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Ley de la Atracción

Cada persona que habita en nuestro planeta, incluyendo la que en este momento está leyendo este libro,
posee la completa capacidad para crear la vida que desea tal como la imagina su mente consciente. ¡Para
eso estamos aquí! ¡Para aprender exactamente cómo puedes lograr tus más grandes deseos de la manera
más sencilla y por el camino de menos resistencia! Lee con atención este capítulo sobre la Ley de la
Atracción. Es preciso que no te pierdas nada aquí, porque este primer peldaño será sobre el que se
construirá nuestra gran escalera de los milagros y los sueños. Todos tenemos en nuestra esencia las
habilidades necesarias para moldear nuestra realidad, de tal manera que se ajusten exactamente a lo que
queremos para nosotros. Lo único que detiene a muchas personas hoy en día para tener la vida que desean:
su pareja ideal, su trabajo soñado, el carro de sus sueños, el viaje que han anhelado siempre, etc. es que van
a tientas por la vida sin conocer la ley suprema que rige el desarrollo de nuestras vidas y la dinámica del
Universo. De la misma manera en la que existen las leyes de la física, en virtud de las cuales, por ejemplo, el
planeta Tierra atrae hacía sí los objetos al momento de caer, existe también una ley máxima que rige la
dirección y el efecto de nuestros pensamientos y su influencia en nuestra vida. Esta es la Ley de la Atracción.
La Ley de la Atracción funciona como un principio. Ahora, como todo principio, este es universal. A la Ley de
la Atracción no le importan tus condiciones externas; si estás nadando de dinero o te encuentras en
bancarrota, si eres un Don Juan o un solitario. En cualquiera de los casos, la Ley de la Atracción es imparcial
e impersonal. Al tratarse de un principio, no tendría sentido pensar que funcionara en unos casos y en otros
no. ¿Con qué vara mediría la Ley de la Atracción la ecología o la benevolencia de un deseo? En PNL cuando
hablamos de ecología nos referimos a aquello que es bueno para ti, para las personas que te rodean y para
el planeta. ¿Dónde estaría el límite? A la luz de la Ley de la Atracción, la única medida posible del bien y del
mal es la que cada uno tiene en su consciencia. No puede haber otra. La Ley de la atracción funciona así
creas en ella o no, tanto si la conoces como si no la conoces. Ella está siempre presente en tu vida y te está
afectando ahora mismo, en este mismo momento en que, por ejemplo, te encuentras leyendo estas líneas.
Ya te dije antes; este libro no llegó a tus manos sin que tú lo hayas atraído. Para verificar cómo está
afectando la Ley de La Atracción a tu vida, solo tienes que darte cuenta de que aquello que se manifiesta en
tu mundo físico, está directamente alineado con tus pensamientos más recurrentes. Date cuenta de ello. Por
ejemplo, te pregunto: ¿Tienes la casa de tus sueños? Si la respuesta es "no", pregúntate cuánto tiempo
pasas pensando en que no la tienes o cuánto tiempo pasas mirando tu casa actual y reafirmando el hecho
de que no es tu casa ideal o que la odias. Atraes a tu vida aquello en lo que piensas, y entre más pienses en
ello más lo atraes. Si piensas en la cantidad de deudas que tienes, atraes más deudas a tu vida. Si piensas en
lo solo que te encuentras, atraes más soledad. Si piensas en tus malas relaciones de pareja y te angustias por
eso, seguirás atrayendo bajas vibraciones para tus próximas relaciones. Por el contrario; si piensas en tu
buena suerte laboral, seguirás atrayendo trabajos fabulosos; si piensas en tu buena salud, seguirás
atrayendo buena salud. ¿Ya entiendes la idea? Silvia es una mujer de 50 años que acudió a mí porque le
