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Los circuitos cerebrales se dan en la integración y control de los procesos que ocurren en el

cuerpo. Esto depende de la coordinación de actividades de las diferentes partes del


cerebro. La información se intercambia entre diferentes regiones del cerebro por medio de
los axones. El prosencéfalo junto con el mesencéfalo y el rombencéfalo son porciones del
cerebro en el comienzo del desarrollo del sistema nervioso central. El prosencéfalo se divide
en diencéfalo, estructura que se diferencia entre Tálamo e Hipotálamo, y el telencéfalo en
los hemisferios cerebrales. Este da origen al lóbulo frontal del cerebro y a las 2 vesículas
ópticas que se separan del prosencéfalo transformándose en retinas (porción posterior y
sensible a la luz del ojo) lo cual pertenece al sistema nervioso.
El Tálamo es el centro de comunicación entre el tallo cerebral y los centros superiores del
cerebro. Allí se procesa y clasifica la información sensorial, se filtran los estímulos entrantes
y se discrimina lo importante de lo que no lo es. Se relaciona con el sistema activador
reticular, constituido por la formación reticular que corre a través del tallo cerebral por
neuronas del Tálamo que funcionan como una extensión del sistema. Está vinculado con el
estado de alerta general y con la dirección de la atención.
El Hipotálamo es la integración del sistema nervioso y el endocrino, y actúa mediante la
liberación de hormonas de la hipófisis. Se relaciona con el sistema límbico el cual consiste
en una red de neuronas que conectan el hipotálamo con la corteza cerebral y otras
estructuras. A través de este circuito es que los impulsos y emociones (hambre, sed, placer)
se traducen en acciones complejas (buscar alimentos, agua, estar con alguien). También es
el circuito principal de la consolidación de la memoria.

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