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Aportes teórico-metodológicos para el estudio arqueológico de

las representaciones figurativas: Las cabezas clavas del sitio


Chavín de Huántar, Perú (c. 1350/1250 - 700/500 cal. ANE)”

Andrea González-Ramírez
Universitat Autònoma de Barcelona
andrea.gonzalez@uab.cat

RESUMEN
Se plantean las principales propuestas teóricas y metodológicas de una investigación en curso, que con-
sidera que el interés del estudio de las representaciones figurativas no se encuentra en las imágenes en sí
mismas, sino que, como toda materialidad social, está en que nos informan acerca de sus condiciones so-
ciales de producción y uso, es decir, del trabajo y las prácticas sociales. Sobre la base de este planteamiento
se dan a conocer las principales estrategias metodológicas para el estudio del conjunto de litoesculturas
de cabezas clavas del sitio Chavín de Huántar, Perú.

Palabras clave:
Teoría de las Representaciones figurativas, Trabajo especializado, Litoesculturas, prácticas político-ide-
ológicas, Chavín de Huántar.

ABSTRACT
The major theoretical and methodological proposals of an ongoing investigation are herein raised, which
considers that the interest in the study of figurative representations is not located in the images themsel-
ves, but, as with all social materiality, in the fact that they give us information on their social conditions
of production and use, i.e., work and social practices. Based on this approach, we present the main me-
thodological strategies for the study of all tenon heads stone sculpture of site of Chavin de Huántar, Peru.

Keywords:
Representation figurative theory, specialized labor, stone sculpture, political and ideological practices,
Chavin de Huántar.

RESUM
Es plantegen les principals propostes teòriques i metodològiques d'una investigació en curs, que considera
que l'interès de l'estudi de les representacions figuratives no es troba en les imatges en si mateixes, sinó
que, com tota materialitat social, és que ens informen sobre les seves condicions socials de producció i ús,
és a dir, del treball i les pràctiques socials. Sobre la base d'aquest plantejament, es donen a conèixer les
principals estratègies metodològiques per a l'estudi del conjunt de litoesculturas de caps claves del jaci-
ment Chavín de Huántar, Perú..

Paraules Clau:
Teoria de les Representacions figuratives, Treball especialitzat, Litoescultures, pràctiques polític-ide-
ològiques, Chavín de Huántar.

Rebut: 1 septembre 2010; Acceptat: 1 decembre 2010

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Aportes teórico-metodológicos para el estudio arqueológico de las representaciones figurativas