faltaba el amor de su vida. Ella decía que se sentía “sola y miserable”. Me decía además que estaba rodeada
todo el día de pensamientos de soledad, angustia y envidia hacia otras mujeres, cuyas vidas románticas
parecían ideales. Ya más adelante te contaré por qué la envidia, a pesar de ser un sentimiento tan humano,
no tiene sentido, y mi argumento no tiene nada que ver con una perspectiva moral, sino una visión práctica
y vivencial. El caso es que con esos pensamientos de soledad y esas sensaciones de miseria, Silvia no habría
podido manifestar el amor en su vida. Luego de un proceso paulatino en su cambio de enfoque, Silvia
comenzó a disfrutar su estado sentimental. ¡Comenzó a querer vivir! A disfrutar del mundo, de sus amigos,
de su familia, de su casa, de todo lo bueno que tenía en su vida y todo lo bueno que podía crear como
cambiar de look, ir a clases de baile, planificar reuniones con su familia, brillar laboralmente, comprarse ropa
nueva… Y fue en medio de ese proceso de desapego, y de cambio de enfoque, cuando conoció al hombre
que se convertiría en esa pareja ideal que tanto anhelaba. Silvia nunca dejó de desear tener una pareja. Su
cambio, sin embargo, radicó en desde qué posición ella comenzó a desearlo. Pasó de desear con angustia a
desear con ilusión, además con un verdadero deseo de disfrutar su presente. Es decir; asumió su vida y su
deseo con desapego. La Ley de la Atracción, como principio que es, nos afecta a todos por igual. Es como la
metáfora de la lluvia que cae y nos moja a todos. Sin importar si crees o no en la ley de la gravedad, si te
paras en medio de la lluvia, te mojarás. A la lluvia que cae no le afecta si estás bien vestido o si vas a una
reunión importante, o si estás desnudo... eso sería raro, ¡pero puede pasar! Ahora, siguiendo esta metáfora,
conocer la ley de la gravedad y las propiedades del agua, te daría la ventaja de saber cómo actuar cuando
llueve. De la misma manera, conocer los expanden y hacen eco en el Universo atrayendo hacia ti aquello en
lo que piensas a menudo. En un capítulo posterior, hablaremos en detalle del papel que cumplen tus
emociones y tus vibraciones. Por el momento, nos iremos enfocando en nuestros pensamientos. Cada
pensamiento es como una semilla que se siembra. Seguido a este, tenemos otros pensamientos, los cuales
son como agua que riega esa primera semilla o pensamiento haciéndolo crecer. Esta semilla crecerá
fortalecida en virtud de cada nuevo pensamiento y emergerá al exterior convertida en una formidable
planta. Esa planta es tu realidad. En relación a esta idea, es lógico decir entonces que no podrás hacer crecer
un árbol de manzanas cuando has venido regando por años un limonero. ¿Entiendes la metáfora? ¡Así
funciona la Ley de la Atracción! En el caso de Silvia, ella venía alimentando su limonero por mucho tiempo
mientras esperaba ver crecer un árbol de manzanas. Cuando se hizo consciente de este simple mecanismo,
Silvia se esmeró por sembrar las semillas adecuadas y cuidar con esmero su recién sembrada planta de
manzanas. En conclusión, todo pensamiento recurrente se convierte en una Ley para nuestra vida. Tenlo
presente para cuando observes una realidad que no te gusta. Recuerda el caso de Silvia: sus pensamientos
recurrentes eran de soledad, y en efecto, la ley de su vida era la soledad. Cuando decidió que sus
pensamientos serían de disfrute, de creación, de amor a su presente, entonces comenzó a crear una
realidad diferente, paulatinamente creyendo en lo que no podía ver en su mundo físico en ese momento.
Ella no se dejó engañar más por sus sentidos y comenzó a ver con los ojos del alma.

