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LO QUE QUEDA

DE, AUSCFI§TTTZ
El arcbiao y el testigo
HOMO SACER III

Giorgio Agamben

PRE,-TE,XTOS
Bianca Casalini Agamben in memondm
"essere alla portata.li tutto significa essere capaci di ttttto'

A Andrea, a Daniel y a Guido quienes, al discutir 6onmigo


estas páginas, han permitido que vieran la luz

L:r reproducción total o parcial de este libro, no autorizada por los eclitores,
viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser
previamente sc¡licitada.

la eclición: marzo cle 2OOO


la reimpresión: octubre de 2OO2
2a eclición correg4ida: septiembre 2O()5

Diseño cubierta: Pre-Textos (S. G. E.)

Título de la edición original en lengua italiana:


Ció cbe resta di Auschuitz: L'Arcbiuio e il testimone
(Homr¡ sacer III)

@ de la traducción y notas: Antonio Gimeno Cuspinera, 2000


@ Giorgio Agamben, 1999
O de la presente eclición:
pne-rsxros, 2005
Lr,ris Santángel, 10
4ó005 V: lencir

Ii\fpR[so ]lN lsp,qñe / I,RINTED IN spAIN


rsurv: B4-8191-688-9
Dl l'o'llo lLr,cl : V .)814'¿005
ADVERTENCIA

cedavez más am-


/'-\ racias a una serie de investigaciones
ty,r'r.l t,g.,."tut, entre las que e1 lilxo,de'tltoty:;::
,;, í;.,.;,oáe privilegio, el problet'19" las circunstancras
jurídicas ) en
Iristri¡icas (materiaies, ietttitui' burocráticas'
ha sido suficien-
,,, .. ,.,t" lugar el exterminio de los iudíos
venideras poclrán arro-
l('nr('nte aclarado. Las investigaciones
pero el cuadro de
t,u nrreva 1uz sobre u'ft:t'oJpzrrticulares'
,,,,,¡u,,to puecle darse ya por establecido'
Nltry cliversa es, sin;;;;tg"' la
situación por 1o que hace al
e incluso a la sim-
',irirrilit'ltclo ético y político iel exterminio'
decir' en último
,l. r'r)nrDreflsión humana de 1o aconteciclo; esalgo que se ase-
falta aquí
1,., ,,t,,r,r. ¿.-ttt actueliclad' No sólo
global'.sino también el sen-
;,',:i ',, trn intento cle comprensiÓn
de los verdugos y de las
rrr lo y llts rrtzones a.f to'rrpottamiento
pal¿bras siguen apa-
r rrlirrlrsi ttrttchas veces, hasta sus mismas
rr'r it'nrlo ('()tll() un insondable' relorzando la opinión
""tg-'
tlr' Ios r¡r-rc quisieran que Auschwitz permaneciera incompren_ clr-rctible a los elementos reales que la constituyen. Unos he-
silrlc ¡rura ¡iiempre. t'hos tan reales que, en comparación con ellos, nada es igual
l)cscle el punto de vista del historiador, conocemos, por rle verdadero; una realidad tal que excede necesariamente sus
cjcrnplo, hasta en los detalles mínimos, lo que suceclía en Au_ clementos factuales: ésta es la aporia de Auschwitz. Como es-
schwitz durante la fase final del exterminio, ia forma en que tri escrito en los papeles de Lewental, "la verdad entera es mu-
lirs cleportados eran conducidos a las cámaras de gas por Llna tho más trágica, aún más espantosa..." ¿Más trágica, más es-
escuadra integrada por slls propios compañeros (el denomi_ relación a qué?
¡.lrrntosa? ¿En
'raclc¡ Sonderkommanclo), que se ocupaba después cle sacar de Sin embar¡¡o, por Io menos en un punto, Lewental se había
allí los cadáveres, de iavarlos, de recuperar los clientes de oro t'iluivocado. Podemos tener 1a seguridad de que aquel "pe-
y el cabello de sus cuerpos, antes de introducirlos por último t¡Lreño grupo cle gente oscura" (oscura debe entenderse aquí,
en los hornos crematorios. Y a pesar de todo estos mismos su- trrrnbién, en el sentido literal de invisible, qlre no se llega a
cesos, qr-re podemos describir y ordenar temporalmente con
¡rcrcibir) no cesará de ocupar a los historiaclores. La aporía de
precisión, siguen siendo particularmente opacos en cuanto in_ Ausclrwitz es, en rigor, la misma aporia del conocimiento his-
tentamos comprendedos verdaderamente. euizá no hay nadie Iolico: la no coincidencia entre hechos y verdad, entre com-
que haya expuesto con mayor inmediatez esa clivergencia y esa rrrrbación y comprensión.
¡
desazón, como Salmen Lewental, un integrante clel SoncJer- lintre el querer comprender demasiado, y demasiado depri-
kommando, que confió su testimonio a algunas hojillas ente- :;:r, cle los que tienen explicaciones para todo y la negativa a
rradas cerca del crematorio IlI, que salieron alaluiz cliecisiete , r »nprender de los sacralizadores a cualquier precio, nos ha
años después de la liberación de Auschwitz.
¡rrlccido que el único camino practicable es el de detenerse
sr¡lrrc esa divergencia. A esta dificultad se añade otra, que af'ec-
Ningún ser humano ptrede imaginarse escribe Lewental en su sencill<> l;r t'n particular a quien está habituaclo a ocuparse de textos
yíclisl-r- 1os acontecimientos txn exactamente como se proclujeron, y de litr'rurios o filosóficos. Muchos testimonios, tanto de los verdu-
hecho es inimaginable que nuestras expcriencias pueclan ser restituiclas 1l()s (.()mo de las víctimas, proceden de hombres comunes, y
tan exactamente como oc_-urricr.on. . . nosotros, un pequeño grupo de gen_ rlt'ntc "oscura" era obviamente la gran rnayofra de los que se
te oscura que no dará demasiado que hacer a los historiador.es. {'il( ()ntraban enlos campos-. Una de las lecciones de Ar-tschwitz
|s, Precisamente, que entender la mente de un hombre co-
Aquí no se trata, como es obvio, de la dificultad que nos asal_ nrrr es infinitamente más arduo que comprender ia mente de
ta cada vez que tratamos de comunicar a los clemás nuestras :rl)¡n()za o de Dante (también en este sentido debe ser com-
experiencias más íntimas. Esa divergencia pertenece a la es_
¡rrt'ntlicla la afirmación de Hannah Arendt, a menudo tan mal
tructura misma del testimonio. por una parte, en ef-ecto, 1o que rrrtt'r'1.rlctada, sobre 1a "banalidad de1 mal").
trrvo iugar enlos camposles parece a los supervivientes lo úni- l.os lcctores quedarán proltablemente decepcionados al en-
co verdadero y, como tal, absolutamente inolvidable; por otra, ( ()nllru'cr-r este libro tan poco de nuevo bobre los testimonios
csta verclacl es, en Ia misma medida, inimaginable, es ciecir, irre_ ,lt' los srrpcrvivientes. En su fbrma, éste es, por así decirlo, una
sut'r'lC rlc c()l'Itentario perpetuo sobre el testimonio. No nos ha
¡r:rlt'r'iclo lx)siible procec]er de otra manera. Sin embargo, dado
(lU('rl l)xrtir de un cierto momento se ha revelado como evi-
«lorlc c1r-re e1 testimonio incluía colno parte esencial una lagu-
nr, Lrs clecir, qlle los supeñivientes daban testimonio de algo
(lr.rc no poclía ser testimoniaclo, comentar slrs testimonios ha Aqr-rel c1ía, el resto cle Israel,
krs strpervivientes cle Jacob,
significaclo de forma necesaria interrogar a aqr-lella laguna o,
no volverán a apoyarse en su agresor,
rucjor dicho, tratar de escucharla. Prestar oídos a tal laguna no
sino qtte se apoyarán sinceramente
lrn resultaclo) para el autor, Ltn trabaio inútil. Le ha obligado,
en cl Señor, e1 Santo cle Israel'
sol>re todo, a despejar el terreno de casi todas 1as doctrinas que,
Un resto volverá, Lln resto clc Jacob,
clcspués de Auschwitzhan tenido la pretensión de definirse
al guerrero divino:
con el n()rlrbre de ética. Comc¡ tenclremos ocasión dc ver, casi
allnqlie filera tu pueblo. Israel,
ninguno cle los principios éticos que nuestro tiempo ha creído
corno arene del mar,
pocler reconocer como válidos ha soportado la prureba clecisi-
sírlo un resttl volverá a él '
va, 1a de una Etbica mctre Auscbwitz demonstrata.Por slr par- Is.II,20 22
te, <:l autor considerará recompensados stts esfuerzos si, en el
intento de identificar el lugar y el sr-rieto del testimonio, ha 1o-
Pues bicn. misrno mc¡clo también en e1 tiempo pre-
de1
graclo por lo menos plantar aquí y al1á algr-rnos jalones que pue- gracia " y to-
sente subsiste un resto, elegido por "rsí'
clan orientar eventualmente a los cartógrafbs de 1a nueva tierra
d, r l¡tlcl srrá >llr o.
ótica. O incluso si ha conseguiclo al menos que algunos c1e 1os Rm.7I. i-26
términos con que se ha registrado la lección decisiva de nues-
tro siglo sean corregidos, que se abandonen aigunas palabras
y otras sean comprendidas de modo diverso. También éste es
Irn modo -quizás el único modo posible- de escuchar lo no
clicho.
I. El t¡sttco

impulsar
l. t. En un campo, una cle 1as razones que pueden
,r rrn cleportaclo a sobrevivir es convertirse
en tin testigo:

quitarme la vicla pa-


l', ,r nli parte, había tomaclo la firme clecisión cle no
guar-
,,rr,r Io clue pasase. Querízrver toclo, vivirlo todo' experímentar todo'
la posibilidad
,l.u Iorlo clentro cle mí. ¿Para qué, puesto qLre nunca tendría
,i rilil:rl al munclo 1o que sabía? Sencillamente porque no quería desapa-
r¡,, ( 1, no quería suprimir irl testigo en
qlle podía convertirme (Langbein
I ¡r ll'i(r).

una peqlleña
l)t'sclc luego no todos los cletenidos, sino sÓlo
bien puede ser' por lo demás'
¡r.rrrt', invocan esfa raz6tL Que
,,,,., ,i,rrple razÓn (le conveniencia ("quiero sobrevivir por es-
centenares de
t,r r ()llrr tLt7.Ón, pot este o aquel fin, y encuentra
vivir a toda costa": Lewen-
l,r|t('\l()s. La ve'rc1acl es que quiere venganza ('"fiatLt'
i,rl, l'ili). O que se trate sencillamente de
1r.
13
gunta cle si se consiclera un químico
o Lll escritor: "Ah' un qui-
r':rIrlrcntc ¡toclría sltlciclarme lanzándome contra la
alambrada conlundamos las cosas" Ubid'
quiero vivir' Tal rnico, que qtlede bi"" tlu'o,'t'o
.1..' ..'syrin<i; csto siempre cabe hacerlo' Pero e1 tiempo' y a su pesar' acabara
ur.', ,,,.".1" r-rn milagro y nos liberen' Y entonces
me vengaré' ir.'tólrLhecho cle que con libros que nada tienen que ver
escribiendo
,,,o. it"g". a sedo.
y cortturé 2t toclo el mundo lo que ha pasado aquí clentro": ('on sr.l testimonio, Ie procLrce un proflndo
malestar: "Despr-rés
iácil' y p' 206)'
iol,sky, p. 477).Justificar la propia superuivencia no es i,"::H;'.:;;;'.t*';* el vicit cle escribir" Qbid'
nrrrchcr menos enun co.mpo Aclemás algunos
de los superui- me ht d"t-O:lil:
"Algunos de mis amigos' amigos muy
"lln este último fif"t' -io, La llaue estrella'Con esto no renle-
vicntes prefieren ca1lar.
..,r-pi.,n-.nte cle mi caliclad de testigo '
clrreric'los, no hablan nunca cle Auschwitz"
(Levi La' p' 772)' Pe- ex cleportado' un testi5 o ""
que mttera e1 *,r'ái ,-r"au' no he dejaclo cle ser un
rt,, pr., otros, la ínic;L ttzÓn cle vivir es impedir t tbid, p. 119).
de Auschwitz in- tuve-ocasión de encon-
tcstigo. "C)tras personasr en cambio, hablan Y con este malestar a sus espaldas
ces2intemente, y yo soy Llno de ellos"
(IbiÓ' que celel¡raban en la edi.
ll.lt1.trre con é1 en las ,.,,-'io,.",
Se
por haber sobrevivido'
rorial Einaudi. Podía ,"r-t,"t. culpable
"Estoy enpez conmigo mis-
vuel- ;,;;';il;.r prestaclo testimonio
1.2. Primo Levi es un tipo de testigo perfecto Cr-rando ,,,.,'p.r.qt" há testimoniaclo" (Levi 7a' p' 279)'
1o que
ve a casa, entre los homtres, relata sin cesar a todos
le ha tocaclo vivir. Hace como el Vieio Marinero de Ia balacla
de Coleridge: 1.3. En latín hay dos palabras
para referirse al testigo' La pri-
término "testigo"' signifi-
rrrt'r':r, /eslls, de la que á"tit" nulstro
Sí ustecl recuercla la escena, el vieio marinefo
cierra el pttso a 1os invita- que se sitúa como tercero Qerstis)
están pensanclo en la br¡- ''', ctimológi.u-""'"-'qtt"1
, :r
La segunda'
clos a la boc1a, que no le prestan atención -ellos
regresado clcl cam-
, ,,;;;;;ro o un t'tlgit' "t'it" dos contenclientes
cla- y los obliga a escuchar su relatr¡ Pues bien' recién
:rrlr'rstes,hace referenti" nl qt'" ha
viviclo una determinada rea-
po cle concentración yo me comportaba exactamente así isentía
Llna
r-rn.acontecimiento y está'
que me había suce- lr,lrrtl, ha pasaclo hasta el final por é1' Es evi-
necesiclacl irrefrenable de contar a toclo el mundo 1o
cle olrecer un testimonio sobre
e todos tanto a1 di l)u('sl en condiciones todos los sentidos' un
cliclo!... Cualquier ocasión era buena para contárselr¡ ,lr'trle gLre Levi no es un tercero; es' en
tr.tviesen otf¿ls coses que ha- que su testimonio
rector clc la láLrrica como al obrero, eunque '.rr¡rt't'viviente. Pero esto significa asimismo
(cr. exactamente como el vieio m:rrinero Después empecé ¿r escrit¡ir a de los hechos con
rr, lit're nada que ve( con á establecimiento
(no 1o suficientemente netttral para ello'
las noches' cual era consíclera
rurlLrluina por la noche .. Escribía toclas ¡lo es
\ r',lrts lt un proceso
rl<; algo toclavía más insensatol
(Ibid, p' 773) no es el iuicio 1o Oue le
ll() ('s Ltn terstis).Enúltima instancia'
"Yo no apatezco )amás
fin ,rl)()rt1r, y toclavía ;;9: el perclón'
l)cro no se siente escritor, se hace escritor con el único ,,,rrro iucz" (Levi 14, p' 65); "yo no p".tt:. la autoridad de con-
llegó nunca a conver- 1' p' 184) Pa-
(lc testimoniar. Y, en cierto senticlo, no
dos ,,,l,'t trl perdón. . ctr'"lir.o cle autoriclad" (Levique
rirsc en un escritor. En 1963, cuanclo yahabit publicado r, ,,'ilttltlso que 1o úrnico qtre le
interesa es 1o hace que e1
rrovclrts y varios relatos, responcle sin sombra de
duda a la pre-
75

lr
jrri« i<r sca irnposibie: la zona gris clonde las víctimas se con- rlel juicio, con inclependencia de la verdad o de 1a justicia' Es
vio'tor cn verdugos y los verdugos en víctimas. Es éste el pun- :rlgo que queda probado más allá cle toda duda por la fuerza
l() cn que los que han sobrevivido muestran un acuerdo ma- tle cosa juzgacla qtte se aplica también a una sentencia injus-
y<rr. "Ningún grupo era más humano que los otros" (Ibid, p. trL. La proclucción de la res iudicata, mercecl a 1a cual lo ver-
It30); "Víctima y verdugo son igualmente innobles, la lección thclero y 1o justo son sustituidos por 1a sentencia, vale como
clc los campos es la fraternidad de Ia abyección" (Rousset, en vcrclad aunque sea a costa de su falsedad e injusticia, es el fin
l,cvi 1a, p.216). ultimo del derecho. En esta criatura híbrida, de la que no es
Y no es que no se pueda o no se deba emitir un iuicio. ,,Si posible clecir si es hecho o norma, el derecho se aquieta: no le
hubiese tenido frente a mí a Eichmann, le habría condenado t's posible ir más allá.
a rnuerte" (Levi 1, p. 114). "Si han cometido un crimen, en- Iln 1983, el eclitor Einaudi solicitó a Primo Levi que tradujera
tonces tienen que pa¡aar" (Ibid, p 184). Lo decisivo es sólo qr-re t,;l prc)ceso de Kafka. Sobre esta obra se han ofrecido infinitas
las dos cosas no se confundan, que ei derecho no albergue la ir rtcrpretaciones, qr'te acentíran su carácter profético-político (la
pretensión de agotar el problema. La verdad tiene una con- lrLrrocracia moclerna como mal absoluto) o teológico (el tribu-
sistencia no jr-rrídica, en virtud de la cual la questio.facti nc> rrrl es el Dios oculto) o biográfico (la condena es la enferme-
puecle ser confundida con la questio iuris. Estc¡ es, precisa* ,lrrcl por la que Kafka se sentía afectado). Pocas veces se ha
mente, Io que concierne al superviviente: todo aquello que lle- lrt'cho notar que este libro, en el que la ley se presenta exclu-
va a una acción humana más allá del derecho, todo aquello ',ivrrmente en la forma del proceso, contiene una intuición pro-
que la sustrae radicalmente al proceso. "Cualquiera de noso- lrrrcla sobre la naturaleza del derecho, que no es aquí tanto
tros puede ser procesado, condenado y ajusticiado sin ni si- n()nna -scgún la opinion común- cuanto luicio y. en conse-
quiera saber por qué" Qbid, p. 64). ( il('ncia, proceso. Pero si la esencia de Ia ley -de toda ley- es
,'l ploceso, si toclo el clerecho (y la moral que queda contami-
rr.rrlu por é1) es sólo clerecho (y moral) procesal, ejecuciÓn y
1.4. TJno de los equívocos más comunes trrrrrsgresión, inocencia y culpabiiidad, obediencia y clesobe-
-y no sólo en lo que
se refiere a los campos- es la tácita confusión de categorías éti- ,lrt'ncia se confunden y pierden importancia. "El tribunal no
cas y de catcgorías jurídicas (o, peor aún, de categorías jurí- ,¡rricrc nada de ti. Te recibe cr-tando vienes y te despide cuan-
dicas y categorías teológicas: Ia nueva teodicea). Casi todas las , L r tc v¿Is". El fin último cle la norma es la producción del jui-

categorías de que nos selwimos en materia de moral o de reli- , r{ ); l)ero éste no se propone ni castigar ni premiar, ni hacer
gión están contaminadas de una u otra forma por el derecho: ¡rr.l ic'ia ni descubrir la verdad. El iuicio es en sí mismo el fin
y
culpa, responsabilidad, inocencia, juicio, absolución... pr¡r eso , ) -como se ha clicho- constituye
,,t( su misterio, el misterio de1

cs difícil utilizadas si no es con especial cauteia. La realidacl es I ,l i )(


('li().
(lLle, como los jr-rristas saben perfectamente, el derecho no tien- llnrr cle las consecuencias que cabe extraer de esta naturale-
clc en última instancia al establecimiento de la justicia. 1am- .,,r ;rulorreferencial clel iuicio -y el que Ia ha extraído ha sido
poco al de la verdad. Tiende exclusivamente a la celebración un ltr'ln lurista italiano-es que la pena no sigué al juicio, sino

l()
\f
alumno c1e Heiclegger' especia-
poena)' cllas es Hans Jonas, el filósofo la entre-
(lu(' a'stc cs él mismo la pena (nullum-iucticium sine En 1984' con ocasión cle
que lizado en problemas etrcot' ape-
"ls.'¡,,,clría clecir incluso que toda la pena está en el iuicio' cle Auschwitz Y 1o hizo
interesa en la ga del premio Lucas, '" ott'pO cómo es
t,, 1r.',-,, impuesta -la priiión, el verclugo-, sólo lrrnclo a una nueva teoclicea'
es clecir preguntándose
poi clecirlo así, una prolongación del juicio La teodicea es un
rucclicla en que
"r, (Satta' p' q.t oio' hayá-toleraclo Atischwitz de
(1riónsese en el término 'ajusticiar', giws.tiziare)"
26)' ,r,,tinr" 1as responsabilidades
de absolu- qlte no pt"'"l-táá tam-
l)roceso "'ttablecer
ij",o to anrerior significa támbién que "la sentencia krs hombres, sino las á"'nls
Y como todas las teodiceas'
c:ií¡n es la confesión de un error iudicial",
que "cualquiera es
La motivación de la sen-
verdadero lrión ésta acaba con utna absolución'
íntimamente inocente", pero que el írnico
inocente "to infinito (Dio$ se ha despoja-
lt'ncia reza *a, o "'t"'-'ol u'i
"no es el que es absuelto, sino el que pasa por la vida sin iui- en lo finito Al crear el
,kr por completo ¿" "]'"il"tp"tencia. suer-
cio" Ubicl, P.27. por así clecirlo' a su propia
rnrrnclo, Dios le ha confiado' total-
cle haberse dado
r(', se ha hecho t*p;;;;'-'jJ"'p'e'
qure ofrecernos: es al
sahe que ,r()nte en el mttnd",;;-;i""" v" "191
1.5. Si 1o anterior es ciefio -y el que ha sobrevivido áar' gl hombre puede hacerlo
(los lr,rmbre a quien urtotul<:'iota
.i"ao- es posible que sean precisamente los procesos no sucecla con clemasiada fre-
", otros que se rt'lenclo para que ".,'tñá"' " de-
cloce procesás celebraclos en Nuremberg'
más
( u('ncia, qlle, a causa de él'
Dios tenga qr-le deplorar haber
alemanas' hasta
desarrollaron clentro y fuera cle las fionteras ll munclo'"
con la muerte en la hor- ¡,trlo scr teodicea es aqt-ll
eL de 1961 en Jerusalén, que concluyó lrl vicio conciliación que entraña toda
c1e
.u ¿" gt.f"t-ann y abrió el camino a una nueva
serie de proce-
Nt sólo no nos clice nacla'cle O:T1'
de Ia confusión 1,:rtlicularmente evidente' verclugos; sino qLle nl
sos en la República Fecleral) los responsables l'',;, ;t Ias victimas ni sobre los
sobre
durante dece- Dios
intelectual que ha impecliclo pensar Auschwitz J;; f*lfeliz' Tras la impotencia de
y a pesar de su ',r, ¡tricra consigue st ¡plusiamais ga!
nios. Por necesarios que fueran esos procesos .,, rlcjzr ver la de to'-nt'-¡tt:'' que repiten
unos pocos cente-
manifiesta insuficiencia (afectaron en total
a toclas partes'
la idea de que el ya está claro que 9a est^ en
,,,,,-l/io
nares de personas), contribuyeron a difunclir
Las sentencias habían
problema habia ya queciado superado'
impugnación al-
pasndc, a ser firmes, sin posibiliáacl, pues' cle responsabiliclacl está irremedia- I
de I (r. También el concepto de
habían establecido U: algo qure sabe cual-
l,l.rrcnte ..,,-tt.¿'rr"-']uil''iot "i atttth: é1 tuera del ámbito iu-
gr.tu, y las pruebas cle la culpabiliclad se
espíritu lúcido, casi siem-
iln...n definitiva. Al margen cle algún ,l.i('r'rr clue haya ináiáito tl""t
uso cle
casi meclio siglo y la religión sólo han
f.. ,trnao, ha sido p."..i"'qttáque.el transcurriera agotado el rr,lit <j. Sin Ziitn' tu política
para liegar n .o*p.".td"' derecho no había "-¡"gt'l-i' q" ho'-t iclo ganando a la res-
enorme que ponía en ¡,, ,tlirkr cletinirse ;;;;;t;;;t'
problema, sino que más bien éste era tan itr"lo'pntzr hacer suyas responsabi-
la propia ruina' ¡,,,rsr l riliclzrci i"iail','l'f no res-
a para ampriar las zonas de
r

i"iu .t. luicio al áerecho mismo y le llevaba


y entfe teología y clere- lr,l,rrrt.s cre otro gcüo, ri"" impunidad'
y
La conf'usiÓn entre clerecho moral, no signifiÓa
víctimas ilustres' Una de ¡,, ,ns:rlriliciacl' Lo que, por supuesto'
cl-io, ha producido también uigtrrtnt 19