ANTESALA concreto de estudio se plantean los principales


Es curioso observar cómo las representaciones planteamientos teóricos que guían una investi-
figurativas han tenido un lugar irónicamente gación en curso, pero que reflexiona al mismo
decorativo en la explicación histórica y social tiempo hacia el ámbito de estudio más amplio
de los estudios arqueológicos. Probablemente en el que se inserta. Se plantean, asimismo, los
por la influencia de cierta Teoría/Historia del problemas de registro arqueológico y el diseño
Arte, el estudio de los materiales que exclusi- de un plan metodológico aplicado, que puede
vamente comunican ideas ha sido abordado es- servir de punto de comparación y discusión con
pecialmente a partir de aproximaciones situaciones que suelen presentarse similares en
iconográficas y tiende a aportar reconstruccio- el estudio de las representaciones figurativas en
nes notablemente especulativas, guiadas o por arqueología
la pauta del “estilo”, en sus diferentes versiones
paradigmáticas, o por la búsqueda por el signi- SINOPSIS: EL MATERIAL
ficado de las representaciones. Las denominadas “cabezas clavas”, constitu-
yen un conjunto de 105 litoesculturas de gran-
Dentro del enorme cuerpo de producción des dimensiones, de formas antropomorfas,
“científica” acumulado históricamente y en dis- zoomorfas o híbridas, que estuvieron empotra-
tintas cronologías y espacios geográficos, re- das en la fachada de los principales edificios de
sulta sorprendente la escaza atención un sitio con arquitectura monumental: Chavín
precisamente arqueológica que las investiga- de Huántar, Departamento de Ancash, Perú,
ciones vierten sobre este tipo de materiales. Es con una cronología aproximada de c.
extraño, sino marginal, poder recuperar apor- 1350/1250 - 700/500 cal. ANE, y dentro de lo
tes en el estudio de las representaciones figura- que arqueólogas y arqueólogos han bautizado
tivas, en donde se clarifique la utilidad de la como Período Formativo. Esta investigación se
información arqueológica de este tipo de obje- basa directamente en estudios de colecciones e
tos. A diferencia de otros ámbitos que parecen indirectamente en datos de aproximadamente
resultarles más evidentes a arqueólogos y ar- 35 años de excavaciones sistemáticas, que evi-
queólogas, como la cerámica, las herramientas dentemente no son extensivas a todo el sitio.
líticas, los restos vegetales o animales, entre los Actualmente sólo se conserva una cabeza clava
que gozan de mayor popularidad y que cierta- in situ, y el resto han sido recuperadas durante
mente parecen presentarse como más “solida- al menos 60 años en los trabajos de limpieza
rios” con el trabajo arqueológico, las de los rellenos de violentos eventos aluviona-
representaciones figurativas parecen devenir les, mientras que otra pequeña fracción pro-
como péndulo en un tránsito de trayectoria am- viene de los derrumbes de muros en contextos
bigua, entre la altanería de marcar “estilo-cul- estratigráficos controlados en excavaciones
tura-tiempo” a la marginalidad de su nulo “científicas”.
aporte como contenedor de realidad social.
Como corolario, sabemos que no se han detec-
Tomando en cuenta este escenario, intentaré tados talleres de producción litoescultórica, ni
mostrar el punto de partida que justifica el in- en las inmediaciones de las ocupaciones resi-
terés arqueológico del estudio de las represen- denciales asociadas, ni en las dependencias ex-
taciones figurativas, y cómo es que es posible cavadas del sitio, y su contexto de uso indica
proponer un plan metodológico coherente que que participaron como productos escultóricos
sea capaz de proporcionar información empí- absolutamente vinculados con la producción
rica, válida y contrastable. A partir de un caso arquitectónica monumental de uso público, y

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Figura 1.- Única cabeza clava actualmente in situ. Esquina SW edificio A.


que a los arqueólogos y arqueólogas les gusta sición de asociación con la arquitectura con un
llamar “ceremoniales”. Jamás se usaron en es- amplio repertorio de lápidas, cornisas, dinteles,
pacios internos o restringidos. columnas, que poseen una profusión notable de
imágenes, a las que se le suman todos los so-
No tenemos datos que nos permitan distinguir portes muebles disponibles, como cerámica,
distintos tiempos de producción y uso de las ca- objetos líticos grabados o esculpidos, caraco-
bezas clavas, aún cuando durante un tiempo las talladas, objetos de metal, que configuran
parte importante del estudio de este sitio se un conjunto amplio de materialidad social que
basó en una propuesta de cronología por fases fue producida para soportar representaciones
que asociaba ciertos estilos litoescultóricos con con notable complejidad y convencionalismo;
etapas de construcción de los edificios del com- imágenes que circularon con distintas varia-
plejo monumental basados a su vez en una se- ciones locales en un ámbito temporal que
cuencia cerámica de la costa peruana a 500 puede considerarse amplio (c. 1000 años) y en
Km. al sur de este yacimiento (Rowe, 1967). un espacio geográfico integrado por una multi-
En 2001 una investigación de reconstrucción plicidad de comunidades con distintas formas
3D de la arquitectura del sito logró sistematizar de vida social y económica.
una secuencia que propone 15 fases construc-
tivas que abarcan ca. de 800 años, con 5 gran- Esta profusión de las representaciones que se
des etapas. (Kembel, 2001). Sin embargo, a consideran “similares” en un vasto territorio y
pesar que sabemos que las cabezas clavas fue- un amplio margen temporal, ha generado nu-
ron contempladas en los primeros proyectos ar- merosas investigaciones desde principios del
quitectónicos como parte de algunas fachadas, siglo XX, a partir de los cuales se fundaron
no es posible asociar todas las piezas de la co- “fases”, “Horizontes estilísticos”, “Estados”,
lección a cada una de las fases. “Religiones” y “Culturas”. Con todo, dentro de
la enorme cantidad de trabajos interesados en
Por último, las cabezas clavas comparten la po- abordar el llamado “problema iconográfico”,

