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-Introducción
El interés por la Música Judía coincidió con las tendencias nacionalistas en Europa del
este. Hacia las últimas décadas del siglo XIX la música popular revolucionaba la estética
musical en la región, compositores como Rimsky-Korsakov, creaban nuevas obras
basadas en temas populares rusos. En Hungría por ejemplo, Zoltán Kodály y luego Béla
Bartók catalogaron un gran número de melodías populares incorporando algunas de ellas
en sus obras. Compositores como Antonín Dvořák y Leoš Janáček buscaban recrear un
sonido nacional distintivo en su trabajo, siguiendo la tendencia romántica a establecer
cada vez más las fronteras nacionales, según Alfred Einstein.
Durante este período floreció la literatura Yiddish y muchos músicos judíos -a pesar de la
restricciones- se inscribieron como estudiantes a los conservatorios de San Petersburgo y
Moscú. Entre ellos destacan el violinista Joseph Achron y el compositor Mikhail Gnesin.
Grandes figuras como Jascha Heifetz, Nathan Milstein, Efrem Zimbalist y Mischa Elman
fueron estudiantes del Conservatorio.
El auge del Nacionalismo en Rusia influyó de manera notable en los músicos y autores
judíos de fin de siglo, creando su propia linea de investigación y recuperación del
patrimonio cultural mantenido por generaciones. A través de la recopilación de
documentos y la creación de un archivo nacional se facilitó la supervivencia de fuentes de
tradición oral que se catalogaron en numerosas colecciones. En 1895, el escritor Yitzkhok
Leybush Peretz inició la recopilación de canciones populares en Yiddish. Mas tarde,
Abraham Goldfaden, fundador del teatro Yiddish en Rusia, incorporó canciones populares
y música popular judía en sus producciones. En 1898, los historiadores, Saul Ginsburg y
Pesach Marek, crearon la primera antología de música popular judía.
Quizás en este punto de la historia no encontremos -de manera directa-una relación con
la ópera hebrea y su posterior desarrollo en el Yishuv; no obstante de este primer
esfuerzo de crear un repertorio judío para la posteridad, aparecerá la Primera Escuela
Musical Judía donde los compositores Yoel Engel y Jacob Weinberg, ambos emigraron a
la Palestina Otomana, impulsarán el desarrollo y la difusión de la música judía siendo la
antesala del escenario teatral hebreo.
Yoel Engel, considerado el "Padre de la Música Judía" fue un compositor dedicado al
repertorio ruso. Fue el crítico nacionalista Vladimir Stasov quien inspiró a Engel a rescatar
el patrimonio de sus ancestros. El compositor se interesó particularmente por la música
folclórica de los Judíos de los shtetls rusos, visitó la "Zona de Asentamientos"
escuchando. y anotando canciones en Yiddish. En 1900, presentó una colección de diez
canciones judías, y ofreció una serie de conferencias de música popular. En 1908, Engel
con la participación de músicos del conservatorio de San Petersburgo fundaron la
"Sociedad de San Petersburgo para la Música Popular Judía". Los objetivos de este grupo
era coleccionar canciones populares, apoyar a los compositores judíos y publicar
composiciones e investigaciones sobre la música judía.
El éxito de la sociedad se extendió por Europa oriental y central. En 1913, se fundó una
sucursal en Kharkov, y más tarde en Moscú y Odessa. El advenimiento de la Primera
Guerra Mundial, la caída del régimen zarista que conllevó a la Revolución Rusa marcó el
fin de un período favorable al desarrollo de la música judía en el imperio, sin embargo, los
miembros de la Sociedad continuaron sus actividades e influencia dentro y fuera del país.
Músicos judíos polacos como Janot Rotkin, inspirados por la sociedad, se embarcaron en
sus propios proyectos de recopilar, organizar y componer música judía. En 1928, la
Sociedad para la Promoción de la Música Judía fue fundada en Viena.
Uno de los primeros compositores que llegaron a Tierra Santa a principios del siglo XX fue
Abraham Zevi Idelsohn. Nació en Letonia en 1882, de joven se trasladó a Alemania para
estudiar musicología. En 1906, Idelsohn emigró a Israel, se estableció en Jerusalem, ahí
estudió música judía. Posteriormente Idelsohn se concentró en la recuperación del
patrimonio musical de los Judíos a través de la recopilación de antiguas melodías y
canciones -similar a sus antecesores nacionalistas en Rusia. No obstante, Idelsohn se
interesó por el repertorio de las comunidades Mizrahim en parte, porque era un campo
inexplorado y además, el estudio del corpus ashkenazi de Europa del este avanzaba
durante esta época, gracias a la labor de sus compatriotas.
