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El SURGIMIENTO DE LA ÓPERA HEBREA EN EL YISHUV

Por: Yehuda Giraldo

Editor de la Revista: Las Voces Humanas

-Introducción

La primera ópera hebrea registrada en la historia de la música Judía es publicada hacia


1922, Yiftaj, obra del profesor Avraham Zevi/Zvi Idelsohn (1882 - 1938), destacado
etnólogo, músico y compositor. Justamente reconocido como el "Padre de la Musicología
Judía", Idelsohn bebió de la fuente de sus predecesores y fundó la Escuela de Música
Judía en el Yishuv, siendo el punto de partida para el desarrollo y consolidación del
repertorio folclórico Israelí. Al poco tiempo aparece en Jerusalem una segunda ópera del
compositor: Jacob Weinberg, cuyo tema central abandona el escenario bíblico propuesto
por Idelsohn por un argumento contemporáneo inspirado en la situación de los Judíos de
la Segunda Aliyá; Hechalutz o Los Pioneros de Palestina fue compuesta en Jerusalem en
1924 y representada allí al año siguiente.

Después de estos primeros ejemplos se desarrolla en el país un repertorio nacionalista en


el idioma hebreo que intenta resaltar los valores, la identidad y la supervivencia judía en la
Tierra Prometida. Para 1942, la ópera clásica europea había encontrado su lugar en el
Yishuv gracias a Mordejai Golinkin que introdujo a Verdi en los escenarios de Tel Aviv a
partir de 1923, y al compositor Marc Lavry en compañía del director de orquesta George
Singer, establecieron la Ópera Popular de Palestina. En este mismo año Lavry presenta
una nueva ópera en hebreo: Dan Hashomer, siguiendo el ejemplo de Wainberg en sus
descripciones de la vida rural de los colonos, no obstante, el escenario de esta obra no
era las primeras Aliyot sino el Mandato Británico durante la Segunda Guerra Mundial. En
1945 con la llegada de la soprano estadounidense Edis de Philippe comienza un nuevo
capítulo del género en el país con la creación de la Ópera Nacional de Israel. Este artículo
pretende mostrar cómo se inició el género en Israel en un período donde el lenguaje y la
cultura fueron determinantes en el proceso de construcción de la identidad nacional
durante el período Pre-Estatal.

-El Movimiento de Música Judía en Rusia

El interés por la Música Judía coincidió con las tendencias nacionalistas en Europa del
este. Hacia las últimas décadas del siglo XIX la música popular revolucionaba la estética
musical en la región, compositores como Rimsky-Korsakov, creaban nuevas obras
basadas en temas populares rusos. En Hungría por ejemplo, Zoltán Kodály y luego Béla
Bartók catalogaron un gran número de melodías populares incorporando algunas de ellas
en sus obras. Compositores como Antonín Dvořák y Leoš Janáček buscaban recrear un
sonido nacional distintivo en su trabajo, siguiendo la tendencia romántica a establecer
cada vez más las fronteras nacionales, según Alfred Einstein.

Paralelamente a esta tendencia, el despertar de un sentimiento nacionalista en los Judíos


de Rusia y toda Europa Oriental -debido a la concentración forzada, un gran Ghetto
llamado la "Zona de Asentamientos", las restricciones civiles, la intolerancia religiosa, los
sucesivos progromos- condujeron a la consolidación del nacionalismo judío a partir de
1880. Esta identidad dio origen al Sionismo que promovía la reconstrucción nacional en la
antigua patria, Palestina, y el Bund, un movimiento que pretendía la igualdad cultural de
los Judíos en el Imperio Ruso.

Durante este período floreció la literatura Yiddish y muchos músicos judíos -a pesar de la
restricciones- se inscribieron como estudiantes a los conservatorios de San Petersburgo y
Moscú. Entre ellos destacan el violinista Joseph Achron y el compositor Mikhail Gnesin.
Grandes figuras como Jascha Heifetz, Nathan Milstein, Efrem Zimbalist y Mischa Elman
fueron estudiantes del Conservatorio.