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no contamos con estudios que proporcionen in- figurativas (y con justa razón), éstas siguen
formación acerca de la realidad social que pro- siendo concebidas como “ornamentos” de la
dujo, usó, mantuvo y descartó este tipo de arquitectura, con un significado evidente (Bur-
materialidad. Para el caso de las cabezas cla- ger, 1996, Saffer 1998, en Kembel, 2001, Bur-
vas en particular, aún cuando siempre se men- ger, 1992) y, en consecuencia, como
cionan, sólo se conciben como recursos marginales en su potencial uso como fuente de
simbólicos que “representan” el trance chamá- información histórica. Esto seguirá siendo así,
nico humano-jaguar de la experiencia alucinó- en la medida que no se formalicen problemas
gena por probable consumo de cactus San arqueológicos específicos dentro de los cuales
Pedro. Nociones acerca del colectivo que las se clarifique el aporte del estudio de las repre-
produjo, del nivel de estandarización y espe- sentaciones figurativas, su alcance y sus limi-
cialización de lo representado y de las técnicas taciones.
de representación, de las prácticas sociales vin-
culadas con su existencia, parecen estar fuera Abordando esta necesidad, en la presente in-
de lugar en los estudios de las representacio- vestigación nos separamos de las líneas tradi-
nes. Por el contrario, si es jaguar o cocodrilo, si cionales de tratamiento del material vinculado
la serpiente o el águila, si es el cosmos o el con representaciones figurativas, y planteamos
agua, o si son dualidades o triparticiones, sue- un problema arqueológico concreto, formali-
len presentarse como el centro de atención de zado y contrastable. Para ello, entendemos que
los escritos que se interesan en las representa- uno de los principales propósitos del estudio ar-
ciones figurativas de Chavín desde distintos queológico de las representaciones figurativas
ámbitos disciplinarios. es visibilizar las trazas de actividad humana
presente, en este caso, en la producción litoes-
De hecho, no es casual que las investigaciones cultórica, entendiendo que esta producción
de la última década en Chavín hayan estado abarca también su uso social. En consecuencia,
orientadas a problemas arqueológicos concre- esta investigación propone una estrategia que
tos, más vinculados con la necesidad de ahon- aborda los problemas de producción, uso y
dar en contextos que den cuenta de realidades amortización de estas litoesculturas, así como
específicas. La mayor parte de éstos se han también el problema iconográfico derivado del
concentrado en determinar una clara secuencia análisis morfológico de las figuras y su es-
arquitectónica (Kembel, 2001, Rick et al., quema de representación.
1998, 2008) asociada a una datación absoluta
de los momentos constructivos (Feathers et al., Ambas esferas, producción/uso y esquemas de
2008), en la ocupación no monumental del sitio representación, junto con el registro arqueoló-
(Mesia, 2007, Burger, 1998) y en la recons- gico del sitio y su área circundante, se espera
trucción GIS del paisaje pre y post Chavín que que integren una representación arqueológica
clarifica las dinámicas geomorfológicas a las que dé cuenta de la realidad social que dio exis-
que ha estado sometido el sitio (Contreras, tencia a estos objetos y en donde tuvieron sen-
2007, Contreras, 2008, Contreras, 2009, Con- tido social, y no de los objetos en sí mismos
treras and Keefer, 2009); todos los cuales han (González Ramírez, 2008). Nuestro interés
aportado un interesante cuerpo de datos que ha busca visibilizar a las mujeres y hombres vin-
ido entregando información fresca acerca de re- culados con estas representaciones, es decir, las
alidad social del yacimiento. A pesar de ello, y prácticas sociales con las que se relaciona el
probablemente por la improductividad que se conjunto material, tanto en lo relativo a su pro-
observa en el estudio de las representaciones ducción como productos, a su uso como obje-