l8
Significa más bien -por 1o menos para la ética* encontrarse con (()lro muier al pfetendiente (que, por esto, era denominada
en el caso de que tal co-
una responsabilidad infinitamente más grande cle la que nLtn- !x)nsa) (') a gararrtizar Ltna reparación
ca p<>clremos asumir. Podemos, como mucho, sede fiel; es cle- ,.,, ,.o p.oalr¡".u. En el clerecho romano arcaico' el uso era
,"
en
cir, rcivinclicar su condición de inasumible. ,lrrc el hombre iibre pucliera constituirse en rehén -es decir'
El clescubrimiento inaudito qlre Levi realizó en Auschwitz se ,,'ittración de cautiviclacl-, y cle aquí el término ob-ligatio-para
de
reflere a Llna materia que resuita refractaria a cualquier inten- ri:u'tntizar la reparación de una ofensa o el cumplimiento
t<r cle cleterminarla responsabilidad; ha conseguido aislar algo ,rrr,r obligación. (El término sponsordesignaba al que se
ponía
qlle es como un nuevo elemento ético. Levi lo denomina Ia ,'rr lr-rgar áel reusly prometía proporcionar, en caso de incum-
"zona gris". En e1la se rompe la"larga cadena que une al ver- 1
rlirrtiento, la prestación debida')
dugo y a la víctima"; donde el oprimido se hace opresor y el lil gesto de asumir responsabilidad es, pues, genuinamente
verdugo aparece, a sLr vez, como víctima. Una gris e incesan- ¡,rlirlico, no ético. No expresa nada
noble o luminoso' sino sim-
te alquimia en ia que el bien y el mal y, jllnto a ellos, todos los en cautivo para garanti-
l,lcrrrente el ob-ligarse, el constituirse
metales c1e la ética tradicional alcanzan su punto de fusión. ,,.r' una deucla, en un escenario en que el vínculo iurídico es-
Se trata, pues, de .una zona cle irresponsabilidad y de "impo- r.rlrr todavía íntimamente uniclo al cuerpo del responsable'
tencia judicandi" (Levi 2, p. 53'), que no está situada más allá r ,)nr() tal, está estrechamente enlazado con el concepto de cul-
del bien y del mal, sino qtte, por así decido, está más acá de /,,/ (lrre, en sentido lato, indica 1a
imputabilidad de un daño
ellos. Con un Élesto simétricamente opuesto al de Nietzsche, , 1,,,r: cso los romanos excluían que pudiera existir culpa con
Levi ha desplazado la ética más acá de doncle nos habíamos r,'l.rciírn a uno mismo : Quod' quis ex culpa sua clamnum sentit'
habituado a pensada. Y, sin que logremos clecir por qué, sen- tt,,tt intelli7itur cJamnum sentire, el daño que uno se causA a
timos que este más acá tiene mayor importancia que cualquier ',r rrrislt'lo pL. ,, culpa no es iurídicamente relevante)'
más allá, que el infrahombre debe interesarnos en mayor me- ,'\si ¡rLres, ..rpo.trubilidad y culpa se limitan a expresar dos
dida que el superhombre. Esta infame región de irresponsabi- , ,¡,, . I.rs cte la imputabilidad iurídlca y sólo^en
un segundo mo-
lidad es nuestro primer círculo, del que ningnna confesión de y transf'eridas fuera c1el ámbito del
il rr.ilt( ) f'lreron interiorizadas
responsabilidad conseguirá arrancarnos y en el que, minuto a ,l, r, t lr«r. Aquí tienen su ruiz la insuficienciay la opacidadde
minuto, se desgrana la lección de la "espantosa, indecible e in- , ¡1.¡lr¡rtic'r cláctrina ética que pretenda fundarse sobre estos dos
que
imaginable banalidad clel mal" (Arendt, p.25D. , , ,rr, ,'l¡(«ts. (Lo anterior puede aplicarse tanto a Hans Jonas'
"principio de responsabi
Ir.r ¡,r:tt'nclido form,¡laiun auténtico
ti,t,r,l , (()lrlo, quizis, a Levinas, que, de LIna manera mr¡cho
L.7.Elverbo latino sponcleo,del qtLe cleriva nltestro término rrr.r', r r rtttlrleja, ha transformado el gesto del sponsor en el ges-
"responsabilidad", significa "salir garante de alguno (o de sí rr r r'tit r, ¡r,,, Se frata de una insuficiencia y de una
rnismo) en relación a algo y frente a alguien". Así, en la pro-
"r.el.rcia.)
,,1,,r, itlrttl <1tte salen alaluz con claridad cadavez que se trata
mesa de matrimonio, la pronunciación de la fórmula spomdeo ,1, tr,rz:rt lls fronteras que separan la ética del derecho Pre-
significaba que el padre se comprometía a entregar a su hija ! rl,ilil()s tlos ciemplos, leianísimos entre elk¡s 'en 1o referente
)n 27
(pero
lr llr gravedad cle los hecl-ros en cuestión, pero que coinciden lruiclo "a crear un clima que ha conducido al asesinato"
cn clranto al distinguo que ambos parecen implicar. ,'l clelito en cuestión, Ia instigación a cometer un crimen' ya
I)urante e1 proceso de.fenrsalén, la línea constante cle la de- lrlbía prescrito, por supr-resto). Siempre se ha consideraclo no-
fcnsa de Eichmann fue expresada con toda claridad por su alto- lrlc el gesto c1e quien asume una culpa iurídica de la que es
gzrclo, RoLrert Setwatius, con estas paiabras: "Eichmann se sien- in()cente (Salvo D'Acquisto), mientras que la aceptaciÓn de
te culpable ante Dios, no ante la ley". Y, en ef-ecto, Eichmann una responsabiliclacl p.rtlti.n o moral sin consecuencias
jurídi-
(cr-rya participación en el exterminio de los judíos estaba am- , ;rs ha siclo una característica permanente cle la arrogancia de
pliamente probacla, si bien, probablemente, cron un carácter l()si poclerosos (Mussolini con respecto al delito Matteotti). Pe-
clistinto del sostenido por la acusación) llegó incluso a decla- ,,, cn la ltalia cle hoy estos moclelos se han invertido y la con-
rar que quería "colgarse en pírblico", para "liberar a los jóve- rritir aceptación cle responsabilidades mor;rles se invoca en
nes alemanes del peso de la culpa". No olrstante, se empecinó ( uirlquier ocasión para evadir las jurídicas'
en sostener hasta el final que su culpabilidad ante Dios (que 1,1 confúsión entre categorías éticas y categorías
jurídicas (con
para é1 era sírlo un Hóberen Sinnestrciger, e1 más alto portador l.r k-rgica <1el arrepentimiento que implica) es aquí absoluta' Y
de sentido) no era jurídicamente perseguible. El único sentido ,.,,r:i án el origende los numerosos suiciclios llevados a cabo
(y no sólo por parte de los cri-
posible de este ciistinguo, tan tenazmente destacado, es que, l'.r'l sustraerse a un proceso moral
sin lugar a cludas, el asumir una culpa moral aparecía corno éti- ,,,rrlrles nazis) en que la aclmisión tácita de una culpa
jurídica' No es ocioso recordar
camente noble para el acusaclo, que no estaba dispuesto, sin ¡rrt'lcncle redimir de la culpa
embar5lo, a asumir una culpa jurídica (culpa que, desde el pr-rn- ,1rrt'la primera responsable de esta confusión no es la doctri-
to de vista ético, debería ser menos grave). rr,r tutólica, que reconoce Lln sacramento cuya finalidad es la
Recientemente, un ÉJfl.lpo de personas que años atrás habían ,l, lil>crar al pecaclor de la culpa, sino la ética laica (en su ver-
pefienecido a Llna orÉaanización política de extrema izquierdzr .r,,rr bienpensante y farisaica que es la dominante)' Después
pr-rblicaron en un diario italiano un comunicado en el que re- , 1,. tr.lter árigido las categorías iurídicas en categorías éticas
sll-
así trucado irremediablemente labaraia, al'
conocían la propia responsabilidad política y mrtral en e1 ase- l ,rr'nr1rs y cle haber
sinato de un comisario de policía llevado a cal¡o veinte añ<¡s l,, rrirr toclavía la pretensión de introducir su distinguo' Mas la
atrás. "Sin embargo, esa responsabilidad aflrmaba el comu- , rrrl:r es la esfera que no conoce clllpa ni responsabilidad: es'
nicado- no puede ser transformada... en Llna responsabilidad ,,,ilr() :i2tbía Spinoza, la doctrina de la vida f-eliz' Asumir una
de carácter penal." Conviene recordar en este punto que la r, r l1 r r y Ltna r;sponsabilidacl -cosa que en ocasiones puecle ser
asunción de una responsabilidacl moral tiene algún valor só1<; r( ( ('siu'io hacer- significa salir del ámbito de la ética para en-
en e1 caso de que se esté dispuesto a sufrir las consecuencias rr,ir ('n cl clel derecho. Quien se ha visto obligado a dar este
jr-rrídicas de ella. Es algo que los autores del comunicado pa- ,lrlr, rl pltso no puede pretender volver a utilizar la puerta que
recen sospechar de algún modo, clesde el momento en que, en l, r ,ir'j;rtlo a sus esPaldas.
Lln pasa,e significativo, aceptan una responsabilidad que tiene
una inconfundible resonancia jurídica, a1 afirmar haber contri-
')2 23
clurante una pausa de1
t Auschwitz, contÓ que había asistido'
['
l.ft. I;r figura extrema clela"zona gris" es el Sonclerl«ommanck¡'
';;r;:;;, a.,,-t pn.tlclá cle fútbol entre ss v representantes
las
C()n este euf'emismo *Escuadra especial- las ss se ref-erían al
,lr'l son cl e rkom m a n d o'
grr-rpo cle deportados a los que se confiaba la gestión de las cá-
rnaras cle gas y de los crematorios. Eran los que tenían que con- cle las SS y el resto cle 1a escuaclra'
r\l t'rrcttentro asísten otros so1<leclos
cluclr a 1os prisioneros desnudos a la muefie en las cámaras de apla.clen' animan a los iugadores'
,,I(,stran sus preferencias, apuestan,
gas y mantener el orden entre ellos; sacar después los cadáve- del infierno' el partido se estuviera
ce-
( ( )lll() si, en lugar c1e a las ptlertas
,", a.rr-t sus manchas rosas y verdes por efecto clel ácido cian- r':rnclo en el campo de un pueblo
Qbirl' p 40) '

híclrico, y lavarlos con chorros de agua; comprobar que no hu-


l, l

biera objetos preciosos escondidos en los orificios corporales; parecer quizás Lrna breve
A algunos este particlo les poclrá
arrancar los clientes c1e oro cle las mandíbulas; cortar el pelo de en medio cle un horror infinito' Pero pa-
las mujeres y lavarlo con clor-uro de amoníaco; transpofiar los ,, ;,,;?; ;;maniáad de
este particlo' este momento
r,r rrí, como para los;;t""t'
cacláveres a los crematorios y ase5aurarse de sr-r combustión y, verdad"iá hottot del camptt' Podemos
pen-
r r, ,r'rrralidad, es el
por Írltimo, limpiar 1os hornos de los restos de ceniza' han terminado' aunque
',,r, tel vez, que ias matanzas masivas
, ,.ir,,"" áq"i y allá, no demasiaclo l"l"-t q" nosotros lrero e5e
1os que sin
Sobre estas escuaclras ya circulaban historias vagas y parciales entre nunca' es como si todavía durase'
estáhamos prlsioneros, y fueron confirmadas más tarde por las otras fuen- ¡r.uticlo no ha acabaclo la cifia perfecta y eter-
i,, r,.. r-r" interrumpido nunca' Representa-
tes antes mencionaclas, pero el horror intrínseco cle esta situación humana ,,zona gris,,, que no eniiend" de tiempo y está en to-
rr.r rlt, la
ha impuesto a toclos los testigos una especie de reserva, por lo cual aun y la vergüenza de los
rea- ,l,r:; pltrtes' De allí ptt'-tttt.:'-t la angr'rstia
ahora es clifícil hacerse una iclea de lo que signi{icaba estar obligaclo a en todos del'tÓbw uauo'
"En trabajo, o ,rr¡rt't'vivientes, "la angustia inscrita
lizar durante meses tal oficio... uno c1e ellos cleclaró: este
aplastado bajo el espíritu
o acostumbra,,. Y otro:
..es
verdad /,1', clcl ttniverso ¿"'f,tto y vacío' hombre: to-
uno enloquece clurante el primer
,l, l)i()s, pero dei q'" "'ta u""n" el espíritu dei
c1ía se
que hubiera pocliclo matarme o clejarrne matar, pero quería sobrevivir' pa- (Levi 2' p' 7Q' Mas es también
,l,rr rt tto nacido V Vn
ra vengarme y clar testimonio de toclo aquello No creáis que somos mons- ""Át"" no hemos conocido los cam'
I)e nrr'slf rt vergtienza, Ia cle quienes
trlros, somos como toclos vosotros, aunque mucho más desdichados" asistimos' no.se sabe cómo'
a aquel
hombres que han conociclo esta privación extrcma no podemos esperar /,i,\ y (lue, sin embargo, de nuestros
, ,u 1,,, qLle se repite en cacla
uno cle ios partidos
¡ ,,
una declaración en el sentido jurídico de1 término sino otro tipo de cosa' las formas
, ,l,ttlios, en cacla ffansmisiÓn televisiva' en todas ese par-
que está entre el lamento, la blasfemia, la expiación y e1 intento c1e iustifi-
cación, cle recuperación de sí mismos... Haber concebido y organizaclo
las ,l' rr, ¡tttuiliclad coticliana' Si no liegamos a comprender
¡¡,1,,, si r.r<l logramos que termine'
no habrá nunca esperanza'
más demoníaco del nacionalsocialismo (Levi 2,
Escuaclras ha siclo el clelito
pp. 46 y ss.).
primeros pa-
l .). ,|.('stig() se clice en griego mafiis, mártir. Los
Levi refiere, con toclo, que un testigo, Miklos Nyiszli, uno de uttro"á a'pa'tir cle ahí el término mafiirium
,1r,", tlt' lrr Iglesia
los poquísimos sobfevivientes cle 1a ítltima Escuadra especial 25
'24
I)lr'. inclicar la muerte cle los cristianos perseguidos que cle esa se le dio muelte, precisamente para que nosotros no murleramos'
lir.rra daban testim()nio de su fe. Lo sucecliáo en los campos Si me picle que le imite, ¿será porque también é1 espera salvación
ticne mr:y poco que ver con el martirio. Sobre esto hay unáni_
rlc mi muefie? ¿O hay quizás que pensar que Dios quiere la san-
,ridad entre los que sobrevivieron a ellos. "Llarnando mártires
rile cle los hombres cuando desdeña 1a de los toros y los machos
a las víctimas del nazismo, mistificamos sr¡ destino" (Bettelheim
r':rl¡ríos? ¿Cómo puede desear la muefte de quien no ha cometi-
l, p. 9il. Hay, sin embargo, clos puntos en que esas dos c<¡sas ,lo pecado?" (Terruliano, pp.63-6). La doctrina del martirio na-
parecen aproximarse. El primero se refiere al propio término ((', pues, para justificar el escándalo de r¡na muefte insensata, de
griego, derivado de un verbo que significa ,,recordar,,. El su_
un¿l carnicería que no podía parecer otr¿ cosa que absurcla. Fren-
peruiviente tiene la vocación de la memoria, no puecle no re_
r('xl espectáculo de una muefie aparentemente sine causa,lare-
cordar.
It'r'cncia a Lc. 12,8-9 y Mt. 10,32-33 ("A1 que me confiese ante
l, hombres 1o confesaré yo ante mi Padre del cielo. Del que re-
rs
Los ¡ecue¡dos de mi reclusión son mucho más víviclos y detallados res uit'sue de mí ante los hombres, renegaré yo ante mi Padre del
pecto de cualquier otra cosa acaecida antes o clespr_rés (Levi p.
1, 17e. , it'kr") permitía interpretar el martirio como un mandamiento di-
r irr<r y encontrar así Lrna raz1rt paralo irrazonable.
conselo una mernoria vis.al y auclitiva cle las experiencias cle ailí que 'lirclcr esto tiene mucho que ver con los ca?npos. Porque en
no sé explicar... me han quedado grabadas en la mente, como en una
lt t:; L-ampos un exterminio del que quizás sería posible encon-
cinta magnética, algunas frases en lenguas que no conozco, en polaco
c> rr,il ¡rrcceclentes se presenta, sin embargo, en formas que le
en húngaro; se las he repetido a polacos y húngaros y me han clicho que
l,rivrrn de sentido absolutamente. También sobre esto 1os su-
estas f¡ases tienen sentidr¡. por algún motivo qlle ignoro me
ha pasado al l'r'ririvicntes se muestran acordes. "A nosotros mismos, lo que
go muy extraño, diría que algo semeiante a una preparación
inconscien_ r' ilr:iln()s que decir, empezaba ya a parecernos inimaginable"
te para testimoniar (Ievi 14, p. 22Oi). t \rrtt'lrne, p.5). "Todos los intentos de explicación... han fra-
, .r',;r(l() radicalmente" (Améry, p. 16)' "Me irritan los intentos
Pero en el segundo punto aparece una proximiclaci rnás íntima ,lr' .rlgtrnos extremistas religiosos de interpretar el exterminio
e instr-uctiva. La lectura de los primeros textos cristianos sobre el
r t.r n[rncra de los profetas: LIn castigo por nuestros pecados.
martirio -por ejemplo, el Scotpiace de TerlullanG- nos aporÍa a acepto: el hecho de carecer de todo sentido ha-
este respecto enseñanzas insospechadas. Los padres tenían que
,li,I l,'sl1¡ no 1<l
,, ,lr,'sr.'rr más cspantoso" tLevi l', p. 219).
hacer frente a ciefios grupos heréticos que rechazaban el maii ll,lt'srlichado término holocausto (a menudo con la H ma-
rio porque éste constitr-ria para ellos una muefie insensata (peri_ ir',r ulir) sr-rrge cle esa exigencia inconsciente de justificar la
\
re sine causa). ¿Qué sentido podía tener hacer profesión áe
fe urrlrt(' sine causa, de restituir un sentido a lo que no parece
ante unos hombres -los perseguidores y los verdugos_ que no
¡,,rrl|r lt'nt'r'sentido alguno: "...Disculpe, yo utiiizo e§te térmi-
la entenderían en absoluto? Dios no puede querer ro insensato. rr, , l l.lr )( rusto de mala gana, porque no me gusta. Pero lo uti-
"¿Deben sufrir estas cosas los inocentes?... De una vez para
siem_ l¡:, , ¡r,¡1;¡ r'ntcnclernos. Filológicamente es un error..." (Levi 1,
pre Cristo se ha inmolado por nosotros, de una vez pata siempre
¡r l,)l) "lis rrrr término que me molestó mucho cuando apa-
26 27
sobre todo dos hechos El prime-
rt'r'io; clcspr-rés he sabido que era el propio \Tiesel quien lo ha- l)unto es importante señalar en senti-
rtr. c¡.re el términc¡ es empleado muy tempranamente
lrÍrr rrc'rrñaclc¡, aunque más tarde se arrepintiÓ de ello y habría la inutiliclad de los sa-
,f,, p.upi" por los Paclres para condenar
t ¡rrt'r'irlo rclir'¡rlo" ( Levi I'. p. 2 t9). referencia
cruentos (valga poi toclos Tertr:liano' haciendo
, rif icios
qwam stt'crificic'tntm
,r Marción: AcJu. Marc. i, 5, qwict stultitts'''
1.10. También 1a historia de un término erróneo puede ser
instructiva. "Holocausto" es la transcripción docta del l'¿tin bo-
t t'tt.entortlm et bolocaustomatunt niclctrc¡sontm a deo exactio?
qr.le Lrn Dios que exige sacrificios
locaustum, que, a sr'l vez, traduce el término griego bolókaus- ¿{.)ué iray de más estúpido
',.,uu.i.r-ttt:; y holoca,-rsios qul ht'elen a Élra'sa quemada?"; cfr'
/o.s (que es, empero, un adjetivo, y significa literalmente "todo El segundo' que el ténnino
, ,,r,I',ié., Aug., C. I'ctustwn 19,4)'
quemado"); e1 sr-rstantivo griego correspondiente es bolokaús- a los mártires cristianos para
',,' ltnplía .le fo.rrr, metafórica
nmc¡). La historia semántica del término es esencialmente cris- sacrificio (Hil en Psalm 65'Z3'
,,¡,,iparar su suplicio a un '
tiana, porque los Padres de 1a Iglesia se siryieron de é1 para tra- uouerunt)
,, ,i, ,,ryrn, in .lidei testimomium cc)tporú sLLd holocdusta '
-en verclacl sin excesivo rigor ni coherencia- la compleja
ch-rcir
lr.rstrr que el mismo sacrificio c1e Cristo en
la cruz pasa a ser cle-
doctrina sacrificial de la Biblia (en particular, de Levítico y Nú- 4\, 5: se in bo-
lrrritl<l como holocausto (Aug., en Etlang,./clab.
meros). El Levítico reduce todos los sacrificios a cuatro tipos Rufin' Orig'' en Leu' 7' 4:
l¡¡t rtttstl.tl,t, obtulerit in cruieleszzs;
fundamentales: olab, batt:ctt, sbelamin, minba. per lignum crucis oblatum)
l¡t ¡lt ¡cattstttt?'t.. . carnis eius
'

,t i-tti. de aquí el término holc¡caustcl inicia la emigración


Los nombres de c'los de elkrs son significativos. Rl baxat era el sacriflcicr más con-
',, r,rrrntica que iL llevará a asumir de forma caclavez
que selía para expiar el pecado llamado battat o hata¿t, del que el Le el significado de "s¿lcrificio stt-
',r,t('rttt: en las Ienguas vulgares
vítico cla una definición excesivamente vaga por desgracia. El shelamin y
cle t'na entrega total a causas sagradas
es rrn sacrificio comunitario, de acción cle gracias, cle tlianza y cle voto. lrr( lll(), en el marco
1,,,1,.','i,'r."r" qr.le registran los léxicos contemporáneos' Ambos
I,ln cuanto a los términos ttlah y minha, son puramente descriptivos. Ca- unidos en Ban-
,r,lrrilicraclos, el propio y el metaflórico, aparecen
da uno cle ellos evoca operaciones paticulares de sacriflcio: el segundo, y holocaustosde
,l, ltt,, «2, 24' , "sehan suprimlclo los sacrificios
la presentación cle la víctima, en el casr¡ de que sea cle naturaleza natural, y otl'os animales' en lugar de los
1,, , lt'rfleros, machos cattíos
y el primelo el envío de 1a oferta a la divinidacl (Mauss, p. 44). cordero del
, il,r1(.s sc ofiece ahora ese inmaculado y precioso
¡ r, rl)() y la sangre clel universal redentor
y salvador Nuestro
La Vulgata traduce en general r,¡lab con bolocctustum(holo- en
,,',,,,, .¡".ruc.isto;. El significaclo metafórico está atestiguaclo
ca.usti obtatio), battat con oblatio, sbelamim (de sbalom, paz) referi-
| ,.lrl('' ("Paraíso". 14, Sq, " Renclí holocarrsto a Dios"'
con bostia pro peccato. De la Vulgata, el térmioc¡ hok¡caustum en Savonarola' y después de ma-
,1, , ,r lrr 1->legaria del corazón),
pasa a los Padres latinos, que 1o utilizaron esencialmente para en perf-ec-
u, r,r strccsiva hasta Delfico ("muchos ofreciéndose
referirse a los sacrificios de los iudíos en los numerosos co- ("en el sacrificio' necesario
rrr lr,lor'riLlsto a la patria") y Pascoli
ment¿rrios de1 texto sagrado (así en Hil., en Psalm.65, Z3: bo- cris-
locausta sunt integra hostiarum cotporót, quia tota ad ignem
r ,lrrlt r', hasta el h,rlo.at'sio, está para n-ií la esencia clel
tt ltlt:'tll()").
sacrificii cleferebantur, bolocausta sunt nuncupafa). En este )o
28
l)c'ro t¿Lntl>ién el empleo clel término en sentido polémico con_ exterminio como un castigo por nuestros pecados, e1
l)r1'trrr r:l
lr':r l.s jtrclíos había continuado su historia, si bien se trata cle ,'r¡fi'rnismo no contiene cn estc caso irrisión alÉauna. En el caso
una hi.storia más secreta, no registrada en los léxicos. En el cur_ ,lrl término "ho1ocausto", por el contrario, establecer una co-
so clc mis investigaciones sobre la soberanía me encontré por rr'xi<in, aunqlle sea lefana, entre Auschwitzy el c¡lab bíblico,
c¿rslralidad con un pasaje de un cronista medieval, que consti_ \' ('lrtre la muerte en las cámaras de gas y la "entrega total a
tirye la primera aparición de la que tengo noticia del término rrol ivos sagrados y superiores" no pr:ede clejar de sonar como
"h<rlocausto" para hacer ref'erencia a Llna matanza c1e juclíos, rrn:r lrurla. No sólo el término contiene una equiparación ina-
pcro, en este caso, con una coloración violentamente antise_ , r'¡rtable entre hornos crematorios y altares, sino que recoge
mita. Richard di Duizes testimonia que, en el clía cle la coro* unrr herencia semántica que tiene desde el inicio una colora-
nación de Ricardo I (1189), los londinenses se entregaron a un , r, rn antijudía.
poÉlromo particLllarmente cruento: l'ln consecuencia, no Io utilizaremos en ninguna ocasión.
(.)(ri('n continÍra aplicándolo da pnreba cle ignorancia o de in-
El mismo clía de 1a coronación del rey, aproximaclermente a la hora en qr,re ',,'rrsil>ilidad (o cle una y otra a lavez).
el Hiio había sido inmolaclo al p¿rdre, en la ci.clacl cle Lonclres se crnpezó
a inmr¡lar a los juclíos a su paclre el demonio (.i/tc()eptum est iLt ciuitate
Lc¡nrJc¡niae immolare .f udaeos patri suo cliabold); y tanto cluró la celebra- L ll. Cuando, hace algunos años, publiqué en un diario
ción de este misterio que el holocausto no se pudo co,-rpletar antes clel lr,rlr'ós un artículo sobre los campos c1e concentración, al-
dí:i siguiente. Y las demás ciudades y países cle lzr región imitaron Ia fe cle ,irrit'n escribió al director del perióclico una carta en la que se
los lonclinenses y. con ig.al clev.ción, expiclieron al infierno, en l¿¿ san- ,,r, rrcusaba de haber pretendido c<tn mis análisis ruiner le
!lre! a sus sanguijuelas (.pari deuotione suats sanguisLtgcts cum sanguine ' t t tI ct¿re unique et inciclible cle Auscbuitz.
t Me he pregunta-
trdnsmisen.tnx ad inferos) (Bertelli, p. 131). ,1,, :r rnenudo qr-ré podía tener en mientes el autor de la car-
r,r I:s muy probable que Auschwitzhaya sido un fenómeno
La fbrmación de un eufemismo, en cuanto supone la susti* rrrrit o (por 1o menos con respecto al pasado; en cuanto al fil-
tución de 1a expresión propia de algo cle lo que no se quiere, rrr{) lr() se puede hacer otra cosa que esperar). "Hasta el mo-
en realidacl, oír hablaq por una expresión atenuacla o alteracla, rr( nl() en que escribo, y no obstante el horror de Hiroshima
lleva consígo siempre una ciefta ambigüeclac1. pero, en este ca- 1 ).lrrglrsaki, Ia vergtienza de 1os Gulag, la inútil y sangrienta
so, la ambigüeclad va clemasiaclo lejos. Inch-rso los juclíos se sir- , .rrrr¡r:rña de Vietnam, e1 autoÉlenocidio c1e Camboya, los des-
ven de un er,tfemismo par.¿ indicar el exterminio. Se trata clel rl,.rrt't'iclos en Argentina, y las muchas guerras atroces y es-
término sboá, que significa "devastación, catástrofe,, y, en la Bi_ rrrl,irl:rs:r 1as que hemos venido asistiendo, el sistema de cam-
blia, implica a menudo la idea de rin castigo clivino (como en ¡r,r', rlc concentraciónnazi continúa siendo un unicum, en
1s. 10, 3). "¿Qué haréis el día del casrigo, cuanclo clescle lejos , r,rrt() a su magnitud y calidad" (Levi 2, pp. 19-20). Pero ¿por
vcnga la shoa?" Incluso si es probable que sea éste el término , ¡r, irrrlecible? ¿Por qué conferir al exterminio el prestigio de

cn qLle está pensanclo Levi, cuando habla clel intento de inter- I r llllslit'lt?
J0 31
1.12. El testimonio contiene'
no obstante' una laguna' Tarr-i-
Crisóstomo compuso
Cn
lriór-i en esto ios superwivientes
se muestran de acuerdo'
lr,n cl urio 386 cle nuestra era' JLran cle Dios' Te-
Antirclr-ría sLr trataclo
t;;;;; ;""omprensibiliclacl
sostenían que la testimonio: 1os testigos' por definición'
rrílr c1r-te hacer tiente
u"t"-tt" aclversarios que "todo
I liry también otra laguna, en toclo
pues' en alguna me-
que 1o
,,.n quienes l-ran sobreviviclo y todos han disfi-utado'
cscncia cle Dios poa'n
l"'"tomprenclida' pllesto conta-
también fácil- clel prisionero comúrn no lo ha
1á encontramos ,litlu. cle un privilegio Hl clestino
,,.,. É1 sabe de si, nosotros con vigor contra ellos la abso- ,lrr naclie, porque, para él,no era materialmente
posible sobrevivir" El
rncnte en nosotros" 'ci;fo'"' (ánebercs)' cttando hablo de "rltt-
también ha siclo clescl ito por mí'
lr-rta incomprensibllidai
#;;' O* ef "indecible" ¡
rr isionero común
han hablaclo (Levi 14' pp 215 y ss )'
;ñ',u.rubi""(anenaü,í"IáJ*":l:':t::';:ff'{?i!'l¿ ,ulrnanes" pero los musulmanes nc¡

