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Diversidad ecológica

En ecología el término diversidad ha designado tradicionalmente un parámetro de los

ecosistemas (aunque se considera una propiedad emergente de la comunidad) que describe su

variedad interna. El concepto resulta de una aplicación específica de la noción física de

información, y se mide entre e índices relacionados con los habitualmente empleados para medir

la complejidad. El uso tradicional se encuentra ahora inmerso en una batalla por conservar su

significado frente al, mucho más político que científico, concepto de biodiversidad.

La diversidad de un ecosistema depende de dos factores, el número de especies presente y los

equilibrios demográficos entre ellas. Entre dos ecosistemas hipotéticos formados por especies

demográficamente idénticas (el mismo número de individuos de cada una, algo que nunca

aparece en la realidad) consideraríamos más diverso al que presentara un número de especies

mayor. Por otra parte, entre dos ecosistemas que tienen el mismo número de especies,

consideraremos más diverso al que presenta menos diferencias en el número de individuos de

unas y otras especies.

Desde hace ya bastante tiempo la mayoría de los ecólogos han coincidido en que la diversidad de

especies debe ser distinguida en al menos tres niveles: La diversidad local o diversidad alfa (α),

la diferenciación de la diversidad entre áreas o diversidad beta (β) y la diversidad regional o

gamma (γ). La mayoría de estudios sobre diversidad se enfocan a la diversidad alfa, en forma de

riqueza de especies.2

La diversidad ecológica es la intrincada red de diferentes especies presentes en los ecosistemas

locales y la interacción dinámica que existe entre ellos. Un ecosistema consiste en organismos de

muchas especies diferentes que viven juntas en una región y sus conexiones a través de los flujos
de energía, nutrientes y materia. Esas conexiones ocurren cuando los organismos de diferentes

especies interactúan entre sí.

La fuente de energía máxima en casi todos los ecosistemas es el sol. La energía radiante del sol

se convierte en energía química a través de las plantas. Esa energía fluye a través de los sistemas

cuando los animales comen las plantas y luego son comidos, a su vez, por otros animales.

Los hongos obtienen energía de los organismos en descomposición, lo que libera nutrientes al

suelo. Por lo tanto, un ecosistema es una colección de componentes vivos (microbios, plantas,

animales y hongos) y componentes no vivos (clima y productos químicos) que están conectados

por un flujo de energía.

Medir la diversidad ecológica es difícil porque cada uno de los ecosistemas de la Tierra se funde

con los ecosistemas que lo rodean.

Un ejemplo de diversidad ecológica se encuentra en Costa Rica, a pesar de no tener una gran

biodiversidad ecosistémica, se considera uno de los países con mayor biodiversidad, se calcula

que la habitan 500.000 especies.3

Es necesario enfrentarse a los generadores directos e indirectos desencadenantes de la pérdida de

biodiversidad para una mejor protección de la biodiversidad y de los servicios de los

ecosistemas. Las posibles medidas pueden consistir en eliminar subvenciones perjudiciales,

fomentar una agricultura intensiva sostenible, adaptarse al cambio climático, frenar el aumento

del nivel de nutrientes en el agua y los suelos, evaluar el valor económico total de los servicios

de los ecosistemas y hacer más transparentes los procesos de toma de decisiones.

https://es.wikipedia.org/wiki/Diversidad_ecol%C3%B3gica
Diversidad de ecosistema

La clasificación de los ecosistemas

Los ecosistemas pueden clasificarse en dos grandes grupos según el medio en el que prosperan
los organismos que forman la biocenosis:

Ecosistemas acuáticos, en los que el medio es el agua.

Ecosistemas terrestres, en los que el medio es el aire.

Los organismos que viven en unos y otros ecosistemas son generalmente muy distintos porque
están adaptados a vivir en dos fluidos, el aire y el agua, con características fisicoquímicas muy
diferentes.