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tos asociados a prácticas políticas-ideológicas y les, deben ser consideradas como formas ide-
a la organización de los esquemas de represen- ológicas con funciones especificas y con capa-
tación; y en consecuencia, asumimos que desde cidad de acción en la vida social. De ahí que
la arqueología resulta una falacia querer dar no planteemos el estudio de éstas partiendo de
con los significados, es decir, con los pensa- sí mismas y en sí mismas, como si tuviesen ca-
mientos impresos por quienes realizaron la pro- pacidad explicativa implícita. Las representa-
ducción en el signo que los vehiculiza. ciones figurativas, como el resto de los objetos
materiales, son gestionadas en situaciones de
EL CUERPO: LAS REPRESENTACIO- relación y como resultado de las prácticas so-
NES FIGURATIVAS COMO MATERIA- ciales llevadas a cabo por los grupos sociales.
LIDAD SOCIAL Por lo tanto, se tornarán explicativas en los
Desde un punto de vista teórico partimos de la respectivos contextos arqueológicos en los que
base que así como cualquier otro objeto mate- intervengan o estén involucradas de alguna
rial, el sentido del estudio de las representacio- manera, al margen del tipo de relación de la
nes figurativas debería basarse en el que se trate” (Escoriza Mateu 2002: 28).
conocimiento de las condiciones materiales de
su producción, entendiendo que dichas condi-
ciones abarcan también su uso social (Escoriza Así, podríamos definir a las representaciones
Mateu, 2002, Escoriza Mateu i Sanahuja Yll, figurativas como formas político-ideológicas
2002). De este modo, resulta necesario que este que, en cuanto elemento constitutivo de las
tipo de objetos tenga cabida dentro de una teo- prácticas sociales, pasarán a tener funciones es-
ría arqueológica que los contemple como un pecíficas que dependerán de los contextos his-
rasgo más de materialidad social (Escoriza tóricos concretos de su producción. De esta
Íbid.). Como tales, las representaciones figura- manera, comparto que las representaciones fi-
tivas no deberían situarse en un nivel inferior gurativas fueron un mecanismo con el que mu-
de relevancia con respecto a otros objetos ar- jeres y hombres representaron simbólicamente
queológicos como vía de acceso a las condi- aspectos experienciales de su vida. Eventual-
ciones de existencia de una sociedad, y desde mente, pudieron constituir sistemas conceptua-
este punto de vista, no existiría un argumento les abstractos que no necesariamente
que las margine como objetos de estudio váli- respondían ni a un ideario ni a una experiencia
dos para la arqueología. Este reconocimiento, colectivamente compartida. Esto pone de ma-
se relaciona con un criterio de demarcación de nifiesto la posibilidad de existencia de catego-
la validez de los materiales que analizamos rías ontológicas diferentes acerca de “lo
para acceder al conocimiento de la realidad so- representado”; categorías, que, en general, se
cial de los grupos en el pasado, encontrándose escapan a la posibilidad de indagarlas desde la
en oposición al desplazamiento histórico que arqueología. Por eso, la única vía para estudiar
por distintos motivos han tenido los estudios de las representaciones es la de focalizarse en el
representaciones figurativas en arqueología, y, para qué y en el cómo de la representación, y
por lo tanto, no plantea que todos los objetos no en el porqué. En consecuencia, el proceso
arqueológicos, es decir, que toda materialidad de “interpretación-representación” que hace-
social, sea del mismo orden. Una referencia de mos del pasado tendrá sentido sólo cuando en-
Escoriza Mateu clarifica este punto de partida: contremos las pautas que determinan su
producción y uso social y no su significado, y
“Las representaciones figurativas en cuanto es por eso que descartamos la pregunta acerca
elementos constitutivos de las prácticas socia- de qué es lo que representan y toda la cadena de

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series especulativas que intentan reconstruir los dad que requiere ser formalizada para minimi-
pensamientos asociados a las representaciones. zar un valor de autoridad.