¡"i" l,ü" r','*,1 q:: ;)j).,[Tlii,'jl'il;roskyeirr Dios I ( )sqLle no han viviclo esa experiencia
nttnca sabrán lo que ftre; los
que
no vercracleramente, no hasta el
f'on-
a"g"t"-'; p-"'o giu'in' u "'-
:l',*ilI.:ltr: i::;;;;;io'
gi"'i' v aclmiraciírn'
incesan-
l,r l*Ln vivicro no la contarán nunca;
,Ii. I'll pasaclo pertenece a los mueftos
('ü¡iesel' p 314)'
;: ;l-*;';;"i"r" .elevando
Juan
temente sus místicos
il;;;tl A estas legiones angélicas' pole en tela
vano de comprencler:
"Aquéllos reflexionar sobre esta laguna que
l'ls necesario
opone a 1os que tt^t^^ "" por cono- ,lt'ir-ricio el propio sentido dei testimonio
y' por ello mismo'
(los ángeiesl t"tttirn"" gloria' ésto§ se e-sfuerzan
éstos se afanan; aquéllos I r iclenticlacl y 1á credibilidad
de los testiElos'
cer; aquéllo' ^t1o'u'-'"""-silencio' mantener la mi-
los oios, etto' se avergtienzen c7e
aDartan '-to
in'nl"*f'f" n' t29 l F'l ver-
(Crisóstomo' I r 'cpito, no somos nosotros',los t:T:"]l'::::l:ffiÍ::i:;::::
,r.t, iii, cn le g,loria en el
l"mo "edorar en silcntio'cs origi- r 1 rs. . . Los que hemos
sohreviviclo somos una mmor
bo qtre hetnos "ll¿utiA" o su
prevaricaciones' o su habiliclad'
término' oue significa , \ig,tla: somos aquellos qLIe por sus
la Gor-
texto griego
"pneáfin"'o" """ retigioso" deriva la palabra ',r( rte. no han tocaclo to"¿o Qui"'-t lo
ha hecho' quien ha visto a
nariamente "or""tt'u'""i 'iLttit' lJs términos que sustitu- o ha r''uelto muclo: son ellos' los "musul-
1\ )nl. ltc) ha r''r-relto n"t"ortt'''-o'
moderna ""t'r"-i'Jo ''o""-i"Jtta integrales, aquellos cuya cleclaración
ha-

yen a otros o", ,''"''''{J:::::1":T,""tl:Lff :" ilÍf rrr,llturi", l.s hundiclos. l,,a t"rtig,,a
l,rrr pocliclo tener un significado
general Ellos son la regla' nosotros
la
o n-renot

ii:ilsc hact'con
il:1 :i:l#irg*j*:r
ttn ;; ml : ;H :i
, rir'¡rción... Los que tt''ltr.to'suer-te hemos
,lr:'r tcción, contar no solamente nltestro
intentado'
destino
con mayor
sino también ei de los cle-
narración
mo a srr gloril. Nosolros. rrr,ts. ¡lrecisamente el cle los
"hundidos"; pero se ha tratado cle una
tenciones que pueclan
tenerse'
'iit
-"t:'l:':-
l]i: :i:i:1{'ii"*ff i -^"J:T'.T,T.*" ;llm *! : ii
,1,- ñrrnrener fiia la
l )( )l cLlcnta
cle terceros", el relato cle cosas
rrl rrlrlclas por uno tismo fa clemolición
vistas cle ccrc:r peto no experi-
terminada' la obra cumplicla'
no
para
ilme nte tambié n n e como no hay nadie qlre haya vuelto
il|l:l ;l $:TJX],"...'''J***. s rác lr.rr' ¡r:rclie qr-re la haya contado'
' , ,rl:il srt muefie.
Los hunclidos, aLlnqtle hubiesen
tenido papely plr'rnra' no
elnpeza-
nosotros. I !r rl )i('l':t1-I escrito stt testimonio'
porque stl vercladera muerte había
33

\Z
(l()y1r llntcs cle la muefie corporal. Semanas y meses antes cle extinguirse I-ran sobrevivido hablan de ella muy raramente. y c¡lanclo hal¡lan
cle ella,
lurlríln pcrdiclo ya el poder de observar, de recorcla¡ de apreciar y de ex- su testimonio sólo alcanza a una ínfima parte de tal situación.
¿Cómo sa_
prcs¿rrsc. Nosotros hablamos por ellos, por delegación (.Levi 2, pp.72-7T' bcr que la situación misma ha existiclo? ¿No es fruto de la imaginación de
nuestro informador? o bien la sitr-ración no ha existiclo en tanto que tal. o
El testigo testimonia de ordinario a favor de la verdad y de bien ha existido y, entonces, el testimonio de nuestro informa<lor es fálso,
la jursticia, que son ias que prestan a sus palabras consistencia porque en ese caso debería haber desaparecido o clebería callarse... Ha-
y plenitud. Pero en este caso el testimonio vale en lo esen- lrer "visto realmente con sus propios oios" una cámara de gas sería la con-
cial por 1o que fálta en é1; contiene, en su centro mismo, al- clición que otorflara la autoridad de decir que ha existido y de persuaclir a
Éao que es intestimoniable, que destruye
Ia autoridad de 1os I,s incrédulos. Pero todavía sería necesario proba. que mataba en el mo-
supervivientes. Los "verdaderos" testigos, los "testigos inte- rnento en que se la vio. y la única prueba admisible de que mataba es es-
grales" son los que no han testimoniado ni hubieran podido tar muerto. Pero, si se está muerto, no se puede testlmoniar que ha sido
hacedo. Son los que "han tocado fondo", los musulmanes, los ¡ror efecto de la cámara cle g¡as (Lyoturrd, p. 19).
huncliclos. Los que lograron salvarse, como seudotestigos, ha-
blan en su lugar, por delegación: testimonian de un testimonio Algunos años después, en el transcurso cle una investigación
que falta. Pero hablar de delegación no tiene aquí sentido al- Ilcvada a cabo en la Universidad de yale, Shoshana Felman y
guno: 1os hundidos no tienen nada que decir ni instrucciones t)ori Laub elaboraron Ia noción de la sboá como ,,aconteci_
ni memorias que transmitir. No tienen "historia" ni "rostro" y, rnientr¡ sin testigos". En 1989, la primera clesarrolló este con_
mucho menos, "pensamiento" (Levi 3, p. 97). Quien asume la cepto en forma de un comentario al filme de Claude Lanzmann.
carga de testimoniar por ellos sabe que tiene que dar testimo- L¡ sboá es un acontecimiento sin testigos en el cloble sentido
nio de la imposibilidad de testimoniar. Y esto altera de mane- cle que sobre ella es imposible dar testimonio, tanto clesde el
ra definitiva el valor del testimonio, obliga a buscar su sentido interior -porqlre no se puede testimoniar desde el interior cle
en una zona imprevista. lrr muerte, no hay voz para la extinción de la voz_ como des_
cle el exterior, porque el owtsicler queda excluiclo por clefini_
t.ión del acontecimiento:
1.13. Que, en el testimonio, hay siempre algo como una im-
posibilidad de testimoniar,habia sido ya observado. En 1983, N. es posible realmente deci¡ ra verdad, testimoniar des<ie el exterior.
apareció el libro de J. F. Lyotard, Le clffirend, que, incorpo- I)cro tampoco es posible, como hemos visto, testimoniar descle el inte_
rando irónicamente 1as recientes tesis de los negacionistas, se lior. Me parece que la postura imposible y la tensión testimonial de to_
abre con 1a comprobación de tna patadoia lÓgica: rl. el filme consisten precisamente en no estar ni simplemente dentro, ni
sirr-rplemente fuera; sino paradójicamenfe, rlentro y.fuera r,t la uez. El
fil_
Iis sabiclo que algunos seres humanos dotados de lenguaie han sido colo- n)c trata de abri¡ un camino y de tender un puente que no existía du_
caclos en una situación tal que ninguno de ellos puede referir después lo r';rrte la gr-lerra que no existe todavia hoy entre lo interior y lo exterior,
que fue esa situación. La mayor parte desaparecieron entonces y los que l)rr¿r poner a ambos en contacto y en diálogo (Felman, p 89r

14
35
Iis jttstarncnte este umbral c1e indiferencia entre el
dentro y
que Celan lleva a cabo con la lengua alemana, y que tanto ha
cl lirera (qlte, como veremos, es algo completamente distinto fascinado a sus lectores, es comparada por Levi -por razones
"p,-,Lnte" o un "diálogo"), que habría podido conducir
a
.1" sobre las que creo que vale la pena meditar- con un balbuceo
',,n que la au-
,.,nrr.,ráp."nsión de la estructura del testimonio' 1o
inarticulado o el estertor de un moril¡undo.
al des-
t()ra omite cuestionar. Más que a un análisis, asistimos
plazamiento desde una imposibiliclacl lógica a una posibilidad
Esta tiniel¡1a que se adensa de página en página, hasta el irltimo balbuceo
Lstética, por medio clel recurso a la metáfora
del canto'
inarticulado, consterna como e1 estertor de un moril¡unclo. y de hecho no
cs otra cosa. Nos atrae como atraen los abismos, pero a la vez nos de-
Lo que confiere al filme su pocler cle testimonio,
y lo que en general cons-
fiauda por algo quc debía haberse dicl'ro y no lo ha siclo, y por eso nos
son 1as palabras, sino 1a relación ambigua y descon-
tituie su fuerza, no l'rustra y aleia. Pienso que el Celan poeta debe ser más meditado y com,
las imágenes' la
certante entre las palabras, lavr¡2, el ritmo' la melodía' pedecido que imitaclo. Si el suyo es realmente un mensaje, se piercle en
nos habla más allá de sus palabras'
escritura y el silencio Cacla testimonio cl "ruido de fondo": t-ro es una comunicación, no es un lenguaje, o toclo
úlnica de un canto Qbicl' pp
más al1á de su n'reloclía, como 1a realización lo más es un lenguaje oscllro y mutilado, como lo es el del qr_re está a pun-
i39 y ss.). to de morir, y está so1o, como todos 1o estaremos en el trance de la muer-
tc" (Ibid).
ex lno'-
Explicar la paradoia del testimonio mediante el dews
r tal testimonio' algo que
cbiia del canto, equivale ^ esfetrz poe-
En Auschwitz Levi habia ya hecho la experiencia de esfor-
mucho de hacer' No son el
Lanzmannse había guardado z¿rse por escuchar e interpretar r-rn balbuceo inarticulado, algo
el impo-
ma ni el canto los que pueden intervenir para salvar ('()mo un no lenguaje, o un lenguaje mutilado y oscuro. Fue en
el testimonio 1o que puede' si
sible testimonio; es, al contrario, krs días subsiguientes a la liberación, cuando los rusos transfi-
acaso, fundar la posibilidad del poema' ricrc¡n a los supervivientes de Buna al "Campo Grande" de Ausch-
witz. Aqr-rí la atención de Levi se sintió atraida de forma súbita
son con fre- l)or un niño al que los deportados llamaban Hurbinek.
1.74. Las incomprensiones cle una mente honesta
Levi, al que no le gustaban los au-
cuencia instructivas. Primo Ilrrrbinek no era nadie, un hiio de la muerte, un hijo de Auschwitz. pare-
por la poesía de celan, aunque
tores oscuros, se sentía affaidc¡ ninguno sabía nada de é1, no sabía hablar y ncr
, í:r tener unos trcs zrños.
no llegara verdaderamente a entenderla' En un breve
ensayo'
It'nía nombre: ese curioso nombre de Hurbinek se 1o habíamos dado nos-
osclrro, Levi hace ver la diferencia entre
titulado Sullc¡ scriuere ,,lrrrs, pnede que una de las mujeres, que había interpretado con aquellas
que escriben oscllramente por desprecio al
Celan y aquellos ',rl:rbas uno de los sonidos inarticulados que el pequeño emitía de vez en
poéti-
le.to, á pár insuliáiencia expresiva: la oscuridad de su , uiurdo. Esfabe parahz do de la cintura para abajo, y tenía las piernas atro-
ca le hace pensar más bien en "un matarse por anticipado-' 1n lrrrtl:rs, clelgadas como palillos; pero sus ojos, perclidos en str cara trian-
sido la
,-ro-q.r"r..-r"r, una fuga clel mundo cuya coronación ha rirrl:rr y demacrada, emitían destellos terriblemente vivos. r'argatlos cle su-
,r.r".t" cleseacla" (fevi l, p. 637-)' La extraordinaria operación
l,lir':r. cle afirmación, de la voluntad de clesencadenarse, de romper la tnrnba

l6 37
nizrdo, por recoger su palabra secreta: fi7ctss-klo, fi'Latiskk). QLti-
y qllc._na(lic se hlbía preo.rLr-
(lc su lnutisln( ). 1,¡ pdldbrat qlrc le faltaba su ¡rirada con zásfod2'L palabrzr. toda escritura nace, en este senticlo, cromo tes-
cle ia palallra' afloraba en
l):r([() lx)1 cnseñarle,
la nettcsiclacl timonio. Y pot'esto mislno aqllcllo de lo que testimonia no pLle-
.'xplosiva cxigencla
(Lcvi 1r' p 21)'
cle ser ya lenglla, no pLlede ser ya cscritur:r: puede ser sólo 1o
a-re- intestimoniaclo. Éste es el soniclo que n()s llega cle la lagunur, la
Pero a p¿rrtir cle un crierto
momento' Ifurllinek empieza no lengua cille se habla a so121s, c1e Ia que la lengu:r responclc,
del campo consl-
petir incesantemente Lrna palabra' q.":."o9i" c'n la quLe nace 1a lengua. Y es la n¿rtllralezzr cle eso no testimo-
trlrnscril>e clullitativamente
como /??A'ts-
Xr"-"",""¿"r, y que Levi niaclo, su no lenglla, '.Lqr.le1lo sobrc lcl qLlc es preciso interrc¡-
l«Lo c¡ malisklo: garse.
cle Hr-rrlli-
era verclzrcl' clesck: et rincón
noche agttzállamos el oíc1c¡;
I'lr-r 1'¿
No siempre 1.15. Hurbinck no pr-iede testimonial", p()tqlle no tiene len-
cuantlo un soniclo' una palabra gua (la palabra que profiere es ltn s<>nicl<¡ incicrto y privado
nek nos llcgalra cle vez en palabr:r articnlacla, con
rcaliclacl, pero crr una
cra exectalnente ig,tü, en cl:if'eren- cle sentido: mdss-l«lo o matisklcti,). Y, sin eml>al'g(), "tcstilnoni2r
pallülas lrticltl¿lclas ltgeramente
toda scguricl'.rcli o. meior clicho' 'l Jna rttiz' <¡rizás a a travós de estas palabras mías". Pero talrpoco el surperuiviente
en torno a Lln tcma'
fes. variaciones experimentales puedc testimoniar integralmente, clecir 1zr propia laguna. Eso
un nomlrre Ubid'P n)' significa qlle e1 testimonio es ci encuentro entre clos imposi-
ese vo- lrilidacles de testimoniar; qlre la lengtta, si es qLle pretencle tes-
Toclos cscLlchal)an ytrutllbln clc tlcscitrur €lse sonido' timoniar, clebe cecler slt lugar a una no lengua, mostrar la im
cal¡urlario incipiente: PL-ro
runque todes las lenguas cl-trope"rs posibiliclad c'le testimoniar. La iengua clel testimrlnio es una
estaban representacl^ "r-,
.r campo, 1a palabra de Fhrrbinek lengua qLle ya no significa, pcro qllc, en esc su no significar,
secreta:
permanece obstinaclamente sc adentra en 10 sin lengua hasta rccoger otra insigniflcancia,
pttecle qr'tc fr'rertr ll clel testigo integral, 1a del que no pueclc plest2lr testimonio.
mensaje' ni una revel¿rciírn:
No, no cra clesclc Iuego tln puccle (scgún ltna No basta, pue¡i, para testimoniar, 1levar la lengr-ra l-iasta cl pro-
vcz había teniclo elgr'tno; pio no senticlo, hasta la pllra indeterminación rle las lctras ('¡'¡z-
stt nourllrc. si cs c¡'te alglLnur r'pan"; o tal vez 'c:tr
c1e nuestras hipótesis)
qu" t1t'itlt"o clecir "comc-r" o tt-s-s k-l-<¡. tlx-a-t'¡-s k-l-r¡); es preciso qr.le este sonido despoja-
de n()sotros
con l¡ttent¡s ¿ugulncntos rtno
ne'', etn bohcLnio. ccxrro sostenía an- tlo clc senticlo riea. a su vczr voz de algo o de zrlgr-rien qlle por
el sin notnblc' cttl'o minúsculo
quc conocí:t t:'tu le'''gt'a ' Ilurbinek' muriír en los tlzones muy dif-erentes no pr-rec1e testimoniar. O, por clecirlo
f lurl¡inek
clcl tatuaje cte Altschw-itz: t It' otra lnanera, 1a imposibilidad cle testimoniar, la "l:rgtrna" que
tcbr¿rzo llcvaba l¿r ln¿rca qucda cle
ribre pero no rrr-limiclo. Nada
primeros crías cle rn¿rrzo cre 19,i5, (Ibir'l' pp 22-21' r'onstituye 1a lcngua humana, se clesploma sobre ella misma
estas paldrras mi¡s prrra dar paso a otra imposibiliclacl de testilr<lniar: la clel que
él: testimoni¿r por meclio c1e
sentía rro tiene lengua.
Es posillle qLle fuera esta
palabra secreta 1o que Levi
en Auschwitz l.rr hue11a, qr-re 1a lengtta cree transcribir a partir c1e lo intes-
l)crclerse ",-t "t
rtx'iJ.L1o p""ti" de celan Pero lcl no testilncr tirrroniado, no es su palahra. Es lzr palabra cle la lengua, la qtte
por escLlchar
sc hallía cstbrzaclo' en toc'lo caso'|

tfi
n:1cc cuando la lengua no está ya en sus inicios, baja ele p un­ 2. EL "MUSULMÁN"

to ¡x1 ra -se ncillame nte- testimoniar: "no era luz, p ero estaba
para dar testimonio ele la luz".

2.1. Lo intestim oniable tiene un nombre. Se llama e n la jer­


ga del camp o , der Muselmann, el musulmán.

El denominado Muselmann, como se llamaba en el lenguaje del Lager al


prisionero que había abandonado cualquier esperanza y que había sido
abandonado por sus cornpaüeros, no poseía ya un estado ele conocimiento
que le permitiera comparar entre bien y mal, nobleza y bajeza, espiritua­
lidad y no espiritualidad. Era un cadáver ambulante, un haz ele funciones
lísicas ya en agonía. Debemos, pues, por dolorosa que nos parezca la elec­
ción, excluirle de nuestra consideración (Améry, p. 39).

(Una vez más la laguna del testimonio, conscientemente rei­


vindicada esta vez.)

l{ecuerclo que, mientras bajábamos las escaleras que conducían a los ser­
vicios, hicieron bajar con nosotros a un grupo ¿le Muselmann, como los

41
llurn¿rríar.nr¡s clespr:és, que eran los hombres momia, los muertos vivos; y una expresión indiferente, mecánica y triste. Los oios queclaban recubier-
krs lricicron bajar con nosotros sólo para hacérnoslos ver, como para de- tos por Lrn ve1o, 1as órbitas se hundían profundamente. La piel tomab¿L un
cirnos: llegaréis a ser igr-ral que ellos (Carpi, p, 17). color gris páliclo, se hacía delgada y dura, similar a1 papel, y comenzaba
la descamación. iira muy sensible a todo tipo de infección y contagio,
hornbre cle las SS caminaba con lentitud y obserwaba al musr-rlmán que
t-ll especialmente a la sarna. Los cabellos sc ponían híspidos, opacos y se
sc dirigía clirectamente hacia é1. Todos nosotros mirál¡amos con el rabillo caían con facilidad. La ctbeza se alargaba, los pómulos y las cuencas de
clel ojo hacia la izquierda para ver lo que iba a pasar. Ese ser idiotizado y los ojos se hacían cada vez más visibles. El enfe¡mo respiraba lentamen-
sin voluntad, affastranclo sus zuecos de madera, terminó por ir a caer jus- te, hablaba despacio y con gran esfuerzo. Segúrn la duración del estado
tarnente en los brazos clel de las SS, que le dio un grito y le propinó Lrn c1e desnutrición aparecían edemas grandes o pequeños. Se manlfestaban
fustazo en la cabez¿t. El musr-rlmán sc paró, sin darse cuenta de 1o que ha- inicialmente en los párpados y en los pies y aparecían en puntos diver-
bía pasad.o, y cuando recibió un segundo y un tercer golpe porque se sos segúrn 1as horas del día. Por la mañana, después de1 clescanso noctur-
había olvidado de quitarse 1a gorra, empezó a hacerse sus necesidades no, eran visibles sobre todo en 1a cara. Por l¿r tarde, en cambio, se manl-
cncima, porque tenía disentería. Cuando el SS vio el líqr-rido negro y ma1- festaban en 1os pies y en la pafie inferior y superior de 1as piernas. El
oliente que se derramaba sobre 1os zuecos, se encolerizó terriblemente. estar de pie hacía que el líquido se acumulase en la parte inferior del
Se le echó encima y 1e dio patadas y patadas en e1 abdomen, y, una vez cuerpo. A medida que el estado de clesnutrición se acentuaba, los ede-
que el clesventr-rrado había caído y¿ sobre sr.ls propios excrementos, si- mas se difunclían, en especial en e1 caso de los que debían permanecer
guió golpeándole en la cabeza y el tórax. Al primer golpe se dolrló y des de ple durantc muchas horas, primero en 1a parte inferior de las piernas,
pr-rés de otro par de golpes estaba ya muerto (Ryn y Klodzinski, pp. 12ft clespués en las pantorrillas, los glúrteos, 1os testículos e incluso el abclo-
y ss.). men. A la hinchazón se añadía no pocas veces la cliarrea, que a menudo
podía también preceder al desarrollo de los edemas. En esta fase 1os en
En 1o tocante a los síntomas de 1a enfermedad y la desnutrición, hay que fermos se hacían indiferentes a todo lo que pasaba a su alrededor y se
clistlnguir dos fases. La primera se caracteriza por el adelÉlazamiento, la ponían a1 margen de cualqr-rier relación con su ambiente. Si todavía es-
astenia muscular y 1a progresiva pérdicla de energía en 1os movimientos. taban en concliciones de moverse, 1o hacían como a cámara lenta, sin fle-
En este estadio el organismo no está profundamente dañado toclavía. xionar 1¿rs roclillas. Dado que su temperatura Lrajaba normalmente por de-
Aparle de la lentitud de 1os movimientos y la pérdida de fuerzas, el en- bajo de los J6 graclos, temblaban de frío. Si se observaba de lejos a un
fermo no presenta más síntomas. Y con excepción de una cierta excita- grupo de estos enfermos, se tenía la impresión de que eran árabes en
bilidad y una irritabilidacl características tampoco se manifiestan altera oración. De esta imagen surgió 1a definición usada normalmente en Ausch-
ciones de carácter psíquico. Era difícil advertir e1 momento del paso cle wifz para indicar a los que estaban muriendo de desnutrición: musulma-
r-rn estadio a otro. En algunos se producía de manera lenta y gradual, en nes (Ryn y Klodzinsky, p. 9,1).
otros de forma muy rápida. Se podía calcular que 1a segunda fase se ini-
cieba, de manera aproximada, cu¿rndo el indivicluo harnbriento había per El musulmán no le daba pena a ninguno, ni podía esperar contar con la
clickr un tercio de su peso normal. Si seguía adelgazando cambial¡a tam- simpatía de nadle. Los compañeros de prisión, que temían continuamen-
lrién la expresión de su rostro. La mirada se hacía opaca y la faz adquiría te por sll vida, ni siquiera le dedical¡an una mirada. Para los detcnidos