La física cuántica

Recordemos que podemos afectar de manera positiva nuestro mundo material y espiritual al ponerlos en
contacto con energías alineadas y acordes a nuestros buenos deseos. De igual manera, afectamos nuestro
mundo próximo de manera negativa cuando las energías que emitimos son las del miedo, el temor, la
angustia o cualquier otro sentimiento similar. A propósito de esta dinámica, podemos ver la física cuántica
como un intento de acercamiento entre la ciencia y la espiritualidad -o la metafísica, como quieras llamarla-.
Son, de hecho, buenas noticias para el mundo, ya que a partir de una teoría física, nosotros podemos darle
una explicación lógica y sustentada a una teoría espiritual como la Ley de la Atracción. La física cuántica
estudia las partículas subatómicas. Todo lo que existe en el Universo, está compuesto por estas partículas,
las cuales reciben el nombre de “cuantos”. Actualmente, mediante una serie de experimentos, los científicos
han llegado a comprobar que esos cuantos no son en realidad partículas físicas, sino energía pura y por lo
tanto “probabilidades de existencia” y ellas existen en virtud de la persona que las observa. Esos paquetes
de energía, llamados cuantos, tienen una forma particular de existir: ellas están a nuestras órdenes. Para
graficar esto, pongamos un ejemplo. La razón por la cual existe una alfombra es porque esa alfombra estuvo
primero en las ideas de alguien y fue mantenida allí por el tiempo suficiente para que los cuantos necesarios
se alinearan poco a poco hasta dar forma a un resultado final. Es de esta forma que la alfombra continúa
existiendo en virtud de todos y cada uno de sus observadores. En otras palabras, ningún objeto puede existir
independiente de uno o varios observadores. Para que cualquier cosa en el mundo exista, primero tiene que
haber una influencia de por lo menos una persona. Sin un observador, un objeto se convierte solo en una
probabilidad de existencia. Esto es lo que nos afirma la física cuántica. Es decir, tu intención, tu pensamiento
y tu atención son o serán los creadores de tu mundo físico. Dicho esto, todo lo que tienes que hacer es
aquello que nos enseña la Ley de la Atracción: concentrar tu mente en un “algo determinado” por una
cantidad de tiempo suficiente que le permita a dicha probabilidad convertirse en materia; todo gracias a tu
observación y a tu acción. Otro concepto clave de la física cuántica es el hecho de que todas las
probabilidades existen en este momento esperando ser llamadas por un observador. Por ejemplo; existe tu
“yo rico” en el plano cuántico, así como existe tu “yo amado” o tu “yo con alta autoestima”. Todas esas
imágenes tuyas son probabilidades que requieren solo de tu atención y tu intención para que comiencen a
tomar forma dentro del plano físico. En un mismo rango, existen también las probabilidades materiales
(tener dinero, tener pareja, tener un excelente trabajo) como las probabilidades no materiales (tener
autoestima, ser una persona espontánea, adquirir el hábito de tener pensamientos positivos, etc.). Es decir,
existe una realidad en la cual posees auto deportivo, como también una posibilidad en la cual te encuentras
en bancarrota. El objeto que se manifiesta será aquel al cual tú, como observador, decidas dar vida.
Entonces, ¿cuál es mi papel en la física cuántica? Tu papel en toda esta dinámica es seguir estos tres pasos:
Elegir aquello que deseas atraer. Dejar sentada tu intención. Es decir, pedir. Permitir la manifestación por
medio del desapego y la acción alineada. Un buen tip de visualización para que tus pensamientos se vayan
acostumbrando a la teoría de la física cuántica y a la vez para que vayas interiorizando el concepto y
comiences a hacer que trabaje para ti, es el siguiente: Imagínate que ese auto deportivo que deseas está
desintegrado en el espacio en pequeñas partículas. Con tu intención, comienzas a hacer que esas pequeñas
partículas se unan y acomoden cada vez más armónicamente hasta que formen ese auto que llegará hasta
ti. La fuerza que permite que esas partículas se unan es la Ley de la Atracción y lo que da energía a la Ley de
la Atracción, es tu intención sostenida por un tiempo suficiente a fin de que esas partículas se unan y lleven
hacia ti el auto que sueñas. ¿Qué atraen tus pensamientos y tu intención? Atraen ideas, personas, recursos,
circunstancias y todo lo necesario para que esa probabilidad tome forma en tu mundo físico. Suena
fantasioso, ¿verdad? Y si eres consciente de ello, podrás comenzar a usar este tip ahora mismo. Esto que te
acabo de transmitir es un ejercicio de visualización para que puedas practicarlo e incorpores a tu sistema de
creencias dicha formalidad propia de la teoría de la física cuántica. Toma en cuenta que esto funcionará
particularmente bien cuando lo que deseas es algo material que pueda tomar una forma muy específica.
Como ves, la física cuántica nos brinda una respuesta racional para un proceso tan espiritual, como lo es la
Ley de la Atracción.