Este proceso de “interpretación-representa- Es por eso que lo que nos interesa estudiar en
ción”, por lo tanto, tendrá sentido cuando co- las cabezas clavas como representaciones figu-
bren vida dentro de la sociedad en la que se rativas, no es su significado, sino la historia de
generaron y en directa vinculación con las la vida social del signo, lo cual sólo es posible
prácticas sociales en las que participaron. En conociendo su producción y uso social. Esto
este sentido, planteamos que: (1) las represen- será posible en la medida que seamos capaces
taciones figurativas se expresan mediante es- de identificar su contexto arqueológico, es
quemas formales de signos que configuran decir, sus relaciones con otros planos de mate-
grupos representativos que poseen contenido rialidad social en los que sea viable distinguir
simbólico organizado, materializados en diver- las prácticas sociales a través de los productos
sos soportes físicos que nos informan acerca de usados. Únicamente partiendo de esta premisa
su transformación en objetos sociales; (2) los será posible definir los diferentes lugares so-
signos no ofrecen explicación de la materia ciales en los que participan las representacio-
simbolizada, sólo nos indican ciertos aspectos; nes figurativas documentadas.
(3) signo y significación son conceptos distin-
tos: el significado NO es representado por el LA ACCIÓN: SITUAR AL PRODUCTO
signo, éste sólo se limita a indicar, no a signifi- Para la elaboración de una estrategia metodo-
car. La significación es un proceso psíquico que lógica capaz de dar cuenta de la realidad social
sucede en la mente de los sujetos sociales, por de la producción y uso social de las cabezas
lo tanto, si no hay comunicación gestual o ver- clavas, se elaboró un modelo hipotético senci-
bal, es inabordable; (4) no hay vías de comuni- llo que proporciona una imagen sinóptica de la
cación entre los pensamientos de las mujeres y situación del objeto producido en esas esferas,
los hombres del pasado y el presente nuestro, es decir, su ubicación respecto de los procesos
de tal manera que la cuestión por el significado de producción litoescultóricos por una parte, y
y el pensamiento de las/los productoras/es de los procesos generales de producción arqui-
(tanto materiales como ideológicos) de repre- tectónica por otra. Con este sencillo modelo
sentaciones figurativas es una frontera lógica (Cuadro 1), diseñamos una metodología que
que incumbe no sólo a la arqueología prehistó- intenta guardar coherencia con distintos ámbi-
rica, sino a cualquier disciplina que desde el tos de recuperación de datos de acuerdo al re-
presente aborda representaciones figurativas gistro arqueológico disponible, centralizando
prehistóricas; (5) el objeto figurado no se pone los esfuerzos en reconocer qué es lo que per-
en cuestión, porque podemos constatar su pre- mite el registro y qué áreas no son posibles de
sencia física, sin embargo, su conocimiento im- abordar.
plica un proceso de investigación donde el
sujeto enfrentado a diversas realidades mate- En el cuadro se puede observar un modelo que
riales, conoce provisto de diversas y múltiples integra por una parte los procesos de produc-
herramientas que entran en juego, como la ob- ción litoescultórica, considerando las partes mí-
servación, la percepción y la intuición; y (6) las nimas del proceso de producción y sus
herramientas de conocimiento son siempre se- correlatos espaciales y artefactuales eventual-
lectivas, así como también lo es lo que a poste- mente susceptibles de ser identificados en el re-
riori interpretamos: nada es espontáneo, gistro arqueológico, y por otra, el proceso de
siempre hay una selección y una intencionali- producción arquitectónica, y el lugar que ocu-

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Cuadro 1. Modelo hipotético de Producción y uso, y nivel de resolución del registro arqueológico.

paría el producto litoescultórico en tal proceso. la arqueología que, junto con una correlación
Asimismo, se incluyen aspectos generales re- con el nivel de resolución del registro arqueo-
lacionados con los fenómenos sociales que se lógico disponible, debería servir para la elabo-
pueden desprender de ambos procesos produc- ración de un diseño metodológico viable. El
tivos: así, en el lado izquierdo y transversal- objetivo fundamental era descartar esfuerzos
mente a ambos, manifestamos la necesidad de que no tuvieran sustento en el registro con el
tener en cuenta la especialización del trabajo, que contamos, y que derivarían en especula-
imbricada tanto con las etapas de la produc- ciones claramente poco productivas. La eva-
ción, como con la diversificación productiva luación del nivel de resolución del registro
(en este caso litoescultura y arquitectura). En arqueológico, en consecuencia, se basó en una
el lado inferior derecho, por su parte, y cir- revisión crítica y pormenorizada de la base em-
cunscrita a los procesos de producción arqui- pírica utilizable en la literatura de investigacio-
tectónica consideramos imprescindible incluir nes previas y de nuestros trabajos de
las actividades de uso social y mantenimiento sistematización del conjunto de cabezas clavas
de los productos. del sitio Chavín de Huántar.

