corriente eléctrica 24
2.3. La Ley de Ohm 25
2.4. Los circuitos eléctricos 25
2.5. Acoplamientos de resistencias 27
2.6. La potencia eléctrica 29
2.7. Corriente continua y corriente alterna 30
2.8. Una breve síntesis 31

Capítulo II: Magnetismo

3.1. Introducción 33
3.2. Clasificación de los imanes 35
3.3. El experimento de Oersted 36
3.4. Las experiencias de Faraday 37
3.5. Las ondas electromagnéticas

Capítulo IV introducción a la
2.1. Radiobiología 14
2.2. Los distintos tipos de radiaciones 14
2.3. La interacción de la radiación con la materia 16
2.4. Interacción de la radiación EM con la materia 17
2.5. Dosimetría – distintas formas de medir la radiación 20
2.6. Cálculos de dosis 22
2.7. Los dosímetros 24
2.8. Irradiación y contaminación 27

Capítulo III: Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes


3.1. Introducción 27
3.2. La interacción de la radiación con el tejido vivo 28
3.3. Los ácidos nucleicos 29
3.4. Las dos vías 33
3.4.1. Radiólisis del agua y formación de radicales libres 33
3.4.2. Oxidantes y antioxidantes 35
3.4.3. La teoría del blanco 36
3.5. Radiosensibilidad de órganos y tejidos 36
3.6. Efectos determinísticos y estocásticos 39
3.7. Los efectos determinísticos 41
3.8. Los efectos estocásticos 45
3.9. El cáncer radioinducido 44
3.10. Las mutaciones hereditarias 46
3.11. Los efectos de las radiaciones ionizantes durante las
distintas etapas del embarazo 47

Apéndice I: Algunos datos sobre la posibilidad de inducción de cáncer de mama por


radiación 50

Apéndice II: Una síntesis de lo estudiado 51

Fe de errata 52

Bibliografía 52
Capítulo V Medicina nuclear
3.4. Introducción 36
3.5. Algunas referencias radiofísicas 37
3.6. La actividad radiactiva 38
3.12. El tiempo de vida medio 38
3.13. Los radiofármacos 39
3.14. ¿Cómo se realiza un estudio de Medicina Nuclear 40
3.15. La cámara gamma 41
3.16. El SPECT 42
3.17. Tomografía por emisión de positrones (PET) 43
Aplicaciones terapéuticas de la Medicina Nuclear

Capítulo II: Electrodinámica

2.1. La corriente eléctrica

La corriente eléctrica puede definirse, de una manera elemental, como un flujo de


cargas eléctricas, es decir, un conjunto de cargas eléctricas en movimiento. Estas cargas
pueden ser electrones o iones, nosotros habitualmente trabajaremos con los electrones.

La corriente eléctrica circula a través de los materiales denominados conductores. Los


conductores poseen una característica particular. Además de los electrones ordinarios,
ligados a los núcleos de los átomos, poseen electrones libres, es decir, electrones que no
se encuentran ligados a ningún núcleo y pueden desplazarse libremente por el
conductor. Cuando éste se conecta a una diferencia de potencial, los electrones libres
adquieren energía cinética, se ponen en movimiento y así se establece una corriente
eléctrica (ver la Figura N° 9).
Figura N° 9. Los electrones libres en un material conductor
Cuando el conductor se conecta a una fuente que le entrega energía, es decir, cuando se conecta
a una diferencia de potencial, los electrones libres se ponen en movimiento y así se establece
una corriente eléctrica

Sin embargo, la libertad de movimiento de los electrones libres no es absoluta. Al


desplazarse a través de la red cristalina formada por los átomos del conductor (estamos
pensando en un conductor metálico) serán repelidos por los electrones ligados a los
núcleos, experimentarán choques, etc. En otras palabras, habrá una cierta resistencia
movimiento de los electrones libres, es decir, al flujo de la corriente eléctrica. Si el
conductor es ideal su resistencia será nula; para un conductor real la resistencia será
pequeña.

A partir de estas ideas (electrones libres, resistencia) podemos clasificar los materiales
en cuatro categorías: conductores, aislantes, semiconductores y superconductores.

Conductores: Como dijimos, poseen electrones libres y su resistencia es pequeña. Ej.:


los metales, el cuerpo humano.

Aislantes o dieléctricos: No poseen electrones libres y su resistencia es grande 1. Ej.: la


madera, los plásticos, el agua pura (el agua con sales se vuelve conductora).

Semiconductores: A veces se comportan como conductores y a veces como aislantes.


Los ejemplos típicos son el silicio (Si) y el germanio (Ge), elementos químicos que
componen la mayor parte de los circuitos electrónicos. Para visualizar el significado de
un semiconductor piensen en un dispositivo denominado diodo, cuyo símbolo
mostramos en la figura N° 10.

Figura N° 10. El símbolo de un diodo

Un diodo permite el paso de la corriente sólo en el sentido indicado por la flecha. Es


decir, para la corriente circulando en el sentido de la flecha, el diodo se comporta como
conductor; cuando la corriente circula en sentido contrario lo hace como aislante.

1
Pregunta: ¿Cuánto vale la resistencia de un aislante ideal?
Superconductores: Descubiertos hace unos cincuenta años, son conductores perfectos,
es decir, poseen resistencia prácticamente igual a cero. Actualmente se conocen varios
elementos superconductores, tales como el niobio (Nb). El problema es que los
superconductores sólo funcionan como tales a temperaturas muy bajas, cercanas al cero
absoluto (-273 °C). Precisamente, un tema de estudio de la física contemporánea es
conseguir superconductores que funcionen como tales a temperatura ambiente. A pesar
de esta dificultad, los superconductores han encontrado un lugar en el diagnóstico por
imágenes, como componentes de los equipos de Resonancia Magnética Nuclear (RMN).

2.2. La intensidad de la corriente eléctrica

A veces se compara un circuito eléctrico con una cañería por la que circula agua. Se
asemejan los cables a los caños, y la corriente eléctrica a la corriente de agua. Esta
comparación puede resultar útil para ejemplificar algunas propiedades de los circuitos,
pero no es enteramente correcta. Podemos tenerla en nuestra mente para visualizar
algunas ideas, pero en su momento estableceremos definidas diferencias entre un
sistema y otro.

Definimos la intensidad de la corriente eléctrica i en la siguiente forma:

q
i
t

Por lo tanto la intensidad de la corriente es igual a la cantidad de carga eléctrica que


circula en un intervalo de tiempo determinado.

Por otra parte, ya sabíamos que la carga eléctrica se mide en Coulomb (C), el tiempo en
segundos (s); entonces la intensidad de corriente se medirá en Ampére (A), tal que:

C
A
s

2.3. La Ley de Ohm

La Ley de Ohm es fundamental a la hora de resolver cualquier circuito eléctrico. Antes


de enunciarla, planteemos dos preguntas:

Pregunta: ¿La intensidad de corriente eléctrica y la diferencia de potencial


aplicada en un circuito serán entre sí directa o inversamente proporcionales?
R.: Directamente proporcionales, porque si aumentamos la diferencia de potencial, los
electrones tendrán más energía para moverse, y la corriente será mayor. Entonces, a
mayor V , mayor i.

Pregunta: ¿La intensidad de corriente eléctrica y la resistencia que posee un


elemento de un circuito serán entre sí directa o inversamente proporcionales?
R.: Inversamente proporcionales, porque si la resistencia es mayor, los electrones
encontrarán más oposición a su movimiento, y la corriente será menor. Entonces, a
mayor R, menor i.

La Ley de Ohm resume estas dos ideas en la siguiente fórmula:


V
i
R

Por lo tanto, tenemos aquí una nueva forma de calcular la intensidad de la corriente
eléctrica. De acuerdo con la Ley de Ohm, la intensidad de la corriente eléctrica es
igual al cociente entre la diferencia de potencial y la resistencia.
Relacionemos entre sí las unidades correspondientes. La unidad de resistencia es,
precisamente, el Ohm (Ω). Por lo tanto,

V
A

Problema: Por una tostadora eléctrica circulan 1.25 A, cuando se la conecta a 220
V. ¿Cuánto vale su resistencia?
R.: 176 Ω. Nota: Aquí, y en los problemas siguientes, estamos haciendo una
“trampita”, que será develada cuando veamos corriente continua y corriente alterna.

2.4. Los circuitos eléctricos

Un circuito eléctrico es un dispositivo formado por varios elementos, por el que circula
corriente eléctrica. La forma más elemental de circuito eléctrico se muestra en la Figura
N° 11.

Figura N° 11. Un circuito elemental


ΔV es la diferencia de potencial, L la llave o interruptor y R la resistencia

Aquí ΔV es la diferencia de potencial, que alguna fuente está entregando al circuito. El


símbolo corresponde a una pila, la línea más larga representa el polo positivo y la
más corta el negativo. Si en lugar de una pila fuese una batería, el símbolo sería ,
indicando con ello que una batería puede pensarse como un conjunto de pilas.
Hay otros dispositivos para alimentar un circuito, que veremos más adelante, pero, en
cualquier caso, su función es entregar energía al circuito.

L es la llave o interruptor. Su función es abrir o cerrar el circuito (en el dibujo la llave


aparece abierta). Un circuito, para funcionar, debe ser cerrado.

¿Qué ocurre cuando la llave está abierta? ¿Por qué no circula corriente? (Piensen:
¿pueden los electrones pasar de un punto a otro en el “agujero” dejado por la llave
abierta? Recuerden que, en circunstancias normales, el aire es principalmente aislante).
R es una resistencia y representa un aparato cualquiera conectado al circuito, para que
este lo haga funcionar.

Todo está unido por un cable conductor.

Una vez que se baja el interruptor y el circuito está cerrado, circula corriente eléctrica.
Recordemos: esto no quiere decir que la pila, batería o enchufe estén entregando
electrones, sino que le entregan energía a los electrones libres del conductor para que
estos se muevan.

¿En qué sentido circula la corriente? Lo más razonable sería pensar que la corriente
fluye desde el polo negativo al positivo de la pila, pasando por todos los elementos del
circuito, tal como los electrones fluyen de cátodo a ánodo en el tubo de rayos X. Y esto
es realmente así, pero como hace mucho tiempo en los libros de electricidad se
representó la corriente fluyendo en sentido contrario al sentido real, definimos un
sentido convencional de circulación, de positivo a negativo, tal como muestra la figura
N° 12.

Figura N° 12. El sentido convencional de circulación de la corriente

2.5. Acoplamientos de resistencias

El circuito de la Figura N° 11 es enormemente sencillo. Con él sólo podríamos lograr


encender una lamparita eléctrica, o algo tan simple como eso. Los circuitos reales son
mucho más complicados. Una de sus complicaciones es la introducción de un mayor
número de resistencias, dando origen a lo que se conoce como acoplamientos de
resistencias.

Hay distintas formas de acoplar resistencias: las más conocidas son el acoplamiento en
serie y el acoplamiento en paralelo.

Resistencias en serie

Consideremos una vez más el circuito de la Figura N° 11. Supongamos que la diferencia
de potencial vale 100V y R vale 20 Ω. Aplicando la Ley de Ohm obtenemos i = 5 A.

Ahora agreguemos una resistencia más, R2 = 10 Ω, tal como muestra la Figura N° 13.
Figura N° 13. Acoplamiento de resistencias en serie

La idea es transformar el circuito anterior en otro de una sola resistencia, a la que


llamaremos la resistencia equivalente, la que produzca el mismo efecto que el conjunto
de las resistencias acopladas en serie. Es fácil ver que aquí la resistencia equivalente
tiene que ser igual a la suma de todas las resistencias presentes en el circuito, es decir:

R eq  R1  R2

Si hubiese más de dos resistencias, las sumaríamos todas.

Por lo tanto, en nuestro ejemplo Req  30 e i = 3.33 A.

¿Qué sucedió? Al acoplar resistencias en serie, la resistencia total del circuito aumentó,
y la intensidad de corriente total disminuyó. ¿Es esto lo que queremos? No, porque
significa que, al conectar, por ejemplo, tres lamparitas en serie, la intensidad de
corriente circulante sería inferior a la que circularía si tengo encendida sólo una
lamparita. Al bajar la corriente, la intensidad luminosa emitida por cada lamparita
también se reduciría.

La conexión en serie presenta otro problema. ¿Qué ocurre si se quema uno de los
aparatos? El circuito queda abierto, y no funciona ninguno de los demás. O sea, si se
quema una lamparita se nos apagarían el televisor, la heladera, etc. Aquellos de ustedes
que tengan algunos años recordarán las bombitas de luz que adornaban los arbolitos de
Navidad, y los problemas que traían…estaban, precisamente, conectadas en serie.

La conexión en serie, por lo tanto, no es la más útil de todas, y se prefiere la conexión


en paralelo.

Resistencias en paralelo

Veamos el circuito de la Figura N° 14, y supongamos que los valores numéricos de


todos los elementos no cambiaron, sólo se modificó la forma de la conexión.
Figura N° 14. Acoplamiento de resistencias en paralelo

Aquí el método para resolver el circuito se similar al anterior, sólo que la fórmula de la
resistencia equivalente es más complicada.

1 1 1
 
Req R1 R2

Con esto calculamos Req  6.66 e i = 15 A (aproximadamente).


¿Qué ocurre, entonces? Ocurre que, en la conexión en paralelo, al agregar más
resistencias, la resistencia equivalente total disminuye y la intensidad de corriente
aumenta, que es lo que nosotros (y la compañía eléctrica, porque así consumimos más)
queremos.

Pregunta: ¿Qué ocurre si el circuito de la Figura N° 14 se corta en algún punto


cercano a R2?
R.: Que el aparato representado por la otra resistencia sigue funcionando, porque, si
miramos bien el circuito, veremos que todavía queda un camino cerrado por el que
puede circular la corriente.

2.6. La potencia eléctrica

En general, definimos como potencia a la velocidad con la que se intercambia (se


entrega, se consume o se transforma) energía en un sistema físico. Es decir:

E
P
t

con P la potencia y E la energía. La potencia se mide en watt (W); 1 kW = 1000 W.

Pueden existir distintas formas de potencia: mecánica, eléctrica, magnética, etc. Si nos
referimos específicamente a la potencia eléctrica, también la podemos calcular con la
expresión:

P  i.V

¿Qué diferencia hay entre una lamparita de 60 W y otra de 75 W? Ambas reciben la


misma cantidad de energía eléctrica, pero la de 75 W la consume, transforma y utiliza
más rápidamente.
Problema: Un aparato de rayos X recibe 80 A cuando se lo conecta a 220 V.
Calcular la potencia consumida, expresando el resultado en kW.
R.: 17.6 kW.

Problema: La resistencia total de un aparato de rayos X portátil es de 10 Ω. Si se lo


enchufa a 220 V, calcular la corriente obtenida y la potencia consumida.
R.: i = 22 A P = 4840 W = 4.84 kW

2.7. Corriente continua y corriente alterna

Habíamos dicho que, cuando resolvimos algunos de los problemas incluidos en este
libro, habíamos cometido una “trampita”. Veamos cuál era.

La trampita consistió en pensar que un enchufe entrega siempre y constantemente 220


V. Esto no es así, y para comprenderlo debemos estudiar en qué se diferencian la
corriente continua (direct current, DC) y la corriente alterna (altern current, AC).

