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Introducción

“Si yo fuese dictador en España, prohibiría las corridas de toros; como no lo


soy, no me pierdo ni una.” - Ramón Pérez de Ayala

La tauromaquia, comúnmente denominada corrida de toros, es un arte


mundialmente reconocido que existe desde la segunda mitad de la Edad Media, y
que todavía tiene presencia en la actualidad. Esta se practica en algunos países
europeos e hispanoamericanos y son de gran popularidad. No obstante, con la
llegada de la Modernidad, esta actividad se ha visto cada vez más cuestionada,
generando un debate polémico entre las diversas posturas que sostienen los
beneficios y sentido de tradición de esta práctica, y los que resaltan la “barbaridad”
de tal acto ante el maltrato animal.

Este trabajo pretende analizar la aceptación y , a su vez, el rechazo de esta


práctica según los argumentos a favor y en contra, específicamente en la región
española, bajo el modelo ético de David Hume -historiador, filósofo y diplomático
alemán- el cual establece que “la ética no es una cuestión de hecho, debido a que
los juicios morales no se refieren a lo que es, sino a lo que debe ser”, por lo que el
camino hacia la distinción entre lo “bueno” y lo “malo” es guiado por los sentimientos
y no por la razón, el conocimiento, ni la relación de ideas. Esta deviene en los
principios de utilidad y la simpatía, causas de la aprobación de la moral bajo valores
como la justicia, tolerancia, sociabilidad, benevolencia, convivencia, etc…

Para ello, nos respaldaremos en el libro de Fernando Savater, Tauroética, y


en la representación audiovisual de El cuento de Ferdinando, escrito por el autor
estadounidense Wilbur Monroe Leaf en el año 1936; producida por el estudio Blue
Sky y dirigida por el director Carlos Saldhanha; con el objetivo de generar una
discusión que comprenda el pensamiento de ambas posturas y de la necesidad de
una nueva ética para las prácticas antiguas que siguen en la actualidad.
Explicación de las fuentes

Para el desarrollo de este trabajo, se escogieron dos fuentes en específico:

1) Fernando Savater, Tauroética:

El filósofo y novelista español, destacado por su participación en el campo


del ensayo y del artículo periodístico, profesor de ética de la Universidad del País
Vasco; escribe este libro sobre el debate en el Parlamento de Cataluña acerca de
la abolición de las corridas de toros. Una discusión que para él es de sentido ético
y de cuestionamiento hacia la moral filosófica. El cual tiene como objetivo la
búsqueda de la reflexión en cuanto a nuestras relaciones con los animales, las
diferencias que debemos plantear entre ellos y nosotros y las obligaciones éticas
que tenemos con los seres humanos.

Este libro fue escogido como fuente principal debido a la relación directa del
autor con la tradición de su país en el ámbito de la tauromaquia, por su valor de
conocimiento y autoridad, y por la base de argumentos, tanto a favor como en
contra, que se encuentran en el texto.

2) Olé, el viaje de Ferdinand:

Creado por el escritor estadounidense Wilbur Monroe Leaf en el año 1936.


Fue llevada a la pantalla grande en el año 2017 por el estudio de animación Blue
Sky, fundado en febrero de 1987. Tuvo como director al brasileño a Carlos Saldanha
(creador de la película Rio y de otras producciones como Ice Age y Robots), y en
su producción se encuentran: Bruce Anderson, Lori Forte, Paul Feig (candidato a
cuatro Premios Emmy), John Davis (fundador de Davis Entertaiment) y Lisa Marie
Stetler.

Esta película fue escogida gracias a su inusual temática e ideología, por su


aceptación social y por sus fuertes críticas ante las conductas incrédulas e
impropias de un toro (protagonista) que simboliza la tradición de la tauromaquia.
Tema

La tauromaquia, mejor conocida hoy en día como corrida de toros, es


comprendida como el arte o deporte hacia el enfrentamiento con los toros, que se
lleva acabo de pie o a caballo. Sus orígenes datan entre el siglo XI y siglo XII,
durante la llamada Edad de Bronce; es de procedencia Española, más se practica
en otros países como Portugal, sur de Francia e Hispanoamérica, tales como
México, Argentina, Perú, entre otros. Además, esta práctica se considera
espectáculo de exhibición en China, Filipinas y Estados Unidos.