Como el agua es un fluido muy denso, unas 700 veces más denso que el aire, los organismos que
viven en ecosistemas acuáticos, especialmente los vertebrados, han desarrollado formas
hidrodinámicas que les permiten desplazarse con mayor facilidad y extremidades que
les permiten impulsarse.

http://www.educa.madrid.org/web/ies.alonsoquijano.alcala/carpeta5/carpetas/quienes/departame

ntos/ccnn/CCNN-1-2-ESO/2eso/2ESO-12-13/Bloque-I/Tema-IV-diversidad-ecosistemas/T-4-

diversidad-ecosistemas.html
AREAS DE ENDEMISMO

Área endémica, área de endemismo y centro de endemismo

La aplicación del endemismo ha llevado a crear otros términos relacionados: el área endémica, el

centro de endemismo y el área de endemismo. Inicialmente la presencia de un taxón endémico

permitió caracterizar a una zona geográfica como área endémica (Polunin 1960; Nelson &

Platnick 1981; Rosen 1988; Axelius 1991; Parenti & Ebach 2009). Polunin (1960) (p. 205)

afirma que “un área endémica es el área de una especie u otro taxón que, en su distribución, se

limita a cierta región natural o hábitat únicos por causas históricas y/o ecológicas”. En este

contexto un taxón endémico presentaba un área endémica, así que cualquier taxón nativo y

restringido podía ser endémico a alguna área (Anderson 1994). El endemismo es relativo al área

geográfica que se tome para la comparación (Cracraft 1985), así que un “área endémica” podía

ser un concepto equivalente al área de distribución (Polunin 1960).

La puesta en práctica del endemismo en estudios ecológicos y conservación, ha requerido

generalizar el área endémica para describir zonas habitadas por varias especies endémicas

restringidas. De modo que la superposición, recurrencia o concentración de áreas de distribución

de especies endémicas definen a un patrón de endemismo. Por ejemplo un área de aves

endémicas será aquella área ocupada por varias especies con distribuciones restringidas (menores

a 50,000 km2) (Stattersfield et al. 1998). Desde esta perspectiva el área endémica revisada por

Polunin (1960) toma otro sentido en conservación, al representar un patrón de endemismo

conformado por varias especies restringidas y que se codistribuyen sólo en esa área.

Por otra parte, un área de endemismo es una zona geográfica definida por la congruencia espacial

de las áreas de distribución geográfica de dos o más especies (Platnick 1991; Espinosa et al.

2001; Noguera-Urbano 2016). La congruencia espacial es explicada por procesos diferentes al


azar (Morrone 1994) y representa la integración de los taxones en el espacio y tiempo en estratos

temporales.

(Fig. 6) (Noguera-Urbano 2016). Tanto las áreas endémicas de Stattersfield et al. (1998) como

las áreas de endemismo representan patrones de endemismo definidos por límites geográficos,

sin embargo las áreas de endemismo pueden presentar cualquier tamaño en su área. De acuerdo a

lo anterior se podrían tomar algunos conceptos como equivalentes. Es decir, si el endemismo de

Candolle (1820) en el contexto histórico define el “área endémica” como aquella área donde se

encuentra un taxón endémico, el “área endémica” (Polunin 1960) estaría representando una

unidad geográfica similar a la de Candolle. Para generalizar el uso de los términos y evitar malas

interpretaciones sobre el endemismo, considero que se debería homologar los conceptos de

Candolle (1820) y Polunin (1960) para área endémica, mientras que se podría generalizar el uso

de “áreas de endemismo” para definir los patrones de endemismo.

Figura 6 Modelo simplificado de un área de endemismo. (a) Vista actual de las áreas de

distribución integradas en el espacio-tiempo. (b) Como se verían las distribuciones separándolas

con respecto a la edad de los taxones endémicos. Se indica el espacio geográfico (EG) con el

cual se referencia el área de endemismo, un centro de congruencia (CC), especies endémicas (u,
v, w, x, y, z) y dos cenocrones o estratos temporales (C1, C2). Modificado a partir de Noguera-

Urbano (2016).