La invención de la corriente continua fue motivada por el efecto Joule, consistente en el


calentamiento que experimenta una resistencia cuando por la misma circula corriente
eléctrica. La corriente continua es constante, la corriente alterna es variable, y varía en
forma ondulatoria. Efectivamente, la corriente alterna es una onda.

Cuando decimos, entonces, que un enchufe entrega 220 V, en realidad lo que estamos
diciendo es que “el valor máximo de la diferencia de potencial entregada por el enchufe
es de 220 V”.
Figura N° 15. La corriente continua y la corriente alterna
En ambos gráficos no representamos estrictamente la corriente eléctrica, sino la diferencia de
potencial, en función del tiempo. Para la corriente continua, la línea recta implica una función
constante en el tiempo. El comportamiento ondulatorio de la diferencia de potencial alterna es
evidente, así como el hecho de que su valor pico (máximo) es de 220 V.

La corriente alterna presenta dos ventajas:

a) reduce en gran medida la disipación de calor por efecto Joule.


b) se puede transformar, es decir, la diferencia de potencial alterna se puede
aumentar o disminuir con dispositivos relativamente sencillos, denominados
transformadores. Esto simplifica notablemente el transporte y la distribución de
la corriente alterna.

Ahora bien, si observamos la Figura N° 15 nos encontraremos con un aparente


sinsentido. En los puntos del gráfico en que la función sinusoidal representada corta al
eje del tiempo, la diferencia de potencial vale cero. Pensemos en una lamparita eléctrica.
¿Cuánto vale la corriente en un instante en que el voltaje vale cero? La corriente
también es nula. ¿Y qué ocurre con la lamparita en ese instante? Está apagada.

De acuerdo con esto, las lamparitas eléctricas deberían prenderse y apagarse


permanentemente, cosa que, sin embargo, no se observa. ¿Se les ocurre alguna
explicación?

La respuesta es que, efectivamente, las lamparitas están prendiéndose y apagándose


sucesivamente. ¿Por qué no percibimos tal oscilación? Porque la corriente alterna es una
onda y, como toda onda, tiene definida una frecuencia, magnitud que indica la cantidad
de ciclos por segundo que realiza dicha onda. En Argentina la frecuencia de la corriente
alterna es de 50 Hz, es decir, una lamparita se prende y se apaga 100 veces por segundo!
(dos por cada ciclo, ver la Figura N° 15). Para el ojo humano eso es imposible de
detectar.

Y ahora, la pregunta más importante: un tubo de rayos X, ¿requiere corriente alterna


o continua?
R.: Requiere corriente continua.

P.: ¿Por qué?


R.: Porque si se lo alimenta con diferencia de potencial alterna, el kilovoltaje (la alta
diferencia de potencial, aplicada entre cátodo y ánodo), cambiaría permanentemente de
signo; el cátodo, por ejemplo, sería sucesivamente negativo y positivo, y los rayos X
saldrían del cátodo y del ánodo!!! Un tubo de rayos X jamás podría sobrevivir a eso.

P.: Pero los enchufes comunes entregan corriente alterna, entonces, ¿qué ocurre en
el tubo de rayos X?
R.: El aparato de rayos X posee una serie de dispositivos denominados diodos, los que
conforman el circuito rectificador, que transforman la corriente alterna en corriente
continua.

Pero nos queda una pregunta más…

P.: Dijimos que la corriente continua presenta, entre otros, el problema de una
elevada disipación de calor por efecto Joule. Las pilas entregan corriente continua.
Entonces, ¿por qué no se quema una radio que funciona con pilas?
R.: Piénsenla (observen en la pila el valor de la diferencia de potencial que entrega, y
compárenlo con los 220 V de un enchufe).

2.8. Una breve síntesis

En este cuadro vamos a realizar una síntesis acerca de los circuitos. Vamos a listar sus
principales elementos, indicando su nombre, símbolo y función

Elemento Símbolo Función


Pila Entrega diferencia de potencial
Batería Entrega diferencia de potencial

Generador de alterna Entrega diferencia de potencial


alterna
Llave o interruptor Abre y cierra el circuito

Resistencia2 Propiedad de los materiales de


2
En realidad, más que un elemento de un circuito, la resistencia es una magnitud cuyo valor depende de
cada elemento en particular. A veces, se utilizan dispositivos denominados resistores, cuya función
consiste en modificar el valor de la resistencia en un tramo del circuito.
oponerse al flujo de los electrones
Reóstato Resistencia variable3

Amperímetro Mide la intensidad de la corriente


eléctrica

Voltímetro Mide la diferencia de potencial

Capacitor o condensador Almacena carga, y la entrega en el


momento indicado

Transformador Aumentan o disminuyen la diferencia


de potencial (sólo funcionan con
corriente alterna)

Transistor Funciona como transformador +


conmutador electrónico de señales

Diodo Transforma la corriente alterna en


corriente continua

Tabla N° 2. Los dispositivos principales que podemos encontrar en un circuito


eléctrico
Capítulo III: Magnetismo
Capítulo III: Magnetismo

3.1. Introducción

El magnetismo es un fenómeno muy conocido, pero muy difícil de explicar con


precisión. De hecho, las explicaciones matemáticamente rigurosas de los fenómenos
magnéticos son mucho más complejas que las de los eléctricos.

El magnetismo ha encontrado un lugar muy importante en el diagnóstico por imágenes,


en la RMN (Resonancia Magnética Nuclear). Por eso es necesario que lo estudiemos y
comprendamos lo mejor posible.

Comencemos con dos experimentos muy sencillos y conocidos. Tomen un imán, en el


que se encuentren indicados sus dos polos: el polo N (Norte o positivo) y el polo S (Sur
o negativo). Los polos magnéticos son el equivalente de las cargas eléctricas, y cumplen
con una ley análoga de atracción y repulsión:

Los polos magnéticos de distinto signo se atraen, los de igual signo se repelen

3
Se utilizan, por ejemplo, en los cines y teatros, cuando la iluminación de la sala se aumenta o disminuye
progresivamente.
Ahora, rompan el imán por la mitad. Jueguen un ratito con ambos fragmentos, y vean
que sucedió. Seguramente advertirán que cada fragmento tiene nuevamente los dos
polos: el positivo y el negativo. Si vuelven a partir los fragmentos cada pedacito tendrá
también los dos polos, y así hasta el infinito (o casi). Deducimos, entonces, lo siguiente:

No existen los monopolos magnéticos (imanes de un solo polo), todos los imanes son
siempre bipolares.

Respecto a esto último, aclaremos que existen algunas excepciones. Por ejemplo, hay
moléculas tri o cuadrupolares. El campo magnético generado por una corriente eléctrica
no tiene polos. Sin embargo, la inexistencia de monopolos es algo universal, y lo
afirmado acerca de la dipolaridad de los imanes es válido para la gran mayoría de los
campos magnéticos con los que podemos encontrarnos.

Para el segundo experimento tomen un imán, preferentemente con forma de barra, y


arrojen cerca y sobre él limaduras de hierro. Seguramente observarán una imagen,
conocida como espectro magnético, similar a la que se muestra en la Figura N° 16.

Figura N° 16. El campo magnético


Este experimento permite visualizar con claridad las líneas del campo magnético. Nótese la
diferencia que presentan con las líneas del campo eléctrico, evidenciada en el hecho de que se trata
de líneas cerradas.

La observación cuidadosa de esta imagen nos permitirá arribar a varias conclusiones:

a) así como existe un campo eléctrico, existe también un campo magnético, es decir, un
depósito de energía potencial en el espacio que rodea a todo imán, el que altera dicho
espacio y origina atracciones y repulsiones

b) el campo magnético ejerce su acción a través de líneas imaginarias del espacio,


denominadas las líneas del campo magnético

c) a diferencia de las líneas del campo eléctrico, que son radiales (entrantes o
salientes), las del campo magnético son líneas cerradas. Arbitrariamente, decimos que
las líneas de campo “salen” del polo Norte del imán y “entran” por el polo Sur

d) la concentración de líneas de campo cerca de los polos del imán es máxima


e) existe una zona, prácticamente en la región media del imán, en la que casi no
podemos encontrar líneas de campo (la zona neutra)

Repitan el experimento con un imán con forma de herradura, y un conjunto de “clips”.


¿Dónde se ubican los clips? ¿Qué están observando? ¿Qué pueden concluir sobre las
líneas de campo de un imán de herradura?

Más allá de estas observaciones superficiales, lo cierto es que la interpretación de los


fenómenos magnéticos es compleja y sólo podemos dar una imagen básica. Observen la
Figura N° 17a). En ella tenemos un conjunto de dipolos magnéticos desorientados. En
tal situación, los campos magnéticos de los dipolos se cancelan entre sí, y el material no
manifiesta propiedades magnéticas. En la Figura N° 17 b) vemos los mismos dipolos,
pero ahora orientados. Podemos apreciar que los polos N y S de los dipolos en el
interior del material se cancelan, pero “sobreviven” los de los extremos, y esto origina
los polos del imán. En la realidad, la situación es más compleja, porque un material
magnetizable tiene zonas denominadas “dominios”, con sus dipolos orientados, y la
magnetización implica la orientación de tales dominios (ver la Figura N° 17c).

a) b) c)

Figura N° 17. Dipolos y campo magnético


En a) los dipolos de un material están desorientados, y el material no presenta propiedades
magnéticas. En b) los dipolos se han orientado y el material, ahora magnetizado, presenta dos
polos. Si observan la figura con cuidado, podrán entender por qué, si el imán se rompe, cada
fragmento sigue presentando dos polos. En c) mostramos que un material magnetizable presenta
zonas denominadas “dominios” con sus dipolos orientados. La magnetización, por lo tanto, implica
la orientación de los dominios.

Pregunta: Cuando acercan un imán a un conjunto de alfileres, ¿qué ocurre?


R.: Los alfileres no sólo son atraídos por el imán, sino que también se atraen entre sí.
Por lo tanto, cada alfiler se ha transformado en un pequeño imancito.

Pregunta: ¿Cómo interpretamos esto?


R.: Los dipolos de los alfileres se han orientado. Por lo tanto, el campo magnético del
imán produjo este efecto sin necesidad de estar en contacto con los alfileres. A este
fenómeno lo denominamos inducción magnética (compárenlo con la inducción
eléctrica).

3.2. Clasificación de los imanes

Los imanes se clasifican en naturales y artificiales. Los primeros son una forma de
óxido de hierro, denominado magnetita o piedra imán. Los segundos, fabricados por el
hombre, pueden ser imanes permanentes o electroimanes. Los primeros son los
conocidos imanes de las jugueterías, los que pegamos en las heladeras, etc., que
mantienen sus propiedades magnéticas en todo momento. Los segundos funcionan
como imanes sólo cuando circula por ellos una corriente eléctrica. Esto los vuelve muy
útiles desde un punto de vista industrial, porque en ellos el campo magnético se puede
encender o apagar (encendiendo o apagando la corriente eléctrica) según se necesite.
Son ejemplos de electroimanes, entre muchos otros, los que se utilizan para levantar
automóviles. Los electroimanes son una parte fundamental de los equipos de RMN.

Ahora bien, además de esta clasificación de los imanes, podemos clasificar a los
materiales en general, de acuerdo con sus propiedades magnéticas, en tres categorías:

a) ferromagnéticos: son los materiales que pueden adquirir propiedades magnéticas


importantes, tales como el hierro (Fe), el cobalto (Co) y el níquel (Ni), y las aleaciones
de estos elementos.

b) paramagnéticos: son materiales débilmente magnéticos. El ejemplo típico es el


gadolinio (Gd), que se utiliza como medio de contraste en la RMN.

c) diamagnéticos: son no-magnéticos, aunque bajo ciertas condiciones especiales


pueden manifestar efectos magnéticos muy débiles. Hay infinidad de ejemplos: la
madera, el vidrio, los plásticos, etc.

3.3. El experimento de Oersted

La experiencia de Oersted es muy sencilla y reveladora (ver la Figura N° 18)

Figura N° 18. La experiencia de Oersted


Cuando por el cable no circula corriente la brújula (una aguja imantada) se alinea con el campo
magnético de la Tierra; cuando encendemos la corriente ésta genera un campo magnético y la
brújula gira hasta alinearse con el mismo

Son necesarios un cable, conectado a una fuente de energía, y una brújula (recordemos
que una brújula es, básicamente, un imán con forma de aguja, que puede rotar sobre un
pivote), colocada cerca del cable.

Primero, veamos qué ocurre cuando por el cable no circula corriente.


R.: La brújula se alinea con el campo magnético de la Tierra

Ahora encendemos la corriente. ¿Qué ocurre?


R.: La brújula gira.

¿Cómo interpretamos esto?


R.: Diciendo que la corriente eléctrica generó un campo magnético, más intenso
que el terrestre, y que la brújula giró hasta alinearse con el mismo.

Por lo tanto, la experiencia de Oersted nos permite concluir que:

Toda corriente eléctrica genera un campo magnético.


Toda carga eléctrica en movimiento genera un campo magnético

Pero aquí podemos efectuar otra interpretación. La corriente está formada por
electrones. Cada electrón genera su propio campo eléctrico. Pero como los electrones se
mueven, el campo eléctrico que “siente” la aguja es un campo variable4. Entonces:

Todo campo eléctrico variable origina un campo magnético.

3.4. Las experiencias de Faraday

Faraday realizó una serie de experimentos, para los que trabajó con un imán y una
bobina, es decir, un conductor metálico arrollado (ver la Figura N° 19).

Figura N° 19. La experiencia de Faraday


Cuando el imán y la bobina están en reposo uno respecto del otro, por la bobina no circula
corriente. Para que esto pase alguno de los dos debe moverse.

4
Variable en el sentido de que se modifica con el tiempo.
Cuando ambos, el imán y la bobina, están en reposo uno respecto del otro, no ocurre
nada especial. Pero ahora movamos el imán. Si disponemos de un aparato para medir la
diferencia de potencial en la bobina, veremos que ahora la misma ya no es cero y que
por la bobina circula una corriente eléctrica. Esto es sorprendente, porque la bobina no
está conectada a ninguna pila, batería o fuente de tensión de cualquier tipo.

Ahora dejemos quieto el imán y movamos la bobina. Vuelve a aparecer la diferencia de


potencial inducida. Por lo tanto, lo importante no es el movimiento del imán, sino el
movimiento relativo entre el imán y la bobina.

Este fenómeno puede interpretarse en términos de una magnitud denominada flujo


magnético, pero nosotros lo haremos en forma más sencilla. Cuando el imán y la bobina
están quietos, el campo magnético generado por el imán, en la posición de la bobina, no
cambia, es constante. Pero al haber movimiento relativo, la intensidad de dicho campo
varía.

Si sobre la bobina existe una cierta diferencia de potencial, esto implica que hay un…
campo eléctrico.

Por lo tanto, podemos concluir que:

Todo campo magnético variable origina una campo eléctrico.

3.5. Las ondas electromagnéticas

Si recuerdan, en Física I nos había quedado una asignatura pendiente: explicar


correctamente la propagación de las ondas electromagnéticas. Para ponerse en tema,
repasen las definiciones sobre ondas que dimos en Física I, y su clasificación en
mecánicas y electromagnéticas.