El auge del Nacionalismo en Rusia influyó de manera notable en los músicos y autores
judíos de fin de siglo, creando su propia linea de investigación y recuperación del
patrimonio cultural mantenido por generaciones. A través de la recopilación de
documentos y la creación de un archivo nacional se facilitó la supervivencia de fuentes de
tradición oral que se catalogaron en numerosas colecciones. En 1895, el escritor Yitzkhok
Leybush Peretz inició la recopilación de canciones populares en Yiddish. Mas tarde,
Abraham Goldfaden, fundador del teatro Yiddish en Rusia, incorporó canciones populares
y música popular judía en sus producciones. En 1898, los historiadores, Saul Ginsburg y
Pesach Marek, crearon la primera antología de música popular judía.

Quizás en este punto de la historia no encontremos -de manera directa-una relación con
la ópera hebrea y su posterior desarrollo en el Yishuv; no obstante de este primer
esfuerzo de crear un repertorio judío para la posteridad, aparecerá la Primera Escuela
Musical Judía donde los compositores Yoel Engel y Jacob Weinberg, ambos emigraron a
la Palestina Otomana, impulsarán el desarrollo y la difusión de la música judía siendo la
antesala del escenario teatral hebreo.
Yoel Engel, considerado el "Padre de la Música Judía" fue un compositor dedicado al
repertorio ruso. Fue el crítico nacionalista Vladimir Stasov quien inspiró a Engel a rescatar
el patrimonio de sus ancestros. El compositor se interesó particularmente por la música
folclórica de los Judíos de los shtetls rusos, visitó la "Zona de Asentamientos"
escuchando. y anotando canciones en Yiddish. En 1900, presentó una colección de diez
canciones judías, y ofreció una serie de conferencias de música popular. En 1908, Engel
con la participación de músicos del conservatorio de San Petersburgo fundaron la
"Sociedad de San Petersburgo para la Música Popular Judía". Los objetivos de este grupo
era coleccionar canciones populares, apoyar a los compositores judíos y publicar
composiciones e investigaciones sobre la música judía.

La sociedad publicó composiciones originales de sus miembros. Obras de Solomon


Rosowsky, Alexander Kerin, Mikhail Gnessin y el violinista Joseph Achron eran ejecutadas
en conciertos públicos, además de arreglos de melodías populares judías. Estos
conciertos gozaron de gran estima entre la población gracias el creciente sentimiento
nacionalista y sionista que predominó en la judería rusa.

El éxito de la sociedad se extendió por Europa oriental y central. En 1913, se fundó una
sucursal en Kharkov, y más tarde en Moscú y Odessa. El advenimiento de la Primera
Guerra Mundial, la caída del régimen zarista que conllevó a la Revolución Rusa marcó el
fin de un período favorable al desarrollo de la música judía en el imperio, sin embargo, los
miembros de la Sociedad continuaron sus actividades e influencia dentro y fuera del país.
Músicos judíos polacos como Janot Rotkin, inspirados por la sociedad, se embarcaron en
sus propios proyectos de recopilar, organizar y componer música judía. En 1928, la
Sociedad para la Promoción de la Música Judía fue fundada en Viena.

-La Migración al Mandato Británico, las primeras óperas en el Yishuv

Con la Revolución Rusa las actividades de la Sociedad de Música llegaron a su fin, la


mayoría de sus miembros optaron por la migración a Palestina o Estados Unidos
buscando un bienestar para sus familias y continuidad a su trabajo. Yoel Engel se trasladó
a Berlín en 1922, ahí fundó Juwal, una editorial que se dedicó a la publicación de obras de
la Sociedad. Posteriormente se trasladó a Tel Aviv donde siguió la publicación de Música
Judía ahora bajo el nombre de una nueva editoral, Yibne. Otros como Jacob Weinberg y
Solomon Rosowsky, desarrollaron actividades en Israel por poco tiempo para
establecerse en Estados Unidos donde lograron éxitos en su carrera musical. Lazare
Saminsky, Miriam Zunser y Joseph Yasser emigraron a Estados Unidos, ahí fundaron en
1932 MAILAMM, un Instituto para el estudio y promoción de la música judía en Palestina y
Estados Unidos. Esta organización fue predecesora de la American Society for Jewish
Music, creada en 1974.

