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Roma:
En la antigua roma se crea el derecho romano: Los conflictos generados por las guerras
llevan a una nueva era de la organización del poder, con base en lazos de dependencia
personal de los campesinos o los siervos hacia los señores Barones y Reyes, esta
situación fue conformando un nuevo centro de decisión de poder en la corte, encabezada
por el Rey, conformada por Barones y campesinos súbditos donde en ultima quien
defendía los conflictos entre las personas era el Rey.
Con esta concentración del poder junto con la situación de conflictos que vivió Inglaterra
hacia los siglos XI, XII y XIII llevo a plantear una nueva relación entre las personas pues
con ello se creó la CARTA MAGNA, Otorgada por Juan Sin Tierra e 17 de Julio de 1215 la
cual dice:
‘Juan, Rey de Inglaterra por la gracia de Dios, Sor de Irlanda, todos sus funcionarios y leal
súbditos salud. Sabed que ante Dios, por el bien de nuestra alma y la de nuestros
antepasados y sucesores, para honor de Dios y saltación de la iglesia y para mejor
organización de nuestro reino‘.
Originada en Inglaterra buscaba la autoridad de Rey en beneficio de las libertades es decir
de los privilegios de la Iglesia y los Barones y al asociar las ciudades a estas nuevas
garantías se obligaban al Rey a no colocar impuestos sin el consejo de reino. La
Carta abrió la puerta para el desarrollo de la constitución y la democracia.
Primera generación.
Surgieron por la revolución francesa en 1789, son también derechos consagrados por que
también son el derecho a la nacionalidad, derecho a la participación, derecho a la
movilización y libertad de expresión.
Estos derechos surgieron como respuesta a los reclamos que motivaron los principales
movimientos revolucionarios de finales del siglo xviii (18) en occidente. Estas exigencias
fueron consagradas como auténticos derechos y como tales difundidos internacionalmente.
Los derechos civiles y políticos están destinados a la protección del ser humano
individualmente, contra cualquier agresión de algún órgano publico.
Se caracteriza porque imponen al estado el deber de abstenerse de interferir en el ejercicio
y pleno goce de estos derechos por parte del ser humano el estado debe limitarse a
garantizar el libre goce de estos derechos, organizando la fuerza pública y creando
mecanismos judiciales que los protejan. Los derechos civiles y políticos pueden ser
reclamados en todo momento y en cualquier lugar, salvo en aquellas circunstancias de
emergencia que permiten el establecimiento de ciertas limitaciones en solo algunas
garantías.
Segunda generación.
Se desarrollaron a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XXI. La constituyen los
derechos económicos, sociales y culturales, incorporados en la Declaración de
1948, debido a los cuales, el Estado de Derecho pasa a una etapa superior, es decir, a un
Estado Social de Derecho.
De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de que los
derechos sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales, sean realmente
accesibles y disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar que implemente acciones,
programas y estrategias, a fin de lograr que las personas los gocen de manera efectiva
Los derechos de Segunda Generación o Derechos Económicos, Sociales y Culturales
tienen como objetivo fundamental garantizar el bienestar económico, el acceso al trabajo, la
educación y a la cultura, de tal forma que asegure el desarrollo de los seres humanos y de
los pueblos. Su reconocimiento en la historia de los Derechos Humanos fue posterior a la
de los derechos civiles y políticos, de allí que también sean denominados derechos de la
segunda generación.
La razón de ser de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales se basa en el hecho de
que el pleno respeto a la dignidad del ser humano, a su libertad y a la vigencia de la
democracia, solo es posible si existen las condiciones económicas, sociales y culturales
que garanticen el desarrollo de esos hombres y esos pueblos.
La vigencia de estos derechos se encuentra condicionada a las posibilidades reales de
cada país, de allí que la capacidad para lograr la realización de los mismos varía de país a
país.