La duda provenía acerca de cómo puede interpretarse que una onda electromagnética se
propague en el vacío. Reuniendo las experiencias de Oersted y Faraday, podemos pensar
lo siguiente:

Consideremos una antena emisora de ondas electromagnéticas. Una antena de este tipo
es, básicamente, un pedazo de metal provisto de electrones que pueden oscilar. Por lo
tanto, como consecuencia de su oscilación, el campo eléctrico generado por estos
electrones es variable.

Pero un campo eléctrico variable origina un campo magnético. Y éste también es


variable. Por lo que origina un campo eléctrico (variable), el que origina un campo
magnético. Y así hasta el infinito…

Estos campos son perpendiculares entre sí, y perpendiculares a la dirección de


propagación de la onda. Por eso decimos que las ondas electromagnéticas son
transversales.

Por lo tanto, una onda electromagnética es una sucesión de campos eléctricos y


magnéticos variables, perpendiculares entre sí, que se generan unos a otros y se
propagan en el vacío con la velocidad de la luz.
Resumimos esto en la Figura N° 20.

Figura N° 20. Las ondas electromagnéticas


Aquí E representa el campo eléctrico, B el campo magnético y c la velocidad de la luz. Obsérvese
que E y B son simultáneamente perpendiculares entre sí y a la dirección de c.

Todos estos conceptos son básicos para el funcionamiento de los dispositivos


electromecánicos y electrónicos que han permitido nuestra vida moderna. Desde el
encendido de una lamparita eléctrica hasta el funcionamiento de la computadora más
compleja, todo descansa en las sencillas experiencias de Oersted y Faraday.

Capítulo II: Introducción

2.1. Radiobiología

El tema de los efectos biológicos, reales o supuestos, producidos por las radiaciones
ionizantes, es de fundamental importancia para un Técnico Radiólogo. Y esto por dos
razones: primero, por el cuidado de su propia salud, debido al hecho que, como
consecuencia de su práctica profesional, el técnico estará expuesto a dosis bajas de
radiación durante un prolongado período de tiempo. Segundo, y por supuesto no menos
importante, por la salud de los pacientes, los que serán expuestos a radiaciones como
consecuencia de los estudios a los que deban someterse.

La Radiobiología es la disciplina científica que, formando simultáneamente parte de la


Física y de la Biología, se ocupa de estudiar la forma en que la radiación interactúa con
los sistemas biológicos. Dentro de ella, la Radiopatología estudia más específicamente
cuáles son las patologías producidas o estimuladas en los seres humanos por las
radiaciones ionizantes. Ambas están relacionadas con la Radioprotección o Protección
Radiológica, que comprende todas las normas, disposiciones, técnicas, métodos de
trabajo, etc., cuyo objetivo es minimizar las dosis de radiación recibidas por técnicos,
pacientes y público en general.

A diferencia de Física I y Física II, en las que el énfasis estaba puesto casi
exclusivamente en la radiación X, aquí nos interesaremos en los efectos biológicos
producidos por cualquier tipo de radiación ionizante. Por ello, antes de estudiar tales
efectos, debemos primero aprender mucho acerca de los distintos tipos de radiaciones,
sus características y sus propiedades.

2.2. Los distintos tipos de radiaciones

Denominamos radiaciones ionizantes aquéllas capaces de alterar el equilibrio eléctrico


de un átomo, ionizándolo. Son radiaciones con la energía suficiente para arrancar
electrones de los átomos, por lo que estos, originalmente neutros, adquieren carga
eléctrica positiva y se transforman en iones positivos.

Las radiaciones ionizantes pueden generarse en el núcleo o en la nube de electrones


que lo rodea. Las radiaciones nucleares son, principalmente, de tres tipos: ,  ó . Los
rayos X son muy similares a los , con la diferencia que se originan en la nube
electrónica. Los rayos  y  son partículas y transportan masa y energía, los X y  son
radiaciones electromagnéticas y sólo transportan energía.

En general, las partículas provocan irradiaciones más localizadas, mientras que las
radiaciones electromagnéticas son más útiles para tratar o diagnosticar volúmenes
grandes de tejido.

Existen otros tipos de radiaciones ionizantes, como las radiaciones constituidas


exclusivamente por neutrones o por protones, o la radiación ultravioleta de muy alta
energía5 pero no nos ocuparemos de ellas en este curso. En la Tabla N° 3 mostramos las
principales características y propiedades de las radiaciones que serán de nuestro interés.

Radiación Originada Naturaleza Cambios en Poder de Poder de


en el núcleo penetración ionización
alpha () Núcleo Núcleos de Z disminuye Bajo Alto
helio (2 en 2
protones y 2 unidades y A
neutrones) en cuatro
beta Núcleo Electrones Z aumenta Medio Medio
negativa (-) en 1 unidad
beta positiva Núcleo Positrones Z disminuye Medio Medio
(+) en 1 unidad
gamma () Núcleo Radiación No produce Alto Bajo
EM
X Nube Radiación No produce Depende de Depende de
electrónica EM la frecuencia la frecuencia
(si es (si es
radiación radiación
dura o dura o
blanda) blanda)

Tabla N° 3. Los distintos tipos de radiaciones ionizantes, y sus propiedades

5
La cual comprende sólo una muy pequeña fracción del espectro UV completo.
Son emisores , entre otros, el uranio, el plutonio, el radio, el radón (un gas habitual, en
mínimas cantidades, en baños y habitaciones de las casas, que, en cantidades mayores,
puede producir efectos graves en los pulmones).

La reacción correspondiente a la emisión  del uranio se escribe así

De donde el núcleo de uranio se desintegra en un núcleo de torio (Th) y uno de helio


(partícula ).

Son emisores -, entre otros, el I131, Tc99, Cs137, Co60. En el mismo cuerpo humano hay
emisores -, tales como el K40 o el C14 (notar que, debido a esto último, el cuerpo
humano también es, aunque muy débilmente, radiactivo).

¿Cómo escribirían el decaimiento beta del I131?

Son emisores +, entre otros, el O15, C11, N13.

¿Cómo escribirían el decaimiento beta positivo del O15?

No hay ningún isótopo que sea exclusivamente emisor de radiación . La misma


siempre se produce después de una emisión  ó .

Aquí tienen un ejemplo de decaimiento gamma:

El cobalto se desintegra en níquel a través de una emisión beta, pero el Ni queda


excitado, con lo que:

Y el resultado final es Ni estable.

Nota: en la desintegración del cobalto aparece una partícula denominada


antineutrino, que nosotros no estudiaremos.

P.: ¿Cuál es la única diferencia existente entre los rayos gamma y los rayos X?
R.: Antiguamente se decía que la diferencia entre ambas formas de radiación venía dada
por su energía: los rayos gamma resultan mucho más energéticos que los X. Sin
embargo, con los aceleradores de partículas actuales pueden generarse rayos X de
energías equivalentes a las de la radiación gamma, con lo cual la energía (o,
equivalentemente, la frecuencia) ya no sirven para diferenciarlos. Por lo tanto, la única
diferencia real entre ambos es la región del átomo en la que se originan: los rayos
gamma se originan en el núcleo, los rayos X en la nube electrónica.

2.3. La interacción de la radiación con la materia


Cuando un medio material se interpone en el paso de la radiación, parte de la energía de
la misma es absorbida por el medio. Esto se mide a través de un parámetro denominado
Transferencia lineal de energía (TLE, o, si utilizamos la sigla en inglés, LET), el
cual mide la distancia en la que una radiación determinada se frena, es decir, pierde toda
su energía. Las radiaciones muy ionizantes pero poco penetrantes (como la radiación )
pierden su energía en un recorrido muy breve y, por lo tanto, presentan TLE muy alto.

Según el tipo de radiación, los mecanismos de interacción con la materia son diferentes.
En la Tabla N° 4 se enumeran los más importantes.

Tipo de Principales mecanismos de interacción


radiación
 Ionización Excitación
- Ionización Excitación Bremsstrahlung (radiación por
frenamiento)
+ Ionización Excitación Aniquilación de positrones
Xó Dispersión Efecto Efecto Producción Fotodesinte-
Compton fotoeléctrico de pares gración
(ionización) (ionización)

Tabla N° 4. Principales formas de interacción de la radiación con la materia

Las partículas  son muy ionizantes, porque debido a su doble carga positiva atraen con
mucha facilidad a los electrones de los átomos con los que interactúan. En algunos
casos, las partículas  no llegan a extraer electrones, sino que sólo ceden parte de su
energía a algún átomo del medio sin llegar a ionizarlo. Este mecanismo se denomina
excitación.

Como las partículas - tienen carga negativa, tienden a ser repelidas por los electrones
de los átomos del medio, de donde su capacidad de ionización es inferior a la de las
partículas . Sin embargo, pueden ser atraídas por los núcleos atómicos, con carga
positiva. Cuando una partícula - se aproxima a un átomo, será frenada por el campo
eléctrico de su nube electrónica, resultando en la emisión de rayos X por frenamiento
(Bremsstrahlung). P. (difícil): ¿Por qué este efecto no es importante para las
partículas ? R.: Por su mayor masa. Sug.: Discutir esto en clase.

Los rayos +, además de los mecanismos de ionización y excitación, pueden aniquilarse
al chocar con los electrones orbitales. En ese caso, el electrón y el positrón desaparecen,
y son emitidos dos rayos , en sentidos opuestos. Este fenómeno, denominado
aniquilación de pares, se utiliza actualmente en la Tomografía por Emisión de
Positrones (TEP, o PET, en inglés). Esta técnica, que integra la Medicina Nuclear,
actualmente está tomando gran desarrollo, y será estudiada con amplitud en Física IV.
Por último, las radiaciones X y  interactúan con la materia en forma compleja, que se
describirá a continuación.

2.4. Interacción de la radiación electromagnética con la materia

Los rayos X pueden pensarse tanto como ondas o como compuestos por pequeñas
partículas llamadas fotones (¿recuerdan el modelo dual, visto en Física I?). Los fotones
emitidos por el tubo en cada disparo tienen diferentes energías. El valor del kilovoltaje
establece la energía más elevada en el haz. Los fotones predominantes en el haz tienen
aproximadamente un tercio de esta energía máxima. Resumiendo:

El kilovoltaje establece la máxima energía de los fotones del haz de rayos X. Si se


coloca una kilovoltaje de, por ejemplo 60 kV, los fotones más energéticos tendrán una
energía de 60 keV.

Pero el mayor número de fotones tendrá aproximadamente un tercio de esa energía, es


decir, 20 keV.

Y también habrá fotones con energías menores.

Pero ninguno con energía superior a 60 keV.

Es decir: si coloco un kilovoltaje de 60 kV, se emite un haz de fotones de variadas


energías, desde valores muy bajos hasta 60 keV. El máximo número de fotones tendrá
energías cercanas a 20 keV aproximadamente.

P.: ¿De qué magnitud física es unidad el keV?


R.: De energía.

P.: ¿Cómo se define un electrón-volt (eV)?


R.: Como la energía que adquiere un electrón acelerado por un voltaje de 1 V.

P.: ¿A cuántos eV equivale un keV?


R.: 1 keV = 1000 eV.

P.: Y ahora expliquen por qué, si coloco un kilovoltaje de 60 kV, no puede haber
fotones que superen los 60 keV.
R.: A pensarlo! (y a recordar el efecto De Forest y cosas varias vistas en Física I).

P.: Expliquen por qué sí puede haber fotones de energías más bajas.
R.: A pensarlo! (recuerden a los RX generales…)

Por lo tanto, cuando se dice que tal radiación es dura, se está diciendo que en ella
predominan los fotones de alta energía, pero también hay fotones de baja energía. Por
lo tanto, el haz es siempre una mezcla de radiaciones duras y blandas y, de hecho, el
contraste de la imagen es un resultado de la presencia, en el haz, de fotones de diversas
energías.
Los rayos X blandos tienden a interaccionar con átomos completos, los de energía
media con electrones individuales y los de muy alta energía con los núcleos atómicos.

Los efectos que se describen a continuación se dan simultáneamente en cada disparo,


predominando uno u otro según el valor del kilovoltaje. En realidad, desde el punto de
vista radiográfico sólo son importantes los tres primeros.

Efecto Energías en Interacción con Incidencia sobre la Efectos biológicos


las que los átomos placa
predomina
Dispersión Menores que El fotón se Muy poca. No se libera energía
coherente 10 keV desvía sin que Pueden contribuir ni hay ionización.
(radiación cambie su ligeramente al Por lo tanto, no se
muy blanda) energía velo. producen efectos
biológicos
Fotoeléctric Hasta los 50 El fotón Los rayos X son La ionización es
o keV entrega toda su totalmente el fundamento de
energía a un absorbidos y sobre la mayoría de los
electrón la placa aparecen efectos biológicos
“blancos”.
interno, que es
Predomina en las
arrancado y el estructuras
átomo se radioopacas. La
ioniza. atenuación depende
de Z3, de la
densidad y de la
energía de los
fotones
Compton Entre 100 y El fotón cede No tiene utilidad El fotón dispersado
2000 keV parte de su diagnóstica, sigue produciendo
energía a un contribuyendo al ionizaciones e
electrón velo de la incrementa el riesgo
biológico. El
externo. El película. La
aumento de
átomo es atenuación radiación dispersa
ionizado y el depende de la provoca un aumento
fotón sale densidad y de la de la dosis recibida
dispersado y energía de los por el técnico, sobre
debilitado fotones todo en
fluoroscopía.
Producción Superior a El fotón Generalmente no No tiene
de pares 1.02 MeV interactúa con ocurre en la incidencia en la
el campo radiografía práctica
eléctrico del convencional. radiológica.
núcleo y
origina un par
electrón-
positrón
Fotodesinte- Superiores a El fotón es Sin importancia Sin importancia
gración 10 MeV absorbido por en la radiología en la radiología
el núcleo, y diagnóstica diagnóstica
éste se
desintegra

Tabla N° 5. Principales efectos que resultan de la interacción de la radiación


electromagnética con la materia

¿Qué ocurre, entonces, cuando obtenemos una imagen radiográfica? En dicha imagen
podemos observar:

1. Zonas negras, en las que los rayos X incidieron directamente sobre la placa, sin
interacción con el tejido (o con una interacción muy baja). Esto corresponde a
estructuras radiolucentes.

2. Zonas blanquecinas o casi blancas, correspondientes a estructuras radioopacas


(como los huesos) donde la mayoría de los fotones fueron absorbidos por efecto
fotoeléctrico.

3. Zonas intermedias, correspondientes a estructuras más o menos radiolucentes,


donde parte de los fotones se absorbió por efecto fotoeléctrico o Compton y parte
llegó a la placa.

4. El velo grisáceo, producido por fotones dispersados por efecto Compton.

Este conjunto de efectos, que da como resultado la imagen radiológica, se denomina


absorción diferencial. La imagen radiográfica resulta de la diferencia entre los rayos X
absorbidos por interacción fotoeléctrica y los que pasan a través del cuerpo
interactuando poco o nada con los tejidos del mismo. El efecto Compton, y en mucha
menor medida la dispersión coherente, contribuyen al velo de la imagen.

Los agentes de contraste radiológicos, como el iodo y el bario, aplican los principios de
la absorción diferencial y la atenuación para facilitar la obtención de la imagen de
órganos del tejido blando. Se utiliza iodo en la formación de imágenes vasculares,
renales y biliares, y bario para imágenes gastrointestinales. Ambos poseen números
atómicos (53 para el I y 56 para el Ba) y densidades superiores a las del tejido blando.