12 43
en D¿rchar-r sc clccía de otra f<>rnta, Kretiner(icli<¡ta); cn Sl.utthoff, ñrr,;pel
(lu( ('()llll)()ttl)an, los l-nLlsLlllnanes eran firente cle rurllia y preocr-lpación, (lisiado); en Mauthirlrsen, Scbuimmer (cs clecir, los quc sc rrantienen a
()tros no pcnsall:rn nlás que en
¡rrr:r l:rs SS sírlo inúrtil iru¡unciicia. l]nos y flote hacienclo el mucrto): en NeuengzLmtne , Kamele (carnellos o! en sen-
clirrinru los, cada ltno ¿l slt lnanel-a (lbicl, p 127). tic'lo tr-anslxticio, idk>tas): en Iluchen¡r,'¿rld, mride.scbeichs (es clecir, en-
t<¡nteciclos) y en el Lager fémenino cle Ravensbnrck Muselueiber(musul
,liXIOs
krs tlruSulmancs que van 11 gas tienen la ntisrna historia o. mejof manas) ct Schmuckstt.icke(alhajites o joyas) (Sofsl<y, p. 461).
r-lir'ho, no tienen historia; han seguido por la penclicrnte h:rsta cl firndo, na-
tUltlllcnte, CO[ro lOs arroyos qlle van a dar ¿r la tr-tar'. Lina yez eL el Cd17l.- Lzr explicación más probable remite al significaclo literal del
1x), clcbido a stt escncial incapaciclacl,
o por desgracia. o por culpa de cu¿rl- térrnino ár¿ú>e musliml que designa al qllc se somete incondi-
quier inciclente tfiviel, se han visto arrolleclos antcs cle haber pocliclcr cic¡nalmente a Ia volltntacl de Dios, y está t:n cl or-igen cle 1as
acl:rpta|se; han siclo vcnciclos antcs cle c[lpezar, no se ponen a aprcncler leyenclas sobrc el preslrnto fatalismo islíu'ltico, lt:rst:rnte difun-
alcmán ni a discernir nacla en cl infernal enrccl<¡ cle leycs y cle prohibi- didas en las cnlturas eLlropeas a partir cle le Eclacl Mcclia (en es-
cioncs, sino cltanclct su cucrpo c5 ya tlna ruin.L' y n:tda pucde selv¿rkls de ta inflexión despreciativa, el término cstá ltien atcstigLudo en
le selección o c-te la mrteltc por lgotamicnto. Su vicla es breve pero su nú I:rs lenguas europeas, p:rrticularmentc en italiano). No obstan-
r¡r(:r() es clesmesuraclo: son ellos, los Muselmanttér, los hundiclc¡s, cl ner- tc, mientras la resignación clel ruu,slim reposa en la convicción
vi<'t dxl cctmpo; ellos. la m¿ts¿r anónilna, continllemente renovacla y siem- cle que I¿r voluntacl de A1á está presente en toclo molnento, en
pre icléntica, no hoflbrcs que marchan y penan en silencio. apagacio en el más pequeño acontecimiento, el mLisLllmán cle Auschwitz
ellos e1 Lrrillo clivino, clcm¿rsiaclo vacíos ya par:r sufrir vercl¿lcleramentc. Se
p¿rrece haber percliclo, por el contrario, cllalqLlicr forma c'ie vo-
clucla en ll¿rlnar mllerte a su muertc, fiente a Ia cu¿L[ no albergan temor Iuntacl o cle conciencia:
porque est¿in clemasiaclo cansaclos para clonlprenclcrl:r' Pueblan r¡i me
rDoLia con su presencia sin rostro, y si pucliela encerrar todo el mal cle
... el estr¿rtc¡ relativamentc más numeroso cle aqr,rellos clue hahían perdi
nlrestro tiempo en una imagen, c-scogería esta ilnagen que me resrrlta f)- clo clcsdc liací¿r muchc¡ tocl¿r voluntad cle vivir. Se lcs llamaba en los c:rm
mili¿rr: nn hombre clemacrado, con la c.rl)cza inclinacl¿ y la espalcla en- pos rnusulmanes. es decir personas clominaclas por un latiilismo absolu-
co1-v¿da, en ctLlyos olos no sc plled(] leer ni r¿rstrt¡ clc pensamiento
(Levi,
to. Su clisponibiliclacl para la muerte no er:r, cmpero, algo sitnilar a un acto
3. p. 96). sino trna clestmccií¡n de la vohlnta(l. Se confrtrnralran c]()n to
cle vrfunt¿rcl,
rlo lo quc ptsaba, pcxque toclas sus lr.rerzas estaban mutilaclas y anicluil:r-
tles (Kogon, p ,100).
2.2. Sobre los orígenes de1 térrlino Muselmann lzrs opinio-
nes no concLlerclan. l'r>r lo clemás, colTlo suele sl.lcecl'er con las Hzry otras cxplicaciones, si bien menos cronvinccntes. Comc)
jcrgas, no fhltan 1os sinónimos. I en l^ Enc-ycbpectr ia.[uclaic a, en la voz Muse lmotnn:
rr registrzrcla
''t.lsado sobre toclo en Ar-rschwitz, el término parece proceder
l.:r cxpt-csiírn sc ttsll¡¿L sol¡re toclo en Attschr'vitz, cle d<»rcle pasó clcspr'rés tlc 1¿r actituc1 característica de estos deportados, es decir, Ia de
1t ()tr()s [_agel.... tin Nlajclanel< csta p:rlabra cra clcscunocida y par:r clistin- ('star acun-r-lcados en cl suelo. eon lrrs piernts feplegaclas a1 mo-
rrr,rir.u
..1os
ltrllertos vivientes" se er]Iplealra la expresión Gllnel (csclrdille):
/+5
rl«r <rricntal,con la cararigrda como Llna máscara". O como Ia ra él en el paradigma sobre el cual, posteriormente, ya emi-
strgcricla por Marsalek, para quien el término aludía "a los mo- grado a Estados Unidos, basó sus estudios sobre la esquizo-
vir.nicntos típicos de los árabes cuando rezan, con su perma- frenia infantil en la Orthogenic School, qr-re había abierto en
lrcntc postrarse y la elevación de la parte superior del cuerpo" Chicago parala curación de los niños autistas, una especie de
(Sof.sky, p. 464). O, por ú1timo, una que parece muy improba- aiticc4mpo en el que se enseñaba a los musulmanes a conver-
lrle y qtre interpreta Muselmamncomo Muschelmann, hombre tirse de nuevo en hombres. No hay en la minuciosa fenome-
aconchado, o sea replegaclo y cerrado sobre sí mismo (Levi pa- nología clel autismo infantil descrita en La fortaleza uacía, ni
rece aludir a ella cuando habla de "hombres-va1va"). r-rn solo rasgo que no tenga su oscuro precursor y su paradig-
En cualquier caso, lo cierto es que, con una suerte de auto- ma interpretativo en el comportamiento del musulmán. "Lo que
Íonia feroz,los judíos saben que en Auschwitz no morirán co- era para el prisionero la realidad exterior, es para el niño au-
mo jr-rdíos. tista la realidad interior. Ambos, por razones diversas, acaban
por tener una experiencia anáIoga del mundo" (Bettelheim 2,
p. 46). Al igr,ral que los niños autistas ignoran por completo la
2.3. El desacuerdo sobre la etimoiogía del término tiene su realidad y se retraen en un mundo fantasmático, los prisione-
puntual correspondencia en la incertidumbre sobre el ámbito ros que se convefiían en musulmanes dejaban de prestar cual-
semántico y disciplinario en que debe inscribirse. Que un mé- quier atención a las relaciones de causalidad reales y las susti-
dico como Feikiel, que había trabaiado durante mucho tiempo tuían por fantasías clelirantes. En las miradas pseudoestrábicas,
enlos Lager, tendiera atratar a1 musulmán como una figura no- en el andar cansino, en la repetitividad obstinada y en el mu-
sográfica -una enfermedad particular de desnutrición, endé- tismo de Joey, de Marcia, de Laurie y de los otros niños de la
mica en \os campo:;- no puede sorprender. En cierto sentido, escuela, Bettelheim perseguía la posible solución del enigma
había sido Bettelheim el que abrió el camino en 1943, con la que el musulmán 1e había propuesto en Dachau. El concepto
publicación en el 'Journal of Abnormal and Sociai Psychology" de "situación extrema" no dejó nunca, empero, de tener para
de su estudio sobre Incliuiclual ancl Mass Bebauior in Extreme él una connotación moral y política, de la misma forma que en
Situations. En 1,938-39, antes de ser liberado gracias a la inter- ningún momento redujo al musulmán a una simple categoría
vención de Leonor Roosevelt, Bettelheim había pasado un año clínica. Puesto que lo que estaba en juego en la situaciÓn ex-
en los que en aquel momento eran los dos mayores campos trema era "seguir siendo o no un ser humano" (Bettelheim 3,
de concentración nazis para prisioneros políticos, Dachau y Bu- p.214), el musulmán marcaba de algún modo ese inestable
chenwald. Aunque las condiciones de vida en el Lager durante r-rmbral en que el hombre pasaba a ser no-hombre y el cliag-
esos años no eran comparables con las de Auschwitz, Bettel- nóstico clínico análisis antropológico.
heim había tenido ocasión de ver directamente a los musul- En cr-ianto a Levi, cuyo primer testimonio había sido un In-
manes y se había dado cuenta de inmediato de las inauditas .l'orme sobre la orgamización bigiénico-sanitaria del campo de
transformaciones que la "situación extrema" producía en la per- concentración para iuclíos cle Monowitz (Auscbwitz, Alta Sile-
s<>nalidad de los internados. Así el musulmán se convir-tió pa- sia), escrito en 7916 a petición de 1as autoridades soviéticas,

tr6 47
lrr nlttr.tralcza cle 1a experiencia sobre la
que se reclamaba su no humanidacl, sino t¿rmbién la vida vegetativa y 1a cle relaciÓn,
cluda "En efecto' la fisiología y la ética, l¿r meclicina y Lr po1ítica, 1a vicla y la mr'ler-
tcs(irlronicl no hal¡ía siclo nunca puesta en
,,.r" int.r"rrn la cligniclacl y la falta cle dignidad en el homl¡re"' tÉr transit?ln entre ellas sin solución de continr-ridacl. Por esto su
Llna irilnía que prolra- "tercer reino" es la cifra pcrfécta clel campo, del no-lugar clon-
clcclaró en 1986 a Barbara Kleiner, con
captar la entrevistadora (Levi t' p' 66)' fa c'le toclas las barreras entre las disciplinas sc arruinan y toclos
lrlemente no llegÓ a
nrreva materi¿r ética que Auschw\tzle habia
hecho descubrir los diques se dcsborclan.
no c<¡nsentía de hecho iuicios sumarios ni distinciones taian-
tes y, le gLrstara o no, la falta c1e digniclad
tenía qlle interesar-
co- 2.1. El parucligma cle la "sitttaciÓn extt'etna" o cle la "sitr-iaci(tn
l" tar-rt..l .,rmo Iu cligniclad misma La ética en Auschwitz en
menzaba pues -incluso esto está contenido
irónicamente lírnite" h¿r sic'lo invrtcaclo con frecr.tencia ct-t t-lr-tcstr<) ticmpo tan-
en el to por los fllósofbs com() por 1os teírlogos. 1)csctnpcña una firn-
el títulci retórico Si estc¡ es wn bc¡ru,bre-, precisamente,
punto en que cl musulmán, el "testigo integral"'
había elimi- ciór-r ar-ráloga a 1a que según algr-rnos jr-rristas corrcsponcle rl
entre el hom- cstaclo cle excepciÓn. De la misnl:l I'll:Incrl'a c1r-te c1 estaclo dc
naclo para siempre tocla posibiliclacl c1e distinguir
bre y el no-hombre. excepción pennite fr-rndar y definir 1a valiclez clel c¡rclenetnien-
El hecho c1e que, en clefinitiva, el umbral
extremo entre 1a vi- to juríclico nonnal, es posiblc juzg:rr y cleciclir e l'¿lttz cle la si-
c1a y la muerte, entre lo humano
y 1o inhumano en qure habi- ttiaciírn extrem¿I -ql1e cs, en el ftrnclo, r-tna especie cle lzl excep-
político' es al- situación normal. En palabras de Kierkegaarcl:
taba el musulmán, pucliera tener un significaclo ción- sobre l¿r

go q.r. también ha siclo afirmzidi¡ de forma explícita' "La excepción erplica lo general y sc explicr a sí mism¿i' Si se
c¡uiere estucliar Coffectamente 1o gencral. cs ncccslttio o¡11p¡¡¡-
F,lmusulmirn encarna el significaclo antropológico
c1e1 poder absolttto cle se de Llna cxcepciírn real". Así, en Bettelheitn. el caupc) colno
mllnera pafiicularmente ra<.lic¿rl En rigor' en
el acto dc m¿rtar' el poder se situaci(rn extrema por excelencia, perrnite decidir qué es hr'r-
suprime a sí mismo: la muerte clel otro
pone fin a la relación social Por nrano y c1ué no lo cs, separar al rnusulmíLn del honlbrc'
el contr¿rrio, al someter a sus víctimas al haml¡re y la degradación' gana Nr¡ ol¡stante, Karl ll¿rrth ha hecho notar, con tnucha rezÓn-¡
la vida y la muer-
ticmpo, 1o que le permitc funclar un tcrect
reino entre ¡rropósito clel concepto cle situaciíln límite y, cn particular, cle
te. 'Iambién el musulmán, como el montón
cle caclávcres' cla prttebas del le cxperiencia cte la Segunda Cluerr¿r Muncli¿ll- que el hombre
completo triunfo cle aquél sobre la humanidacl
clel hombre: ¿lltnquc se tiene la cap:rciclacl específic:r de aclzrptarse tan bien:r 1¿l sitlta-
c iírn extrema, cllle ést¿r nc¡ puede clesernpeñar cn fbrma algr-r-
hotnllre es un:r figr'tra sin nombrc Al consc-
nantenga toclar'ía vivo, ese
encLlentra el propio cumpli- n¿r Lrna función cle línea clivisclria prccisa.
g,.rir impcrner una conciición tal, cl régimen
micnto... (SofskY, P 29/+)'
scgíln tod() lo qne ho1' n<¡s es daclo ollservar -escribía cn 1!'18- se pue
ética' límlte
A veces figura nosográfica y a veces categoría ,lt, clecir con cefteza quc, incluso el clía signiente clel .fuicio llniversal, si
alternativamente' el musul- lirl c()sa fire¡a posible, ctr..rlquier-ltar, o clancin,q, culLJcluicr círcrtlo carn:L
político y concepto anáopolÓgicc¡
qt'" no sólo la humanidad y la r rrlcsco, cualcluier cclitorial ávicl¿ cle abonos o clc pr-rbliciclacl, ctrllclltier
,r,,r'l ú. r.. inciefiniclo, et' "i
", 4t)
IS
1¡ul)() (lc lx)liticastros [)náti«rs, ctt:rlquier reunia)n mrtnclana como cual \¡cz, se ih-rminan cntre ellos, por ¿lsí c'lecirlo, dcscle el interior.
t¡tricl ccnáculc) cristiano ¿Lg1'Llp¿rclo cn torno a su implesc--inclible tazlr cle Esto irr.rplica, sin embarg(), qLre la sitrLación extrcmlr no puecle
ti', y t'ualcluiel sínoclo eclesiástico, tratarían clc rcconsruir lo rnejor posi- servir cle critcri<¡ clc clistinción, c()mo en Bettelheim, sino clrc
lrlc y continuar com() haste cntonces sll activiclad. sin scntirse en absolu- su lección es más bien la c1e Ia inmanencia at¡soh_rta, la cle ser
to aléctaclos ni :rnulaclos, sin haber car¡l¡iaclo realmentc en n¿Lcla cle ayer "toclo en todo". En estc senticlo, Ia fllos«tfla plrecle ser clefinicla
:r iroy. Ni los inccnclios ni l:rs inttnclaciones ni 1os terremotos ni las gr,rc- como cl ntnnclo c<tntemplado cn Llna sitllación extrcnl¿r que se
r-r-es ni las epiclcmias cle pcstc ni ltn eclipsc clel so], ni cr-talqltier olr¿l co- ha convcrticlo cn regla (el nomlrre clc esta situación extrem¿l
sx qlre pcns2lr se cluiera. pr.reclen conclucirnr¡s por cllas misrlrls ¿r la ¿n es, según algunos fllírsofos, Dios).
gr.rstia vcrcl:rcler.r y, postcri()rúrentc, llcvarnos c¡r-rizás tan'rbién ¿r l¿ r'crclaclera
p'.tz. "Dl Senor nc¡ csta[¡a en la tclnpestacl ni cn cl terremoto ni en el ftrc-
go" (I 1?e, 19, ll). ;No, r,erclaclcr:rmente nol (llarth, p 135). 2.5. Alclo Carpi, prof-esor clc pintLrra cn l¿r Aceclcrnia clc Bre-
ra, ftre cleportaclo zr Gusen en felrrcrr¡ clc 191+4 y ¡rerrnar-reció
Es precisamentc esta increíble tenciencia cle la sittraciírn lí- allí h¿rsta mayo cle 1945. Ccinsiglriír solrrcvivir-. cr-t 1t:tr.te porqlle
mite a convertirsc cn hilbito lo que todos 1os testigos, hasta li¡s 1os miembr<¡s dc 1as SS, una vez clescLrlrierta su profesiíln, en-r-
sumiclos en las concliciones mrts extrcmas (los miembros dcl pezaron a enc:rrg:rrle cuaclrcis y clilrujos. Se tt'ataba, sobrc t<¡-
Sr¡nderkommanclo, p()r ejemplo) certiflcan unánimementc ("Si clo, cle retratos de f:rrniliares, qltcr Carpi tenía c¡ue ejccutar a
se hace este trabajo, Llno se vtlelvc loco el primer c1ía o sc ac<ls- partir cle fotografías, pero también cle paisajes italianos y clc
turr-rbra"). Los nazis halrían comprencllclo tan bien estc poder "peqrLeños dcsnuclos venecianos" que pintaba clc.- rnernoria.
secreto propio cie tocla sitLlación cxtrema, qlte n() revocaron Carpi no era Lrn pint()l' realist:r, si bien, por razones compren
nllncA cl estacl<¡ dc excepciÓn que habían declaraclo en f-etrre- sibles, hubiera. cluericlo pintar clel natural escenas y figur:rs clel
ro cle 1933, al día sigr-riente dc tomar el pocler, cle forma tal qtre calnTpo; pero cso no interesal)a para nada a sus cr¡mitcntes,
el Tcrcer Reicir ha poclicb scr deflniclo. a itlst() títttlo, conlo "ttna clue ni siclltiera tolerab¿rn t¿lles visioncs. "Ningrlno qlrierc es-
noche cle San Bartol<¡mé que dura) 12 ¿rñcls". cenas y figLrras clcl Lager ,anot¿r Carpi en su diarict- ninguno
Auschwitz es pl'ecisamente el luger en qlte el estaclo de ex- cllricre ver ¡1 Muselmamm" (Carpi, p 33).
ccpción coincicle perf-eciamente con la regla y en qLle 1¿r sl- Esta irnposiltilidecl clc rnirar al mnsulmíur nos es confirmacla
ttraciírn extrema se convierte en el p¿lracligma mism() c1e lo ccl- por ()tros testimonios. H:ry una qlre, alrnqlle inéclita. es pal-ti-
tic'liano. Pcro es esta tcnc'lencria paraclójica a convertirse en stt c:nlarmente cl()cuente. No hace muchos años sc hicieron pú
contrario 1o que hacc cle verclad interesantc l¿r situ¿rciÓn lími- lrlicas las pclículzrs que los ingleses fihn¿rron en cl cdmpo (lc
te. Micrntl'a,.i el estaclo cle exccpción y 1a situación nonr-iel es- Ilergen Belsen, en 19/+5, inmccliatamente después cle str libe-
thn scparaclos cn el espacio y en e1 ticmpo, como crs habitlral, r-aciírn. Es cliflcil sop()rtar Ia visión c1e los millares c1e cadávcres
l)crmírnecren opacosl allnqlte en sccreto se rcrfuerz¿rn mlltlla- clcsnuclos alr()ntonaclos cn 1as fos¿rs cor-nune.s o ¿l 1os que los
n)c'ntc. l)ero tan pronto cromo ¡ie lrltestra cle Íirrm¿r abierta su r'x gr-rarclianes llcvab¿ln a sus espalclas; es()s cLlerpos n-rartiriza-
convivencia. com() sr.lcccle l-roy dc forma más fiecuente cacla rlos <1ne ni si<pricra los integrantcs cle las SS consegr-ríun nom-