Estos derechos económicos, sociales y culturales, pueden exigirse al Estado en la medida
de los recursos que efectivamente él tenga, pero esto no significa que el Estado puede
utilizar como excusa para el cumplimiento de sus obligaciones, el no poseer recursos
cuando en realidad dispone de ellos.
En este aspecto, deben verificarse los indicadores de desarrollo integral en relación con la
distribución que hace el Poder Público de sus ingresos en razón de la justicia social.
Tercera generación.
Es el derecho a un medio ambiente sano. Por su parte, la tercera generación de derechos,
surgida en la doctrina en los años 1980, se vincula con la solidaridad. Los unifica su
incidencia en la vida de todos, a escala universal, por lo que precisan para su realización
una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel planetario. Normalmente se incluyen en
ella derechos heterogéneos como el derecho a la paz, a la calidad de vida o las garantías
frente a la manipulación genética, aunque diferentes juristas asocian estos derechos a
otras generaciones: por ejemplo, mientras que para Vallespín Pérez la protección contra la
manipulación genética sería un derecho de cuarta generación, para Roberto González
Álvarez es una manifestación, ante nuevas amenazas, de derechos de primera generación
como el derecho a la vida, la libertad y la integridad física. Este grupo fue promovido a
partir de los ochenta para incentivar el progreso social y elevar el nivel de vida de todos los
pueblos.
A. Derecho Supranacional.
- Textos aplicables al continente americano en general.
Los derechos humanos reconocidos nacen de instrumentos sin otra fuerza vinculante que
no sean los principios éticos que recogen de la evolución histórica de la sociedad humana,
como son la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea
General de la Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 y la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada por la Novena Conferencia Internacional
Americana, también en 1948, que consagran los principios éticos que luego han sido
desarrollados tanto por las Naciones Unidas como por la Organización de Estados
Americanos a través de instrumentos de obligatorio cumplimiento por los Estados
signatarios, por ser Tratados, constituidos por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, que entró en vigor el 23 de marzo de 1976 (en Venezuela desde el 10 de mayo
de 1978) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada el 22 de
noviembre de 1969 y ratificada por Venezuela el 09 de agosto de 1977.
Existen otros instrumentos normativos de protección de los derechos humanos, como
Declaraciones, Reglas Mínimas, Códigos de Conducta y Resoluciones, que son adoptadas
por organismos del sistema universal, (ONU, OEA) cuya obligatoriedad para los Estados
suscriptores es discutida, por no ser propiamente Tratados, ya que la mayor parte de las
legislaciones nacionales contemplan un mecanismo específico de aprobación de éstos.
De los Tratados, surgen procedimientos convencionales y no convencionales. Los
primeros, contemplan la creación de Comités específicos. Así, del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, el órgano convencional más importante es el Comité de
Derechos Humanos, ante el cual toda persona que alegue violación de derechos humanos
puede acudir, cumpliendo ciertos requisitos de admisibilidad. Otros Comités son: El Comité
para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (creado por la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer); el Comité contra la
Tortura (creado por la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos y degradantes); Comité de los Derechos del Niño (creado por la
Convención sobre los Derechos del Niño). La competencia de estos Comités depende del
reconocimiento expreso de los Estados.
B. Derecho Nacional.
- Constitución de 1961 (Título III Capítulo III: Derechos Individuales; Capítulo IV: Derechos
Sociales; Capítulo V: Derechos Económicos; Capítulo VI: Derechos Políticos)
El constituyente venezolano de 1961 advierte que los derechos y garantías consagrados en
los indicados Capítulos son sólo a título enunciativo, y por tanto, no debe entenderse como
negación de otros que aunque no figuren expresamente en la Constitución son inherentes a
la persona humana (Art. 50). En tal sentido declara que la ausencia de una Ley que
reglamente tales derechos no menoscaba el ejercicio de los mismos.