Los rayos  interactúan con la materia en forma similar a los rayos X, pero con energías
más elevadas.

Ejercicio: Observen una imagen ósea en una placa radiográfica e identifiquen:

¿Dónde predominó el efecto fotoeléctrico?


¿Hubo mucho efecto Compton?

¿Se produjo algún efecto en los tejidos blandos?

¿Qué ocurrió en las zonas de la placa que están completamente negras?

¿Por qué es incorrecto decir que la placa está “quemada”?

2.5. Dosimetría – distintas formas de medir la dosis de radiación

Las radiaciones que inciden sobre el organismo lo hacen con una cierta dosis, término
que indica la cantidad de radiación. Existen distintos tipos de dosis, es decir, distintas
formas de medir la cantidad de radiación, que toman en consideración diversos factores.
A lo largo de la historia la forma de medir la radiación se ha ido modificando, y es
posible que dicha tendencia continúe en el futuro.

La Tabla N° 6 muestra los principales tipos de dosis, es decir, las principales formas de
medir la cantidad de radiación que se utilizan actualmente. Indicamos las unidades en
que tales dosis se miden, junto a valores típicos correspondientes a estudios radiológicos
habituales.
P.: Observen un informe de dosimetría de un técnico. ¿Con qué tipo de dosis están
trabajando?

Dosis Definición Características Unidades Valores típicos


De exposición o Es el número de Toma en cuenta Roentgen (R ) = Placa dental: 0.5
irradiación ionizaciones que la cantidad de 1/3876 C/kg. a 2 R.
produce la radiación que Actualmente se Seriógrafo: 2 a 3
radiación en 1 incide sobre la usa poco, R por minuto.
básicamente sólo
cm3 de aire persona. Sólo Placa de tórax:
para medir la
sirve para rayos salida de los
0.05 a 0.1 R.
Xó equipos de RX.
De absorción Para una dada Cuenta la Rad = 1 Joule/kg Placa de
Energia exposición, es la radiación que se Actualmente se abdomen = 1
D. A. energía absorbida absorbe en cada usa: Rad.
masa
Se calcula como: por unidad de exposición. Sólo 1 Gray (Gy) = Por cada
D.A. = D.E. x masa del cuerpo sirve para rayos 100 Rad aplicación de
factor de X ó . radioterapia = 1
conversión Gy.
Equivalente Es la dosis de Cuenta qué tipo 1 Rem de E.B.R. de los
D.E.= absorción de radiación se cualquier rayos X ó  = 1.
D.A.xE.B.R. multiplicada por absorbe en cada radiación Por ej., los
E.B.R. = Eficacia un factor exposición. Sirve equivale a 1 Rad neutrones tienen
Biológica (E.B.R.) que para todo tipo de de rayos X. EBR = 10  que
Relativa considera el tipo radiación Actualmente se son 10 veces más
de radiación usa: nocivos que los
incidente 1 Sievert (Sv) = rayos X.
100 Rem
Efectiva Es la dosis Toma en Las mismas que El factor de
Dosis efectiva = equivalente consideración la dosis ponderación más
D.E. x factor de multiplicada por sobre qué equivalente alto corresponde
ponderación un factor que órgano incidió el a las gónadas y a
indica la tipo de la médula ósea
jerarquía vital de radiación que se (roja) y es igual a
cada órgano absorbió. 0.2

Tabla N° 6. Las principales formas de medir la dosis de radiación

La dosis efectiva característica

Durante el año 2008 se produjeron algunas modificaciones en la forma de medir la dosis


de radiación. Hasta esa fecha, se acostumbraba trabajar con la dosis de absorción
(medida en Gy) para los pacientes y la dosis efectiva (medida en Sv) 6 para los técnicos.
Actualmente, la forma de medir la dosis para pacientes y para técnicos se ha unificado
en la dosis efectiva, definiéndose la dosis efectiva característica como un valor de
referencia que sirve como “guía” en la protección radiológica del paciente.

La dosis efectiva característica se define como “la suma ponderada de las dosis que reciben diversos
tejidos corporales, en la que el factor de ponderación de cada tejido depende de su sensibilidad
relativa al cáncer inducido por la radiación o a efectos hereditarios graves. Con ello se obtiene una
estimación de dosis única, que guarda relación con el riesgo total debido a la radiación, al margen
de cómo se distribuya la radiación por el cuerpo” (Guía de recomendaciones para la correcta
solicitud de pruebas de diagnóstico por imagen, Soc. Argentina de Radiología, 2008, pág. 12).

La dosis efectiva característica se mide en Sv, de forma tal que la unidad de medida para
técnicos y para pacientes es ahora la misma. El apelativo característica proviene del
hecho de que se ha medido el valor que característicamente toma esta dosis para cada
tipo de estudio de diagnóstico por imágenes. Todo ello forma parte de lo que se verá el
próximo cuatrimestre, en Física IV.

2.6. Cálculos de dosis

Veamos algunos ejemplos sobre cómo calcular la dosis de radiación en diversas


situaciones.

Ejemplo 1. Una placa de abdomen.

6
Un Sv es la dosis de radiación que disipa una energía de 1 Joule por cada kg de tejido vivo (repasen de
la escuela secundaria lo que era el Joule!).
Supongamos que se saca una radiografía común de abdomen. Digamos que la dosis de
exposición7 sea de 1 R8. Pero esto sólo tiene en cuenta cuánta radiación llegó a la
persona, no cuánta la persona absorbió realmente. Por ejemplo, los tejidos blandos
absorberán la radiación de determinada manera y el tejido óseo de otra.

Entonces, se emplea la dosis de absorción. Esta se calcula multiplicando la dosis de


exposición por un factor de conversión, que depende del tejido bajo consideración.
Para el hueso el factor de conversión varía entre 4 y 0.93, dependiendo de la energía de
la radiación incidente. Para músculo y tejidos con abundancia de agua, este factor es
cercano a 1.

Ahora bien, habitualmente lo que interesa es evaluar la radiación que reciben los
órganos vecinos a una parte del esqueleto que se desea visualizar 9. Por ejemplo, en una
placa de pelvis, interesará evaluar la radiación que reciben el estómago, gónadas, etc.
Por lo tanto, casi siempre lo que importa es el factor de conversión para tejidos blandos.

Y este factor, para los valores de energía habituales en la práctica radiológica, es


aproximadamente uno. Por lo tanto, en estos casos, la dosis de exposición es
numéricamente igual a la dosis de absorción.

Entonces, para una placa de abdomen, como la dosis de exposición fue de 1 R, la de


absorción será de 1 Rad, es decir, de 0.01 Gy10.

Además, como son rayos X, la dosis de absorción y la dosis equivalente son iguales.
Entonces, el paciente recibió 0.01 Sv.

Pero en el abdomen hay muchos órganos distintos, con diferentes radiosensibilidades.


Ahí aparece la dosis efectiva. Se sabe que el factor de ponderación para, por ejemplo, el
estómago, es 0.12 y para el hígado 0.05.

Entonces la dosis efectiva será:


en estómago = 0.01 x 0.12 = 0.0012 Sv.
en hígado = 0.01 x 0.05 = 0.0005 Sv.

Por lo tanto, para esa placa de abdomen el estómago recibió una dosis efectiva mayor
que el hígado.

7
En la actualidad, la dosis de exposición tiende a ser reemplazada por el “kerma en aire”. El “kerma” es
la dosis que se entrega justo a la entrada del paciente, por lo que también se denomina “dosis de entrada”.
El “kerma en aire” es la cantidad de energía que la radiación le entrega al aire, en una lugar determinado.
Como el kerma en aire también se mide en Gy, se utiliza la distinción Gy a para la dosis de exposición y
Gyt (en los tejidos) para la dosis de absorción.
8
Para tener una idea de lo que significa 1 R, digamos que una dosis tal no produce ningún tipo de daño
biológico, con 100 R hay efectos tempranos y con 1000 R se produce la muerte. Por otra parte, también
tengamos en cuenta que dosis de 1 Gy o 1 Sv son consideradas altas.
9
También puede ocurrir, por supuesto, que desee visualizarse tejido blando, pero allí lo explicado es
obvio.
10
Hasta el año 2007, la placa de abdomen se tomaba como la unidad de dosis radiológica, y para evaluar
cuán importante era una cierta cantidad de radiación, se determinaba a cuántas placas de abdomen era
equivalente. Hoy ese rol lo desempeña la placa de tórax.
Ejemplo 2. Aplicaciones de radioterapia.

a) Terapia con rayos  en piel.


Supongamos una aplicación de 50 R, con radiación , en un cáncer de piel. Esto
corresponde a 50 rad = 0.5 Gy.

EBR de la radiación  = 20.


Factor de ponderación de la piel = 0.01
Dosis efectiva = 0.5 x 20 x 0.01 = 0.1 Sv.

b) Terapia con rayos  en mama.


Supongamos una aplicación de 50 R, con radiación , en un cáncer de mama. Esto
corresponde a 50 rad = 0.5 Gy.

EBR de la radiación  = 1.
Factor de ponderación de la mama = 0.05
Dosis efectiva = 0.5 x 1 x 0.05 = 0.025 Sv.

Entonces se observa cómo, para una misma dosis de exposición, la dosis efectiva
recibida en piel con rayos  fue muy superior a la recibida en mama con radiación .

2.7. Los dosímetros

Los dosímetros son detectores de radiación. Existen cuatro tipos básicos:

a. Dosímetros de película: se utilizan fundamentalmente en control de personal. Están


constituidos básicamente por un pequeño pedacito de película radiográfica dental,
una parte de la cual permanece desnuda, mientras el resto se cubre con dos o tres
filtros de plomo, cobre y/o aluminio. Obviamente, el grado de ennegrecimiento de
las diferentes partes de la película será diferente. La empresa que revela el dosímetro
compara estos ennegrecimientos y, mediante fórmulas matemáticas y tablas bastante
complicadas, determina la cantidad de radiación que incidió sobre el mismo durante
un período determinado.

b. Detectores llenos de gas: consisten esencialmente en una cámara llena de gas.


Conforme la radiación atraviesa el gas, ioniza átomos a su paso. Los electrones
liberados en la ionización forman una señal eléctrica proporcional a la intensidad de
la radiación. Existen múltiples formas de estos detectores, de los cuales un ejemplo
típico es el contador de Geiger. Se emplean fundamentalmente en Medicina Nuclear.

c. Detectores de centelleo: se utilizan en muy diversas áreas del diagnóstico por


imágenes. Constituyen la base de la Cámara Gamma utilizada en Medicina Nuclear
y también forman parte de los equipos de detectores de última generación en
Tomografía Computada. El proceso de centelleo tiene lugar cuando se emite un haz
luminoso debido a la absorción de radiación ionizante. El funcionamiento de los
detectores o contadores de centelleo es similar el de los detectores llenos de gas, con
la diferencia que este último es reemplazado por un cristal u otro cuerpo que emite
luz cada vez que recibe un fotón de radiación. La intensidad de la luz emitida
depende de la energía absorbida por el cristal. Muchos tipos de líquidos, gases y
sólidos responden a las radiaciones mediante el centelleo.
d. Dosímetros por termoluminiscencia: ciertos materiales, después de ser calentados,
brillan intensamente cuando se los somete a radiaciones ionizantes. Esta
termoluminiscencia inducida por radiación dio paso a un método sensible y preciso
de dosimetría en el control del personal que trabaja en un entorno con radiaciones y
es útil en el registro de la dosis recibida por el paciente durante los tratamientos de
radioterapia.

Figura N° 3a. Distintos tipos de dosímetros


En la imagen superior mostramos un dosímetro termoluminiscente, y en la inmediata una cámara
gamma. Imagen obtenida en www.camaragamma.com.ar
Fig. N° 3b. Esquemas de un detector lleno de gas (ver http://200.0.198.11/Prog-
cur/T%E9cnicos/2007/05-07.pdf)
Figura N° 3c. Una cámara gamma. Se muestran el monitor y un esquema de la cámara
propiamente dicha (ver http://digital.csic.es/bitstream/10261/4800/1/2292327_A1.pdf)
2.8. Irradiación y contaminación
Antes de estudiar los posibles efectos biológicos producidos por las radiaciones
ionizantes, debemos aclarar el significado de los términos irradiación y contaminación.
El primero implica haber recibido radiación externamente, desde afuera, como ocurre,
por ejemplo, con un paciente que se saca una placa radiográfica. El segundo, por el
contrario, significa que una persona ha incorporado a su organismo, ya sea por vía oral,
aérea, endovenosa, etc., alguna sustancia que emite radiación. La contaminación jamás
ocurre con rayos X, sino sólo con material radiactivo, y es característica de los estudios
de Medicina Nuclear.

Capítulo III: Efectos biológicos de las radiaciones ionizantes

3.1. Introducción

En los primeros años que siguieron a los descubrimientos de los rayos X y de la


radiactividad se observaron numerosos problemas y patologías debidos a la exposición a
la radiación. Las más importantes fueron lesiones cutáneas, pérdida del cabello y
disminución en el número de glóbulos rojos. De hecho, tanto Henry Becquerel como
Pierre Curie, dos nombres fundamentales en la historia de la radiactividad, expusieron
voluntariamente partes de su cuerpo a la radiación, para examinar sus efectos. En
general, las primeras radiografías significaron una exposición excesiva de los pacientes
a la radiación, debido, fundamentalmente, a los elevados tiempos de exposición que
eran necesarios para obtener una imagen adecuada.

Estos efectos alentaron, paradójicamente, la posibilidad de utilizar las radiaciones con


propósitos terapéuticos. En 1896, por primera vez, se trató un cáncer mamario con
irradiación de rayos X, aunque sin obtenerse resultados favorables. Pero en 1899, en
Estocolmo, se logró un avance espectacular: la cura de un cáncer de piel (un epitelioma)
que afectaba a una mujer de 49 años. El éxito fue total, y la paciente logró una
sobrevida superior a los 30 años.

Comenzó entonces una especie de “radiofilia”. Se pensó que la radiación X sería la


panacea que curaría todas las enfermedades11. Esta época de optimismo duró muy poco,
pues los peligros de la radiación fueron rápidamente detectados y en 1928 se estableció,
en el 2do Congreso Internacional de Radiología, el Comité Internacional de Protección
de rayos X y radium. En la Tabla Nº 7 se indica la cronología del conocimiento acerca
de los efectos de la radiación sobre los seres humanos.

11
Aunque parezca increíble, se instalaban máquinas de rayos X en las zapaterías y, antes de proceder a
elegir el zapato adecuado, se obtenía una radiografía del pie, para tener un diagnóstico (¿!) de su forma,
etc., y luego proceder a elegir el calzado más apropiado.
Fecha Tipos de efectos debidos a la radiación
1896 Lesiones en la piel (úlceras, eritemas)
1903 Cáncer de piel
1904 Primera muerte por radiación
1905 Esterilidad, efectos sobre el embrión
1908 Efectos sobre el ojo ( producen cataratas)
1925 Retraso en el crecimiento
1926 Efectos genéticos
A partir de Efectos estocásticos somáticos (efectos
1945 tardíos, típicamente varias formas de cáncer,
principalmente leucemia)

Tabla Nº 7. Cronología del conocimiento de los efectos de la radiación


La primera muerte por radiación fue la de Clarence Dally, asistente de Thomas Alva Edison en el
temprano desarrollo de la fluoroscopia

3.2. La interacción de la radiación con el tejido vivo

Los efectos de la radiación en los seres humanos resultan de interacciones a escala


atómica. Estas interacciones atómicas toman la forma de ionizaciones o excitaciones de
los electrones orbitales y se traducen en la acumulación de energía en el tejido. La
energía acumulada puede inducir cambios moleculares cuyas consecuencias se aprecian
en diversos tipos de lesiones y patologías.

