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Colegio de Adultos Instituto Humboldt

Filosofía
Prof.: Cristóbal González Maya

Integrantes: _______________________________________________________________________ Curso: ________


Fecha: ________

Objetivo general: Conocer grandes propuestas filosóficas de los pensadores de la ética.


Objetivo específico de la guía:

Instrucciones: Lee en silencio y atentamente la guía y responde las actividades que salen al final con lápiz pasta.

Epicuro y El arte del placer

1. Epicuro: vida y obra


Epicuro nació en el 341 a.C. Hacia el 307 a.C. ya había fundado su escuela en un jardín en las afueras de Atenas.
Mientras que la Academia, funda por Platón, y el Liceo, fundado por Aristóteles, eran lugares enseñanza rigurosa y
teórica, el jardín de Epicuro era, ante todo, un lugar donde los hombres y mujeres debían aprender a ser felices. La
especulación teórica no era, en modo alguno, el interés de Epicuro. Las ideas de Epicuro sobre la naturaleza y sus
principios constitutivos tienen como finalidad respaldar su ética, su filosofía práctica, y nada más. A Epicuro no le
importa conocer la naturaleza ni la realidad sino en la medida que ese conocimiento sirve para ser feliz: "Si no nos
perturbase el temor ante los fenómenos celestiales y ante la muerte -que puede ser algo que nos toque de cerca-, no
tendríamos necesidad de la ciencia de la naturaleza” señalaba.

2. El materialismo atomista
Epicuro es un filósofo materialista (contrario a idealista). La corriente del materialismo considera que la realidad
está enteramente subordinada a lo material o a la materia, específicamente a los átomos. Epicuro recoge la doctrina
atomista del filósofo Demócrito, para quien todo estaba compuesto de unas partículas pequeñísimas e indivisibles a
las que llamó "átomos" (del griego, "a", privación, y "tomé", división; átomo = indivisible). Según Epicuro, toda la
realidad, incluso el alma, está compuesta de átomos materiales. Estos átomos se mueven por naturaleza, y ese
movimiento compone la realidad dinámica del universo. Los átomos son múltiples y móviles por esencia.

3. Libertad y materialismo
Pero si lo único que existe son átomos que se mueven según unas leyes físicas, unas reglas mecánicas, ¿cómo se
explica la libertad humana? Epicuro se topa con el problema típico del materialismo: la libertad. En estricto sentido,
la libertad no puede caber ni en las máquinas ni en vegetales y animales. La libertad requiere un "zafarse" de la
materia. Ser libre exige no estar determinado por las leyes mecánicas del universo o al menos no totalmente.
El problema con que se enfrentó Epicuro es grande. Por un lado, ha aceptado que el universo es una especie de gran
máquina compuesta de partículas que se atraen y se repelen según unas leyes físicas. Algo muy parecido a la
química moderna, según la cual, los átomos se combinan necesariamente de acuerdo a su estructura. Si el alma es
material, ¿cómo explicar la libertad? Epicuro recurre a una treta: los átomos se mueven necesariamente, pero cabe
una cierta desviación. Esta desviación, llamada en griego clinamen, es el espacio propio de la libertad. Para aclarar
esto un poco, hagamos una comparación. Si arrojamos a un hombre desde el Empire State, este hombre
necesariamente se estrellará contra el suelo; está determinado a caer. Pero que este cuerpo vaya a estrellarse contra
el piso, no significa que la caída seguirá necesariamente una línea recta perfecta. Por casualidad, por azar, el
infortunado individuo puede desviarse ligeramente hacia los lados y, en lugar de estrellarse en el punto "X" de la
banqueta, puede estrellarse dos o tres metros más a la derecha o a la izquierda. El clinamen no está regido por leyes
necesarias, no está determinado. Por tanto, hay un espacio de incertidumbre, hay un margen pequeñísimo de
indeterminación. Este margen permite al hombre escapar -en sentido muy amplio- al determinismo.
Colegio de Adultos Instituto Humboldt
Filosofía
Prof.: Cristóbal González Maya

Bien sabe Epicuro que si todo en el mundo estuviese determinado, si el destino ya estuviese impuesto
a las cosas y al hombre, sería absurdo hacer ética. ¿Para qué preocuparnos de nuestra felicidad si todo está
predeterminado? Daría lo mismo preocuparse o no, al fin y al cabo, seríamos felices o infelices según lo determinara
nuestro destino.
Esta teoría del epicureísmo es importantísima, pues es uno de los grandes intentos por hacer compatible el
materialismo con la libertad, y, por tanto, con la ética.