Vibraciones, sentimientos, emociones

¿Qué son las frecuencias vibracionales y por qué son importantes? La Ley de la atracción responde a todas
las vibraciones que emitimos. Esta no tiene criterio ni puede distinguir si lo que atraemos es bueno o no. Por
lo tanto, está al servicio de nuestros deseos. Existe una escala de frecuencias vibracionales. En cada
momento de nuestra vida nos encontramos parados en un peldaño de esa escala. Esa escala de frecuencias
va ligada directamente a nuestros sentimientos y emociones, y en ella se encuentra el amplio rango de
emociones que puede experimentar un ser humano: rabia, aburrición, odio, temor, alegría, gratitud, paz y
otras. La escala vibracional es un degradé que va desde emociones de bajas vibraciones (negativas) y
asciende hasta las emociones de altas vibraciones (positivas). ¿Cómo se relacionan tus sentimientos y
emociones con esa escala de frecuencias vibracionales? Tus sentimientos son indicadores poderosos de lo
que está sucediendo en tu mundo. Tal como lo leíste anteriormente, un sentimiento de angustia, ansiedad o
rechazo, indica que lo que estás creando en ese momento para tu vida es aquello a lo que tú temes, en lugar
de aquello que deseas. Como el caso de Silvia, quien, conscientemente, queriendo un amor entrañable,
atraía en su lugar lo opuesto, una y otra vez. Los sentimientos son también la herramienta que usa tu
subconsciente para indicarte que algo no anda bien en tu vida, que no estás vibrando de manera acorde con
tus deseos o para decirte que sí estás emitiendo vibraciones alineadas con ellos. Entonces, podemos decir
que los sentimientos y emociones son indicadores de tus vibraciones y constituyen el lenguaje que el
Universo puede interpretar, el lenguaje universal de la fuente, sea proveniente de Dios, de un ser supremo o
lo que tú creas. Ellos son los canales por medio de los cuales pasa tu energía al Universo, él la recibe y acto
seguido la retribuye en forma de una realidad acorde a esos sentimientos. Recuerda que el poder de tus
emociones es tan fuerte que incluso puedes cambiar una realidad que comienza a manifestarse solo con
cambiar de manera consciente el enfoque de tus pensamientos. Al cambiar esos pensamientos, cambian
también las emociones. Es decir; tu poder es inmenso. Esta es una de las razones por las cuales yo pido
encarecidamente a mis clientes y lectores que dejen de ver noticieros o informativos. El miedo y la
impotencia son los platos fuertes que sirven a diario los medios de comunicación.

No creo que alguien quede muy feliz luego de ver las noticias. El miedo es un arma de manipulación mental
a nivel mundial. Los mismos medios de comunicación lo saben. Lo saben, además, los gobiernos y las
religiones organizadas. Pero no hablemos de eso ahora. Lo cierto también es que preciso reflexionar de
cuando en cuando este tipo de realidad. En este momento, te citaré un pequeño fragmento del libro “Pide y
se te dará” de Esther & Hicks para redondear este concepto, y para que refuerces y comprendas a plenitud
la importancia de saber cómo generar en ti estados de satisfacción, paz y tranquilidad. “La forma como te
sientes es una indicación clara de tu alineación o falta de alineación, con tu Fuente de Energía. En resumen,
tus emociones te indican si «permites» o te resistes a tu conexión con la Fuente…” Todo se resume en una
frase: lo más importante es la forma cómo te sientes. Esa es la idea vital. Ese es el punto central de la Ley de
la Atracción, y por eso, por medio de este ejercicio, vamos a aprender a conocernos a nosotros mismos y a
darnos cuenta de cuáles son aquellas circunstancias que nos generan un estado de ánimo y unas emociones
congruentes con los buenos deseos y anhelos que todos tenemos.

