Premisas iniciales:
- Disponer de la explicación de un fenómeno permite la manipulación sistemáticamente
eficaz de éste.
- Las disputas clásicas en ciencias sociales refieren a la posibilidad de realizar
explicaciones. En el caso de considerar que sí se puede explicar, la disputa se
desplaza hacia el problema de saber cuál es el canon de medición más indicado.
- Una explicación debe buscar las causas eficientes de un fenómeno, dichas causas
eficientes se hallan en un nivel inferior (es decir, son componentes elementales).
1.2. Una vez definido el explanandum, la explicación propuesta debe ser lógicamente capaz
de generarlo.
Habitualmente existen varios explanans que son lógicamente capaces de generar un mismo
explanandum, por ello la evidencia empírica a favor de una teoría no es suficiente para dar
aquella explicación como buena (aceptar esto sin más se denomina “falacia de la afirmación
consecuente”).
En el caso que se proceda a descartar explanans y, aun así, quede más de uno que sea
satisfactorio a la hora de generar el explanandum, se debe discriminar en base a los principios
deseables de una buena explicación:
1.4. La cuarta condición es que una teoría debe ofrecer posibilidades reales, no aparentes,
de ser refutada. Para explicar esta condición hay que hacer un pequeño recuento de aquel
procedimiento que, según Elster, permite formular explicaciones válidas:
Esta secuencia tiene un requisito fundamental, que de una teoría tienen que poder derivarse
proposiciones lo suficientemente precisas como para ser comparadas con las proposiciones
derivadas de otras teorías. Dicho de otro modo, cualquier teoría que aspire a ser
científicamente relevante, debe llegar al nivel en que la evidencia empírica es determinante
para rechazar las implicaciones derivadas de la misma, a este nivel se le llama “grano fino”.
Previo a definir el silogismo práctico se definen las tradiciones clásicas de las ciencias
sociales:
Neopositivismo Hermenéutica
Primer problema: Suele ocurrir que, dadas las condiciones C, no hay una única opción A1,
sino un conjunto A. El problema radica en que para determinar que del conjunto A el individuo
i elige la sólo la acción A1, tiene que existir una premisa adicional.
No obstante estos problemas, la tradición hermenéutica sí puede dar explicaciones útiles para
dar cuenta de la conducta social, específicamente, la que se denomina explicación
intencional.
3.1 Explicación por leyes de cobertura: explicación que aspira a formular leyes generales,
también conocida como modelo nomológico deductivo o modelo de leyes subsintas. El
modelo procede así: el explanandum E puede deducirse lógicamente partiendo de una ley
general que establece que en condicione C tiene que ocurrir E (E queda lógicamente
subsumido bajo dos premisas que constituyen el explanans).
El problema de esta explicación es que bajo la subsunción de un caso concreto bajo una ley
general, no ofrece luz sobre las causas eficientes del problema. Dichas leyes generales
tendrían capacidad predictiva sin tener capacidad explicativa. Esta opacidad es lo que se
conoce como “caja negra”
La idea básica es que, si una actividad ocurre de forma reiterada, es porque sus
consecuencias objetivas satisfacen los requisitos (imperativos/necesarios) que garantizan el
equilibrio del sistema.
Las objeciones de esta explicación son, en primer lugar, que los requisitos funcionales son
sólo una lista arbitraria. En segundo lugar, es poco probable que P1 sea la única estructura
capaz de cumplir con el requisito. Por lo tanto, esta explicación sería un ejemplo típico de la
falacia de la afirmación consecuente.
Elster y otros dirán que una explicación que se basa en funciones del explanandum (esto es,
consecuencias futuras de comportamiento observado) constituye una pseudoexplicación
teleológica, similar a la idea de que “Dios nos puso el codo en el brazo para nos podamos
llevar la jarra de cerveza a la boca”.
El paradigma funcional en suma responde a la pregunta ¿Para qué ocurren las cosas?,
presuponiendo que las cosas tienen un fin que les es propio. Las explicaciones, como la
funcional, dan la apariencia psicológica de sentido, más no presentan causas identificables.
Se refiere fundamentalmente a las correlaciones, se dirá que estas también suponen una caja
negra, pues no permiten entender cómo y por qué se producen las correlaciones que se
describen.
Formulación incorrecta: ¿En qué medida variables como género, etnia, la edad o el nivel
educativo contribuyen a explicar el empleo/desempleo?
La explicación no está contenida en el cálculo estadístico que muestra la relación entre, por
ejemplo, educación y empleo, esta es pues la tarea del “mecanismo”.
3.4. Explicación “como si”: típicamente aquellas que dicen que el individuo actúa como si
siguiera un supuesto. Un ejemplo clásico es el homo economicus que actúa como si
maximizara utilidad.
Las críticas a esta explicación son: primero, que al partir de supuestos irreales las
predicciones de la teoría se acotan a contextos muy limitados. En segundo lugar, no ubica los
procesos causales en el explanans, pudiendo tener una buena predicción, pero no una buena
explicación.
3.5. Explicación por mecanismos:
Este tipo de explicación supone una concepción local de la causalidad, es decir, no depende
del descubrimiento de leyes generales para establecer relaciones causales, además rehúye
de las explicaciones “como si”.
La explicación por mecanismo se formula a posteriori, por lo que resulta ser poco predictiva
(no sabemos en qué momento se activará tal o cual mecanismo, ni sus consecuencias
precisas).