Uno de los primeros compositores que llegaron a Tierra Santa a principios del siglo XX fue
Abraham Zevi Idelsohn. Nació en Letonia en 1882, de joven se trasladó a Alemania para
estudiar musicología. En 1906, Idelsohn emigró a Israel, se estableció en Jerusalem, ahí
estudió música judía. Posteriormente Idelsohn se concentró en la recuperación del
patrimonio musical de los Judíos a través de la recopilación de antiguas melodías y
canciones -similar a sus antecesores nacionalistas en Rusia. No obstante, Idelsohn se
interesó por el repertorio de las comunidades Mizrahim en parte, porque era un campo
inexplorado y además, el estudio del corpus ashkenazi de Europa del este avanzaba
durante esta época, gracias a la labor de sus compatriotas.

Idelsohn examinó las melodías tradicionales y descubrió motivos y progresiones


recurrentes que no se encontraron en ninguna otra música nacional. El compositor
recopiló una serie de grabaciones que sirvieron como base a sus investigaciones. Entre
sus obras destaca el monumental "Der Judische Tempelgesang, Tesoro de Melodías
Orientales Hebreas", 10 volúmenes, 1914–1932, y "Música Judía" de 1929.

Influenciado en sus investigaciones y sumergido en la música del pasado Idelsohn


compone la primera ópera en hebreo, Yiftaj (Jephtah). Basada en el tema bíblico del Libro
de los Jueces, el argumento nos muestra a Yiftaj guiando a los israelitas a la batalla y
como resultado de un juramento, termina sacrificando a su hija. La obra fue publicada en
Jerusalem en 1922. Es un drama en cinco actos con un barítono en el papel de Yiftaj; un
bajo interpretando a Machir, capitán de Yiftaj; una soprano en el rol de Maacha: mujer
amonita, concubina del rey Ammon y prisionera de Yiftaj; un alto en el papel de Zilpa, la
criada de Jiska, la hija de Yiftaj; tres tenores en el rol de personajes secundarios como
Elishama ben Amihud, Príncipe de Efraim, un sacerdote en el ejército de Yiftaj y un
sirviente de Machir. Por razones que se desconocen, el compositor no determinó en la
versión impresa que tonalidad de voz estaba destinada a Jiska la hija de Yiftaj y un
sirviente del rey Ammon. Siguiendo la estructura de la ópera romántica alemana, emplea
un coro que comenta y describe los pasajes dramáticos en la obra. La ópera se compone
de una introducción instrumental, cinco recitativos, arias para solista e intervenciones
corales. Por razones que se desconocen Yiftaj no tuvo continuidad en el escenario hebreo
y permanece en espera de ser rescatada del olvido. Posteriormente Idelsohn se dedicó a
una segunda ópera en hebreo, "Eliyahu" la cual no concluyó.

Jacob Weinberg llega a Jerusalem en 1922 después de ser perseguido en Odessa por los
bolcheviques. Nació en Odessa, Ucrania en 1876. Era un compositor y pianista con más
de 135 obras para piano y otros instrumentos. Weinberg fue uno de los fundadores del
Conservatorio Nacional en Jerusalem y en la misma ciudad compuso en 1924 la ópera
Hechalutz o los Pioneros de Palestina, estrenada en Abril de 1925.

