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cayendo en la cuenta
de que las descripciones
biológicas del cerebro
resultan más coherentes
si se las integra
en las teorías psicológicas
que Freud enunció
hace un siglo
Mark Solms
D
urante la primera mitad del siglo XX, las ideas de Sig-
mund Freud predominaban cuando se trataba de expli-
car la naturaleza de la mente o psique humana. Su te-
sis básica decía que nuestras motivaciones permanecen
en muy buena medida ocultas en nuestro inconsciente.
Más aún, una fuerza represiva las aparta activamente de la cons-
ciencia. El aparato activo de la psique (el “yo”) rechaza todos
aquellos impulsos inconscientes (el “ello”) que puedan promover
una conducta incompatible con la civilizada idea que nos hace-
mos de nosotros mismos. Tal represión es necesaria porque los
impulsos instintivos se expresan en forma de pasiones incontro-
ladas, fantasías infantiles y deseos sexuales y agresivos.
Hasta su muerte en 1939, sostuvo que la enfermedad mental se
produce cuando falla la represión. Las fobias, los ataques de pá-
nico y las obsesiones se deberían a que en la conducta volunta-
ria se introducen furtivamente pulsiones ocultas. Correspondía,
pues, a la psicoterapia rastrear los síntomas neuróticos hasta dar
con sus raíces inconscientes y exponerlas al juicio maduro, ra-
cional, quitándoles así su fuerza compulsiva.
Sin embargo, al ir adquiriendo las investigaciones sobre la
mente y el cerebro mayor complejidad a partir del decenio de
1950, a los especialistas les fueron pareciendo poco sólidas las
pruebas que Freud adujo en pro de sus teorías. No las sometía
a la experimentación controlada; sólo entreveraba inferencias teó-
ricas y observaciones simples de pacientes en entornos clínicos.
1. FREUD JOVEN, hacia 1891.
torias de su vida se nota (flecha) una Pues bien, esto es lo que se ha obser- pensamiento inconsciente. El hom-
lesión en el giro cingulado, la parte vado en pacientes que sufren algún bre no hacía más que reformar o re-
del lóbulo frontal medio cuyo funcio- deterioro de la región límbica fron- fundir la realidad como él deseaba
namiento normal, suponía Freud, im- tal, que controla aspectos funda- que fuese. Otros investigadores, en-
pedía a los deseos inconscientes alte- mentales de la consciencia de sí tre ellos Martin Conway, de Durham,
rar la imagen racional que de sí mismo. Algunos sujetos muestran un y Oliver Turnbull, de la Universidad
mismo tuviera el sujeto. peculiar síndrome, la psicosis de de Gales, han informado de obser-
Korsakov: no se percatan de que son vaciones semejantes. Aunque son
Ahora vuelve a estar en boga. Neu- no la depredadora); el sistema de “te- coanálisis y la psicofarmacología.
rólogos como Donald W. Paff, de mor-ansiedad”; y el sistema “pánico” Predijo con entusiasmo que llegaría
la Universidad Rockefeller, y Jaak (que incluye instintos complejos, así un día en el que “las energías del
Panksepp, de la Universidad estatal los que rigen los vínculos sociales). ello” serían controladas por “deter-
de Bowling Green, creen que los También se está investigando si exis- minadas sustancias químicas”. En la
mecanismos instintivos que rigen la ten más fuerzas instintivas, por ejem- actualidad, los tratamientos que unen
motivación humana son aún más plo un díscolo sistema “lúdico”. Neu- la psicoterapia y las medicaciones
primitivos de lo que Freud se ima- rotransmisores específicos (sustancias psicoactivas son ampliamente reco-
ginó. Los hombres compartimos con químicas que en el interior del ce- nocidos como la mejor manera de
nuestros parientes los primates y con rebro llevan mensajes de unas neu- hacer frente a muchas dolencias psí-
todos los mamíferos sistemas bási- ronas a otras) modulan estos siste- quicas. Y las técnicas de formación
cos de control de las emociones. En mas cerebrales. de imágenes cerebrales muestran que
el profundo nivel de la organización El sistema anhelante, regulado por la terapia verbal afecta al cerebro
mental que Freud llamaba el ello, el neurotransmisor dopamina, guarda de modo no muy diferente a como
la anatomía funcional y la química una notable semejanza con la “li- le afectan esos fármacos.
de nuestros cerebros no se diferen- bido” freudiana. Según Freud, la
cian mucho de las de nuestros ani- pulsión libidinal o sexual es un sis- Los sueños tienen significado
males domésticos. tema de busca de placer que activa Las ideas de Freud están volviendo
Pero los neurólogos modernos no enérgicamente la mayoría de nues- a tener vigencia también en los es-
aceptan ya la manera en que Freud tras interacciones con el mundo di- tudios del dormir y los sueños. Su
clasificó la vida instintiva humana, rigidas a alcanzar objetivos. La in- teoría de que las visiones nocturnas
mediante una simple dicotomía en- vestigación moderna patentiza que son vislumbres de deseos inconscien-
tre la sexualidad y la agresividad. su equivalente neural interviene mu- tes quedó desacreditada cuando, en
Gracias al estudio de los efectos de cho en casi todas las formas de an- los años cincuenta, se descubrieron
lesiones, drogas y estimulaciones sia y de adicción. Los experimen- la fase ‘REM’ del sueño —o ‘del
artificiales del cerebro, han identi- tos que Freud efectuó en la primera movimiento rápido de los ojos’— y
ficado en los mamíferos al menos parte de su carrera con la cocaína su estrecha correlación con los sue-
cuatro circuitos instintivos básicos, —sobre todo en sí mismo— le con- ños. Y pareció perder toda credibi-
algunos de los cuales se superpo- vencieron de que la libido ha de te- lidad cuando, por los años setenta,
nen: el sistema “anhelante” o “de re- ner una base neuroquímica especí- se demostró que el ciclo del sueño
compensa” (que motiva la busca del fica. A diferencia de sus sucesores, estaba regulado por una sustancia
placer); el sistema de “enfado-ra- no vio que hubiese razón alguna química ubicua, la acetilcolina, que
bia” (que rige la agresión furiosa pero para un antagonismo entre el psi- se producía en una parte del tallo