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Carrera de Medicina
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
Asignatura: Inmunología
Integrantes:
Diego Andrade
Joselyn Arízaga
Grupo Nº3– 4S
INTRODUCCIÓN
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica, progresiva, de naturaleza
autoinmune, cuya etiología aún se desconoce actualmente y a la cual se le ha
conferido distintos factores de riesgo que la provoca como genéticos, nutrición,
estilo de vida, edad, entre otros.
1. Sistema inmunológico
2. Factores genéticos
Una de las causas más importantes de la AR son los factores genéticos, ya que
aumentan el riesgo de que se desarrolle la enfermedad. Ciertos estudios han
demostrado que la AR es una enfermedad “poligénica”, es decir que son varios
los genes que estarían involucrados en su origen. En concreto, se ha identificado
la existencia de ciertos alelos, por mecanismos muy diversos y complejos,
podrían predisponer al desarrollo de AR. (3)
Un dato importante es que los genes que están asociados con la AR son más
frecuentes en la población anglosajona. (4), por lo tanto, esta parte de la
población tiene un mayor riesgo de desarrollar AR. Además, es importante
comprender que los factores genéticos se deben clasificar como predisponentes,
mas no como determinante, es decir que una persona que tenga antecedentes
familiares de AR, no necesariamente vaya a manifestar la enfermedad.
3. Infecciones
4. Hormonas femeninas
Por otra parte las hormonas femeninas, en particular los estrógenos, podrían
ejercer una cierta protección frente a la AR, debido a que ciertos estudios han
relacionado tanto el consumo de anticonceptivos como el embarazo disminuyen
el riesgo de que se desarrolle la enfermedad e incluso reducen o retrasan sus
manifestaciones. En cambio, en el período posterior al parto y en la menopausia,
cuando la actividad de estas hormonas disminuye, ocurre lo contrario. (3)
5. Tabaquismo y estrés
FISIOPATOLOGÍA
SÍNTOMAS
Los síntomas de la AR varían de una persona a otra y en casi todas las personas
también varían de un día para el otro, aunque siempre existe un cierto grado de
artritis. En algunas personas, la enfermedad puede ser leve, con períodos de
actividad (en los que la inflamación de las articulaciones empeora) conocidos
como períodos de agudización. En otras, la enfermedad permanece activa
continuamente y empeora, o progresa con el paso del tiempo.
Por otra parte, el dolor, probablemente el síntoma más molesto y acusado en las
personas con AR, suele acentuarse cuando se mueve o se intenta mover la
articulación afectada, pero también cuando se ejerce una presión sobre ésta,
como ocurre al tocarla o al apoyarla sobre una superficie dura. El dolor se toma
como un marcador de la enfermedad, puesto que disminuye o desaparece en los
períodos de calma y se intensifica durante las exacerbaciones sintomáticas y en
las fases avanzadas. Sin embargo, su papel en la evolución y el pronóstico de la
enfermedad es mucho menos relevante que el de la inflamación que lo provoca.
La rigidez matutina consiste en una notoria dificultad para mover la articulación
afectada tras el reposo nocturno. Generalmente, persiste durante unas cuantas
horas, con un mínimo de 30 minutos. A veces es leve y se percibe sólo como
una tirantez, mientras que en otras ocasiones puede ser tan pronunciada que
impida realizar cualquier tipo de movimiento con la parte del cuerpo
correspondiente. No obstante, el movimiento y el ejercicio suelen aliviarla.
Además, otro síntoma muy importante es la deformidad de las articulaciones.
Análisis de sangre
Pruebas de Imágenes
Aspiración articular
Biopsia de nódulos
EPIDEMIOLOGIA Y PREVALENCIA
TRATAMIENTO
El médico podría optar por la fisioterapia para ayudar a mantener flexibles las
articulaciones mediante ejercicios. El fisioterapeuta también podría sugerir
maneras nuevas de realizar las tareas cotidianas, lo cual reducirá el esfuerzo
de tus articulaciones. Por ejemplo, si existe dolor en los dedos, se podría
levantar un objeto usando los antebrazos.
Si los medicamentos no logran prevenir o lentificar el daño en las
articulaciones, me médico puede sugerir realizar una cirugía para reparar las
articulaciones dañadas. La cirugía podría ayudar a recuperar la capacidad de
usar la articulación. También puede reducir el dolor y corregir las
deformidades. (13) Entre las opciones de cirugía encontramos: