La Repartición de la tierra en Guatemala se refiere a la historia de la
repartición de la tierra en el país, desde la Conquista de Guatemala, donde los españoles se apoderaron de terrenos, que pertenecían a los cacicazgos y señoríos indígenas. Los conquistadores se repartieron la tierra por el sistema de encomiendas –feudalismo– y establecieron la esclavitud (Diccionario General de Guatemala, 1983). Los indios eran agricultores y cultivaban principalmente el maíz, que era su alimento básico, además de el cacao y el algodón. No tenían animales para la labranza de la tierra. Los españoles introdujeron el ganado, el trigo, la cebada, la avena, el café, la caña de azúcar, la naranja, la cebolla, el ajo y le enseñaron el cultivo de esos productos a los indígenas (Diccionario General de Guatemala, 1983). Los esclavos trabajaban en ingenios, haciendas y obrajes, donde sembraban maíz, frijol y cacao. El encomendero trató mal al indígena considerándolo su siervo, pero gracias al Apóstol Fray Bartolomé de las Casas, se suavizó un poco su situación. Las Leyes de Indias en 1523, de El Emperador Carlos V, daba la ordenanza ocho: “Que no se consienta que a los indios se les haga querra, mal, ni daño, ni se les tome cosa alguna sin paga” (Diccionario General de Guatemala, 1983). Felipe II dicta en Madrid, el 24 de diciembre de 1580, esta ordenanza: “Que los indios sean favorecidos y amparados por las justicias eclesiásticas y seculares”. De conformidad con esas leyes, sólo podían ser esclavos los negros que se traían de África (Diccionario General de Guatemala, 1983). Los indígenas no podían reducirse a la esclavitvud, sin embargo, lo hacían los conquistadores y los encomenderos alegando el derecho a la guerra, el de servidumbre y el de usanza. Los encomenderos eran personas que por concesión real tenían indios encomendados y podían cobrar tributos en los pueblos indígenas. Para pagar el tributo, el aborigen tenía que trabajar. El encomendero tenía que instruir a los indígenas también con respecto a a la fe cristiana. Se les otorgó el derecho de elegir caciques, es decir, señores de vasallos o superiores en alguna provincia o pueblo de indios (Diccionario General de Guatemala, 1983). Los descendientes de los conquistadores y encomenderos heredaban esas tierras o pasaban a posesión de la iglesia. Los descendientes llamados criollos, por nacer en el país, solo eran herederos de las encomiendas por dos generaciones y en vano tataron de negociar la perpetuidad que no se les concedió (Diccionario General de Guatemala, 1983). En cambio, al instituirse los cabildos y justicia de indias en 1565, se prefieren para Alcaldes a los hijos de los conquistadores. Se les adjudican tierras, naciendo así el patrimonio de los ayuntamientos. En la época indendiente -de 1821 a 1823-. se dicta la primera ley Agraria, cuyo objetivo era aumentar la riqueza de la población y obtener fondos para el Estado con la venta de tierras nacionales. Los terrenos baldíos se adjudicaron a particulares con la condición de no venderlos y se dotó de ejidos a los municipios -tierras comunales-. Esas leyes tenían como base la legislación española y trataban sobre la venta, remate y adjudicación de terrenos baldíos, matrícula, contribución territorial. También propendían a la terminación de los litigios de tierras comunicales entre los pueblos, problemas que hasta la fecha subsisten (Diccionario General de Guatemala, 1983). La Reforma Liberal -de 1871 a 1885- aportó nuevas ideas y una legislación armónica basada en la Constitución de Guatemala. También adjudicó tierras a los particulares, gratuitamente. El 9 de febrero de 1894 se emite la segunda Ley Agraria, con reformas, reglamentos para mediciones y adjudicaciones. Si bien la reforma incorpora al indígena al Ejército de Guatemala, sus continuadores idean las habilitaciones, sistema que mantiene al indio en deuda perpétua como mozo de finca, hasta la promulgación de la tercera Ley Agraria que recopila toda la legislación precedente en sus principales aspectos -de 1931 a 1936-. Esta última libera al indígena de las habilitaciones al suprimirlas, aunque crea el impuesto de vialidad con que se les obliga sin paga a prestar servicio para el mantenimiento de caminos accesibles en toda la República de Guatemala (Diccionario General de Guatemala, 1983). El Unionismo -1920 a 1921- libró al indígena del castigo oriental del cepo, usado en las cárceles de las fincas (Diccionario General de Guatemala, 1983). Los aportes de la Revolución de Octubre de 1944 fueron enormes para el país. Se creó una Colonia Agraria, para empezar. Desde los tiempos de la colonia ha existido el problema de la tierra. El 17 de junio de 1952 se emite el Decreto 900 -reformado por decretos 903 y 991-, que contiene la Ley de Reforma Agraria. Ésta causó hondas preocupaciones a los latinfundistas y soñadas esperanzas a los campesinos (Diccionario General de Guatemala, 1983). Durante la Primera Guerra Mundial -de 1914 a 1917-, el Gobierno de Guatemala confiscó las tierras propiedad de los alemanes y a los tres años fueron devueltas a sus propietarios. La Segunda Guerra Mundial -1939 a 1945- también fue motivo para la intervención de las fincas de alemanes en el país, quienes tuvieron que salir del mismo al entrar Guatemala en la contienda al lado de los Aliados. Esas fincas se transfierieron a favor de la nación por derechos gubernativos. Algunas propiedades fueron devueltas a sus dueños o bien indeminizados conforme la ley (Diccionario General de Guatemala, 1983). La Ley de Reforma Agraria tuvo grandes opositores, sobre todo los terratenientes, quienes la catalogaban como radical. Entre estos terratenienetes estaba la United Fuit Company, que tenía fincados intereses en el país desde 1897. La Ley de Reforma Agraria iba directamente al corazón del latifundio. Durante las administraciones precedentes se habían formado fincas para los cultivos de gran escala, como el cafe, el banano y la caña de azúcar. Para ello se necesitaban grandes extensiones de tierra, las que fueron otorgadas gratuitamente por el Estado. Algunos ingenios eran tan antiguos como la colonia. Durante la Revolución de 1944 se fundó el Banco Nacional Agrario, que concedió créditos al campesino. También se creó el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, la Carretera al Atlántico y el nuevo Puerto Santo Tomás de Castilla en el Litoral del Norte. La reforma hizo que los terratenientes guatemaltecos y extranjeros se unieran para derrotar la ley y a quienes la postulaban pues la consideraban injusta. Finalmente lo consegurían con la Contrarrevolución de 1954 (Diccionario General de Guatemala, 1983). Derrocado el gobierno y por tanto la ley agraria, en 1954 se promulgó el Decreto 559 llamado Estatuto Agrario, además de que se creó la Dirección de Asuntos Agrarios. De 1955 a 1967 se formuló el Programa de Desarrollo Agrario, teniendo como objetivos principales establecer una clase media agrícola, aumentar la producción en el campo y resolver los problemas agrícolas económicos-jurídicos a base de prioridades. Después, el Departamento Agrario cambiaría nombre, por el de Instituto de Transformación Agraria. El Banco Nacional Agrario, a su vez, se transformaría en BANDESA. La ganaderia es objeto de gran impulso, al igual que la avicultura, el algodón, la citronela, el arroz y el maíz. Según estadísticas de 1964, la tierra o suelo guatemalteco se distribuía así: 75 por ciento perteneciente al Estado, 15 por ciento a las Muncipalidades y un 10 por ciento a tierras particulares (Diccionario General de Guatemala, 1983).