Jacob Weinberg llega a Jerusalem en 1922 después de ser perseguido en Odessa por los
bolcheviques. Nació en Odessa, Ucrania en 1876. Era un compositor y pianista con más
de 135 obras para piano y otros instrumentos. Weinberg fue uno de los fundadores del
Conservatorio Nacional en Jerusalem y en la misma ciudad compuso en 1924 la ópera
Hechalutz o los Pioneros de Palestina, estrenada en Abril de 1925.
A través de su obra Weinberg pretendía mostrar que la música era una instrumento eficaz
para lograr un sentimiento nacional en la población. Un año antes Mordechai Golinkin
había dado apertura al escenario lírico en el país con el estreno de la Traviata de Verdi; la
función se realizó en un teatro de cine de Tel Aviv, cosechando un éxito monumental
desde su primera interpretación. En los cuatro años posteriores al estreno, 17 óperas
diferentes fueron interpretadas en Israel. Sin embargo, la actividad lírica se suspendió
debido a los disturbios árabes de 1929.
Hechalutz o los Pioneros de Palestina Op. 18, es un drama hebreo en tres actos que
describe la vida de los colonos en el período que comprende la Segunda Aliyá y los inicios
del Mandato Británico.
La obra está diseñada según los estándares de la época con una orquesta romántica, con
una plantilla instrumental frecuente en la música rusa o alemana, incluye aires folclóricos
judíos inspirados en la música Klezmer combinada con elementos de Oriente Medio como
los ritmos yemenitas, sirios y canciones árabes. Sus protagonistas no son héroes
legendarios sino Judíos procedentes de Europa del este que intentan sobrevivir en medio
de las calamidades cotidianas del Yishuv. La obra recibió acogida del público con una
representación continua durante sus primeras semanas.
Marc lavry llega a Israel en 1936. Era un compositor que desempeñó un papel
fundamental en el desarrollo de un estilo nacional en la música israelí. Lavry nació en
Letonia en 1903, estudió en los conservatorios de Riga y Leipzig. Tuvo por maestros a
Robert Teichmüller, Paul Graener, y al célebre Alexander Glazunov. Trabajó como
director musical del teatro de ópera de Saarbrücken y Tanzbühne Laban. Fue director de
la Orquesta Sinfónica de Berlín hasta 1933, cuando la orquesta fue disuelta por los nazis.
Regresó a Letonia para trabajar como director residente de la ópera de Riga hasta 1936
cuando decide emigrar al Mandato Británico por la amenaza de antisemitismo.
Dan Hashomer, Op. 158 es un drama hebreo de tinte sionista. Su orquestación sigue la
plantilla sugerida por sus antecesores, recreando sucesión de arias e intervenciones
corales y movimientos de danza. El libreto se basa en la obra Shots at the Kibbutz, que
tiene lugar durante los días de los primeros asentamientos, durante el Yishuv. En la ópera
encontramos un triángulo romántico, el amor de Efrat por Dan resiste las pruebas del
cortejo del mejor amigo de Dan, Nachman. Estos tres miembros del Kibbutz representan
pioneros sionistas comunes de la época. Junto con sus amigos y familiares, luchan
diariamente por la existencia continua del Kibbutz. El emocionante drama se desarrolla en
varios niveles adicionales: relaciones Judeo-árabes; una lucha educativa sobre los valores
del viejo mundo contra el nuevo mundo - religión contra laicidad, socialismo contra
capitalismo; la brecha de las generaciones: los ancianos que salieron del exilio frente a
sus descendientes, los fundadores del Kibbutz y el nuevo ciudadano israelí. Finalmente,
hay una tensión erótica entre los géneros del grupo.
Sin duda Dan Hashomer es el preludio de un libre desarrollo del repertorio lírico en el
país; la obra en sí es considerada un icono de la ópera israelí según Ari Teperberg "Es
asombroso ver cómo, a pesar de que la ópera fue escrita hace más de 60 años, la ópera
Dan Hashomer es relevante hoy en día. Trata temas contemporáneos, como los jóvenes
contra los viejos, las tradiciones contra el modernismo, los laicos contra los religiosos, los
árabes contra los judíos y la emigración".
Lavry era un extraordinario músico, influenciado por las corrientes nacionalistas construyó
un estilo propio altamente estimado por sus contemporáneos; la profundidad emocional
en la descripción del dramaturgo S. Shalom se combinó con su música, creando con
precisión una pintura musical del asentamiento judío como ninguno antes en la ópera
hebrea.
-Conclusión