Como dijimos, la Radiobiología estudia los efectos de la radiación ionizante en los


tejidos biológicos. El objetivo final de la investigación en Radiobiología es una
descripción precisa de los efectos de la radiación en los seres humanos de manera tal
que ésta pueda utilizarse con mayor seguridad en el diagnóstico y alcanzar niveles
superiores de eficacia en las acciones terapéuticas.

Comencemos entonces recordando la definición clásica que se utiliza en los textos:

“La composición atómica del cuerpo humano determina el carácter y el grado de la


interacción de la radiación, mientras que la composición molecular y tisular definen la
naturaleza de las lesiones que la radiación produce.”

En otras palabras, la composición atómica del cuerpo humano establecerá la forma en


que este interactúa con la radiación (es decir, si se trata de efecto fotoeléctrico, Compton
u otros), mientras que su estructura molecular y tisular determinará las lesiones y
patologías que esta interacción eventualmente produzca.

El estudio de los efectos biológicos producidos por las radiaciones ionizantes es


complejo. Y esto se debe, en gran parte, a que en la interacción de la radiación con la
materia viva, existen algunos procesos todavía no aclarados ni comprendidos
totalmente, que dan lugar a algunos resultados extraños. Nosotros no podemos
profundizar en tales fenómenos y procesos, pero sí debemos mencionar los más
importantes:

- la hormesis: implica que las dosis muy bajas de radiación (menores que 0.05 Gy)
no sólo no serían nocivas, sino que podrían estimular los mecanismos de
reconstrucción celular. Este concepto se encuentra actualmente en etapa de
discusión e investigación.

- el efecto by-stander: cuando se irradia un grupo de células en un cuerpo vivo, a


veces surgen patologías en otros grupos de células, que no habían sido irradiadas.
Es como un “contagio” del efecto producido por la radiación. Se cree que el grupo
de células originalmente irradiadas libera una señal química que afecta el otro
grupo, pero esto está lejos de haberse confirmado científicamente. Actualmente,
prácticamente nadie niega la existencia real del efecto by-stander, pero lo que está
muy lejos de comprenderse cabalmente son los mecanismos bioquímicos que
podrían explicarlo.

Notemos, además, que las células tienen mecanismos de recuperación que les permiten,
en algunos casos, reparar los tejidos dañados. El ADN, por ejemplo, puede, si no está
exageradamente alterado, reparar sus mutaciones y regresar al estado en que se
encontraba antes de la irradiación. Por ello, en todas estas discusiones debemos tener en
cuenta no sólo la capacidad de la radiación para producir efectos biológicos (lo que
equivale a decir su poder ionizante) y la radiosensibilidad intrínseca de órganos y
tejidos, sino también las posibilidades de reconstrucción y recuperación de los mismos.

3.3. Los ácidos nucleicos

Los principales elementos químicos que constituyen el cuerpo humano son, con sus
correspondientes porcentajes:

H 60% Ca 0.2%
O 25.7% P 0.1%
C 10.7% S 0.1%
N 2.4% Trazas 0.8%

Entre las “trazas”, que comprender un conjunto de varios elementos que se encuentran
en el cuerpo humano en proporciones muy pequeñas, se agrupan el Fe, el Se, el As y
otros.

Estos elementos químicos se unen formando diversos tipos de moléculas, las que son
principalmente agua (80%) y macromoléculas (20%), es decir, moléculas complejas de
alto peso molecular. Entre estas se encuentran las proteínas (15%), los lípidos o grasas
(2%, aunque seguramente más para el autor de este texto!!!), hidratos de carbono (1%),
ácidos nucleicos (1%) y otros (1%).

Los ácidos nucleicos, particularmente el ADN, son de gran importancia para la


Radiobiología, por ser altamente radiosensibles.

En el organismo humano existen dos ácidos nucleicos principales: el ácido


desoxiribonucleico (ADN) y el ácido ribonucleico (ARN). Situado principalmente en el
núcleo celular, el ADN contiene toda la información genética de una célula y, cuando se
trata de una célula germinal, la información hereditaria de toda una persona.

El ARN, por su parte, se encuentra presente tanto en el núcleo como en su exterior, el


citoplasma. Este ácido, al igual que el ADN, participa activamente en el crecimiento y
desarrollo de la célula a través de múltiples vías bioquímicas, especialmente a través de
la síntesis de las proteínas.

Los ácidos nucleicos son macromoléculas muy grandes y sumamente complejas. La


Figura N° 4 muestra la composición estructural del ADN, así como la forma en que se
unen las moléculas individuales que lo constituyen.

Esqueleto de
fosfato y glucosa

Base Puente de
Hidrógeno

Una vuelta de la hélice = 3,4nm

Figura N° 4. La estructura del ADN


El ADN se encuentra compuesto por una doble cadena de moléculas de glucosa (la desoxiribosa,
que da su nombre al ácido) y de fosfato. Ambas cadenas se encuentran unidas por las bases
nitrogenadas: adenina, citosina, timina y guanina

Como puede apreciarse, el ADN consta de una doble cadena compuesta por moléculas
alternadas de un azúcar (desoxiribosa) y fosfato. A cada molécula de desoxiribosa se
une una de las cuatro bases orgánicas nitrogenadas: adenina, guanina, timina y citosina.

La combinación base-azúcar-fosfato se denomina nucleótido: el ADN, entonces, puede


pensarse como una doble cadena de nucleótidos rotados en torno de un eje central
imaginario, lo que conforma la conocida estructura de doble hélice.

El ARN, por su parte, es semejante al ADN, con estas diferencias principales:

- Posee uracilo en lugar de timina.


- El azúcar componente es la ribosa.
- Es una cadena simple

Hasta ahora, se conocen tres tipos de ARN: el mensajero (ARNm), el ribosomal (ARNr)
y el ARN de transferencia (ARNt).
La función de los ácidos nucleicos, en conjunto, es efectuar la síntesis de las proteínas.
Las proteínas constituyen todo aquello que le da “soporte” y solidez al cuerpo, así como
las enzimas, hormonas, anticuerpos, etc. No es incorrecto decir, por lo tanto, que los
seres vivos en general, y los seres humanos en particular, estamos formados por
proteínas.

Las proteínas se encuentran constituidas por 22 aminoácidos. Estos se hallan disueltos


en el citoplasma de la célula, tal como se muestra en la Figura N° 5.

Figura N° 5. Una célula humana (ver


http://www.juntadeandalucia.es/averroes/iespuertadearenas/dpto_biologiaygeo
logia/contenidos/celula.gif)

Sintetizar proteínas implica, por lo tanto, reunir los aminoácidos correctos y unirlos en
el orden correcto. ¿Cómo se realiza esto?

Hace algunos párrafos dijimos que el conjunto de azúcar, fosfato y base conforma un
nucleótido. Tres nucleótidos forman un codón. Cada codón cumple la función de
sintetizar un aminoácido. Si algún codón se altera, por ejemplo si se cambia la base
nitrogenada, se formará un codón anómalo, el que sintetizará un aminoácido
equivocado12.

Y ya que estamos hablando del ADN, podemos preguntarnos, ¿qué es un gen? Un gen
es una secuencia definida de bases, cuya presencia determina la formación de tal o cual
carácter somático del individuo. Si la secuencia de bases se altera, por ejemplo,
mediante la formación de un codón anómalo, habrá tenido lugar en el individuo una
alteración genética, es decir, una mutación. Son mutaciones tanto aquéllas que implican
12
Todas estas explicaciones están bastante simplificadas, pero son suficientes para nuestros propósitos.
cuestiones hereditarias como las que se manifiestan durante la propia vida del individuo.
Es decir, una mutación puede implicar tanto un desorden bioquímico transmitido a la
descendencia como una alteración molecular que da origen a un proceso celular
patológico (cáncer) en el mismo individuo que ha experimentado la mutación.

La síntesis de las proteínas se realiza en una organela del citoplasma celular


denominada ribosoma. En forma muy, pero muy simplificada, podemos resumir dicha
síntesis de la siguiente forma:

1. Se detecta la necesidad de sintetizar la proteína A, que, digamos está formada


por el aminoácido 1 y el aminoácido 2, hablando figuradamente. A = 1+2.
2. El código para sintetizar esa proteína se encuentra en el ADN. Es decir, allí se
indica que A = 1+2.
3. El ARNm “lee” dicho código y, a través del retículo endoplasmático 13, conduce
la información obtenida al ribosoma.
4. Allí se envía el ARNt a “buscar” en el citoplasma los aminoácidos 1 y 2.
5. Una vez que estos se encuentran en el ribosoma, el ARNr los une en la forma
correcta para formar la proteína A.
6. La proteína A, así formada, es expulsada al citoplasma.

P.: ¿Qué ocurre con este proceso si, por acción de algún agente, por ejemplo las
radiaciones ionizantes, se formó un codón anómalo?
R.: A discutirlo largamente en clase!

El tema del ADN y su radiosensibilidad es complejo y todavía es necesaria mucha


investigación. Pero ya se han podido clarificar algunos puntos, a saber:

a) todas las células son mucho más sensibles in vivo que in vitro, porque lo propio
ocurre con el ADN.
b) el núcleo es mucho más radiosensible que el citoplasma.
c) el ADN es la molécula más radiosensible.
d) El ADN es poco abundante en las células, y ello es una de las causas de la
importancia que revisten las lesiones en esta molécula.

Sin embargo, la acción de la radiación en el ADN no es, en principio, visible. Adquiere


esa característica, por primera vez, a nivel de los cromosomas.

¿Qué es un cromosoma? Es un conjunto de largos filamentos de ADN mezclados con


varias proteínas y plegados sobre sí mismos muchas veces. Los genes, por lo tanto, se
encuentran en los cromosomas y son parte de la estructura de los mismos. Los seres
humanos tenemos 23 pares de cromosomas, que adoptan la forma típica que se muestra
a continuación.

13
Una organela que vincula el núcleo con el citoplasma.
Figura N° 6. Los cromosomas humanos.
La primer imagen muestra la forma típica de un cromosoma, la segunda indica la posición de los
telómeros, y la última muestra el cariotipo humano completo
(ver http://contenidos.educarex.es/cnice/biosfera/alumno/4ESO/genetica1/imagenes/cromosoma.gif)
Experimentalmente se ha observado que el daño de la radiación a nivel cromosómico
suele situarse en los telómeros. Un cromosoma, dañado por radiación ionizante, puede
intercambiar sus telómeros (translocación) entre sí o con otro cromosoma
(translocación recíproca). Claramente, esto da como resultado una modificación en el
conjunto de genes del sujeto, con las perturbaciones correspondientes.

3.4. Las dos vías

Cuando la radiación incide sobre el tejido vivo puede interactuar con dos tipos de moléculas: con
macromoléculas, esencialmente con ácidos nucleicos (vía directa) o con moléculas de agua (vía
indirecta).

El resultado de ambas formas de interacción es básicamente el mismo pero, debido a la mayor


abundancia de moléculas de agua, la vía indirecta es la más frecuente.

3.4.1. Radiólisis del agua y formación de radicales libres

Cundo una molécula de agua se irradia, se ioniza y se disocia en dos iones, tal como se muestra a
continuación

H 2 O    HOH   e 

Después de esta ionización inicial, pueden ocurrir distintas cosas. En primer lugar, el par iónico
formado puede volver a unirse, formando nuevamente una molécula de agua estable. Si eso es lo que
ocurre, no hay ningún daño biológico (este es uno de los mecanismos de recuperación de los que
habíamos hablado). Pero el electrón desprendido también puede unirse a otra molécula de agua,
ionizándola negativamente, según la siguiente reacción:

H 2 O  e   HOH 

Los dos iones así formados, el HOH  y el HOH  , son relativamente inestables, y se pueden
disociar todavía en moléculas más pequeñas, tal como indican las reacciones que siguen:

HOH   H   OH *

HOH   OH   H *

El resultado final de la radiólisis del agua es, entonces, la formación de dos iones H  y OH  , y
dos radicales libres, el H * y el OH * . El asterisco en estos últimos indica que son moléculas que
poseen un exceso de energía.

Los dos iones así formados no son raros, se pueden recombinar entre sí y, por lo tanto, su presencia
no entraña ningún riesgo de tipo biológico. El problema ocurre con los dos radicales libres.

Un radical libre es una molécula que posee un electrón desapareado en su última capa. Son altamente
reactivos y tienen una vida breve pero, a pesar de esto último, son capaces de difundirse por toda la
célula e interactuar en regiones lejanas a su punto de formación. Los radicales libres poseen un
exceso de energía que puede transferirse a otras moléculas para romper enlaces y producir lesiones
puntuales a una distancia variable del lugar de la ionización original.

El H * y el OH * todavía se pueden recombinar y formar así otros radicales libres, por ejemplo:

OH *  OH *  H 2 O2
El producto así formado es el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), el cual es tóxico a nivel
celular.

H *  O2  H O2*
Este último es el radical hidroperoxilo, un compuesto también tóxico y que, al unirse con otra
molécula de su misma clase, también puede formar peróxido de hidrógeno.

Todavía pueden formarse otros radicales libres, conocidos como radicales libres orgánicos, que
comparten con los precedentes el hecho que su exceso de energía se puede transferir a las moléculas
de ADN y romper sus enlaces químicos. Estos radicales libres orgánicos se forman sólo cuando hay
presentes moléculas de oxígeno.

3.4.2. Oxidantes y antioxidantes

Como dijimos, entre los diversos tipos de radicales libres, muchos se forman en presencia del
oxígeno. De hecho, se los suele denominar “radicales libres del oxígeno”.

Estos radicales libres son oxidantes, y por ello tóxicos para el organismo. Lo interesante es que el
cuerpo humano genera naturalmente una cierta cantidad de radicales libres, fundamentalmente como
resultado del proceso de la respiración y del intercambio gaseoso a nivel pulmonar. Se ha dicho que
la generación de estos radicales libres oxidantes es el precio que la vida tuvo que pagar para poder
respirar el oxígeno del aire.

Ahora bien, un organismo sano genera también antioxidantes, los que equilibran la producción de
radicales libres oxidantes. Un cuerpo sano tiene un perfecto equilibrio entre oxidantes y
antioxidantes.

Pero este equilibrio puede alterarse. Una causa, inevitable, es el envejecimiento. Este trae aparejado
un aumento en el número de radicales libres oxidantes, que le van ganado la batalla a los
antioxidantes.

Y otro factor es la radiación. Esto trae una consecuencia muy interesante. La radiación estimula la
formación de radicales libres oxidantes en las células y, por lo tanto, origina a nivel celular, en forma
acelerada, lo mismo que produce el envejecimiento a largo plazo. Las células experimentan una
especie de envejecimiento celular prematuro y, por ello, los tumores inducidos por la radiación en
personas jóvenes son similares a los tumores que se originan espontáneamente en personas ancianas.