En la disposición anterior (Art. 49) se consagra el amparo constitucional que constituye uno
de los institutos jurídicos más importantes de que se dispone sobre la materia. La redacción
de la fórmula empleada según la cual: "los Tribunales ampararán a todo habitante de la
República en el goce y ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución establece,
en conformidad con la Ley", ocasionó, durante largo tiempo, muchas disquisiciones tanto a
nivel doctrinario como jurisprudencial acerca de su real operatividad, pues se sostenía,
desacertadamente en mi criterio, que mientras no fuese emitida la Ley a la que alude el
constituyente, tal disposición tenía simplemente carácter programático. Varias sentencias
del Supremo Tribunal y hasta un Acuerdo con carácter vinculante dictado en 1972 por la
misma Corte, reflejan ese criterio, como veremos más adelante.
En todo caso, haciendo abstracción de la jurisprudencia favorable a la admisión y
procedencia del amparo emanada en los últimos años tanto de los tribunales de instancia
como del Supremo Tribunal, la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales que entró en vigencia 27 años más tarde (en 1988) solventó
definitivamente el problema, al legitimar (Art. 1º) a toda persona que habite en Venezuela,
sea natural o jurídica, para solicitar ante los tribunales ese amparo al goce y ejercicio de
sus derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos derechos fundamentales de la
persona humana que no figuren expresamente en la Constitución; con lo cual, obviamente,
se satisfacen los postulados de los artículos 49 y 50 constitucionales antes aludidos.
El movimiento estudiantil.
Producto de las movilizaciones estudiantiles de este año, este sector ha cobrado cierta
relevancia o al menos interés de parte de los actores políticos. Principalmente, se trata de
jóvenes estudiantes que provienen de las universidades autónomas y privadas, cuyos
líderes se han identificado con partidos opositores. Pero, como la polarización ha tenido su
efecto también en el sector, a una dirigencia estudiantil claramente opositora le ha salido al
paso otra dirigencia estudiantil plenamente pro-gobierno que obtiene un reconocimiento
especial a través de una Comisión Presidencia lEstudiantil donde participa directamente el
Vicepresidente de la República. A este sector habrá que prestarle mucha atención este y el
próximo año, ya que se convertirá en arena para la disputa del liderazgo entre gobierno y
oposición.
Otros movimientos.
Los ecologistas o ambientalistas, las ONG’s, derechos humanos, cooperativas han
quedado muy debilitados en los últimos años. Por una parte, varias de estas
organizaciones han transitado por dificultades propias relacionadas con su interpretación
de las nuevas realidades, en algunos casos se han quedado sin agenda o plataforma de
lucha, y en otros, su iniciativa ha quedado rezagada y sobrepasada por la audacia y el
poder de las propuestas gubernamentales. Un caso emblemático es el movimiento
cooperativo que modestamente contemplaba 800 cooperativas en 1999, y que luego de
una agresiva política gubernamental, la cantidad de cooperativas aumentó a más de
150.000. Sin embargo, ello no ha redundado en un crecimiento del movimiento ni de un
protagonismo respecto a la construcción de la economía social en el país. Es evidente, que
las relaciones Estado - Sociedad han cambiado y el gobierno privilegia la relación directa
con la población sin pasar por estructuras intermedias.
Pero por otra parte, hay que reconocer el avance de los medios alternativos de
comunicación o medios comunitarios, decenas de iniciativas de radio, TV y prensa popular,
los cuales han germinado y se han reproducido por todo el país, luego de jugar un papel
estelar en la época del golpe de estado de 2002. Como a otros sectores se les acusa de
ser amplificadores de la vocería gubernamental. Pero también es cierto, que mantienen la
lucha por el reconocimiento oficial, la emisión de permisos y el acceso al financiamiento
mediante fondos públicos de estos medios comunitarios.
Recientemente, con motivo de la Reforma Constitucional, dos sectores obviados en 1999:
los afro descendientes y las minorías sexuales, han alzado su voz para obtener un
reconocimiento explícito que derive posteriormente en políticas públicas adecuadas para
resarcir la deuda social existente con estos sectores.