5l
El cspacio cle1 campc.t (al rnenos en aqltellos Lagcr, col'tt<t
l»ru. (sulrctr()s por Lln testimonio quc no clebían scr clenomi-
Alrschw-itz, en que campo cle cc¡nccntración y campo cie ex
nlrrl«rs cn ningún caso "cac'lírvcres" o "ctlerpos", sinrt scncilla-
tcrminio coinciclen) puede, plles, ser representado efic¿tzmen-
nrcntc h'iguren, figuras, muñecos). No obstante, clado que los
te colno una serie de círculos concéntric<¡s que, similares a olas,
luliaclos sc proponían en un primer rlofilento servirse c'le esas
rr¡zan sin cesar un no-1ugar central en el qure h¿rbita el n-ir-rsr,tl-
fllnracriones colno pruelra de las atrociclades nazis, qLIe había
rnán. El linite extremo de este no-ltlgar se llama en la ierga de1
qr-re cliftinclir en la propia Alcmania, no se nos ahorra ningítn
ccünpo, Selektion,la operación de esc«tger a los c'lestinaclos a ia
clet¿rlle clcl tremenclo espectácu1o. En un momento dacli¡. em
cámen cle gas. Por eso, la preocupaciírn más flnne del clepor-
pero, la cám:rra sie cletiene casi c:lsttalmente sobrc aqr-rel1os que
taclo er¿l la c1e csconder sus cnf'enneclaclcs y ltostraciones, clcul-
p'rrecen toclavía vivos, sobre Lln gnlp() clc cleportados acuffL1-
tar incesantemente al musulmán cltrc sentía aflorar clentro de si
cackrs cn el sttelo o cltle vagan en pie como fhntasmas Son só-
por todas paftes. Toda la población clel campo n() e¡i, en vcr-
Io unos segttndos, sttficicntes, sin embargo, parzr clarse cuen-
clacl. mirs qlle Lln inmenso torbcllino clue gila obsesivarncnte
ta cle qr-te s<: trata cle musulmanes que habíar.r sobreviviclo
cn torno a un Centro sin rostro. Pcro ese vírrticc ln,-rnilt-ro, co-
rnilagrosamente, o en t()do caso clc c'letcniclos muy cercanos ¿t
mo la mística rosa dcl parztíso clantesco, "pintada a imagen
la sitr-ración cle los musulmanes. Si se exccptúan 1os clibr-rios
nuestra", ilevaba impresa la vcrclaclera efigie clel homl>re. Se-
ejecntaclos clc memoria por Carpi, ésta es qtiz:a la única ima-
gírn la 1ey en virtud cle la cuai al hombre le repugna aquello
gen qr.lc se ha cronservaclo de ellos. Pues bien, e1 mismo ope-
con 1o que teme que se le note e1 pareciclo, el musulrnán es
raclor clue hasta ese momento se había cleteniclo pacientcmente
unánimernente evitaclo en el catmpo porqlle todos se recono-
en los clesnr-tcios yaccntes, en 121¡i terribles "figuras" desartictrla-
cren en slr rostro abolido.
clas y apilaclas unas sobre otras, n() pLlecle soportar la visión de
Es un hecho singular qLre, aunqlle tock¡s los testigos hablen
csos semivivtls y vttelvc inmccliatamente .r cncuaclrar l<ls c¿t-
de él como de una experiencia central, no se notnbre apcnas
dáveres. Corno ha scñalaclrl Canetti, el montón clc cadáveres es
al n-rusulmán en los estlldios históric<ls solrrc la clestrucción de
r-rn espectáculo antigtto. en el que los poclcr<lsos ¡ie han com-
los judíos de Europa. Quizás sólo ahora, a c¿lsi cincuenta años
placick> a mcnuclo; pero 1a visiÓn de los mlLsrrlmancs es Lln es-
cle distancia, cuanclo su figr-rra ha empezaclo a hacerse plena-
cenario novísimo, no soportable para los rljos httmanos'
mcnte visiblc, n()s sea posible sacar las consecuencias de tal
visibílidad. Porque ésta exige que el paraclign-ra de1 cxtermi-
nio, que l-rasta el presente ha orientado cle mttdo exclusivc¡ la
2.6. Esr¡ qLle no se qttiere ver zi ningirn precio es, sin enlbar-
interpretación c1e los cafftpos, sea no sLlstituiclo pero sí com-
go, el "nervio" clel catnpo, el umbr¿11 fhtal que toclos lr¡s de-
plementado por otro paradigma, que arroia una nlleva h-tz so-
p()rtaclo¡i cstitn a punto clc atfavesar en cualqltier momcnto "L'I
Lrre el exterminio y, en cierto sentidc¡, 1o hace más atroz tocla-
trrsr: c1el mttsuhnán era e l terror cle los internados, porquc nin-
vía. Antes incluso cle ser el cotmpct de Ia muerte, Ar-rschwitz es
grrno clc ellos sabía clrítndo le llegaría t¿rmbién e í:l ese clesti-
cl lugar de un experimento todavía impensaclo, en el que, más
no cle rnusttlmán, candiclato segllro a las cátlar¿Ls cle gas o a
aliá de la vida y de la muerte, el judío se'transfc¡rma en mu-
cualc¡r-rier otro tipo cle muerte" (Langbein 2, p. 113).
53
5l
como Ll1-t disco plano'
carece cle perfil, se representa siempre
Y no cclmprenderemos kl decir' no como un rostro
sulnl,tn y el hombre en nc¡-hombre privaclo c1e la tercera dimensión; es
(.rc es Anschwitz, ri;;,"tno hemos llegaclo "r
comprenclcr como algo que sólo pue-
real, sino ComO Llna imagen absoluta,
si no hernos aprendido a mirar y p.e.",-tt"lo El gttrgóneio'?' que representa
la im-
:l:Iilü;:'.."i'',."itmán' de ser vist<-r
que no se puede no ver'
rL lrL Gorgona con el' pásibili<lac1 c1e la vislírn, es aqr-rello
estalrlece un parale-
Pero hay todavía más Frontisi-Ducrottx
convención iconográfi-
lo entre esta frontalidacl, que rompe la
qlre Levi se sirye para designar lt" cerámicos' y el ztp(lstrofe' Ia figti-
2.7. lJnacle las perífrasis cle ha .^ á" f" pintr-tra .1" "'so'
al musr-rlmán es
,,El ha vistt a la Gorgona". Pero ¿qué
qtLe ." .oOrta" por meclio c1e la cuzrl el autilr' clttebrantanclo las
pcrs()naie o clirecta-
vistoelmttsulmán?,¿quées'enelca'mpo'laGorgona? tan- convenciones narrativas, se clirige a Lln
Frontisi-Dlrcroltx' sirviénclose 1a irnposibiliclad de la vi-
En un estuclio e¡emilar' F y los mente a1 pílblico. l'sto significa quc
como cle los escultÓricos algo similar a ltn
to cle 1os testimoniosvlit"t"t"t 1o que sión -cle la que Gctrgrt ei la cifra- conticne
t"te*icos' nos-ha mostraclo
.rr-t llo-n-i"nto que no puede.
rcr ch'rclido'
cle la pintLlra sobre ""ttls apóstrofe,
esa horrible cabeza f-emenina clel mrlsulmán' "el qr-re
:;'ñ;l;;;ti"g"' ru ó"rsona' En consecuencia, pues, colnc' nombre
visión producía la mtterte' y ha visto a la Gorgona", no es Llna clesignaciírn
sencilla' Si ver
enmarcacla por serplent"'].ttty" con la ayucla de la Gorgonzi
ver'
que Perseo ti"'-'" qt-l" tt'tar' llor eso mismo' Co.gnta slgnifica ver la imposibilidad-de
"-t" en el campo o acontece
Atenea' sin mirarla' no nombra en ese caso algo que está
la Gorgona no tiene rostro, en e1
rrñro.,-r2 nc clif'erencia del su-
et. utg., que el must'Ln7n habría visto'
la a
Lo más importante es que prósÓpon' que s1!ln1- ver de quien
de
,."*áo u.,. iubn'l los griegc's al término ojos' O:"-::^-11
oerviviente. l)esigna más bien la imposibiliclad
"r-t
"ha fondo" v
fica etimoiógi.,t"'-"" 'i;;u"
está ante krs *lJ, a" quien en el campo tocadc¡
'" ocaslo-
porque H;;;i-.; ha visto na-
;;;;;. i; iara prohlblcla' imposible cle mirar y' como tal' se ha converticlo en
El musulmán no
Lrna no-cara' "t'-holr.lbn"' de conocer y
na Ia muerte, es) para los griegos' .lo,r-t., ha conociclo nada, salvo la inposibilidad
Sin embargo es- testinroniar, arriesgarse a
nunca es designac'la tt'" "f i¿tti""
prósopon'
cle ver. Por eso, par,.r el musulmán,
fácil'
ta visión imposible ;; i" vez' abstlutamente
'""1]:"01",1::i contemplar
- la imposibiliclacl de ver' no es llna tarezr
en lnnll- que una
cle la Gorgona se representa no haya otra cosa
ellos. No sólo la no-cara
y en la pinturrt de ios [.r. Én el "fonáo" cle lc¡ humanc¡ cuya visión ha tr¿rns-
merables ocasiones <:" t"'
nt'"' plásticas imiosibiliclacl de ver: tal es la Gorgona'
vasos de cerámica, 'ñ
q'" 1o Áás curioso es el modo mismo fbrmaclo al hombre en no-hombre
Pero qlle sea prt'cisamen-
"'Gorgo' la 'anücara' sólo sc represen- no humana imposillilidacl <le ver lo que invc¡ca e inter-
c1e esta representación te esta
i""luctable de las miraclas"' esta pela a lo humano, .i'po'ttt't" al.que.el
homllre no ptlede
ta cle cara... en un uiÁ'-ttutt"
tocla su plenitucl' con el testimc¡nio La Gorgona y
)i,ipÁ-rip", '" t'f"t" a 1a miradadeensu peligr:t^ t-f1:Lt]i,:: sLlstraerse; esto y no otru cosa es
que da testimonio en su
r-rna clara .r.t.,-ttut"'i ie
los signos el qr-re la ha visto, el musulmán y el
sural" (Frontisi-l)ucroux, p 68)' En rupttua con la convenclon l.rg"r, ... una miracla única, la misma imposibiliclad
de ver'
la
que en ia pintura cle los vasos
ic.nográfica q"" d;;;i;a perfil' la Gorgona
ligr.rra httmano t"ootucla ntrmalmente cle 55
'"u
5/i
prctar esta expet'ienci:r-1ímite cn términos nlorrles' Se trataba'
a los musttluanes' no se pLle-
2.t3. QLrc, por Io qLIe respecta
clue confirman to- .. ..,-tr...,"r-r.ir. .1. lograr conscr-var la clignldacl y cl respeto
¿" fr"fri- ..r,-, pr,-'pi"aacl áe "vivos" es algo clc sí, si bien, en el campo, ninguno cle amllos ¿rnhekls
poclí:rn
clos los testimonirls "Cacláveres
amlrttlantes" los clcnominan
los llama "muer- :rspirar a traclttcirse sietnpre en las acciones- correspondicntcs'
n-nt tO. 39) y Bettclheim (1, p 104)"seCarpi clutla en llam¿rrlos vi-
Rettelheim parecc ah-rclii a algo clc csta ínc'lole, cuando
habla
i,rr-"ií,rt' y "homl>res tnotnia" ti' lzl; c1e un "punt<l cle no retorno", uits rrllá
clel clral el clep<lrtzrclo sc:

Le','i al reférirsc n (3' p 96) "A1 final se con-


,,.,r", "lltls convertía en llusr-tltlán:
"r..li-r" nos hace sal>er r-tn tcstigo de
tr-rnclen los vivos con ios nlueftos"'
las dt>s catego-
u"ig"" ,i.ften: "En cl fonclo la cliferencia entre categoría' Ios Si se c¡.rcría s<¡bl'evivir como homllrc, cnvilcticlo y clcgrlrcleclo' pcro a pc
rtna teltera
rízrs es mínima.. Pero hay también po- sarclet<lclclltltt.tlllno,yn()Convcrtil-StCllLlllt.ltt]ltr,r'r¡llllltllllntc.crltrre
qLrc yacen sin consc'gr'rir m()verse
y clue respir:rn todavía L1n
cesario.sollrctclclo,totn¿Lrcr¡ncicnciltclclllttr.rttlrlctlrll.cttlrllclinc]ivicltlel.
sin rostro" o "1¿rrvas"' halri-
ccr..." (Soliky, p. 46t+)'Prescnci¿rs t¡ás allá clel cu:rl no sc clcbílr ccclc:l frclltc ltl ollt-csor e ningúrl llrccio,
t'ti
cntre la vida y la lntterte"'
t.rn cn cuaiquier cas«r "en cl límite siclr-ticra si se poní:r en ricsgo l¡ vicla" Flscl cl-xigíe <¡tte st lttetrt
'r
)lrsLitrn
han dedicadrl al mu-
conlo reza el títukl qr're Ryn y Klodzinski teclclhechclclcc¡tte.lnásellírclr.-csettnllll.lrl.l¿rvic|epcr-clcríecr.Lalcltlicr
el tetna h:rsta el rnomcnto'
sulmán, la Úlnic¿r monografía sollre ()tra q..le' sentialo. Se sobrevíviría. pero con Lln respeto clc sí
uristnc.r no silllpletnen-

ir".o..r esta irnagcn biológica sc une inmecllatamente lntlsul- tc clisn'rinuiclo, sino completa'ncnte clestnliclo
(I]ettelhcir-r'r' p '2I3)'
scnticl()' El
en realiclacl, pzlrece tt-t"i"' stt verclaclero
la vicla y la muefic;
r¡án es no s(¡kl o oo tanto un límite entre Naturalmentc, cl autor se claba cLlenta c1e que, en la sitnaciíln
señ:rla, más bien, cl umlrral cntre
el homlrre y el no-homllre cr¿r práctica-
"Los n<l-hom- cxtrem¿r, el margcn cle libertacl y cle elecci(rn real
'I¿rmbién sobre esto los tcstin-ronios conctterclan
apagacla en ellos la lla- menteinexistentch:rstaelpr-rntrlc1ereducirscr:onmtlchatie-
l>res quc marchan y trabaian
en silc'ncio' de aquel
iRcntlnciaban a cualquier reacciÓn y se cuencia a ttn grado cle liscniirliento intcrior no mayor
ma clivina (Lcvi 3, p. 96). con el qlte se olledecía una <lrclcn:
al mismo ticrnpo a slts cuali-
conveftían cn olrietos' Y rcnuncialran
clacles clc personas" (Ilcttelhcirn 3,
p' 2OT' Hay' pr-res' Lln punto le na
Estl cottcicncia )' este lttciclez en el actuar, si l¡ien no n-rodí1ic¿ll>ltn
q.,.,'" peszrr cle mantenerla apariencia rte l¡iltrrllre' el hom- extrem()s' constitttían cl
el campo ¡¡raleza clel acto exigiclo, a n() ser en los c:asos
",-, "f serhulnano' Esc punto es el musulmán'y qlle pcrlnitíltn :tl risi()ncr( scgrtir
l>re cleia cle margcn rnínit'tlo y la libertacl cle jrliclio f '
I'Lro ¿c1ué significa para tln'homlrre y a tocle
,ri.rgur. p,-,. htttn¿rno. S(>lo la rcmLnuie ¿t to'la rcac<:iírn afcctiva
sienckr ttl-t ser
", "*t"lt:ntia'
,-r,,-1"'mbre? ¿Existe una hr-rmaniclacl
dcl hcxrrbre'
cc>nvefiirse .n rescrva interior. ), el allanclcxlo clcl punto clc no rctorno
qtrc l'rallía qlrc de-
q.r" ," puecla clistinguir y '"p""t de su httmaniclad biológica?
fenclerato.laCosta.poclíantrltnsf<lnlaralprisionerclennttlsulmírn'..l,tls
clcteniclrlscluekllrallíancorrrprcncliclocellalmerrtesedall¿rncuent,lcleqtte
estoy[rnicamcntcestoConstittlíllaclif.crenci¿rcrtrt:ialentrccrlnselvarla
"situaci(rn extrema" cs' pues'
2.9. Lo qr.le está en iueg<l en la propia htrmaniclacl y aceptar el mr¡rir lnorallnente
(kr que ¿r trenuclo im-
o no cn Lln
"scguir sie]nclo o no Lln ser humano"' convertirse plicaba también la mtterte frsica) (Ibid, p' ZIt+'¡'
y c<lmitn es e1 clc inter-
rnusulmítn. El impulso tnás inmecliato 5t-
:='wffi

lllltnilcs
strhlurcs yrl lt() cr1l1l cxp:lccs clc res¡lonclcr:t le simpetílL clttc se
F.l r¡trstrlrriirn cs, pLlLrs, para Ilcttclheinr'
cl (lrle ha atrclicaclt>
perciiclo cn conse- tallt cn cs()s ,tctos ( Il'tid. ¡t. 211).
clcl ntargcn irrentlnci¿rllle c1c lillcrtacl y ha
crrct-tcirl cu:rlcluic'r t'esttl cic vicla afectiva
o cler |rttlnaniclad' Este
lil principict segírn el ctral "nllclic cllrierc vcr lLl rilttsrtlmítt-i"
es tlna cxllcricnc'ia tat-t ill-
p,,rcl ,-,'ri,, allit "c1el ptrnto c'lc no l'et()rno" afécta tarnlrión en cste caso al suPct-i,iv'ict-ttc, qlte ntl sí¡lo
Llna clivisot'ia
i.,.l,,eclo.a, se hacc llasta tal punto, parl el autor' sifica cl plI)pio testimonio (t<tckrs los testigos sc lllllestran .lc()r-
(lue quita 11 testigcr
rnoral cntre lo httnl:tno y 1(} no-hnnlano, cles s.5ic e.l hcclio cle q,e ning..()
"cra l)Llcrno" cr¡n los ttttt-
sino tami)ién Ia ltrci-
no sírlo cualqttier sentimiento cle pieclacl' ser srrln-rancs en los catlnp()s), sino c¡r-rc 1l() sc
(le ctlenta cle hal>cr
clcz, y lc lncluce confr¡nclit' 1o qtre en ningírn cas<l clcl>cría
'.1
translbrnracl() a los sercs hr-tlnltrl()s crl trn lleracligrlla irrcal'
en
ajtrstici"rcl<l
cr¡nfirndiclo. Así tlÓss, t:l ct'trtttl''cl'ntc cle Auschn'itz un:r rnírcluina vcgetative cUylr úni('11 l'inrLliclacl es Pel'lllitiI (1is
ttua especic cle
cn Pcrlc¡nia cn 1.()4f , se transfbrmit l)ar"l él en tinguir e cllelqllier prccio 1o clttc ctr cl l'rtsr'¡ sc ha hccho in-
rnttsttlnián "lrien alitncntaclo y bien vesticlo": clisccrniblc: I<l hr.ttnano clc lo inlltltllltno

Ar-rnqltc stl lnllefte físice sc ¡lroclr-tcirí"r


¡rits llrtlc' st: tonvil-tiír ell un ctl-
(lLlc.lsLLrni(i el tltancl. cle ALrsch-
dr.^,cr r.itriente a pertir clel lllulllcnt() ull 2.10. ¿QtrÓ signil.ica '.scgtrir siencl<l h<lllll¡rc..i,
(]r"re Ie 1csl)llesta I

\\,itz. N() crlt lttl t't-tttsttlnlltll. lrtlt'qr'tc cstltl)'r


l)ien llimcnl¿clo y lrierl r'cstt
,',,, ., f".il y qLlc hastil la propia pregllnta lienc nccesiclacl
cle
clc-l lespeto cle sí lnisrlo y rlel
ckr, pcro sc h:Lbíl clcspojackr por colnplcto scrl. ltneclitecllt es alg() itnplícito en l1l aclnl()nici<in
clcl sr-tpcrvi-
lrlor propio, h¡st:t cl ¡rr'Lnttl tle ¡o scl-tnits qlle tlna nlltc¡ttit-tlt cttvos lltl-
vientc:..(i<>nsicleraclsiestclcsltnlrcltrrl»re,'.Ntl\ttr:i[Jl-lt..r¡-lilt
t<rnc-s clc rn¿rnckr cr¿tn l1ccit»rtclos 1>or
los sr.tperit¡res ('lbit!, p 3{)7)' ("()s encr)
1rL-nte cle rrnlr preg¡ntu, sino clc' un rccllterir-nienl()
(l(»:iLz()ncs": Levi
ojt )s cn LIn:-t itrtprt I- micnclo cstlts pelabrlts: gfabadlas en \rllcstf()s
También el mttsttlmítn se conviclrte 2 51¡5 3, p.7) (ltte cLlcstiolla 1e propia fbrrna tle la interrr()gacli(rn' Co-
priveda n() sÓl() cle t()-
bnblc y lnonstrllosa nl':I(lttina biolítgica' rllo si lo úrltirtro qLre [)Llc(lu c]spcrl'e1'se aclltí sr::L ttn:t afirtnaciÓn
cla cotrcienciatloral, sino incluso cle scnsibiliclacl y cle crstí1lltl- () Lrna ncg¡.(lia)n.
l<>s ncrvi<lst.rs: Se tl.atii lnils l)ien clc hacer rctr()ceclef c'le tal lirfll'ra
el signifi-
r.ackr clci término "[iornbre", qtte el sclllicl() t'ltisttto cle la prc-
consegtritlo cxcluir cl fi:r'rír
Oebe lrrcgrtntllrse si cstos orgrnismos llehíen guntrr rcsttlta totalínclltcr transfirflIaclo Llama l"r atenciÓn qr-le
cxf(rrn()s c intcrnos a tr'"I-
nrcno clcl ar<'<'l rctleitl clttc <<>nchtcc krs cstírnr-Llt¡s ios tcstintonios c'le Levi y cle Antelmc, publicaclos en e[ nlismtr
y Ie :Lcciírn (tbid' ¡t 2{)7)'
vi's clt- Icrs l<illr-lkrs lrontales h:tstn la sensacií¡t.l añ<l(1947).p,.lrecenclialrlg:Lrcn|fcC]l()SyaenlostÍtrrlosnlis-
111()5 alc slrs olrras: "si esto es un hol-nbre",
"La cspeclc llltt-ua-
ctt:¡nclo ye no hallíe nacla
l.os pt-isit>t.tcros s(l c()nve1'tían cn tllttsttlmlncs nrt". Pill'a Antclr-nc 1o clue estiii)a cn itleg() cn l«rs celllpos crtl
elguna Attnclr'Lc tttr¡icrll¡ hern-
rlrrt' logrer-'.t clt-spc:l'lar cl-r ellos emociíln trruL reivinclicacii¡n "cr-Lasi 1tio1<igir:a" c1e peftencnciíl lr la esPe
clc r-ln:l tirttna sltficientcucnte
lrrr'. cl cstír¡ulo ye n() lleg:Llla:t stt ccrcl¡rr¡ r:ia l-iumana. el sentintiento írltirlo alc pcflenL'cur ll tlnrl L-sfeeic:
t l:rlrr perlt pr()\'i(x'.lr ll eccii¡'r" i-os
clerlírs 1-rtisioncros sc csfilrznlrltt't 1-rtlt- ,,La ncg:rci(rr-r cle la cualiclacl cle hon-rl>re pI()v()ca Llne rcivincli
y por clarles clc conler; pero krs tltt-
*, ,rr.,,',r,ra tott cllos ctllnclo poclían
(l('i()lr cLlesi l)iológic¿r de pertcnencria a Ia especic httmana" digniclacl no tiene ya sentickr alguno. Es c1 único que se pro-
(Antclnrc, p. 11). pone testimoniar con plena conciencia en nombre cle 1os mtt-
lls irnportante qlle utilice cl térn'rin<¡ técniccl espéce y no el sulm:rncs, cle los hundidos, dc los qlle han siclo ciestruiclos y
r¡rrc cerraba el cstribill<¡ dc ltna canción que sin cluda le era fa- han tocaclo fbnclo. Por lo demírs, en mnchos testimonio.s cstá
rniliar, le ,qenre bumaim. Porque de pertenencia biolÓgica en implícito que todos en Auschwitz lt¡bitn perdido cle una Ll otr21
scntido estricto sc trata (e1 cttasi es sólo una suerte de eufe- forma la clignidacl humana. Irero en ninguno cltrizis tan cl¿rr¿r-
rnismo, poco más que un escrírpr-rlo fiente ¿r la confiontación mente corro en el pasaje de Zos hu,nrlir*ts I los saluaclcts en el
con 1o inaudito) y no de una declaración cle solidaridad moral que Levi er.oca la cxtraña clesesperaciírn qlrc sc ac'ltteñaba cle
o política. Y precis:rmente es csto lo qr.lc es preciso "cr¡nside- los prisioncros en el momento clc la lil>craciírn: "En aquel mc>
rar" y no, como parece creer Bettelheim, una cuestión de dig- mento, cn que sentíamos que n()s cr>nvertíauros en hombres.
niclad. La tare¿r es oscllra y en()rme, tant() (lLle coincide con la cs clecir, en seres responsablcs..." (Lcvi 2, p.61). El surpcrvi-
impuestzr por las SS, y obliga a tomar completamcnte cn sc-rio viente conoce, pues, la c()mún ncccsitlecl cle la cleglaclación,
la 1ey del carrpo: "cerdos, no hombrcs": s:rbe que humaniclad y rcsponsabiliclucl son llgo qr-rc c1 clc-
portaclo ha clebicb clcjar fuera clel recinto clcl campo.
Los héroes qltc conocemos, por la liistolia o pot- la literatura. tanto si han Es importantc, clesde hrego, que algr-rnos cl piacloso Chajinr,
clevado slr voz p¿lrir habl:rr clel amo¡ la soleclacl, la angustia c1e1 ser o clel e1 t:rciturno Szabó, el sabio Robert, Barr-tch el valerciso- no ce-
n<r se¡ lir 've:ng¡r7;¡, como si se han alzado contra la initlsticia o la hrrrnilla- clier:rn. Pero no cle ellos. r-io cle los mciores es el testin'r«rnio. Y
ciírn, no sc han visto nunca inducidos -creelros- e expresar como Única y ,ilrnque no hlrbieran mlrcfi() -pcro "krs tnejores han mtterto to-
extren.ra reivindicación Lln sentimiento cle pcrtenencia :r la especic. I)ecir, clos" Qbid, p.72)- noserízrn ellos 1os testigos, no habrían pocli-
prrers, que uno se sentía puesto en entrcdich() como homtle, cc¡mo tniem- do c'lar cotmpct. Quizás sí cle otras cosas -la pro-
testirnonio clel
l¡ro de la especic, puede parecer Lln scntilniento retrospectivo, rrna expli- pia fe. la propia virtr-rcl (y esto eii precisamente lo qtrc hicicron
cación posterior a los heciros. Sin emb:rrgo, file eso 1o c¡.te se viviír y sintió con rilr r-nuerte)-, pcro no clel ca'mfio. Los "testigos integrales",
cle lorma rnás imediata y pe[lruncnte, y ecleurás er.t eso, cxectamentc cs(), aquellos en cllyo lugzrr tiene sentido testimoniar, sctn lcts que
Io clue los clen'rás hal>í:rn cluerido (Antelme. p. 11). "habían perclido ya el pocler de observar, de recorclar, cle re-
llexionar y cle expresarse" (.lbid, p. 73), aqtrellos pzLra ios que
¿Cuírl es el sentimiento írltimo dc per{enencia a la especie hl.l- hablar de cligniclacl y cle clecencia no htrlliera siclo decente.
lnana? /'Y existe algo que se asemeie a tal sentimiento? En el Cr-r¿rndo ttn amigo trata cle conrrcncerle c1c qr-rc su srtpcrr-i
rnusuhnán, mllchos parecen buscar solamente la respuesta a vencizr tiene nn sentido providcncial, de que es un "rnarcaclo,
csta pregunta. nn elegiclo", Levi se reLrela con inclignzrción ("esta opinión me
pareció monstrlrosa": Ibicl, p. 71), como si la pretensión cle ha-
lrer conserwado en Auschr,vitz cualquier bien reconocil¡lc, clc
2.11. Levi empieza a tcstimoniar sólo despr-rés de que la des- haber lograclo salv¿rrlo ¿el L'Ltml)o plrrt'licv:tdo fltera, al nrun-
lrunranización se ha consumado, solamente cuando hablar de clo normal, no fuera nna pretensi(rn :rccptable, no pucliera clar
(r0 61
en el fonclo no son mendi¡¡os; hay clue clistingr.rir. Son clesechos, cáscaras
tcstimonio clel bien. Éste es también el sentido en que debe
de hornbres c¡ue el clcstino ha escupiclo. Todavía hútrneclos de la saliva del
cornprenclerse la tesis según 1a cual los que soltrevivían no eran
clcstino, se pegan a una parecl, a ttn farol, a una coltrmnl dc la calle, cle-
"los meiores, los preclestin¿tdos ¿rl bien, los portadores de un
jando una mancha oscura y sucia... ¿Por c1ué esta mlliercita gris quedó
rnc'nsait"' t lhiol. P. - l-t
de pie a mi laclo clurante Lln cuarto cle hora, ante LIn escaparaie, hacien
Los supetwivientes han sido peores no só1o en comparación
do resbalar unlápiz largo y viejo cntre slls féas manos cerradas'/ Yo l-racía
con los mejores, aquellos cuyas virtudes les hacían menos adap-
como que contcmplaba las cosas cxpLlestas y no percibía nacla. l'ero elle
tzrbles, sino también con respecto a 1a masa anÓnima de los
sabía c1r,re yo 1a habíe visto, sabía qlle yo rlc li:rl¡ía cletenido y que pen'
htrnciiclos, aqucllos cltya mllefte no puede ser llamada mllerte.
saba qué era lo que estarí:r hacienclo. l)Ltcs yo couprenclía bien que no
Porque ésta es precisamente la específica apotia ética de Ausch-
podía tratarse dellipiz. Sentía que enl Ltna scti:tl, ttne señ:rl p:rra los ini-
witz: es el lugar en que no es decente seguir siendo decentes,
ciaclos, una señal clue los clesechos c()n()ccn. Aclivinab¿r cltrc ella cluería
en el que los que creyeron conservar dignidacl y respeto de sí
clecirme c¡.re I'uera a algírn sitio o qLle hiciesc alguna <os:t. Y lo más ex
sienten vergtienza con respecto a los qr-re la h¿rbían percliclo c1e
traño era que no podía perder la scns¿ciírn cle cltrc lrelríe rc¿ltncnte cier-
inmediato.
tas convenciones a las que pertenccía ese signo y qttc csta escena era, en
el fondo, algo que yo clebería haber esperacl<>... Ahora n() pasa r:n sol<r
clía sin r.rn encuentro semejante. No s<tlamcntc cn cl crepúscttlo, sino cn
2.12. De esta vergiienzapü haber mantenido clecencia y dig-
pleno c1ía, en las c¿lles rnás populosas, llegan cle pronto un hombreci-
niclacl hay una clescripciÓn famosa. Es el encuentro cle Malte
llo o una vieja, n-rc hacen señas, me enseñan algltna cosa y desaparecen
Lauris Rrigge con los vagabundos por las calles de París, cuan-
cle nucvo. Cc¡mo si hubieran hecho toclo l'b necesario. Es posible que al-
clo se cla cllenta de que, a pesar c1e su aparente digniclacl y de
girn clía se les ocr.rrra llegar hasta mi hafritaciírn. Saben mr-ry bien doncle
la limpieza del cr-rello cle su camisa, aquéllos le tienen por uno
vivo y tomarán sus precaLlciones par:r no ser cletenidos por la concier-
cle ellos, le hacen signos de acercamiento.
ge (Rilke, pp. 14-16).