Otra manera de representar el endemismo son los centros de endemismo (Crisp et al. 2001;

Linder 2001a). Los centros de endemismo son sitios con alta concentración de especies que

presentan áreas de distribución restringida (Williams et al. 1996; Crisp et al. 2001; Linder

2001b). El supuesto de los centros de endemismo es que las áreas de distribución de los taxones

restringidos se superponen unas sobre otras y que los patrones de endemismo que conforman se

traslapan unos sobre otros en la naturaleza (Crisp et al. 2001). Sin embargo, se ha propuesto que

es difícil comprobar que los taxones sean endémicos a los centros de endemismo, o que las

distribuciones de las especies tengan congruencia espacial (Linder 2001a).

Desde mi punto de vista, los tres términos relacionados con endemismo: área endémica (según

Stattersfield et al. 1998), centro de endemismo y área de endemismo, toman en cuenta que las

áreas de distribución de los organismos proveen información sobre la relación compleja entre los

ambientes físicos y los atributos biológicos de los organismos. Sin embargo, emplean criterios

diferentes para delimitar el endemismo. Las áreas endémicas y los centros de endemismo se

basan en la restricción a un área de tamaño y límites arbitrarios, mientras que las áreas de

endemismo se basan en la superposición de las áreas de distribución geográfica.

Con respecto a la integración evolutiva de los taxones, Linder (2001a) ha mencionado que en los

centros de endemismo los taxones presentan historias múltiples y que las áreas de endemismo

contienen biota con historia única. En mi opinión, en las áreas endémicas según Stattersfield et

al. (1998), los centros de endemismo y las áreas de endemismo, los taxones se encuentran

integrados en el espacio, pero tienen múltiples historias. Pero en algunos casos los taxones

pueden conformar subgrupos y tener historias compartidas en el tiempo. Por ejemplo en el área
de endemismo Andina la integración de los taxones endémicos ha ocurrido en diferentes tiempos

en la evolución de América del Sur, pero todos han sido afectados por el levantamiento de los

andes y la orogenia de la zona (Fig. 6) (Noguera-Urbano 2016).

Se considera que las áreas de endemismo y los centros de endemismo pueden ser representados

valorando tanto la concentración de las áreas de distribución de las especies endémicas

(continuidad del patrón de endemismo) como sus límites geográficos (Cracraft 1985; Anderson

1994; Crisp et al. 2001; Noguera-Urbano 2016). En una perspectiva integradora de los dos

conceptos “centros y áreas de endemismo”, se podría considerar que las áreas de endemismo al

tener un centro de congruencia con valores máximos de endemismo (Fig. 6) (Noguera-Urbano

2016), podrían contener centros de endemismo. En un área de endemismo los centros de

endemismo estarían conformados por la alta congruencia de las especies endémicas. Además, las

áreas de endemismo pueden estar superpuestas conformando diferentes estratos de integración

temporal, estratos temporales (Fig. 6), y estarían representando historias múltiples como los

centros de endemismo.

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0065-17372017000100089

Ecosistema Lacustre

Es un sistema dinámico que evoluciona lentamente con el tiempo y el clima. Durante miles y

millones de años, los sedimentos se van depositando en el fondo de los lagos, acumulándose en

espesores de metros hasta decenas de metros. Al mismo tiempo, los pantanos o los cinturones de

vegetación boscosa pueden colonizar la parte central. Un lago con el tiempo se puede rellenar, y

no funcionar ya más que como un estanque, después se convierte en un pantano y más tarde

puede llegar a ser un bosque húmedo (en las zonas que siguen teniendo bastante humedad).
A medida que el lago es más profundo, más importante es la inercia térmica y química de la

masa de agua. Por el contrario, algunos grandes cuerpos de aguas superficiales como los lagos

poco profundos son muy sensibles y responden inmediatamente a los cambios ambientales

(clima, hidrología, contaminación, las actividades humanas). Esto es aplicable también, pero a

otras escalas espacio-temporales a los estanques y los mares.

