mayo de 2019 LIMONCHE - 22 DE MAYO DE 2019 - 20:09
DIVORCIO
Sí, soy su esposa, dijo con voz firme ante el juez.
¿Cuál es el motivo por el que solicita el divorcio? Ya no soy la persona con la que él se casó. ¿Qué pruebas puede aportar? Cuando me casé era distinta; éramos distintos los dos. Queríamos triunfar en la vida; lo conseguimos. Viajamos. Hemos disfrutado de cuanto soñamos. No entiendo entonces… Un salto de cincuenta metros cambió mi vida y me recordó que tenía las respiraciones contadas. ¿Pero le ama? Le amo y amo más aún la libertad. Al decir esto sonrió y con movimiento suave se desplazó en su silla de ruedas.
EL PEREGRINO
Sí, soy su esposa. En la noche perfumada le prometí
de serlo. Mi alma vagaba en el vacío; sola, en la inmensidad de la nada, y cuando más ausencia parecía le divisé en la cima.
Aún tuve dudas y pregunté: ¿eres tú a quien busco?
Soy la mirada que te contempla, respondió el eco con dulcísima voz.
Deposité cansado el plomo de la mochila a sus pies.
Cerré los ojos apenas un instante. Maravillado, volví a abrirlos.
Un peregrino contemplaba absorto la patena y el
cáliz. Nos levantamos al unísono. Fuera nevaba; el viento cortaba esquinas. O’ Cebreiro nos envolvía con abrazo de cálida furia.