Una curiosidad histórica: esta analogía entre los efectos de la radiación, el exceso de oxígeno y el
envejecimiento fue descubierta por una gran bioquímica argentina: Rebeca Gerschman (1903-1986).
Su trabajo “Oxygen poisoning and X-irradiation: a mechanism in common”, publicado en 1954,
marcó un hito en la investigación sobre los efectos biológicos de la radiación 14. ¿Ustedes la conocen
u oyeron hablar de ella? Seguramente no. Sería bueno que los argentinos conozcamos que en
Argentina hubo (y hay) ciencia y científicos de alto nivel y calidad.

3.4.3. La teoría del blanco

Las células contienen muchos tipos de moléculas, la mayoría de las cuales se encuentran en
superabundancia. El daño de la radiación a dichas moléculas probablemente no produciría ninguna
lesión notable debido a que están disponibles moléculas similares para continuar sosteniendo el
funcionamiento de la célula.

Sin embargo, existen algunas moléculas que son fundamentales para el funcionamiento celular. Estas
son las moléculas blanco. No son abundantes en cada célula, por ello, el daño de la radiación a la

14
El título del trabajo de por sí es significativo. Con respecto a la toxicidad del oxígeno, la Dra.
Gerschman afirmó que “Lo que da la vida es lo que la quita”.
molécula blanco podría afectar a la célula gravemente porque habría pocas o ninguna molécula
equivalente para reemplazarla.

En las células humanas, la molécula blanco fundamental es el ADN. En la teoría del blanco se
considera que el blanco es un área de la célula ocupada por la molécula blanco o por un lugar
sensible de la molécula blanco.

Las interacciones entre la radiación y las estructuras celulares son aleatorias, no existe ningún
“favoritismo” de la radiación hacia la molécula blanco; la sensibilidad de esta última a la radiación es
sólo una consecuencia de su función vital dentro de la célula.

Cuando la radiación interactúa con la molécula blanco, se dice que ha sucedido un impacto. También
se considera impacto cuando la radiación interactúa con moléculas que pueden afectar indirectamente
a la molécula blanco, hablaríamos así de impactos directos e indirectos.

3.5. Radiosensibilidad de órganos y tejidos

Los distintos órganos y tejidos presentan diferentes valores de radiosensibilidad, los que
se reflejan en el factor de ponderación que debe utilizarse para el cálculo de la dosis
efectiva y de la dosis efectiva característica.

La radiosensibilidad de un tejido puede evaluarse a partir de la “Ley de la


Radiosensibilidad”, elaborada por los científicos franceses Bergognie y Tribondeau en
1920. Esta ley es sólo aproximada y su relevancia es básicamente histórica, pero
permite adquirir una primera impresión del tema. Su enunciado es el siguiente:

“La radiosensibilidad de un tejido es directamente proporcional a su capacidad


reproductiva e inversamente proporcional a su grado de diferenciación o
especialización”

Por lo tanto, aquellos tejidos de alta capacidad reproductiva (por ejemplo, el tejido
hematopoyético, productor de sangre15), presentan un grado de radiosensibilidad mucho
más elevado que los tejidos de reproducción baja o nula y altamente especializados (por
ejemplo, el tejido nervioso).

De esta forma, puede elaborarse una jerarquía de radiosensibilidad para los diferentes
tejidos, en orden decreciente, a saber:

Nivel 1: tejido hematopoyético, epitelios gonadales e intestinales.


Nivel 2: epitelio faríngeo, esofágico, gástrico, ureteral, vertebral, de vejiga,
cristalino16.
Nivel 3: conectivo intersticial del sistema nervioso, vascular, óseo y cartilaginoso de
crecimiento.
Nivel 4: cartílago maduro, riñón, pulmón, páncreas, glándulas serosas y endócrinas.
Nivel 5: músculo y neuronas.

15
No se debe confundir el tejido productor de sangre con los componentes de la sangre propiamente
dichos. Los glóbulos rojos, por ejemplo, por carecer de núcleo no pueden reproducirse por sí mismos y
presentan, por lo tanto, una radiosensibilidad muy baja.
16
Obsérvese la elevada radiosensibilidad del cristalino del ojo, lo que debe ser tenido muy en cuenta por
los técnicos que trabajan en fluoroscopia.
A partir de la ley de Bergognie y Tribondeau, les pedimos que respondan las siguientes
preguntas, y justifiquen su respuesta.

P.: ¿Quién será más radiosensible, el embrión o el adulto? ¿El embrión en sus
primeras etapas o cerca del nacimiento?
P.: ¿Por qué se dice que una célula es más radiosensible durante la mitosis?
P.: ¿Será más radiosensible una célula madre o una célula diferenciada?

Nota: la ley de Bergognie y Tribondeau tiene excepciones. Por ejemplo, los


linfocitos son células muy diferenciadas y, sin embargo, son altamente
radiosensibles.

Además, hay una serie de factores que influyen en la radiosensibilidad de los órganos y
de los tejidos. Estos factores pueden ser físicos, químicos o biológicos.

Factores físicos

Entre los factores físicos se encuentran la TLE, la EBR y la forma en que administra la
radiación.

La TLE es la Transferencia Lineal de Energía, y ya hemos hablado de ella al describir


los distintos tipos de radiaciones. Obviamente, cuanto mayor sea la TLE, mayor será el
riesgo implícito en algún tipo de radiación ionizante. En la Tabla N° 8 presentamos, a
efectos comparativos, los valores de la TLE para varios tipos de radiaciones.

Tipo de radiación TLE (keV/μ)


RX de alta energía (25 MeV) 0.2
Rγ del Co60 0.25
e- de 1 MeV 0.3
RX de diagnóstico 3
p+ de 10 MeV 4
neutrones rápidos 50
Rα de 5 MeV 100
Núcleos pesados 1000

Tabla N° 8. TLE de las radiaciones ionizantes

P.: ¿Por qué la TLE se mide en keV/μ?


R.: Porque la TLE es energía transferida en una cierta distancia; el keV es unidad de
energía y el μ de longitud o distancia.

La EBR (Eficacia Biológica Relativa, en algunos textos denominada Factor de Calidad)


fue estudiada cuando definimos la dosis equivalente. La EBR indica cuán eficaz es
determinada radiación para producir efectos biológicos, depende de la TLE y , en
general, es mayor para las radiaciones formadas por partículas, por el hecho de que
producen ionizaciones más “concentradas”.
La forma en que se administra la radiación puede disminuir considerablemente los
riesgos biológicos. Obviamente, el mayor peligro lo constituye una dosis alta recibida
“de golpe”. En radioterapia hay dos procedimiento rutinarios para poder aplicar
radiación en tratamientos oncológicos reduciendo al mínimo los daños en órganos
sanos: el fraccionamiento (aplicar una dosis alta en etapas fraccionadas, dejando un
intervalo de tiempo entre ellas para favorecer la recuperación de los tejidos) y la
protracción17 (aplicar una dosis pequeña pero en forma continua, durante un largo
período de tiempo).

Factores químicos

Hay algunos compuestos químicos que pueden modificar la radiosensibilidad de


órganos y tejidos, ya sea para aumentarla (radiosensibilizantes) o para disminuirla
(radioprotectores). Entre los primeros, empleados en radioterapia para incrementar la
radiosensibilidad de los tumores, destaca la vitamina K, mientras que entre los segundos
encontramos compuestos de moléculas con grupo sulfhidrilo. En ambos casos, estos
compuestos químicos deben estar presentes en el momento de la irradiación para ser
efectivos18.

Factores biológicos

Obviamente, hay numerosos factores biológicos que influyen en la radiosensibilidad.


Entre ellos figuran el sexo, la edad y el contenido de oxígeno.

Con respecto al sexo, como siempre las mujeres son menos sensibles que los hombres,
aproximadamente entre 5% y 10% menos sensibles a la radiación (para otras cuestiones
la diferencia es todavía mayor). P.: ¿Por qué?

La radiosensibilidad cambia fuertemente con la edad. Es máxima en el período


embrionario (fundamentalmente en las primeras etapas de la gestación), se reduce
progresivamente desde el nacimiento hasta llegar a la edad adulta, y luego vuelve a
aumentar con la vejez.

Finalmente, el contenido de oxígeno es uno de los factores más importantes. En tal


sentido, un tejido puede encontrarse en condiciones aeróbicas (oxigenación plena), de
hipoxia (baja oxigenación) o de anoxia (sin oxígeno). La experiencia prueba que la
radiosensibilidad es máxima en condiciones aeróbicas.

Para medir esto, se ha definido la RPO (Relación de Potenciación del Oxígeno), en la


siguiente forma:

DAn
RPO 
DAer

17
La protracción puede considerarse como un caso extremo de hiperfraccionamiento acelerado.
18
El empleo de los radioprotectores todavía no es práctico porque, hasta donde se conoce, sólo son
eficaces cuando se administran en cantidades tales que los vuelven tóxicos. Aclaremos además que los
compuestos mencionados no son los únicos radiosensibilizantes o radioprotectores; sólo los indicamos
como ejemplos, pero existen otros.
donde DAn es la dosis necesaria para producir un efecto en condiciones de anoxia y
DAer es la dosis necesaria para producir un efecto en condiciones aeróbicas.

Esta relación de la radiosensibilidad con el contenido de oxígeno tiene una aplicación


muy conocida en radioterapia, donde la irradiación de un tejido se realiza siempre en
condiciones de plena oxigenación. Por ello, se suele inyectar oxígeno hiperbárico
(oxígeno a alta presión), para elevar la radiosensibilidad de los tumores nodulares
avasculares, que son menos sensibles a la radiación que las neoplasias malignas, las que
presentan un importante contenido de sangre y, por ende, de oxígeno.

P.: ¿Por qué el contenido de oxígeno incrementa la radiosensibilidad?


R.: Repasar lo estudiado a propósito de la vías directa e indirecta, la teoría del blanco y
el equilibrio entre oxidantes y antioxidantes. “El oxígeno es el radiosensibilizante
universal”.

3.6. Efectos determinísticos y estocásticos

Desde el punto de vista de la radiopatología 19 los efectos biológicos de la radiación se


dividen en dos grandes grupos: determinísticos y estocásticos. “Determinístico”
significa un efecto tal que, dada la causa que lo produce, ocurre inevitablemente.
“Estocástico” es sinónimo de estadístico, aleatorio, un efecto que, dada la causa, puede
ocurrir o no. En la Tabla N° 9 se sintetizan las principales características de cada uno.

Determinísticos Estocásticos
Ocurren a Altas dosis Bajas dosis
Son de manifestación Temprana20 Tardía
Son efectos Visibles21 Visibles o invisibles
Dosis umbral22 Siempre existe Nunca existe
Su ocurrencia es Por relación causa - efecto Probabilística

Tabla N° 9. Efectos determinísticos y estocásticos

En esta Tabla pueden apreciarse los rasgos fundamentales presentados por los dos
grandes tipos de efectos que pueden ser causados por las radiaciones ionizantes. Desde
19
Es decir, desde el punto de vista del estudio de las patologías radioinducidas, tal como se manifiestan
exteriormente en un organismo humano. Existen otras clasificaciones: por ejemplo, la Radiobiología
divide estos efectos en somáticos y genéticos, interesándose exclusivamente por el tipo de células sobre
las que actúa la radiación. En la clasificación que hemos adoptado, que en la actualidad es la más
utilizada, las denominaciones somático y genético refieren a los dos tipos de efectos estocásticos.
20
Se manifiestan a lo sumo dos meses después de la irradiación.
21
A simple vista o al microscopio.
22
La dosis a partir de la cual comienza a manifestarse el efecto.
el punto de vista de la seguridad radiológica ordinaria los efectos estocásticos son
particularmente importantes. P.: ¿Por qué?

Asimismo, puede deducirse que las denominaciones determinísticos y estocásticos


hacen referencia a la forma de ocurrencia de estos efectos: los primeros ocurren siempre
que un individuo reciba ciertos valores de dosis, para los segundos puede establecerse
sólo la probabilidad de ocurrencia del efecto.

Los efectos biológicos de la radiación: dos grandes tipos

DETERMINISTICOS ESTOCASTICOS

Figura Nº 7. Efectos determinísticos Figura Nº 8. Efectos estocásticos

3.7. Los efectos determinísticos

En la Figura N° 7 se representa la severidad de un efecto determinístico en función de la


dosis. Puede observarse que, a dosis bajas, no existe efecto, y que el mismo recién se
manifiesta a partir de una dosis umbral (DU). Por debajo de la dosis umbral no existe
efecto. En caso de que no se realice tratamiento alguno el resultado final de los efectos
determinísticos es siempre la muerte, ya sea la muerte del individuo o de algún tejido
particular23.

P.: En la Figura N° 7, indicar dónde se encuentra la dosis umbral

P.: En la Figura N° 7, voluntariamente, se deslizó un error; ¿cuál es? (sugerencia:


pensar si tiene sentido graficar la frecuencia de los efectos determinísticos en
función de la dosis)

23
Por ello, más que hablar de muerte, deberíamos decir “necrosis”.
P.: En la Figura N° 7, ¿qué ocurrió cuando la curva 24, después de aumentar, entra
en una “meseta”.

Los efectos determinísticos, a su vez, se clasifican en: efectos por irradiación localizada
y por irradiación a cuerpo completo.

Los efectos por irradiación localizada pueden ocurrir en accidentes leves o como
consecuencia de la aplicación de radiaciones para tratamientos de radioterapia. Uno de
los más frecuentes y conocidos es la radiodermitis, el efecto de la radiación sobre la piel
(la mal llamada “quemadura” por radiación). Esta puede presentarse en tres niveles
diferentes:

radiodermitis seca: es el eritema, es decir, el enrojecimento y resecamiento de la piel.


D.U.: 5 Gy25.

radiodermitis exhudativa: lo anterior, más depilación y problemas vasculares. D.U.: 12


Gy.

radionecrosis: para dosis muy altas, es la muerte del tejido dérmico.

En la Tabla N° 10 se muestran los principales efectos determinísticos por irradiación


localizada, con las dosis umbrales correspondientes (fuente: Curso de Radiofísica
Sanitaria del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, año 2001).

Producido por irradiación en D.U. (Gy)


Cataratas Cabeza 2
Cataratas irreversibles Cabeza 10
Hipotiroidismo Cuello 10 (7 para niños)
Neumonitis Tórax 8
Deplexión de la mucosa Abdomen 10
gastrointestinal (mortal)
Depresión en el recuento Pelvis (varones) 0,15
de esperma
Impedimento temporal de Pelvis (mujeres) 0,65
la fertilidad ovárica
Esterilidad permanente Pelvis (ambos sexos) 3
Radiodermitis seca Piel 5
Radiodermitis exhudativa Piel 12
Radionecrosis Piel 15
Cambios neurológicos Niños, sin especificación de zona 1
Detención del crecimento Niños, sin especificación de zona 1
óseo
Reducción en el número Cualquier zona Sin umbral26
de linfocitos
24
Esta curva, matemáticamente, se denomina una “sigmoide”.
25
Aquí vemos la importancia de la clasificación según la irradiación sea a cuerpo completo o localizada.
5 Gy a cuerpo completo son mortales.
26
Si bien este efecto se presenta para cualquier valor de dosis, sus otras características (por ejemplo,
manifestación inmediata) autorizan a clasificarlo entre los determinísticos.
Tabla N° 10. Efectos determinísticos por irradiación localizada

Con respecto a este último efecto, es interesante observar las modificaciones que la
radiación puede provocar en los linfocitos humanos.