4. Placer y felicidad
Epicuro afirma que el fin del hombre, y por tanto su felicidad, es el placer. Esta es la tesis central del epicureísmo.
El sentido y finalidad de nuestra vida es llevar una vida lo más placentera posible, lo que también significa huir del
dolor. Alcanzar el placer entonces es una cuestión ética y rompe con la antinomia típica de que el bien es contrario
al placer.
No debemos confundir el epicureísmo con el hedonismo burdo. Hedoné significa placer en griego. El hedonista
burdo pone la felicidad en la búsqueda desesperada de placeres sin más, y se dedica a gozar de la vida sin freno
alguno. El hedonismo puede resumirse en la siguiente frase: "comamos y bebamos que mañana moriremos".

Epicuro no es un hedonista burdo. Es lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que la búsqueda
desenfrenada e irracional del placer termina por producir dolor, fastidio, hastío. Incluso si bajo ciertas circunstancias
donde tengo que elegir entre el placer y huir del dolor, es preferible huir del dolor. Pongamos un ejemplo. Un
hedonista burdo piensa que, si a una persona le gustan las piscolas, debe beber cuanto quiera, hasta embriagarse. Un
epicureísta haría el razonamiento siguiente: Emborracharse provoca un placer de dos o tres horas, pero al otro día
tendrás dolor de cabeza, malestar estomacal y sed por seis o siete horas.
Embriagarse nos pone en peligro de matamos o matar a otro, y eso traería consecuencias dolorosas (cárcel,
remordimientos, gasto de dinero). Además, no podemos emborrachamos todos los días, pues nos destrozaríamos el
hígado y perderíamos el trabajo (y ya no tendríamos dinero para ron). Luego, emborracharse no es un placer que
convenga. Es un placer demasiado costoso y trae demasiados riesgos de dolor. Es mucho mejor beber
moderadamente, pues causa placer y no trae dolor.
El verdadero placer —piensa Epicuro— consiste en evitar el mayor número posible de dolores, inquietudes y
ansiedades. Para ello, el hombre debe llevar una vida moderada, ordenada, no debe vivir desenfrenadamente. El
ansia de placeres sexuales, de embriaguez, de honores, de riquezas, implica demasiados dolores. Es mejor llevar una
vida tranquila, serena. El verdadero placer, según Epicuro, consiste en no tener dolor en el cuerpo ni inquietud en el
alma.
Epicuro es un economista del placer, lo busca en pequeñas dosis. No propone la vida moderada por motivos
virtuosos. Su razón última es la búsqueda del placer. Epicuro calcula las inversiones y se da cuenta de que es mejor
invertir en empresas que produzcan intereses pequeños, pero constantes, y no arriesgar todo su capital en empresas
que pueden generar unas ganancias fabulosas, pero en las que hay un alto riesgo de perderlo todo. Epicuro prefiere
los placeres pequeños, pero constantes y sin dolores, a los placeres intensos, pero pasajeros y acompañados de
grandes dolores.
Preguntas
1) ¿En qué consiste el materialismo filosófico? Y ¿en qué se distingue del idealismo filosófico?
2) ¿Por qué a Epicuro se le considera un filósofo materialista? Explique.
3) ¿En qué consiste el verdadero placer para Epicuro? Responda utilizando un ejemplo propio para guiar su
respuesta.
4) Reflexiona por escrito (mínimo 5 líneas): ¿Consideras que se puede llevar una vida plena huyendo del dolor
continuamente? ¿No está presente el dolor y el sacrificio en todas las actividades y proyectos del ser humano? ¿Se
puede amar a alguien sin estar dispuestos a sacrificarnos?
5) Reflexiona por escrito (mínimo 5 líneas): ¿Por qué en ocasiones gozar de un placer es éticamente correcto? ¿Por
qué, en ocasiones, gozar de un placer puede ser éticamente incorrecto? Fundamente.

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