Este cuadro sinóptico otorga la posibilidad de En síntesis, la evaluación del nivel de resolu-
sectorizar los ámbitos analíticos de recupera- ción del registro arqueológico, dio cuenta que:
ción de datos potencialmente abordables desde (1) se carece de contextos especializados de

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producción litoescultórica; (2) aun cuando se tual, por lo tanto, la propuesta metodológica
conocen las áreas potenciales de abasteci- debía partir desde el conjunto de objetos, pero
miento de materias primas vinculadas con el trascenderlos, lo que es posible sólo cuando los
material lítico constructivo y de algunas litoes- consideramos como productos, es decir, como
culturas (Turner et al., 1999), las dinámicas ge- materialidad social contenedora de trabajo hu-
omorfológicas del Callejón de Conchucos mano. Asumimos que por el momento, y en la
hacen altamente improbable su detección es- presente investigación, tendríamos que descar-
pecífica (Contreras, 2007, Contreras, 2008); (3) tar abordar los problemas de especialización
los dos puntos anteriores dan cuenta de la au- del trabajo y producción “desde” los espacios y
sencia de los objetos de trabajo (herramientas) hacerlo, por lo tanto, desde los productos: un
vinculados con la producción litoescultórica; proceso inverso, con menor resolución, pero
(4) en relación a la inserción estructural de las posible, e inclusive necesario porque puede ser
cabezas clavas, sólo se cuenta con una pieza in contrastable con futuros datos de contexto.
situ y con los registros de Tello (1960) de su
vecina sur, en consecuencia se carece de aso- Así, consideramos imprescindible clarificar las
ciaciones contextuales de tipos de cabezas y cuestiones de análisis macroscópico de trazas
ciertos edificios; (5) en relación a lo anterior, de producción y proponer un modelo de pro-
sólo se conservan 6 inserciones estructurales en ducción litoescultórica mediante la estandari-
la esquina SW del edificio A, lo que es signifi- zación/variabilidad estadística de las marcas de
cativamente poco representativo de las 105 pie- las herramientas visibles en los surcos de ta-
zas y fragmentos de nuestro registro; y (6) Las llado que se conservan en las cabezas clavas,
asociaciones estratigráficas son escasas (Lum- contrastable mediante arqueología experimen-
breras, 1977: figs. 60-74; 1989: figs. 38-43) y tal. Consideramos que una mayor estandariza-
las cabezas clavas han sido recuperadas en su ción de dichas trazas es un indicador suficiente
mayor parte de depósitos aluvionales que ca- de especialización del trabajo litoescultórico.
racterizan la geomorfología del sitio y, por lo Lo mismo asumimos del nivel de estandariza-
tanto, es difícil delimitar el ámbito cronológico ción estadística de los esquemas de representa-
de su producción y uso. ción figurativa y los tipos de roca utilizados.
Con respecto a los procesos de producción de
Entonces, ¿cómo abordar la producción y uso, la inserción en la arquitectura, la clave está en
si carecemos de espacios especializados de pro- el análisis del nivel de estandarización morfo-
ducción?; pero además, ¿cómo dar cuenta de lógica de las clavas: prácticamente no tenemos
su situación histórica concreta, si la mayor oquedades de inserción conservadas, y en con-
parte se encuentra en una situación estratigrá- secuencia, cuantificables, pero hay muchas cla-
fica problemática?; en consecuencia, ¿cómo vas que seguramente tienen mucho que aportar
desarrollar estrategias metodológicas que no al respecto. Aún así los trabajos de correlación
desencadenaran en análisis puramente forma- arquitectónica efectuados por Kembel (2001)
les?; y por último, ¿cómo dar cuenta de la rea- y algunos restos de inserción de cabezas clavas
lidad social si sólo contamos empíricamente pueden complementarse con este objetivo. En
con objetos? lo referido a los espacios de uso social, no te-
nemos claridad de dónde proviene cada cabeza
LOS MECANISMOS: LA PROPUESTA clava, pero sabemos de dónde provienen varias
METODOLÓGICA de ellas, con ello, podremos proyectar su in-
En estricto rigor, sólo contamos con objetos y serción como recurso arquitectónico en las
con datos indirectos de su vinculación contex- fases cronológicas de construcción de los edi-