La ópera de Weinberg rompe paradigmas con su antecesora Yiftaj. El autor reemplaza el


ámbito religioso por uno actual, menos convencional y más afín a la consolidación de la
identidad nacional. Recordemos que durante este período se había suscitado una ola de
violencia en el país, poniendo en peligro la supervivencia de las colonias. Durante la
Primera Guerra Mundial, las condiciones para los Judíos en el Imperio Otomano
empeoraron. Muchos fueron exiliados y otros reclutados en el ejército turco. Los exiliados
huyeron a Egipto y Estados Unidos. En este tiempo, la población Judía disminuyó en un
tercio debido a deportaciones, inmigración, problemas económicos y enfermedades.
Durante los inicios del Mandato Británico hubo disturbios árabes en oposición a la
Declaración Balfour (1920 - 1921). Los árabes intentaron mostrar a los británicos que una
patria judía era imposible y que sólo una hegemonía musulmana era viable en la región;
recordemos que muchos judíos fueron asesinados en estas revueltas, entre ellos el
célebre escritor de origen ucraniano, Joseph Hayyim Brenner.

A través de su obra Weinberg pretendía mostrar que la música era una instrumento eficaz
para lograr un sentimiento nacional en la población. Un año antes Mordechai Golinkin
había dado apertura al escenario lírico en el país con el estreno de la Traviata de Verdi; la
función se realizó en un teatro de cine de Tel Aviv, cosechando un éxito monumental
desde su primera interpretación. En los cuatro años posteriores al estreno, 17 óperas
diferentes fueron interpretadas en Israel. Sin embargo, la actividad lírica se suspendió
debido a los disturbios árabes de 1929.

Hechalutz o los Pioneros de Palestina Op. 18, es un drama hebreo en tres actos que
describe la vida de los colonos en el período que comprende la Segunda Aliyá y los inicios
del Mandato Británico.

La obra está diseñada según los estándares de la época con una orquesta romántica, con
una plantilla instrumental frecuente en la música rusa o alemana, incluye aires folclóricos
judíos inspirados en la música Klezmer combinada con elementos de Oriente Medio como
los ritmos yemenitas, sirios y canciones árabes. Sus protagonistas no son héroes
legendarios sino Judíos procedentes de Europa del este que intentan sobrevivir en medio
de las calamidades cotidianas del Yishuv. La obra recibió acogida del público con una
representación continua durante sus primeras semanas.

Posteriormente Weinberg produjo versiones de concierto de la ópera en el Carnegie Hall


en 1941 y 1947. Además, hubo una representación para el Kulturbund de Berlín en la
década de 1930 donde la soprano Mascha Benya actuó en uno de los papeles
principales. La función se realizó en una sinagoga debido a que los nazis prohibieron que
las obras judías, incluso obras maestras, se realizaran en una sala de conciertos
adecuada.

-Hacia la ópera nacional

Marc lavry llega a Israel en 1936. Era un compositor que desempeñó un papel
fundamental en el desarrollo de un estilo nacional en la música israelí. Lavry nació en
Letonia en 1903, estudió en los conservatorios de Riga y Leipzig. Tuvo por maestros a
Robert Teichmüller, Paul Graener, y al célebre Alexander Glazunov. Trabajó como
director musical del teatro de ópera de Saarbrücken y Tanzbühne Laban. Fue director de
la Orquesta Sinfónica de Berlín hasta 1933, cuando la orquesta fue disuelta por los nazis.
Regresó a Letonia para trabajar como director residente de la ópera de Riga hasta 1936
cuando decide emigrar al Mandato Británico por la amenaza de antisemitismo.

En Palestina, Lavry se unió a un grupo de destacados compositores, muchos de los


cuales huyeron de la persecución nazi, entre ellos Alexander Uriah Boskovich, Paul Ben-
Haim, Ödön Pártos y otros. Estos compositores buscaban activamente crear una nueva
forma nacional de música para el Estado Judío emergente. Este nuevo estilo, denominado
"La Escuela Mediterránea", incorporó elementos de la música de Oriente Medio que
incluyen melisma, homofonía y uso de modos musicales no convencionales en
combinación de las formas tradicionales de la música europea.