A B
Figura Nº 9. Linfocitos humanos normal (A) y afectado (B)

En el esquema de la izquierda de la Figura Nº 9 se muestra un linfocito humano normal,


en el que los cromosomas están distribuidos uniformemente; mientras que en el de la
derecha los cromosomas y el núcleo se encuentran fragmentados27.

Los efectos por irradiación a cuerpo completo son habitualmente mortales y ocurren
sólo en los casos de accidentes graves. En tales casos, el daño por radiación acostumbra
seguir la siguiente evolución:

a) irradiación total del cuerpo


b) sindrome prodrómico: conjunto de síntomas (náuseas, vómitos, malestar
general), que desaparecen al cabo de cierto tiempo, dependiendo de la dosis.
Todos estos síntomas son característicos de la acción de la radiación.
c) período de latencia: período que puede durar de algunas horas a dos meses, en
el que desaparecen los síntomas exteriores, pero durante el cual se están
realizando profundos y nocivos cambios celulares en el individuo irradiado.
d) síndrome de enfermedad manifiesta, que puede ser:
- hematológico
- gastrointestinal
- del sistema nervioso central

El conjunto de las diversas fases, con sus síntomas correspondientes, se presenta en la


Tabla N° 11.

27
Recuerden que habíamos dicho que es en los cromosomas donde los efectos biológicos de la radiación
se vuelven visibles por primera vez.
Fase Dosis (Gy) Tiempo de Signos y síntomas
supervivencia clínicos
media (días)
Síndrome >1 ---------------- náuseas, vómitos,
prodrómico diarrea
Período de 1-100 -------------------- ninguno
latencia
Síndrome 2-10 10-60 náuseas, vómitos,
hematológico28 diarrea, anemia,
leucopenia,
hemorragia, fiebre,
infecciones
Síndrome 10-50 4-10 los mismos más
gastrointestinal desequilibrio
electrolítico, letargia,
fatiga, estado de shock
Síndrome del >50 0-3 los mismos más ataxia,
sistema nervioso edemas, vasculitis,
central meningitis

Tabla N° 11. Síndromes debidos a efectos determinísticos por irradiación a cuerpo

3.8. Los efectos estocásticos

En la Figura N° 8 se puede ver que, en el gráfico correspondiente a los efectos


estocásticos, se representa, en lugar de la severidad como era el caso de los efectos
determinísticos, la probabilidad del efecto en función de la dosis. Los efectos
estocásticos, por lo tanto, son probables o aleatorios, es decir, no-determinísticos. Nunca
se puede decir con un 100% de certeza si tal o cual efecto estocástico va a ocurrir o no.
Puede advertirse también que se trata de efectos sin umbral, para los que existe, por
consiguiente, una cierta probabilidad de ocurrencia aún cuando las dosis involucradas
sean muy bajas.

Los efectos estocásticos son especialmente importantes para este estudio, porque ellos
son los efectos que pueden tener lugar como consecuencia de la exposición continua a
dosis muy bajas de radiación, tal como ocurre con los trabajadores del área.
Paradójicamente, sin embargo, debido al gran número de casos estudiados como
consecuencia de Hiroshima, Nagasaki, Chernobyl, etc., se posee un conocimiento
mucho más acabado acerca de los efectos determinísticos. Y aquí hay un problema
importante: nuestro conocimiento actual acerca de los efectos estocásticos es, en gran
medida, una extrapolación de lo que efectivamente se conoce acerca de los
determinísticos. En efecto, se parte de lo que se ha observado con dosis altas, y a partir
de allí se deduce lo que ocurriría con dosis más bajas. Esto puede no ser correcto, pero
es la forma en que, mayormente, se ha trabajado hasta ahora.

Los efectos estocásticos o aleatorios pueden ser:


28
De los tres síndromes, este es el único que presenta una cierta posibilidad de recuperación.
a) cáncer radioinducido, del que el ejemplo típico es la leucemia, o
b) mutaciones puntuales hereditarias, es decir, cambios específicos en la cadena
de bases del ADN, que da como resultado anomalías en la descendencia29.

El cáncer radioinducido es resultado de la acción de la radiación sobre células


somáticas, mientras que las mutaciones hereditarias resultan de tal acción sobre células
genéticas (óvulo y espermatozoide).

P.: Suponga que en un servicio de radiología, trabajan diez técnicos. Uno de ellos se realiza un
análisis de sangre, en el que se detecta una importante reducción en algún componente
sanguíneo, digamos en los glóbulos blancos. ¿Puede atribuirlo, sin mayor análisis, a la
radiación?
R.: No. Porque como hablamos de dosis bajas, se trata de efectos estocásticos, de naturaleza
estadística y que los experimente uno sólo entre diez técnicos es un porcentaje muy bajo. Por
supuesto, tampoco podría afirmarse que la causa no fue la radiación, porque podría ocurrir que ese
técnico fuese especialmente radiosensible, o que su forma de trabajar sea incorrecta. Lo que se
debería hacer, entonces, es efectuar más análisis. Y esto es muy importante: las patologías inducidas
por la radiación son exactamente iguales a las inducidas por otros factores. Un cáncer de pulmón,
por ejemplo, inducido por radiación, es exactamente igual a un cáncer de pulmón inducido por el
cigarrillo. Por ello, debemos ser muy prudentes cuando decimos que tal o cual patología fue
“causada por la radiación”.

P.: Y ahora, volvamos a nuestros diez técnicos. Suponga que un análisis de sangre, realizado a
los diez trabajadores, detecta una pequeña reducción en algún componente sanguíneo, digamos
en los glóbulos blancos, evidenciada en un pequeño corrimiento estadístico respecto de la
media. ¿Puede atribuirse a la radiación?
R.: Si. Estos corrimientos estadísticos son los que definen, precisamente, a los efectos
estocásticos.

E fe c to s b io ló g ic o s

M u e r te c e lu la r T r a n s fo r m a c ió n c e lu la r E n e l fe to

D e t e r m in í s t ic o E s t o c á s t ic o A n te n a ta l
S o m á t ic o S o m á t ic o y h e r e d it a r io S o m á t ic o y h e r e d it a r io
C lin ic a m e n t e a t r ib u ib le a E p id e m io ló g ic a m e n t e a fe c t a a l fe to o
e x p o s ic ió n in d iv id u a l a t r ib u ib le a p o b la c io n e s a d e s c e n d ie n t e s
Figura N° 10. Efectos biológicos de la radiación

3.9. El cáncer radioinducido

Un cáncer radioinducido está asociado generalmente a una o varias mutaciones que conducen a la
modificación o a la pérdida de función de uno o más genes. Existen dos tipos de genes vinculados al
cáncer: los oncogenes y los antioncogenes.

29
Ès prácticamente el único caso en que se heredan los caracteres adquiridos. Por otro lado, no es
enteramente correcto identificar estos efectos como genéticos en forma exclusiva. El cáncer
radioinducido, aún cuando no sea estrictamente hereditario, implica una alteración en la síntesis de las
proteínas, que codifica el ADN.
Los antioncogenes son genes supresores de tumores. Su función es regular el funcionamiento celular,
especialmente la reproducción y proliferación celular.

Los oncogenes, como tales, no existen en las células normales, ya que derivan de los proto-
oncogenes, que sólo son funcionales durante el período embrionario.

Un proceso oncológico puede, por lo tanto, originarse a través de dos procesos: por la desactivación
de un antioncogen o por la activación de un oncogen. P.: Explique con detalle esta afirmación.

Los cánceres radioinducidos parecen provenir de mutaciones en los antioncogenes. Hasta donde se
sabe, el único cáncer inducido por radiación que se produce por efecto sobre los oncogenes es el
cáncer de tiroides.

En general, la patogénesis del cáncer es compleja, consistiendo en un proceso en varias etapas. La


iniciación se produce a nivel celular, en una proporción de células muy pequeña 30. Sigue luego un
largo período de latencia31, hasta manifestarse el tumor clínicamente evidente.

Debido a que la acción de la radiación sobre las células puede visualizarse como un envejecimiento
prematuro de las mismas (repasar el tema del desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes), los
tumores radioinducidos, en personas de cualquier edad, son similares a los tumores que surgen
espontáneamente en personas ancianas.

3.10. Las mutaciones hereditarias

Este es un tema sobre el cual todavía se está experimentando y del que, de ninguna manera, puede
decirse que esté dicha la última palabra. De acuerdo con Bushong (1999) esta es el área “más
desconocida en la biología de la radiación…esencialmente, todos los datos que indican que la
radiación produce efectos genéticos proceden de experimentos a gran escala con moscas y ratones”.
No se poseen estudios concluyentes que indiquen la presencia de tales efectos en seres humanos, si
bien tales efectos han sido detectados en moscas desde el año 1927. Otros experimentos, iniciados en
1946 y que continúan en la actualidad han trabajado sobre la increíble cantidad de 8000000 de
ratones, concluyendo que la tasa media de mutaciones por unidad de dosis absorbida es en los ratones
un 15% mayor que en las moscas. Se desconoce si en los seres humanos tal tasa será todavía mayor,
aunque es probable que efectivamente lo sea. De todas formas, para las bajas dosis involucradas en la
práctica radiológica los efectos hereditarios son prácticamente despreciables.

Por lo que sabemos hasta ahora, podemos afirmar que las mutaciones hereditarias inducidas por
radiación tienen las siguientes características:

a) son el resultado de la irradiación de células genéticas (óvulo y espermatozoide)

b) son siempre nocivas, no se han observado mutaciones inducidas por radiación que impliquen una
mejora biológica

c) son efectos estocásticos y, por lo tanto, no tienen umbral

d) la frecuencia de las mutaciones es directamente proporcional a la dosis

e) se dan más frecuentemente por irradiación en machos (los óvulos dañados por radiación se
recuperan rápidamente)

f) generalmente son recesivas. Por lo tanto, es necesario que los genes mutantes estén presentes
tanto en el hombre como en la mujer para que se manifieste el rasgo. Como consecuencia, ciertas
mutaciones pueden no expresarse durante varias generaciones.

30
De hecho, una de las teorías que se maneja es la teoría monocelular, según la cual el proceso
oncológico comienza con mutaciones en una única célula.
31
Por ejemplo, se considera que la leucemia radioinducida tiene un período de latencia de 4 a 7 años y un
período de riesgo de unos 20 años.
g) la frecuencia de las mutaciones radioinducidas es baja

A partir de todo lo anterior, ustedes qué opinan: ¿las mutaciones hereditarias son el riesgo biológico
por radiación más importante o no?

3.11. Los efectos de las radiaciones ionizantes durante las distintas etapas del embarazo

Este es un tema muy interesante e importante, sobre todo para las mujeres, que debemos examinar
con mucho cuidado y en el que es fundamental que, en todo momento, tengamos muy claro cuándo
hablamos de una paciente y cuándo hablamos de una técnica. Veamos, entonces, cuáles son los
efectos que la radiación puede producir a lo largo de las diversas etapas de la gestación:

a) Desde la última menstruación hasta el instante de la concepción: Nada. Las irradiaciones antes de
la concepción no afectan al futuro embrión. De todas formas, si se recibió a nivel de la pelvis una
dosis superior a 0.1 Gy se recomienda retrasar la concepción en unos días si fue irradiada una mujer
y aproximadamente 60 días si fue un hombre32. Hay una excepción: cuando se produce
contaminación, porque en ese caso el material radiactivo se incorpora al metabolismo de la mujer, y
puede ser transferido al feto. Por lo tanto, una mujer que, por ejemplo, se somete a un estudio de
Medicina Nuclear, durante un tiempo prudencial no debe quedar embarazada.

b) Desde la concepción hasta el 6° día de embarazo: Aquí sólo puede producirse un aborto
radioinducido. Este es un efecto determinístico, con una dosis umbral de 0.1 Gy. Por debajo de la
misma no existe riesgo alguno de malformaciones u otras patologías.

c) Desde el 6° día hasta la 8° semana: Este es un período muy riesgoso, fundamentalmente para las
pacientes. Aquí existe un riesgo de producción de teratogenias (malformaciones). Son efectos cuasi-
estocásticos, que presentan (al igual que los efectos determinísticos) una dosis umbral de
aproximadamente 0.05 Gy.

d) Desde la 8° semana hasta la 15° semana de embarazo. Este es el período más riesgoso de todos,
tanto para las pacientes como para las técnicas, porque la patología que puede originarse es el
retardo mental, con una dosis umbral de 0.2 Gy.

Vamos a profundizar un poco más en este último período.

P.: Habíamos dicho que el tejido nervioso es muy poco radiosensible. ¿Por qué, entonces, este
riesgo de retardo mental?
R.: Porque en este período de la gestación se está formado la corteza cerebral, de donde las células
nerviosas de la misma presentan un tasa reproductiva muy alta.

P.: ¿Qué ocurre, en ese período, si una paciente se saca una sola placa radiográfica? ¿Y qué
ocurre con las dosis muy bajas que una técnica puede recibir como consecuencia de su práctica
profesional?
R.: Esta es una pregunta delicada. Para responderla, observen la gráfica del cociente intelectual, que
se muestra a continuación.

32
El tema de la irradiación en el hombre es complejo. Los espermatozoides pasan por varias fases en su
evolución antes de llegar al estado maduro, la máxima radiosensibilidad la poseen en su estado de células
madre (espermatogonias). La precaución de aguardar entre 60 y 120 días proviene de que en ese lapso
todas las espermatogonias irradiadas han madurado y desaparecido.
El cociente intelectual de 100 es el promedio, por debajo de 70 se considera sub-normal y por encima
de 130 superior a lo normal33. Les dejamos algunas preguntas para que reflexionen:

Consideren un niño en período de gestación al que su desarrollo neuronal lo hubiese conducido a un


cociente intelectual de 10034. ¿Qué podría ocurrir si su madre se saca una sola radiografía?

Y ahora consideren la misma situación, pero con un niño que una vez adulto hubiese llegado a un
cociente de 70.

Después de unos momentos de discusión, seguramente arribarán a las siguientes conclusiones:

- Desde la 8° semana hasta la 15° semana de embarazo las mujeres NO deben sacarse placas
radiográficas, a menos que sea absolutamente necesario.

- En ese mismo período, las técnicas NO deben trabajar (lo que significa irse a su casa, y no ser
transferidas para realizar tareas administrativas).

Después de la 15° semana la radiosensibilidad del embrión disminuye, aún cuando continúa siendo
unas tres veces más radiosensible que un adulto.