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ficios y circunscribir la cronología de su pro- de generar puentes que sistematicen la relación


ducción y uso (Kembel 2001, 2008). Por úl- entre nuestras categorías y los restos de la ma-
timo, la localización de los edificios que terialidad.
contenían cabezas clavas nos permiten un aba-
nico relativamente amplio de análisis orienta- Partiendo de los principales aportes desarrolla-
dos a relacionar las actividades sociales en cada dos en la “teoría de las prácticas sociales” (Cas-
uno de esos espacios y proporcionar una repre- tro Martínez et al., 1996), “La teoría de la
sentación formalizada de los usos sociales me- producción de la vida social” (Castro Martínez
diante el registro arqueológico disponible. et al., 1999:15, Castro Martínez et al., 1998),
compartimos el planteamiento que resitúa, en
Pero al problema arqueológico de las repre- un esquema amplio, la posición del Trabajo
sentaciones figurativas en general ya comen- como el único agente de las distintas produc-
tado, había que sumarle que los estudios de ciones de la vida social (Castro Martínez et al.,
litoesculturas en arqueología carecen de refe- 2002: fig. 1). Su visibilización en los productos
rentes metodológicos relacionados con el pro- y en los espacios de producción implica reco-
blema de investigación que tratamos aquí. nocer la humanidad plasmada activamente en
Comúnmente, se han abordado desde proble- los materiales arqueológicos, restituyendo el
mas derivados de la conservación o dentro de valor social y relacional que contienen los res-
análisis formales o iconográficos y, en conse- tos que estudiamos. De ahí se deriva la impor-
cuencia, existen muy escasos trabajos vincula- tancia de considerar el trabajo implicado
dos con procesos de producción litoescultórica fundamentalmente en la producción litoescul-
prehistórica (Chapa et al., 2009, Nogales Ba- tórica de las cabezas clavas, pero también su
sarrate, 2002, Palagia, 2006), e incluso con pro- existencia en la producción arquitectónica y el
cesos productivos de representaciones mantenimiento de los espacios construidos. En
figurativas en general (e.g. Mendez, 2008, Ca- términos metodológicos, esto implica formali-
sellas, 2004). La metodología que proponemos, zar dicho trabajo, es decir, caracterizarlo, y no
por lo tanto, se formula con muy escasos ante- simplemente suponerlo.
cedentes y del reconocimiento de la necesidad

Cuadro 2.- Ámbitos analíticos de recuperación de datos

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Ambas bases teóricas, en tanto complementa- problema del estudio de la producción par-
rias de la realidad social, permitieron distinguir tiendo desde los propios productos:
metodológicamente las preguntas principales
que moviliza el presente estudio, es decir, la El análisis del contexto arqueológico, en donde
producción y uso de las cabezas clavas en el nos preguntamos acerca de “la cuestión por el
sitio. Así, la teoría de la producción de la vida espacio y las prácticas sociales” (Cuadro 2),
social se corresponde con el problema vincu- constituye la base empírica necesaria para dar
lado con el conocimiento de la producción so- cuenta de la realidad social de la que participan
cial de cabezas clavas, es decir, promueve la las cabezas clavas. Así, es necesario recuperar
pregunta por el trabajo, y si éste es especiali- los datos relacionados con los contextos de uso
zado o no. Por su parte, la teoría de las prácti- de las cabezas clavas, entendiendo como tales,
cas sociales se relaciona con las circunstancias tanto el espacio inmediato y su entorno, como
de uso y el plano de actividades sociales de los los materiales relacionados con él. La tabla 1
que participa la materialidad. El cuadro 2 cla- resume los análisis que se desprenden de esta
rifica esta distinción, que recoge los ámbitos separación analítica de recuperación de datos..
analíticos de recuperación de datos.

