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Un Vistazo a los Estudios del Sonido

Christian Campbell

El presente informe se encargará de abarcar el fragmento del texto “Sound


Studies Reader” Precisamente del capítulo uno, donde se abordará la problematización
del mismo, así como las aristas que he considerado de mayor relevancia.

La modernidad, ha traído nuevas posibilidades sónicas gracias a los avances


tecnológicos, y tal como menciona Stenre (2012) la creación y reproducción de sonidos
era una habilidad considerada propia de los dioses, que ahora se ha vuelto más
accesible para toda clase de personas gracias al auge del internet, y los aparatos de
conectividad portátil.

Lo anterior hizo posible que se crearan todos los formatos de sonido envasado
disponible hoy en día, lo que ha permitido la propagación de diversas manifestaciones
culturales a lo largo de todo el mudo.

Junto con esto, es que ha surgido con mucha fuerza en tiempos recientes, (principios
del ’90) una gran oleada de estudios en cuanto a los fenómenos sonoros desde
diversas perspectivas y ramas tanto de ciencias duras, como ciencias sociales, dentro
de los que destacan los mencionados en el texto “sound studies”.

Los sound studies, en el caso del texto, hacen referencia a los estudios
multidisciplinares que se encargan de los sonidos desde la emisión a la recepción, así
como de todos los aspectos sociales y humanos que conllevan estos mismos.

Mas específicamente, según el autor, hacen referencia al campo académico dentro de


las humanidades que combina al objeto de estudio con la misma forma de abordarlo
según el enfoque del investigador. Esta disciplina, además, contempla la
problematización del sonido como algo que llega a atravesar una gran multitud de
disciplinas (si es que no todas) y otros objetos de estudio.
Esta es una disciplina que tal como señala el texto, requiere que el investigador se
ubique en una perspectiva adecuada para poder comprender adecuadamente un
fenómeno sonoro, pues un sonido, puede cambiar su significado radicalmente según el
contexto en el que se ubique, tanto físico como sociocultural.

Y es que, para nosotros como seres humanos, los sonidos se han vuelto desde sellos de
identidad cultural, hasta formas de interacción con nuestra realidad en el día a día, y
como señala Hormigos (2010), nuestra conducta se basa enormemente en nuestro
contexto cultural, por lo que los sonidos son un pilar fundamental en nuestra
construcción de nuestra vida.

Los sonidos, son de hecho tan importantes, que incluso los fonemas de las palabras
que usamos en el día a día son elementos que hacen cobrar significado a éstas. Incluso
Grijelmo (2008) señala que hay términos en los que se destaca más el significado
fonético que el etimológico de la palabra.

Un ejemplo señalado de esto mismo es el de la palabra “hecatombe”, palabra con


miles de años de antigüedad que según la etimología griega significa cien bueyes, y
hacía referencia a un sacrificio ritual de cien bueyes, pero que, sin embargo, hoy en día
ha tomado más una significancia en relación a la sonoridad de sus sílabas, y ha sido
aceptada por el Diccionario de la Gran Academia, como una expresión de catástrofe o
desgracia.

Lo anterior nos permite comprender por lo cual resulta sumamente necesario situarse
en un contexto adecuado, y comprender a éste mismo antes de entender las
implicancias de un fenómeno sonoro.

Es por esto que, en el texto, Stenre (2012) señala que el sonido debe estudiarse dentro
de un contexto cultural para poder asimilar las implicancias de este mismo en un
ambiente dado. Sin embargo, existen diversas formas de analizar y comprender los
sonidos, y no todas son las más adecuadas para los propósitos de la investigación.

Si bien la disciplina de los sound studies lleva escasos años en operación cuando la
comparamos con otras ramas investigativas, recientemente se ha propagado con
nuevos estudios referentes al tema del estudio del sonido, lo que ha abierto las
puertas a las distintas formas de investigación, y ha permitido profundizar las
problematizaciones de este campo de estudio.

Dentro del texto se abre la problematización del “centro” del objeto del estudio del
sonido, pues existen diversas maneras de entender lo que es el sonido, cruzando
desde aspectos biológicos, físicos e incluso filosóficos; pues, solo podemos
comprender como sonido a las frecuencias audibles para nuestro oído como seres
humanos, sin embargo, los sonidos pueden ser algo que va mucho más allá de nuestra
propia percepción, pues técnicamente no existe ninguna escisión real entre un ruido y
un silencio, ya que ambos forman parte de un mismo espectro vibratorio. Así como
también muchos otros animales pueden capturar un espectro superior de frecuencias
e intensidad de vibraciones, otorgando definiciones distintas a lo que entendemos por
sonido o silencio; lo que vuelve al sonido como concepto, un término mucho más
abstracto de lo que parece a primera vista.

Es por esta ambigüedad, que han surgido diferentes puntos de vista en cuanto al
objeto de estudio de los sound studies, y diferentes formas de abordar el estudio de
los mismos.

Si bien algunos autores señalan que el estudio del sonido nace del estudio de los
sentidos, como parte de la percepción e interpretación humana del fenómeno sonoro,
hay otras corrientes de pensamiento que apuntan a estudiar primeramente la parte
física del sonido, considerando al objeto de estudio como un cuerpo vibratorio con
capacidades específicas, para luego tomar una consideración a nivel cultural.

Un punto de vista interesante es el atribuido al compositor Pauline Oliveros, quién


concibe el término “Deep listening”, y hace referencia a una forma de escuchar con un
gran foco de atención el absoluto de los detalles de un sonido o un conjunto de estos,
intentando abarcar todo de una sola vez. Esto tiene ciertos problemas de mi punto de
vista, como lo es la posible pérdida de información al toparse con una fuente sonora
saturada de muchos detalles que no puedan ser captados tan fácilmente a menos que
sean aislados. Así como también la posible mal interpretación de un fenómeno por un
recogimiento insuficiente de información.
Lo anterior nos permite comprender que esta disciplina, probablemente por ser aún
“emergente” tiene muchas discrepancias internas, que si bien parecen obstaculizar el
establecimiento formal de ésta junto con otras ciencias duras; a mi juicio, enriquecen
el contenido de las investigaciones al no haber una hegemonía dentro de los
parámetros y medios investigativos.
Referencias

Grijelmo, Alex (2008). Sonidos, Emociones y Hecatombes. Revista de Economía


Institucional, 10 (18), 379-380.-
Hormigos Ruiz, J. (2010). La creación de identidades culturales a través del sonido.
Jonathan Sterne. “Sonic Imaginations” en Jonathan Sterne (ed.). (2012). The Sound
Studies Reader. Londres & Nueva York: Routledge.

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