Mi cuello está lirnpio, mi ropa intef i(x también, y poclría, tal como estoy,
Lo que nos interesa aquí no es fundamentalmente que en
entrar en cualquier confitería, en 1os grandes l¡ulevares, y adclantar sin te-
Malte sc exprese 1a :rmbigiiecl2lcl esencial del gesto rilkiano, di-
tnor la mano h¿rcia un ptato cle pastcles y sen,irme. A nadie le chocaría y
vidiclo entre la concien¿ia cle halrer abanckrnado toda figura re-
naclic pensaría en grr.rñirmc o expulsalrnc. pues ailn es llna mano clc buc-
conocible cle 1o l'iumano y el intento de encontrar a cualqllier
ne socieclad, Lrna mano lavacla clr¿rtro o cinco veces al clía... sin ch-Lcllr. hay
precio una salida de esta conclición, en la qlle cualquier des-
algunos inclivichros en el boulev¿rrd SainrMichel, por eicmplo, o cn la nte
ccnso al abismo se convierte para él sólo en Lln preliminar del
IllLcine. a los clue mis rnuñecas no engañarrían. Ilien que se lrurl¿n cle rnis
ascenso inevitable a los hauts lieux de la poesía y de 1a no-
nruriccus. Me miran y lo saben. Sabcn c¡uc en cl fbndo soy dc los suyos,
(luc n() hago rníts quc represental r.tna ct¡meclia... No c1r-rieren estropear-
bleza.Lo decisivo es más bien ia crircunstancia de que, ante 1()s
"desechos", Malte se clé cuenta de que su digniclad es Ltna co-
rnt' cl placer; gcsticttlan LIn poco y guiñan los ojos" ¿Qtriéncs son esas
rne tccclnocen? No' media inútil, algo que prlede inclucirleS a "gesticlllar y guiñar
.q('ntcs:' ¿Qr-ré clttieren cle mí? ¿Me esper-ln?' ¿Cómo
63
(rl
su visiÓl-t, la intirniclacl qr'.re ellos c'lan por sur- toc10s krs rncclios a 10s mtisulmanes cle la nccesiclad cle mante-
l<>s ojos". Y c1r-re
como pal'?l haccrie temer ner, incluso en Auschwitz, la digniclad y e1 respeto ¿r sí mismr¡'
1-,.,"ri", es par¿l M¿Lltc tan insostenible
cn sLl c¿lsa par?l avelgonztrle' El gesto clc un hombrc así sería ocliosc.r, y su prédic;r r-tna afren-
.1.," r-,. clía pueclan presentarse
ljor es<r se rcftigi, cnl¡ BiblirtthOq,e Natirtnale, cnffe sus poe- t¡l¡troz. para e1 qlle se encuentra yzr r-r-rírs allá n. sólo c1c toda
no pclclrán entrar ntlnca' posihiliclacl cle pcrsr-rasiÓn, sino incluso cle crralquier aytrda hur-
tas, clonde los clesechos
rnana ("estaburn casi siempre más ¿tllír cle toclc¡ socorro": Bet-
Es posilrle quc en ningún otro nloment(), antes cle Auschwitz'
sc i-rayan clescri«t con tanta cficacia el natrlr:rgio cle la cligniclacl
telheim 3, p. 212). Por esto mismo los cleportacl()s fenunci2ln
de un¿t vezY para siempre a hablar al t'l'tttsltlrnítn, cotno si e1
ante Llna figrir:r extrerr-ra cle 1o humano y la inr-rtilidacl clel res-
petoesímisrr.r.¡frentealaclcgraclaci(lnabsolttta.Hayr.rnhilcl silcncio, el no ver, fuera de moment() la úrlica lctitlrcl cronve-
nicnte fiente a quien habita míLs allá clc tocl<> c[ socorro'
sutil clue r.rnc las "cítsc.¿ras clc lioml>res" qtte asl.tst.tllan ¿r NIal-
El rnusulmán ha penetrado lreritll Una rc-giíln cle lt> htrmancr
te a lo¡i "homllrcs-v¿r1va" cle que l'iabla Levi' Y la pequeña vet'- significaría
glienza clel iovcn p()eta ¿lnte 1os r'¿rgabunclc¡s cle París cs cotno -pllest() quc negarles simplementc lu humaniclacl
iir-r -.,,-r.r¡" asorclaclo qttc lrnr-tncia la gran vcrgttenza, 1a inalr- ni.ptn. el vereclicto cie 1as SS, rcpetir sLl !{esto- clonde' alavcz'
clíta vergtienza, cle los sr-rpervivientes frente a 1os hr,tndiclos.
q.r. I" ayucla, la cligniclacl y e1 respeto de sí se han trecho in-
servibles. Pcr<¡ si existe una regiírn cle lo humano en la qlle es-
tos conceptos no tiencn sentid<t, no se trat¿r cntonces d.e con-
2.13. Esa paracl(rjica sitr.¡lrción éticra clcl musr-llmán h'ace pre
ceptos éticos genr-rinos, porque ninguna ética ptLede albergar
cisa una ref1cxión. El mr-rsnlmítn no es tanto, corno cree Bet- la prctensión cle cleiar fuera cle stl áml>ito Ltna partc c1e 1o hu-
,-r.nn,r, por cleszrgraclable, por clificil quc riea su conternplación'
telheir¡, la cifra clel pr-rnto cle no retorno, clel lrmbral más allá
clel ctral se cleia cle ser trotnllres; cle la muerter rnrlral' en sllrna'
a la que hay clure resistir con toclas las fuerzas para salvar lur
hr-t-
que el 2.14. Hace al¡¡unos años, pr()ceclente de un país r: Llropeo
tnanicl¿rcl y el rcspcto cle sí, y lrasta, qtrizits, la vicl¿r. Sinr>
ql.re, con respecto a Auschwitz, tení¿r márs m«rtivos de mala cc¡n-
irtrsttlmírn es t-tlils lrien, para Levi, el ltrgar cle ltn cxpcriuento'
clicncia que cualquief ()tro, se difundií; en los ambientes aca-
en cir.le la mor¿rl misma, la f-ilrmaniclacl tnisma' se ponen en du-
figr.rra límite clc un¿l espccie PxrticLllar en qtte pier-
.,., clémicos ellropeo¡i una cloctrina que pretendía haber descr:-
.la. Fls
Lrierto Llna slrefte c]e condición trascendental cle la ética, en
clen toclo sti sentickt no s(rlo catcgot'ías con'ro cligniclacl y rcs-
pct(), sino inclttscl la propia iclea cle Lln límite étic()' fbrrna cle r_rn principio cle comunicación obligatoria. I)e acllef-
clo con esta curiosa c'loctrina, un ser hablante no ptlecle suLs-
Estít claro, en ef'cctt.r, cllte si se fiia un límite a partir del cr'l:rl
traefse cn modo algnno a la comunicaciÓn. En la rnedicla en
Ios homl¡res clcian clc scrlo, y toclos cl la mayor partc cle los
que, a clif-erencia cle los animales, están dotados cle lengtraie,
lt<¡niltrcs lo filrnclLrean, cs() no prueba klnt<l Ia inhtrrnaniclacl cle
1os hombres cstrln conclcnaclos, por así clecirlo, a ponerse cle
los hlrmanos, com() la inslrflciencia y lx abltracción c1e1 1ínritc
Iuragineuros ahorll clue las SS clciaran entrar en e1 acr-rerclo sobre los critcri()s cle sentido y cle valiclez cle stl ¿rc-
l)r()l)Llcrst().
(untf )o rt r-tn preclic'.rc1tlr, y c¡ue éste trat¿rsc clc convcncer pot tuaóiírn. Quien clcclara que n() qtric-re comunicar, se refLlta a
habr/'r c()mllnic¿ido sLl vo- no es sicmpre c()lrlrnicecií¡n, sólo si da tcstiill()ni() cle elgo s()-
sí nristrt(), porclLle en cltalqllier c]aso lrre lo cluc nO se ptrecle testimoniar, p()drá cxpcl'imentar cl l-r'.r-
lrrntacl cle no comr-tnicar' }¡lante algo cotno ttna cxigencia cle halllar'
ciertamcnte' los
l,n la historia cle la filosofia no son nllevos' (lLlc Auschwitz es la refutaci(;n radical clc toclo principici cle c«r-
e1 ptlnto en e1 filóso-
¡rgLlmcntos c1e cste tenclr' Señalan municaciírn olrligatc>ria. Y nct sítlo pof(luc, clc acr,terclo con el
(]n qlle sicnte qLlc el suelo f)-
fir sc encuentra en c'lificultacles, en testimonio constante cle los srrlterviviclrtcs. cl intento de inclu-
pies Ya Aristóteles'
rniliar clel lengtraie se hLlnde bajo sus
cir a Ka}ttt o a un miemllr<> clc llts SS lt comttnicrtl'n() i]r()
r-tn
probar. en el lilrro (iaml'na cle la Mctzrfísica' c1
el motnento cle
principio c1e no con- vocal)a casi nllncra ot1'¿r cosll r¡r.te llltstotlez()s' () p()rqllc, colllo
"más firme c1c ti>clc¡s los principicls"' el recuercl.¿ Marsalck, en ciertos Lagcr c'rrillc¡tricr tipti cle comlini-
a Llno cle aqlréllos'
t.rJl.ci¿,r-,, sc ve obligaclá a recurrir caciírn era strstittticla por cl vcrgltjo (lLlc, l)()r cstlt razón' había
siclo rehatrtizaclo irítnicamente. c'ottlo ¿/zr I)rtlntetscber,
"el in-
cxigcn cscribe- (lltÜ t:tnrlricn cstr ¡ritrcil>io sel probzrdo' ¡rercr ()tr1t tníts' c'l nltt
Alguuos térprcte". La ollieci(ln clecisivl cs l']s, tttllr Vcz
mlrcstriln en est() su ignorancia Es imposible' cn efécto' cltle hlya rLna gt'ltcilts lt ttna procli-
el infinito' y tanrpoc() cle este nlcr
sulrnán. h-r-urginemos pof rrn instlrntc ilttcl.
pruelta para toclo. porc¡'te hzrlrrín titre ir giosa mác1uin:r clel ticrllpo, nos fllclt'lt cl'.tclo inlrorltttrir cn Ltn
'I'eml¡ién en cl c"tsr¡ cle cste principicr
clo se olrtenclría prr-tetra algnne
'cc,tntpo
por rcfr'rtlción' al profesor Apel y llevarlc ltnte tln tnrtsr'tltnán, con el
(el princil-rio cle no contraclicción) se pnecle clcmostrar' rlreg,, cle qnc taml>ién tr¿ltarx clc Vcrificar er-r Ól su ética cle la
con quc cliga algo <:l aclversatio Y si ncr
sókr
Ou" nry trna imposibiliclacl' (luiL- cot¡unicación. Creo clue más l¡ale, clescle cualqtriel pLlnt() cle
ttn¿t resptlcstx Llc LlLticn n( '
clice nacl¿r, sería riclít:r-tlo ffetar cle lltlscar vista, apagar en este llloment() nLtcstra máqr'rina clel ticnlpo y
en toclo a r'tna plant:L'
re tlcr:ir nacll: un hotlrbrc- tal es similar no proseguir el experimcnto. P()rqLle e1 peligro cstá en qt.lc' ¿1

tl.icito (en L'stc ce- p"ra. .1" i<rlas las Llttenas intenc--i.nes, el musltlmíLn qttecle r-tn:t
En cuanto se funclan s()bre Lrn p1'esupllesto ,rcz mirs excluiclo cle lrl hr-tmano. El mttsr-rlrnán cs la reftttacií;n
clejan ne-
,,r, q.," alguiien clebe hal¡lar) toclas las refutaciones raclical cle tocla posiltle refr-rtacií¡n, 1a clestrlrr:c:ión cle esos ítlti-
cle r-ln:r excltlsión En lo
cesariarncnte un resicl-to en 1a forma rn,rs lrLlult'lt': tnt't:tlisitr)s qll('sc nl:lnlicn(n cn ¡lit'Por(ltle n()
qLle respecta a Aristóteles, el resicltlo
excl].liclo es cl tlombrc
en cf-ecto' con qLle cl pucclcn scr probaclos clircctamente, sino sólo negancl() sLl ne-
planta, el homlrre qlle no l-r¿rbla Basta' gación.
para qlte la refutaciíln
ac'lversario calle, sencilla y raclicalmente'
clescle luego' de quc cl in-
piercla tocla pertinetti" Ñc' se trata'
sea par'¿ el hombre algo qtre puccle
revo-
gr"r., .n cl lengr-raic 2.15. Llegaclc)s lt cste pLlnto, no es sorprcndcntc qtle también
car a su arbitrio. Perc¡ el h"tht' es
qlle la simple aclquisición'c1e
a hal)lar' el .on.epá c1e cligniclacl tenga Lrn origen jurídico, si trien est¿r
ll fhcultacl cle c<>municar no obliga en mocl() algtin() instrll- vczn()Senvíaa1:resfetaclclclcrechtl¡lúl>llco.Yaapurrtirclela
c()mo
cs clccir (llle 1a pura precxi¡itencria clel
lcngr'Laie
qtre para el l-iablante ha- ópoca re¡rul>licana, cn ef'ectcl, el término lat\no d'ignitas inclica
lrcnt() cle comunicacián -el hecho clc
no contiene.en sí lnismo ninguna .i .,,r-,g.r'y l¿r alrtoriclacl que corresp.nclen a ¡ls t:argcls públi-
;;, t;p." ya Lln'¿ lengura- sólo si cl lenguaje .,,r, y.-pgi extcnsiíln, a los carg<'rs mismos' Se habl¿'i, :tsí, de una
oltligrtci(rn cle con-,.,nic'tr' Por e1 contrzrri()'
67
En paralelo a 1¿r obra de los iuristas, se clesarrolla la dc los
art\cularmente 1nstrllctl- canonistas. Ilst()s c()nstruyen Llna teoría análoga de las divers¿ts
cli¿lnitas equ,estte, regiÓt, imperctk¡ma
P

cs 1a leciura clel libro XII dcl Cc:tclex


lustitia' "cligniclacles" eclesiásticas, que culmina en ios tratados De dig-
"'"-u "rarr'"f¡ctos que el orclen
;;; q.,; lieva por titdo De Dignitatibws vcla para
(it'
niiate sacercl,otum, pJra uso cle los celel¡rantes cle las ceremo-
cle las cliversas "cligniclacltt"
sólo el cle las traclicionales' c1e nias. En este caso, por una parte, c1 rango del s¿rcerclr¡te -en
1as clel pref'ecto clel clranto se conviertc clurante 1a mise cn cl lttgar cle 1¿r cncarna-
los senackrres y los c(.'nsttles, sino tarnbién
sacro cubículo' cle los guurrdianes ción cle Cristc)- es elevaclo por encitltlt clcl cle los ángeles; por
f."ur.r.,, clel prepÓslto del cle los epideméticos' c1e
cle las arcas pírblicas, cie 1os clecanos' otra, se insiste sobre la ética clc 1a cligniclacl, cs clccir. sobre la
cle la-l¡urocracia llizantina) necesiclacl cle clue el sacerdote tnantcn.qll ttt'l1t c<inclttcta qLte cs-
L.t -"r"r"s; i cle los clen-rás graclos
niinimos cletalles' y contiene dispo- té a la altltra cle su cc¡ndición excclslt (c1ttc sc allstengzr, pures'
se¿r respetaclo hasta en los
cargos ( porta clignitatis) llltgrt r'tso clel cttcrpo dc
siciones para que "l "tt"tt' a los la ntalauita,y por ejet'r-r1>lo, n<l
Lct' quie,
cle
no esté ac:orcle con el rangcr lus plrrtes Prrtlcncles fémeni-
,"^ ,r"¿oi,, a aqtrellos cttya vicla obieto cle una
cristo clesprrés cle h¿rl>er tocaclo
hayan sido
q.rl ." .",rirte (cuanclo, por ejemplo' cle r-rna au-
nas).Ycomolacligniclaclpúlllicas<llll.cvivcllllttttttct.tc\cnfilt
Pero 1a construcci(¡n ma cle imagen, así la santicl¿tcl saccl-cl<>1ltl s«rl>rcvivc p<>r rneclio
iota cle censllra o cle iniamia)'
juristzrs y c1e los ca- el noullrc c1lte, sol>rc toclo cn el
iJ.it." teoría cle Ia cligniclad es ohra cle 1os en un libro ya
cle la reliquia ("cligniclacl" es
nonistas mcclievales' K¿rntorowitz ha mostrado írrea francesa, indica las reliqr-rias clel cr-rcrllo s:tnto)'
ac¡uí luertelnente ,,cligniclacl" hace sr-l ingreso cn 1os trata-
.lá.i.,, qr-re la ciencia juríc1ica se entrelazapilares cle la teoúa
cuanclo el término
con la teología pata cstablecer Llno cle los clos cle rnoral, éstos no tuvieror-r que hacer otra cosa qlle trans-
poder político' La
.1" l" .,r1'r..ur-ría: el clel carácter pefpetuo clel cril¡ir lielmente -pa1'a interk¡rizarlo- el rnoclclo cle 1a teoría jr-r-
Jigniclacl se emancipa cle su portador
y se convierte en Llna ríclica. De la misma manera qllc se claba por sentado qr-re el
místico que st: añ¿rde comportamiento y el aspecto cxterior del magistrado y el sa-
persona ficticia, una especie á" tt'ttpt'
'"icl*.p. real cle1 rlagistraclo o clcl emperador' cle 1¿r misma c,e.clcrte (ctignitoLs indica clescle el inicio también el aspecto
fi-
su cuerpo hu- elevada y es, segíln los
form'a que en Cristo 1"'p"t""-to clivlna,cluplica sico qtte es propkr cle una cilnclición
en el principicl' repeticlo en .,rrnrr-t,r., el paralelo masculino de la tpnustas f'emenina) de-
m2lno. Esta emancipación culmina
medievales' según el bían estar en armonía con sLt rango, esa especie de fbrma en
innur¡eraf¡les ocasiones por los iuristas
('dignitas nom moritur' Le rrti
ctral "la cligniclacl nltnca tt'"'"" hueco cle la c,ligniclacl es espiritvalizecl¡ en cleterminado mo-
ne meurt.icnna'is). mento por la moral y Ltsurpa el pr-resto y el nombrc c1e la "c1ig-
entre la dignidad y str niclad" nlrr"r-rt". Y al iguzrl que el derecho había emancipaclcl el
La scparación y, a la vez, le intimiclac'l
espectacular en el rango cle \a persona.fictd cle su portaclor, la mora 1 -en Lin pro-
portacklr ciirporal ti"r-'r:'t t-rna rnanifestación
ty' más tarde' de k¡s re- ceso inverso y especular- separa el comportíllllienti¡ indiviclual
cloble flrneral clel empcraclor romano
yes cle lrrancia). pn Éi ltr imegc-n clc
ccr:t clell soberanc) muefio' cle la posesión de un cargo. Digna es ahora la persona que,
a
c()mo Llna persona p.ro. .1. carecer cle ltna cligniclacl púb1ica, se conduce en toclo
i1u" ,"p."r"r-ttaba su "cligniclacl" era tratada
verclaclera, recibí¿r cr-riclios médicc¡s
y honores y era' por ír1ti- y pc,, tocl,, como si la tuviera lls algo qLle se manifiesta con
(Jitnll's ima'ginct'riutm)'
rno, incineracla en un soletnne rito ftlneral 69

6lt
cle slr tra..iposición moral, la dignidad es, en rigor, algo autírno-
clesptrés cle 1¿l caícla del
claridacl en rclaci(rn crrn las clases que, mo con ."rp".t,, a la existencria de su portaclor. un moclelo in-
las. úrltitnes prcrrogati vrrs
Arrrieot, ré.qime, hallían perclickr hasta terior o r:na imagen externa a la cltre clelle aclccr-rarse y quc de-
había deiado Y' n-rás tar-
pítblicas q.," Iu ,r-r,,.^rc1uía absoh-rta les bc ser conscrwada a cr-ralquier prccio. I)ero, cn las situackrnes
i", ." las claseshtlmiláes, exch-riclas por clelinición de cuzrlquier (]s, 2t sll lnanefa. una sitlración ex-
layzr cmpie- cxtrcmas -y tamltién el amor
Jü"¿".1 pútblica, a las qule los educaclores cle toda tfema* no es posiltle mantener ni sicllricra r¡na clistancia míni-
y honestidacl clc los
zan a itnpafiir Iecciones sobre la cligniclad 1na cntrc las personas reales y sLl lttoclelo, entre vicla y norma'
constrcñidas ¿r ¿rclecu¿rrsc
pobres. Ambas sc encontral)an, pues' Y no por<1ue 1a vida o la norma, lo intct'no y l() extcrno preva-
llega a ser literal
a una cligniclacl ar-rsente La corresponclcncia lezcaÁ segíin las ocasioncs. sino p.rc¡uc sc c.nlirnclen en todo
o Seruare, quc inclicaban
ccrn fiecuen ct.r: cligttitatem amittere puntoynoclejanyaningÍrnespacitlPllflll.lllc<lrnprcxr-ristlclig-
pasan a equivaler
la pérclicla o t:l nlantenimiento cle r'tn cargo' no. (pablo Io sabe perf-ectamentc clL-rnclo, cn l'.t l,.¡tístola a ltts
la cligniclad' s¿rcrificar o
ahora al hech<> de pcrcler o conselvar Rc¡tnctnc¡s, clefine e1 amor cotl-l<l cl fir.r 1' cl cLrrllplirlrien[o cle 1¿r
salvar si no cl r:rngo, al menos su aparicncia' Lcy.)
a la condiciíln iu-
Hasta los nazis sc silvieron, en referencia f'ambién por esta razí;n Ar-tscllrvitz lllarca cl final y la ruinzl
clc un térmi-
.iJi." .t" 1os iuclíos clespués cle las leyes raciales' es cl hom- de tocla ética de la digniclad y clc la
..rclccuat:iÓn :I Ltna n()rr]a.
El
;; ;;. .. ."fi"." a 1a ctiiniclacl: e11tu)|i1'cli4e.n cle ir-rclío
tocla clignidacl: La nucla vicla, a la que el hotr-rl>re ha siclo redlrcido, no exige
bre qr-re ha siclo p.lt,,iit' cle tocla Wt:ircle' nacla ni se adecíra a nacla: cs ella misrna 1¿r ilnica norma, es alr-
ho-l-',", y prccisamente por ello' ncl-homllre '
solutamcnte inmancntc. Y "el sentimiento último cle pertenen-
"*pi.rr"rr," cia a la cspecie" no pueclc ser en ningírn czlso Llna digniclad'
E,l bien -si es que se aclmite que tcnga sentido hablar aquí
y circr-rnst"rncirs
2.16. Siempre se ha sabiclo que hay ltrgarcs cle un bien- que los supervivientes han lograclo poner a salvcl
Uno cle estos sitios es el
l.r" la cligniclacl es inoporilrna' cligno' cle la mis- clel campo no es, por tanto, la digniclad Al contrario, quc se
,--. gt enaLcrraclo pt'eclá ser toclcl menos
"r-t
pueclan pcrcler clígnidad y deccncia más aliá de toda imaginzr-
rna lnanel-a qLlc es iáposible haccr el
amor manteniendcl la
.ió,-r, q.," siga habienclo todavía vida en la degradaci(¡n rnás
cronvencriclos cle ell<l c1t-tc
cligniclacl. Los antiguos cstaban t21n éste es el mensaje atroz qlle los superwivientes llevan
c,or-rsicleraban que inclttso el nombre
de placer amoroso era ""tr"-"' (iL'n
a 1:r tierra cle los hombres clesde el cdttlPo. Y estl nlrcvrl
(uerbum ipsuttt uoluptatis mtttt
ir'r.orrprtit'rte c,crn la cligniclacl cia sc convierte ahora cn la pieclra cle toque cltle juzp¡a y mide
tnatcrias atn<¡rosas clcn-
babet cligttitóttem) y clasificallan las tocla moral y tocla cligniclacl. El mr-rstrlrnán, qLle es la formr:la-
saber que el librc¡ IV
tro clel género c(rtnico (Servio nos h:rce
hasta ción más extrema cle e1la, es cl guardián del r-lmbral de r-rna éti-
cle l¡ Eneicfur, qLle conmueve a los lectore:s trrc¡dernos ca y clc una fbrma cle vicla clue empiezan allí donde Ia cligni
eicmplo pert-cctcl de estil<l
las lágrimas, era consicleraclo un c1¿rcl acaba. Y Levi, clue testimonia por los hundidos,
qr-re halllzl
cómico). en su lugar, cs el cartírgrafo dc esta nlteva tert"a etbica, el agri-
conciliar amc'¡r
Hay buenas razones parr esta imposilliliclad
c1e
como en el nlcnsor irnplacatrle de la Muselmannland'
y clignidad. T¿rnto en i .rr., cle la cli,qnita's iuríciica 1t
70
2.17. F,I cstar situaclo entre la vicla y la muertc es, Io hemos su reacci(rn en el rnomento en que la verdacl sobrc krs ciunp()s
r¡isto, una cl.e las caractcrísticzrs constantes en las clescripcio- cmpezó a scr conocida en toc'los sus pormenores:
r-rcs del n-rusulmán, el "caclávcr ambr-rlante" por antonomasia.
Frcnte a su rostro borraclo, a su "agoní:r orientzrl", los super- Antes clc esto, clecí:rntos: está bicn. tenemos enemig<>s. Es perfecttamcnte
vivientes vacilan inch¡so en atrilruirles 1a sirnple clignidad de vi- natulal. ¿Por qué no h:rl¡ríamos cle tcncr enemigos? Pero lo clc ehora cra
vientes. Pero est¿r f¿rmiliaridad con 1:r mLlerte puede tener tam- cliferentc.Flr¿L verclaclcramente conx) si se hul>iere lbierto rrn at¡isrno... Es