http://naturaleseso2.blogspot.com/2011/02/lago.html

Bosques de galería y diversidad

Selva de galería, Bosque de galería, bosque en galería, bosque-galería, bosque de ribera o soto,1

son denominaciones de la formación vegetal o bosque caracterizado por su vinculación a la

ribera de un río o entidad hidrológica equivalente. Su vegetación se califica de "riparia" (adjetivo

propio del sustantivo "ribera"); sus necesidades de agua se cubren fundamentalmente por la

humedad del suelo y no necesariamente por la pluviosidad; y, por lo general, crece

frondosamente. Dan cobijo a gran cantidad de animales, y particularmente de aves, y muestran

una capacidad de recuperación ante los incendios muy superior a la de los montes cercanos. El

nombre "galería" proviene del hecho de que su vegetación cubre al río formando una especie de

túnel, como en la galería de una mina. Se identifican claramente en el paisaje por ceñirse al curso

del río, formando un pasillo o corredor completamente distinto del resto de la vegetación, en

color y altura, además de caracterizarse por poder mantener especies caducifolias en climas con

sequía, como el clima mediterráneo o el tropical seco (de sabana), al depender esencialmente de

la humedad del suelo y de las características azonales de este.

La excepcionalidad de algunos de estos bosques les hacen objeto de especial protección, como

los de la ribera del río Tajo en Aranjuez, convertidos en Jardines del Real Sitio, que han obtenido

la calificación de Patrimonio de la Humanidad. La alteración de los bosques en galería, o


bosques de ribera, por distintos aprovechamientos humanos es muy intensa, y quedan pocos

intactos en España. En Sudamérica, fundamentalmente en la región selvática que incluye el

Brasil, Paraguay y otros países, estos valiosos ecosistemas están siendo protegidos y la

explotación humana controlada.

NIVELES DE MANEJO ECOSISTEMATICO

Durante los pasados veinte años, se ha propuesto que el manejo de recursos naturales debe

hacerse con un enfoque ecosistémico, es decir, incluyendo a todo el ecosistema. El manejo debe

mantener o mejorar al ecosistema y debe proporcionar una variedad de bienes y servicios a las

generaciones presentes y a las futuras.

Entre los ingredientes del manejo de ecosistemas están:

Considerar las conexiones entre los diversos niveles de la biodiversidad (genes, especies,

poblaciones, ecosistemas, paisajes).

Incluir una escala espacial adecuada que incluya a los procesos ecológicos relevantes, definiendo

límites ecológicos en lugar de límites administrativos.

Aceptar a las sociedades humanas como parte del ecosistema y considerar las necesidades

presentes manteniendo el ambiente para que pueda satisfacer a las necesidades futuras.

Imitar a los regímenes naturales de perturbación para mantener a la biodiversidad.

Mantener la integridad ecológica protegiendo poblaciones viables de todas las especies nativas,

de sus patrones y procesos.


Tener en cuenta una escala temporal adecuada. Planear a largo plazo.

Introducir experimentos de manejo con diseños experimentales, conducir monitoreo y

documentar los efectos del manejo para aprender.

Promover la coordinación interinstitucional y la comunicación con la sociedad.

Restauración

Las actividades humanas, como la extracción de madera, plantas, fauna, la agricultura, ganadería,

desarrollo urbano y de infraestructura, modifican las características originales de los ecosistemas.

Algunas de estas actividades cambian la composición de especies o su abundancia, otras

modifican completamente al ecosistema.

En muchos casos, si queremos seguir obteniendo los servicios ambientales y los recursos que los

ecosistemas nos proporcionan es necesario restaurarlos, es decir, necesitamos reconstruir sus

características originales. Esto que suena tan sencillo, no lo es. En primer lugar, para la mayoría

de los ecosistemas desconocemos cuáles eran sus características originales, qué especies

dominaban el paisaje, en qué abundancia, etc., ya que la influencia de las actividades humanas

puede tener cientos o miles de años.

En segundo lugar, es necesario tener un buen conocimiento de los procesos de perturbación

natural de la región y de la sucesión vegetal para ir reconstruyendo el suelo, la composición

(tipos de especies) y estructura (abundancia relativa) de plantas y animales que devuelva las

funciones del ecosistema.

Al estudio de los procesos de renovación de ecosistemas degradados o destruidos se le conoce

como ecología de la restauración.


https://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/manejo.html

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