¿Qué podemos decir acerca de la irradiación a término, es decir, la realizada muy cerca del momento
del alumbramiento?
33
Todo eso, por supuesto, es arbitrario, y, probablemente, muchos de nosotros no estemos de acuerdo con
el rótulo “sub-normal”, pero es aquello con lo que la sociedad de maneja.
34
Por supuesto, esto es una simplificación muy grosera, porque no tiene en cuenta los futuros efectos de
la educación la capacidad intelectual del niño. Nuestro interés no radica aquí en formular una teoría del
cociente intelectual humano, sino ejemplificar los efectos biológicos de la radiación.
Si la irradiación se realiza cerca de la zona abdominal, la dosis que va a recibir el embrión a punto de
nacer es elevada. Por ello, en este período no deben realizarse irradiaciones “por gusto”. Pero puede
ocurrir que tales irradiaciones sean inevitables, por ejemplo, en el caso de una mujer cerca de dar a
luz que sufre fractura de un muslo. En casos como ese, la placa radiográfica, con la consecuente
irradiación, son imprescindibles. Lo único que puede decirse es que se trata, entonces, de una
cuestión de decisión médica, en la que el profesional debe evaluar la ecuación riesgo vs. beneficio y,
si se decide llevar a cabo la radiografía, el técnico debe extremar todas las precauciones (delantal
plomado sobre la zona abdominal, excelente colimación, etc.).

P.: ¿Una mujer debería sacarse mamografías durante el período de la lactancia?


R.: No. Porque de los diversos tejidos de la mama, el glandular es el de mayor radiosensibilidad y,
por lo tanto, es el más fácilmente afectado por la radiación. Durante la lactancia los conductos
galactóforos se ensanchan (por eso la mama aumenta de volumen), de forma tal que la mama ofrece a
la radiación una superficie de tejido radiosensible mayor que en otras circunstancias. El riesgo,
entonces, es para la madre.

P.: ¿Una mujer puede recibir tratamientos de Medicina Nuclear durante el período de la
lactancia?
R.: No. Porque tales tratamientos implican introducir en el cuerpo isótopos radiactivos que luego son
eliminados por distintas vías: orina, heces, sudor, leche materna. El riesgo, entonces, consiste en
recibir leche con alguna cantidad de material radiactivo, y es para el hijo.

Apéndice I: Algunos datos sobre la posibilidad de inducción de cáncer de mama por radiación

Este es un tema controversial, sobre el cual no existe aún un veredicto definitivo, y que empezó a
estudiarse aproximadamente hacia 1960, a partir de una serie de artículos referidos a la presencia de
cáncer de mama en enfermos de tuberculosis.

¿Qué ocurría? Durante muchos años el tratamiento de la tuberculosis requería la realización de


numerosas fluoroscopias del pecho, que se efectuaban sin intensificador de imágenes e implicaban,
por lo tanto, dosis importantes.

Ahora bien, lo más extraño es que había un grupo de pacientes que, a pesar de haberse sometido a los
mismos exámenes fluoroscópicos que el resto, no manifestaban incremento alguno en la tasa de
cáncer de mama.

P.: ¿Podrían explicar eso?


R.: Esto se explica por la forma en que se efectuaba la fluoroscopia. En este último grupo, la/el
paciente se colocaba de espaldas al tubo, de forma tal que sobre sus mamas incidía radiación de baja
intensidad. En los otros casos, por el contrario, la/el paciente se ubicaba de frente al tubo.

También se ha detectado cáncer de mama radioinducido en pacientes tratadas con rayos X por
mastitis posparto aguda, y en mujeres supervivientes de las bombas atómicas. Un dato que certifica el
origen de esos tumores es que, en los casos en que sólo una de las dos mamas fue irradiada, sólo en
ella se desarrolló un proceso oncológico.

De todas formas, las investigaciones también parecen indicar que la probabilidad de estos tumores es
baja, o muy baja.

¿Qué concluimos entonces?

Concluimos que la mamografía es una técnica de diagnóstico por imágenes útil y práctica, que puede
salvar vidas y que debe ser considerada un estudio médico seguro, pero que debe practicarse en el
momento de la vida en que es realmente útil y con las precauciones y cuidados que hacen a toda
buena práctica radiológica.

Apéndice II: Una síntesis de lo estudiado

Vean la Figura siguiente, estúdienla con cuidado y adviertan cómo ella sintetiza prácticamente todo
lo que hemos estudiado acerca de los efectos biológicos causados por las radiaciones ionizantes.
La Dra. Rebeca Gerschman, bioquímica argentina que explicó la analogía existente entre los efectos
biológicos de las radiaciones ionizantes y la formación de radicales libres del oxígeno.

Capítulo VI: Ecografía

6.1. Ultrasonografía

La ecografía es una técnica de diagnóstico por imágenes muy diferente a todo lo que estudiamos
hasta ahora. En primer lugar, digamos que ustedes, como Técnicos Radiólogos, no van a estar
habilitados para realizar ecografías. Sin embargo, debido a su importancia en el campo de las
imágenes, es necesario que tengan algunas nociones, aunque sea elementales, acerca de esta técnica.

El nombre técnico más apropiado para la ecografía es ultrasonografía. Esto nos indica que la
ecografía no emplea rayos X, ni siquiera algún tipo de ondas electromagnéticas, sino ultrasonidos.

P.: ¿Qué tipo de onda son los ultrasonidos?


R.: Ondas mecánicas.

P.: Siendo ondas mecánicas, ¿se pueden propagar en el vacío?


R.: No, necesitan un medio material para poder propagarse.

El medio en el que los ultrasonidos se propagan mejor es el medio líquido, básicamente el agua. Esto
les debe permitir comprender por qué antes de una ecografía uterina, prostática, etc., el paciente debe
ingerir abundante cantidad de agua, y por qué las ecografías son tan útiles desde el punto de vista
obstétrico (recuerden que el embrión está inmerso en el líquido amniótico).

P.: Los efectos biológicos asociados con las radiaciones ionizantes, ¿también serán importantes
en la ecografía?
R.: No, por lo que dijimos previamente, no utiliza ondas electromagnéticas. En eso radica una de sus
ventajas principales.

La siguiente, es una declaración sobre la seguridad del ultrasonido clínico efectuada por
el Instituto Americano de Ultrasonido en Medicina en el año de 1983 y repetida en
1993:

”No ha sido reportado ningún efecto biológico confirmado en pacientes o personal


médico y paramédico causados por la exposición o manejo del ultrasonido diagnóstico.
Aunque no se puede descartar la posibilidad de que se presenten efectos biológicos en
el futuro, datos presentes indican grandes beneficios a los pacientes con el uso
prudente, sobrevalorando los riesgos, si acaso existiese alguno.”
En 1988 la FDA interpuso como requisito una exposición menor a 100mW/cm 2 en un
intervalo de tiempo no mayor de 1seg.

6.2. El espectro acústico

Así como existe un espectro electromagnético, que estudiamos en Física I, hay también un espectro
acústico, en el que se agrupan todas las ondas acústicas según su frecuencia.

Como se puede apreciar en la Figura N° 27, los ultrasonidos son ondas acústicas inaudibles, de
frecuencias superiores a los 20000 Hz. Recordemos que los frecuencias altas le corresponden a los
sonidos agudos, y las bajas a los graves. El rango de frecuencias que el oído humano puede percibir
está comprendido entre los 20 Hz y los 20000 Hz. Por lo tanto, los ultrasonidos poseen una
frecuencia superior al sonido agudo de mayor frecuencia que el ser humano puede escuchar.

Figura N° 27. El espectro acústico

6.3. Producción de ultrasonidos

El dispositivo generador de ultrasonidos es el transductor. Este consta básicamente de un cristal


piezoeléctrico, que tiene la propiedad de que, cuando se lo excita con ondas electromagnéticas (por
ej., las ondas de corriente alterna), vibra y emite ultrasonidos. El transductor, generalmente, se utiliza
al mismo tiempo como emisor y como receptor. En tales condiciones debe funcionar en modo
discontinuo, es decir, dejar un intervalo entre emisión y emisión, durante el cual recibe el eco. Si se
lo hace funcionar en modo continuo hacen falta dos transductores, uno que emite y otro que recibe.

Existen distintos modelos de transductores, dependiendo del tipo de estudio al que estén destinados.
Figura N° 28. Transductor lineal y transductor convex

6.4. La impedancia acústica

La impedancia acústica (Z) es la oposición que un tejido o un material determinado presenta a la


propagación de los ultrasonidos. Se puede pensar como el equivalente acústico de la resistencia
eléctrica. Matemáticamente, es el producto de la densidad del medio por la velocidad a la que se
propaga el sonido en el mismo. La atenuación de un medio se mide en decibeles/cm (dB/cm), y se
calcula con la fórmula:

E
At  10 ln
l

en la que At es la atenuación, ∆E es la pérdida relativa de energía y l la longitud recorrida por la


onda. Si, por ejemplo, un medio reduce la energía 10000 veces por cada cm, la atenuación total
resulta de 40 dB/cm.

Los ecos se producen en las interfases que separan medios con diferente impedancia acústica.
Cuanto mayor sea tal diferencia, mayor será la intensidad del eco.

P.: En una ecografía obstétrica, ¿cuáles son los dos medios bajo consideración?
R.: El líquido amniótico y el cuerpo del embrión.

P.: ¿Cuál es la interfase?


R.: El contorno del embrión y, por lo tanto, allí se producirán los ecos.

Obtenemos así interfases ecoicas, anecoicas o hiperecoicas.

P.: ¿Qué es el eco?


R.: La reflexión de los ultrasonidos.

P.: ¿Los ultrasonidos se reflejan en el agua?


R.: No, en el agua se propagan libremente.

P.: ¿Para qué se utiliza el gel?


R.: Para evitar que, entre el transductor y la superficie del cuerpo del paciente, exista alguna burbuja
de aire, porque esta evitaría la propagación del ultrasonido35.

IMÁGENES ANECOICAS

Se producen cuando el haz de ultrasonido atraviesa un medio sin interfases reflectantes


en su interior.

Suelen ser de este tipo las Lesiones Ocupantes de Espacio totalmente líquidas, tales
como los quistes.

35
Interviene aquí dos factores: la gran absorción de energía que realiza el aire y el cambio abrupto en la
impedancia acústica.
IMÁGENES HIPOECOICAS

Se producen cuando en el interior de la estructura existen interfases de menor


ecogenicidad o en menor número que en la estructura normal que la circunda.
Incluye algunas clases de tumores.

IMÁGENES HIPERECOICAS

Se producen cuando en el interior de esa estructura existen interfases muy ecogénicas o


en mucho mayor número que en el parénquima normal que la circunda.
Los ecos se visualizan blancos.

6.5. Modos de trabajo.

El ecógrafo puede trabajar en distintos “modos”, que dan origen a imágenes diferentes, las que
proporcionan distintas informaciones, a saber:

Modo A (amplitud): No representa una imagen propiamente dicha, sino la amplitud del
eco en función de la distancia. Son picos sobre una línea de base, donde la altura del
pico es proporcional a la intensidad del eco. Se utiliza para estudios oculares, entre
otros.

Modo B (brillo): es el más utilizado para diagnóstico por ultrasonido, por ejemplo en
ecografía obstétrica. Proporciona las imágenes ecográficas más habituales. Aquí, el
brillo es proporcional a la intensidad del eco.

Modo M (movimiento): Tiene sus aplicaciones en la evaluación del movimiento de las


válvulas cardiacas y la visualización del Doppler (ver más adelante).

Modo C (transmisión): No trabaja por eco, sino por transmisión del ultrasonido. No es
muy utilizado. Requiere el empleo de dos transductores: uno que emita y el otro que
reciba. Tiene su mayor aplicabilidad en tejidos más superficiales y relativamente
homogéneos, tales como los senos.

6.6. Otras aplicaciones

El efecto Doppler: Todos hemos experimentado el efecto Doppler alguna vez. Por ejemplo, si
estamos en el andén de una estación esperando el tren, el sonido del silbato nos “sonará” diferente
cuando el tren se acerca que cuando se aleja (¡hagan el experimento!). Esto se debe a que la
frecuencia aparente de una onda se modifica cuando la fuente emisora se encuentra en movimiento:
aumenta cuando la fuente se acerca al observador (sonido más agudo) y disminuye cuando se aleja
(sonido más grave). El efecto Doppler es ampliamente utilizado en ecografía cardíaca, y para evaluar
la velocidad del flujo sanguíneo, lo que permite detectar obstrucciones, etc.

Ultrasonido invasivo: A pesar de que la mayoría de los exámenes por ultrasonido se


llevan a cabo con transductores sobre la piel, algunos ultrasonidos invasivos son
realizados en el interior del cuerpo del paciente. Para estos exámenes, el transductor se
une a una sonda que es insertada en una abertura natural del cuerpo. Algunos ejemplos
son:
· Ecocardiograma transesofágico: El transductor es insertado en el esófago, para
obtener imágenes del corazón.
· Ultrasonido transrectal: El transductor es insertado en el recto del hombre, para
obtener imágenes de la próstata.
· Ultrasonido transvaginal: El transductor es insertado en la vagina, para obtener
imágenes del útero y los ovarios.

Apéndice I

Complementos de Tomografía Computada

El tema de tomografía computada ya fue tratado en Física II, por lo que aquí sólo veremos algunos
temas que nos quedaron pendientes en esa oportunidad.

Las generaciones de tomógrafos

A lo largo de la historia se han desarrollado distintas generaciones de aparatos de tomografía


computada, que pueden reducirse a cinco (esta clasificación varía según los autores).
Primera generación: Nunca se utilizó con propósitos diagnósticos, sino sólo para demostrar en forma
experimental la utilidad del procedimiento. Consta de un haz de rayos X finamente colimado y un
único detector, que realiza sucesivas traslaciones, en cada caso rotadas 1° respecto de la anterior.
Requería unas 180 rotaciones, y alrededor de cinco minutos para completar una imagen.

Segunda generación: Empleaban un haz menos colimado (“en abanico”), lo que tenía el
inconveniente de incrementar la radiación dispersa, así como un conjunto de detectores en lugar del
detector único. Las rotaciones se efectuaban en ángulos de 10°, lo que implicaba 18 rotaciones (un
total de 30 segundos, aproximadamente) para completar una imagen.

Tercera generación: El tubo y el conjunto de detectores giran alrededor del paciente, lo que requiere
cerca de 1 segundo para completar una imagen. Tenían el problema que, ocasionalmente, se
producían artefactos en forma de anillo.

Cuarta generación: El tubo de rayos X gira, pero el conjunto de detectores no. Emplea hasta 4000
detectores individuales. Presenta la desventaja de someter al paciente a una dosis de radiación
relativamente elevada.
Quinta generación: Existen muchos candidatos para esta denominación. El más firme es la TC
helicoidal, consistente en el giro del tubo y la traslación lineal simultánea del paciente, lo que da
como resultado un movimiento helicoidal o espiralado.

¿Sexta generación?: Quizás le corresponda a la TC multicorte, que trabaja con varias hileras de
detectores, y permite obtener una gran cantidad de cortes en un tiempo muy breve. La dosis de
radiación que el paciente recibe es elevada.
Tomógrafo Multicorte

Algunas imágenes

Tomografía computada de encéfalo. Se observa una hipodensidad de los lóbulos frontales


derecho e izquierdo y temporal derecho. (http://www.scielo.cl)
Tomografía computada de pelvis. Obsérvese la presencia de gas en toda la pared vesical
(http: //www.medspain.com)

Tomografía computada multicorte, que muestra una fractura inestable de pelvis


(http://cirugiavascularactual.blogspot.com)

Apéndice II: Operaciones con vectores – la regla del paralelogramo


Las siguientes son sólo algunas imágenes para que recuerden la suma y la descomposición de
vectores, que seguramente vieron (o no) en la escuela secundaria, y que les pueden resultar útiles
para comprender la RMN

a) Suma de vectores

b) Descomposición de un vector en dos componentes

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