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Hay una distinción importante entre tasas de interés compuestas y tasas de interés simples. Cuando el dinero se invierte a tasa de interés compuesta, cada
pago de intereses se reinvierte para ganar más intereses en periodos subsecuentes. Por el contrario, en una inversión que solamente paga una tasa de
interés simple, se pierde la oportunidad de ganar intereses sobre intereses. En la tabla 3.2 se compara el crecimiento de $100 invertidos a una tasa de interés
compuesta en lugar de una simple. Observe que en el caso del interés simple, únicamente se pagan intereses sobre la inversión inicial de $100, por lo que la
riqueza aumenta solamente $10 al año. En el caso del interés compuesto, se gana 10% sobre la inversión inicial en el primer año, con lo que se tiene un saldo
de 100 × 1.10 = $110 al final del año. Por su parte, en el segundo año se recibe otro 10% de $110 y, en consecuencia, el saldo al final ese año es de 100 ×
1.102 = $121. En la tabla 3.2 se destaca que la diferencia entre el interés simple y el compuesto es nula para una inversión de un periodo, pequeña para una
inversión de dos periodos, y abrumadora para una inversión de 10 años o más. Una suma de $100 que se hubiera invertido durante la Guerra de
Independencia a una tasa de interés compuesta de 10% anual hoy valdría más de $330 000 millones. ¿No le hubiera gustado que sus antecesores ahorraran
unos cuantos centavos?

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