El “arte” de la tauromaquia engloba todo el proceso de preparación, es decir,


desde el inicio de la cría taurina, la elaboración de la vestimenta típica de las
corridas, hasta llegar a la parte publicitaria de las mismas.

Naturalmente, con el paso de los siglos a la modernidad, la corrida de toros


evolucionó en cuanto a la conducción del ganado, encierro y sacrificio que se lleva
a cabo en los “macelos” o mataderos, los cuales se comenzaron a construir en
España durante el siglo XVI. No obstante, la Época Dorada de esta práctica surgió
a principios del siglo XX (1910-1920) y fue gracias a la rivalidad entre los toreros
Juan Belmonte (considerado el “fundador del toreo moderno” y conocido como el
“matador de toros más popular de la historia”) y José Gómez (“el torero más
completo de la historia”).

La corrida de toros, normalmente, se desenvuelve en tres partes


denominadas tercios, dentro de las cuales el toro es lidiado por los picadores
«que, montando un caballo protegido por un peto, utilizan una vara con una puya
para preparar al toro para el tercio de muleta»; seguido vienen los banderilleros,
«quienes se encargan del auxilio al matador, forcejean al toro y lo adornan
colocándole las banderillas (generalmente de tres pares)»; finalizando con el
último tercio, juzgado como el más importante, la muerte, en el que el torero lidia
al toro dominando la muleta (paño de tela roja) y el ayudado (espada de madera o
de aluminio), que sostiene con la mano derecha.
El torero comienza con medir la distancia del toro, llamado terreno, para
luego vacilar al toro haciéndolo pasar su cabeza por la muleta en cada “suerte o
engaño”; después coloca al burel con los cuartos delanteros parejos, para que se
abra y no pinche en hueso; eso es para asegurar la estocada, y, si es correcta, a
petición del presidente y el respetable, se cortan los trofeos.

El presidente es quien recompensa la actuación del torero. Al término de la


lidia, el presidente enseña un pañuelo de color blanco, si el premio de la faena es
para una oreja, y dos pañuelos para dos trofeos. Al principio de ella también puede
enseñar un pañuelo verde si el toro no es apto para torear (cojo, cuerno mal, etc.),
o uno naranja para indultarlo si el toro es de gran calidad. La opinión del público es
posiblemente de más peso para los participantes: ha habido corridas en donde el
público saca en hombros al torero sin que el juez haya concedido siquiera la oreja,
o por el contrario: premios del presidente a pesar del descontento de los
asistentes.

El presidente para el desempeño de su labor cuenta con la ayuda en el


palco de un asesor taurino y un veterinario.

La tauromaquia es considerada un tema de mucha polémica en la actualidad,


pues como explica el proceso anteriormente mencionado, este tiene como finalidad
la muerte de un ser vivo. Sin embargo, su permanencia se debe a su factor culturar
tradicional y a los beneficios que genera a nivel económico, laboral, social, entre
otros. A su vez, esta se ha visto cuestionada por los principios que han surgido con
la modernidad, junto con la necesidad de una ética para responder ante cualquier
tipo de práctica o actividad que involucre el maltrato o explotación de un animal para
cualquier fin.
Presentación del modelo

"Es moral lo que hace que uno se sienta bien, inmoral lo que hace que uno se sienta
mal. Juzgadas según estos criterios morales que no trato de defender, las corridas
de toros son muy morales para mí". - Ernest Hemingway

El modelo que se tomará como referente para abordar esta problemática,


será el de David Hume.

Fue un alemán nacido en Edimburgo en el año 1711, reconocido por haber sido
filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés. Era de pensamiento escéptico
y empirista en materia del conocimiento y de la moral.

Hume, en su ética, difiere de aquellos modelos que buscan hallar en la razón


la capacidad para distinguir el bien, del mal, lo que lleva a su vez, a la vida moral
del ser humano.

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