Ejercicio

Vas a trabajar durante unos días con este ejercicio. Es vital que conozcas tus emociones y sepas a ciencia
cierta cuáles son los mecanismos que disparan en ti un estado de ánimo alineado con la paz, el
agradecimiento o cualquiera de las emociones que equilibran tus vibraciones. Durante el tiempo que
realices este ejercicio, vas a tener a mano algo que te permita tomar notas, bien sea tu celular o una libreta.
Esto es muy importante, ya que te puede pasar que si lo dejas para hacer más tarde, podrías olvidarte de
algún detalle importante. Este ejercicio de autoconocimiento marcará un antes y un después en tu práctica
para el buen uso de la Ley de la Atracción. ¡Saber lo que te hace sentir bien es vital! Hace mucho tiempo
aprendí una frase. No sé quién sea su autor y soy consciente de que puede tener muchos significados; uno
de ellos se adapta a la perfección a lo que vamos a aprender en este ejercicio. La frase es: “El día más feliz de
tu vida será el día en que te conozcas a ti mismo”. Conócete, sé consciente de lo que te hace sentir bien, de
aquello que no te gusta y puedas evitar. No siempre podemos evitar lo que no nos gusta hacer, y eso está
bien. Es parte de lo que nos hace crecer como personas. Muchas veces sucede que estos disparadores de
bienestar son detalles muy pequeños que luego simplemente olvidamos, aun cuando son tan valiosos para
nuestro proceso de atracción. Te pongo un ejemplo. A mi me hace sentir muy bien este texto de Marianne
Williamson –erróneamente atribuido a Nelson Mandela en muchos sitios de la Internet–.
“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida.

Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo del Dios.

Encogerte y ser pequeño no sirve al mundo.

No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti

Nacemos para hacer manifestar la de Dios que está dentro de nosotros.

No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.

Y mientras dejamos ver nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer
lo mismo.

Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás”.

Cada vez que leo este texto, siempre aprendo algo nuevo. Algo que me hace sentir que tengo mucho poder.
Me siento conectada, positiva y tengo deseos de salir de mi zona de confort. Recuerdo que estas palabras
las descubrí cierta vez que estaba viendo una película. ¿Te ha pasado alguna vez que has leído, oído o visto
algo que te ha dejado motivado o te ha generado paz? Generalmente, estos pequeños detalles pasan
desapercibidos para todos, ¡cuando en realidad son oro en polvo! Es así como este pequeño texto sobre la
grandeza personal está en mi lista particular de cosas que me hacen sentir bien y alineada. Cada vez que
quiero sentirme bien, especialmente con relación a mi trabajo, recuerdo ese texto. Lo sé de memoria y
cuando lo recreo en mi mente se prenden dentro de mi muchas lucecitas de energía vital, esa es mi
representación mental de lo que el texto de Marianne genera en mi. Al igual que este pequeño truco, tengo
otros más. Canciones, por ejemplo, o recuerdos puntuales de eventos de mi vida, visualizaciones de mis
deseos cumplidos, películas, etc. Obviamente, para llegar al punto de saber lo que me hace sentir bien, tuve
que hacer este ejercicio de autoconocimiento, tal como desde hoy lo harás tú. De ahora en adelante, vas a
evaluar tu día con cuidado. Cada vez que te sientas feliz y motivado, vas a ir a la causa y vas a tomar nota de
lo que pasó para sentirte así. Cuando tengas al menos uno de esos motivos, puedes practicar repetirlo al día
siguiente y observar cómo replicando esa acción podrás generar a voluntad un estado de ánimo acorde a tus
vibraciones positivas. Vamos a detectar entonces qué es aquello en tu vida que te puede generar un estado
de paz y de equilibrio. Esto parte de una observación personal. En seguida, te brindo algunas ideas que te
podrán ayudar. Obviamente, debemos tomar en cuenta que los disparadores de estado de ánimo son
personales. Es decir, para unos son más efectivas ciertas prácticas, mientras que para otros en menor grado.
Te paso a nombrar alguno de ellos:

Contemplar un paisaje entrañable

Meditar
Ir la gimnasio

Leer algo en particular

Salir a caminar

Reunirte con tu familia o amigos

Pintar mandalas

Ocuparte de tu apariencia personal

Tomar sol

Hacer carretera en tu auto o moto

Bailar

Escuchar una lista de canciones que te encanten

Escuchar una canción especial

Hablar con alguien positivo

Ver un programa de televisión

Leer un artículo

Tener un pensamiento específico Imaginar una conversación con alguien

Pensar en tu deseo hecho realidad

Salir a caminar

Repetir afirmaciones

Yo sé muy bien que no siempre es fácil sentirse bien. Todos somos seres humanos y tenemos altibajos. Y
también sé, por experiencia y porque me lo enseñó la Programación Neurolingüística (PNL), que todos
tenemos dentro de nosotros los recursos necesarios para generar un estado de ánimo en cualquier
momento que deseemos. En PNL se dice: “No hay personas sin recursos, sino estados sin recursos”. Son tus
estados emocionales los que carecen de recursos, no tú. Cada ser siempre tienes los recursos y los puede
autogenerar. De eso se trata este ejercicio de autoconocimiento. Entonces, a partir de ahora, quiero que
estés atento a tu rutina y tus acciones en el día a día y comiences a detectar qué es aquello que te hace
sentir bien. Ojo: no te estoy hablando de entusiasmo, éxtasis o exaltación, sino de aquello que te genera
paz, tranquilidad, plenitud, sensación de bienestar, algo que te haga decir: “¡ Qué bien me siento ahora!”.
Esa es la sensación que deseamos despertar. Tómate tu tiempo para hacer este ejercicio de autoevaluación.
Luego de ese tiempo de observación, tu misión es hacer más de eso que te hace sentir bien. Autogenerar tu
bienestar; ¿de acuerdo? No te dejes engañar por la aparente simplicidad de este consejo de vida. Si planeas
tu agenda de una forma en la que cada semana realices dos o tres de esas actividades que te generan
bienestar, quedarás muy sorprendido de la forma cómo comienza a cambiar tu vida.
Te reto a que hagas este primer ejercicio. Recuerda tomar nota para que no te olvides de las pequeñas
actividades que te hacen sentir bien. Hay un libro de Wayne W. Dyer llamado Hay una solución espiritual
para cada problema (les recomendamos mucho cualquier libro de este autor para complementar sus
conocimientos sobre la Ley de la Atracción y nuestras capacidades espirituales). En este libro, Dyer comparte
con nosotros una escala en la cual pone en primer plano lo que él llama “conciencia divina, de unidad”. De
acuerdo con su escala, esta es la máxima emoción que puede experimentar el ser humano, la cual se
encuentra en una vibración de 100.000 ciclos/ segundo. Las emociones negativas se encuentran, de acuerdo
con la teoría de Dyer, en una escala vibracional de 10.000 ciclos/ segundo. Entre las emociones que
encontramos en esta, están el miedo, la ansiedad y la enfermedad. En cuanto a la conciencia divina de la
cual habla Wayne W. Dyer, esta es la fusión con la inteligencia universal; un estado en el que TODO es
posible, un estado de total confianza en nuestros poderes, de completa confianza y seguridad, de plenitud y
expansión. Cuando hablamos de Ley de la Atracción, la palabra clave es VIBRACIONES, por eso cuidamos de
ellas con esmero y comenzamos por hacernos conscientes de aquellas pequeñas cosas de la vida que nos
hacen sentir bien.

Son nuestras vibraciones las que harán posible la atracción en armonía. Nota que dije “atracción en
armonía” y no “atracción”, a secas. Y es aquí en donde viene mi aporte personal a la literatura de la Ley de la
Atracción.

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