bién otro significaclo, más ultrajante aún, que se refiere más to rro clebcría haber pasldo. Y no mc rcficro sírlo el núrmero de las vícti
a 1a dip¡nidad o incligniclad de la muerte rnisma que a Ia dig- nras. Me rclicro al método, la firltricacirin clc c:tclíLve res y tockr lo clernás.
niclad o inciignidad dc Ia vid¿r. No cs necesario que entre cn dcLalles. Ilstr> no tcníe (lue habcr p;rsaclo.
Como siempre, es Levi quicn encuentra la fórmula más justa Allí sucediír algo con lo que no poclcr.nos rccont ili:u'nos. Ningr-rno c1c nos
y, a la vez, terrible: "Se clucla, escribe , en llamar muerte a slr otros prrccle hacerlo (Ar-enclt 2, pp. l3 y ss.).
muerte". La más iusta porqlle lo qne clefine zr. 1os musuhn¿rnes
no cs tanto que su vicla no sea ya vid¿r (esta especie c1e clegra- C¿rcla frase parece car!¡acla cle lrn scnticl() títn pcn()rio qLre ol>li-
dación afcct:r, en un cierto senticlo, a todos los habit¿rntes del ga a quien las pronuncia ¿l rcctrrrir a locuciones qLle están a
cótlnpo, y no es una experiencia completamcnte nucva), clr:tntc) mitac1 dc camino entre el eufcmismo y 1o inauclito. En especial
que sr-l muefie no sca ya muerte. Esto, el que ia muefie dc un la curiosa expresión, rcpeticla en clos variantes, "esto no deLre-
ser hum¿rn<¡ ya no pueda ser liam:rda lnuefie (no sir-nplemente ría haber pas2ld()", tiene un tono resentido, al menos a prime-
quc hay:r clejzrckr c1e tener impofiancia esto y2r ha sucecliclc> si- ra vista, que no deja cle sorprencler en la autora del lilrro rnás
no que precisamente no pucda ser llamacla con eiie nrimlrre), es valiente y dcsmitilicaclor qr,te se ha escrito cn nuestro tiempo
el horror especial que el musltlmán introdr-rce en e1 cdmpoy Llue sobre el problema del mal. La impresi(rn se acrccienta en las
el cc,tntpo introduce en el munclo. Pero todo ello quiere decir asi- últirnas palabras: "no podemos reconciliarnos con esto. Nin-
mismo -y es csto lo que l-race clue 1a lrase clc Levi sea tan terri- guno dc nosotros puede". (El resentimicnto, decía Nietzsche
ble- que las SS tenían razón cllando llarnaban liigttren a los ca- nace de la ímposilriliciad para la voluntacl clc aceptar qr-re haya
dáveres. Allí doncle no es posible ll¿rmar ntuerte a la muerte, sucecliclo algo determinado, cle su incapaciclad para reconci-
tampoco krs cacláveres pueclen ser llamados cadáveres. liarse con el tiempo y con slr ":rsí ha siclo".)
Iiso cluc no clebería hurber pasado y qLle, sin embargo, pasó
es especificadit inmecliatamente clespués, y cs algo tan exce-
2.18. Que lo que define el campo no es simplemente 1a ne- sivo que Arendt, clespués de halrerlo nombrado, tiene com<¡
gación dc lzr viclur, que ni la mr¡erte ni el nírmero de víctimas un adcmán cle esquivez o dc verytienza ("No es nccesario que
agotan en moclo alguno su horror, clue ia clignidaci of-cndida ncr entre en detalles"): "La fabricación de cacláveres y todo 1o de-
cs 1¿r c1e la vida, sino la dc la muerte: toclo eso era al¡¡o qLle y¿l más". La clefinición clel exterminio como unzr especie de pro-
se había hecho notar. En una entrevista conceclida a Gr.inther clucción en cadena (am lauJ'enden BancJ) fue emplcada por
(irr-rs en 1961, Hann¡h Arendt ha ciescrito con estas palabras vez primera por un méclico cle las SS, F. Entress (Hilherg, p.
t) t3
l{)t2) y, clcsde entonces, se ha repetido, con todas las varia- algo qure tiene en sí, corno en -su textllra misma, una suerte de
t'ioncs qLre se quiera, cn infiniclad de ocasioncs. no siernprc cligniciacl pafiicular, como una incapzrcidad singuiar para ser cn-
tlt' nltncra oportttna. vileciclo: cnvilece la muefie".
ll-r cualquier cas(), la expresión "f'al¡ricación cle cadáveres" A Ia muertc "en serie", contrapone Rilke la "muertc propizl"
inrplica c¡re aquí no se puede halrlar propiamente de muerte, clel buen tiempo pasaclo, 1a mr-terte que cacla uno llevaba den-
r¡tre Ia muerte de los canTpos no era tal muerte, sino algo infi- tro de sí "corno cl fiuto... su semilla" (fuid, p.23), ia muerte
r"ritamente más escandal<¡so. En Auschwitz no se rnoría, se pro- qut: "se tenía" y "claba a cacla uno trna clignidad singuiar, un si-
clucían cacláveres. Cadáveres sin muerte, no-hombres ctlyo fa- lencioso orgullo". Todo "El lil¡ro cle la pollreza y dc la mller-
llecimicnto es envileciclo como producciÓn en serie. Segírn ttna tc", escrito bajo la conmociÓn c1c la cstencia en Patís, está cledi-
interpretación posible y muy difundida, es justamente esta cle- caclo al envilccimiento cle ia mLlertc en las grandes ciuclades,
graclación cle la muerte lo que constitr:ye el ultraje específico clonde la imposibiliclacl de vivir sc hace imposilliliclacl de ma-
c1e Auscl-rwitz, el nol-nbre propio cle su horror. clurar el f'ruto clc la propia mllelte, de la "g|an nlltertc qtte cacla
cual lleva en sí" (Rilke 2, p.457). Es singular', cmPL-ro, qtre si
se excluye ei recurso a una obsesiva imagerie de parto y de
(.Ibicl,
2.19. Que el envilecimiento de 1:r muerte constituya e1 pro- aborto ("parimos el abtlrto muerto clc nuestra muerte"')
blcma específico de Auschwitz no esr sin embargo, algo que p. 459i),y de frutos amarllos y rnaduros ("sr'r propia muerte cuel-
puLeda darse por descontado. Y 1o pruetlan las <xlntradicciones ga, ,ercle aún, sin clulzura ,/ en ellos como Lln fiuto que no ha
en qlre qr.redan atrapados aqr-rellos que afrontan Auschwitz des- áe macl.,rar": (Ibicl, P. 457),1a muerte propia no se distingue de
clc esta perspectiva. Como también esos autorcs que, muchos la otra si n<¡ es p«rr los más al¡stractos y fbrmales de los predi-
años antes de Auschwitz, habian denurnciado la degradaciÓn caclos: las oposiciones propiedad / impropiedad e interno ,/ ex-
cle la muefie en nuestro tiempo. El primero cle todos ellos cs, terno. Frente a la expropiación de la muerte operacla por la
naturalmente, Rilke, qttien constituye la fuente imprevisible de moclerniclad, el poeta reacciona, pues, según el esquema fier-r-
la que cleriva, más o menos directamente, 1a expresión de En- cliano clel luto: interiorizanclo el objeto perdido. O, como en el
tress sobre la producción en cadena de la muerte en los cam- caso análogo de la melancolía, haciendo aparecer como ex-
pos. "Alrorzr se muere en 55c) camas. En serie t.fctbrikmüssig). propiaclo un objeto -la muerte- en relación r:on el cual hablar
naturalmente . Es evidente que, a crausa de una producciírn tan áe propio o impropio es algo que carece simplemente de sen-
intensa, cada tnuerte indiviclual no queda tan bien acabada, pe- ticlc¡. Lo que hace "propia" la mtterte clel chambelán Brigge en
ro esto lmporta poco. El número es 1o qr-te cltenta.. " (Rilke 1, sr-r vieja casa de Ullsgaard, que Malte describe minuciosamen-

p.22). Y, clurante 1os mismos años, Péguy, cn un pasaje que te como eiemplo de muerte "principesca", es algo que no se
Aclorno evc¡caría de nuevo a propósito c1e Auschwitz, h:abia ha- dice en ninguna parte, si se exceptúa el hecho de que muere,
l>laclo c1e la pérdida de la digniclad de la mi.lelte en el mundo precisamcnte, en su casa, rodeaclo de sz,¿s criaclos y dc szzs pe-
rnoclerno: "El mundo moderno ha conseguido envilecer 1o que iros. E1 intento rilkiano de restituir una "dignidad especial" a la
cra qr-rizás Io más difícil de envilecer en el munclo, porque es muerte clcia tal impresión de indecencia que, finalmente, el sue-
75
11
ño clei carnpesino cle matar al scñor agonizantc con sll horcón
parcce traducir un cleseo remoto del poeta. tc no mLrerta. Pero ¿qr-ré haltría poclido ser, en los Campos, LtnLt
mLrerte mLteña, Llna mlrerte soportacl:r cn cl propio ser?
¿y tie-
n.. alÉlúln sentic'lo clistinguir c-n Auschrvitz entre .na mLlerte pro-
2.20. La expresiírn "fabricación c1e cacláveres,, para clel,inir los pia y una impropia?
campos cle extcrminio, había sido ya utilizada en 1949 por Mzrr_ El hecho cs que Sery Tiemltct conflerc a la rnucrte un2l fun_
tin Heiclegger, maestro cle Arenclt en Fribr-rrgo hacia la mitacl c1e ci(rn particular. Es el lugar cle una ex1-rcr.iencia clecisiva qucl con I

los años veinte. Y, curiosamente, la ,,fáLrricación cle cacláveres,, cl nombre de "Ser-par:i-la-muertc,,, cxpres:r q.izírs la intención I

suponía tarnbién csta vez -como ya en Levi- qLle para las víc_ últirna de l¿ ética de I{eiclegger. I).rc1ue cn la ,,clecisión,, que
tirnas clel extern.rinio no se poclía hablar de rnuertc, que no mo_ se produce ¿rhí, la i.propieclacl c,ticlianu, hecha cle halrlaáu-
rían verdaderafllentc, que no eran más que piezas procluciclas rías, equívocc¡s o formas clc clivcr.si<->r.1, u lrLs <1rre er l-iombre se
en tln pr()ces() cle trzrbajo en caden¿r. ,,Muercn en nlasa, por encllentra ya siempre arrojaclo. sc tnrnsfil.n.ur cn propieclaci, y
centenares c1e miles", rez¡ el texto de una conf-erencia sol-¡re la la muerte anónima, que concicrnc siclr¡rrc a los.cleirírs y ná
técnic¿r pronunciada por el filósofo en Brenta con está nlrnca verdacleramcntc prescntc. <rcvicne r. p.sibilicracl
cl tituk> Die
Ge.labr (El peli¿|ro): rnás propia e insuperable. Esta p.sibiricracr n. ticnc L, conte-
nido particular, no olrece al l-rombre iLlgo plLnr :icrr o para rea
lizer. Al contrario, lzr n'rtrefie consicleracla como posibiliclacl, estir
¿M.eren? Perccen. Sr¡n eliminaclos. ¿Mr:eren? Se conr¡iefien en piezas clel ll
macén cle fabricaciórn tk: c¿rdávcres. ¡Muercn? son licluiclaclos impcrcepti al¡.solutamente vacía, carece c1e cualquicr prestigio específic,:
lrlerrente en los campos cle extctninio... pero morir (.slerben:) significa: scr es la simplc posibilirlad cle ra imposibiticlacr cie tu¡cro cint¡tnrta-
portar la lrllertc en el propio scr-. poder morir signific:r: sel' capaz cle esc miento y de torla existetTcia. Pero, precisamente por esto, la cle_
soportlll'. Y nosotros sólo sonlos capacrcs cle elk¡, si nuestro ser acepta el ser
cisión que en e1 ser-para-la-muefte experimenta raclic¿rlmente
cle l:r rnuerte... Por toclas p.rfies 1a inmcnsa miseria cle innr-rmerables, ltro-
esta posibiliclacl y estc vzrcío, se rescata cle tocla inclecisi(rn, se
ces mucftes no l]tuelt¿ls (.tt,ngest<trbener Tode) y , sin cmbatgo, la esencia cle
:rpropia por primera vez. de manera integral cle su impropie-
la mlrertc le está vecleda al homlrre (Heiclcgger 1, p. 56), clad. La experiencia cle la inconmensurablc irnposibiliclaá cle
existir, es, en con¡iecuencia, el modo en (llle el hombre, libe_
Algrinos años c'lespués, y no sin razón, sc reprochó al filóso- rírndose cle su cxtravío en el munclo clel Se, hace posilrle para
fo c1trc, en un 2[ltor que halría estacl() comprometiclo, aunque
sÍ Ia propia cxistencia fírctica.
fr-rera de fbrnra marginal, con cl nazismo, esa alusi(>n cle pas:r_ A esa ltrz, l¿r sitr,raciírn c1e Ar-rschwitz enr.¿ mencionzrcla con-
f-ercnci¿,r cle Bre,a se hace toclavía muciro má.s significativa.
d¿r a los cartpos de exterminio El
-después cle años de silencio_ cdmpo sería, desde esta perspectiva, el lugar en que es impo-
era cuando menos inoportuna. Lo qrre es cierto, en cualquier
c--aso, es qLre las víctimas veían negacla, así, la ciigniclacl c1c su
sitrle h¿rcer cxperiencia cie la muertc como de lzr posibiliáacl
mucrte, cran c<tndenad:rs a perecer -con un:r irn:rgen quc re_ más propia e insr-rperablc, ccxrro posibiriclacl cre ro imposilrre.
cuerda a I¿r rilkiana cle las "rluertcs abortacla¡i,,- cle Llna mrrer- Es dccir, el lugzrr cn qlle no se cl:r trna apropiación cle lo im_
propio y el clominio fáctico de lo inauténtico no conoce ni
f(¡
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entre 1¿r mLlerte y la simple clesaparición, cntre morir y "ser li-
inl,ersioncs ni exccpciones. Ést¿r es 1a razón cle que cn los
quidaclo". "Cuando se cs libre -l'ia escrito Améry pensanclo en
campc)s (como por lo clemírs, segírn el filí¡sofo, en l:r época
c2rractefizaclzr pctr el dornini<¡ inconclicionaclo c1e la técnica),
Heiclegger- es posiblc pensar en la mtlerte sin pcnsrt'nc(c-
sari¿rmente cn el morir, sin cstar angtrstiacios por el morir" (p.
el ser cle la tnuerte está vedado y 1os homlrrcs nt.' ttltLett'n, si
51). En el campo csto es imposiblc. Y no porclue, como pare-
no qlle son procl-rciclc¡s como caclírveres.
Parece 1ícito prcguntarse, no obstante, si la infl-rencia clel mo-
ce slrgerir Améry. el pensamiento sr>llre los modos cle mr¡rir
(por inyección de fenol, por el gas o por los golpes) haga su
clclo rilkiano, qtle separalra rígidan-rente la muerte propia cle Ia
pcrflr-ro e1 pensamiento cle l¿t llltlcrtc: cotnr> tal. Sino porque,
impropia, no ha conch-rciclo acluí a1 filósofo :r trn¿r contraclic-
donde el penszrmiento de la lntlcrtc lui sicl<> tllatcrialmentc rea-
ción. En la ética cle Fleiclegger, en cfecto, ar-rtenticidad y pro-
liz¡dc¡, c'londe la muerte es "triviel, llttt.t¡r'ríttic'e y cotidlana" (Le-
pieclad no son algo qlre sc clé por encima cle 1a cotidi¿rniclacl
inauténtica, un reino icleal superior al real; no son otra cosa vi 2, p.126), tanto la mtterlc cott'lo cl lll()rir, t2lnt() e I tnorir como
sus modos, tanto la mltertc coltlt> llt tlllrlir.eci(>n clc caclátveres
qlle un "asimiento rnoclificado de 1o impropio", qtle no hace
se hacen indiscernibles.
más c¡ue liberar las posibilidades fácticas c1c la cxistcncia Se-
gúrn el principio cle Hólclerlin, evocado por Heidegger cn cli-
u..r". ocasi<¡nes, "cloncle está el peligro, allí crece 1o que sal-
2.21. Grete Szrlus, r-tna superviviente de Auschwitz- ctry't voz
va", son precisamente las circunstancias extremas clc los ca'mpos
suen:r siemprc jlrsta, ha escrito en algltna ocasión que "cl hor-n-
las que cleberían hacer posiille la apropiación y el rescate'
La razón cle quLe Alrschwitz esté cxcluiclo de la experiencia lrre nnnca clcbería tener qtle sopofiar toclo lo qlle es capaz- de
soportar, ni clebería nunca 11egar a ver que este sr"tfrimiento 11e-
c1e la mr-refie debe seq pues, otrzr; un¿r razírn tal qr-re sea capaz cle
vaclo a 1a extrema potencia ya no tiene nacla de humzrno" (Lang
poner en cntredicho la posibilidacl misrna cle la decisiírn au-
téntica y cle amcnazar así 1a propia bzrse cle la ética heidcgge-
lrein 1, p.9D. Hay que reflexi<tnurr solrre esta singular fbrmula-
ción, quc expresa a la perfección 1a partictrlar conclición moclal
rian¿r. El campo es, de hecho, el lugar en que clesaparece ra-
clel campo, su re¿rlic1¿rd cspeci:rl, que. segútn el testimonio de kls
clicalmente tocla clistincií¡n entrc propio e irnpropio, posiblc e
supervivientes, lo h:rcc absoLrtan-rente vercladero y, a Ia vez, ini-
ir-nposible. Porque aqr.rí el principict segírn el ctrzrl cl ílnico con-
maginzrble. Si en el scr-par:r-1a-muertc, se trataba cle crcar 1o po
teniclo cle 1o propio es 10 impropio se veriflc¿t ex2lctanlente por
sible por meclio cle la experiencia cle 1o imposible (de 1a rnuer-
su contrario, que afirma c¡ue el útnico cilnteniclo de lo impro-
pio es 1o propitt. Y así como, en el ser-para-1a-mltcrte, el honl- te), aqr-rí 1o irnposible (la mucfie en masa) se produce mcc'liante
la experienci¿r integral de lo prtsible, mecliante e1 agotamiento
bre se apropia auténticamente cle Io inzrttténtico, en cl campo
cle sr-r infinitucl. Por esto mismo el campo es la verificación ab-
los cleporlaclos cxisten cr,¡ticliana y anómimamerlLe para la muer-
sc¡luta clc la política nazi que, en las palallras cle Goebbels, era
te. La apropiaci(tn cle 1o impropio ya no es posible, porque 10
precisamente "cl arte cle hacer posible lo que parecía imposi-
in-rpropio se ha ¿rclueñaclo ahsoltltamentc cle lo propio y los
h<¡r'ibres viven en toclo rnomento fTrcticamentc para st.l mller-
b\e" (I'olitik ist die Ktmst, clas Llnruó.qlicbe zu Scbeinevtrie mÓ-
glicb machen). Y así, cn el campq el gesto rnás propio de la
te. Y eso significa qlle. en Auscl'rwitz, no es posible clistinguir
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cieron 1'l expcriencia cle lo inhttl'ueno' Es posilllc
quc esta rit
cle 1o impropio' el hacer po- clical inca¡lliciclac,l cle "pocler'" n. h:tyr-t siclo cx,res;.tcl¿t
nttnca
éticzr heicleggeriana -la apropiación-
cle tocla cfcctiviclacl y' por es- c()n Llna clariclacl tan ciega c()1ll() en erl cliscttrso
cle I{lmmler clel
siblc Io existente- qt't:cla priuaclo
le está veclada al h<lmbre"'
to mistno, "la esencizL tl" l" 'rrt'"'tt en
:i cle «rctlrl¡rc clc 191t3:
Qr-rien ha pasaclo
por los cdnp)os' tanto si l-ra pereciclo
sollortaclo toclo aqtteilo qr-re 100 clrclílvcres ó
ellos cotno si ha sol¡reviviclo, ha so-
l,:l n)1tyo1 p:Lrtc cle \'()s()tros clellle s:llrt'l t¡trc sigllilic:en
lo cluc no habría clebiclo o c1r-rericlo
nocli'.r sop<¡rtar; inch-tso í(x) ó 1.0(X). El lrlLllcr st4l<lrtackl llt siltt:tt.iílrl v. :tl lltisllll l l'icllIP(). hallet- st'
1...,i.'. lle'acl<i a la p.tencia nrás extrema"' este gtticlo sie nclo holnllres ht¡ncstos. lL pcs:lr tlt ltlgLtlt:ts
cxccl-rt itlttcs clclriclas
ir,il. ;.i" ticne' cmpcro' "n"lda de hr-r- Ltrl:l 1t:tuitle clt.qloria clc
agotatnicnto cle [o posilllc' ya no :r le clclriliclecl hUrnana. nc>s 1t:t clrtlltlttitk;. lis
con 1o inl-iutnano' cl hom- lrucstflt ltistrlrie (lLle ntllr(lil lra siclrl t'stlil:t r'(ltlL'll()
lo serlr rrtrnt:¡ (Ilill
ria;,,;- La potenci'a-hum¿rn"L'conflna
L)e aclr'rí c1 malest"Lr clel su-
l)re soporta taml>iÓn al nehornl¡re' lrcrg. p. lO9l).
n() tiene not..bre"
p:;;,;i;;,;, esc "m'¿l.rstar incesante q..reclcl C]éncsis' "1a an-
atávjczt
en el qtre Levi reconocc la angtLstia qr're estít ali-
Noes,pLles,unacastrlrlicllclc¡r-tclosltliclllllt'osrlclltsSS'clr-
tcsti-
ousti'¿ inscrita en totlos clel'ühtr vav(¡l-l-l'"' si sin cxccllciones^ se 1ll()S[fltl.ltll ittt'lt¡t.tc.cs tle lt1>tl11ltt. sr.t
c1e1

:.;t:'.i;t;;rt." ¡" t",,'''1""" (Levi 2' p 1D' Est. cltLicre clecir


tntlnicl.Micntraslasr¡íctitllastcstitrlt>t-iielllrtlstlllrcclhcchtlcle
(lLlc st.l cs- s()portll-
qlr. .t lr.,rrlr.. llcv:t en sí cl sello
cle lo inhun-rano' Iiuber pasaclo '.t c()nvcl'tirse cn inhrtulltnas' por haller
transfixan-
it.t,r., ."*t.nc cn el prollio centro cle él' la hcricla cl<¡ t<rclo aqtrcllcl c¡re potlícttt sop()l-tilr, los verclrtgos' clllc t()rttl-
estii ittrozlnente honc'stos"' ltt¡
i" .i"t ,-r.,-".píritu, clel caos y"t t-to-hum'¿no 'lue r'.Lban lr ascsinallltn, no clcjzrron clc scr "ht>¡rlrrcs
clepositllckr en stl ser capaz c1e todo' ., s()p()rtal'()n aqlrcllo c1r-tc. sin etlll"trgo' poclían soportal-'

