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¿Tenemos idea de la cantidad de combustible fósil que contiene nuestra comida?

Si tomamos como ejemplo un sándwich y vamos analizando ingrediente por ingrediente,


descubrimos que, para elaborar el pan, primero un agricultor tuvo que plantar el cereal, para lo
que necesitó un tractor. Luego tuvo que arar el campo, desmenuzar el suelo y sembrar las
semillas, y para que el cereal creciese, probablemente utilizó químicos para que protegiesen las
cosechas, como fungicidas, herbicidas, insecticidas… Todos ellos elaborados a partir de petróleo.
Y para los nutrientes, fertilizantes químicos, la mayoría de los cuales derivan del gas natural.
Cuando el cereal ha madurado, hay que cosecharlo. Luego el grano se seca con grandes
calefactores y se transporta (usando más gasóleo) para su procesado. Además, quienes se
dedican a la fabricación del pan de molde son gigantescas líneas industriales.

El siguiente ingrediente que aparece en el sándwich es el jamón, que, obviamente, proviene del
cerdo. A estos animales se les alimenta a base de grano, por lo que se invierte más energía.
Normalmente nacen en una granja, se engordan en otra, se llevan al matadero y de ahí a la
industria transformadora, en la cual seguirán utilizando energía para su procesado y desde la
cual saldrán camiones para transportar el producto final. En el sándwich también hay una triste
muestra de vegetales, que fueron transportados o cultivados en invernaderos climatizados, de
nuevo, una gran cantidad de energía.

Todos estos productos fueron cocinados y transportados muchos kilómetros en camiones


refrigerados antes de llegar hasta este sándwich, así que, como la mayoría de los alimentos que
consumimos, está absolutamente lleno de petróleo. De hecho, incluso en granjas pequeñas o
en granjas ecológicas, sin la energía de los combustibles fósiles, el cultivo y la producción de
alimentos serían inviables.

Procesos

gas natural

El gas natural en la industria alimenticia se utiliza en los procesos de cocimiento y secado. El


gas natural es el combustible que permite cumplir las exigencias de calidad ISO, que son
requerimientos para ciertos productos de exportación.

El gas natural tiene muchos beneficios para la salud y además, asegura un mejor sabor a la
hora de cocinar; regularmente tenemos acceso a estufas con energía eléctrica, pero no
siempre se logran alcanzar las temperaturas correspondientes. La manera en cómo se
preparan los alimentos a nivel industrial también influye en las propiedades que puedan tener
en nuestro organismo. Una de las ventajas de cocinar con gas natural es que permite freír con
mayor rapidez, pero sin dejar los alimentos grasosos, pues ayudan a inhibir que el aceite de
cocina quede penetrado en la comida, y por ende, sólo se use el necesario.

El gas natural ofrece grandes ventajas en procesos industriales donde se requiere de


ambientes limpios, procesos controlados y combustibles de alta fiabilidad y eficiencia y la
industria alimenticia es el mejor ejemplo. El gas natural proporciona la tranquilidad de contar
con una energía fiable, siempre disponible y poder así gestionar mejor el proceso productivo.
El gas natural tiene una combustión más limpia, por lo que los equipos y quemadores a gas
natural son más fáciles de limpiar, requieren menos mantenimiento y se conservan mejor
durante más tiempo. El gas natural permite regularlo con gran precisión, manteniendo
constante la temperatura. El gas natural tiene más poder calorífico que otros combustibles,
por lo que con la justa cantidad de combustible los equipos tienen un mayor rendimiento..

Derivados del petroleo

Empezamos por los alimentos procesados con colorantes, una lista en la que se
incluyen la mayoría de bebidas, snacks y chucherías de colores naranjas o
amarillos (recuerda que la mayoría no incluye todos estos productos). Precisamente
ese color tan característico de alimentos como los Doritos de los que hablábamos antes
o los Cheetos, es culpa de la tartracina, un colorante artificial que viene del
alquitrán y que también se conoce como E102 o Yellow 5. Relacionado con la
hiperactividad infantil, los alimentos que lo contengan deben informar de ello en la
etiqueta..

Pero el Yellow 5 no es el único colorante derivado del petróleo que consumimos


en nuestro día a día. El Red 3 o erythrosina, prohibido en cosméticos por su
relación con el cáncer de tiroides se utiliza en las gominolas de color rojo; y
el Red 40, que provoca hipersensibilidad en los niños o reacciones alérgicas lo
encontramos en algunos tipos de Pringles, algunas tartas precocinadas de
Kellog's o en los M&M's donde también aparecen el Yellow 5 y el Yellow 6, otro
derivado del petróleo.

Otro clásico cuando hablamos de alimentos derivados del petróleo son los
nuggets de pollo, que pueden resultar muy deliciosos hasta que miramos su
contenido. El más destacado es el aceite de soja hidrogenado con TBHQ, una
derivado del petróleo que se sintetiza industrialmente para utilizarlo como
estabilizador en perfumes, resinas o barnices. Pero los nuggets no son el único
alimento con TBHQ: los cereales Teddy Grahams, muy populares en EEUU,
galletas estilo cracker o algunas pizzas también lo incluyen.

Biomasa, biogás, fotovoltaica

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