En coherencia con el modelo hipotético pro-


puesto (Cuadro 1), se consideró que la mejor
estrategia metodológica era la de diferenciar
distintos ámbitos de recuperación de datos
(Cuadro 2): uno vinculado exclusivamente al
producto “cabeza clava” y su producción, pero
en el marco de los procesos de producción del
producto final real del que forman parte como
una etapa en su consecución, esto es, la arqui-
tectura. Otro, relacionado con el uso y los con-
textos arqueológicos que permiten determinar
o proponer las prácticas sociales con las que se
relaciona. Luego, la integración de ambos ám- tabla1
bitos de recuperación de datos será la vía para
una representación arqueológica coherente con DESENLACE
el interés por dar cuenta de la realidad social de En este escrito he querido dar cuenta de los pro-
la que participaron estas litoesculturas. blemas teóricos y metodológicos a los que nos
hemos enfrentado en el estudio de las cabezas
El Cuadro 2 clarifica esta separación analítica. clavas Por una parte, he planteado que el pro-
El análisis del producto cabeza clava, en tanto blema del estudio de las representaciones figu-
objeto se interesa por estudiar el trabajo impli- rativas en arqueología encuentra sus raíces en
cado en su producción, entendiéndose como tal enfoques que precisamente carecen de pregun-
desde el acceso y transporte de la materia base, tas históricas, lo que tiene como consecuencia
hasta la variabilidad/estandarización de los es- una tendencia a abordar este tipo de objetos
quemas de representación. Considerando los desde una perspectiva tremendamente esencia-
problemas del registro arqueológico que hemos lista, partiendo y terminando en las imágenes
mencionado, los siguientes métodos recogen el en sí mismas. Al respecto, tomamos una posi-

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Aportes teórico-metodológicos para el estudio arqueológico de las representaciones figurativa

ción teóricamente explícita, basada en los plan- quiere ser formalizada, y no sólo supuesta, para
teamientos fundamentalmente desarrollados poder dar cuenta de la realidad de quién pro-
por Escoriza-Mateu, que subraya la importan- dujo materialmente el sitio, y observar, desde
cia de descartar “la eterna búsqueda por los sig- esa base, las consecuencias históricas, políti-
nificados”, reposicionando a estos “objetos” cas, sociales y económicas de su gestión.
dentro de una teoría arqueológica que los con-
temple como un rasgo de materialidad social Así, no es poco probable que un alto nivel de
más. Este planteamiento supone un giro crítico estandarización de la producción litoescultó-
en la forma de abordar este tipo de objetos, y rica se pueda vincular con un control centrali-
asume el desarrollo de una “propuesta meto- zado de ésta; un control del que habría que ver
dológica” orientada a resolver los enormes va- el tipo de relaciones sociales que establece. En
cíos científicos que existen, tanto en su el caso que nos convoca, y tomando en cuenta
integración como materialidad social dentro de la profusión de representaciones figurativas he-
la totalidad del registro arqueológico que se chas sobre piedra en el sitio, no es menor pre-
considera como válido, como en las herra- guntarse acerca de la situación social en la que
mientas relacionadas con la posibilidad de ma- se encontró el colectivo de escultoras (es). En
terializar su inclusión efectiva dentro de una ese sentido, la complejización social nada o
mirada de corte explicativo. poco nos dice acerca de las relaciones sociales
concretas que pudieron existir en esta sociedad,
Las consecuencias en las preguntas que se es decir, la eventual presencia de relaciones de
abren a esta implicación que planteamos nece- reciprocidad o explotación entre los colectivos.
saria en la consideración del estudio de las re-
presentaciones figurativas como materialidad Finalmente, el alcance de la pregunta por del
social, plantean cuestiones no menores en el es- nivel de especialización del trabajo y formali-
tudio de la historia social de este sitio. Primero, zarlo, implica tomar en cuenta cuestiones tras-
la producción litoescultórica como actividad cendentales en términos de sostenimiento
especializada (que no necesariamente implica económico, lo que tiene que ver, en este caso,
exclusividad) y como parte del proceso pro- no sólo con la producción litoescultórica, sino
ductivo de los edificios, plantea la presencia de con toda la implementación de este sitio y la
fases de especialización insertas en el proceso población asociada a su soporte y manteni-
general que constituye el producto final “edifi- miento (en alguna medida lo abordó Burger,
cio”; ya que técnicamente no es lo mismo la 1984: 248). En definitiva, preguntarse por el
elaboración del labrado de un bloque megalí- Trabajo, significa preguntarse por las trabaja-
tico que produce representaciones sobre super- doras y trabajadores (agentes sociales), por sus
ficies planas, que la obtención de una figura condiciones de trabajo y vida (condiciones ma-
volumétrica, como tampoco lo es el conoci- teriales), por el uso de su trabajo (relaciones so-
miento necesario para la construcción de un ciales de producción), por su producto y su uso,
edificio monumental. Existe una serie de im- es decir, por las prácticas sociales que le dan
plementaciones independientes y relacionadas sentido finalmente a la asociación de los obje-
con el levantamiento de los edificios monu- tos arqueológicos.
mentales y con sus obras civiles, que dan
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