Malestar y tcstimonio ultt"-"lr'-'


no síllo a 1o clLtc se ira hech<r Si la ligr-rrlr extrclra clc esta erxtrclllll potencia cle
strf ir es el
sc ht podirlo haccr o su- pol los intcgrantes
.l i., q.," se ha sufiiclo, sino a lo ,rt,s,,ln',át',, pttccle ctlrrlprenclcrsc lrien
clue cltlÓ
potcncia cle sltfrir' lo clurc y t()clavía
tlir. Es este ¡xtcler, esta casi intinita clc las SS ,-tc, 1,r,-, siclo c'allaccs cle ver al trr'Lsttlmán'
no l¿rs accioncs o las otni-
rcsltlt'.l inhtrtnano; no l<¡s heclhos' qlte nrenos clar testitnonlo Por' él:
cle este ltoclerl<'t
siones. Y es precisaülente la expericncia
verdug.s siglten re- Flr¡ gcntc c()n lll
,"-i".r r-ri"go a l<¡s l-ioml¡res c1e las SS. Los Lrlut t'.l1t cléllilcs tlr-te stl clcjelretl hlrcel-cr'lllklttit:r cosr'
p:c|íctt't hacer otta cosa cluc 1rl llosilriliclacl clt: colntlni
pitienclo r-lnlrnitr-res qt'" "ttt" no (lrrc rt() cxrstílL ningún tclrlln(l colnútn' nitrgttna
no ltodíctn' <¡r'tc c1c- cortlllrenclcl-
qtre lricieron; ., ti"ci', que sencillafi)cntcr r.¡crión: t'ós1c es el origen tlcl clesllrccio' P()rclLLe nrl lroclílt
se clice: Ref'ehlnotstand' ll¿tcc tttttv pclco' ltc lcíclo un li
bían y basta' ActLl2lt ''i'-'-pt'att actr.l"lr r.:irlto pr>ttíen entreg.rrsc clc cslt firrlltlt
Y cllos rtl¡eclecicr<¡n kcLrlauer- ("lcllln'rings") qLlr' cltclll cittco o seis
tcner que obeclecer ttna orclen' lrlo solrt'c los Lr>ccklLcs clc llts nicvcs
clecí:l Eit:hm'¡nn Descle ltre- hethrl en'l'rcl¡linke (Sc
geborsaw,colll() Lln cacláver segirn :rli()s se ltrrojlLtr ll lnltr P¡ril t¡lorir: tttc hlt P('rlsllr
que sop()rt¿lr Io clue no ha-
go tamlrién los verclugos tuvieron r.cny'. p. 313).
soPolttlrl pe«r' segírn
brían clebiclo (y, a vcces, qtrericlo) "no se'rr:li:::t:
¿rtfevle-
,,aarra"r-r.,ir, cle Karl Valentin,
en crtal<lltier-cltso'
sicnclt' "hon-rll'es"' no lli-
ron a poclerlo". t'ot esto siguieron
s0
2.22. La iclea c1e que cl cacláver sea mereccclor de un respe- arrojackr corno el estiércol" (Hcráclito, ft.96), corno el preccp-
to espccial, c1e que exista algo conlo una cligniclacl clc la mr'rer to evangélico c1r-re invita a clejar qrre los lnllertos sepulten a los
tc no es, en rigor, patrirnonio original c1e 1a ética. Httncle n-rás mLlertos (del c¡-re se encuentra Ltn cco, en cl seno cle la Iglesia,
bien sus raíces en el estrato arcaico clel c'lerecho, que st: con- en el rechazo de diversas corrientes cspirituales fi¿rnci.sczrn¿rs a
funcle en tr¡c1o momento con la magia. Los honores y los cr-ri- <>ficiar los ritos firnerarios). Sc puecle clc-cir c1r-re la articulaci(ln
claclos qLlc se procligaban al cuerpo del clifirnto tcnían en stt y e1 contraste cle csta dr¡blc lierencia -una mírgico jurÍclic:r y
origcn 1¿r finaliclacl cle impedir que el alma clcl lnlrert() (o, mc- otra religioso-mesiánic¿t- han clctent-linlrclct descle el principio
jor cliclio, su imagen o fantasn-ra) permaneciera en el munclc> la an'rbigiieclacl de nucstr:r cLlltur':r ('()n rc:ipccto a la digniclacl
cle los vivos corro Ltn2l presencizr amenazadora (la laruot dc los cle la muerte.
latinos y el eírlolon o el pbasma cle los gricg<)s). Los ritos firne- No hay, quizíts, ningún otr'o luglrr-cn (lLtc csa ernbivalcncia
bres serwían prccisamentc para transfbrmar a estc ser pqrtur- ,,]p^tezc'¿ con tanta fuerza c()1I() ctn cl cltisorlio cle Zr.¡.1- berma-
baclor e incierto en un antepasaclo arligo y pocl-eroso, con cl nr.¡s Karatn,azo¿., cloncle se lracc rcfcrcncia lrl insoportuble he-
que poclían mantenerse rciaciones cultuales lrien clefiniclas' clor que clcspide el caclírver tlcl s!úrels Z«rsintu. I)olr1r-re uc¡lrí,
E1 munclo ¿rrcaico conocía, no obst¿rnte, prácticas clirigiclas. entrc los rnonjes (llrc se agolpan ante ltL celcla clel sent() s/rrel.s,
por el contrario, a hacer irnposiblc de forma dr-tradera esa con- se procluce pronto r-rna divisi(rn cn clos cíu-npos: la cle ac1r,rellos,
ciliación. Algr-rn:rs vecres se trataba sencillamentc c'le neutralizar que son mayoría, qtiiencs, fl-entc a la eviclencia cle la f¿rlta clc
l:r presencia hostil clel fantasma, como en cl hr¡rrendo ritr-ral clel digniclacl del mtrerto -qlle cn lugar cle expanclir r-rn ol«rr clc san-
mascbalistttós, cn el que las extremiclaclcs cle1 caclírver cle una ticlad, empieza a dcscomponerse dc forma inmecli:rta e inde-
pers()ne a 1a que se había dackr muerte (manos, nariz, orcjas. cente- p()nen en entredichi¡ la santidad de su vida, y los qr-te
etc.) se cortaban y sc ensartaban en un corcloncillt¡, que se ha- sal>en -son p()cos- que la sLrerte c1cl cadírver no cla pie para
cía pasar clespr-rés por slls axilas, con la pretensión de que el sacar consecuencia zrlguna en el í.rm}¡ito de 1a ética. Las vaha-
clifirnto no ltucliera vengarse del ultraje recilric]o. Pero tarnbién raclas de putrcfacción que llegan a los incréclulos monjes evo-
la 1alta cle scptilttrra (qLre está en el origen clel conflicto trági- can, de alguna lnanera, cl olor nauseabundo c1r-re desprenclían
cro entre Antígona y Creonte) er¿l Llna fbrrna cle venganza mít las chimeneas cle los hornc¡s cremzitorios -las "ví:ls clel cielo',-
gica qtie se ejercía sobre el cuerpo clel muerto, c1r-te, dc esta clc los campc,¡s. También en cste caso. p2rrit algunos esa leticlez
m2rnera, er¿I conclen¿rclo a seguir siendo p'.rra siempre tna lar- es la señal clel supremo Lrltr:rje qr-re Ausclnvitz h:r inférido a Ia
Ltct) ¡ no pocler encontl'ar nLInCa la paZ. Por esto en cl clercchcr cligniclad cle los mortales.
arcraico cle Clrecia y Roma, la obligación cle los firneralcs er¿l
tan cstricta que, si faltaba el c:rc1áver, se cxigía qr.le se inhuma-
ra en sll lugar un crtktsct, () sea Llna sltcrte cle cloble ritual del 2.'23.L:.t arnbigtieclacl cle la rel¿rcií¡n qlle nuestr¿r cultura man-
difunto (en general, Llna efi¡aie cle leña o dc cera)' tiene con Ia mucrte elcanz¡ su paroxisrno clespLrés de Ausch-
-bn firme oposición a est¿ts práctic:as rrtágicas, se encLlentran r.vitz. Se hace partictrlarmente cvidente en Aclorno, qrrien ha
tanto la afirmación clel filósofo cle que "el cacláver debc ser cluericlc; hacer de Ar-rschwitz Lrna suerte de línca clivisoria his
qLtc rlo poclelntls clecir lrcl'i(rs Y con lo clttc l-itltl'tos clc cotlfron-
"clcsptrés dc Auschu'itz ]'a no
se
t«l-icl, lrI atirmar ntl solo c1r-re tarn()s cle lirrma obligacla. Porclttc, en t111 czlso, se prclsclltlt c()-
trrmlrién clltc "tocla la cultr-rre
prtcclc escrillir t'n' 1'*'i:ti" sino l-r-ro el no,vivo, c()111O C1 scr crrya vicla nt¡ es vcrclaclera,llc:ntc
la crítica clc ella' es l¡rtst-tta"
postcrior a Atrsc:ilrvitz' inttl"y"'-"1t tal; pero, en ()tr(). conlo a<lltcl cllyll llltlcrrtc no ptteclc scr i[a-
(Aclorn<¡ l, 11. 331)' l'<>r ''rnl i'att"' cl ilut()r perecc c()1llPartil'lxs
(p<lr los qr.le no ticne' ,r,,.1, ,,-r,-,".1e. sintl sírlo l:rllficaci<¡n tlc cltclár'eres Fln clcf initi-
consicler¿rciot-ies clc Arctlclt i
trt:itl"gg"t y'
"fallricaciírn v'.r, plres. cott-to inscripciÓn en llt Vitllt clc tlne z()na mtlelta
,-li'''gu'-'" 'sinlfatía) sol¡rc la lln ltillll<¡s ('lls()s qllel
1)o1' l() clctn¿is' 1^. ::t..
btlit'l:::l:' en la rnueLte. c,le trna z<ine l,iv..r. -ptlcsto
tlc un"r "prtlcltrcci(rn cn n-Illsll -"
clavcrcs" v ll¿l¡14 :.r cl hornl>rc asiste e la clcstlLrcCiírn tlc stt r"iltcttlo prii'ilcgiaclcl
()tl"l' cicnttncil c()n sercr'tslno las Prete-nslo-
cle la mttertc"; pol'
<lc r-lnlt m..lerte pr()p1"t'
con 1o clUe le constittrye coiltO llUrrllüt(), es tlcc'it', ctin la s:-t-
,r"r.l. Rilke (ri clerl mist,ro Fleicleggcr) craliclacl cle la nruerte y clc lu v'icllr- l<¡ (lr.lt's('J)()ncr cn entre
t'tl clttc sc l>iclt: clictro es 1a humanicl:rcl 1l-listtilt clcl lroltllrl'c" lil rllttsttlttlitn es cl
Lrt I'enr<rslL pleg:tt'ilL clc Rilkc sc lec cn llittinta l'k»-uLiu- no,hornl>re qLle se presente ol >sti|lurl:tlllt'llt(' ('()lll() llotlllrrc y
Ll11() sLl lrlLlcrte persotlel'
n() c\ Irrls t¡ttt ttn tltisttJ
e I)itls clLte cló a crcl:t
l'evicntln' kr humano cllrc es irnposiltlc clis«rCiltr clc lo itrltLttll:tlto.
tr¡t"l tlc cscotlclcr tlrtc los lltlt¡lrt-es
l>le cngeño. con cl c¡tc sc si lO ¿lntcrior es cicrto, ¿<¡rrÚ 1t|ctct-trlc clccit cl sr-r1>c|r'ivicn-
\ r's, ) r\ lotl, I r \tl' rl ttt r -l ll ix t
)'
tc cuanclo habla clel mUstrlrnírn corrro clcl "testig() intcgral",
c'lel único clty() testilllot-tio ticne, pLles, tln significaclo
gcne
Iist'.rosc:ilacií¡nclelatalairnposihiliclaclclc'l''tr¡z'ónparaiclcr-r- ral? ¿cómo puecle c1 no-lton-rl-¡r'e claf testinlt¡nio sol>re cl horn
clc Auschr'vitz' A éste se
tificar con ccrtcza el crinrcn clspccílitrl c()ntrJclict(xios: brc?' ¿C(rtnci pr-rctle scr cl l'e r-clacle ro tcstigo aclr-rel cltte por clc-
en epariencia
le irnputan. en eltcrt(), cios cergos inc<¡nclicional cle finición no puccle pfestal' testirnonir¡? Prlrqtte cl títr.rlo 'li estr'¡
tt"-''qqiriclo el
por Llna p'rrtc. el t'"t:t"' .triunlo es uil ltt¡mbretienc. sin cl-rcla, tarnbiÓn este scnticl():
(1tlc e1 n<lm-
hailer clcg'aclaclo y cnvi-
l. llllrertc s.l¡re la titi; ;, pt't t"'"' el conl() i1r'rizits ctralclr'lier lrre "hom[>re" se aplica soi>re lilclo al n<l-hourbrc, (ltle cl tcs-
lec:iclo la l¡ltertc Amlllts inrpr'rtaciones tig() integral clel hontbrc (rs xqllcl cttya hurnanjclacl l'ra siclcr
intplttacia)n, qtlc cs sictnpre
tln :'cst() gcnttinamr:nte jtrrídico' pue-
11 captarl() cn tocla
clestrrricl¿r intcgr2rlmcl'ltc. Ils clccir, cltrc e/ bc¡mbre es lo 'f'rc
no lleg'.rn a llPttrar "f uftt'it: cle 'itrschwitz' tle st¡breuit.tir al bctmbre. si lla[r¿tmos "par':rcl<lia clc Lcvi" a la
ltllí lrlgo si.riler a l"L callczrt cle
sr-t c.ncrcci(rn' c.,n-"' tesis cle cltte "el musulm/tn cs cl tcstigo integral", 1a compren-
''-i-"'t-,i"t" ni sc qtricre' \'er e ningúln Pru-
la Gorgona, qlle n() se: pttcclc' siÓncleAttschwitzc<linciclirítenescc¿rs<l-sie:iqLleptrccle
trlata-cle hacerlo crxlrprcr-rsihle ¡ro-
r:io: algo tan inatl(lit(; qt''tt tel reuhrcntc clarse unzr tal comprensiítn- con la cot-nprensií¡n clel
(lrrer st¡n, a l¿r vcz, nrals ex-
rriéncl.l. en relaciírn c.r-r cutcg.rías y la s.nticl() y clel n<l-scnticlo cle esa paracloia'
lrcrltrrls y r-nirs firmiliarcs: la
vicla y la lrlllertc' le cligniclllcl
incligniclecl. enrre Cst'a'r la
vt'rclaclcre cifi'a cle At¡s<,:hrvitl -1,1 :l::
acllrel al cllle "ningllno qulcre
sttlttrírn, cl "ncrvi. clel campo"' 2.24. Michel Fr>ucault ha propuesto una explicacií¡n cle la cle
r'tn"t lagr-tna- iltrctítll sitl
vcr" y (llle inscribc cn cilcl:r teslimclnio graclaciírn cle la rnucfte cn nr.lc.'itlu tictttptl, cxpresacla cn tér-
llcger a cncr()ntrilr una r'tllicllci(rn
acfinll'1 Es verclaclct'arlel-ite
cs. a l. ,trinos políticos, quc 1a vinctrla a la translirrlnacií¡n clcl pocler
(rL1c nLlcrstrlr rnem.ri^ nr> c.nsigtrc se,altar,
lu la.v¿r E5
tos- cs el punto en que l:rs clos figuras c1e1 po<1er cntran en cr()
es la clc la
en la llclacl rnoclc'rna. En stL figtrftr traclicional -qLlcr lisiírn fiont¿ll. P¿tra lioncar-tlt, sin ernbargo, los clos pocleres que,
escncialmente c()lro
sol>eranía tcrritorial- el ¡locler se clefine cn cl cuerpo clel clic--taclor, parccen confunclirse por Lln instan-
clerech<) es1 n() ollstante' en
clerecho cle vicl'.r y cle muerte Tal te. siguen sienclo esencialmentc hcterogéncos y su clistinciór-l
en cl senticlo cle que
virttLcl cle su llrclpia nattlreleza, "isimétlico' se traclucc en Llna serie clc oposicioncs conccptllales (ctterptr
se ejerce fr-lncl¿ruent:rlmentc por
el laclo cle la tnttcrte y sírl«r
incliviclual ,/ poblaci(rn; cliscipline / Iltc¡canismos clc regr'rlacií>n;
c<lnro allstcnciíln clc1
contempla la vicla cle lnancra inclirecta' la sollc- hombrc crlrerpo / hornlrre espccie ) (ltlc, cn t:l allra dc la mci-
clcrccho tr-iatar. Por r:st?l raz(rn Fottcaltlt c;rracteriza
cl.c clcrniclacl, cletinen el paso cle ltn sislclllrt lll ()tro. Naturalmcnte,
rJejar uitir' C¡a¡c\cl' tt
raní:r mecliante la fírrmurl¿r hc'tct:r mttrit'y Foucault se cla cuenta pcrtectamcnle clc cltte l<ls clos pclclcres y
la cienci¿r cle la po-
n,lrtir clel siglo XVII, con c1 nacimlct-ito cle em- sus técnic,rs pueden, en algr-tnos t'ltsos, intcgt-ltrsc Llno en otro'
il;; J-:tt;"¿, ¡" l¡ vicla v cle la salucl clt: lc>s sút¡clitos
cn los mc- si ltien cn cualquier caso sigt-tct'l sir.]llcl() torlt'cJ>tltaln-rente clis-
rtie'tlt lt octlp2lr Lrn lugar c¿rcla vcz más imp()rtante tint()s.
poclcl soberanrl se
.'r"tt*-t i,rs cálttrüs cle los Estaclos' el
, Es prccisamente csa hetcrogcnciclucl llr cltrc cotltcnzltrá, ctn-
tr¿rnsf<¡rma progresiv"rmentc en
kr cltlc Fottt:ault clcnotnina ttn hacerse problcrnírtica c-n cl 1I()lICrnl() clc lrfrr¡ntar el
morir y clejar vivir cede 1r"au,
biopocler. EI antiguo clerecho clc hacer "
análisis clc los gruncles Estaclos totalitarios c1c nltcstro tienrpo,
clefine la biopolítica tnocler-
su lr.rgar a una figr-rra inversa, que en pafticrllxr c1el Estaclo nazi. En efccto, en ílste r-rna absoluti-
bct'cer ttiuir 'y deiar muir'
na y qr.re ser cxpresa en la fónnurl¡ z¡ctón sin prececlentes dcl trir4tocler de bc.tcert.tit.¡irsc entrccntza
con Llna no menos absoluta generaiización del poclcr cle bctcer
clcrccho clc sr¡l¡er:rnía' la tlltel-te et-e
cl pttnto en cl clr-te el
N{ier-rtr-'.rs, en c-[
tlr/Ls rlranifiesta'
tmc»ir, cle firrmzr tal que la biopolítica pasx a coinciclir c'lc fclr-
cn stt lorntlr
pt>cler allscllut<> clel sclber¿rno rcsplenclccía
clt clue el ma inmecliata c()n ia tanatopolítica. Esta coincidcncia repre-
e[ lllolllento
lhora la mueftc sc c()nviertLr, pc>r el contrario'
el-r
sent¿1, en la perspectiva cle For-rcault, una atrténtica paracloia
ltsí tllistno y sc replíege' clc algtt-
inclivk1tto cs(iLp'.1 x to'lo pocler' r'ttelve que, como t<tcla paracloia, cxige una explicacion ¿Cónlo cs p()si
(Irr>ttcattlt 1' p 221)'
nl nrillrcrf il, sobre stt parte rnírs privecla bl. .1.r. trn pocler cuyo obietivo cs escnci¿lltnt:nte el c1c hac--er vi-
vir, cjercite por el contrario trn pocler inconclic:ionaclo cle muerte?
1:r mttertc' qlle se des-
De ahÍ la clescalificnciírn progrcsiva cle La respucsta que c1a cl ar-ttilr a esta pregllnta, en el cttrso cle
en el c¡-re participaban ncr
poja cle sr-r carácter cle rito píJ'lico 1976 en cl C:dlége tle l'-rartce, es bien conocicla: el racisflrrl es
t:ierto sentido' I"r so-
sólt¡ los inclivicllt<ls y las fhmilias' sino'
en
jllstamente Io que va a perlr-ritir al biopoclc:r estal¡lecer en cl
en algo que hay que esconcicr'
ciecl¿rcl entera, y se convierte crntimttutm biológico cle l:r especic hum:rna una serie cle ce-
unr.r cspccie cle vergiienza privacla' suras, y volver a establecer cle estc moc'lo en el sistem:r de "ha-
La mr.lerte de lrranco' cn Ia c¡ttc se
vio ¿t cltiien h"rllía cncar-
cer vivir" el principio cle la guerra.
necloclluantcmílsticn-rpt'..'-"-"'"'t"'sigkrel"rntigttopoc'lerso-
el clominio clcl nurevcl
Ir"..,-t., clc vicla y c1e muertc, cacr baio En el t:c».ttinue.rra bkrlírgico cle la espccie htu¡:rnl.r. la nparición. la clistit't-
"hacer vivir" ¿t los hornl¡rcs cle
lriopoclcr méciico -t¡tt-- tt"-r'igtte cr(>n v la jcrarciuía cle las rlrzas, la califlcaci(]n clc algtlnes razas cottx¡
buc-
cu:rnckr estiln mlter-
fbrmzL tan eficaz c,1''lc l<¡s hacc vivir
incltiso
87
cn cltre el Ilt'i/iling sL] con-
1ll()(l() (lc lírnite cs cl ulltsrtltlrítn E'n cl pllll1o
inll'l-i()fcsi Io(l() est() lls tln clel racisrllcl vr' l¡or clc-
lr:ts y (le ()tres. Pot Lll
c()ntr"tIi()' (l()1n()
Viertc cn ttn ttltlsult-nán, la llii;política
p.rlcr he t.tlllcl. ¡ sLI c''lr- cn tlt-1. tltlll¡ntl cn el cltle
f*Lgurentur. esc rlrribit.
cle l. bi.l<'rgic. <}rc el .trf,, ,tr, rliírs lrllír clc la raza y pcnctra
cl intcliclr clc IIL 1loll1;rt:iíln lt
llll()s gl'tlP()s Acltrí cl víncltlo fltlctLlantc clltrc
g(): tlll lro(l() clc tlifcrcncier
cn
ttrl:t ccsttr:t clc ti i" ,-t,, ,,^tr" est:rlllecet' ccsttrlls cicfinitit"tll.lttnte y asistim<ls a lll
c()n resl)cct() clc otttls n"
ttt:f'nttt''^' llttes' clc cstebltt cr pr-reblo y pol>1lrción se r()11lpc
sctlo tle trn¡ esfcra c¡'le sc
cleline' prLlcisillllcntLr' c()rr()
aplLlici(rn clc algo qtlc sc asclllcl'r
il tlll"l sr'lstllllcia llirlpolíticlt llll-
ir,l tr,.,t,,*,.,, ctl el (lr'lc Il() rtclnlite ('cstlr"ts'
t::ji t.r I,i,rlrr'-ir,t t lh¡(l' | :)-\' ',,'ri.,,,,, q.," ,-t,r-1,r.,t:tle scl tiirrclrr y
R., .,r-,,t,-,,rr,,.,, il.ta'-ttlt't:t""f i-""tlt' lrit'rl l:r lirnci(ln clccisir''a
l;r cesttrlt fr-rncla- '"
cn el sistctlllt tlc llr lrio¡lolitit'lt l-lltzi
No sírlo son
'l'r'.ltcillos cle prolongat cl :rnlilisis. clc lror'tt'trtlt clelos cctn4tt.r-s
irrlrllitt' l>itlrolitito cs irr existent" llrllrlriÓn y sollrc:
lnclltal qLle clivicle el ""'i:11']:'
lnlsulo cl ltrgar cle llt rnucrtc y clcl t'xtt'r-rrlil'tio',sillo
y pobklcilrz, t1t-tc consiste en haccr sllrgil' tlel sen() .¿.:),,"rltrgarclelapr<lcltrc.citltlclclttlrlsttlllilitl'tlt'llrúltirlllrstts'
bLo tlll ctlcrp() N'{írs ell'ir
es c'lccir' et1 tlanslornlar
,ir.,, i"r.1Ark, trne ptlllteciÓn; i"".ir-,ri,rir,rlític:, aisle'lc r.,..l tt¡rri,trtrtlri.l.gi.r.
lnernte 1)i ológic\)'
p"'titi'tt L'n Lrl-i cltel po escnci
el
:::i.r:ri,rJrc - hay rnás
ntt c¡-te l"ts círtlllttlts clc glrs'
qltc sc traLl ¿tt tt"-'itt't" y t"gt'l" n¿rtaliclacl y n'rrxtaliclacl' E" iq¡2, .i,-,,""t" la cclcllr-lLciÓrl cle trll (()ngrcs() sccr(:t()r
en c1
clcl l>iolloclcr' clrd"l pr-lc-
salucl y cnt'ertneclacl ii- t:f
'-t"ti'olt'"'u' cs' al mis- Flitlerfbrrrrr.rlap<lr'primeritVczLlllC()llccl)t()llitlll«llític<lcxtl.Clll().
ccrntr()-
l¡kr sc clcrlrla pt'l'r;:';(;"'-i"l" puttl:,lt t r'le,ttt'ctcríLtico (lllc es t-recc,satio consiclcrat" Al rcfcrirse lL le Pttroplt
"' En el Rcich nazi' la legis- cle tt¡ t'd'l¿k¡ser Ratrttt' clc
m() ticlnpo, t'n put:f it'7o" oliental. afirrna que ticne neccsicl:rcl
laciírn clc 1933
"q'i¡i'u'¿" 1a saltrcl hc.cclitaria clel est"l singr-rlar
,,.-"rf,i.,,, sir-i pr-leblo ¿Cíln'ro comprenclcr pareciclo
for-
"'l"t;'";;;;;;ttiá''' originarie La cc- alg. a un cle-
sellr prceis'rrr, c.tc cs'r- cc-s:rra rruhciírn? No se trata simplementc ilc
;.;";,1;,;.;ín" tlcspttús cs la va ';i estlrl¡lc-
clr-re tE h"lll:^I:.:
sllra qlle sigr-te inlnecli:rt¿rmt:ntt: entre los cir-r- sicrto, clc tu-i cspac() gc'ogríriico clcsp«»'isto y erll rlca 111
cn
la clistinci(rn
cer en el conir'tnto ;l;-:n'J"larría ;.;;r,; a clLter se rcfería tenía une clenslt 1-roblaciÓn
"ascencletlcill nrl ''lria"; lricn ttna in
y los cle cliierentes)' I)esigr-ra urírs
clucl:rnos .1.t "ascenclei^J;ttt*" ílltir-¡lcls a lcls jrrclíos ;;iri;,; f'nacionaliclacles en cttal-
entrc estos qtte lltlccle aplicarse
v Ltna clcsLlr¿r ptlstcrior separarír tensiclacl biop<llítica flnclar¡ental'
s(rkr tienen rtn alrttc- mcclio cle Ll clurl los prrcllkrs se tllttclitn en
i;;;;,;*',';;ittts x'tiscblirz'se {1''rsonas.tltrc c¡.rier espacio, y por
l)ero cltlc n<l profc- ptrlrlacíones y las p<irlaci«rnes en
mtlstLlnultlcs Lo qttc el u¡ll¿-
Io luclío o que ticnerl"'tit"'"f "t"f"t iuclíos' cn llr fe-
no tengen c'()ns()rtes ir-rclíos Lc¡ser Raumnornllra es, cn
clefinitiva' el lnotor intcrnc¡ clel catt-
scn 1a rcligi(rn ir-lclía y qLIe biopolíticns
cesnras una uírc¡'tina lliopolíti<:a qtle' Llna vcz
1r1l-
t1" 1935)' Las
cha clcl t5 cle scptii'i"t: po, cntencliclrl <:ouo
to"tr"t y aíslan en c:rda c>casií>n en platrtacla en Lln csp¿tcio getlgiáfitc'
cletcrtnin¿tdo' Io transfbt'rra
s()11, Pr-tcs, t:"ttti't"ltti" él y
zon"l (llle estil 1-ntls allá cle en espacitr lriopolítico al:tst'i"«" Lebensrauttl
y Tltdesrau'r-tt u -l't'
cl cr¡tttirtttu¡z cle la vicla rtnlt rcligttttg y cle clegra- cle clt:rlquier
cltte llcr''.t c.nslgo tt;';;;"'tt'
c1c
,.r, á,rr-r¿" 1e vi.la httt-tlanlr pes¿r a cstar lnírs allír
csta fottr-ia' ci no ario sc
-Lritutti
I)e cste pltnto' la mr-terte
clncií¡n cacla vcz '-'-"t' ttt"ttu'rc1o iclcnticlacl lriopolítica clcfinil'rlc Llcgac'lo
tr'.Insmltte en ltrclío, cl ¡LlJit'
t" d:-p'.'1'-.].tf] ('utt'L'qesiedelt' ctusge'
en el n<t cs más qlle Lln sirlrplc epitbn(lrncno'
r t t'i¡t li"g)' hasta'quc'
sied elt),"1 .t"pt,rt"tt'" .,"l"t.,l"*''\ límitc últillo' Ilstc:
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