Aunque no compartía el ideal sionista, apoyaba la creación de un estilo musical nacional;


Lavry se sumergió rápidamente en el amor a la patria, al legado de sus ancestros que le
impulsaron a participar en la construcción del Estado Judío a través de lo mejor que sabía
hacer...la música. Lavry escribió en su autobiografía. "Al llegar a Israel, no intenté
imponerme una concepción específica. Sin embargo, tan pronto como me vi envuelto en
la influencia del país, cuando me encontré como parte integrante de Israel, cuando
dominé el idioma hebreo, de la manera más natural, comencé a componer con el estilo
que escribo hasta hoy".

Muchas de sus composiciones hallaron un lugar en el corpus de canciones tradicionales


de Israel "Shirei Eretz Israel". Su obra refleja una fusión de estilos folclóricos y clásicos
tradicionales. Uno de los principales aportes de Lavry a esta consolidación de un estilo
nacionalista israelí es su ópera de 1941-42, Dan HaShomer.
Inspirado tal vez en el trabajo anterior de Weinberg, Lavry retoma los diversos aspectos
de la vida de los pioneros en la Patria Ancestral y recrea una exquisita partitura llena de
colorido y contrastes como un fiel reflejo de la sociedad judía en este período.

Dan Hashomer, Op. 158 es un drama hebreo de tinte sionista. Su orquestación sigue la
plantilla sugerida por sus antecesores, recreando sucesión de arias e intervenciones
corales y movimientos de danza. El libreto se basa en la obra Shots at the Kibbutz, que
tiene lugar durante los días de los primeros asentamientos, durante el Yishuv. En la ópera
encontramos un triángulo romántico, el amor de Efrat por Dan resiste las pruebas del
cortejo del mejor amigo de Dan, Nachman. Estos tres miembros del Kibbutz representan
pioneros sionistas comunes de la época. Junto con sus amigos y familiares, luchan
diariamente por la existencia continua del Kibbutz. El emocionante drama se desarrolla en
varios niveles adicionales: relaciones Judeo-árabes; una lucha educativa sobre los valores
del viejo mundo contra el nuevo mundo - religión contra laicidad, socialismo contra
capitalismo; la brecha de las generaciones: los ancianos que salieron del exilio frente a
sus descendientes, los fundadores del Kibbutz y el nuevo ciudadano israelí. Finalmente,
hay una tensión erótica entre los géneros del grupo.

Sin duda Dan Hashomer es el preludio de un libre desarrollo del repertorio lírico en el
país; la obra en sí es considerada un icono de la ópera israelí según Ari Teperberg "Es
asombroso ver cómo, a pesar de que la ópera fue escrita hace más de 60 años, la ópera
Dan Hashomer es relevante hoy en día. Trata temas contemporáneos, como los jóvenes
contra los viejos, las tradiciones contra el modernismo, los laicos contra los religiosos, los
árabes contra los judíos y la emigración".

Lavry era un extraordinario músico, influenciado por las corrientes nacionalistas construyó
un estilo propio altamente estimado por sus contemporáneos; la profundidad emocional
en la descripción del dramaturgo S. Shalom se combinó con su música, creando con
precisión una pintura musical del asentamiento judío como ninguno antes en la ópera
hebrea.

-Conclusión

Durante el auge de la ópera romántica en Europa, los Judíos participaron activamente en


el escenario lírico como compositores, cantantes o empresarios; no podemos olvidar las
grandes obras de Giacomo Meyerbeer, Fromental Halévy y Jacques Offenbach que
ambientaron los escenarios de las principales ciudades europeas. Sin embargo, el arte
judío no se detuvo en el Viejo Continente, influenciado por el Nacionalismo, se trasladó
desde el Imperio Ruso hasta Eretz Israel. Numerosos músicos emigraron siguiendo la
senda del Sionismo, otros, huyeron de la persecución nazi. No obstante, todos
encontraron refugio en la Nueva Patria, y ella fue el mejor escenario donde recrearon la
ópera nacional israelí, representada en los multicolores del Pueblo Judío.

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